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Apuntes sobre la música popular en Cali (Colombia) en la 2ª mitad del siglo XX (página 2)



Partes: 1, 2

SEPARACIÓN
DE LAS CLASES
SOCIALES

La división de las clases sociales en Cali se
dió al mismo tiempo que el
crecimiento de la misma, por ejemplo, en las primeras
décadas del siglo XX la construcción de los barrios Granada El
Peñón y San Fernando se dio casi paralelo a la
extensión de los barrios el Calvario y San Nicolás
– dos de los mas antiguos — algunos años
después, se extendería el Barrio Obrero signo del
crecimiento de la población popular en nuestra
ciudad.

A mediados del siglo XX se comenzó a gestar un
proceso de
sectorización debido a la creación de nuevos
barrios lo que hizo que todas las dinámicas sociales,
económicas, políticas
y culturales se vieran afectadas de manera significativa. Es de
esta manera como se da una nueva separación de clases en
la ciudad: el norte, oeste y el sur, para las clases media y
alta, el oriente y la ladera para las clases populares, la
avenida sexta y Juanchito, el Club San Fernando, Campestre y
Colombia. La
caseta de guadua en el vallano (Antiguo barrio ubicado entre las
calles 15 hasta la 26 y la carrera primera hasta la carrera 10)
Los bailes populares, las zonas llamadas de tolerancia que
fueron importantísimas en el desarrollo
cultural popular de la ciudad entre los años 50, 60, 70 y
80 y así sucesivamente. Lo mismo sucedió y sucede
aún con los lugares de recreo. Los ríos de la
ciudad y los centros de diversión dentro del mismo barrio
siempre han sido el lugar de paseo y de recreo de las clases
populares. Para la clase "media
"y "alta", los lugares de recreo y diversión se han
caracterizado por encontrarse casi siempre ubicados en las
afueras de la ciudad, mas concretamente en clubes, en fincas y
centros de descanso. Solo en las dos últimas
décadas los centros Comerciales se han convertido en
centros de reunión donde convergen casi todas las clases
sociales.

Respecto a la conformación de los habitantes de
los barrios mencionados arriba y las diferencias en los aspectos
sociales, culturales y económicos veamos lo que se
logró investigar.

Barrio Granada:

"regresemos a la avenida sexta norte con calle 13 donde
residían un buen número de familias. Don Abraham
Domínguez, don Álvaro Lloreda y su familia
residían en un pequeño castillo de la calle 14
norte. Las familias Villalobos y Palacios. El gran escritor y
poeta don Gilberto Garrido. Otra familia era la de doña
Beatriz Borrero, Racines Blum, los Malca, también la familia de
don Belisario Zamorano que ocupó la alcaldía. Los
Irragori, don Ernesto Mejia Arbelaez, los Lenis Burckard. Los
Córdoba Velasco y Garcés Córdoba que
ocupaban tres lindas mansiones de grandes antejardines. Se
conservan sobre esta avenida, grandes mansiones de una y dos
plantas donde
habitaban también familias extranjeras".

Tan contundente ha sido esta relación que por
ejemplo, uno de los primeros Clubes que se construyó en la
ciudad fue el Club Colombia, este se encontraba ubicado en el
barrio Granada, cuando lo trasladaron de lugar en los años
60 no fue a parar muy lejos; hoy día se encuentra ubicado
a unas cuantas cuadras de la avenida sexta y prácticamente
en el mismo barrio.

Barrio El Peñón:

"sobre el oeste el barrio el Peñón
también antiguo. Donde vivieron grandes poetas e intelectuales
el más destacado, el poeta y escritor Jorge Isaacs. Las
familias Escobar, Cobo Arizabaleta, los Lloreda, Tafur
González, Calero, los Vallejo Peláez, Caicedo
Figueroa, Ricardo Price. Poetas como Ricardo Nieto y Margarita
Gamboa. En este barrio se construyo el Hotel Intercontinental y los primeros mejores
colegios de la ciudad: la Sagrada Familia, Santa Rita Del
Peñón, El Colegio El Amparo. Centros
culturales como la Biblioteca el
Centenario y el Teatro la
Tertulia".

Barrio san Fernando:

"algunas eran casas quintas como la de los doctores
Magaña, Valencia, Daza y otros. Poblaba entonces el barrio
San Fernando un conglomerado del mayor aprecio y
distinción, donde todos nos conocíamos y
visitábamos, según la antigua costumbre del Valle.
También residían allí ciudadanos alemanes
como los Neyman, Schultz, Brueck. Franceses de apellido Thorin y
el Conde Belleville, los suizos Jean Frey y Ernest Senz, los
Españoles Emilia y Manuel Jordán, los Vascos Manuel
Aranzabal y el Presbítero Alejandro Hunkele".

Estas familias y sus apellidos, contrastan enormemente
con la de los barrios San Nicolás y El Obrero. Leamos el
relato.

Barrio San Nicolás:

"recuerdo que la plaza san Nicolás fue
cementerio. Como la ciudad se fue extendiendo el cementerio se
fue corriendo hasta que llego a la calle 27. Recuerdo que en el
barrio San Nicolás nacieron grandes artistas en la
pintura, como
Angelino Arce, Cruz Bravo, Pablo Aedo, Esteban Bravo, este fue
escultor y también arreglaba muñecas, había
Herreros, Carpinteros, Zapateros, Serenateros".

Barrio Obrero:

"los primeros habitantes de este sector, fueron personas
nacidas en el barrio San Nicolás pero que luego se
vinieron para acá, lo mismo que ferroviarios, Artesanos, y
personas venidas de otros departamentos, especialmente de la
costa pacifica. Estas familias fueron: Palomino, Echeverri,
Marcera, Varela, Rivas, Racines, Soto, Mina, Saucedo, Lasprilla,
Casañas, Lerma, Estupiñán, Mera,
Martínez, Salinas, Murillo etc.

En el año de 1942 este barrio sufrió el
primer recorte para separarlo de la zona de tolerancia o de las
mujeres de vida alegre".

Ya en los años 40 y 50 desde el punto de vista
musical que es nuestro objeto de estudio, se habían dado
los comienzos para esta ruptura entre las clases populares y la
élite, esto, porque estaban llegando a nuestra ciudad
desde Buenaventura, las primeras melodías cubanas
interpretadas por Benny Moré, Celia Cruz, Trío
Matamoros y otros artistas.

"En la zona, la Sodoma de nuestra ciudad, que
comprendía un sector del barrio Obrero y del Sucre, se
oía esta música antillana a
todas horas, acompañada por un baterista solitario que se
sabía de memoria todas las
canciones y todos los ritmos".

De la Argentina ya sonaban los tangos, los valses y las
milongas, de la costa atlántica y Venezuela
estaban llegando nuevos ritmos que luego se conocerían
como música tropical, de México nos
sonaban las rancheras y los boleros. Estos ritmos contrastaban
enormemente con la música Colombiana como el bambuco,
pasillo y torbellino, la que más gustaba y, además
de la que se nutría la mayoría de la
población vallecaucana.

"En Cali por esas épocas existían conjuntos
dedicados al arte criollo,
así lo atestiguan las remembranzas del maestro
Álvaro Romero Sánchez, quien comentó que
esos conjuntos llevaban serenatas a las novias "mulatas" de los
barrios populares y animaban bailes y jaranas en cualquier lugar.
Posteriormente el maestro Romero Sánchez deleitó a
los presentes con algunas de sus obras más sentidas y
conocidas, una de ellas fue "la Marcha Turca".

Respecto a la llegada de música extranjera a la
ciudad Alejandro Ulloa nos dice:

….Poco a poco los géneros Irán
decantando su propio público y en la recepción
múltiple darán forma a esa memoria musical que bien
representaban los Panchos, Jorge Negrete, Gardel, Agustín
Lara, Matamoros o la Sonora Matancera. Hemos visto que muchos de
ellos llegaron triunfantes a la ciudad para consolidar una
imagen que ya
se promovía en el disco – canción, ese nuevo
objeto de consumo
material y simbólico, real e imaginario; en la radio, esa voz
amiga que entra a ser parte del entorno familiar; en el Cine, que
forma un mundo de ilusiones; y en teatros y radioteatros hasta
donde llegan los artistas patrocinados por la industria
radiofónica y compañías nacionales o
extranjeras que buscan desarrollar un mercado en el
país. Todas las estrellas de la canción
Latinoamericana pasaron por Cali, a excepción de uno que
murió cuando venia en camino y dejó esperando a su
público en la entrada del teatro Isaacs. Hablamos de
Gardel, muerto en 1936….

Más o menos esta es la misma opinión de
Rocío Cárdenas haciendo referencia a la llegada de
la música extranjera a nuestra ciudad:

Estos son los patrones formales de la música
cubana y puertorriqueña que empezaron al incursionar por
esta tierra en la
década de los cuarenta cuando las casas disqueras como la
RCA víctor difundieron las voces y conjuntos de entonces;
nos han quedado de esa época el trío Matamoros, el
Conjunto de Pedro Florez, el Sexteto de Ignacio Piñeiro,
el Cuarteto Marcaino, el Conjunto Victoria y Rafael
Hernández, sin nombrar otros muchos que nos trajeron la
música cubana y puertorriqueña creándonos un
gusto por los géneros que proyectaron entre ellos el Son
que hacia su aparición en la isla y que los Matamoros
difundieron e hicieron conocer fuera de ella como en el caso
nuestro.

Con el crecimiento de la ciudad se presentó
entonces un giro lógico en las formas culturales,
musicales y cotidianas de la población.

Ya no solo era el paseo al río los domingos, o
las tardes de ocio en el parque Caicedo, o los encuentros
esporádicos de los pocos intelectuales existentes, en los
bares y cafés de la ciudad entre otros. También se
hizo parte indispensable de los modos de diversión el
consumo musical, no solo en los centros nocturnos o en las
fiestas familiares donde algunos tocadores interpretaban
instrumentos de cuerda, se volvió también una
necesidad apremiante abrir un mercado para los artistas locales
ya que la población por su rápido crecimiento,
estaba urgida de consumir estos nuevos productos:

"Yo comencé mi trabajo como
músico, tocando con una batería hechiza que
hacían aquí en Cali con material de aluminio en el
año 1949. El sitio donde tocaba quedaba donde ahora es la
portada al mar, yendo paraTerrón Colorado, y lo que
hacía era seguir la música que en ese tiempo se
colocaba en esas radiolas grandotas" .

Es de esta forma como comienzan a integrarse algunos
músicos locales con los llegados de otras regiones y
establecen relaciones musicales entre ellos, conformando las
primeras agrupaciones bailables, los primeros pequeños
grupos, los
primeros tríos, todos estos de música popular, que
se presentaban casi con regularidad en la zona de tolerancia
donde se encontraban conocidos y frecuentados lugares de
diversión tales como: "Tabaré", "El Patio", "El
Arbolito", "Chapinero", "Todos Vuelven", "Rancho Alegre", "La
Terraza De Paulina", "El Copacabana" que era uno de los
más prestigiosos, "El Fantasio" que era donde llegaban
todos los músicos y artistas conocidos a rematar etc.. En
estos lugares solían presentarse las orquestas de
Sebastián Solarí, Lino Bernabeu, Los "Chavales" de
Alfonso Haya, los Hermanos Ospino, Los "Alegres del Valle" de
Emiro Caicedo, Los "Tejanos" de Eliberto Balanta, la orquesta de
Rafael Bolaño y otras más que tenían sus
lugares donde laboraban continuamente como los clubes de la
ciudad y fiestas privadas. Además, estas orquestas
competían con las orquestas nacionales e internacionales
que eran las que más se escuchaban y contrataban para la
época.

Con este nuevo auge surgen también los
músicos "callejeros", los cuales iban de negocio en
negocio interpretando canciones por algo de dinero y licor
y los que tiempo después se establecerían en
lugares específicos de la ciudad cuando se crearon los
primeros centros artísticos como "Aquí es Miguel",
el negocio de "Calandria" centro artístico "El
Peñón"(sesteo), La "Tasca", "El Rumaguay" de los
que eran propietarios los integrantes de los tríos
"Rubireños", "Magual" y "Guayacanes". También
estaba el centro artístico del trío "Montecarlo" y
el del "Gago" Israel que se
llamaba el "Gago". Estos centros artísticos con sus
tríos fueron pioneros en crear la cultura de ir
a buscar quien diera una serenata o ir a escuchar canciones en
alguno de los centros artísticos que pulularían en
la década de los años 80 con el apogeo y boom del
narcotráfico.

"Nosotros nos íbamos para la calle 24 con carrera
2ª que era donde llegaban los camioneros, allí
había unas cantinas donde ellos tomaban trago y nosotros
llegábamos a cantarles. Ellos nos pagaban 5 centavos por
cada canción que cantábamos."

Los bailes donde hay música en vivo
(tríos, orquestas, mariachis, papayeras etc.) siempre fue
y ha sido una constante en la historia cultural de nuestra
región. La música, de hecho, ha sido parte de
nuestro entorno en todo momento, no solo en las ocasiones de
jolgorio y alegría, (ferias comunales y municipales), o en
los eventos
más relevantes de la vida regional, (léase fiestas
nacionales o entregas de mando), ritos religiosos, (funerales,
casamientos, primeras comuniones, bautizos), celebraciones
privadas (cumpleaños, grados, acontecimientos de
relevancia personal), la
música y los músicos por supuesto, siempre han
estado
presentes.

Hacía mediados del siglo XX cuando la ciudad de
Cali comenzó a adquirir un nuevo rol en la vida social y
cultural de sus habitantes, La música de manera
importante, también emergió como foco de integración y catalizador de los distintos
eventos privados y públicos que se realizaban en esta.
Orquestas internacionales como la Billos Caracas Boys, la Sonora
Matancera, y nacionales como la de los Maestros Pacho
Galán, Edmundo Arias y Lucho Bermúdez comenzaron a
llegar a la ciudad a deleitar en ese entonces, sobretodo, a la
elite vallecaucana en particular.

Las clases populares encontraron en el acetato, en las
recién llegadas radiolas, en las emisoras de radio que
también presentaba artistas populares en vivo, en los
recién conformados conjuntos y tríos, junto con la
música cubana, el tango y otros
ritmos, la posibilidad de enriquecer su entorno social y
cultural. La música cubana es la que les abre la
posibilidad a los músicos locales de comenzar a conformar
pequeños grupos musicales debido al gran auge que
había constituido la llegada de estas melodías que
habían sido traídas por algunos contratistas
extranjeros, principalmente cubanos y que fueron fundamentales
para el enriquecimiento musical de los músicos locales.
Estos músicos y sus grupos, después
competirían con las orquestas venidas de otras partes del
mundo y del país, Y es esta también, la
génesis de lo que seria Cali algunas décadas
después en su aspecto cultural musical.

En síntesis,
el camino hacia la variedad musical que hoy caracteriza a Cali,
se da con la ruptura y la polarización de las clases
sociales en lo que va de los años cuarenta hasta la
década de los ochenta. Esto, claro, no es lo principal. Lo
importante y relevante es dar a conocer cómo fue el
proceso de consolidación de la música popular en la
ciudad.

HACIA UNA NUEVA
PERSPECTIVA MUSICAL

Con el crecimiento urbano y el desarrollo
logístico, la ciudad se vio ante nuevas necesidades.
Necesidades primarias: (vivienda, educación, salud.) y necesidades
"secundarias": (diversión, recreación, entretenimiento). La ciudad y
sus dirigentes fueron consecuentes con esta nueva realidad. Fue
así como comenzaron a gestarse los proyectos de
ampliación y construcción de espacios y barrios que
proporcionaran un mejor estilo de vida
para los habitantes de la nueva urbe.

Es en este contexto que aparecen las orquestas locales
con mas de diez integrantes, los pequeños conjuntos
musicales que con unas tumbadoras, Bongoes, Maracas, guitarras y
bajo, comenzarían a tocar los primeros Son, Son montuno y
Guarachas. Por supuesto también los tríos que
interpretaban ya no solo música colombiana; los boleros de
los panchos, los tangos de Gardel y otros ritmos, hacían
ya parte de su repertorio. En este sentido Rocío
Cárdenas comenta:

Nuestros géneros musicales a nivel
latinoamericano y caribeño son portadores de elementos
comunes en sus parámetros rítmico, melódico
y armónico. Voy a demostrar entonces como estos elementos
comunes cumplen una función
cohesionadora, para nuestro caso musical, de la cultura
artística de nuestros países corroborando nuestra
unidad cultural. Tales elementos comunes los he denominado
referenciales puesto que ellos mismos refieren el mensaje
afectivo musical característico de cada país y
región intercomunicándonos y a su vez
diferenciándonos.

Son estos artistas locales los que abren el camino para
que se consolide una pequeña estructura en
el ámbito artístico urbano, permitiendo incluso
crear una figura de talla internacional como fue el caso del
cantautor Tito Cortés.

Este tumaqueño que había llegado a Cali
muy joven, es una de las principales cartas en la
nueva integración de pequeños grupos musicales en
la ciudad. Tito hacía parte de un trío con el que
daba serenatas y se presentaba en lugares de tradición
social. Además, fue quizás el primero o uno de los
primeros que organizó un conjunto donde había
más de cuatro músicos puede decirse que fue el
primer artista local que alcanzo la gloria a nivel nacional e
internacional, también, fue uno de los primeros que tuvo
acogida en todas las clases sociales de la época en la
ciudad. Con el tiempo, y por la influencia de la música
antillana, finalmente fueron las clases populares quienes
más acogieron su música. Tito Cortés
entonces es artífice, de lo que después
sería la ola enorme de tríos musicales, grupos,
sextetos, orquestas masculinas y femeninas que se
conformarían en esta ciudad en las décadas de los
setenta y ochenta. Estos grupos musicales que se conformaron
entre los años sesenta y setenta fueron consecuencia de
las necesidades propias de una población que ya comenzaba
a darse cuenta que era importante para la vida cultural y social,
tener nuevas formas de consumo musical. Ya no era solo escuchar
música a través de la recién llegada
radiola, escuchar a los artistas preferidos a través de la
radio o ir a grilles a escuchar a alguna agrupación en
vivo; que casi no habían. las orquestas, los
pequeños conjuntos, y los tríos principalmente, ya
hacían parte del ajuste del presupuesto
económico para festejar el cumpleaños, la llegada o
salida de algún miembro de la familia hacia el exterior,
los matrimonios y otros eventos sociales que podían
celebrarse en salones privados, en clubes o en el mismo
hogar.

Con el crecimiento de la ciudad comienzan a aparecer
también artistas de todo tipo que serían claves en
el proceso cultural y musical de la que después
llegaría a ser vista y es considerada una de las ciudades
más importantes de Latinoamérica en el ámbito musical.
Los diferentes ritmos musicales que habían llegado a la
ciudad a través del puerto de Buenaventura, se mezclaron
rápidamente con los ritmos colombianos que durante largo
tiempo habían sido los consentidos de la población
en general. No era Danza,
Pasillo, Bunde, Bambuco únicamente lo que se escuchaba y
bailaba, el son, el bolero, el Cha Cha Chá los ritmos
norteamericanos y otros, ya hacían parte del consumo
cultural musical de la población caleña. Lo que
sucede actualmente con nuestra música es el reflejo de lo
que sucedió hacía los años cuarenta por
cuenta de la música cubana y norteamericana, la
población en aquella época acogió estos
ritmos de manera abierta y sin reticencia, los pocos que
protestaron por la llegada de estos nuevos géneros no
tuvieron más remedio que aceptar que estos eran parte del
crisol social y cultural heredado y llegado de otras regiones
(internas y externas). No era mucho lo que se podía
hacer.

La consolidación de los grupos musicales en la
ciudad y de los músicos como tal, hace parte de este
proceso iniciado en estas décadas. Mas adelante, con el
crecimiento demográfico, la ciudad experimentaría
grandes cambios en su estructura musical. La creación y
posterior afianzamiento de institutos musicales importantes como
el Conservatorio Antonio María Valencia, el Instituto
Popular de Cultura, la Escuela de
Música de la Universidad del
Valle, posteriormente academias musicales privadas y
músicos extranjeros que llegaron a la ciudad y le dieron
formación a muchos artistas; hicieron que estos comenzaran
a conformar nuevas orquestas, grupos musicales, papayeras, bandas
de rock,
músicos callejeros y por supuesto los tríos,
logrando todos con base en su trabajo y educación,
sobrevivir algunos, otros vivir cómodamente, algunos
incluso enriquecerse.

En general, los músicos caleños que
comenzaron en los años cuarenta a conformar conjuntos y
orquestas para deleitar a una franja muy pequeña de la
sociedad;
finalmente dio como resultado que en las décadas
posteriores Cali se consolidara como una urbe musicalmente
importante en Latinoamérica. Este avance musical de la
ciudad se debió especialmente a todos esos artistas que
gracias al proceso cultural de esta y al apoyo de los entes
municipales, finalmente lograron crear una identidad
cultural importante que se hizo conocer en todo el país y
también en el exterior. Al respecto en 1956 en un
artículo de la revista del
Club Colombia Elvira Garcés de Hannaford, una de las
primeras alumnas del conservatorio decía:

"Cali, por intermedio de su conservatorio, ha puesto en
contacto a la juventud
colombiana con la mejor música del mundo; y ha dado
también a nuestro país una escuela
pianística que no admite parangón, a la vez que le
está proporcionando la mejor escuela de canto que hoy
existe".

Más adelante refiriéndose a la Universidad
del Valle manifestaba:

"la Universidad del Valle también tuvo un
nacimiento modesto; y muchos pensaron con tosudez que en el mejor
de los casos nunca pasaría de ser un discreto instituto
provinciano. Para sorpresa de los más, es hoy un centro de
altos estudios que no puede ser ignorado al intentar el balance
del desarrollo cultural y técnico de Colombia en los
últimos años".

La consolidación de los grupos musicales, esta
relacionada principalmente con el crecimiento demográfico
y el posterior auge económico de la ciudad en las
décadas de los 70 y 80. Fue en estas décadas donde
todos los sectores culturales, Sociales, Económicos y
Políticos, crecieron de manera inusitada, todo esto,
producto de la
gran demanda
existente en la ciudad por parte de un sector social emergente
asociado con la economía del
narcotráfico.

Muchos de los artistas que se consolidaron y le dieron
un realce importante a la música local en ese momento
fueron el maestro chileno Mario Gómez Vigñes en la
escuela de música de la Universidad del Valle; el
baterista argentino Mario Yarussi que trabajaba en los clubes y
hoteles más importantes de
la ciudad, Julián Angulo de la ciudad de Guapi, que muy
joven se radicó en Cali y conformó su propia
orquesta; reconocidos pianistas como William Jacson y Jaime Henao
que integraban reconocidas orquestas populares pero
también hicieron un aporte importante en la
difusión del Jazz en la ciudad. En el ambiente
salsero se destaca la familia Manyoma cuyos integrantes han hecho
parte de orquestas como la de Fruco y sus Tesos, la orquesta la
Ley y los del
Caney, orquestas que fueron muy populares en las décadas
de los 70 y 80. En este mismo orden esta la familia Ospino y los
Oliveros cuyo núcleo familiar es destacado en la comarca y
en el país como de los más destacados
músicos y cantantes. En cuanto a conjuntos musicales se
debe destacar la labor musical que en los primeros años de
los 80 hicieron grupos como el "Son De Uterpe", "Renacer
Antillano", el Conjunto de María del Carmen, Luz Dari y el
Sexteto "Rumbahabana", "Sonero Clásico Calima", La
Orquesta los "Famosos de Cali", también estaban los grupos
musicales que hacían folclor latinoamericano como es el
caso de "Sentir Latino",Grupo
"Argé", "Los Del Zaguan del Viejo Conde" (dirigido por
Gerardo de Francisco), el grupo de "Papeto" y muchos más
que se presentaban cada fin de semana en los establecimientos que
tenían sus grupos de planta.

Los músicos "callejeros" y los tríos en
particular, conformarían un circulo de amigos a manera de
asociación, logrando cohesionarse montando una especie de
lugar de encuentro donde llegaban los clientes a
invitarlos; más bien contratarlos para dar una serenata, o
simplemente sentarse en esos lugares a escuchar música de
cuerda mientras consumían algo de licor: Este sería
el principio de los Centros Artísticos de los cuales la
ciudad quedaría saturada hacia los años 80 y parte
de los 90.

LA MÚSICA A
PARTIR DE LOS AÑOS 70

En los años 70 comienza para la música, y
los músicos, un nuevo proceso debido a cambios en varios
aspectos relacionados con el ámbito artístico. El
crecimiento de la ciudad y la coyuntura política y
económica del país, dio como resultado que Cali se
viera envuelta en sucesos que a la postre le cambiarían el
estilo de vida a sus habitantes en las dos décadas
siguientes. El alto consumo y la activación de la vida
nocturna en proporciones exageradas, produjo una burbuja
económica que se vio reflejada en la alta demanda y la
posterior consolidación de muchos artistas que se
convirtieron en estrellas de la música popular en el
país, incluso en el exterior.

En los años 70 ya se había consolidado el
ritmo Salsa en el continente Americano a partir de la fusión de
varios ritmos latinos promovido por músicos exiliados
cubanos, músicos Puertorriqueños y neoyorquinos.
Este ritmo también se estaba consolidando en la ciudad de
Cali a partir de la llegada de grandes intérpretes del
género
como la Fania All Star, Richy Ray And Boby Cruz, Nelson y Sus
Estrellas, Celia Cruz, La Sonora Matancera y otros.
Además, desde los años cuarenta en la ciudad se
estaba escuchando el son, género musical que según
algunos es el origen próximo y la matriz del
ritmo llamado Salsa.

Para Cali fue fundamental el reconocimiento cultural que
adquirió a partir de los años setenta a causa del
fenómeno musical liderado por este ritmo que se
quedó pegado en la ciudad y al cual le debe en cierta
medida el reconocimiento que hoy día se destaca en el
mundo entero.

En el plano local, este nuevo auge cultural musical
trajo consecuencias importantes para los artistas de la vieja y
nueva generación. La gran demanda que se generó en
la ciudad de toda clase de bienes y
servicios a
partir de la llegada de divisas producto
de operaciones
ilegales en el exterior, produjo un cambio radical
en el consumo musical y en las relaciones entre los
músicos y los clientes – Sobre estas operaciones, en 1976
Álvaro Gómez Hurtado escribió un editorial
que en alguna parte decía:

"si Colombia se destaca en el mundo, no debe ser
ciertamente por el elevado consumo interno de estupefacientes,
sino por que se ha convertido en un centro de producción y comercialización de la droga. Ello se
debe a condiciones peculiares, como la inmensidad de su suelo y su
fertilidad, a la habilidad manual y
comercial de sus habitantes y, sobre todo, al bajo costo de esta
mano de obra inteligente que tiene, en términos de
dólares, un ingreso desproporcionadamente bajo. Nos
cayó en suerte que todas estas condiciones, más la
ubicación geográfica, nos convirtieran en una
estupenda base de operaciones para las actividades
ilícitas de la droga.

Ya no era solo "tocarle" al amigo del barrio por algo de
licor y comida, o al cliente camionero
en la calle segunda con 24 cerca al ferrocarril por algunas
monedas, o a los "borrachos" de bares y cantinas que se
encontraban en distintos sectores de la pequeña ciudad
entre los años cincuentas y sesentas por una cerveza o algo de
dinero; no. La relación en los años setenta
cambió abruptamente; no solo cambió, se
convirtió en una relación casi cómplice, en
la que el músico llegó a convertirse en el amigo y
confidente, en el artista preferido y acompañante, en el
"razonero" y alcahuete, algunas veces incluso; en su socio. En la
década siguiente, Con la entrada de más divisas,
esta relación entre los músicos y el narco ó
"Patrón", continuó
consolidándose.

"una vez yo iba por la calle en una moto vieja que
tenía, cuándo se me arrimaron unos manes en unos
carros y me pararon, era un pana mío con el que yo
había tocado en un grupo de música
folclórica, además, era compadre mío. Me
dijo "hermano usted que hace en esa moto, tome yo le doy este
cheque". Con
ese cheque fui y compre una moto nueva".

Los años70 marca entonces el
principio de lo que sería para Cali el auge y boom de
grupos musicales, grandes orquestas, un número
interminable de tríos, dúos, solistas, cuartetos,
músicos callejeros, músicos educados, grandes
maestros, directores de orquesta, músicos extranjeros.
Esto, haciéndole seguimiento solo a los músicos; en
todas las ramas de las artes el auge fue igual, incluso
presentándose alguna de las mismas
particularidades.

Para finales de los 70 ya se había consolidado en
la Ciudad un mercado musical que generaría en
términos de mercado, una avalancha inusitada de
establecimientos que ofrecían grupos musicales en vivo,
orquestas internacionales en reconocidas y recién creadas
discotecas, en conciertos que se ofrecían en los
escenarios deportivos más grandes y de mayor entrada, las
actividades culturales que se apreciaban de ser las mejores en el
país, los grandes encuentros y conciertos con los artistas
más famosos para la época que salían y
entraban a la ciudad como si esta fuera su segundo hogar.
También estaban los artistas nacionales y las orquestas y
los conjuntos más importantes del país que vieron
en esta ciudad la puerta más importante para desarrollar
su actividad artística. No en vano a esta ciudad vinieron
a radicarse artistas y músicos de renombre internacional
que encantados por la generosidad de sus coterráneos y de
sus clientes, se rehusaron a salir de ésta conformando
aquí sus hogares, su centro de operación y sede
principal.

La música en Cali siguió su curso y con
ella más posibilidades de abrirse hacia un mercado que
cada día era más propenso a los avatares de los
nuevos consumidores que ya no solo se habían consolidado
si no que habían establecido una nueva dinámica en las relaciones cliente
músico. Ya entrados los años 80 se vivió en
todo el país una transformación en su vida
política, económica y social; Cali fue una de sus
máximas protagonistas ya que desde esta ciudad se
manejó gran parte de lo que el país y el mundo
conocieron como los carteles de la mafia que comercializaron e
introdujeron el 80 % de la droga (Cocaína)
que se consumió entre los años 70 y 80 en el mundo
entero. A partir de estos sucesos los consumos relacionados con
el narcotráfico dieron un giro de 360 grados y se
establecieron y robustecieron las relaciones que desde la
década de los 70 se habían ido consolidando de
manera pausada. Para la música fue una situación
bastante particular y compleja; a la vez que se convirtió
en una de las grandes dinamizadoras de las artes en la ciudad,
también produjo una ola enorme de nuevos artistas que por
razones de educación y preparación, dejaron ver
finalmente, que la ciudad no estaba preparada en muchos aspectos,
para recibir este gran flujo de divisas que ahora sí,
habían inundado todos los sectores de la economía
local.

EL BOOM DEL
NARCOTRÁFICO EN LOS AÑOS 80 (S. XX)

Se ha dicho que la década de los 80 fue para el
país, una de las décadas más turbulentas de
su historia como República, y los hechos así lo
demostraron. El robustecimiento y consolidación de actores
armados que durante las décadas anteriores no se
habían hecho notar suficientemente, para la década
de los 80 se convirtieron en la principal preocupación y
agenda del gobierno nacional
liderado en ese momento por el entonces Presidente Belisario
Betancourt. Las FARC el ELN el
EPL y principalmente el M-19, habían proporcionado varios
golpes importantes a la infraestructura económica,
política y social del país. En el plano
político, estas fuerzas armadas irregulares estaban
conformando células
urbanas que contaban con el respaldo y la simpatía de
alguna parte de las clases populares. Algunos de estos grupos
guerrilleros (FARC) habían logrado conformar alas
políticas (como la Unión Patriótica) de sus
movimientos, vía prediálogos con el gobierno del
entonces Presidente Belisario Betancourt. Para finales de la
década, varias de estas organizaciones
firmaron acuerdos de paz con el gobierno del Presidente Virgilio
Barco (1986 – 1990), que dió como resultado cambios
políticos importantes para el futuro del país como
fue el caso de la instauración de una nueva Carta
política (Constituyente de 1991), ésta, de corte
más liberal, participativa e incluyente.

De lo que no se pudo librar la década de los 80
fue del efecto dañino y perverso del narcotráfico.
Al contrario, en ésta década el narcotráfico
y sus máximos lideres declararon al país enemigo de
sus intereses e iniciaron una guerra que en
términos de vidas humanas tuvo un alto costo para la
Nación.
Las masacres, el terrorismo,
los asesinatos políticos, los desplazamientos, la
conformación de grupos paramilitares y su consecuencia,
fue lo que dejó la década de los 80 como resultado
de la guerra declarada por uno de los Carteles de la droga
.

Con este panorama lleno de conflictos y
de desesperanza tuvo que afrontar la generación de los 80
su vida cotidiana y sus proyectos en toda la Nación.
Para la ciudad de Cali las cosas no fueron diferentes. La ciudad
estaba inmersa y atollada del dinero fácil, las
autoridades eran las mandaderas y las cómplices de los
señores dueños de ésta.

Los Rodríguez aún tienen el buen gusto de
financiar equitativamente las campañas de los liberales y
conservadores, de apadrinar fundaciones de investigación científica, de
sostener las asociaciones ecologistas y, sobretodo, de ayudar al
mantenimiento
del orden en su ciudad: "en Cali existe un fondo compensatorio de
ayuda a la policía, creado por las autoridades: Visecali.
"Este fondo recoge dinero para financiar las motos, la gasolina,
los gastos generales
de la policía. Rodríguez (Miguel) es de lejos el
primer donador. Compró a toda la
policía".

La moda, la
estructura arquitectónica de la ciudad, el comportamiento
de sus ciudadanos, las artes y la cultura estaban hasta cierto
punto, permeadas por el auge y boom de los negocios
ilícitos. En síntesis; la ciudad estaba inundada de
narcotráfico.

Ésta fue para los músicos la que ellos han
considerado la mejor época para su trabajo como artistas.
En los años 80 era tal la demanda, que los músicos
se daban el gusto de despreciar el
trabajo.

"Nosotros manteníamos jugando billar en
petrochelly, un bar que había allí en la carrera 15
con 11. Cuando de pronto venía alguien y nos decía
que necesitaban un trío para ir a dar una serenata
nosotros le contestábamos que le dijera que buscara a
otros por que apenas habíamos comenzado a jugar el
chico".

La cantidad de lugares que presentaban artistas dio como
resultado que la ciudad se volcara hacia nuevas maneras de
consumo cultural musical. Con relación a esta nueva
coyuntura, es difícil establecer cuántos lugares
artísticos se abrieron en la ciudad en esa década,
ni cuántos conjuntos musicales de todo tipo se crearon; lo
que sí se ha podido evidenciar es que con esta avalancha
de sitios presentando show en vivo, era lógico que se
necesitaran músicos para que integraran la nómina
de los establecimientos nocturnos. Para este tiempo, no fue raro
que muchos negocios tuvieran orquesta de planta con más de
ocho integrantes y que además de orquesta de planta,
contrataran uno o dos shows por aparte. Con todo y esto, a veces
los dueños de los establecimientos no encontraban un
artista para presentar en su negocio; lo ideal era presentar por
lo menos tres grupos diferentes en la noche, a veces esto no se
lograba porque los buenos grupos estaban comprometidos, otras
veces contrataban grupos, y estos no tenían el nivel
requerido para un público que se había vuelto
bastante exigente.

"nosotros en 1985 conformamos un grupo que le pusimos
JUVENTUD CAÑAVERAL, ninguno de nosotros era músico
preparado, pero sabíamos tocar cada uno nuestro
instrumento. Un día fuimos a un grill que se llamaba el
Viejo Tonel que quedaba en el centro, hablamos con el administrador y
le dijimos que queríamos presentarnos, que nosotros no le
cobrábamos por que queríamos hacernos conocer. El
señor nos citó para que tocáramos en la
noche, cuando estábamos en la tercera canción; nos
hizo bajar del escenario por que la clientela se le estaba
retirando del lugar a raíz del mal
espectáculo."

Esto sucedía en el plano local y con los
músicos que trabajaban en lugares tradicionales. En el
contexto de los artistas locales que tenían cierta
categoría, las orquestas y grupos nacionales importantes y
los foráneos, las cosas eran a otro nivel. Antes de los 80
en Cali existían los bailaderos de tradición
estaban instalados casi todos en el otrora puerto de "Juanchito".
También estaban los bailaderos que se encontraban ubicados
en algunos barrios tradicionales para este tipo de encuentros
como es el caso de la avenida sexta, Siloé y
Meléndez. En la década de los 80 estos lugares
tuvieron cambios significativos, no solo en la parte tradicional
que era lo que más llamaba la atención; en la parte estructural y
arquitectónica, estos también dieron un giro
enorme. De las casetas de guadua y las encerradas como eran
conocidos ciertos lugares entre los años 50 y 60; en los
años 80 pasaron a convertirse en lujosas discotecas con
vidrios polarizados y enormes pistas de baile con parqueadero y
vigilancia extrema en todos sus alrededores. A estas discotecas
llegaban las orquestas más importantes de la ciudad y los
grupos internacionales más cotizados de la época a
amenizar con actuaciones que superaban casi siempre las dos
ó tres salidas en la noche. Ya no solo fue Juanchito el
lugar tradicional de la rumba. La calle quinta, la Avenida
Roosevelt, el Centro de la ciudad, y los lugares a las afueras,
se habían convertido en centros de diversión donde
llegaban clientes casi todos los días. No en vano hubo un
tiempo en el que cada día tenía un lugar
tradicional para irse de rumba. La ciudad no paraba.

Todo esto que sucedía en Cali con las grandes
orquestas y los grupos que trabajaban de planta en los lugares de
tradición, se daba paralelo al trabajo que estaban
ejerciendo los tríos y los pequeños grupos de la
ciudad. Con la gran demanda que había, era lógico
que los músicos serenateros estuvieran viviendo su mejor
momento. Fue para esta época que surgieron los mejores
tríos y grupos que tuvo la ciudad, el caso de el
Trío Montecarlo (de los más antiguos),
Clásicos Trío, que estuvo en un festival
internacional en Cuba o los
Patuma que se hicieron en esta comarca y ahora son los más
conocidos junto con Lina y Julián que comenzaron su
carrera artística siendo unos niños.
Para esta época la ciudad también contaba con
varios Centros Artísticos ("La Piragua", "Los Trinantes",
"Pentagrama del Recuerdo", "Reminiscencias", "El Alambique",
"Colombia Linda"), estos lugares tenían en su
nómina un promedio de diez artistas, más el grupo
de planta que los acompañaba o les servía de marco
musical. También estaban los lugares de encuentro nocturno
donde se reunían los tríos de música de
cuerda que se habían especializado en interpretar la
música de los mejores tríos del mundo. Estos
centros nocturnos llegaron a albergar hasta ciento cincuenta
músicos que se paraban a esperar a que llegara
algún cliente para que se los llevaran para alguna de las
tantas fincas que también eran lugares donde se
acostumbraba a terminar las imparables noches de "farra". Dentro
de este contexto se movieron casi todos los artistas populares de
la ciudad en el transcurso de esta década. Las
interminables horas de trabajo que les impuso la demanda,
específicamente por parte de clientes relacionados con el
narcotráfico, transcurrió durante toda la
década de los 80 sin ningún contratiempo; solo la
nueva coyuntura que vivió el país para finales de
ésta década, dejó ver que todo este auge
económico, había sido transitorio, la burbuja
económica que duró aproximadamente tres lustros, se
vino abajo de manera repentina, todos los sectores productivos de
la ciudad se vieron seriamente afectados por este colapso
económico que comenzó en los años 90 y
dejó al sector musical particularmente, en
situación de crisis
permanente. Los años 90 es la década de la crisis
económica de los músicos, muchos de estos tuvieron
que volver a sus antiguos oficios, otros, que nunca habían
tenido una labor diferente a la música tuvieron que tomar
empleos que nunca se habían imaginado ejercer.

Con la crisis, comienza una nueva etapa para los
artistas locales. Hasta principios de los
años noventa muchos artistas habían logrado
sostenerse, pero para finales de ésta década las
perspectivas de lograr recursos por los
medios
artísticos se había convertido en toda una odisea.
La crisis había tocado fondo.

"En el año 1994 a mi me ofrecieron veinte mil
dólares para llevar droga en el estómago. La
cuestión era relativamente sencilla. Yo tenía visa
de entrada permanente a los Estados Unidos
por ser director de una importante orquesta de la ciudad, lo cual
me "facilitaba" de alguna manera las cosas. Además, no iba
solo, en ese negocio íbamos tres compañeros. Cuando
llegamos a Miami nos detuvieron y nos interrogaron durante varias
horas por considerarnos sospechosos. Finalmente y después
de contradecirnos en las versiones, y la cohersión de los
federales, decidimos reconocer que llevábamos
estupefacientes en el estómago. Yo estuve preso en varias
cárceles de Miami hasta el año 2001 cuando me
dieron libertad y me
deportaron para Colombia".

LOS AÑOS 90 Y LA
CRISIS ACTUAL

La primera mitad de los años 90 fue la
época de consolidación de las orquestas femeninas
en la ciudad. Estas muchachas que a finales de los años 80
habían comenzado un experimento musical liderado por ellas
mismas, en los años 90 las llevó a convertirse en
las artistas más populares y cotizadas, no solo en Cali,
también en el país y en el continente entero.
Orquestas como Son De Azúcar,
D´ Caché, Canela, Marabá, Chicas Madera,
Tumbadora, eran conformadas por mujeres que habían
comenzado estudios musicales en las más importantes
escuelas y academias de música de la ciudad.
También había dentro de estas nuevas orquestas
algunas artistas que no tenían ningún tipo de
estudios musicales pero que gracias a su talento lograron
ingresar al mercado laboral musical
de Cali. Un ejemplo es el de una de las cantantes de la orquesta
"Son de Azúcar" que sin ningún estudio musical,
logró estar en los niveles más altos de los
artistas de nuestro país:

Yo comencé a cantar en la orquesta de la
Universidad San Buenaventura y de allí pasé a un
grupo que trabajaba de planta en las "Terrazas de la sexta". En
ese mismo año (1991), ingresé a la Orquesta "Son de
Azúcar" con la que hice giras a Europa y todo el
continente americano, (Canadá, el Caribe hasta Argentina),
y en la que estuve hasta el año 1996 cuando se dio la
crisis de las orquestas de la ciudad".

También los primeros años de los 90 dieron
paso a la consolidación internacional y mundial de la que
es quizá la orquesta más conocida que tiene nuestro
país: El Grupo Niche.

En el plano local, las cosas estaban empezando a
cambiar. Primero, el país estaba mostrando los primeros
síntomas de lo que sería la recesión
económica de finales de los 90, por ende, el mercado
musical estaba igualmente manifestando su propia recesión.
Segundo, las nuevas políticas gubernamentales contra los
carteles de la droga, había afectado el nivel de ingreso
de muchos lugares nocturnos que se sostenían
principalmente con clientes que manejaban dinero producto del
negocio del narcotráfico. A esto debió
sumársele que en los primeros años de los 90, el
país tuvo que afrontar el famoso apagón, que no
solo sumió a la nación en la penumbra; todos los
sectores productivos del país se vieron afectados por tan
inoportuna situación. Finalmente con la
desarticulación de todo el aparato productivo ilegal del
Cartel de Cali, la ciudad se sumergió en la que ha sido
considerada la peor crisis económica de los últimos
tiempos. Para comienzos de la primera década del Siglo
XXI, tanto la ciudad como el país estaban soportando su
peor momento económico dado por la crisis mundial y el
efecto dominó que ésta había provocado. Para
los músicos en general, no quedaron muchas opciones
económicas. Muchos artistas importantes de la
música popular tuvieron que irse de la ciudad a
raíz de la crisis, otros, tomaron caminos espirituales y
se dedicaron al servicio
evangélico. Muchos más, se quedaron en la ciudad
tratando de sobrevivir llevando consigo eso que no se puede
dejar: el amor por el
arte, la música, la bohemia.

LOS
AÑOS RECIENTES

En los últimos cuatro años (2003 –
2006) se le hizo seguimiento como trabajo de campo a varios
grupos musicales que iban desde un dúo, hasta un
septeto.

Estos grupos musicales hacen presentaciones
artísticas en diferentes actividades que van desde
cumpleaños, hasta celebraciones eucarísticas. Como
conclusión de estos datos se pudo
establecer que la ciudad tiene económica, social y
culturalmente una estrecha relación con los consumos
musicales, dicho de otra manera, la música es directa
dinamizadora social económica y cultural.

Los vínculos que se establecen a partir de una
presentación artística son principalmente tres. Lo
primero que se puede destacar es la parte de la relación
familiar: regularmente todos los contratos que se
realizan tienen como objetivo la
celebración de algún importante acontecimiento
(cumpleaños, grado, matrimonio,
salida y regreso al país, algunos eventos
litúrgicos entre otros) cabe aclarar que los grupos
musicales a los que se le hizo el seguimiento laboral no
están dentro de los grupos que realizan actividad
artística litúrgica que tiene una alta demanda en
la ciudad, sin embargo, hubo ocasiones en que algunos de estos
grupos (dueto) fue contratado para tocar en una sala de
velación o en un cementerio. En segundo lugar se encuentra
el vínculo comercial o económico. Este es el que
realiza un empresario o
una organización para reunir fondos o
beneficiarse económicamente de las actividades
artísticas.

Quienes más realizan este tipo de eventos son las
discotecas de la ciudad y algunos clubes y organizaciones
empresariales que ven en los grupos musicales y los artistas
destacados de la región, la posibilidad de generar
recursos para la sostenibilidad de sus negocios. Por ultimo,
están las actividades patrocinadas especialmente por
organizaciones sin ánimo de lucro y las secretarías
de cultura y turismo del Municipio y el
Departamento. Estos entes son los que menos contratan actividades
artísticas ya que sus presupuestos
son limitados y mas bien recurren a los institutos y escuelas de
música más importantes de la ciudad para que sean
sus alumnos y los grupos representativos de estas instituciones
los que realicen las actividades musicales que ellos requieran.
Solo en ocasiones importantes como festivales, encuentros
musicales internacionales, ferias municipales o fechas
importantes, los entes municipales adquieren los servicios de las
orquestas y los grupos de música de la ciudad. Se puede
decir entonces, que los grupos musicales se sostienen
principalmente de la demanda de sectores específicos que
hacen parte de las dinámicas y los consumos musicales
regulares de Cali y que son estos mismos sectores los que han
sostenido el consumo musical en las décadas anteriores,
exceptuando el período que va desde finales de los setenta
hasta la mitad de los años noventa cuando la
mayoría de grupos musicales y orquestas se sostuvieron en
gran parte por el servicio que prestaban en los distintos y
concurridos lugares que presentaban show casi a diario. Para
finales de los noventa y lo que va del siglo XXI, el servicio
musical volvió a su curso normal, dicho de otra manera,
son las élites y las clases medias quienes sostienen el
dinamismo y el consumo musical de la ciudad con sus fiestas y sus
celebraciones cotidianas junto con sus negocios y sus actividades
comerciales donde casi por obligación, deben como gancho,
adquirir los servicios de algún conjunto musical sea
orquesta, mariachi, grupo, papayera, parrandón o
solista.

Los datos recogidos para esta investigación ayuda a comprender de que
manera se consume la música en vivo actualmente en la
ciudad y como esta ha sido una constante en las últimas
décadas. Veamos las estadísticas del año
2003.

CUADRO ESTADISTICO

AÑO 2003 TOTAL PRESENTACIONES
124

ESTRATO

PRESENTACIONES

EVENTOS

PRESENTACIONES

1

0

RESTAURANTES Y BARES

3

2

0

HOTELES Y CLUBES

11

3

16

COLEGIOS

2

4

16

ACTOS POLITICOS

2

5

31

ACTOS CULTURALES

1

6

27

FIESTAS MUNICIPALES

0

EMPRESAS

15

Fuente: investigación
de campo realizada por el autor entre los años 2003
hasta 2006 con grupos musicales de los cuales él hace
parte.

Observando el cuadro se puede establecer que las
dinámicas musicales están regidas en una alta
proporcionalidad por los entes privados y por las clases sociales
altas. Para este año la participación de los
estratos bajos de la ciudad en la adquisición de servicios
musicales para los grupos a los que se le hizo seguimiento fue
nula. Únicamente el estrato tres que suele contratar
servicios musicales regularmente hace contrapeso con respecto a
los estratos sociales medio y alto. Entre los entes se puede ver
que son los clubes, hoteles, restaurantes, bares y empresas quienes
más dinamizan el sector. Para este año, no se
presentaron actividades relacionadas con fiestas municipales y
eventos políticos solo se presentaron en dos ocasiones,
este dato es interesante por tratarse de un dinamizador cultural
que en los años 80 en época electoral su
proselitismo incluía un sinnúmero de artistas que
se encargaban de deleitar a los concurrentes antes y
después de las intervenciones de los candidatos. En la
parte cultural solo en una ocasión, alguno de estos grupos
fue invitado a participar en una actividad.

AÑO 2004 TOTAL PRESENTACIONES
205

ESTRATO

PRESENTACIONES

EVENTOS

PRESENTACIONES

RESTAURANTES Y BARES

50

1

0

HOTELES Y CLUBES

18

2

3

COLEGIOS

4

3

17

ACTOS POLITICOS

0

4

14

ACTOS CULTURALES

6

5

28

FIESTAS MUNICIPALES

0

6

26

EMPRESAS

39

En el cuadro estadístico del año 2004 se
observa la misma constante. Los sectores privados y las clases
altas son indiscutiblemente quienes sostienen la dinámica
económica del sector musical. Aunque las presentaciones
aumentaron, los sectores populares y los entes gubernamentales no
mostraron un incremento importante dentro del consumo musical en
vivo.

Para corroborar esta constante miremos los datos del
año 2005 y los siete primeros meses del año
2006.

AÑO 2005 TOTAL PRESENTACIONES
168

ESTRATO

PRESENTACIONES

EVENTOS

PRESENTACIONES

RESTAURANTES Y BARES

20

1

0

HOTELES Y CLUBES

6

2

0

COLEGIOS

3

3

13

ACTOS POLITICOS

0

4

19

ACTOS CULTURALES

3

5

27

FIESTAS MUNICIPALES

0

6

35

EMPRESAS

42

 

AÑO 2006 TOTAL PRESENTACIONES

HASTA EL MES DE JULIO 108

ESTRATO

PRESENTACIONES

EVENTOS

PRESENTACIONES

1

0

RESTAURANTES, BARES

17

2

1

HOTELES Y CLUBES

2

3

11

COLEGIOS

5

4

7

ACTOS POLITICOS

0

5

24

ACTOS CULTURALES

4

6

15

FIESTAS MUNICIPALES

1

EMPRESAS

21

En el cuadro que sigue a continuación se puede
hacer la observación final de toda la
investigación estadística. Se debe aclarar que esto es
solo parte de toda la labor que realizan los grupos musicales de
la ciudad, pero estos datos muestran una constante dentro de las
dinámicas propias del sistema de
mercado y la relación profunda entre el sector privado y
el trabajo musical en la comarca.

CUADRO ESTADISTICO FINAL

TOTAL PRESENTACIONES 605

ESTRATO

PRESENTACIONES

EVENTOS

PRESENTACIONES

1

0

RESTAURANTES Y BARES

90

2

4

HOTELES Y CLUBES

37

3

57

COLEGIOS

14

4

56

ACTOS POLITICOS

2

5

110

ACTOS CULTURALES

14

6

103

FIESTAS MUNICIPALES

1

EMPRESAS

117

Por último, con esta investigación se
marca un precedente en el
conocimiento que con respecto a la vida económica de
los artistas (músicos) se sabe en el ámbito de la
cultura de la ciudad. Los músicos, fueron, han sido y son,
un sector importante de la dinámica económica de
Cali. Estas últimas décadas nos dejaron como
herencia, un
crecimiento demográfico, urbanístico y
económico de proporciones gigantescas si comparamos lo que
era la ciudad a principios del siglo XX. La ciudad seguirá
creciendo, y con ella crecerán las dinámicas
culturales como ha sucedido en los últimos tiempos. El
sector musical, al igual que todos los sectores dinamizadores de
la economía; seguirá creciendo al lado de
ellos.

BIBLIOGRAFÍA

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Filosóficos, editorial altaya S.A., 1993. Pag
90

CÁRDENAS ROCÍO, La Música
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Cali Colombia.

D.A.N.E Departamento del Valle del Cauca.

EDGAR VÁSQUEZ BENÍTEZ. Historia de Cali en
el S. XX. En Apogeo Industrial en la vieja ciudad. Santiago de
Cali. 2001. pag 188.

ENTREVISTA a Alberto Ramírez,
nov 2000.

ENTREVISTA a Carmen Eugenia González. 8 de agosto
de 2006

ENTREVISTA a Francisco Javier Álvarez. Julio
2002

ENTREVISTA a Hardany Cortés, hijo de Tito
Cortés.Julio. 2003.

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ENTREVISTA A Josué García músico
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HISTORIA DE LOS BARRIOS DE CALI, Biblioteca
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HUMBERTO VALVERDE. Celia Cruz Reina Rumba, editorial
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MYLÉNE SAULOY. YVES LE BONNIEC. ¿A
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PALACIOS EUSTAQUIO, el Alférez Real, editorial
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REVISTA DEL CLUB COLOMBIA en Cali en la cultura
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Revista nº 8 año 2, Cali, junio de
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REVISTA SEMANA, edición
nº 1.227 noviembre 7 2005, pag, 74.

SOBRE NARCOS en

TERTULIAS DEL CALI VIEJO, cámara de
comercio de Cali, centro de estudios históricos y
sociales "Santiago de Cali" pag…41.

ULLOA ALEJANDRO, LA salsa en Cali, Cáp. XII, pag.
403

A Patricia Patiño y todos los compañeros
músicos

que colaboraron en la elaboración de este
modesto

trabajo, y en memoria de otros que
fallecieron

y en vida hicieron valiosos aportes

a esta investigación

AGRADECIMIENTOS

Al Estado colombiano y al ente público
representado en la Universidad del Valle que me brindaron la
posibilidad y la oportunidad de llevar a cabo mis estudios
secundarios y superiores (soy producto de las ventajas que brinda
el Estado para
que personas que no hayan seguido los conductos regulares
académicos, puedan acceder a la educación
superior presentando examen de ICFES). A mis padres,
hermanos, esposa e hijos con quienes he compartido los mejores
momentos de mi existencia. Un agradecimiento muy especial al
profesor
Alonso Valencia Llano, pues su valioso aporte y dirección, definitivamente me
encausó por el camino correcto para la finalización
de esta investigación. A todo el Dpto. de Historia y su
planta de profesores y trabajadores, especialmente a Mara, quien
tanto nos ayuda y aconseja.

 

PRESENTADO POR

Leonadi Ledesma Lara

UNIVERSIDAD DEL VALLE

SANTIAGO DE CALI

JUNIO 2006

MONOGRAFÍA PARA OPTAR EL TÍTULO
DE

Licenciado En Historia

JUNIO 2006

Partes: 1, 2
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