Resumen
En economía, la
inflación es el aumento sostenido y generalizado
del nivel de precios de bienes y
servicios,
medido frente a un poder
adquisitivo estable. Se define también como la
caída en el valor de
mercado o del
poder adquisitivo de una moneda en una economía en
particular, lo que se diferencia de la devaluación, dado que esta última se
refiere a la caída en el valor de la moneda de un
país en relación a otra moneda cotizada en los
mercados
internacionales, como el dólar
estadounidense, el euro o
el yen.
La existencia de inflación durante un
período implica un aumento sostenido (ya que se incrementa
a medida que pasa el tiempo) del
precio de los
bienes en general. Para poder medir ese aumento, se crean
diferentes índices que miden el crecimiento medio
porcentual de una canasta de bienes ponderada en función de
lo que se quiera medir.
El índice más utilizado para medir la
inflación es el "índice de precios al
consumidor"
o IPC, el cual indica porcentualmente
la variación en el precio promedio de los bienes y
servicios que adquiere un consumidor típico en dos
periodos de tiempo, usando como referencia lo que se denomina en
algunos países la cesta básica.
Existen otros índices como son el "índice
de precios al mayorista" (IPM) y el "índice de precios al
productor", los cuales difieren del IPC en que no incluyen
gravámenes e impuestos, ni la
ganancia obtenida por mayoristas y productores. Estos
índices son utilizados para hacer mediciones
específicas en el comportamiento
de la economía de un país, pero no utilizados como
índices oficiales de inflación.
También existen índices para otros
sectores de la economía, como el índice de precios
de los bienes de inversión, que también son muy
útiles en sus respectivos campos.
El IPC es el índice más usado, aunque no
puede considerarse como una medida absoluta de la
inflación porque sólo representa la
variación de precios efectiva para los hogares o familias.
Otro tipo de agentes económicos, como los grandes
accionistas, las empresas o los
gobiernos consumen bienes diferentes y, por tanto, el efecto de
la inflación actúa diferente sobre ellos. Los
factores de ponderación para los gastos de los
hogares, o de presupuestos
familiares, se obtienen mediante encuesta. En
el IPC no están ponderados ni incluidas otras
transacciones de la economía como los consumos intermedios
de las empresas ni las exportaciones ni
los servicios financieros. No obstante, dado que no hay forma
exacta de medir la inflación, el IPC (que se basa en las
proporciones de consumo de la
población) se considera generalmente como
el índice oficial de inflación.
El diferencial de inflación es la
diferencia entre los niveles de inflación de un
país y los de su entorno económico y a corto plazo
tiene efectos importantes sobre la balanza comercial de los
países.
Definición
Prácticamente se define como el desequilibrio
entre la oferta y la
demanda de
bienes y servicios que se refleja en un aumento generalizado y
sostenido del nivel general de precios.
Otros autores señalan que es una baja en el valor
del dinero debido
a la alza de precios. Aunque la definición mas acertada es
la situación económica que se caracteriza por un
incremento permanente de los precios o una disminución
progresiva en el valor de la moneda, ocasionada por el aumento
del monto de dinero en circulación en comparación
con los bienes y servicios disponibles.
Y de esta manera se pueden encontrar definiciones
similares y es que, este problema macroeconómico, es la
causa de innumerables consecuencias, que a lo largo de los
años ha cobrado vidas y hasta el futuro de diferentes
países.
Causas
La inflación, como fenómeno
económico tiene causas y efectos. La definición de
sus causas no es una cuestión sencilla debido a que
aumento generalizado de los precios suele convertirse en un
complejo mecanismo circular, del cuál no resulta sencillo
determinar los factores que impulsan al incremento de los
precios.
Esta dificultad para determinar las causas de la
inflación, ha sido el motor que
impulsó a diversos teóricos a ensayar diferentes
explicaciones sobre los procesos
inflacionarios. Las teorías
explicativas suelen agruparse en tres categorías. Por una
parte, están las que consideran como explicación de
la inflación un exceso de demanda agregada, o sea
inflación de demanda.
Por otra parte, se encuentran aquellos que apuntan a la
oferta agregada como disparadora del proceso
inflacionario, esto es lo que se denomina inflación de
costos. Por
último, existe un grupo de
teóricos que entienden a la inflación como el
resultado de rigideces sociales, esto es lo que se denomina
inflación estructural.
Los Déficit Fiscales, su financiación a
través de emisión y la
inflación,
El déficit fiscal es un
posible disparador de un proceso inflacionario. Por una parte,
suponiendo que partimos de una situación de equilibrio
entre oferta agregada y demanda agregada,
un incremento en el gasto del gobierno sin que
sea acompañado por un incremento similar en los ingresos
tributarios, generará tanto un exceso de demanda agregada,
como un incremento en el déficit fiscal. Este hecho es el
que señalan los keynesianos como disparador del proceso
inflacionario.
Los monetaristas también suponen que es un exceso
de demanda agregada lo que enciende el proceso inflacionario,
pero difieren con los keynesianos respecto a la causa que genera
ese exceso de demanda.
Desde su concepción, es un incremento en la
oferta monetaria, vía mayor disponibilidad de liquidez, lo
que provoca el incremento de la demanda agregada. Por lo tanto,
si el Estado,
luego de haber agotado todas las fuentes de
crédito
privado, recurre a financiarse a través de incrementos en
la emisión de moneda, generará un exceso de
liquidez que se traducirá en exceso de demanda e
incremento generalizado en los precios.
Cuando un gobierno acarrea una pesada deuda, cada le vez
resultará más complicado conseguir financiamiento
genuino. Cuando las fuentes de crédito se agotan y los
déficits son persistentes, los gobiernos suelen recurrir a
la impresión de moneda como último instrumento para
financiar sus gastos. La emisión no genuina, es decir un
incremento en la oferta de dinero no acompañado de un
aumento en la demanda de moneda, genera un incremento en los
precios.
La financiación de un déficit mediante
emisión, tiene efectos diferentes según se trate de
un régimen de tipo de cambio fijo o
flexible. Como se verá, a los países que tengan
déficit presupuestario crónico y de alta magnitud,
les resultará complicado en extremo mantener un tipo de cambio
fijo y tendrán que optar por pasar a tipo de cambio
flotante o, al menos, hacer frecuentes ajustes de la paridad
monetaria.
Déficits fiscales con tipo de cambio
fijo
Cuando una economía que opera bajo un sistema de tipo
de cambio fijo ha agotado sus fuentes de
financiamiento provenientes de préstamos directos del
público, interno y externo, la única herramienta
que le queda para financiar el exceso de gastos sobre los
ingresos es tomar préstamos del banco
central.
Cada vez que el gobierno intente financiarse a
través de préstamos del banco central,
incrementará la base monetaria, pero dado que los saldos
monetarios que se demandan permanecen constantes se
generará un exceso de oferta de dinero. Las familias
convertirán los saldos monetarios excedentes en activos externos,
presionando hacia la devaluación del tipo de cambio. Como
el banco central está comprometido a mantener el valor de
la moneda doméstica a un nivel dado, deberá cambiar
el exceso de moneda nacional por divisas. Este
proceso continuará hasta que la oferta de dinero retorne a
su nivel inicial e iguale a la demanda por saldos monetarios que
se mantuvo constante durante todo el proceso.
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