- Eduardo
Tyrrell
Sebastián Jorgi
Stella Maris Latorre
Carlos Szwarcer
Germán Cáceres
Daniel Rodríguez Viera
Myriam Gover de Nasatsky
María Adela Renard
Jorge Isaac
Jorgelina Corbatta
Rubén Benítez- Juan
José Delaney
Teresa Alfieri
Jorge Isaac
María Rosa Lojo
María Esther de Miguel- Lily
Sosa de Newton
En este trabajo
reúno entrevistas
publicadas en diarios argentinos y en Internet. En ellas se
abordan temas relacionados con la inmigración que llegó a la Argentina
entre 1810 y 1960 y/o se muestra la
trayectoria de un descendiente de inmigrantes
destacado.
EDUARDO TYRRELL, INVESTIGADOR
CORDOBÉS
La inmigración nos trajo, entre otras
personalidades, a destacados sacerdotes y frailes. Este tema es
el que apasiona a Eduardo Tyrrell, un historiador
cordobés, de la ciudad de Río Cuarto. El es el
autor de una obra acerca del sacerdote Geniale Silvi, fundador
del Cottolengo de esa ciudad, titulada Recopilación de
datos y
fotos, biografía de vida y
virtudes del Reverendo Geniale Silvi, padre de la Divina
Providencia. Y está preparando el segundo volumen. Para
saber más acerca de sus libros y su
archivo, lo
entrevistamos.
– Su archivo consta de fotografías, documentos y
textos sobre los religiosos que inmigraron a Río Cuarto, y
la importante obra que realizaron allí.
¿Cuándo comenzó a reunir ese
material?
– Empecé aproximadamente en el año 2004,
para ingresarlos en el álbum genealógico familiar
en la página de los Irlandeses, junto con iglesias que
estuvieron relacionadas con la familia.
Los documentos y fotos me fueron brindados por la Licenciada
Inés Farías, a cargo del Archivo Franciscano de
Río Cuarto, y aproveché con el permiso de los que
están a cargo del programa
www.irishgenealogies.com.ar, para ingresar fotos de este gran
sacerdote que fue Fray Salvador Solá y Fray José
Luis Padrós, con quienes tuve la suerte de poder
compartir varios momentos y charlas, cuando fui monaguillo en
esta iglesia.
Fueron referentes de ejemplos en mi vida. Más tarde pude
conocer su página web
-la cual me asombró- y me pude poner en contacto usted,
que tuvo la gentileza de tenernos presentes a los del
interior.
– Me comentó que su familia colabora
en la edición
de las recopilaciones. ¿Cómo lo ayudan?
– Mi familia colabora en sus horarios libres, por
ejemplo, mi señora, Marisa, cuando me hace falta
algún dato del Archivo Histórico Municipal, o del
diario Puntal, el único que nos queda. Anteriormente
teníamos el Diario El Pueblo -en la parte de arriba
vivía el histórico escritor Juan Filloy-,
y también el diario La Calle. Lamentablemente ya no
existen más. Mis hijos, los mas grandes, me ayudan a sacar
fotocopias, a separar fotos, o les dicto algún texto en la
pobre computadora ya
añeja que tenemos.
– Sé que su patrimonio es
facilitado generosamente a estudiosos. De hecho, usted me ha
enviado mucho material. ¿Es ésa otra forma de
difundir la historia de los
franciscanos?
– Exactamente. Me llena de jubilo facilitar material,
porque es una forma de colaborar con el que le gusta leer y o
investigar, estudiar a estos sacerdotes que brindaron su vida en
obras para el prójimo sin nunca pedir nada personal,
solamente entregándose a Dios. Entonces, estamos nosotros
para transmitir, cada uno en su lugar de residencia. Por ejemplo
usted, María, con todos los trabajos en Internet. Ojala
personas de distintas ciudades se interesen en recopilar biografías de
personas destacadas y se las envíen, así usted las
puede difundir; es una forma de que la historia grande de estos
iluminados no quede solamente en el pueblo, ciudad y o
país, sino que recorra el mundo.
– Hablemos de la primera recopilación que se ha
publicado.
– Mi primera compilación fue sobre el Reverendo
Padre Geniale Silvi, sacerdote perteneciente a Los Hijos de la
Divina Providencia (Obra Don Orione ). Siempre observé su
vida ejemplar; lo conocí cuando pedía
colaboración en los colegios, con la sotana negra y una
alcancía, Hablaba entrecruzado, mezcla de italiano y
español, y
nos llamaba la atención su forma de expresión y
convencimiento y, a medida que transcurrieron los años, se
empezó a ver la importante obra, hoy administrada por
religiosas de una congregación española. El Padre
Silvi fue un hombre de
carácter, por eso está la gran obra
hoy en Río Cuarto; no tiene ningún vinculo con la
Congregación de Don Orione, pero los nuevos Padres
Provinciales de dicha congregación tienen que investigar
quién fue este sacerdote que luchó para la construcción y fundación de los
cottolengos en Río Cuarto, Córdoba Capital, y
Rosario. Hay muchas cartas que los
vinculan en todos aquellos años, por eso se reclama el
reconocimiento con una placa recordatoria, como manifesté
el reportaje que me realizó el diario Puntal, publicado el
día 30 de abril de 2007.
– A partir de sus recuerdos y la documentación que reunió,
¿cómo fue el padre Silvi?
– Como dije, fue un hombre de carácter, pero lo
más importante fue que complementaba ese carácter
con unos dotes espirituales extraordinarios. Fue un luchador sin
vergüenza, volcado totalmente a Dios y a la Virgen de la
Guarda. Repetía constantemente: "Confíen en la
Divina Providencia".
– ¿Qué lo llevó a preparar este
libro?
– Hacer este primer libro fue como un impulso que me
brotó y una fuerza
interior me llevó a realizarlo. El primer objetivo fue
buscar información; así empecé a
frecuentar el Cottolengo y hablar con la que fue secretaria del
Padre desde el Cottolengo de Rosario, la señora Estela
Tuells, residente en la institución y con una edad
avanzada, fallecida en el año 2006. Ella colaboró
con varias cartas y fotos no conocidas hasta el momento; me
pidió que la diera a conocer una vez que ella hubiera
partido de este mundo. También busqué en el Archivo
Histórico Municipal, pero no tenían mucho
material.
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