Cambios económicos en el marco de una revolución democrática (Bolivia)
- Resumen
- A modo de
introducción - Antecedentes
históricos-jurídicos de la realidad
económica boliviana - El
Movimiento Al Socialismo en el progreso
económico - Nuevas
Medidas Revolucionarias - Resultados
económicos alcanzados en el año
2006 - Un nuevo
Modelo Económico en las propuestas hacia la Asamblea
Constituyente - Bibliografía
Resumen
Con la siguiente investigación he tenido como objetivo
demostrar la importancia del Derecho en el progreso
económico de una nación,
que vive una época de cambios revolucionarios, como es el
caso de Bolivia. Para
ello, en primer orden he realizado un recorrido por la realidad
jurídico-económica boliviana en la segunda mitad
del siglo XX (Antecedentes históricos-jurídicos
de la realidad económica boliviana).De igual forma
analizo las intenciones y el Programa
Económico del Movimiento Al
Socialismo
(MAS) en: El Movimiento Al Socialismo en el progreso
económico; así como la realización de un
análisis técnico-jurídico de
las medidas tomadas por el gobierno
revolucionario (Nuevas Medidas Revolucionarias) y
la repercusión económica de las mismas
(Resultados económicos alcanzados en el año
2006).Por último no sería posible finalizar
parcialmente esta investigación sin evaluar la importancia
de un cambio de
modelo
económico en dicho país y la influencia en ello de
las recientes leyes de carácter económico y el actual
proceso
constituyente(Un nuevo Modelo Económico en las
propuestas hacia la Asamblea Constituyente).
A modo
de introducción
El Derecho, como ciencia del
Deber ser, recrea aspiraciones humanas que tienen su base en
realidades sociales. Por tanto es indudable que este se erige
instrumento del hombre para
moldear la realidad según sus propias necesidades y como
resultado de un momento histórico determinado. Claro, no
es posible obviar que toda creación legal depende en gran
medida de la voluntad política del Estado, en su
condición de principal ente legisferante. Por ello el
Derecho es el lenguaje
mediante el cual se expresa el Estado y
del que se sirve para regular la vida de la sociedad en su
conjunto, siendo indiscutible la función
ordenadora que posee toda norma. Es imposible por tanto la
concepción de una revolución, que se precie de ser
democrática, sin que cada acto en pos del progreso social
tenga el debido respaldo jurídico, de ahí, el tan
mencionado, papel transformador del Derecho. Resulta importante
destacar que no pocas veces al amparo de la
ley se han
cometido las mayores atrocidades y que esta ha sido reflejo de
políticas despiadadas,
evidenciándose así su carácter regulador
desde un prisma negativo.
El proceso que se lleva a cabo en Bolivia no es la
excepción de las revoluciones democráticas, cuando
se trata de refundar una nación
y de salvar una economía sumergida
por años en políticas lejanas del debido desarrollo, el
derecho se convierte en protagonista de las nuevas tendencias e
impulsor de la sociedad en todos los ámbitos,
fundamentalmente en lo que a economía concierne, ya que
una vez que el Estado decide intervenir en la vida
económica y revertir cada ganancia a favor de los
más necesitados, solo el Derecho, por sus propias
características, podrá hacer legítima cada
una de estas decisiones gubernamentales. Pero lo anterior
serían solo palabras si tomando como referencia las
medidas adoptadas por el gobierno de Evo Morales en cuanto a los
llamados sectores estratégicos bolivianos, no existiera un
antes y un después en la realidad económica del
país andino.
Antecedentes históricos-jurídicos de
la realidad económica boliviana
Para explicar de forma causal la situación
económica de Bolivia antes de enero del 2006 y cómo
influyen en ello cada una de las medidas jurídicas hasta
ese entonces tomadas, resulta necesario retroceder en el tiempo y
realizar una breve reseña económica de la
nación. Para esto se ha de partir de que Bolivia ha
sufrido la implantación de una estructura
estatal desde el siglo XIX que ha fomentado la desigualdad y la
exclusión
social; y más allá una economía basada a
lo largo de la historia en un patrón
primario exportador y como consecuencia la dependencia, en
ocasiones extrema, del acontecer externo.
En la segunda mitad del siglo XX y comienzos del
presente, el comportamiento
de la economía boliviana ha tenido un carácter
cíclico. En inicio, para diferenciar cada uno de lo
períodos se toma como referencia el crecimiento promedio
del PIB. Esto nos
sitúa en un primer periodo que abarca los años de
1953 a 1983, donde el mayor auge se registró sobre el
año 1968 con una tasa de crecimiento de 7,18%, sin obviar
que los 70 fueron una década próspera. El siguiente
período comienza en el año 1983 y se extiende hasta
1999, con un supremo crecimiento en 1991 de 5,27%. Aún
cuando se evidencia una diferencia para defecto del crecimiento
económico entre un período y el otro, de forma
general, es en 1999 cuando la economía boliviana sufre un
real estancamiento que se extiende hasta principios del
2006. En resumen los ciclos se definen en los 50, 60 y 70; 80 y
finales de los 90; y desde entonces hasta la llegada al poder del
nuevo gobierno revolucionario. Pero las cifras anteriores son
solo un reflejo de lo que en realidad aconteció en estos
años, por lo tanto es necesario enmarcar estos
índices económicos en su momento histórico y
por ende su realidad jurídica.
En 1952 se inicia en el país andino una
revolución nacional cuyo objetivo definido era lograr la
independencia
económica con la intervención del Estado en la
producción de bienes y
servicios, en
concordancia con un modelo de desarrollo hacia adentro, que
buscaba la industrialización y la sustitución de
importaciones,
intentándose el desarrollo de un Capitalismo de
Estado. Con ello vieron la luz medidas
económicas- jurídicas progresistas como: la
nacionalización de las minas, la aprobación del
Código
del Petróleo en octubre de 1955, el proceso de
reforma
agraria de 1953/1954. En estos momentos la inversión aumentó considerablemente
alcanzando un promedio anual de 9,41%. A pesar del evidente
progreso los resultados de estos gobiernos de corte nacionalista
no fueron del todo los esperados, esto desencadenó la
implantación gradual en Bolivia de un modelo más
abierto al mercado
internacional y propenso a la no intervención estatal en
la economía, aunque se entiende que este cambio de modelo
económico no ocurre hasta avanzados los años 80,
vinculado a una tendencia internacional y factores internos que
se abordaran más adelante. De la revolución
nacionalista boliviana se dice que fracasó,
fundamentalmente, por una excesiva burocratización de la
economía, pero más allá de ello y pese al
demostrado progreso, lo esencial fue que no logró romper
con una estructura colonialista del Estado boliviano, que en gran
medida frenaba los propósitos nacionalistas.
En febrero de 1967 es aprobada una nueva Constitución Política del Estado, la
cual en su Parte Tercera dedicada a los Regímenes
Especiales, regula el Régimen Económico y
Financiero. Desde el momento mismo de su aprobación la CPE
es, en su condición de cumbre y base del ordenamiento
jurídico boliviano, la máxima ordenadora de la
sociedad y lo que en ella quede reglamentado permitirá o
prohibirá determinados actuares. El articulado referente
al régimen económico en primer orden, es escaso en
cuanto a los principios que informan el actuar económico.
Tampoco regula correctamente el tema de los recursos
naturales, puesto que en un país con la riqueza
natural de Bolivia se precisa una regulación
constitucional más detallada y definida en este aspecto,
con el objetivo de un mayor control y
más provechosa explotación de los mismos. Carece
además la CPE, del establecimiento de una adecuada
interrelación entre el Estado y el mercado, aún
cuando dentro de la política
económica estatal se norma la planificación de la economía, lo
cual responde a un momento histórico del Derecho
Constitucional. Luego de la lectura de
la normativa económica constitucional se puede apreciar el
predominio de un texto poco
preciso que condiciona múltiples interpretaciones
posteriores. Por otra parte dicho articulado no muestra la
intención de que el individuo
incida con su opinión en la toma de decisiones
económicas, reflejo evidente de exclusión
socio-económica. En general la CPE resulta un tanto omisa
en cuanto a la regulación necesaria para que la
economía marche sin mayores contratiempos y por tanto ello
la hace moldeable ante distintos tipos de políticas
macroeconómicas. A la luz de esta Carta Magna se
tomaron medidas de corte profundamente neoliberal, por tanto en
gran medida la CPE dejó abierta las puertas a una mayor
deformación de la economía boliviana, al presentar
un contenido adaptable a diversas políticas
económicas, en correspondencia con una voluntad estatal
que respondía a los intereses de los partidos
políticos en el poder.
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