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La Resiliencia




Enviado por gr.eros



    1. Introducción

    Cada persona brilla
    con luz propia entre
    todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos
    grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay
    gente de fuego sereno, que ni se entera del viento y gente de
    fuego loco, que llena el aire de chispas.
    Algunos fuegos, fuegos bobos no alumbran ni queman, pero otros
    arden con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear y
    quien se acerca se enciende.

    En este relato de GALEANO, se resumen las dos aristas
    filosóficas de la teoría
    de la resiliencia la primera se relaciona con la idea de la
    luminosidad. La resiliencia se edifica desde la zona luminosa del
    ser humano, desde sus fortalezas, asumiendo la potencialidad de
    cada individuo para desarrollarse. L a segunda arista consiste en
    la idea de la diversidad, de la diferencia. La teoría
    de la resiliencia cobra significado a partir de las diferencias
    en la reacción ante circunstancias adversas, generadoras
    de stress. Mientras
    algunas personas sucumben a dichas circunstancias, evidenciando
    desequilibrio y trastornos a diversos niveles. Otras se
    desarrollan exitosamente a pesar de la adversidad.

    Precisamente las preguntas principales formuladas por
    los investigadores sociales en los últimos años en
    esta área se relacionan con el problema de la
    determinación del enfrentamiento exitoso al stress y a la
    adversidad.

    Es justo en este espacio de incertidumbre que abre la
    diferencia en la reacción ante la adversidad donde se
    inscribe el concepto de
    resiliencia, definido como la capacidad de un individuo de
    reaccionar y recuperarse ante adversidades, que implica un
    conjunto de cualidades que fomentan un proceso de
    adaptación exitosa y transformación a pesar de los
    riesgos y la
    adversidad.

     2. Factores de
    riesgo

    Estos deben ser vistos como un resultado de la estrecha
    interacción individuo- ambiente donde
    cada una de estas dos partes juega un papel activo.
    Es decir, el individuo no debe considerarse un receptor pasivo de
    los diferentes estímulos, por el contrario se encuentra
    constantemente modulando la incidencia a estos con su conducta, sus
    efectos en la determinación del carácter de
    riesgo. En
    este proceso de
    modulación se mezclan componentes genéticos,
    psicológicos, sociales y situacionales.

    Esto supone además, el carácter
    específico de los mecanismos implicados en la
    determinación del riesgo: en cada
    individuo tendrán una dinámica propia, única, que
    dependerá de la articulación de los componentes
    referidos con anterioridad

    La resiliencia es en términos de ingeniería la capacidad de un material para
    recobrar su forma original, después de someterse a una
    presión deformadora. En este trabajo, sin embargo,
    retomamos la más reciente acepción de esta palabra,
    que designa la capacidad de una persona para
    superar bien condiciones adversas de la vida.

    Por lo general la resiliencia ha sido estudiada en lo
    referente a la manera sorprendente de muchos niños y
    niñas maltratados de distintas formas para sobreponerse y
    mantener su vitalidad y esperanza.

    Como seres humanos, pese a vivir en diferentes
    condiciones cada ser, por lo menos en algún momento de la
    vida los problemas nos
    han hecho tocar fondo. De hecho, a veces se ha dicho que hay que
    tocar fondo para poder tomar
    conciencia y
    levantarse. Puesto que si nos dejáramos arrollar por ese
    tipo de situación, nuestras vidas perderían toda
    conducción y sentido.

    Pese a todo el potencial social constructivo que
    implica, no se ha pensado en la posibilidad de plantear la
    resiliencia como un ejemplo para todos y todas, en nuestro
    crítico contexto de vida.

    3. Objetivos.

    El objetivo
    principal de este trabajo es mostrar que si partimos de la
    existencia de ciertos factores de resiliencia individuales y
    sociales, existe la posibilidad de salir adelante sin necesidad
    de ampararnos bajo vicios como el paternalismo,el clientelismo,
    la drogadicción y otros tipos de dependencia,
    que no hacen sino sumarse a los problemas ya
    existentes.

     

    4. En lo social

    Actualmente al contrario de lo que se proponía en
    el proyecto
    político del estado
    nacional, se da la fragmentación de las identidades y
    redefinición de valores.
    Además se acentúa la explotación, la
    discriminación y el
    individualismo.

    A la par cobran expresión nuevas propuestas desde
    aquellas nuevas identidades que se manifiestan mediante el
    espacio de la cultura. Por
    lo tanto dichas identidades(etnia, género, edad, clase
    social, ideas políticas,
    religión),
    que no son excluyentes unas de otras, sino muchas veces
    transversales, reclaman el lugar que muchas veces la historia les
    negó.

    5. Lo que hace resilientes
    a las personas

    Existen factores internos como la autoestima, el
    optimismo, la fe, la confianza en sí mismo, la responsabilidad, la capacidad de elegir o de
    cambio de las
    competencias
    cognoscitivas.

    Una vez fortalecidos estos aspectos, que se conjugan en
    lo que llamamos espíritu. Además se refuerzan las
    posibilidades del grupo de
    apoyar a las personas como ser humano integro, seguro y capaz de
    salir adelante.

    Por ello es importante, además de desarrollar
    factores internos, afianzar los apoyos externos. Sin embargo, si
    la autoestima es
    baja o no se conjuga bien con las destrezas sociales, o si la
    esperanza en uno mismo no fluye no se canaliza de la mejor manera
    y si se le quita al individuo el apoyo externo vuelven a
    derrumbarse.

    A continuación detallamos diez puntos que
    fortalecen internamente el poder personal:

    Trato estable con al menos uno de los padres u otra
    persona de referencia.

    1. Apoyo social desde dentro y fuera de la
      familia
    2. Clima educativo emocionalmente positivo, abierto,
      orientador y regido por normas.
    3. Modelos sociales que estimulen un conductismo
      constructivo.
    4. Balance de responsabilidades sociales y exigencia de
      resultados.
    5. Competencias cognoscitivas.
    6. Rasgos conductistas que favorecen a una actitud
      eficaz.
    7. Experiencia de autoeficacia, confianza en uno mismo y
      concepto
      positivo de uno mismo.
    8. Actuación positiva frente a los inductores del
      stress.
    9. Ejercicio de sentido, estructura y
      significado en el propio crecimiento.

    Son condicionantes externos los de carácter
    social, económico, familiar, institucional, espiritual,
    recreativo y religioso, los cuales son promovidos o facilitados
    por el ambiente, las
    personas, las instituciones
    y las familias que intervienen en la atención, el trato y
    el tratamiento de los grupos e
    individuos que están en situación de riesgo y
    vulnerabilidad.

      Al margen de los ya mencionados, caben otros
    ámbitos y claves que la resiliencia genera no pocos
    insisten en la necesidad de contar con buenos modelos de rol
    en la vida diaria especialmente cuando se trata de niños,
    personas de las cuales los individuos u otros niños pueden
    aprender. En la actualidad algunos educadores han desarrollado
    estas técnicas con experiencias realizadas en el campo con
    bosques, flores y demás.

    También constan entre los factores externos los
    factores de riesgo que pueden ser muchos, los cuales
    vulnerabilizan la integridad psíquica, moral,
    espiritual y social.

    No basta con compartir su cotidianidad y diluirse en
    ella, ni reflexionar su problemática identificando los
    factores de riesgo que los llevó a tomar esta
    opción, pues sería vulnerabilizar aún mas
    sus condiciones de vida, sobre todo se fomenta una doble
    estigmatización, marcándoles con una etiqueta como
    de callejero, drogadicto, etc.

    En estos casos para Freire, un investigador
    Guatemalteco, es la luz interior la
    que en determinados casos sirve para determinar una
    decisión y tomar una oportunidad privilegiada que se
    presenta en el momento justo. Esto representa fortalecer los
    factores de protección que promueve la resiliencia,
    revalorizando el potencial interno y externo de cada persona para
    reconstruir su proyecto de vida
    personal y
    comunitaria.

    Se puede considerar que las principales actitudes que
    fortalecen en los factores protectores o resilientes en los
    humanos son:

    • Demostraciones físicas y verbales de afecto y
      cariño en los primeros cuatro años de
      vida.
    • Reconocimiento y atención a sus éxitos
      y habilidades.
    • Oportunidades de desarrollo
      de destrezas.
    • Actitud de cultivo, cuidado y amor por
      parte de todos sus semejantes y especialmente de los encargados
      de su cuidado y protección.
    • Apoyo de un marco de referencia ético,
      moral y
      espiritual.

    6. Proyectos para
    vivir genuinamente

    Estos proyectos son
    posibles hoy en día, apenas a dos años del nuevo
    milenio, sin necesidad de acudir a sectas o a voces
    mesiánicas para la solución a los grandes
    interrogantes de la vida.

    Primero tenemos que reconocernos como seres humanos con
    valores y
    potencialidades y en ese espejo mirar también a los otros
    con una visión holística que apunta al crecimiento,
    al fortalecimiento interior y al cultivo de la
    autoestima.

    Así como la aspirina se utilizó mucho
    tiempo con
    éxito y no se comprendía exactamente como
    funcionaba en la vida cotidiana decidimos y construimos sobre la
    base de conocimientos que allí están. Lo mismo
    ocurre con la resiliencia, se ha trabajado con ella y se la ha
    aplicado sin tener un nombre específico y sin
    conocimientos sistemáticos sobre su
    aplicación.

    7. Desde
    pequeño

    Para hablar de resiliencia, basta con remitirnos a
    cualquier cantidad de información de los medios para
    referirse a niños, mujeres, ancianos y seres marginales en
    situación de riesgo.

    Cada caso es más sensacionalista que otro suena
    más o vende más, sin embargo el observador sagaz se
    da cuenta que mucho hay de negativo en el sistema y en el
    tejido social que destaca solo lo que impacta.

    Es así cuando entra el factor de la resiliencia
    como contraparte; por cada tanda de noticias trágicas
    debería igualmente desplegarse otras a manera de semillas
    constructivas que permitan el cambio hacia
    un nivel de vida más llevadero, hacia un recorrer senderos
    diferentes de los ya transitados, en los cuales las opciones de
    crecer y desarrollar las potencialidades internas y la
    autoestima.

    Hay que dar un salto cualitativo de la pobreza en
    todos sus niveles a la no- pobreza que es
    algo distinto al término riqueza.

    8. La
    familia

    Es un factor preponderante en la formación de
    personas sanas física y
    psíquicamente en la formación de los niños y
    adolescentes,
    pero este modelo de
    familia es el
    clásico y las condiciones en que se desenvuelve la
    sociedad no
    las apropiadas para que esto sea un bien común.

    Si un niño tiene sus necesidades básicas
    llenas, tiene más opciones de éxito en el futuro,
    si a esto le añadimos el contacto físico, las
    caricias y el respeto de sus
    padres o familiares, su desarrollo en
    todos los aspectos será armónico.

    Pero en el caso de la resiliencia ella busca restituir
    corazones heridos y darles la posibilidad de emprender un proceso
    de rehumanización a los niños de la calle, a los
    refugiados, a las mujeres mal tratadas, a los grupos que han
    sufrido la crueldad institucionalizada para la formación
    de familias recilientes impulsadas por promotores sociales, de
    salud,
    voluntarios, expertos en educación y en
    desarrollo.

     9. Factores
    protectores

    Estos son considerados ese algo que opera para
    mitigar los efectos del riesgo. Se consideran fuerzas internas y
    externas que contribuyen a que el niño resista o aminore
    los efectos del riesgo, por tanto, reducen la posibilidad de
    disfunción y problemas en estas circunstancias, como los
    factores de riesgo los factores protectores involucran
    también variables
    genéticas, disposiciones personales, factores
    psicológicos, situacionales y sociales.

    Dentro de los personales se incluyen características temperamentales que
    provocan respuestas positivas en los padres y cuidadores y
    autonomía combinada con la capacidad de pedir ayuda. E n
    la niñez más tardía así como en la
    adolescencia:
    habilidades comunicativas y de resolución de problemas,
    competencia
    escolar, sentido del humor, autoestima elevada, creatividad,
    autonomía, tolerancia a las
    frustraciones entre otras.

    Al interior de la familia se
    han definido factores como presencia de apoyo incondicional por
    al menos una persona competente y emocionalmente estable,
    creencias religiosas que promuevan la unidad familiar y la
    búsqueda de significados en los tiempos
    difíciles.

    Dentro del ámbito comunitario se han considerado
    los siguientes: presencia de pares y personas mayores en la
    comunidad que
    brinden la posibilidad de transiciones positivas en la vida como
    programas de
    educación
    comunitaria a padres, participación activa en una comunidad
    religiosa.

    Los diferentes factores protectores, al igual que los de
    riesgo no actúan aisladamente en el niño, sino
    ejerciendo un efecto de conjunto donde se establecen complejas
    relaciones funcionales que en definitiva traen como resultado la
    atenuación de los efectos de las circunstancias adversas y
    eventos
    estresantes. Este proceso es denominado moderación del
    stress. El
    conocimiento de este proceso es imprescindible para
    comprender los mecanismos que subyacen a los factores protectores
    y a la resiliencia en general.

    A partir de todo lo expuesto sobre los factores de
    riesgo y protectores así como los mecanismos que los
    subyacen, se puede concluir que la combinación de
    múltiples factores de origen genético,
    psicológico, social y situacional pueden determinar un
    estado de
    riesgo o de resiliencia en el niño.

    10.
    Conclusión

    Después de informarnos un poco acerca de este
    tema que es muy nuevo e innovador en lo que respecta a la forma
    en que las personas son capaces de superar la adversidad, creemos
    con absoluta convicción que resultan fundamentales ciertos
    factores formativos en el desarrollo de cada individuo; como una
    buena estimulación intelectual, social y afectiva, ya que
    esto podría conformar un pilar sólido al momento de
    enfrentarse a situaciones adversas. La resiliencia
    fundamentalmente esta siendo encaminada a la promoción de factores protectores a nivel
    personal con el objetivo de
    desarrollar estilos de enfrentamientos a los momentos
    difíciles.

    Es importante estimular factores de resiliencia internos
    de las personas como la autoestima, la creatividad,
    así como también los factores externos como el
    sistema social de
    apoyo, que involucran estimulación de la
    socialización secundaria que resulta muy importante en la
    formación de la
    personalidad de un individuo.

    11.
    Bibliografía

     

     

    Autor:

    Gino Raffo A.
    Carla Rammsy
    Universidad del
    desarrollo
    Escuela de
    psicología
    " La Resiliencia "
    Categoría: Psicología
    gr.eros[arroba]entelchile.net

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