- Los prejuicios un
obstáculo para la paz - La promesa
de la paz mundial - Selección de los
escritos de Baháulláh sobre la
paz - Selección
de los escritos de Abdul-Bahá sobre la
paz - Selección
de las charlas de Abdul-Bahá sobre la
paz - Selección
de cartas escritas de parte de Shoghi Effendi sobre la
paz - Selección
de cartas de la Casa Universal de Justicia sobre la
paz - Selección
de cartas escritas de parte de la Casa Universal de Justicia
sobre la paz - Bibliografía
- Ciudadanía
Mundial. Ética Global para el Desarrollo
Sostenible
En los escritos bahá'ís se perfila lo
que han de ser las instituciones
necesarias para el establecimiento de la paz y el nuevo orden
mundial. La paz debe establecerse primero entre los individuos,
hasta que al final conduzca a la paz entre las
naciones.
La paz del mundo no sólo es posible, sino
también inevitable.
La próxima etapa en la evolución de este planeta es "La
planetización de la humanidad.
1. Los prejuicios un obstáculo
para la paz
Parece sumamente pertinente: «Como las guerras
comienzan en la mente de los hombres, es en la mente de los
hombres que han de construirse las defensas de la paz». Por
lo tanto, parecería que ninguno de nosotros puede evadir
la responsabilidad de por lo
menos«desarmar» nuestros prejuicios, que suelen
hallarse en la raíz de nuestra incapacidad de llevarnos
bien los unos con los otros en las familias, las comunidades o en
los planos nacional e internacional. La otra cara de la moneda,
desde luego, está constituida por las medidas que los
gobiernos pueden adoptar para promover el desarme general y
completo y lograr una paz duradera en este planeta.
(Comunidad
Internacional Baha'i, El Desarme y la Paz)
Asimismo a medida que los prejuicios de sexo,
así como los de credo, raza, clase y
nacionalidad,
sean abandonados en un espíritu de dedicación a la
unidad de la humanidad, podrá producirse en ambos, hombres
y mujeres, la
motivación necesaria para el establecimiento de la
paz.
Entre las enseñanzas de Bahá'u'lláh
está la que dice que los prejuicios religiosos, raciales,
políticos, económicos y patrióticos
destruyen el edificio de la humanidad. Mientras prevalezcan estos
prejuicios, el mundo de la humanidad no tendrá descanso.
Durante un período de seis mil años la historia nos informa acerca
del mundo de la humanidad. Durante estos seis mil años el
mundo de la humanidad no ha estado libre
de guerras, de luchas, de homicidios y
sed de sangre. En toda
época se ha hecho la guerra en un
país o en otro, y esa guerra se ha debido ya sea al
prejuicio
religioso, al prejuicio racial, al prejuicio político, o
al prejuicio patriótico. Por tanto, se ha determinado y
probado que todos los prejuicios son destructivos para el
edificio humano. Mientras estos prejuicios persistan, la lucha
por la existencia debe permanecer dominante, y debe continuar la
sed de venganza y rapacidad. Por consiguiente, lo mismo que en el
pasado, el mundo de la humanidad no puede ser salvado de la
oscuridad de la naturaleza, y
no puede alcanzar la iluminación si no es por medio del abandono
de los prejuicios y la adquisición de la conducta del
Reino.
Si este prejuicio y esta enemistad son por cuenta de la
religión,
considerad que la religión debe ser la causa de
camaradería, de lo contrario es infructuosa. Y si este
prejuicio es el prejuicio de la nacionalidad,
considerad que todo el género
humano es de una única nación;
todos han brotado del árbol de Adán, y Adán
es la raíz del árbol. Ese árbol es tan solo
uno, y todas estas naciones son como las ramas, en tanto que los
individuos de la humanidad son como hojas, como flores y frutos
del mismo. Luego, el establecimiento de las diferentes naciones y
el consecuente derramamiento de sangre y destrucción del
edificio de la humanidad, son el resultado de la ignorancia
humana y de los motivos egoístas.
En cuanto al prejuicio patriótico, esto
también es debido a la absoluta ignorancia, pues la
superficie de la tierra es
un solo país natal. Todos pueden vivir en cualquier punto
del globo terráqueo. Por tanto, todo el mundo es el lugar
de nacimiento del hombre. Estas
fronteras y sus pasos han sido ideados por el hombre. En
la creación no han sido asignados tales límites y
pasos fronterizos. Europa es un solo
continente, Asia es un solo
continente, África es un solo continente, Australia es un
solo continente, pero algunas almas, por motivos personales e
intereses egoístas, han dividido a cada uno de estos
continentes y han considerado a cierta parte como su propio
país. Dios no ha establecido frontera entre
Francia y
Alemania;
ellas son continuas.
En efecto, en las primeras centurias, almas
egoístas, por la promoción de sus propios intereses, han
señalado límites y pasos y, día a
día, han asignado más importancia a los mismos,
hasta que ello condujo a intensa enemistad, derramamiento de
sangre y rapacidad en los siguientes siglos. De la misma manera,
esto continuará indefinidamente, y si esta
concepción del patriotismo permanece limitada dentro de un
cierto círculo, ello será la causa principal de la
destrucción del mundo. Ninguna persona sabia y
justa reconoce estas distinciones imaginarias. Cada área
limitada a la cual llamamos nuestro país natal la
consideramos como nuestra patria, mientras que el globo
terráqueo es la patria de todos, y no algún
área restringida. En resumen, vivimos en esta tierra durante
unos pocos días, y finalmente somos sepultados en ella,
ella, nuestro sepulcro eterno. ¿Vale la pena que nos
preocupemos en derramar sangre y en hacernos pedazos unos a otros
por este sepulcro eterno? No, nada de eso, ni Dios es complacido
por tal conducta, ni ningún hombre en su sano juicio lo
aprobaría.
Considerad: los animales benditos
no se ocupan en disputas patrióticas. Están en la
mayor camaradería unos con otros y viven juntos en
armonía. Por ejemplo, si una paloma del este y una paloma
del oeste, una paloma del norte y una del sur llegan al mismo
tiempo a un
mismo lugar, inmediatamente se asocian en armonía.
Así ocurre con todos los animales y las aves benditas.
Pero los animales feroces, tan pronto como se encuentran, se
atacan y luchan unos con otros, se despedazan mutuamente y les es
imposible vivir en forma pacífica en un mismo sitio. Son
todos huraños y fieros, salvajes y combativos
luchadores.
Con respecto al prejuicio económico, es evidente que
cuando quiera que se fortalezcan los vínculos entre las
naciones y se acelere el intercambio de mercancías, y que
en algún país se establezca algún principio
económico, ello finalmente afectará a los
demás países y se obtendrán beneficios
universales. Luego, ¿por qué este
prejuicio?
En cuanto a los prejuicios políticos, debe
seguirse la política de Dios, y
es indiscutible que la política de Dios es más
grande que la política humana. Debemos seguir la
política divina, y ello es aplicable por igual a todos los
individuos. Él trata a todos los individuos del mismo
modo; no hace distinción, y este es el basamento de las
Religiones
Divinas. (Selección
de los Escritos de Abdul-Bahá).
Las Revelaciones de Dios no difieren una de otra en
ningún aspecto esencial, aunque las necesidades cambiantes
de las que se ocupan, de época en época, han
exigido de cada una de ellas respuestas especiales para cada
caso.
Todos los Profetas de Dios, Sus favorecidos, Sus santos y
escogidos Mensajeros, son sin excepción los portadores de
Sus nombres y las personificaciones de Sus atributos. Sólo
difieren en la intensidad de Su revelación y en la
potencia
relativa de Su luz.
Se advierte a los que estudian la religión que no permitan
que los dogmas teológicos u otros prejuicios les lleven a
hacer discriminaciones entre aquellos a quienes Dios ha utilizado
como canales de Su luz:
Cuidado, OH creyentes en la Unidad de Dios, no seáis
tentados a hacer distinción alguna entre las
Manifestaciones de Su Causa o menospreciar los signos que han
acompañado y proclamado Su Revelación. Éste
es ciertamente el verdadero significado de la Unidad Divina;
ojala seáis de los que comprenden esta verdad y creen en
ella. Además, estad seguros de que
las obras y hechos de todas y cada una de estas Manifestaciones
de Dios, más aún, todo lo que a Ellas atañe
y todo lo que manifiesten en el futuro está ordenado por
Dios y es un reflejo de Su Voluntad y Propósito.
(Baháulláh).
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