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Breve historia contemporánea de la Argentina (página 2)




Enviado por Jorge Caiella



Partes: 1, 2, 3, 4

¿Hasta qué punto eran
justificados los terrores de la derecha?
La ola de huelgas,
que culminó entre 1917 y 1921, había sido
formidable, pero no estaba guiada por un propósito
explícito de subversión del orden, sino que
expresaba, de manera ciertamente violenta, la magnitud de los
reclamos acumulados durante un largo período de
dificultades de la Argentina hasta entonces.Los socialistas
apostaron a la acción legislativa y a la posibilidad de
crear en el  Congreso un ámbito de
representación. Pero había en el partido una
incapacidad casi constitutiva para establecer alianzas o
acuerdos, y aunque impulsaron algunas reformas legislativas no
lograron dar forma a una fuerza
política
vigorosa, capaz de equilibrar a la derecha reconstituida o,
siquiera, de precisar los puntos centrales del conflicto
que se avecinaba. Su otra apuesta fue -a largo plazo- la
ilustración de la clase obrera
que, según suponían, se esclarecería en el
contacto con la ciencia.
De ahí su intensa acción educadora, a
través de centros, bibliotecas,
conferencias, grupos
teatrales y córales, la Sociedad
Luz. La
difusión de ciertas prácticas en los grandes
centros urbanos atestigua adecuadamente los cambios que
-superada la crisis
social- estaban experimentando los trabajadores y la sociedad
toda.

El fin de la lucha gremial
intensa, la reducción de la sindicalización
el  debilitamiento de la Unión Sindical Argentina
dan testimonio de la atención de los conflictos
sociales. La Unión Ferroviaria, fundada en 1922 y con
vertida en cabeza indiscutida del sindicalismo, expresó el nuevo tono de 1a
acción gremial: un sindicato
fuertemente integrado, férreamente dirigido de forma
centralizada, negoció sistemática y
orgánicamente con las autoridades, descartó la
huelga como
instrumento y obtuvo éxitos sustanciales.

La universidad constituyó
un problema importante para la expansión.
La reforma Universitaria -nació en Córdoba en
1918 y se extendió por toda la argentina y luego
latinoamerica fue una expresión  de
esta transformación: las universidades cuyo
propósito era la de formar profesionales eran por aquel
entonces elitistas y académicamente escolásticas.
Muchos jóvenes estudiantes quisieron abrir sus puertas,
participar en su dirección, remover las viejas camarillas
de profesores, instaurar criterios de excelencia
académica y de actualización científica y
vincular a  la universidad
con los problemas de
la Sociedad.

La economía: Con la
Primera Guerra
Mundial -mucho más que con la crisis de 1930-
terminó una etapa de la economía argentina:
la del crecimiento relativamente fácil  sobre
rumbos claros. Desde 1914 se entra en un mundo más
complejo,  más delicado y en el que el futuro era
relativamente incierto.

La guerra puso
de manifiesto en forma aguda un viejo mal: la vulnerabilidad de
la economía
argentina, cuyos nervios motores eran
las exportaciones el ingreso de capitales, de mano
de obra, y la expansión de la frontera
agraria.

Estados Unidos
, ocupó los espacios dejados libres por los
países europeos en mayor  o menor medida derrotados
en la guerra. La expansión de Estados Unidos en la
década de 1920 se manifestó por el  impulso
exportador de automóviles, camiones y neumáticos,
radios, megáfonos, maquinaria agrícola y
maquinaria industrial. Para asegurar el mercado
tentador, y saltar por sobre eventuales barreras arancelarias
las empresas
industriales -General Motors, General Electric, colgate entre
otras— realizaron aquí inversiones
significativas, que al principio  sólo era para
armar localmente las piezas importadas. También
avanzaron en las  empresas de servicios
públicos –electricidad y
tranvías- como  proveedoras, particularmente de los
Ferrocarriles del Estados que por entonces crecieron. Estados
Unidos para defender su comercio no
permitía importaciones
desde la Argentina lo cuál desequilibró las
balanzas.Por otra parte, la vieja relación "especial"
con Gran Bretaña se sostenía mínimamente:
Gran bretaña no podía competir contra la industria
norteamericana.

Desde 1912 se había conocido este
tipo de tensiones en la agricultura;
d 1921 se manifestaron en un punto mucho más sensible y
que afectaba a intereses más poderosos: la ganadería.
Gracias a las ventas de
carne enlatada, los años finales de la guerra
fueron  excelentes, beneficiándose no sólo
los ganaderos de la zona central sino de las zonas 
marginales, y hasta quienes criaban ganado criollo. La
situación cambió  bruscamente a fines de
1920, cuando los gobiernos europeos, que estuvieron 
haciendo stock, cortaron sus compras, y
los precios y
volumen
derrumbaron.Alrededor de 1926 se inició un largo
período de estabilidad una suerte de meseta sin el
crecimiento espectacular previo pero también sin los
problemas de estancamiento posteriores a 1940.

Construcción de la
democracia
.Yrigoyen comenzó su gobierno con un
Parlamento hostil, al igual que la mayoría de los
gobiernos provinciales, y buena parte de su estrategia fue
aumentar su poder. Para
ganar las elecciones, usó presupuesto del
Estado,
repartiendo empleos públicos entre sus punteros 
aunque en Buenos Aires la
competencia con
los socialistas lo llevó a ei métodos
más modernos. En 1918 logró obtener la
mayoría en la Cámara de  Diputados, pero la
clave seguía pasando por el control de
los gobiernos provinciales, decisivos a la hora de votar. No
vaciló en intervenir las provincias , organizando luego
elecciones en las que triunfaban sus candidatos, y así
su poder aumentó considerablemente, aunque nunca
logró imponerse en el Senado, y tropezó con
dificultades imprevistas en Diputados.

desde 1922 un militar Enrique
Mosconi, presidía Yacimientos Petrolíferos
Fiscales, creado por Yrigonyen  cuando su período
ya expiraba. Bajo la dirección de Mosconi -que era
ingeniero militar- la empresa se
expandió en la explotación y  gracias a la
construcción de su refinería en La
Plata, avanzó en el mercado interno, poblando el
país con sus característicos surtidores. Pero ,
también crecieron  empresas privadas: la
británica Shell y la norteamericana Standard oil , que
actuaba en Salta, de modo que la competencia empezó a
convertir el  petróleo en un tema de discusión
pública.

el problema petrolero se
había instalado en la discusión pública, y
la presencia extranjera era asociada con su
manifestación más agresiva: la norteamericana de
la Standard Oil. La bandera de la nacionalización
coincidía con la prédica de los sectores
militares preocupados por asegurar la autarquía respecto
de los recursos
estratégicos, se vinculaba con la nueva y fuerte
hostilidad de los sectores terratenientes hacia Estados Unidos,
a partir del conflicto de las carnes, y enraizaba finalmente en
un sentimiento antiamericano de más larga data, que
asociaba unívocamente la metrópoli del norte con
el "imperialismo". Pero sobre todo, da la
impresión de que de que alguna manera el
petróleo aparecía como la panacea que
aseguraría la vuelta a la prosperidad, una fuente de
rentas tan abundante que con ellas podría asegurarse a
la vez la prosperidad de los sectores propietarios, del Estado
y de la sociedad.

1930-
1943

La restauración conservadora:
1930-1943

El 6  de
septiembre de 1930 el general José Félix Uriburu
asumió como presidente provisional y el 20 de febrero de
1932 transfirió el mando al general P. Justo, que
había sido electo, junto con el doctor Julio A. Roca,
en
Noviembre del miso del año anterior.
Intervención y cierre
económico

La depresión que empezó en 1928 y
continuo hasta 1932 golpeó fuertemente las
economías abiertas del mundo.
Gran Bretaña se refugió en proteccionismo
comercial y constituyó un "área" de la libra,
defendida por el control de cambios primero y por la
inconvertibilidad de la moneda después y sólo
incursionó tímidamente por nuevos caminos; a
mediados de 1933, con la designación como ministro de
hacienda  de Pinedo -con quien colaboró Raúl
Prebisch-, se avanzó por un  rumbo más
novedoso, delineándose dos tendencias que habrían
de perdurar  largamente: la creciente intervención
del Estado y el cierre progresivo de la  economía.
También otra, menos duradera pero de mayor trascendencia
en lo inmediato: el reforzamiento de la relación con
Gran Bretaña.

También en 1931fue el
establecimiento del control de cambios mediante el gobierno
centralizaba la compra-venta de
divisas.
Avanzando sobre el control de las finanzas en
1935 se creó el Banco Central;
cuya función
principal era regular las fluctuaciones cíclicas de la
masa monetaria evitando tanto una excesiva holgura como la
escasez,
así como la de controlar los bancos
privados-que pertenecían a su directorio- sobre todo en
el manejo de créditos. Para atenuar los efectos de las
crisis cíclicas y defender los productos
locales se comenzó a regular la comercialización de la producción agropecuaria.
El Estado
fue asumiendo funciones
mayores en la actividad económica, y pasó de la
simple regulación de la crisis a la definición
de  reglas de juego cada
vez más amplias. La más importante tuvo que ver
con la industria, cuya producción comenzó a
crecer en el marco de la crisis, y siguió
haciéndolo luego de la recuperación de la segunda
mitad de la década. Con la prosperidad de las
décadas anteriores se había constituido en el
país un mercado consumidor
de importancia. El cierre creciente de la economía, los
aranceles y
la escasez de divisas creaban condiciones adecuadas para
sustituir los bienes
importados por  producidos localmente, sobre todo si la
producción no exigía una instalación 
febril muy compleja o si ya existía una base industrial,
que podía ser utilizada más
intensamente.

La vieja dinámica de los sectores
propietarios,  de diversificación en distintas
actividades sin atarse definitiva a una encontró en
la  industrialización sustitutiva un nuevo campo,
que se completó posteriormente con la inversión inmobiliaria. Por otra parte
con la combinación de un  mercado cerrado y algunas
pocas grandes empresas por cada rama o cada actividad 
tornó poco relevante la presión
por la mayor eficiencia y el
menor precio. La
ganadería siguió retrocediendo respecto de la
agricultura al igual que en la década anterior . La
producción agrícola no decayó, a pesar del
derrumbre de los precios, aunque la situación de los
productores se deterioró sensiblemente, en especial la
de los más pequeños, y se fueron delineando las
condiciones del éxodo rural, visible luego del comienzo
de la segunda
guerra mundial. En todo el n nordeste se extendió la
ocupación de nuevas tierras, iniciada en la
década  anterior, y se constituyó un amplio
sector de pequeños productores dependientes de un sector
comercial e industrializador muy concentra.También 
aquí el Estado intervino para regular la
comercialización
La presencia británica:
Presionada por el avance de Estados Unidos, y en el marco de la
crisis desatada en 1930, Gran Bretaña optó por
reconcentrarse en su Imperio, fortalecer sus vínculos
con las colonias y dominios y acotar la presencia
estadounidense. A la vez, en un contexto mundial de
restricciones financieras, se propuso defender sus antiguos
mercados y
salvar sus ingresos
provenientes de préstamos o inversiones antiguas. En
1932 la conferencia
imperial de Ottawa inclinó la balanza hacia los miembros
del Commonwealth quienes tenían preferencias por las
importaciones británicas. Entre otras medidas se
decidió a reducir un tercio las compras de carnes
congeladas proveniente de Argentina que podía
reemplazarse con la proveniente de Australia y en un 10% la
enfriada tomando para esto como base las compras de 1932, ya
muy bajas. Se trataba de un punto extremadamente sensible para
la Argentina, quizás no tanto por su importancia
intrínseca como por la magnitud de los intereses
constituidos en torno de la
exportación de la carne: productores,
frigoríficos y empresas navieras eran capaces de
presionar fuertemente sobre el gobierno.

A la vez el gobierno Argentino
también poseía una arma decisiva: la
política arancelaria y el control de cambios,
permitían discriminar las importaciones y regular el
monto de las divisas que sería utilizado para pagar los
servicios de la deuda Británica, para comprar productos
británicos o para remitir las utilidades de las empresas
británicas instaladas en la Argentina. En un contexto de
escasez de divisas y con fuertes demandas de los intereses
comerciales norteamericanos el punto se convertía
sumamente importante para Gran Bretaña. En 1933 una
misión
encabezada por Julio A. Roca negoció en Londres las
condiciones para el mantenimiento de la cuota Argentina de la Carne.
La credibilidad del gobierno era vital  entre los diversos
sectores ligado a la actividad pecuaria, pero tuvo un éxito
relativo: se mantendrían las condiciones de 1932 y se
consultarían eventuales reducciones posteriores que
fueran necesarias. 

No logró gran cosa en su segundo
objetivo:
aumentar la participación de los productores locales en
el control de las exportaciones de modo de negociar en mejores
términos con los frigoríficos. Gran
Bretaña se aseguró que la totalidad de las libras
generadas por este comercio se emplearían en la propia
Gran Bretaña: en el  pago de la deuda, la importación de carbón, material
ferroviario o textiles -para los que se establecía un
tratamiento arancelario preferencial-y en la remisión de
utilidades de las empresas británicas. El tratamiento
benévolo apuntaba a reflotar empresas británicas
en dificultades: las ferroviarias y los transportes urbano. Los
ferrocarriles estaban atenazados por gastos fijos
muy altos en reducción general de su actividad y la
creciente competencia del transporte
automotor.
Un frente popular Frustado   
En 1935 los trabajadores de la  construcción de
Buenos Aires conducidos por dirigentes comunistas, iniciaron un
huelga que duró mas de 90 días. En los barrios de
la ciudad se manifestó una amplia solidaridad y
en enero la CGT realizó una huelga general de 2
días-la única de la década-al cabo de la
cuál los huelguistas obtuvieron la satisfacción
de una parte substancial de las demandas. El saldo más
importante fue quizás la constitución de la Federación
Obrera Nacional de la construcción uno de los sindicatos
más importantes y  combativos del país. En
1936 se efectuaron muchas huelgas al igual que en 1935 y 1937,
coincidiendo probablemente con la reactivación
económica. La reacción del gobierno se
dirigió también hacia el nuevo sindicalismo
combativo: La ley de
Residencia fue aplicada en 1937 contra los principales
dirigentes de la construcción, comunistas de origen
italiano deportados a la Italia
fascista. Un manifiesto de la derecha fue el que alertó
el resurgimiento de las masas ciegas y la turbia democracia
desplaza en 1930 y justificó el fraude
patriótico que desde entonces el gobierno utilizó
sistemáticamente en favor de los partidos
oficialistas.
En el campo de los opositores al gobierno fue muy importante el
cambio de
posición del partido Comunista. Con la consigna de
"lucha de clases contra clases" los comunistas habían
combativo por igual fascistas y nazis y a los partidos
socialdemócratas a quiénes estigmatizaban como
los más peligrosos enemigos del proletario, pero desde
1935 se lanzaron a impulsar la unidad "de los sectores
democráticos" para enfrentar al nazifascismo
sacrificando las consignas y prácticas que pudieran
irritar o atemorizar a los grupos progresistas y
democráticos de la burguesía. Reconocer la
importancia del Estado y hacer de él su interlocutor
principal constituía también una tendencia muy
fuerte entre los dirigentes sindicales. Esta tendencia fue
criticada desde los partidos
políticos opositores, empezaron a dar prioridad a
los  reclamos democráticos y al enfrentamiento
político con el gobierno y presionaron para alinear en
él a las organizaciones
sindicales.
La guerra y el frente
nacional:

el progresivo
avance de los mercados europeos -provocado por los triunfos
alemanes- redujo drásticame las exportaciones
agrícolas, pero en cambio aumentaron mucho las ventas
carnes a Gran Bretaña, tanto enfriada como congelada.
Como a la vez disminuyeron las importaciones de origen
británico. Por otra parte, aprovechando las dificultades
en todo el comercio
internacional, y una suerte de "vacío de poder"
empezaron a exportar a países limítrofes
productos industriales: las de  textiles, confecciones,
alimentos y
bebidas, calzado y productos químicos acentuaron el
crecimiento industrial iniciado con la sustitución de
importaciones y el país empezó a tener saldos
comerciales favorables, incluso con Estados Unidos. El 
Plan de
Reactivación Económica proponía para la
salida a las dificultades generadas por la guerra, insistir en
la cosechas por parte del Estado, para sostener su precio, y a
la construcción, pública y privada, capaz de
movilizar muchas actividades; sobre todo, remarcaba la
importancia de estimular la comercio
exterior seguía siendo la "rueda maestra" de la
economía estas otras actividades, "ruedas menores",
contribuirían al equilibrio
general. Se advertía el problema de una economía
excesivamente cerrada en sí misma y 
proponía estimular las industrias
"naturales", que elaboraban materias primas locales y pudieran
exportar a los países vecinos y a Estados Unidos a largo
plazo, la Argentina habría de solucionar un
déficit comercial con el país del norte que sin
duda se haría más gravoso a medida que fuera
creciendo el sector industrial y aumentara la demanda de
máquinas repuestos o
combustibles.

El proyecto fue
aprobado por el Senado con mayoría oficialista pero la
Cámara de Diputados no lo trató. Su fracaso fue
antes político que económico. Desde 1932 con
Roosevelt Estados Unidos cambió su relación de
política exterior con el resto de los países
americanos tratando de llegar a un acuerdo en común pero
erigiéndose en el dominio del
continente. El comercio bilateral entre Estados Unidos y
Argentina fue infructuoso por el proteccionismo agrícola
de ambos países.
En junio de 1940 se constituyó Acción Argentina
dedicada a denunciar las actividades de los nazis en el
país y la injerencia de la embajada alemana, en ella
participaron radicales, socialistas y muchos intelectuales independientes y muchos conspicuos
de los miembros de la oligarquía conservadora. Se
crearon la Dirección General de Fabricaciones Militares
y el Instituto Geográfico impulsando así el
avance de las Fuerzas Armadas sobre terrenos más amplios
que los específicos. La presencia de los militares fue
cada vez más visibles. Rápidamente las Fuerzas
Armadas fueron convirtiéndose en un nuevo actor
político. Un elemento central del nuevo perfil militar
fue el desarrollo
de una conciencia
nacionalista. El terreno había sido preparado por el
nacionalismo
uriburista difundido por un grupo
minoritario pero activo dentro y fuera de la
institución. Era este un nacionalismo tradicional:
antiliberal, xénofobo y
jerárquico. 

También era importante el papel
del Estado en una sociedad que seguramente sería acosada
en la posguerra por agudos conflictos:
la reconstitución del frente popular, las banderas rojas
en los mitines obreros y la presencia en las calles del partido
Comunista parecían signos
ominosos de ese futuro y para enfrentarlo se requería
orden y paz social.  El nacionalismo finalmente se
manifestó en los intelectuales, que destacaron que el
futuro funesto que le aguardaba a la nación era en parte por cierto facilismo,
y renunciamiento espiritual de las clases altas o burguesas,
del desprecio por el "mestizo" por parte de la sociedad toda,
producto a
su vez de la cultura de
los inmigrantes europeos incapaces de comprender el verdadero
valor de la
nación.
El 4 de junio de 1943 el Éjercito depuso al presidente e
interrumpió por segunda vez el orden constitucional
antes aún de haber definido el programa del
golpe y ni siquiera la figura misma que lo
encabezaría.

1943- 1955

El gobierno de Perón
1943-1955: 

la
emergencia.

Los militares en
el gobierno coincidían en la necesidad de acallar la
agitación política y la protesta social:
proscribieron a los comunistas, a los sindicatos e
intervinieron la CGT -por entonces dividida-,
dísolvieron  Acción Argentina, que nucleaba
a los partidarios de romper relación con  el Eje, y
más tarde hicieron lo mismo con los partidos
políticos, intervinieron las universidades dejando
cesante a un vasto grupo de profresores de militancia
opositora, y finalmente establecieron la obligatoriedad de la
enseñanza religiosa en las escuelas
públicas. Contaron con la colaboración de
un  elenco de nacionalistas y católicos
integristas, algunos de antigua militancia  junto a
Uriburu, quienes dieron el tono al régimen militar:
autoritario antiliberal y mesiánico, obsesionado por la
fundación de un orden social  para evitar el caos
del comunismo que,
según pensaban, sería la secuela inevitable 
de la posguerra. No le fue difícil a la oposición
democrática identificar  al gobierno militar con el
nazismo.
Los Estados Unidos atacaron con fuerza a uno de los estados
Americanos que no se aliaron en contra del eje apartando a la
Argentina de las relaciones comerciales internacionales, sumado
a la inestabilidad social interna asumió como presidente
Juan Domingo Perón. Clarividencia y preocupación
descubrió un actor poco tenido en cuenta hasta entonces:
el movimiento
obrero.
A cargo de la Dirección Nacional de Trabajo se
dedicó a vincularse con los dirigentes sindicales. Todos
fueron convocados con excepción de los dirigentes
Comunistas.que luego de un frustrado acercamiento inicial,
fueron perseguidos y erradicas de  sus posiciones. A los
gremios y trabajadores se les cumplieron sus reclamos: se
extendieron las jubilaciones, vacaciones pagas, accidentes
de trabajo, se ajustaron las categorizaciones ocupacionales. Se
equilibraron las relaciones entre obreros y patrones. La
sanción del Estatuto del Peón innovó
sustancialmente pues extendió estos criterios a las
zonas rurales.La tendencia original sindicalista no
había desaparecido: en 1942 se dividió entre un
sector más afín a los partidos opositores
encabezado por los comunistas y muchos de los dirigentes
sindicalistas y otro identificado con la vieja linea
sindicalista donde se alineaban los gremios
ferroviarios.

En el Consejo Nacional de Posguerra que
constituyó, insistió en la importancia de
profundizar las políticas seguridad
social, así como de asegurar la plena
ocupación y la protección del trabajo ante la
eventual crisis que pudieran sufrir las industrias crecidas con
la guerra: A los empresarios les señaló la
amenaza que entrañaban las masas obreras desorganizadas
y el peligro del comunismo, que se veía avanzar en
Europa. Ante
unos y otros se presentaba como quien podía canalizar
esa efervescencia, si lograba para ello el poder necesario.
Pero los empresarios fueron desconfiando cada vez más
del "bombero piromaníaco" que agregaba combustible a la
caldera, hasta el límite del  estallido, y al mismo
tiempo
controlaba la válvula de escape.Progresivamente, las
agrupaciones patronales fueron tomando distancia de
Perón y  la  política de la
secretaría, mientras éste paralelamente acentuaba
su identificación con los obreros, subrayaba su
prédica anticapitalista y desarrollaba ampliamente en su
discurso los
motivos de la justicia
social.

En 1945 el éjercito forzó
la renuncia de Perón pero no encontró una
alternativa mejor ni tampoco ningún movimiento
demócrata se pudo imponer. El 17 de octubre en medio de
las  vacilaciones gubernamentales una multitud se
concentró en la Plaza de Mayo para reclamar por
restitución en el cargo de Perón y así
éste y sus seguidores políticos en el gobierno
volvieron al centro del poder. La industrialización
había avanzado sustancialmente durante la guerra tanto
para exportar a países vecinos cuanto para sustituir a
las importaciones escasas por la dificultades del comercio y
también del boicot norteamericano. Lo cierto es que la
ocupación industrial había crecido y que la masa
de trabajadores industriales había empezado a engrosar
con emigrantes rurales expulsados de la crisis
agrícola.
Los dirigentes sindicales fortalecidos por la
movilización de octubre decidieron crear un partido
político propio "El Laborista"inspirado en el que
acababa de triunfar en Inglaterra. Su
organización aseguraba el predominio de
los dirigentes sindicales y su programa recogía diversos
motivos, desde los más estrictamente socialistas hasta
los vinculados con el dirigismo económico y el Estado de
bienestar. Apoyaron a Perón muchos dirigentes
conservadores de segunda línea y sobretodo lo
respaldaron el Ejército y la Iglesia que
en una pastoral recomendó con pocos eufemismos votar por
el candidato de gobierno que había perseguido al
comunismo y establecido la enseñanza obligatoria.La
Unión Democrática incluyó a los partidos
de izquierda pero-por la impugnación de los radicales
intransigentes-excluyó a los conservadores que debieron
resignarse a apoyarla desde afuera o pasarse calladamente al
bando de Perón como hicieron muchos movidos por la vieja
rivalidad con el radicalismo.
Mercado interno y empleo
Estados Unidos continuó con su boicot hacia la
Argentina por haber permanecido ésta intransigente en la
guerra con el Eje. El bloqueo a armamentos e insumos vitales no
pudo mantenerse en la posguerra pero el comercio exterior era
vulnerable.Las exportaciones limítrofes que
habían crecido mucho durante la guerra, empezaron a
retroceder ante la competencia Norteamericana.Las exportaciones
agrícolas a Europa-que recupera su paz pero sin materia
prima para poder subsistir-fueron obstaculizadas por Estados
Unidos, restringiendo los transportes o vendiendo a precios
subsidiados. La apetencia de los países maltrechos por
la guerra era demasiado grande para que esto impidiera las
ventas pero en rigor ninguno de ellos poseía productos
para intercambiar ni divisas convertibles que el país
pudiera usar para saldar sus compras con Estados Unidos de modo
que en estos años excepcionales la Argentina
cosechó beneficios modestos.

 En 1948 se lanzó el Plan
Marshall pero Estados Unidos prohibió que los
dólares aportados a Europa se usaran para importaciones
de Argentina. Ya desde 1949 las economías europeas se
recuperaron, Estados Unidos inundó el mercado con
dólares subsidiados y la participación Argentina
disminuyó drásticamente. La magnitud de las
deudas Británicas-la Argentina era solo un acreedor
menor-hacía impensable el pago de las libras.La
pésima situación de las empresas ferroviarias, la
descapitalización y obsolescencia y la pérdida
general de rentabilidad
hacían conveniente para los británicos
desprenderse de ellas.Se arregló la compra de los
ferrocarilles por el Estado Argentino por un valor similar a
las libras bloqueadas y un acuerdo sobre carne que sería
pagada con libras convertibles. Tras la retórica
nacionalista que envolvió esta
operación-presentada como parte del programa de independencia económica y celebrada con
una gran manifestación en Plaza de Mayo-se trataba sin
duda de un éxito británico frente a un
país que no tenía mejor opción. La crisis
financiera de 1947 y el abandono de la convertibilidad de la
libra acabaron con la única ventaja importante
obtenida.
La Segunda Guerra
Mundial, la crisis de los mercados y el aislamiento
acentuado por el boicot norteamericano habían
contribuido a profundizar el proceso de
sustitución de importaciones iniciada en la
década anterior por la manufactura
propia, más allá del desarrollo de materias
primas extendiéndose el desarrollo al sector
metalúrgico. La industralización interna en
principio generó desocupación. Sin embargo creció
las medianas y pequeñas empresas y luego aumentó
la mano de obra industrial que se nutría de emigrantes
internos de las provincias de forma intensa.
Los grupos empresarios más tradicionales ubicados tanto
en el sector exportador como en el industrial estimulaban las
industrias naturales capaces de producir eficientemente y de
competir en los mercados externos asociarse con Estados Unidos
para sustentar su crecimiento y a la vez mantener un equilibrio
entre el sector industrial y el agropecuario del cuál
deberían salir divisas necesarias para la industria. La
política de Estado-dotado cada vez más de
instrumentos más poderosos-apuntó a la defensa
del sector industrial instalado y a su expansión dentro
de las pautas vigentes de protección y facilidad.
Éste recibió amplios créditos del Banco
Industrial; protección aduanera para eliminar
competidores externos y divisas adquiridas a tipos
preferenciales para equiparse. Las políticas de
redistribución de ingresos hacia los sectores
trabajadores contribuían a la expansión sostenido
del consumo. La
alta ocupación y los salarios en
alza trajeron aparejada una expansión de la demanda y
una inflación cuyos niveles empezaron a elevarse pero a
la vez ganancias importantes para los empresarios.
La política peronista se caracterizó por un
fuerte impulso a la participación del Estado en la
dirección y regulación de la economía,
desarrolló administraciones conservadoras pero las
extendió y las profundizó. A la vez hubo una
generalizada nacionalización de las inversiones
extranjeras sobretodo de empresas controladas por capital
británico que se hallaba en pleno proceso de
repatriación , adjudicando una importancia
simbólica en la independencia económica expresada
en Tucumán el 9 de julio de 1947. A los ferrocarriles se
sumaron la empresa de
gas,
teléfonos y algunas empresas de electricidad del
interior del país. Se dió un fuerte impulso a
"Gas del Estado" construyendo el gasoducto de Comodoro
Rivadavia a la Flota Mercante y a la incipiente
Aerolíneas Argentinas. El Estado avanzó en
sectores industriales no solo en fabricaciones militares sino
con un grupo de empresas alemanas llamada DINIE. Pero la
reforma más importante fue la nacionalización del
Banco Central. Desde ahí se manejaba la política
monetaria y la crediticia y también el comercio
exterior pues los depósitos de todos los bancos
fueron  nacionalizados y al Banco Central se le asigno el
control de la IAPI.
Las dos piedras fundamentales fueron la nacionalización
de la economía y su control por el Estado y la otra, el
mantenimiento del empleo y la
elevación del nivel de vida, esto tenía
raíces políticas más importantes que las
económicas:el terror a las posibles consecuencias
sociales del desempleo. Al
resguardo del empleo industrial y redistribución del
ingreso entre 1946 y 1949 se extendieron las medidas sociales
por negociaciones colectivas amparadas por la ley:los salarios
comenzaron a subir, se adjuntaron las vacaciones pagas.
licencias por maternidad o enfermedad, sistemas
sociales de medicina y
de turismo
actividades en los que los sindicatos tuvieron un papel
importante; congelamiento de alquileres, establecimientos
mínimos y máximos de salarios, mejora de salud
pública; planes de vivienda construcción de
escuelas y colegios; organización del sistema
jubilatorio y en todo lo relacionado a la "seguridad
social".
Los sindicatos:  
La ley de Asociaciones de Profesionales aseguraba la existencia
de grandes y poderosas organizaciones-un sindicato por rama de
industria y una confederación única-con fuerza
para negociar de igual a igual con los representantes
patronales pero la vez dependientes de la personería
gremial otorgada por el Estado. Las orientaciones y demandas
circulaban preferentemente desde arriba hacia abajo y la CGT
conducida por personajes mediocres fue la responsable de
transmitir las directivas del Estado a los sindicatos y de
controlar a los díscolos. Similar fue la función
de los sindicatos respecto a las organizaciones de
base:controlar, achicar el espacio de acción
autónoma intervenir a las secciones demasiado inquietas,
a la vez se hicieron cargo de funciones más complejas
tanto en la negociación de los convenios  como
en las actividades sociales y debieron desarrollar una administración especializada de modo que
la fisonomía de los dirigentes sindicales convertidos en
una burocracia
estable se diferenció notablemente de la de los viejos
luchadores.
Desde 1947 Eva
Perón esposa del presidente se dedicó desde
la Secretaría de Trabajo a cumplir las funciones de
mediación entre los dirigentes sindicales y el gobierno
facilitando la negociación de los conflictos con un
estilo muy personal que
combinaba la persuasión y la imposición.
La relación de Perón con el sindicalismo fue sin
duda compleja, negociada y difícil.Pese a la fuerte
presión del gobierno sobre los sindicatos y a la
decisión de controlar su acción, éstos
nunca dejaron de ser la expresión social y
política de los trabajadores. Desde la perspectiva de
éstos, el Estado no solo facilitaba y estimulaba su
organización y los colmaba de beneficios sino que creaba
una comunicación fluida y casi familiar de
modo que no lo consideraban como algo ajeno.

El Estado Peronista tenía a su vez
en los trabajadores su gran fuerza legitimadora y los
reconocía como tal y no de un modo retórico o
abstracto sino referido a sus organizaciones y a sus dirigentes
a quienes concedió un lugar destacable. El Estado
peronista extendió su apoyo a la amplia franja de
sectores populares no sindicalizados con quienes
estableció una comunicación profunda
através de Eva Perón y su Fundación.
Financiada con aportes públicos y aportes privados casi
voluntarios: se crearon escuelas, hogares para ancianos o
huérfanos policlínicos repartió alimento y
regalos navideños, estimuló el turismo y el
deporte, se
crearon muchas unidades básicas:organizaciones celulares
del partido que detectaban casos particulares de
desprotección y transmitían los pedidos a la
Fundación. Eva Perón resultaba así la
encarnación del Estado benefactor y providente. Sus
beneficiarios no eran exactamente lo mismo que los
trabajadores: muchos carecían de la protección de
los sindicatos y todo le debían al Estado y su
Intercesora.
El Estado con mayor o menor fortuna aspiró a organizar a
los empresarios reuniendo en la Confederación General
Económica a todas las representaciones sectoriales
así como a los estudiantes universitarios o a los
profesionales. Intentó también redefinir las
relaciones con las grandes corporaciones tradicionales.
El gobierno Peronista mantuvo la enseñanza obligatoria
religiosa en las escuelas y concedió la
conducción de las universidades a personajes vinculados
con el clericalismo religioso. Con respecto a las Fuerzas
Armadas Perón no dejó que  se metieran en
asuntos del Estado y por su parte tampoco él se
metía en los asuntos interno de la Fuerzas
Armadas.Paradójicamente un gobierno que surgió de
escasa elección en el sufragio por
el pueblo inobjetablemente, se dirigido al autoritarismo. En
1947 se reemplazó a la Corte Suprema mediante un juicio
político poco convincente. Utilizó el recurso de
intervenir provincias para acumular poder. 

Otra ley en 1947 acabó con la
Autonomía Universitaria, estableciendo que toda
designación docente requería un decreto del
Ejecutivo. El poder
Legislativo fue formalmente respetado pero se lo
vació de todo contenido real:los proyectos se
preparaban en  las oficinas de la presidencia y se
aprobaban sin modificaciones, los opositores fueron acusados de
desacato excluidos de la Cámara o desaforados. Los
diarios independientes fueron presionados de mil maneras:
cuotas de papel, restricciones de circulación, clausuras
temporarias y atentados y en dos casos extremos la
expropiación (l a prensa y la
nueva presidencia). La reforma de la constitución hecha
en 1949 estableció la reelección presidencial.
Pero también aseguró derechos civiles, sociales
y políticos de vastos sectores hasta entonces al margen
de la vida del país, estableció el derecho al
voto femenino y aseguró la presencia de la mujer en
las instituciones
Los conceptos más tradicionales de democracia no
alcanzan a dar cuenta de esta forma muy moderna de democracia
de masas: que se constituía desde el Estado la
regulación y formación del individuo en
la sociedad, se saturaba de propaganda
los medios de
comunicación-utilizados sistemáticamente-y
también la escuela. El
régimen autoritario Peronista tuvo una tendencia a
convertir a todas las instituciones a su doctrina.Pero la forma
más característica y singular de la
política de masas eran las movilizaciones y
concentraciones cuando había que apoyar una
decisión política. Se desarrolló la
verticalidad y el faccionalismo convertidos desde entonces en
valores
políticos.
Crisis cultural:
Clase media: quienes gozaban de rentas por la baja
inflación se perjudicaron. También muchos
perdieron sus puestos de trabajo en el Estado. Porcontraparte
hubo una modesta prosperidad por parte de los trabajadores,
la
educación tuvo un expansión formidable y se
desarrolló la actividad Universitaria. Por el
menguamiento del desarrollo agrícola muchos trabajadores
con sus familias partieron de las zonas rurales hacia las zonas
industriales. Asentándose en zonas precarias y
"favoreciendo" la creación de los planes sociales. Los
sectores populares intensificaron el consumo, desarrollaron las
ciudades y la política. Hubo un desarrollo intelectual
de "justicia e injusticia social" que fue fomentada
décadas antes por los partidos socialistas y la iglesia
que maduró o se estableció justo en esta
época peronista.

Los  mejores intelectuales y
creadores críticos e innovadores convivieron junto con
los de la Antigua cultura establecida y un poco caduca nacidas
de instituciones al margen del Estado. Apareció el
teatro
"independiente" hecho por artistas no profesionales.El Estado
había trabajo mucho para encuadrar los conflictos
sociales en una concepción más general de
Armonía de Clases, la comunidad de
intereses y la negociación, que él arbitraba y a
su vez había desplazado el conflicto al campo imaginario
de la sociedad, que opuso lo "oligárquico" con lo
"popular". Lo popular combinaba la dimensión trabajadora
y carecía de aquellos componentes clasistas que en otras
sociedades
se manifestaba en una cultura cerrada y centrada en sí
misma. La oligarquía pretendía restringir el
acceso a esos bienes y excluir al pueblo. La resistencia a
las prácticas peronistas producía
irritación del proceso de democratización
social.hubo mucho rechazo frente a la invasión popular
de sectores y espacios que antes les pertenecían.
Crisis y nueva política económica:
En 1949 los precios de los cereales y carnes volvieron a su
normalidad y los mercados se contrajeron mientras que las
reservas acumuladas, consumidas con poca previsión se
consumieron. La situación era grave para la industria ya
que se dependía de las importaciones y esto
llevaría al caos social.
En 1952 el gobierno adoptó un nuevo rumbo, ratificado
luego en el Segundo Plan Quinquenal. Para reducir la
inflación se redujo el consumo interno, fueron
eliminados subsidios a distintos bienes populares, se
instauró una veda parcial al consumo de carne y se
levantó el congelamiento de los alquileres,
además Perón hizo una apelación a la
reducción voluntaria y consciente del consumo de
sorprendente efecto. Empezó a estimular a los
productores rurales con precios retributivos al tiempo se
priorizaba la importación de maquinari a
agrícola. Esta política que no era apreciable,
apuntaba a aumentar la disponibilidad de las divisas para
seguir impulsando el desarrollo industrial clave para el
Peronismo

En 1953 se sancionó la "Ley de
Radicación" que permitía el ingreso de capitales
extranjeros para fomentar la industria. Los logros de la nueva
política económica tuvo fue moderado. Se redujo
la inflación y se equilibró  la
economía pero los sectores agrícolas e
industriales no cambió  sustancialmente su
situación. Los comienzos de la crisis económica
fueron acompañados de importantes manifestaciones de
disconformidad entre los principales apoyos al régimen:
el sindicato y el éjercito.El Estado  optó
por aplicar una dura represión: prisión a los
dirigentes rebeldes y movilización militar a los
obreros. 

Perón inició un segundo
período de mandato del poder consolidado por el nuevo
plan económico que parecía tener éxito, la
victoria sobre sindicales rebeldes y militares y un
espectacular triunfo electoral. Sin embargo el Estado
empezó una conducta
errática de conducta frente al pueblo intensificando su
autoritarismo como por ejemplo la reducción de la
oposición y al parlamente o censura a la prensa. En 1953
opositores a Perón lanzaron bombas sobre la
Plaza de Mayo y murieron varias personas, los simpatizantes de
Perón tomaron venganza y prácticamente
destrozaron y saquearon la ciudad de Buenos Aires.
La caída: La fundación del Partido
Demócrata Cristiano marcó el comienzo del
conflicto entre Perón y la Iglesia que
rápidamente lo llevó a su caída. La
"comunidad organizada" -o la peronización de las
instituciones-era un proyecto con dinámica propia
ejecutada por un grupo de funcionarios que actuaba
independientemente de su la voluntad de su líder. En el Éjercito las voces
disconformes con el nuevo régimen se
incrementaron. 

Con la Iglesia que se mantuvo un acuerdo
conveniente para ambos (Estado-Iglesia) era irreductible y por
eso potencialmente enemiga, sobretodo cuanto en la compleja
institución tenían un lugar no despreciable
viejos enemigos del régimen-identificados con la
oposición- y nuevos disidentes quejosos de distintos
aspectos de la nueva política como el abandono de
consignas nacionalistas. La iglesia y el estado "chocaron" en
campos específicos: la beneficencias mediante la
Fundación Perón, la educación por su culto laico y la falta
de predominio de la religión en la
educación, y la
organización de los estudiantes secundarios en un
contexto sombrío de corrupción.Para el gobierno la presencia
del PARTIDO DEMOCRATA CRISTIANO resultaba ciertamente
subversiva. 

El 16 de junio se produjo un
levantamiento militar de la Marina contra Perón.
Bombardearon la Casa de Gobierno para intentar asesinar a
Perón pero mataron a más de 300 personas que se
encontraban reunidas en Plaza de Mayo. Como en 1953 se
incendiaron Iglesias y la curia metropolitana en venganza por
el atentado. Como en ocasiones anteriores esta explosión
de Furia fue seguida de una actitud
conciliadora de Perón que aunque triunfador había
perdido mucho de su maniobra política y era en cierto
punto prisionero de sus salvadores militares. El 16 de
septiembre estalló en Córdoba una nueva
sublevación Aunque los apoyos civiles fueron muchos, las
unidades del Éjercito que se plegaron fueron escasas y
había poca voluntad de combatir a los sublevados.
También se sumó la marina amenazando bombardear
las ciudades costeras. Perón había perdido
completamente la iniciativa y tampoco manifestó voluntad
de defenderse moviendo todos los recursos que disponía.
Sus vacilaciones coincidieron con una decisión que hasta
ese entonces lo sostenían. Perón
renunció.

1955- 1966

El empate,
1955-1966

El general Eduardo
Lonardi encabezó el nuevo gobierno que se
presentó como provisional para indicar su
decisión de restaurar el orden constitucional. Rodeados
de un grupo de católicos -lo más activo y
también lo más reciente de la oposición –
y por militares de tendencia nacionalista, el jefe de la
Revolución Libertadora proclamó
que no había ni vencedores ni vencidos, y procuró
establecer acuerdos con las principales fuerzas que
habían sostenido a Perón como los
sindicalistas.  El 13 de noviembre, apenas dos meses
después Lonardi debió renunciar, y fue
reemplazado por el general Pedro Aramburu, más
afín a los sectores liberales y antiperonistas.
Las consignas de la Revolución Libertadora en favor de
la democracia coincidían con las tendencias pi de
Occidente, donde la democracia liberal -práctica y
bandera- dividía claramente las aguas con el Este
totalitario.En 1947, los acuerdos monetarios de Bretton Woods
establecieron el patrón dólar y los capitales y
los capitales volvieron  fluir libremente por el mundo.
Las áreas cerradas fueron desapareciendo y las grandes
empresas comenzaron a instalarse en los mercados antes
vedados.los países cuyas economías habían
crecido hacia adentro y cuidadosamente  protegidas, como
los latinoamericanos, y en particular la Argentina, el
Fondo  Monetario Internacional -un ente financiero que en
el nuevo contexto tuvo un enorme poder- propuso
políticas llamadas "ortodoxas": estabilizar la moneda
abandonando la emisión fiscal,
dejar de subvencionar a los "sectores artificiales", abrir los
mercados y estimular las actividades de exportación
tradicionales. 

No obstante, progresivamente
empezó a formularse una política alternativa,
elaborada sobre todo en el ámbito de la Comisión
Económica para América  Latina (CEPAL): los
países "desarrollados" podían ayudar a los
subdesarrollados a eliminar los factores de atraso mediante
adecuadas inversiones en  sectores clave, que éstos
acompañarían con reformas estructurales como
la  reforma agraria. Desde entonces, la receta
"monetarista" y la estructuralista -compitieron en la
opinión y en las políticas. Podía pensarse
que ambas estrategias  eran en última
instancia complementarias, pero en lo inmediato
tenían  corolarios políticos muy diferentes:
mientras que la primera llevaba a revitalizar viejos aliados ,
los sectores oligárquicos, quizá la dictaduras
impulsaba cambios profundos: una "modernización" de la
sociedad que se coronaría  con el establecimiento
de democracias estable a los de los países
desarrollados.
Luego de 1955 en la Argentina la apertura y la
modernización fueron  valores compartidos pero las
herramientas
de esa transformación generaron una amplia
polémica entre quienes confiaban en el capital
extranjero  y quienes desde la tradición
nacionalista que había alimentado el peronismo o desde
la izquierda antiimperialista desconfiaban de él
El empresariado Argentino:
    participar activamente en el
ingreso nacional
    elevar la productividad
racionalizando tareas y mano de obras
    restringir el poder de los sindicatos y
trabajadores
    recuperar la autoridad
patronal.
    obstáculo a superar:la clase obrera
maduró política y socialmente, conocía sus
derechos.
Libertadores y desarrollistas
El general Aramburu, que encabezó el gobierno
provisional hasta 1958 asumió plenamente la
decisión de desmontar el aparato  Peronista, 
fue disuelto y se intervinieron la CGT y los sindicatos puesto
a  cargo de oficiales de las Fuerzas Armadas. el  9
de junio de 1956 un grupo de oficiales peronistas
organizó un levantamiento; contaba con el apoyo de
muchos grupos civiles y aprovechaba  un clima de
descontento y movilización gremial.El gobierno los
reprimió con con desusada violencia,
ordenando el fusilamiento de los principales jefes militares,
incluyendo al general Juan josé Valle. Se trató
de un inusitado hecho de fría violencia, que dio la
medida de la tajante división que desde el gobierno se
planteaba entre peronistas.
Raúl Prebisch, mentor de  la CEPAL,
elaboró un plan que combinaba algunos principios de
la nueva doctrina con un programa más ortodoxo de
estabilización y liberalización .Los instrumentos
que el Estado tenía para intervenir -el IAPI o el manejo
de los depósitos bancarios- empezaron a ser desmontados.
Se devaluó el peso y el sector agrario recibió un
importante estímulo, con lo que se confiaba equilibrar
las cuentas  ternas. Se aprobó el
ingreso de la Argentina al FMI y al
Banco
Mundial , y se obtuvo la ayuda de estos organismos para los
problemas más inmediatos, lo que les permitió dar
al país sus contundentes recomendaciones- No hubo en
cambio una legislación clara sobre el capital
extranjero, cuya concurrencia -ya planteada por Perón-
siguió despertando dudas. La política
social fue más definida. Combinando eficiencia y
represión patrones  y gerentes empezaron a
recuperar autoridad en las plantas. Las
convenciones colectivas fueron suspendidas, y en el marco de
una fuerte crisis cíclica en  1956, los salarios
reales cayeron fuertemente en 1957.
Pero también las huelgas fueron numerosas y combativas,
sobre todo en 1956, y fue frecuente el sabotaje y el terrorismo,
con rudimentarios artefactos de fabricación casera.En
septiembre de 1957 se  reunió el Congreso
Normalizador de la CGT y los peronista nucleados en las 
62 Organizaciones, accedieron a su control, aunque
compartiéndolo con algunos núcleos
independientes.Proscripto el peronismo, estas organizaciones
sindicales asumieron simultáneamente la
representación gremial y la política y desde
entonces fueron  la "columna vertebral" del movimiento.
Desde su exilio Perón conservaba todo su  poder
simbólico, pero en lo concreto
debió dejar hacer y tolerar las desobediencias para no
ser negado  aunque reservándose cierto poder de
veto. 

Perón se dedicó a reunir a
todos cuantos aceptaran invocar su nombre, alentándolos
y empujándolos  a unos contra otros, para
reservarse así la última palabra. Aprendió
una nueva técnica de conducción y la
utilizó admirablemente, para el gobierno y  las
fuerzas políticas que lo apoyaban, el "pacto de
proscripción" era un problema para el futuro, mediato o
inmediato: qué hacer con el peronismo. En la derecha,
optaron por acercarse al peronismo algunos  de los viejos
nacionalistas y los conservadores "populares".  En la
izquierda la política represiva del gobierno libertador
apartó pronto a muchos de un bloque antiperonista en el
que hasta entonces habían convivido con sus enemigos
naturales. Su misión era dirigir a la clase obrera y
ésta era peronista y no dejaba de serlo, lo que
planteaba un serio problema a quienes seguían creyendo
en la naturaleza
burguesa o aun fascista de ese movimiento.
El ascenso de Frondizi en la Unión Cívica Radical
provocó una ruptura. Después de la caída
de Perón el radicalismo se dividió: quienes
seguían a Balbín se identificaron con el gobierno
libertador, mientras que Arturo Frondizi eligió la
línea de acercamiento con el peronismo basándose
en el tradicional  programa nacional y popular del
radicalismo, así como en su constitutiva 
oposición a las "uniones democráticas".  x:c
iones presidenciales eran cosa remota- la UCR proclamó
la candidatura presidencial  de Frondizi, lo que
aceleró la ruptura, y el viejo partido se dividió
en dos: la UCR Intransigente y la UCR del Pueblo. La maniobra
más audaz consistió en negociar con el propio
Perón su apoyo electoral, a cambio del  futuro
levantamiento de las proscripciones. La orden de Perón
fue acatada —salvo por unos 800 mil reluctantes- y
Frondizi se impuso en las elecciones  del 23 de febrero de
1958, con algo más de 4 millones de votos contra
2,5  millones que obtuvo Ricardo Balbín.
Frondizi presidió el gobierno entre mayo de 1958 y
marzo de 1962,
En la  nueva versión de su
programa -que decepcionaba a sus seguidores de izquierda-
Frondizi aspiraba a renovar los acuerdos, de raigambre 
entre los empresarios y los trabajadores; éstos eran
convocados a abandonar su actitud hostil e integrarse y
compartir, en un futuro indeterminado  mil beneficios de
un desarrollo
económico impulsado por el capital extranjero,
esta  retórica incorporaba el novedoso tema del
desarrollo, asociados con las  inversiones extranjeras, y
lo unía a la condena del viejo imperialismo
británico.
Además de trazar el prospecto de un país en
crecimiento y sin conflictos la retórica deliberadamente
imprecisa, servía para justificar las arriesgadas
maniobras tácticas del presidente. Se legitimaba
así a los equipos técnicos que  encabezaba
Rogelio Frigerio -supuestamente representante de la
burguesía  nacional"- así como el pacto con
Perón y el acuerdo con los sindicatos. La 
confianza en la eficiencia de este programa justificaba las
concesiones a otros factores de poder en cuestiones juzgadas
secundaria como la iglesia, en el campo de la enseñanza,
y a los militares, entre quienes, se aspiraba a desarrollar una
tendencia adicta, y nacionalista. El realismo
político del  presidente incluía una
tendencia a inclinarse por  la negociación
táctica  con las grandes corporaciones, y
consecuentemente una escasa valoración de la escena
política.

 La "batalla del
petróleo",
 
la negociación con compañías
extranjeras de la exploración y puesta en
exploración de  las reservas, y
simultáneamente anunció la autorización
para el funcionamiento de las universidades no estatales, lo
que generó un profundo debate
entre  los defensores de la enseñanza "laica" y los
de la "libre", en su mayoría católicos. En los
cálculos del presidente ambos debates -el del
petróleo y el  de la enseñanza-
acabarían neutralizándose)
E1 meollo de la política
económica fueron las leyes de
radicación de capitales extranjeros y de promoción industrial, sancionadas antes
de que terminara 1958. Por ellas se aseguraba a los inversores
extranjeros libertad
para remitir  ganancias y aun para repatriar el capital.
Se establecía un régimen  especial a las
inversiones en sectores juzgados clave para la nueva etapa
de  desarrollo: la siderurgia, la petroquímica, celulosa,
automotriz, energía y naturalmente el petróleo,
al que todos los diagnósticos señalaban como el
mayor cuello  de botella del crecimiento industrial.
Habría trato preferencial en  materia de derechos
aduaneros, créditos, impuestos,
suministro de energía  compras del Estado,
así como en la protección arancelaria del 
mercado local  todo ello manejado con un alto grado de
discrecionalidad, manifestado en los contratos
petroleros, que el presidente negoció en forma personal
y secreta. Los resultados de esta política fueron
notables: las inversiones extranjeras, de alrededor de 20
millones de dólares en 1957 subieron a 248 en 1959 y 100
más en los dos años siguientes. La
producción de aceros y automotores creció de modo
espectacular y casi se llegó al autoabastecimiento de
petróleo.
La fuerte expansión hizo probablemente más
intensa la crisis cíclicas trienal- anteriores fueron
las de 1952 y 1956-, anunciada a fines de 1958 por  una
fuerte inflación y dificultades serias en la balanza de
pagos. En diciembre  de 1958 se pidió ayuda al
FMI y se lanzó un Plan de estabilización cuya
receta recesiva  se profundizó en junio de 1959,
cuando Frondizi convocó al ministerio  de
Economía al ingeniero Alvaro Alsogaray. Se trataba de
unos de los  voceros principales de las corrientes
liberales y  aplicó un ortodoxo programa  de
devaluación, congelamiento de salarios y
supresión controles  estatales cuyas consecuencias
fueron una fuerte pérdida en los ingresos de los
trabajadores y una desocupación generalizada.
Su adopción
marcó el final de la  ilusión
integracionista y puso en evidencia la necesidad de enfrentar
el obstáculo sindical. El plan de Estabilización
puso fin a una precaria convivencia entre el gobierno y los
sindicatos  peronistas, que hasta entonces habían
apreciado medidas gubernamentales  como el fin de las
proscripciones y, sobre todo la Ley de Asociaciones
Profesionales , que establecía el sindicato único
y el descuento por planilla . Pero los efectos de la
política de estabilización y la dureza con que el
gobierno reprimió las protestas, a partir de la huelga
del Frigorífico Lisandro de La Torre de enero 1959,
pusieron a los sindicatos en pie de guerra.Las huelgas se
intensificaron  en los meses siguientes, y luego
recrudeció el sabotaje.
El gobierno respondió interviniendo los sindicatos y
empleando el éjercito para reprimir -según lo
establecía el plan CONINTES—, al tiempo que los
empresarios aprovechando la recesión, despedían a
los cuadros más combativos de cada planta.La
racionalización laboral pudo
avanzar libremente, mientras que en los sindicatos se
consolidaba un nuevo  tipo de dirección, menos
comprometida en la lucha cotidiana y más preocupada por
controlar las complejas estructuras
sindicales  recurriendo incluso a la corrupción o al matonismo para acallar
las disidencias.
Una nueva burocracia sindical, especializada en 
administrar la desmovilización, con paros generales
duros de palabra pero escasamente combativos y negociaciones
permanentes con todos los factores de poder.En momento  en
que se debilitaba en el terreno de la negociación
específicamente laboral , este nuevo sindicalismo
adquirió una enorme fuerza en la escena política.
Los militares vieron con desconfianza  el triunfo de
Frondizi y se dedicaron a vigilarlo, y en particular a
controlar sus relaciones con los peronistas. Se dividieron
según sus diferentes opiniones  acerca de
cuánto debía haber de respeto a
las instituciones constitucionales  y cuánto de
presión corporativa, que tomaba la forma de planteo al
presidente para que adoptara determinada medida. La Marina fue
más homogénea en su rechazo a la política
presidencial, pero en el Ejército dominó  un
faccionalismo creciente, que amplificaba las divisiones
anteriores.
Frondizi-Cuba-FFAA-Final: En principio Frondizi
adhirió a las consignas de "La Alianza para el progreso"
expuestos por Kennedy pero reacio en condenar a Cuba ya que le
brindaba una alternativa socialista en el continente. Los
militares presionaron a Frondizi, para romper relaciones con
Cuba lo cuál sucedió.
Ante de las elecciones de 1962, en 1961 Frondizi cambió
su estrategia política. Expulsó Alsogaray,
terminó con la estabilización y fomentó
una política social más flexible. Las fracciones
del peronismo comenzaron a interesarse por las fuerzas de
izquierda, lo cuál pretendía una
renovación ideológica que los sindicatos debieron
aceptar. El peronismo y el sindicalismo formaron el movimiento
obrero que administraba Vandor.
El 18 de marzo los peronistas ganaron las elecciones. Frondizi
intervino provincias cambió su gabinete y atravéz
de Aramburu (militar) trató de conciliar con la
oposición, no lo logró y los políticos se
declararon indiferentes ante la suerte del presidente y del
sistema institucional, sin embargo antes que los militares
depusieran a Frondizi, este logró poner como presidente
interino al presidente del Senado José María
Guido y salvar así la institucionalidad.
Presidencia de Illia (octubre de 1963-junio de 1967)
UCR del Pueblo:
    mitad de las gobernaciones que
respondían a su poder
    no tenía mayoría en la
cámara de diputados
    mayor consideración del sistema 
ins/constitucional y no tanta negociación con las
corporaciones
    No logró una alianza consistente con
otros partidos políticos para garantizar la defensa de
la institucionalidad.
    recuperación industrial y 2
años de buenas exportaciones
    elevación del salario de
los trabajadores
    control de precios y renogaciación de
contratos petroleros
    Ley de Asociaciones: mecanismo para
controlar el manejo de fondos e internas de los sindicatos
Entre mayo y junio de 1964 los sindicatos que respondían
a Vandor ejecutaron huelgas para demostrar al gobierno,
sectores empresariales y a la sociedad que aún
tenían importancia y poder en el desarrollo
productivo.
El operativo retorno: Vandro cada vez más, acapara poder
en los sindicatos desplazando a Perón. Perón a
fines de 1964 decidió regresar al país pero fue
detenido en Brazil y lo enviaron de vuelta a España.
El enfrentamiento a lo largo de 2 años consolidó
a Vandor en el plano sindical y a Perón en el plano
electoral.
El rol de las FFAA
 Cualquier intervención en la sociedad
originaría divisiones facciosas. Los comandantes en
jefes eran los representantes frente al gobierno y al estado.
Onganía fue adquiriendo importancia nacional.
Trato de Westpoint: "doctrina de seguridad nacional"–> las
fuerzas armadas eran "la garantía" de los valores
supremos de la nacionalidad
y debían obrar cuando se vieran amenazadas por la
subversión comunista.
"Fronteras ideológicas": que en cada país
dividía a los partidarios de los valores occidentales y
cristianos de quienes querían subvertílos.
Estados Unidos comenzaba su intervención política
y los militares (de cada país estimulados y apoyados
discretamente por EEUU) comenzaron a derrocar gobiernos
democráticos. Para la FFAA la democracia era un
obstáculo sobretodo para la seguridad y finalmente para
la modernización económica que necesitaba de
eficacia y
autoridad.
La economía entre la modernización y la
crisis

E1 programa que en
1958 sintetizó de manera convincente Arturo
Frondizi  expresaba una sensibilidad colectiva y un
conjunto de convicciones compartidas acerca de la
modernización económica, En parte 
debía surgir de la promoción planificada por el
Estado, y de una renovación  técnica y
científica hacia la cual de 1955 en adelante se volcaron
muchos  esfuerzos. Así surgieron el Instituto
Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), de
incidencia importantísima en su campo, y el menos
influyente  Instituto Nacional de Tecnología
Industrial (INTI). La investigación básica  y la
tecnológica fueron promovidas desde el Consejo Nacional
de investigaciones
Científicas y Técnicas, creado en 1957, o desde
Comisión nacional de Energía Atómica, que
frecuentemente actuaron asociados a  las universidades. El
Consejo Federal de Inversiones debía regular las
desigualdades  regionales mientras que el Consejo Nacional
de Desarrollo creado en 1963, asumiría la planificación global y la
elaboración de planes  de desarrollo. En suma, un
conjunto de instituciones debían poner en 
movimiento, planificadamente, la palanca de la inversión
pública la ciencia y la
técnica.

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