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Violencia en la escuela (página 2)




Enviado por Gonzalez Roxana



Partes: 1, 2

No Violencia:

  • Procedimiento para conseguir un fin por medio por
    medio de actos no eficaces en sí mismos, pero de gran
    notoriedad pública, fundamentalmente la resistencia
    civil. (Gran Enciclopedia Universal "Espasa Calpe"
    Clarín)

Agresión:

  • Es el acto de "acometer y atacar". (Psicopedagoga
    Laura Mónica Waisman)
  • Acto contrario al derecho del otro. Acción y efecto de agredir, atacar.
    (diccionario
    "Pequeño Larousse Ilustrado" y
    "Clarín")
  • Desequilibrio psicológico que provoca la
    hostilidad de una persona a las
    otras que lo rodean. (diccionario "Pequeño Larousse
    Ilustrado")
  • Es una respuesta adaptativa y forma parte de las
    estrategias de
    afrontamiento de los seres humanos a las amenazas externas.
    Gracias a esta conducta se
    puede salir airoso de situaciones peligrosas. (Pedro de Torres
    y Francisco Espada)
  • Acto de acometer a alguno para matarlo, herirlo, o
    hacerle cualquier daño,
    especialmente sin justificación. Acto contrario al
    derecho ajeno. Atacar con violación de derecho. Ataque
    rápido y por sorpresa, realizado por el enemigo,
    considerado injusto o reprobable. (diccionario
    enciclopédico ilustrado "Sopena")
  • Acto de agredir a alguien o a algo para hacerle
    daño. Acto contrario al derecho del otro. Todo lo que
    atenta contra la integridad de los organismos o su equilibrio.
    Implica provocación y violencia.
    (Gran Enciclopedia Universal "Espasa Calpe"
    Clarín)
  • Bullying:
  • Forzar a uno con amenazas. Torear, patotear,
    matón, valentón. (diccionario inglés "Collins")
  • Matón, valentón, bravo. Forzar a uno
    con amenazas. Intimidar, tiranizar. (Langenscheidt. Diccionario
    Internacional Español-Inglés/
    Inglés-Español. Ed. Aumentada y
    actualizada)
  • Proceso de abuso e intimidación en los centros
    de estudio, sistemático y creciente, por parte de
    ciertos compañeros hacia otro, con el beneplácito
    del grupo. (Nora
    Rodríguez, filóloga y pedagoga)
  • Hay tres modos en que se manifiesta: el
    físico, el psíquico y el verbal. (Flavia
    Sinigagliesi, pediatra)
  • Institución:
  • Es un espacio, un hito entre el afuera y el adentro,
    donde se ponen en juego
    normas,
    reglamentos, una tarea que convoca; donde se juega aquello que
    esta instituido. (Psicopedagoga Laura Mónica
    Waisman)
  • La institución es un objeto psíquico
    común a todos los miembros que la conforman, y para que
    pueda perdurar, su tarea primaria tiene que ver con la
    vinculación entre los sujetos. (Mirella Crema,
    licenciada en ciencias de la
    educación)
  • Cualquiera de las organizaciones
    fundamentales de un Estado,
    Nación o sociedad.
    (diccionario enciclopédico ilustrado
    "Sopena")
  • Establecimiento o fundación de una cosa. (Gran
    Enciclopedia Universal "Espasa Calpe"
    Clarín)
  • El término institución se refiere tanto
    a un proceso de
    institucionalización en el sentido de racionalizar y
    estabilizar conductas inicialmente de predominio emocional,
    como designar una organización social, o sea, un organismo
    con una geografía, una ordenación del
    tiempo y de
    responsabilidades; con objetivos a
    alcanzar y medios
    racionales para tal fin. Todo regulado por un código y por normas de naturaleza
    implícita y explícita. (Fernando Ulloa,
    médico y psicólogo)
  • Toda institución viene a satisfacer una
    necesidad de la sociedad; debe ser lo suficientemente abierta y
    capaz de realizar las modificaciones necesarias para responder
    a los objetivos de su creación. Una manera de definir la
    institución es una relación dialéctica
    entre lo instituido y lo instituyente. (Mirella Crema,
    licenciada en ciencias de
    la
    educación)

La escuela y su
clima de
violencia.

La violencia se ha convertido en justificada materia de
preocupación. Con diversidad de manifestaciones, a
través de episodios penosos y a menudo trágicos,
irrumpen en el
conocimiento público hechos que tienen lugar en una
institución básica para la formación del
ciudadano como es la Escuela.

Toda conducta violenta (lo manifiesto) es un
síntoma que expresa un conflicto (lo
latente); en esta sentido frente a un mismo estímulo no
vamos a obtener siempre las mismas respuestas. Que los alumnos
insulten, golpeen a compañeros, falten el respeto al
personal
escolar, amenacen, rompan elementos que provee la
asociación cooperadora, y que los padres, muchas veces,
realicen estas mismas acciones, son
hechos comunes que nos dan noción de actos violentos que
ocurren en las escuelas, por causa de la crisis social
que debemos afrontar. Los seres humanos no son violentos o
pacíficos "por naturaleza", sino por las prácticas
y los discursos
desde los que nos formamos y conformamos como sujetos. Todo hecho
violento es la manifestación de una sociedad en crisis. Si
hubiera justicia
social, no habría violencia. La violencia no es algo
innato ni heredado, sino construido socialmente. La violencia se
aprende. Las personas aprenden de niños a
relacionarse viendo cómo se relacionan los adultos. Los
niños aprenden a resolver conflictos
observando cómo los mayores lo resuelven. Debemos
encontrar maneras de emplear a más adultos con quien los
niños se puedan identificar en una manera constante. Esto
tal vez no parece ser mucho, pero a largo plazo, podría
tener más impacto.

Problemas de Disciplina y
Violencia Escolar

Uno de los puntos más importantes a tener en
cuenta es la diferencia que hay entre lo que podríamos
llamar problemas de
disciplina y violencia
escolar.

Muchos de los actos que se podrían calificar
dentro de los problemas de disciplina, si ocurren en las primeras
etapas de la escolaridad, se convierten en actos violentos en
niños más grandes y hasta en actos delictivos
cuando faltando a las leyes, se
producen con el objetivo
directo de dañar a otros, sin medir los resultados de la
acción. No todo problema de disciplina es un acto violento
y no todo acto violento es delictivo.

Es importante también que se pueda discriminar si
el hecho violento fue cometido con el objetivo de hacer mal a
otro o si inconscientemente lo que se buscó fue
dañarse a sí mismo.

El comportamiento
humano depende de la forma de pensar. Si se piensa que el ser
humano es violento por naturaleza, quizá haya que
resignarse a soportar sus agresiones y continuar padeciendo malos
tratos. Todas las personas pueden ser agresivas, pero no
necesariamente violentas; mientras la agresividad es
básica en el ser humano para su supervivencia, la
violencia es siempre destructiva.

La
Violencia en las Escuelas

La violencia en el ámbito escolar puede ser
considerada "una manifestación más del proceso de
deterioro de las instituciones", causada por "las políticas
que derivaron en la pérdida de lazo social y
exclusión".

A veces, esos comportamientos se desencadenan en lo que
debiera ser una fiesta de graduación; en otras ocasiones,
aparecen como parte de una desdichada rutina o del deterioro del
trabajo en el
aula o surgen como actos vandálicos perpetrados por
quienes gozan, absurdamente, con la destrucción de las
instalaciones o del instrumental que se usa para la enseñanza.

La escuela no puede aislarse del clima en el que
está envuelto hoy un amplio sector de la población, asediado por la desocupación, la inseguridad,
la pobreza y
la indigencia, entre otros males, como también por graves
razones económicas y sociales. Este en un fenómeno
complejo y de múltiple causalidad, donde se advierte el
interjuego de tres instancias: La social o violencia contra la
escuela, la familiar en la escuela y la institucional o violencia
en la escuela.

El proceso de deterioro acentuó las diferencias
entre aquellas escuelas bien dotadas en recursos
humanos y materiales, y
aquellas otras que padecen gravísimas carencias. Sabido es
que las desigualdades desembocan casi siempre en conflictos
irreversibles vinculados con la inclusión y la exclusión
social, un modo severo de discriminación. Planes de refuerzo a las
escuelas de menores recursos y una
gradual promoción de formas de enseñanza
más exigentes, son un buen punto de partida para empezar a
corregir desigualdades, discriminaciones y deficiencias que
conspiran contra todo intento de reinstalar al país en la
senda del progreso.

La violencia en las escuelas no sólo se da entre
pares; ante la gran demanda por
parte de los docentes por
la gran problemática de maltrato escolar o violencia entre
alumnos, de docentes con alumnos, de docentes con directivos,
cada problemática debe ser analizada de manera especial.
Faltan herramientas y
espacios de contención y reflexión para los
docentes, que se ven obligados a hacer frente a demandas que
exceden por mucho sus funciones
específicas. La respuesta por parte del gobierno a veces
no alcanza. Los Equipos de Orientación Escolar no llegan a
cubrir la demanda y trabajan en una situación precaria.
Delimitar la violencia al ámbito escolar significa
ubicarla como la responsable exclusiva y negar que se trata de un
fenómeno que la excede y la atraviesa.

La psicoanalista e investigadora de la Universidad de
Buenos Aires Gloria Autino coincidió con esta perspectiva:
"La escuela es un elemento más. No es el lugar donde se
genera la violencia. Es una institución atravesada por las
características de una sociedad que eligió la
violencia como modo de calificación de sus habitantes.
Pero no es la escuela en sí misma, sino el propio Estado
el que es arrasado por esta violencia, que además no
aporta los recursos necesarios para trabajar desde la educación en función de
enfrentar esta problemática".

La violencia
escolar es la que genera el sistema
educativo por si mismo y existe desde que se crearon. De la
violencia escolar se tienen que encargar el Estado, los
gobiernos, los políticos, con decisiones
políticas.

A lo largo de las últimas décadas,
América
Latina está siendo identificada como un ejemplo de estos
fenómenos de desigualdad y exclusión social que
existe en el mundo. Los jóvenes de edades comprendidas
entre los 15 y los 24 años, constituyen la franja de
población que está más expuesta a la
violencia, ya sea como víctimas, ya sea como agentes. Si
bien la mayor cantidad de estos hechos se concentra en las zonas
más pobres de la ciudad, las agresiones físicas
están presentes en todos los estratos sociales, y hasta
las escuelas en las zonas adineradas, están experimentando
la violencia. Sin embargo, los problemas de las escuelas urbanas
son particularmente severos y se complican a causa de su
conexión a la pobreza, el
crimen y la desesperación en el ambiente
urbano. Esta brecha se intensifica aún más con las
diferencias de raza y clase social.
Las escuelas urbanas no solamente tienen que proveer un programa
académico, sino también encontrar los recursos para
proveer el apoyo social y psicológico para los estudiantes
y sus familias.

La violencia escolar ha aumentado los casos de
niños y adolescentes
con problemas psiquiátricos y la gravedad de sus
patologías, según destacó la profesora de
Psiquiatría de la Universidad de Sevilla Rafaela
Caballero.

Aunque la violencia infantil y juvenil ha existido
siempre, ahora se produce 'más que antes' y con mayor
agresividad, lo que repercute en un aumento de las
patologías psiquiátricas adolescentes.
Destacaron que el aumento de los casos de depresión
o de ansiedad entre niños y jóvenes obedece a
varias causas, aunque destacaron, entre ellas, el aumento del
consumo de
alcohol y de
otras drogas, y la
adicción a edades cada vez más tempranas. Respecto
al alcoholismo y
la
drogadicción, tres psiquiatras coincidieron en que
afectan cada vez a más adolescentes y a edades más
tempranas, y advirtieron de que, en muchos casos, pueden ocultar
problemas de depresión u otras patologías
psiquiátricas. Un consumo idéntico de alcohol en
diferentes jóvenes, crea adicción en unos y no en
otros, en función de sus 'rasgos de personalidad'.
Caballero advirtió de que los trastornos
psiquiátricos no sólo afectan a niños y
jóvenes agresores con un comportamiento
psicopatológico agresivo, sino cada vez más a los
agredidos, que desarrollan cuadros psiquiátricos de
depresión y estrés.

"Aulas Peligrosas" en Argentina Reflejo de la
Inseguridad

Según datos oficiales,
el último cuatrimestre de 2005 cerró con más
de 14 mil denuncias por agresiones físicas en escuelas de
la Provincia de Buenos Aires.
Chicos retraídos, potencialmente agresivos, son observados
con especial atención en un fenómeno que crece.
La Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires
recibió 170 denuncias (ver recuadro) entre 2000 y 2005
provenientes de colegios de Capital
Federal y que comprenden, agresiones físicas, verbales y
psicológicas.

En Argentina ha habido en los últimos años
un fuerte crecimiento de la violencia y la escuela no
podía quedar al margen de esto, explica la
psicóloga trasandina Elizabeth González
Montaner.

Una desocupación del 14,8%, una pobreza
creciente, el avance de las drogas, la
falta de redes de
contención social y la sensación de impunidad han
contribuido al aumento del delito, el
desmembramiento de las familias y la proliferación de
patologías como la depresión y la
ansiedad.

Un joven de 15 años dispara a quemarropa contra
sus compañeros en el aula. Una niña de nueve
años ataca con un cuchillo a otro pequeño. Una
estudiante hiere a otra con una hoja de afeitar. Un
quinceañero agrede a otro con una navaja. Estos hechos,
ocurridos en los últimos años, constituyen el cruel
y preocupante testimonio de que la violencia parece haberse
instalado en el único lugar que quedaba a salvo en
Argentina: La Escuela.

En nuestro país, niños y adolescentes son
desde hace tiempo objeto de una transculturalización que
los lleva a escenarios agresivos, donde resulta altamente
dificultosa la contención. Existe una peligrosa tendencia
en las autoridades de todos los niveles para reconocer a la
violencia como enfermedad social, y ello dificulta la posibilidad
de tratar de atenuar o eliminar sus causas, cuando sólo
nos posicionamos ante sus consecuencias como meros espectadores,
sin una visión etiológica del problema. La suma de
factores que van desde el quiebre de la estructura
familiar hasta la proyección de disvalores aceptados
socialmente como parámetros de una cultura
efectista, engendra situaciones de crisis como la que atraviesa
actualmente la institución educativa.

La diversidad de los nuevos modelos de
familia
(madres solas, adolescentes, homosexuales, casos en los que no
aparece el padre biológico, sino la pareja de la madre y
conviven en la escuela hermanos de diferentes padres, hermanos
que se hacen cargo de todo, familias ensambladas) se
instaló en la sociedad y los frutos de este amor (o
desamor) repercuten en las escuelas. Esos modelos empiezan a
tener incidencia social y los efectos se manifiestan en las
aulas.

Ningún adolescente confía en que la
escuela media
le permitirá movilidad social o éxito
económico. Los chicos no son violentos, llegan violentos,
están violentos, porque posiblemente las familias y la
escuela no pueden darles mejores respuestas. Se sienten
desamparados, sienten que los adultos no les dan garantía
de absolutamente nada en una época en la que ellos
necesitan que alguien les ofrezca alguna certeza. Descalifican,
por tanto, la palabra de los adultos, están absolutamente
angustiados por esta falta de proyectos y de
referentes. Tiene que haber una motivación
muy fuerte en el grupo familiar y un proyecto escolar
muy consolidado para generar entusiasmo.

Pero la pregunta es ¿Los modelos de la familia de
la postmodernidad
son responsables en alguna medida del fenómeno? Las nuevas
conformaciones generan nuevos sujetos, nuevos roles, nuevos
valores y
ordenamientos sociales. Y por sobre todas las cosas, lo que
genera culturalmente es la degradación del modelo
tradicional de familia. Pero hay que entender que la violencia no
viene de estas nuevas conformaciones familiares. Lo que genera
violencia es la dificultad para comprender estos cambios e
incorporarlos a las escuelas. Como las demandas son diferentes,
el sistema educativo
no está preparado. Y el impacto de los nuevos modelos
sobre los viejos es lo que genera segregación,
estigmatización y violencia.

La indispensable alianza entre familia y escuela se ha
resentido. El respeto por las formas legítimas de la
autoridad y la
disciplina, que antes se inculcaba en los hogares y se
complementaba en la escuela, ahora es un valor
olvidado. Los jóvenes violentos ven a las escuelas como
algo innecesario e inútil y no tienen respeto por estas o
por los adultos que trabajan allí. La escuela necesita
recuperar apoyos para reafirmarse. Hoy oscila entre cumplir con
su misión de
proveer formación y conocimientos en un nivel de
excelencia o limitarse a proveer contención afectiva y
alimento a los alumnos, a evitar que estén en la calle y a
tratar de dar orientaciones que los ayuden a no perderse en la
confusión.

Lo que hace falta es trabajar con los adultos el eje de
responsabilidad. Hay una omisión o abandono
de su rol como formadores de legalidades y mecanismos de
autorregulación con respecto a otros.

En otro orden, muchas de las cosas que la escuela
enseña quedan desvirtuadas por la influencia tantas veces
nociva de los medios masivos de comunicación y de la
televisión en particular, que exaltan valores
negativos, como la superficialidad y el hedonismo, además
de mostrar en no pocas ocasiones a la violencia como algo
natural, ya que, como la población asiste a reiterados
episodios de violencia que se toleran ilimitadamente, concluyen
por ser vistos como auténticos hábitos sociales.
Sin embargo, se sienten paralizados y, en algunos casos,
actúan en defensa propia. Las motivaciones para entrar
armas a las
escuelas son diversas. Según las opiniones de diferentes
jóvenes entrevistados, la mayoría admitió
que las llevó para "protegerse" o para "defensa", otros
tantos lo hicieron "para joder" y un tercer grupo lo hizo porque
sabía que "iba a haber una pelea".

Prevención de la violencia en las
escuelas

Investigadores han identificado varias causas
principales para el aumento del comportamiento violento, causas
tan entrelazadas que intentar enfocarse en una, mientras se pasa
por alto la otra, crea el riesgo de fracaso
total. La pobreza, el racismo, el
desempleo, el
abuso de drogas, el fácil acceso a las armas, las
practicas de los padres que son abusivas o inadecuadas y la
frecuente exposición
a la violencia a través de los medios de
comunicación son todos elementos responsables de esta
situación.

Las tácticas para tratar con esta creciente
violencia de la juventud han
sido la remoción del ofensor mediante su suspensión
o relegación fuera de la sala principal de clases. Sin
embargo, ha sido probada inadecuada para prevenir que los
niños desarrollen carreras criminales.

¿Por qué ocurren estas
cosas?

Por Federico Martín Maglio

  1. Si la sociedad y los medios de
    comunicación de nuestro país toman los casos
    de violencia escolar con sorpresa, entonces es una muestra de la
    más grande hipocresía argentina. Desde hace
    años que los docentes venimos advirtiendo una y otra vez
    que este tipo de hechos seguro que se
    producirían. En el mundo actual, en que nuestro
    país copia todo lo malo del exterior, este tipo de
    actitudes ya
    se producen desde hace varios años.
  2. La gravísima crisis económico-social ha
    hecho estragos en nuestra comunidad
    relativizando peligrosamente los valores
    humanos hasta dejarlos en un cajón
    olvidado.
  3. Una considerable baja en el nivel cultural de los
    argentinos que han sido partícipes y cómplices de
    la banalización de la vida.
  4. Los políticos, que miran siempre para otro
    lado cuando los docentes alzamos la voz para decirles lo que
    está pasando, ya que viven alejados de todo lo que pasa
    con la gente.
  5. Los padres, porque ellos no pueden desconocer que su
    hijo haya ido a la escuela con un arma y hasta varios
    cargadores. Además, la enseñanza de los valores
    comienza por la casa, y la escuela no puede hacerse cargo de lo
    que no se enseña en ella. O tal vez pueda ser que los
    padres también sean víctimas de la decadencia
    cultural y de valores.
  6. El docente no es culpable de que ocurran estos actos
    de violencia, ya que el alumno tiene premeditada su
    acción desde antes de entrar a la escuela; el docente es
    otra víctima más en este desastre.
  7. Los medios masivos de comunicación que han
    contribuido a la destrucción de los valores.
  8. Por último, el adolescente, el cual tiene una
    conciencia
    perfecta de lo que es el bien y el mal, y sin embargo
    actúa sin pensar en las consecuencias.

Según Laura Mónica
Waisman

El docente puede mostrarse violento o agresivo por un
montón de causas; en primer lugar porque es un ser humano
que tienen un monto de agresividad como todos, también
porque hay veces que está enojado por cosas que vienen de
afuera y las descarga en su trabajo, pero muy especialmente
porque todo rol que implique una gran responsabilidad y una gran
dependencia, produce una gran frustración, ya que tiene
que dejar de lado sus necesidades y demandas para ocuparse de las
necesidades y demandas de los otros.

Cuando la agresividad queda en el inconsciente, va a
necesitar descargarse de alguna manera, y se va a descargar
generando situaciones sintomáticas; agresiones verbales
que no son insultos, ironía, descalificación,
mandar órdenes y mensajes paradójicos que el chico
no puede cumplir y lo confunden.

El niño y el adolescente se caracterizan por
estar dominados por la acción. Absorben todo lo que le
pasa a su alrededor, son invadidos por los medios de
comunicación, por lo que le pasa a cada uno de los
miembros de su familia, a cada uno de los miembros de la
comunidad educativa, etc., y ante una determinada
situación actúan sin poder
reflexionar en las verdaderas consecuencias de sus actos. Son
más directos que los adultos en manifestar su
agresión y su violencia y muchas veces las utilizan como
modelos de comunicación.

Según Pedro de Torres y Francisco
Espada

Hay una multitud de circunstancias que inciden en la
conducta violenta. Factores sociales, culturales y
psicológicos entremezclados configuran poco a poco los
comportamientos violentos. Según diversos estudios, los
comportamientos violentos que están relacionados
estadísticamente con conocidos factores sociales y
económicos que tienden a aumentar el nivel de
estrés y detención en el hogar: la pobreza, el
desempleo, los conflictos en la pareja, el abuso de drogas o
alcohol, los embarazos indeseados, las enfermedades físicas
y mentales.

Según Juan Carlos Tedesco

La violencia puede estar vinculada a factores culturales
o políticos como la xenofobia, el
antisemitismo
o la intolerancia religiosa en sus diferentes manifestaciones.
Pero también se incrementa la violencia originada por
situaciones de exclusión de marginalidad y de
anomia, como el desempleo, la pobreza y el consumo de
drogas.

¿Qué pueden hacer las escuelas para
prevenir el comportamiento violento?

El primer paso en la prevención de la violencia
en las escuelas es realizar una evaluación
sistemática para responder a preguntas pertinentes, tales
como: ¿Cual es la política de la
escuela sobre armas y comportamiento violento? ¿Estaban
los alumnos conscientes de la política y se hace cumplir
de manera consistente? ¿De que manera tal comportamiento
es apoyado o desalentado por el clima escolar y las expectativas
del personal y otros alumnos? ¿Que intento se ha hecho
para enseñar a los estudiantes no violentos sobre la
resolución
de conflictos? ¿Se supervisan adecuadamente los
alumnos?

Una manera de enfocar tal evaluación es midiendo
de modo sistemático cómo la interacción pacifica de individuos y
grupos es
facilitada por los programas,
políticas y procesos en
tres niveles distintos: en la sala de clases, en el
establecimiento escolar y en el departamento zonal.

Para prevenir comportamientos violentos o agresivos
durante la juventud o la madurez tratar a los niños con
paciencia y serenidad, sin imponerles actitudes de manera
excesivamente autoritarias, con cariño y
respeto.

¿Cómo se relaciona la violencia de la
escuela y el clima que impera en ella?

Estudios han demostrado que las escuelas con bajos
niveles de comportamiento violento se distinguen de aquellas con
altos índices, en cuanto a un clima escolar más
positivo, donde los sentimientos comunitarios, la inclusividad y
la nutrición
son evidentes. Los alumnos que se sienten reconocidos y
apreciados al menos por un adulto en el establecimiento,
tendrán menos probabilidades de actuar en contra del
carácter escolar de la no
violencia.

Un plan de
disciplina que abarque a todo el colegio ayuda a promover una
cultura estudiantil pacifica y preocupada. Se deben crear
estructuras
para alcanzar dos metas: enseñar y reforzar activamente el
comportamiento de los niños en forma explicita, y hacer a
los estudiantes responsables por sus acciones erróneas de
manera justa y consistente.

¿Qué papel juega el director en la
reducción de la violencia?

El director puede ayudar a establecer normas escolares
de no violencia y de comunidad desarrollando relaciones afectivas
sinceras con grupos de estudiantes e individuos. Manteniendo un
perfil alto, recorriendo los pasillos, visitando las salas de
clases y siendo accesible a los alumnos y personal, el director
reduce la probabilidad de
comportamiento antisocial.

¿Se les puede enseñar la no violencia a
los alumnos?

Los currículos que apuntan a enseñar a los
niños habilidades pro-sociales se basan en la creencia de
que el comportamiento violento se aprende a través de
modelos y reforzamiento y que estos mismos procesos pueden ser
usados para enseñar a los niños la no violencia,
siendo estos currículos "prometedores", aunque las
evaluaciones no sean completas.

Muchas escuelas primarias, escuelas medias y liceos han
instituido programas de resolución de conflictos entre
compañeros. La mayoría de ellos comienza entrenando
a los alumnos en empatía y cooperación, para
ayudarlos a resolver sus diferencias
pacíficamente.

Nuevamente, la investigación formal sobre la efectividad
de estos programas ha sido limitada, pero se han acumulado datos
que muestran que los programas de resolución de conflictos
reducen castigos disciplinarios, mejoran el ambiente escolar y
aumentan la autoestima,
confianza y responsabilidad de los alumnos que pasan por el
entrenamiento.

¿Cómo pueden las escuelas reducir la
violencia de niños con problemas serios?

Cuando los niños enfrentan pobreza, abuso, u
otros problemas que al final fomentan el comportamiento violento,
las escuelas pueden colaborar estrechamente con agencias de
servicio
social de la comunidad para entregar a los niños y a sus
familias acceso oportuno y económico para obtener
consejos, asistencia financiera y protección. La
educación de los padres en escuelas para familias de
niños que están en problemas puede crear lazos
entre la familia y la escuela que beneficiaran a
ambos.

Planificar intervenciones contra las bandas en conjunto
con la comunidad de la escuela son elementos vitales para
prevenir la violencia juvenil. Para que funcione un enfoque de
prevención para la violencia escolar, las escuelas y las
comunidades deben trabajar juntas en todos los aspectos de su
implementación.

Fuerte campaña local contra la violencia
escolar

La Dirección General de Escuelas (DGE) quiere
lanzar una campaña masiva contra la violencia escolar, que
comprometería tanto a docentes como a padres y
alumnos.

Gabriel Conte, asesor de la DGE y presidente de la
ONG
especializada en temas de violencia y desarme Espacios. "La
intención es no generar pánico,
porque lo de Carmen de Patagones no es violencia escolar sino un
hecho médico que se reflejó en la escuela. Partimos
de que la violencia es un problema que nace fuera de la escuela y
se reproduce en ella. La campaña que estamos organizando
incluye la participación de los medios de
comunicación y la ayuda de las organizaciones que trabajan
con nosotros para bajar el mensaje a la sociedad, hacer
conferencias y debates, entre otras actividades", explica Conte,
ex subsecretario de Relaciones con la Comunidad.

Y surgió la iniciativa de involucrarse en una
campaña de difusión masiva con mensajes que apunten
a la convivencia en armonía. (Fuente: Diario UNO 12 de
octubre de 2004)

CONCLUSIÓN

La violencia escolar se debe a la inseguridad social, y
sólo podrá ser frenada si la sociedad, en su
conjunto, inicia una lucha sin tregua en contra de las causas de
fondo que inciden en el clima de violencia, ya que de otro modo
seguirá siendo un lugar donde cada día resulte
más difícil y complicado vivir.

El tratamiento de la violencia escolar no es un tema
coyuntural, sino una combinación de factores y
circunstancias que contribuyen a tomar una decisión sobre
misma. Debe trabajarse a lo largo del tiempo ya que la
investigación y la solución no se logran en un
día. La solución de la violencia escolar y la
protección de la juventud están en manos de toda la
sociedad.

En tiempos pasados, la violencia en las escuelas la
ejercían los docentes hacia los alumnos. La forma mas
común de violencia era la de los castigos físicos
vinculados a problemas de conductas o de bajo rendimiento en
el
aprendizaje. Esta violencia gozaba de la aceptación de
los diferentes actores del proceso pedagógico y su
erradicación exigió un profundo cambio
cultural. Actualmente la violencia se ejerce en las más
diversas direcciones y no está directamente vinculada al
proceso pedagógico: violencia de los profesores hacia los
alumnos, violencia de los alumnos hacia los profesores y
violencia de los alumnos entre sí.

Aunque la violencia entre las personas ha sido
justificada con todo tipo de teorías
y razonamientos (biológicos, psicológicos,
sociales, económicos, culturales), se insiste en que todos
nacemos con capacidad para la compasión, la
abnegación, la generosidad, la empatía. Son los
factores ambientales, junto con las características
propias de cada individuo, los
que configuran nuestras actitudes. Así pues, si al
niño se le enseña a ser generoso, a pensar en los
demás, a comprender, a respetar, a ser más
tolerante, desarrollará más actitudes positivas y
le resultará imposible maltratar a los
demás.

La escuela ha cambiado el signo de su violencia: ya
nadie habla del castigo corporal que obviamente todavía
ocurre, sino que la estrella es la inversión del victimario, ya que ahora lo
son los alumnos y sus familiares.

El declive de la asimetría, entre el docente y el
alumno, es la desresponsabilización del mundo adulto
respecto de la suerte de quien tiene que proteger. El adulto
desresponsable puede ser tanto el docente, como la escuela, y
especialmente el funcionario publico. La restitución de
esa asimetría es el único camino para volver a
responsabilizar la escuela.

Fenómenos de violencia vinculados a factores
culturales o políticos como la xenofobia, el antisemitismo
o la intolerancia religiosa en sus diferentes manifestaciones.
Pero además una de las consecuencias mas significativas de
este aumento generalizado de la violencia es la pérdida de
los límites
institucionales que tenía en el pasado.

La violencia no conduce a ningún lado, sabemos
que la violencia genera más violencia, y las cifras de la
misma son realmente alarmantes.

BIBLIOGRAFÍA

  • Diccionario "Pequeño Larousse Ilustrado"
    Ramón
    García-Pelayo y Gross. 1986. Ed. Ediciones
    Larousse.
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    Argentina. 2005. Grupo Editorial Paneta S.A.I.C.
  • "Langenscheidt". Diccionario Internacional
    Español-Inglés/ Inglés-Español. Ed.
    Aumentada y actualizada.
  • Diccionario Clarín. "Biblioteca
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    Artes Gráficas Rioplatense S.A.
  • Artículo Revista
    Viva. Diario Clarín. Texto por
    Gisela Schmidberg.
  • Artículo Revista Viva. Diario Clarín.
    Texto por Mariana García ()
    y Alba Piotto
    ().
  • Artículo Diario Clarín. Texto por
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  • Laura Mónica Waisman. "Revista de Psicología en el
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  • Esther Díaz. "Revista de Psicología en
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    Escuela en contextos turbulentos.. 1995. Ed. Novedades
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  • Entrevista a Fernando osorio "Novedades Educativas".
    La Violencia
    Social irrumpe en las aulas. Julio 2005.
  • Pedro de Torres y Francisco Espada. "La Violencia
    Cotidiana". Madrid 1996.
    Ed. Aguilar.
  • Reportaje al Dr. Fernando Ulloa. Lic. María
    Mercedes Angueira y colaboración de la Lic. Sandra
    Contrera. "Violencia institucional".
  • Moreau de Linares. "El jardín
    maternal".
  • Artículos de la revista "El Monitor".
    Revista del Ministerio de Educación, Ciencia y
    Tecnología de la Nación. Noviembre 2004.
  • Mariano Narodowski. "Violencia es mentir". Novedades
    Educativas. Julio 2005

INTERNET

  • Fuente: Artículo Diario UNO. 12 de octubre de
    2004.
  • (*) Fernando Osorio es Coordinador Docente del
    Posgrado Psicoanalítico Psicopedagogía
    Clínica de Centro Dos.
  • Artículo Diario La
    Nación.
  • Artículo Diario de Cuyo (San Juan) 3 de junio
    de 2006
  • Editorial La Nación. 09/12/04
  • Fuente: http://www.lanacion.com.ar/opinion/nota
  • Artículo Clarín, por María
    Farber.
  • Fuente:
    www.diarioclarin_alejandratoronchik.com

  • "buscan prevenir la violencia en las
    escuelas"
  • Fuente: Ministro de Educación, Ciencia y
    Tecnología.
  • Artílo Nuevo Diario web (de
    Santiago del Estero)

 

Autoras:
Gonzalez Roxana

Peduto Natalia
Silva Samanta

Partes: 1, 2
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