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El Caso Difícil Número 17 (página 2)




Enviado por Felix Larocca



Partes: 1, 2

Francisco José

Tenía seis años cuando se separaron sus
padres y siete cuando se concluyera el divorcio.

La madre, mujer muy
trastornada en sus emociones, le dio
custodia al papá con derechos, para ella, a
visitas esporádicas y a pasar una parte del verano con en
su residencia en el extranjero.

Ambos padre e hijo sufrieron dolor intenso con la
disolución del matrimonio,
porque ambos amaban de veras a la mamá del niño, a
pesar de todas las penurias que con sus comportamientos inmaduros
había proporcionado a ambos.

La gordura de Francisco José procedió
paulatina y progresivamente. Una librita aquí y otra por
allí y de pronto, el sobrepeso era la preocupación
de la
familia.

Jugando tenis y yendo al gimnasio tradicional no dieron
los resultados por todos apetecidos.

La mamá y su familia, hicieron
un pasatiempo el de sabotear los regímenes
dietéticos que al niño se asignaran.

Las ofertas de helados, pizza, pasteles y fast foods
eran constantes. El niño se aisló y se pasaba los
días leyendo cuentos de
hadas, mirando, sin prestar atención los canales del cable y
comiendo.

Una depresión
lo trajo a nuestra atención y cuidado.

Revisemos nuestros conocimientos acerca de la
depresión en el niño.

La depresión
infantil

Definición:

Es un trastorno que se presenta durante la infancia y que
se caracteriza por sentimientos persistentes de tristeza,
desánimo, pérdida de la autoestima y
ausencia de interés en
las actividades comunes.

Causas:   

La depresión puede ser una respuesta transitoria
a muchas situaciones y factores de estrés.
Estado que es
muy común en los adolescentes,
como consecuencia del proceso normal
de maduración, del estrés asociado con éste,
de la influencia de las hormonas
sexuales y de los conflictos de
independencia
con los padres.

En algunos niños
más jóvenes se asocia con la obesidad
debido al uso excesivo de la comida para aliviar el
estrés. Lo que acelera el desarrollo del
cuerpo, provocando, a menudo, la aparición de la pubertad
precoz. (Véanse mis artículos al
respecto).

La causa también puede ser una reacción a
un suceso perturbador, como la muerte de
un amigo o pariente, la ruptura entre los padres, como en el caso
de nuestro amigo, Francisco José, u otra forma de serio
desengaño. Los adolescentes que presentan baja autoestima,
que tienden a ser muy autocríticos o que perciben poco
sentido de control sobre los
eventos
negativos que les acontecen; presentan un riesgo particular
de deprimirse cuando experimentan sucesos generadores de
estrés.

A menudo es difícil diagnosticar la verdadera
depresión en los niños debido a que su comportamiento
normal se caracteriza por variaciones del estado de ánimo,
con períodos alternos de "el mundo es un sitio
maravilloso" y "la vida apesta". Estos estados de ánimo
pueden alternar en períodos de horas o días.
(Véase mi artículo: La Depresión Real y
la Postura Depresiva
).

Por otra parte, la depresión persistente, el
rendimiento escolar inestable, las relaciones caóticas con
familiares y amigos, el abuso de substancias, en los
adolescentes, y otros comportamientos negativos pueden indicar un
episodio depresivo serio. Estos síntomas pueden ser
fáciles de reconocer pero la depresión en los
adolescentes, con frecuencia, se manifiesta de formas muy
diferentes a estos síntomas clásicos. (Véase
mi ponencia: Depression in Children: The Proteus of
Psychiatry
).

En el caso del niño muy joven, los trastornos del
comer, los del dormir, la ansiedad y el aislamiento social con
tendencias al lloro frecuente, son síntomas que
predominan.

La somnolencia excesiva, cambios en los hábitos
alimenticios, incluso el comportamiento delincuente, como robar
en tiendas, pueden ser signos de
depresión de los adolescentes. Otro síntoma
común de la depresión adolescente es una
obsesión con la muerte, que
puede tomar la forma ya sea de pensamientos suicidas o temores
acerca de la muerte y del mismo hecho de uno mismo u otros,
morir.

El miedo y la mención de la muerte de seres
queridos o de animales caseros
son comunes en los grupos
jóvenes.

Por lo general, la enfermedad depresiva prolongada
comienza en la adolescencia o
los años de la adultez temprana. Alrededor del 15 al 20%
de los adolescentes en Estados Unidos ha
experimentado un episodio severo de depresión, que es
similar a la proporción de adultos que sufren de
depresión.

En los grupos más jóvenes es
difícil de establecer la incidencia, porque, debido a que
todo se califica como parte del "crecimiento normal", las cosas a
menudo se ignoran.

Las niñas adolescentes presentan el doble de
posibilidades de experimentar depresión que los varones.
Entre los factores de riesgo se encuentran eventos de la vida
generadores de estrés; en particular la pérdida de
un padre por muerte o por divorcio, abuso infantil,
atención inestable, falta de habilidades sociales,
enfermedad crónica y antecedentes familiares de
depresión.

Síntomas:

  • Estado de ánimo depresivo o
    irritable
  • Mal genio, agitación
  • Pérdida del interés en las actividades,
    apatía
  • Disminución del placer por las actividades
    usuales
  • Incapacidad de disfrutar de acciones que
    solían ser placenteras
  • Cambios en el apetito, por lo general pérdida
    del apetito pero a veces aumento del mismo
  • Cambios de peso (aumento de peso o pérdida de
    peso involuntaria)
  • Dificultad para conciliar el sueño o para
    permanecer dormido (insomnio) persistentes
  • Somnolencia diurna excesiva
  • Fatiga
  • Dificultades para concentrarse
  • Dificultad para tomar decisiones
  • Episodios de pérdida de la
    memoria
  • Preocupación por sí mismo
  • Sentimientos de minusvalía, tristeza o
    desprecio hacia uno mismo
  • Sentimientos de culpabilidad
    excesivos o inapropiados
  • Comportamiento inadecuado
  • Lloros frecuentes
  • Sentimientos de no ser querido
  • Poco rendimiento escolar
  • Dolores vagos, múltiples y
    persistentes
  • Comienzo de fobia escolar
  • Pensamientos sobre suicidio o
    miedos o preocupaciones obsesivos sobre la muerte
  • Planes para cometer suicidio o intentos reales de
    hacerlo
  • Patrón de comportamiento exageradamente
    irresponsable.

Si estos síntomas duran por lo menos dos semanas
y causan una significativa perturbación o dificultad para
desempeñarse, se debe buscar tratamiento.

Exámenes:

  • Examen físico y exámenes de sangre para
    descartar que los síntomas tengan una causa física.
  • En el adolescente, evaluación para verificar consumo de
    sustancias, como alcohol en
    exceso, consumo de marihuana y
    otras drogas
    pueden ser tanto causas como consecuencias de la
    depresión. Los antiguos procedimientos
    del tratamiento para la adicción se realizaban bajo la
    creencia de que la depresión era sólo un
    síntoma del uso, pero no una causa potencial, y por eso
    no se la trataba debidamente. Las investigaciones
    hoy en día demuestran que dichas prácticas
    incrementan el riesgo de reincidencia. Si se encuentran
    evidencias
    de consumo excesivo de sustancias, es preciso asegurarse de que
    la evaluación psiquiátrica no se limite al
    diagnóstico y que continúe con la
    evaluación de la depresión y otros problemas
    psiquiátricos potenciales.
  • Evaluación psiquiátrica para determinar
    los antecedentes de tristeza, vacío o estado de
    ánimo irritable persistentes y la pérdida de
    interés o placer en las actividades
    normales.
  • Evaluación de los riesgos de
    suicidio/homicidio.
  • Información de familiares o personal de la
    escuela, la
    cual suele ser útil para identificar la depresión
    en los adolescentes.

Tratamiento:

Las opciones terapéuticas para los adolescentes
con depresión son similares a las de los adultos
deprimidos e incluyen psicoterapia y
medicamentos antidepresivos. Advertencia, actualmente existe una
opinión de no administrar Paxil, un antidepresivo
importante, a niños menores de 18.

En el caso de los niños más
jóvenes, una combinación de terapias, incluyendo
asistencia en la escuela, trabajo
conjunto con los padres y medicamentos son requisitos esenciales
para un desenlace benigno.

La terapia de familia puede ser útil si los
conflictos de familia contribuyen a la depresión.
También puede ser necesario el apoyo de la familia o los
maestros para ayudar con los problemas escolares. Ocasionalmente,
se puede requerir la hospitalización en una unidad
especializada para los individuos con depresión grave o
que están a riesgo de suicidio.

A causa de los problemas de conducta que
coexisten a menudo con la depresión del adolescente,
muchos padres se ven tentados a utilizar soluciones
punitivas como "campamentos de entrenamiento
para reclutas", "programas de
aislamiento" o "escuelas de crecimiento emocional".

Estos programas, con frecuencia, utilizan un equipo que
no es profesional y hacen uso de terapias de confrontación
y castigos brutos. No existe evidencia científica que
apoye el uso de estos programas. En efecto, hay un fondo de
investigación cada vez mayor que sugiere
que, en realidad, pueden lastimar a los adolescentes, en
particular a los adolescentes sensibles con
depresión.

Los adolescentes deprimidos que son impulsivos, pueden
hallarse comprometidos con el sistema de
justicia. Cada
caso merita una evaluación individual.

Pronóstico:

La depresión usualmente responde al tratamiento.
Sin embargo, en algunas personas puede ser una enfermedad que las
acompaña durante buena parte de la vida.

Complicaciones:

El suicidio en los niños y en los adolescentes se
asocia con la depresión al igual que con muchos otros
factores. A menudo, la depresión interfiere con el
desempeño escolar y las relaciones
interpersonales. Los adolescentes con depresión
frecuentemente presentan otros problemas psiquiátricos,
como trastornos de ansiedad.

La depresión también se asocia
comúnmente con violencia y
comportamiento imprudente. Con la depresión igualmente
coexisten frecuentemente problemas como el consumo de drogas,
alcohol y cigarrillo. Por lo general, los adolescentes con
problemas psiquiátricos adicionales requieren un
tratamiento más prolongado e intensivo.

La fobia escolar y los síntomas de estrés
son frecuentes en los grupos más
jóvenes.

Situaciones que requieren asistencia
médica:

Se debe buscar asistencia médica si se presentan
uno o más de los signos de un suicidio
potencial.

Aunque no existe un tipo específico de personalidad
suicida, se debe estar alerta ante los siguientes
signos:

  • Retraimiento, con urgencia por estar solo, y
    aislamiento
  • Mal humor
  • Cambios de personalidad
  • Amenaza de suicidio
  • Distribución, de las pertenencias más
    preciadas, donándoselas a otros

¡NUNCA SE DEBE IGNORAR UNA AMENAZA O UN INTENTO DE
SUICIDIO! Como hiciera el papá de Nino, en otro
artículo de aparición previa.

Prevención:

Los períodos de estado de ánimo deprimido
son comunes en la mayoría de los adolescentes y en algunos
niños muy jóvenes. Sin embargo, las relaciones
interpersonales de ayuda y las habilidades de adaptación
saludables pueden ayudar a evitar que dichos períodos
conduzcan a síntomas depresivos más severos.
La
comunicación abierta con los hijos, durante todas las
etapas de su desarrollo, puede ayudar a identificar la
depresión a tiempo.

El asesoramiento puede ayudar a los adolescentes a
sobrellevar los períodos de estado de ánimo bajo.
La terapia cognitiva del comportamiento, que enseña a las
personas deprimidas a combatir los pensamientos negativos y a
reconocerlos como síntomas y no como la realidad de su
mundo, es el tratamiento no medicado más efectivo para la
depresión. Se debe garantizar que los consejeros o
psicólogos que se busquen estén capacitados en el
uso de este método.

Es posible que los episodios de depresión no se
puedan prevenir en adolescentes con fuertes antecedentes
familiares de este problema o con múltiples factores de
riesgo, pero la identificación oportuna y el tratamiento
rápido e integral puede prevenir o posponer los episodios
posteriores.

Para finalizar este caso, daremos información acerca de la depresión
en todas las edades con información acerca del
método de terapia cognitiva de la misma.

La gama de síntomas que cubren el conjunto de las
condiciones conocidas como las depresiones (o trastornos
afectivos) es de mucha importancia, no solo para aquéllos
profesionales que tratan a estos pacientes, si no que
también lo es para aquellas personas que se relacionan de
un modo estrecho con ellos.

El cuadro clínico típico con el cual que
se presenta el adulto deprimido es el siguiente:

· Una disposición de ánimo
deprimida

Una disposición continúa de un
ánimo deprimido

Sentimientos de duda, de culpa y de insuficiencia
personal

Sentimientos agobiantes de miedo

Comienzo del miedo de quedar solos

Variación diurna del ánimo.
Sintiéndose uno mejor durante una parte del día y
peor durante el resto

Preocupaciones desagradables acerca de las
inferioridades y de los fallos personales, acerca de la salud, o acerca de la
relevancia de la propia existencia

Pesadillas, especialmente con temas de dolor,
pérdidas y muerte

Anhedonia (pérdida de la habilidad de sentir
placer)

Pérdida de la capacidad de hacer
decisiones

Principio de ataques inexplicables de ansiedad y de
pánico

· Signos vegetativos

Trastornos del sueño (muy poco o demasiado,
especialmente con la tendencia a despertar temprano por las
mañanas)

Trastornos del apetito (aumentado o disminuido,
generalmente de magnitud para que se pierda o se gane de
peso)

Fatiga, falta de energía

Dolores y "penitas" vagas, con una sensación
insidiosa de presión en
el pecho

Estreñimiento

Pérdida o disminución en el interés
sexual

Pérdida de la concentración, de la
memoria y
retardación en la velocidad de
los pensamientos.

Esta presentación sintomática puede
aparecer de un modo diferente (dependiendo a veces en la
intensidad del episodio o en la edad del paciente). La historia natural de la
enfermedad demostrando una tendencia particular y
característica de remitir por un tiempo para volver a
reaparecer.

El paciente deprimido puede tolerar en soledad y en
silencio una de las condiciones más agobiantes conocidas a
la naturaleza del
ser humano. La persona quien
está deprimida no está simplemente triste; la
persona quien está deprimida no ve un fin o una salida
para ésta, su miseria. La persona quien está
deprimida llora porque no sabe como reducir y como confrontar el
dolor psíquico que le roba el derecho a ser feliz, y que
le reemplaza la iniciativa con la apatía y la inactividad.
La persona quien está deprimida no ríe porque no
puede gozar de nada y de nadie. La persona quien está
deprimida, muy menudo contempla la muerte como una alternativa
preferible a una vida de calidad tan
amarga y miserable. El suicidio siempre es posible si la
depresión es profunda.

En otras palabras:

La depresión es una enfermedad
psiquiátrica que puede culminar en la muerte de sus
víctimas.

Hasta hace muy poco tiempo, la depresión se
entendía como la expresión de conflictos reprimidos
e inconscientes que debían de ser analizados para que el
paciente lograse el objetivo
elusivo y anhelado de su cura. Hoy, la depresión se acepta
como un trastorno hereditario el cual afecta el metabolismo de
ciertas substancias en el cerebro que
controlan los afectos y los ánimos de todos los seres
humanos.

La terapia de la depresión necesita que al
paciente y a los seres cercanos se los eduquen en las realidades
de la situación que atraviesan. La educación debiendo
de ser un proceso detallado y minucioso con el esmero requerido
para lograr el enlistar el entendimiento claro por parte del
paciente de los conocimientos impartidos. A veces, los grupos de
soporte y de apoyo mutuo, conducidos por profesionales
calificados, constituyen un aditamento importante para la
estrategia
terapéutica. El uso de medicinas indicadas, conducido de
un modo parsimonioso y con las debidas explicaciones
suministradas al paciente acerca de lo que se le estará
administrando, con que expectaciones debe de visualizar el uso de
estas medicinas, los efectos secundarios posibles y como
interpretar la acción
saludable de las mismas.

Es necesario que ahora se inserte una nota de prudencia:
Recuerden que un paciente, a veces, respondiendo favorablemente
al principio del tratamiento puede adquirir el coraje durante
esta mejoría incipiente para decidir terminar sus miserias
tomándose una sobredosis letal.

La psicoterapia de
la depresión.

Hoy, en los Estados Unidos de América, las estrategias
terapéuticas conocidas como la Terapia Cognitiva de la
Depresión (formuladas por el Profesor Aaron
Beck) han adquirido gran popularidad y aceptación entre la
clase
profesional; esto es debido en gran parte, porque estas maniobras
se adaptan de un modo práctico, flexible y soportador a la
condición del paciente, haciendo caso omiso a
formulaciones exóticas que puedan (y que a veces no
puedan) ser de relevancia a individuos cuyo estados de
ánimo puedan ser de proporciones
críticas.

Las bases, muy simples, que forman las fundaciones
teóricas del método desarrollado por Beck, proponen
tres cosas:

· Que la persona deprimida tiene una percepción
distorsionada y negativa de sí misma

· Que la persona deprimida concibe e interpreta
sus contornos ambientales de forma igualmente negativa,
y

· Que la persona deprimida tiene una
visión pesimista de su futuro.

Basados en estos principios, es
mucho lo que se puede lograr para aliviar la carga tan amarga,
agobiante y miserable que es la depresión.

Así son los casos cuando son
difíciles…

Bibliografía

Suministrada por solicitud.

 

Dr. Félix E. F. Larocca

Partes: 1, 2
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