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Identidad, dominación y resistencia




Enviado por martin_ayos



    1.
    Introducción

    2. Identidad y
    devenir
    .

    4. Conclusión: a cerca de la
    creación de nuevos modos de existencia.

    5. Epílogo: resistir al
    presente

    6. Notas

    1.
    Introducción:

    El presente ensayo nos
    habla de la "Identidad".
    Pero, lejos de circunscribirse tan sólo a esta Forma y a
    su desarrollo
    que sería como estar dispuestos a razonar sólo
    desde lo ya "dado", en materia de lo
    "visible"-, intenta ir más allá de la mera
    reflexión, para adoptar un pensamiento
    que le es propio y que no ha de reconocerse en la soberanía de lo "posible"; sino, más
    bien, en el plano inmanente de una actitud
    filosófica, de un pensamiento
    crítico y creativo que, más que buscar fundarse en
    algún reconocimiento interno, se sitúa en la
    exterioridad – ni "visible" ni "invisible"- del acontecimiento;
    llamando con todas sus fuerzas a este pueblo que "falta", que no
    está , que requiere "ser inventado" y que, lejos de
    descansar en la forma soberana de lo "idéntico",
    está en constante mutación y contagio, corriendo el
    peligro de ser capturado por este Orden mayoritario, y, sin
    embargo, yendo siempre más allá de su dominio.

    2. Identidad y
    devenir.

    En nuestro país, sobre todo a lo largo de estos
    últimos veinte años, la cuestión de la
    "Identidad" se ha convertido en algo recurrente. Esta
    recurrencia, lejos de manifestarse como Verdad de una "Identidad"
    posible, expresa, en su repetición, la ausencia total de
    Origen en que esta "Identidad" pudiera ser alcanzada como "lo
    aquello mismo", como Verdad inmutable. Pero a todo esto debemos
    sumarle algo muy importante, y es que este fenómeno nos
    enseña también como el "comienzo, es decir, la
    Procedencia y la Emergencia en que este regusto moral por lo
    "Idéntico" se ha afianzado en nuestro país creando
    un régimen despótico; y qué es aquello que
    hasta ahora no ha podido ser significado del todo bajo esta
    Ficción.

    Es en los momentos de profundas crisis donde
    la preocupación por la "Identidad" aparece con mayor
    fuerza. Y,
    sospechosamente, esta preocupación nunca "comienza" en el
    pueblo, sino a partir del llamado al Orden proveniente de los
    gobernantes, o de unas fuerzas que, ya instaladas en lugares de
    poder,
    capturan el "descontento popular" desde la implementación
    de un saber que les es propio. En seguida se oyen las voces:
    "Estamos en medio del caos. Nuestra "Identidad" peligra. Nuestra
    soberanía está en juego. debemos
    librar la 'Gran Guerra' contra
    el brutal enemigo; pero, sobre todo, contra aquel enemigo interno
    que amenaza con desviarnos de nuestro deber sagrado,
    haciéndonos renegar de nuestro más alto Origen". Y
    se promete que luego de esta "Guerra",
    vendrá la "Paz" que pondrá fin a tanto desorden.
    Pero tal "Paz" nunca llega. Y comienzan a ser juzgados los
    traidores, los desertores, los malintencionados. Mientras tanto,
    el que esta "Paz" nunca llegue, ni la crisis
    -todavía existente- son tenidos en cuenta. Para ese
    entonces la Guerra habrá engendrado suficiente violencia para
    asegurar el dominio.

    Afortunadamente, podemos decir con Séneca "Nunca
    duraron los poderes violentos". Aunque, desafortunadamente,
    nuestro mundo abunde en ejemplos de este tipo. – Nuestro caso no
    es ajeno al de los demás países en los que la
    violencia se
    juega de modo más o menos parecido (hablamos aquí,
    es cierto, de los regímenes de gobierno
    totalitarios o dictatoriales, pero también de nuestras
    democracias: "¿Qué socialdemocracia no ha dado la
    orden de disparar cuando la miseria sale de su territorio o
    gueto?" (1) ), bástenos por ahora con retener aquello
    sucedido en nuestro país durante estos últimos
    veinte años-

    Sospechosamente, decíamos – y esta no es una
    buena palabra -, el clamor por la "Identidad", por el Orden, por
    la soberanía y la toma de consciencia, aparecen en
    aquellos momentos en que la inconsistencia de tales fatuidades se
    hace evidente. entonces surgen estas aspiraciones que, desde el
    Universal democrático o el Absoluto totalitario, suponen
    la absorción de lo "sensible" -del pueblo- y la
    eliminación de lo múltiple -como poder
    subversivo, como antipoder- para que la regencia de lo
    "idéntico" quede garantizada; el dominio,
    momentáneamente establecido. Pero antes, durante, y
    después, el combate continúa, ya que esta forzada
    cohesión que es la "Identidad", es inseparable de
    él. Ella misma es este combate. Siempre que esta
    "Identidad" quiere ser conservada, siempre que se apunta a la
    constitución de un Sujeto, con toda su
    forzada interioridad soberana, es que todas las posibilidades de
    creación, de mutación, de proliferación y de
    contagio, toda metamorfosis, toda polimorfía, han querido
    ser capturadas por un Todo-finito, un conjunto cerrado que no las
    incluye; es que el devenir-revolucionario del pueblo está
    siendo sojuzgado; aquél pueblo que,
    paradójicamente, no está, que falta, que requiere
    ser constantemente inventado, y por ello, que no está
    dotado de "Identidad"o "interioridad" algunas, excepto si
    éstas son ficcionadas por unas fuerzas que han de llevar
    su plan inmanente al
    fracaso.

    Pero qué queremos decir con aquello de: "El
    pueblo es lo que falta." Y por qué "Requiere ser
    constantemente inventado". Gilles Deleuze nos dice -cito de
    memoria
    "Cuando llega el colonizador, el pueblo se transforma en un
    devenir…el pueblo es lo que no está, lo que falta, lo
    que requiere ser constantemente inventado".(2) Y en otro texto: "El
    arte y la
    filosofía se unen en este punto, la constitución de un pueblo y una tierra que
    faltan en tanto que correlato de la creación…este pueblo
    y esta tierra no se
    encontrarán en nuestras democracias"(3) . El pueblo es una
    inmensa minoría, no importa, en realidad, su número
    en los censos, su cantidad. Lo mayoritario es contrario al
    pueblo. Lo mayoritario es la dominación. Esta
    minoría lo convierte en "devenir", marca su
    diferencia irreductible, diferencia "cualitativa"o de "naturaleza";
    aunque muchas veces se vea arrastrado por el curso de lo
    mayoritario, o necesite de ello, de algún modo, para
    sobrevivir; o sea "detenido" por el presente inmóvil de lo
    "idéntico". "El pueblo es lo que falta", retengamos un
    poco más esta afirmación para oír lo que
    tiene para decirnos.

    El tiempo de la
    dominación es el presente inmóvil de la
    trascendencia. desde allí, fija los "afectos", detiene el
    movimiento,
    nuetraliza la potencia propia
    del devenir. El pueblo, por el contrario, pertenece al
    acontecimiento, devenir que divide todo presente en
    pasado-futuro, vaciándolo de toda Representación y
    Coherencia. devenir inseparable de una relación
    indivisible de potencia-acto que
    efectúa el movimiento que
    libera los "afectos"del yugo de la Representación. Este
    potencial-afectivo, introduce las mutaciones, los
    desplazamientos, las inversiones
    que trastocan y quiebran el Orden forzado de lo
    "idéntico". Contrariamente a este plano de trascendencia ,
    de organización y desarrollo,
    que soporta y en el cual es soportada toda "Identidad, todo
    "Sujeto"; procede por contagio, un "contagio de inmanencia" en un
    plano de inmanencia o de consistencia que no deja de agrandarse,
    que prolifera (4). Ahora bien, siguiendo esta teoría
    deleuzeana de este modo de constitución inmanente, de este
    plano de inmanencia o de consistencia que el acontecimiento
    produce, y el cual no deja de producir el acontecimiento; este
    plan debe
    fallar (5), pero fallar en dos sentidos: Uno que llamaremos
    "positivo" o "posibilitador", y otro que lla maremos "negativo",
    significante o de captura. comencemos, pues, por el rasgo
    positivo: este plan tiene forzosamente que fallar, es decir, no
    llegar a constituir la "Forma", la "Identidad" que
    arruinarían, que detendrían su devenir; sino,
    más bien, proceder por disyunciones, por determinaciones
    que no excluyan lo que conllevan de indeterminado, -que, para
    decirlo con Nietzsche: "No
    desagüen en un 'Ser' ".- sino que den lugar a las
    metamorfosis propias del devenir. Por otro lado, existe este otro
    rasgo que hace poco mencionábamos y que constituye la
    neutralización de su potencia creadora. Esto ocurre cuando
    este plano de inmanencia, con sus diferencias de velocidad, de
    movimiento y reposo, con su poder de afectar y de ser afectado,
    con sus relaciones características de composición y
    naturaleza, es
    cortado por un plano de trascendencia, y significado en una
    "Identidad". Pero pese a esto -y, volviendo a citar a Nietzsche,
    podemos decir que todo surge "pese a algo"- el fracaso de este
    plan no puede ser total. Pues como dijimos un poco más
    arriba, esta "Identidad"es inseparable del combate al que su
    cohesión la obliga.

    Nosotros tenemos, a partir del acontecimiento que nos
    envuelve, la posibilidad de comprender, no en ejemplos
    prefabricados, sino en nosotros mismos, a partir de nosotros
    mismos, cómo es que esta "Identidad" soberana es
    ficcionada sobre el devenir del pueblo, formando un
    régimen indiscriminado de dominación y exterminio,
    y cómo es que el acontecimiento de la invención del
    pueblo requiere prestar atención al devenir que le es
    propio, y no al tiempo forzado de
    la "Identidad"soberana.

    3. La desgracia, lo
    intolerable.

    "Bien sabemos que, cuando un hombre muere
    cerca de nosotros, aunque fuese el ser más insignificante,
    en ese instante es para nosotros lo Otro para siempre" (Maurice
    Blanchot)

    Hoy más que nunca podemos oír, sobre todo
    en los medios de
    comunicación, pero también en cualquier Habla
    mayoritaria, el discurso de
    los torturadores que – unos absurdamente "legitimados" bajo la
    figura del arrepentimiento, otros no-arrepentidos; ambos
    amparados por las leyes de la
    democracia
    nos relata minuciosamente cada una de las torturas a las que
    fueron reducidas cada una de las víctimas.

    La instauración de este relato oscurantista
    tiene, por lo menos, dos sentidos posibles. El primero es que, de
    este modo, el gobierno
    democrático mantiene su Orden y Coherencia. Y los mantiene
    de dos modos: Uno, mostrando lo que "sucede" cuando la Coherencia
    interna del Estado es
    quebrada por un desorden proveniente de los "disconformes", de
    los "sediciosos". Otro, equiparando las víctimas a los
    verdugos -diciendo, ya en lugar de Dios: "El que no está
    conmigo, está contra mí".- ; sosteniendo la
    teoría
    fascista de la "Guerra entre dos bandos". o de "los dos demonios"
    -a la que la "paz" del Orden vendría a poner fin-;
    comenzando por la figura del "sospechoso", emblemática
    para la semiología de su forma jurídica.

    El otro sentido, es el de acallar un habla minoritaria,
    tapar la "desgracia", dándole la falsa seguridad de una
    soberanía todavía más falsa, intentando
    recomponer la identidad irrecomponible de las víctimas;
    sellando la grieta que este acontecimiento ha hecho en la
    historia de
    nuestro país. Y esto también de dos modos: Uno,
    desde la universalidad del derecho: "Todos somos iguales ante la
    Ley,
    víctimas y verdugos, explotados y explotadores". "No hay
    más Habla que la de la Ley, pues la Ley
    es sobre todo justa e imparcial y la verdad de su Forma es
    Universal e inobjetable, apelable sólo dentro de las
    normas que en
    ella están comprendidas". Otro, reenviando el
    acontecimiento hacia un pasado que lo dejaría
    indeterminado: "Hemos olvidado nuestras reencillas , hemos
    recompuesto nuestra perdida "Identidad", tenemos derechos, somos soberanos
    ¿Quién sino un subversivo, un "enemigo de la
    libertad",
    querría que viviéramos épocas pasadas?
    ¡Vivamos el presente en pos de un futuro mejor, de la
    recomposición del 'Ser' Nacional ! ".

    Esta hipótesis de "Guerra entre dos bandos",
    este paso de víctima a sospechoso y de sospechoso a
    verdugo, da cuenta de la forma totalizante del discurso de lo
    "Idéntico": Discurso que no admite la posibilidad de lo
    diverso; negación del habla en función de un
    discurso-Único, del exterminio del habla;
    Imposición del mutismo, supresión del habla por el
    Habla que, sin embargo, es perforada por la presencia de esta
    ausencia radical, del habla excluída.

    El torturador es el Sujeto de un predicado Absoluto,
    pero la víctima es el objeto inconstituíble que tal
    predicado no agota sin que algo se retire en su
    ausencia-presencia infinita. El torturador, que puede privarme de
    ser "Yo"; el "YO"Supremo del torturador, que me convierte en
    objeto de su tortura; La "Omnipotencia"del torturador, su obra
    Absoluta; son dueños de lo "posible". Pero en el instante
    en que mi "Identidad"es suprimida por su "Poder-poderoso"; en el
    instante en que mi confesión es requerida; nada puede
    contra aquél "imposible"que se desprende y que el
    torturador quisiera tornar "Ego": En el instante en que mi vida
    es arrancada, en el instante en que "Yo" soy retirado de la
    existencia; nada, ningún Poder puede consumar tal retiro:
    "Yo"muero en tanto que "yo", pero, en mi muerte, no
    dejo de morir; ahora y siempre: Mi ausencia, mi retiro, se
    repiten en el inagotable acontecimiento de mi muerte.
    Pareciera como si, en aquél movimiento de la muerte,
    momento de la muerte
    "impersonal", tiempo sin presente del que se desprende el
    acontecimiento, todo poder se vaciara; y mi impotencia impidiera
    así la completud de lo "posible"; ligándome a ese
    destino de desaparición que arranca de lo "posible" lo
    "imposible'', el acontecimiento. Terrible paradoja. Pues esto no
    significa mi "victoria": para ello sería necesario que
    "yo"en tanto que "yo" tomase lugar; pero desde el momento en el
    que se produce el desgarramiento, en el que me veo despojado por
    su poder-poderoso, en el momento en el que soy víctima, y
    sin embargo lo "Otro", este poder me ha sido retirado
    irremediablemente. -Más quisiera el torturador que
    traicionase el habla, que en el Habla que espera, mi "Identidad"
    este como jugada, arruinando toda posibilidad en que este
    habla-otra surja. Pero lo intolerable, lejos de poder ser tan
    sólo, irrupción, de estar ligado a mi
    desaparición como "hecho", es repetición y
    desdoblamiento.

    Lo intolerable es aquello ante lo cual nos vemos
    privados de reaccionar -el desbordamiento- el instante en que
    toda "Identidad" es suprimida, todo poder de decir "Yo", abolido.
    Ningún Poder, ningún derecho,han de alcanzar lo
    intolerable, pues lo intolerable, lejos de poder ser alcanzado,
    de ser inalcanzable, es lo "ineludible". No podemos ser los
    "Observadores desinteresados" de este acontecimiento -nuestra
    vergüenza nos lo impide- . Somos, de algún modo, el
    cuerpo en el que este acontecimiento se ha encarnado. Y debemos
    por ello mismo convertirnos en el agente de su
    transmutación. Esto no ha de lograrse desde el Orden de lo
    establecido, y no debemos, por lo tanto, dar crédito
    de lo que allí proviene. Pues no sólo ha de
    engañarnos a cerca de las cosas que pasan y su sentido;
    sino que también , y sobre todo, nos inocula su veneno
    contra el acontecimiento.

    Quienes sostienen la hipótesis de la
    "Guerra entre dos bandos", ignoran que lo que hubo allí
    fue una desmesurada concentración de poder mediante el
    ejercicio de una violencia inusitada contra la que unas fuerzas
    de no-dominación se vieron forzadas a resistir. Ocurre que
    el poder es heterogéneo, y tiende, por lo tanto, a
    desplegarse. Aún en los niveles más altos de
    concentración de poder, existen instancias de
    no-dominación, de resistencia, que
    impiden la formación de un poder Absoluto (que
    según queda dicho, no puede ser tal ). estas fuerzas
    proceden estratégicamente, jamás por
    enfrentamientos institucionalizados. No son "otro bando", pues no
    aspiran a la totalidad del poder, ni poseen la misma cualidad de
    poder que el Estado. Por
    otro lado, en tanto hubo para el poder "subversivos", es decir,
    un "desorden" tendiente a subvertir el Orden de lo Establecido,
    no es posible que haya habido "otro bando". ¿Qué
    guerra pudo haber existido cuando no ha habido enemigos sino
    "desaparecidos"? Esta hipótesis de Guerra se hace insostenible
    desde el momento en que el Orden, la "Identidad", sólo
    aparecen en el ejercicio de una violencia despótica contra
    todo aquello que se resiste a ser capturado, que no

    posee la misma cualidad de poder, sino que se resiste al
    Poder, al presente lleno de lo "idéntico". Hay -desde lo
    idéntico- la construcción de un "otro bando" ficcionado
    sobre un asignificante irreductible a tal semiología
    fascista; convertido en pérdida, en desaparición y
    por lo tanto no pudiendo haber sido aún significado del
    todo como "par", como "contrario", como "poderoso".
    ¿Qué guerra ha tenido lugar en el no-lugar de la
    desaparición? Ninguna , sólo la
    "desaparición", la "desgracia", lo
    ïntolerable".

    De todos lados emerge – sin tener lugar alguno- este
    acontecimiento que se repite y nos aspira, que día a
    día encarnamos, aunque no queramos, pues ya está
    "entre" nosotros; que es negado por la presunta "continuidad"de
    un poder despótico -que está llegando a su fin-.
    Este acontecimiento que nos impide ser "Yo", ser "únicos"e
    "idénticos"; que nos hace el "otro", lo Otro para nosotros
    mismos; este acontecimiento en su efectuación ineludible,
    nos habla de la "necesidad" de una transmutación en la que
    ya , no como "Ego", no desde la soberanía de un presunto
    Origen o "Identidad"; sino desde el acontecimiento mismo,
    provoquemos la contraefectuación en la que más
    allá de nosotros mismos seamos, nosotros mismos, el
    acontecimiento; y la posibilidad de un porvenir más
    libre.

    4. Conclusión: a
    cerca de la creación de nuevos modos de
    existencia.

    Más allá de toda propedéutica o
    arte
    adivinatoria, podemos, siguiendo el hilo del acontecimiento,
    aventurarnos sobre la posibilidad de un porvenir más
    libre. Experiencias como el movimiento de los "Sin tierra"o el
    Ejército Zapatista de Liberación Nacional, nos
    hablan a las claras de que algo distinto está surgiendo;
    de que de nada sirven las nociones de "Identidad" o
    soberanía, repletas como están de universalismos y
    absolutos. Seguramente, estas experiencias de las que hablamos,
    como tantas otras, hallen en un plano de Organización -plano trascendente del que
    más arriba hemos dicho- su supervivencia. Pero no es a
    este proyecto
    trascendente al que pertenecen ni en el que nacen o se
    encuentran, sino que despliegan a través de sus
    prácticas , un contagio de inmanencia en un plan de
    inmanencia que prolifera en contacto con otras experiencias, y se
    expande creando nuevas experiencias, nuevas formas de resistencia ,
    nuevos modos de existencia creadores.

    En nuestro país, experiencias como estas
    están comenzando. Y debemos prestar mucha atención
    a lo que nos dicen, pues todas surgen, sin duda, del
    acontecimiento, y son -en tanto transmutadas en creación-
    el acontecimiento mismo. Agrupaciones como las Madres de plaza de
    Mayo, Las Abuelas.., H.I.J.O.S., etc, son ejemplos de lo que
    estamos diciendo. Y no sólo porque nos hablen de derechos humanos:
    "Los derechos del
    hombre son
    axiomas, pueden coexistir con otros axiomas en el mercado que los
    ignoran o los ponen en suspenso mucho más de lo que los
    contradicen"(6). Sino por ese contagio de inmanencia que
    introducen en nosotros y que el poder acusa de "peligroso'' por
    no encontrarse en la lista de los derechos del hombre.

    Ellos no se han dejado vencer por la nostalgia ni son el
    enunciado de una pérdida . Allí perdura el devenir
    de quienes murieron entreviendo la posibilidad de un porvenir
    más libre. Devenir que hoy reaparece para que nosotros, en
    otro contexto, bajo otra forma, retomemos. Este
    devenir-revolucionario que nada tiene que ver con la revolución, es nuestra única chance
    de crear , de ser libres, de resistir al presente. La
    destrucción es algo que debemos considerar adquirido;
    sólo resta llevarla hasta el final, transmutarla en
    creación, en devenir, en "diferencia".

    Acontecimiento e inmanencia en la que como diría
    aquél viejo grafitti del Mayo francés: "La
    acción no debe ser una reacción sino una
    creación".

    "Estamos ahora en la etapa en que podemos mirar nuestra
    actividad, no nuestra creación sino nuestra actividad, y
    decir que apesta. Es la ruina del mundo. Esta actividad de abeja,
    esta actividad sin sentido es a la que me resisto." Henry Miller,
    "Mi vida y mi tiempo."

    "somos una esencia singular, un grado de potencia".
    (7)

    La palabra resistencia, tan a menudo bastardeada por el
    instinto reaccionario de conservación, plantea la
    necesidad de poseer una visión más profunda
    respecto de lo que somos; es decir, del modo bajo el cual se
    expresa nuestra potencia. Esta visión crítica se
    manifiesta en la vía de un ejercicio concreto de
    pensamiento; ejercicio ya de por sí creativo, pues el acto
    de pensar actualiza esa potencia en la fundación de un
    ethos concerniente a un ejercicio deliberado de libertad en el
    plano concreto de
    las relaciones de poder. Será preciso entonces, atender a
    las condiciones de posibilidad que este acto crea, para refundar
    una política
    que se aplique a nuevos modos de existencia que amplíen
    nuestra potencia, acrecienten los espacios de libertad en que nos
    veamos impelidos a crear, en vez de experimentar nuestra
    relación con la vida desde el impoder y el
    resentimiento.

    Resistir será desde entonces crear, no reaccionar
    , pues la reacción es el proceder de la impotencia que,
    carente de medios para
    gobernarse a sí misma, utiliza la fuerza contra
    todo aquello que surge en la vía de una posición
    activa y afirmativa desafiando todo lo establecido como orden
    inmutable y trascendente.

    – Allí donde ya no hay resistencia: " Pensar,
    Crear, Resistir".- (8)

    El tiempo de lo reaccionario es el presente
    inmóvil de la trascendencia ( Cronos ). Desde allí,
    fija los afectos, el fluido de la potencia, y neutraliza su
    poder. Despojada de lo que puede, la potencia se torna contra
    sí misma, despojada del acto, reacciona. En el presente
    inmóvil de la reacción, la cuestión ética se
    ve desplazada por la función restrictiva de la norma
    (moral) : quien
    no puede gobernarse a sí mismo necesita inventar la
    garantía de un orden trascendente, un juez desconocido que
    lo gobierne, no sólo a él, sino también, y
    sobre todo, a aquél que es capaz de gobernarse a sí
    mismo, el hombre
    libre. En el tiempo que corre, que es nuestro tiempo , las
    democracias modernas (nuestros gobiernos), apuntan seriamente a
    solventar este orden. Aunque no existan tal vez tan
    explícitamente leyes de Estado, el
    Mercado mundial
    las regula; la formación comunicativa del orden de lo
    privado y lo público ha ido tomando poco a poco la
    instancia libre de lo ético y lo político. Es
    éste un momento grave, y esta gravedad en la que nos
    reconocemos, es lo que nos desafía a inventar.

    "Crear no es comunicar, si no resistir." (9)

    La invención, el pensamiento, surgen como
    acontecimiento. La fuerza de lo intempestivo quiebra el
    orden forzado de la trascendencia, y se efectúa de este
    modo en la historia como lo nuevo, es
    decir lo radicalmente otro, manifestación singular de una
    diferencia irreductible, multiplicidad no sometible al orden
    hegemónico del presente endurecido. Pero lo nuevo no es
    sin embargo la novedad, así como lo intempestivo no
    pertenece al tiempo de la historia. El tiempo del acontecimiento
    es el devenir, la tensión entre pasado y futuro sin
    presente, ( Aiôn ), en que lo nuevo parece vislumbrarse
    como la verdad eterna y sin embargo inmanente del acontecimiento.
    No basta con esperar el futuro como un presente mejor, risitir es
    dar a la acción la forma plástica de un porvenir
    más libre, en el tiempo transformador del
    devenir.

    La creación no es comunicación, aunque existan tal vez en
    la
    comunicación formas medianamente creativas. La
    creación es transformación, no sólo
    expresión. Pertenece a la creación el poder
    transformador de la materia y el
    espíritu. Quien crea, se ve transformado en cuerpo y alma;
    y lo que expresa, lo que luego es comunicable, es tan sólo
    la anécdota de la que debe verse desprendido para volver a
    crear. La información lo llena todo y no deja lugar a
    la transformación, a la inversión del estado de cosas; pero la
    creación se hace paso inventando vacuolas de silencio a
    tanto ruido
    infernal.

    El devenir revolucionario del pensamiento (sea
    éste filosófico, artístico,
    científico…) no tiene nada que ver con la revolución
    en sí misma, no está en el stalinismo, ni en la
    china
    comunista, ni el Estado
    posrevolucionario francés. El devenir revolucionario es el
    acto de resistir, no sólo a las causas exteriores que
    recortan nuestra potencia, sino a nuestra propia impotencia, que
    en la esfera de su impoder crea la farsa de la omnipontencia a la
    que diariamente cedemos. Nada de comunicación, sólo el intenso fluir
    del contagio de la libertad, que es la creación,
    podrá liberanos de tanta desgracia.

    Resistir al presente no es reaccionar a lo dado del modo
    en que lo dado espera, sino hacer surgir de algún lado lo
    nuevo, lo interesante, lo inexplorado, de modo tal que algo
    cambie entre nosotros. Algo que hasta ahora mantenía
    oculto la fría rigidez de lo Uno aparece, somos nosotros
    mismos transformados. Nuestra propia creación es la
    creación de nosotros mismos en un proceso
    infinito de transformación, ramificación y
    contagio. A esto y no a otra cosa llamo yo resistir.

    " Los más sutiles muestran y
    critican lo que puede haber de loco en las ideas que un pueblo se
    hace sobre su moral o que los hombres se hacen sobre cualquier
    moral humana (…)
    y se creen que a partir de este hecho han criticado la propia
    moral "

    ( F. Nietzsche)

    6.
    Notas
    :

    1- Deleuze, Gilles – Guattari, Félix:
    ¿Qué es la filosofía?, Anagrama, 1993
    2- Deleuze, Gilles: La imagen-tiempo,
    estudios sobre cine2, !985, Paidós
    3- Íb. 1
    4- Deleuze, Gilles, en un artículo titulado: Spinoza y
    nosotros (conclusión del libro Spinoza,
    Filosofía práctica, ed. Tusquets) y en Mil mesetas,
    Deleuze, Gilles- Guattari, Félix, ed. Pre-Textos
    Establece un juego de
    palabras entre plano y plan, distinguiendo el "plano de
    inmanencia" o de "consistencia" o "plan inmanente" del "plano de
    trascendencia'' de "Organización y desarrollo" o "Proyecto
    trascendente", por esto es que aquí juegan también
    de este modo estas palabras, esperamos haber dado alguna ide de
    que se trataba cada uno así es que no volveremos a
    explicarlo aquí.Para una mejor comprensión: Mil
    mesetas, Deleuze, Gilles- Guattari, Félix, ed. Pre-Textos
    y Deleuze, Gilles- Guattari, Félix: ¿Qué es
    la filosofía?, Anagrama, 1993
    5- Deleuze, Gilles – Guattari, Félix, citan a Cage: "lo
    propio del plan es que falle", este fallo no será en modo
    alguno una derrota, sino unas condiciones de posibilidad o una
    captura.
    6- Deleuze, Gilles – Guattari, Félix: ¿Qué
    es la filosofía?, Anagrama, 1993

    7- Deleuze, Gilles: Spinoza, Filosofía
    práctica, ed. Tusquets
    8- "Pensar, Crear, Resistir", Gilles Deleuze es quien da cuenta
    de esta bellísima fórmula a lo largo de toda su
    obra. Ver: Geofilosofía, ¿Qué es la
    filosofía?, Anagrama, 1993
    9- Deleuze, Gilles: Conversaciones, ed. Pre-Textos,
    1994

    Resumen:
    El presente ensayo nos
    habla de la "Identidad". Pero, lejos de circunscribirse tan
    sólo a esta Forma y a su desarrollo – que sería
    como estar dispuestos a razonar sólo desde lo ya "dado",
    en materia de lo "visible"-, intenta ir más allá de
    la mera reflexión, para adoptar un pensamiento que le es
    propio y que no ha de reconocerse en la soberanía de lo
    "posible"; sino, más bien, en el plano inmanente de una
    actitud
    filosófica, de un pensamiento crítico y creativo
    que, más que buscar fundarse en algún
    reconocimiento interno, se sitúa en la exterioridad – ni
    "visible" ni "invisible"- del acontecimiento; llamando con todas
    sus fuerzas a este pueblo que "falta", que no está , que
    requiere "ser inventado" y que, lejos de descansar en la forma
    soberana de lo "idéntico", está en constante
    mutación y contagio, corriendo el peligro de ser capturado
    por este Orden mayoritario, y, sin embargo, yendo siempre
    más allá de su dominio.

    Estudios:

    1991-1999 Filosofía Contemporánea, Espacio
    de Pensamiento, Buenos Aires,
    Argentina.
    1990-2000 En forma particular: con Annabel Lee Teles.
    1995 Pintura: en el
    taller de Norma Horowitz.
    1995 Dibujo:
    Roberto Firpo
    1996-1998 Santiago Cucullu: Lic. en Artes Plásticas,
    Washington EEUU
    1988-1990 Coordinador de Talleres Literarios: Municipalidad de
    Lomas de Zamora.
    Otros:

    1995 Foucault: Annabel
    Lee Teles Espacio de Pensamiento

    1996 Ontología, ética y
    política
    en Espacio de Pensamiento
    Jornadas Nietzsche: UBA, en CCRR
    Foucault:
    CCRR
    La Etica: Alain Badiou en el CCRR
    Batallas éticas: Badiou y Rorty: Tomás Abraham
    Espacio de Pensamiento
    Leibniz y el Barroco: Lic.
    Alejandra Balbi, Municipalidad de la Ciudad de Bs. As.
    Etc.

    Trabajos, caharlas y seminarios dictados:

    Coordinador de talleres de filosofía desde
    1995
    en Espacio de Pensamiento, Buenos Aires,
    Argentina
    y en forma particular.
    Seminario
    sobre ética en la Facultad de Psicología de la
    UBA.
    Charla sobre las instituciones
    de encierro y el proyecto de desmanicomialización del FAB
    en la Facultad de Filosofía de la UBA
    Nietzsche en la Cátedra de Etica de la Facultad de
    Psicología
    de la UBA.
    Jornadas de ética y política en Espacio de
    Pensamiento: Libertad en las instituciones
    de encierro. Desmanicomialización como un ejercicio
    ético y político diferente. Junto a Diego Zerba
    (CUD) y Alejandra Balbi (FAB), entre otros.
    Sobre la imagen-movimiento
    y la imagen-tiempode Gilles Deleuze.
    Sobre Empédocles.
    Sobre Blanchot.
    Sobre Nietzsche: en el CC Cátulo Castillo, Buenos Aires,
    Argentina.
    Artículos publicados en la revista
    Pliegues Espacio de Pensamiento
    Miembro de la revista
    Letramorfosis
    Colaborador en la revista Periferico Cyberiano
    Fundador y programador del cine club Gran
    Sud, Temperley
    Actualmente elaborando un ensayo sobre Empédocles(o del
    Amor): el Ser
    y la Sensación
    Y dirigiendo el proyecto de Espacio de Pensamiento en
    Internet

     

     

    Autor:

    Martín Ayos
    espacio de pensamiento
    Buenos aires – Argentinaagosto/septiembre de 1997
    Edad: 28 años
    martin_ayos[arroba]topmail.com.ar
    www.sinectis.com.ar/u/anna

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