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Historias de matemáticos (página 3)




Enviado por Christian Lago



Partes: 1, 2, 3, 4

  1. Las leyes de la
    Dinámica

Artículo principal: Leyes de
Newton

Otro de los temas tratados en los
Principa fueron las tres leyes de la Dinámica o Leyes de
Newton, en las que explicaba el movimiento de
los cuerpos así como sus efectos y causas. Éstas
son:

  • La primera ley de
    Newton o
    ley de la inercia

"Todo cuerpo preservará en sus estado de
reposo o movimiento uniforme y rectilíneo a no ser que sea
obligado por fuerzas impresas a cambiar su estado"

En esta ley, Newton afirma que un cuerpo sobre el que no
actúan fuerzas extrañas (o las que actúan se
anulan entre sí) permanecerá en reposo o
moviéndose a velocidad
constante.

Esta idea, que ya había sido enunciada por
Descartes y
Galileo, suponía romper con la física
aristotélica, según la cual un cuerpo sólo
se mantenía en movimiento mientras actuara una fuerza sobre
él.

  • La segunda ley de Newton o ley de la interacción y la fuerza

"El cambio de
movimiento es proporcional a la fuerza motriz impresa y ocurre
según la línea recta a lo largo de la cual aquella
fuerza se imprime"

Esta ley explica las condiciones necesarias para
modificar el estado de
movimiento o reposo de un cuerpo. Según Newton estas
modificaciones sólo tienen lugar si se produce una
interacción entre dos cuerpos, entrando o no en contacto
(por ejemplo, la gravedad actúa sin que haya contacto
físico). Según la segunda ley, las interacciones
producen variaciones en el momento lineal, a razón
de

Siendo la fuerza, la derivada del momento lineal, dt la derivada del
tiempo.

La segunda ley puede resumirse en la fórmula:
,

siendo la fuerza (medida en newtons) que hay que aplicar sobre un
cuerpo de masa m para provocar una aceleración .

  • La tercera ley de Newton o ley de de acción-reacción

"Con toda acción ocurre siempre una
reacción igual y contraria; las acciones
mutuas de dos cuerpos siempre son iguales y dirigidas en sentidos
opuestos"

Esta ley se refleja constantemente en la naturaleza: la
sensación de dolor que se siente al golpear una mesa,
puesto que la mesa ejerce una fuerza sobre ti con la misma
intensidad; el impulso que consigue un nadador al ejercer una
fuerza sobre el borde de la piscina, siendo la fuerza que le
impulsa la reacción a la fuerza que él ha ejercido
previamente…

Los últimos años de su vida se vieron
ensombrecidos por la desgraciada controversia, de envergadura
internacional, con Leibniz a propósito de la prioridad de
la invención del nuevo análisis. Acusaciones mutuas de plagio,
secretos disimulados en criptogramas, cartas
anónimas, tratados inéditos, afirmaciones a menudo
subjetivas de amigos y partidarios de los dos gigantes
enfrentados, celos manifiestos y esfuerzos desplegados por los
conciliadores para aproximar a los clanes adversos, sólo
terminaron con la muerte de
Leibniz en 1716.

Padeció durante sus últimos años
diversos problemas
renales, incluyendo atroces cólicos nefríticos,
sufriendo uno de los cuales moriría -tras muchas horas de
delirio- la noche del 20 de marzo de 1727 (calendario juliano).
Fue enterrado en la abadía de Westminster junto a los
grandes hombres de Inglaterra.

«No sé cómo puedo ser visto por el
mundo, pero en mi opinión, me he comportado como un
niño que juega al borde del mar, y que se divierte
buscando de vez en cuando una piedra más pulida y una
concha más bonita de lo normal, mientras que el gran
océano de la verdad se exponía ante mí
completamente desconocido.»

Fue respetado durante toda su vida como ningún
otro científico, y prueba de ello fueron los diversos
cargos con que se le honró: en 1689 fue elegido miembro
del Parlamento, en 1696 se le encargó la custodia de la
Casa de la Moneda, en 1703 se le nombró presidente de la
Royal Society y finalmente en 1705 recibió el
título de Sir de manos de la Reina Ana.

La gran obra de Newton culminaba la revolución
científica iniciada por Nicolás Copérnico
(1473-1543) e inauguraba un período de confianza sin
límites
en la razón, extensible a todos los campos del conocimiento.

  1. Escritos de Newton
  • Method of Fluxions (1671)
  • Philosophiae naturalis principia mathematica
    (1687)
  • Opticks (1704)
  • Arithmetica Universalis (1707)

  1. Galileo Galilei (Pisa, 15 de febrero de 1564 –
    Florencia, 8 de enero de 1642), fue un astrónomo,
    filósofo, matemático y físico que estuvo
    relacionado estrechamente con la revolución
    científica. Eminente hombre del
    Renacimiento, mostró interés por casi todas las ciencias y
    artes (música, literatura,
    pintura).
    Sus logros incluyen la mejora del telescopio, gran variedad
    de observaciones astronómicas, la primera ley del
    movimiento y un apoyo determinante para el copernicanismo. Ha
    sido considerado como el "padre de la astronomía moderna", el "padre de la
    física moderna" y el "padre de la
    ciencia".

    Su trabajo
    experimental es considerado complementario a los escritos de
    Francis Bacon en el establecimiento del moderno método científico y su carrera
    científica es complementaria a la de Johannes Kepler.
    Su trabajo se considera una ruptura de las asentadas ideas
    aristotélicas y su enfrentamiento con la Iglesia
    Católica Romana suele tomarse como el mejor ejemplo de
    conflicto
    entre la autoridad
    y la libertad
    de pensamiento en la sociedad
    occidental.

    Galileo nació en Pisa, Italia, el
    15 de febrero de 1564. Hijo mayor de siete hermanos, su padre
    Vincenzo Galilei, nacido en Florencia en 1520, era
    matemático y músico, y deseaba que su hijo
    estudiase medicina.
    Su familia
    pertenecía a la baja nobleza y se ganaban la vida con
    el comercio.
    Hasta la edad de diez años fue educado por sus padres.
    Estos se mudaron a Florencia, dejando a un religioso vecino a
    cargo de Galileo. Por medio de este, accedió al
    convento de Santa María de Vallombrosa en Florencia
    donde recibió una formación
    religiosa.

    Galileo no prosiguió con la carrera
    eclesiástica por mucho tiempo, pues su padre,
    aprovechándose de una enfermedad de los ojos de su
    hijo, se lo llevó a Florencia en 1579.

    Dos años más tarde, su padre lo
    inscribe en la universidad de Pisa, donde seguirá
    cursos de medicina y de filosofía.

    En 1583 Galileo se inicia en las matemáticas por medio de Ostilio Ricci,
    un amigo de la
    familia, alumno de Tartaglia. Ricci tenía la
    costumbre, rara en esa época, de unir la teoría a la práctica
    experimental.

    Atraído por la obra de Euclides, sin
    ningún interés por la medicina y todavía
    menos por las disputas escolásticas y la
    filosofía aristotélica, Galileo reorienta sus
    estudios hacia las matemáticas. Desde entonces, se
    siente seguidor de Pitágoras, de Platón y de Arquímedes y opuesto al aristotelismo.
    Todavía estudiante, descubre la ley de la
    isocronía de los péndulos, primera etapa de la
    que será el descubrimiento de una nueva ciencia:
    la mecánica. Dentro de la corriente
    humanista, redacta también un panfleto feroz contra el
    profesorado de su tiempo. Toda su vida, Galileo
    rechazará el ser comparado a los profesores de su
    época, lo que le supondrá numerosos
    enemigos.

    Dos años más tarde, retorna a
    Florencia sin diploma, pero con grandes conocimientos y una
    gran curiosidad científica.

    Galileo comienza por demostrar muchos teoremas sobre
    el centro de gravedad de ciertos sólidos dentro de
    Theoremata circa centrum gravitatis solidum y emprende en
    1586 la reconstitución de la balanza hidrostática de Arquímedes o
    bilancetta. Al mismo tiempo, continúa con sus estudios
    sobre las oscilaciones del péndulo pesante e inventa
    el pulsómetro. Este aparato permite ayudar a medir el
    pulso y suministra una escala de
    tiempo, que no existía aún a la época.
    También comienza sus estudios sobre la caída de
    los cuerpos.

    En 1588, es invitado por la Academia Florentina a
    presentar dos lecciones sobre la forma, el lugar y la
    dimensión del Infierno de Dante.

    Paralelamente a sus actividades, busca un empleo de
    profesor
    en una universidad; se encuentra entonces con grandes
    personajes, como el padre jesuita Christopher Clavius,
    excelencia de las matemáticas al Colegio pontifical.
    Se encuentra también con el matemático
    Guidobaldo del Monte. Este último recomienda Galileo
    al duque Fernando I de Toscana, que le nombra para la
    cátedra de matemáticas de la universidad de
    Pisa por 60 escudos de oro por
    año — una miseria. Su lección inaugural
    tendrá lugar el 12 de noviembre 1589.

    En 1590 y 1591, descubre la cicloide y se sirve de
    ella para dibujar arcos de puentes. Igualmente experimenta
    sobre la caída de los cuerpos y redacta su primera
    obra de mecánica, el De motu. La realidad es
    que estas « experiencias » son puestas en duda
    hoy por hoy y sería una invención de su primer
    biógrafo, Vincenzo Viviani. Este volumen
    contiene ideas nuevas para la época, pero expone
    también, evidentemente los principios de
    la escuela
    aristotélica el sistema de
    Ptolomeo. Galileo los enseñará durante mucho
    tiempo después de estar convencido de la exactitud del
    sistema copernicano, falto de pruebas
    tangibles.

    En 1592 se trasladó a la Universidad de Padua
    y ejerció como profesor de geometría, mecánica y
    astronomía hasta 1610. La marcha de Pisa se explica
    por diferencias con uno de los hijos del gran duque Fernando
    I de Toscana.

    Padua pertenecía a la poderosa
    República de Venecia, lo que dio a Galileo una gran
    libertad intelectual, pues la Inquisición no era
    poderosa allí. Incluso si Giordano Bruno había
    sido entregado por los patricios de la república a la
    Inquisición, Galileo podía efectuar sus
    investigaciones sin muchas
    preocupaciones.

    Enseña la mecánica aplicada, las
    matemática, la astronomía y la
    arquitectura
    militar. Después de la muerte de
    su padre en 1591, Galileo debe ayudar a cubrir las
    necesidades de la familia. Se pone a dar numerosas clases
    particulares a los estudiantes ricos a los que aloja en su
    casa. Pero no es un buen gestor y solo con la ayuda
    financiera de sus protectores y amigos le permiten equilibrar
    sus cuentas.

    En 1599, Galileo participa en la fundación de
    la Accademia dei Ricovrati con el abad Federico
    Cornaro.

    El mismo año, Galileo se encuentra con Marina
    Gamba, una joven veneciana con la cual mantendrá una
    relación hasta 1610 (no se casan ni viven bajo el
    mismo techo). En 1600, nace su primera hija Virginia, seguido
    por su hermana Livia en 1601, luego un hijo, Vincenzo, en
    1606. Después de la separación (no conflictiva)
    de la pareja, Galileo se encarga de sus hijos; él
    enviará más tarde sus hijas al
    convento.

    1. El año 1604
  2. GALILEO
    GALILEI

1604 es un año mirabilis para
Galileo :

  • en julio, prueba su bomba de agua en un
    jardín de Padua ;
  • en octubre, descubre la ley del movimiento
    uniformemente acelerado, que el asocia a una ley de
    velocidades erróneas ;
  • en diciembre, comienza sus observaciones de una
    nova conocida al menos desde el 10 octubre. Consagre 5
    lecciones sobre el tema el mes siguiente, y en febrero 1605
    publica Dialogo de Cecco di Ronchitti in Perpuosito de la
    Stella Nova
    junto con D. Girolamo Spinelli. Aunque la
    aparición de una nueva estrella, y su
    desaparición repentina entra en total
    contradicción con la teoría establecida de la
    inalterabilidad de los cielos, Galileo continúa
    todavía como aristotélico en público,
    pero en privado ya es copernicano. Espera la prueba
    irrefutable sobre la cual apoyarse para denunciar el
    aristotelismo.

Retomando sus estudios sobre el movimiento, Galileo
« muestra » que los proyectiles siguen,
en el vacío, trayectorias parabólicas. Hará
falta la gravitación universal de Newton, para generalizar
a los misiles balísticos, donde las trayectorias son en
efecto elípticas.

En 1606, Galileo construye su primer thermoscope,
primer aparato de la historia que permite
comparar de manera objetiva el nivel de calor y de
frío. Ese mismo año, Galileo y dos de sus amigos
caen enfermos el mismo día de una misma enfermedad
infecciosa. Solo sobrevive Galileo, que permanecerá
lisiado de reumatismo por el resto de sus días.

En los dos años que siguen, el sabio estudia las
estructuras de
los imanes. Todavía se puede contemplar sus trabajos en el
museo de historia de Florencia.

En mayo de 1609, Galileo recibe de París una
carta del
francés Jacques Badovere, uno de sus antiguos alumnos,
quien le confirma un rumor insistente: la existencia de un
telescopio que permite ver los objetos lejanos. Fabricado en
Holanda, este telescopio habría permitido ya ver estrellas
invisibles a simple vista. Con esta única descripción, Galileo, que ya no da cursos a
Cosme II de Médicis, construye su primer telescopio. Al
contrario que el telescopio holandés, este no deforma los
objetos y los aumenta 6 veces, o sea el doble que su oponente.
También es el único de la época que consigue
obtener una imagen derecha
gracias a la utilización de una lente divergente en el
ocular. Este invento marca un giro en
la vida de Galileo.

El 21 de agosto, apenas terminado su segundo telescopio
(aumenta ocho o nueve veces), lo presenta al Senado de Venecia.
La demostración tiene lugar en la cima del Campanile de la
plaza de San Marco. Los espectadores quedan entusiasmados: ante
sus ojos, Murano, situado a 2 km y medio, parece estar a 300 m
solamente.

Galileo ofrece su instrumento y lega los derechos a la
República de Venecia, muy interesada por las aplicaciones
militares del objeto. En recompensa, es confirmado de por vida en
su puesto de Padua y sus emolumentos se duplican. Se libera por
fin de las dificultades financieras.

Sin embargo, contrario a sus alegaciones, no dominaba la
teoría óptica
y los instrumentos fabricados por él son de calidad muy
variable. Algunos telescopios son prácticamente
inutilizables (al menos en observación astronómica). En abril
de 1610, en Bologna, por ejemplo, la demostración del
telescopio es desastrosa, como así lo informa Martin Horky
en una carta a Kepler.

Galileo reconoció en marzo de 1610 que, entre
más de 60 telescopios que había construido,
solamente algunos eran adecuados. Numerosos testimonios, incluido
el de Kepler, confirman la mediocridad de los primeros
instrumentos.

Durante el otoño, Galileo continuó
desarrollando su telescopio. En noviembre, fabrica un instrumento
que aumenta veinte veces. Emplea tiempo para volver su telescopio
hacia el cielo. Rápidamente, observando las fases de la
Luna, descubre que este astro no es perfecto como lo
quería la teoría aristotélica. La
física aristotélica, que poseía autoridad en
esa época, distinguía dos mundos:

  • el mundo « sublunar », que
    comprende la Tierra
    y todo lo que se encuentra entre la Tierra y
    la Luna; en este mundo todo es imperfecto y
    cambiante;
  • el mundo « supralunar », que
    comienza en la Luna y se extiende más allá. En
    esta zona, no existen más que formas
    geométricas perfectas (esferas) y movimientos
    regulares inmutables (circulares).

Galileo, por su parte, observó una zona
transitoria entre la sombra y la luz, el
terminador, que no era para nada regular, lo que por consiguiente
invalidaba la teoría aristotélica y afirma la
existencia de montañas en la Luna. Galileo incluso estima
su altura en 7000 metros, más que la montaña
más alta conocida en la época. Hay que decir que
los medios
técnicos de la época no permitían conocer la
altitud de las montañas terrestres sin fantasías.
Cuando Galileo publica su Sidereus Nuncius piensa que las
montañas lunares son más elevadas que las de la
Tierra, si bien en realidad son equivalentes.

En pocas semanas, descubrirá la naturaleza de la
Vía láctea, cuenta las estrellas de la
constelación de Orión y constata que ciertas
estrellas visibles a simple vista son, en verdad, cúmulos
de estrellas. Galileo observa los anillos de Saturno pero no
descubre su naturaleza. Estudia igualmente las manchas
solares.

El 7 de enero 1610, Galileo hace un descubrimiento
capital:
remarca 3 estrellas pequeñas en la periferia de
Júpiter. Después de varias noches de
observación, descubre que son cuatro y que giran alrededor
del planeta. Se trata de los satélites
de Júpiter, que llama Calixto, Europa, Ganimedes
e Io, (llamadas hoy satélites galileanos). El 4 de marzo
1610, publica en Florencia sus descubrimientos dentro de El
mensajero de las estrellas (Sidereus Nuncius), resultado de sus
primeras observaciones estelares.

Para él, Júpiter y sus satélites
son un modelo del
Sistema Solar.
Gracias a ellos, piensa poder
demostrar que las órbitas de cristal de Aristóteles no existen y que todos los
cuerpos celestes no giran alrededor de la Tierra. Es un golpe muy
duro a los aristotélicos. El corrige también a
ciertos copernicanos que pretenden que todos los cuerpos celestes
giran alrededor del Sol.

A fin de protegerse de la necesidad y sin duda deseoso
de retornar a Florencia, Galileo llamará los
satélites de Júpiter por algún tiempo los
« astros mediciens », en honor de Cosme II de
Medicis, su antiguo alumno y gran duque de Toscana. Galileo no ha
dudado entre Cosmica sidera y Medicea sidera. El juego de
palabras « Cosmica = Cosme » es evidentemente
voluntario y es sólo después de la primera
impresión que retiene la segunda
denominación.

El 10 de abril, muestra estos astros a la corte de
Toscana. Es un triunfo. El mismo mes, da tres cursos sobre el
tema en Padua. Siempre en abril, Johannes Kepler ofrece su apoyo
a Galileo. El astrónomo alemán no confirmará
verdaderamente este descubrimiento — pero con entusiasmo
— hasta septiembre, gracias a una lente ofrecida por
Galileo en persona.

El 10 de julio 1610, Galileo deja Venecia para
trasladarse a Florencia.

A pesar de los consejos de sus amigos Sarpi y Sagredo,
que temen que su libertad no sea restringida, el ha, en efecto,
aceptado el puesto de Primer Matemático de la Universidad
de Pisa (sin carga de cursos, ni obligación de residencia)
y aquel de Primer Matemático y Primer Filósofo de
gran duque de Toscana.

El 25 de julio 1610, Galileo orienta su lente
astronómica hacia Saturno y descubre su extraña
apariencia. Serán necesarios 50 años e instrumentos
más poderosos para que Christiaan Huygens comprenda la
naturaleza de los anillos de Saturno.

El mes siguiente, Galileo encuentra una manera de
observar el Sol en el
telescopio y descubre las manchas solares. Les da una
explicación satisfactoria.

En septiembre 1610, prosiguiendo con sus observaciones,
descubre las fases de Venus. Para él, es una nueva prueba
de la verdad del sistema copernicano, pues es fácil de
interpretar este fenómeno gracias a la hipótesis heliocéntrica, puesto que
es mucho más difícil de hacerlo basándose en
la hipótesis
geocéntrica.

Fue invitado el 29 de marzo 1611 por el cardenal Maffeo
Barberini (futuro Urbano VIII) a presentar sus descubrimientos al
Colegio pontifical de Roma y en la
joven Academia de los Linces. Galileo permanecerá dentro
de la capital pontifical un mes completo, durante el cual recibe
todos los honores. La academia de los Linces le reserva un
recibimiento entusiasta y le admite como su sexto miembro. Desde
ese momento, el lince de la academia adornará el
frontispicio de todas las publicaciones de Galileo.

El 24 de abril 1611, el Colegio Romano, compuesto de
jesuitas de
los cuales Christopher Clavius es el miembro más eminente,
confirma al cardenal Bellarmin que las observaciones de Galileo
son exactas. No obstante, los sabios se guardan bien de confirmar
o de denegar las conclusiones hechas por el
florentino.

Galileo retorna a Florencia el 4 de junio. Galileo
atacado y condenado por las autoridades

Galileo parece ir de triunfo en triunfo y convence a
todo el mundo. Por tanto, los partisanos de la teoría
geocéntrica según Aristóteles se convierten
en enemigos encarnizados y los ataques contra él comienzan
con la aparición de Sidereus Nuncius. Ellos no pueden
permitirse el perder la afrenta y no quieren ver su ciencia
puesta en cuestión.

Además, los métodos de
Galileo, basados en la observación y la experiencia en vez
de la autoridad de los partisanos de las teorías
geocéntricas (que se apoyan sobre el prestigio de
Aristóteles), están en oposición completa
con los suyos, hasta tal punto que Galileo rechaza compararse con
ellos.

Al principio, solo se tratan de escaramuzas. Pero
Sagredo escribe a Galileo, recién llegado a Florencia:
« El poder y la generosidad de vuestro
príncipe (el duque de Toscana) permiten esperar que
él sepa reconocer vuestra dedicación y vuestro
mérito; pero en los mares agitados actuales,
¿quién puede evitar de ser, yo no diría
hundido, pero sí al menos duramente agitado por los
vientos furiosos de los celos? »
.

La primera flecha viene de Martin Horky,
discípulo del profesor Magini y enemigo de Galileo. Este
asistente publica en junio 1610, sin consultar a su maestro, un
panfleto contra el Sidereus Nuncius. Exceptuando los
ataques personales, su argumento principal es el
siguiente

« Los astrólogos han hecho sus
horóscopos teniendo en cuenta todo aquello que se mueve
en los cielos. Por lo tanto los astros mediceos no sirven para
nada y, Dios no crea cosas inútiles, estos astros no
pueden existir. »

Horky es ridiculizado por los seguidores de Galileo, que
responden que estos astros sirven para una cosa: hacerle enfadar.
Convertido en el hazmerreír de la universidad, Horky
finalmente es recriminado por su maestro: Magini no tolera un
fallo tan claro. En el mes de agosto, un tal Sizzi intenta el
mismo tipo de ataque con el mismo género de
argumentos, sin ningún éxito.

Una vez que las observaciones de Galileo fueron
confirmadas por el Colegio romano, los ataques cambiaron de
naturaleza. Ludovico Delle Combe ataca sobre el plan religioso y
se pregunta si Galileo cuenta con interpretar la Biblia para
ponerla de acuerdo con sus teorías. En esta época
en efecto, antes de los trabajos exegéticos del
Plantilla:S, el salmo 93 (92) da a entender una cosmología
geocéntrica (dentro de la línea :
« Tu has fijado la tierra firme e
inmóvil. »)

El cardenal Bellarmin, que hizo quemar a Giordano Bruno,
ordena que la Inquisición realice una investigación discreta sobre Galileo a
partir de junio 1611.

Galileo, de retorno a Florencia, es inatacable desde el
punto de vista astronómico. Sus adversarios van entonces a
criticar su teoría de los cuerpos flotantes. Galileo
pretende que el hielo flota porque es más ligero que
el agua,
mientras que los aristotélicos piensan que flota porque es
de su naturaleza el flotar. (Física cuantitativa y
matemática de Galileo contra física cualitativa de
Aristóteles). El ataque tendrá lugar durante un
almuerzo en la mesa de Cosme II en el mes de septiembre
1611.

Galileo se opone a los profesores de Pisa y en especial
al mismo Delle Combe, durante lo que se denomina la
« batalla de los cuerpos flotantes ».
Galileo sale victorioso del intercambio. Varios meses más
tarde, sacará una obra en la que se presentará su
teoría.

Además de estos asuntos, Galileo continúa
con sus investigaciones. Su sistema de determinación de
longitudes es propuesto en España por
el embajador de Toscana.

En 1612, emprende una discusión con
« Apelles latens post tabulam »
(seudónimo del jesuita Christopher Scheiner), un
astrónomo alemán, sobre el tema de las manchas
solares. Apelles defiende la incorruptibilidad del Sol
argumentando que las manchas son en realidad conjuntos de
estrellas entre el Sol y la Tierra. Galileo demuestra que las
manchas están sobre la superficie misma del Sol, o tan
próximas que no se puede medir su altitud. La Academia de
los Linces publicará esta correspondencia el 22 de marzo
1613 con el título de 'Istoria e dimostrazioni intorno
alle marchie solari e loro accidenti
. Scheiner
terminará por adherirse a la tesis galileana.

El 2 de noviembre 1612, las querellas reaparecen. El
dominicano Niccolo Lorini, profesor de historia
eclesiástica en Florencia, pronuncia un sermón
resueltamente opuesto a la teoría de la rotación de
la Tierra. Sermón sin consecuencias particulares, pero que
marca los comienzos de los ataques religiosos. Los opositores
utilizan el pasaje bíblico (Josué 10, 12-14)
en el cual Josué detiene el movimiento del Sol y de la
luna, como arma teológica contra Galileo.

En diciembre 1613, el profesor Benedetto Castelli,
antiguo alumno de Galileo y uno de sus colegas en Pisa, es
encargado por la duquesa Catalina de Lorena de probar la
ortodoxia de la doctrina copernicana. Galileo vendrá en
ayuda de su discípulo escribiéndole una carta el 21
de diciembre 1613 (traducida como Galileo, diálogos y
cartas selectas) sobre la relación entre ciencia y
religión.
La gran duquesa se tranquiliza, pero la controversia no se
debilita.

Galileo mientras tanto continúa con sus trabajos.
Del 12 al 15 de noviembre, recibe Jean Tarde, a quien presenta su
microscopio y
sus trabajos de astronomía.

El 20 de diciembre, el padre Caccini ataca muy
violentamente a Galileo en la iglesia Santa Maria Novella. El 6
de enero un copernicano, el carmelita Paolo Foscarini, publica
une carta tratando positivamente la opinión de los
pitagóricos y de Copérnico sobre la movilidad de la
Tierra. El percibe el sistema copernicano como una realidad
física. La controversia toma una amplitud tal que el
cardenal Bellarmin debe intervenir el 12 de abril. Este escribe
una carta a Foscarini donde condena sin equívocos la tesis
heliocéntrica en ausencia de refutación concluyente
del sistema geocéntrico.

Como reacción, Galileo escribe a Catalina de
Lorena una carta extensa en la cual desarrolla admirablemente sus
argumentos en favor de la ortodoxia del sistema copernicano. Esta
carta es, también, muy difundida. Esta carta, escrita
hacia abril de 1615, es une pieza esencial del dossier.
Ahí se ven los pasajes de las escrituras que poseen
problemas desde un punto de vista cosmológico.

A pesar de ello, Galileo es obligado a presentarse en
Roma para defenderse contra las calumnias y sobre todo para
tratar de evitar una prohibición de la doctrina
copernicana. Pero le falta la prueba irrefutable de la
rotación de la Tierra para apoyar sus requerimientos. Su
intervención llega demasiado tarde : Lorini, por carta de
denonciación, ya había avisado a Roma de la llegada
de Galileo y el Santo Oficio ya había comenzado la
instrucción del caso.

En 1614, conoce a Juan Bautista Baliani, físico
genovés, que será su amigo y correspondiente
durante largos años.

El 8 de febrero 1616, Galileo envía su
teoría de las mareas (Discorso del Flusso e Reflusso) al
cardenal Orsini. Esta teoría (a la cual se le ha
reprochado durante mucho tiempo de estar en contradicción
con el principio de la inercia enunciado por el mismo Galileo, y
que solo puede explicar pequeños componentes el
fenómeno) se supone demuestre el movimiento de la Tierra,
que produciría las mareas.

A pesar de pasar dos meses removiendo cielo y tierra
para impedir lo inevitable, es convocado el 16 de febrero de 1616
por el Santo Oficio para el examen de las proposiciones de
censura. Es una catástrofe para él.

El 25 de febrero y 26 de febrero de 1616, la censura es
ratificada por la Inquisición y por el papa Pablo V. La
teoría copernicana es condenada.

Aunque no se le inquieta personalmente, se ruega a
Galileo enseñar su tesis presentándola como una
hipótesis. Esta petición se extiende a todos los
países católicos.

La intransigencia de Galileo, que rechaza la
equivalencia de las hipótesis copernicana y de Ptolomeo,
pudo haber precipitado los eventos. Un
estudio del proceso por
Paul Feyerabend (ver por ejemplo el Adiós a la
Razón) muestra que la actitud del
inquisidor (Robert Bellarmin) fue al menos tan científica
como la de Galileo, siguiendo criterios modernos.

Este asunto afecta Galileo profundamente. Sus enfermedades le van a
atormentar durante los dos años siguientes y su actividad
científica se reduce. Sólo retoma su estudio de la
determinación de las longitudes en el mar. Sus dos hijas
entran en órdenes religiosas.

En 1618, observa el pasaje de tres cometas,
fenómeno que relanza la polémica sobre la
incorruptibilidad de los cielos.

En 1619, el padre jesuita Horazio Grassi publica De
tribus cometis ani 1618 disputatio astronomica. En él
defiende el punto de vista de Tycho Brahe sobre las trayectorias
elípticas de los cometas. Galileo responde al principio
por la intermediación de su alumno Mario Guidicci que
publica en junio 1619 Discorso delle comete donde desarrolla une
teoría bizarra sobre los cometas, incluyendo causas de
fenómenos meteorológicos.

En octubre, Horazio Grassi ataca a Galileo en un
panfleto más hipócrita: sobre consideraciones
científicas se mezclan las insinuaciones religiosas
malvadas y muy peligrosas en tiempos de la
Contra-Reforma.

Mientras, Galileo, animado por su amigo el cardenal
Barberini y sostenido por la Academia de los Linces,
responderá con ironía en Il Saggiatore. Grassi, uno
de los sabios jesuitas más importantes, es
ridiculizado.

Mientras tanto, Galileo ha comenzado su estudio de los
satélites de Júpiter. Por culpa de dificultades
técnicas se ve obligado a abandonar el
cálculo
de sus efemérides. Galileo se ve cubierto de honores en
1620 y 1622.

El 28 agosto 1620, el cardenal Mafeo Barberini
envía a su amigo el poema Adulatio Perniciosa que
él ha compuesto en su honor. El 20 de enero 1621, Galileo
se convierte en cónsul de la Academia florentina. El 28 de
febrero, Cosme II, el protector de Galileo, muere
súbitamente.

En 1622, en Fráncfort, aparece una
Apología de Galileo redactada por Tommaso Campanella en
1616. Un defensor bastante poco confiable, puesto que Campanella
ya está convencido de herejía.

El 6 de agosto 1622, el cardenal Mafeo Barberini es
elegido Papa bajo el nombre de Urbano VIII. El 3 de febrero 1623
Galileo recibe la autorización para publicar su Saggiatore
que dedica al nuevo Papa. La obra aparece el 20 de octubre 1623.
Gracias a las cualidades polémicas (y literarias) de la
obra, se aseguró el éxito en la época. No
permanece más que unos meses allí en una atmósfera de gran
efervescencia cultural, Galileo se convierte de alguna manera en
el representante de los círculos intelectuales
romanos en rebelión contra el conformismo intelectual y
científico impuesto por los
Jesuitas.

Los años siguientes son bastante tranquilos para
Galileo a pesar de los ataques de los aristótelicos.
Aprovecha para perfeccionar su microscopio compuesto (septiembre
de 1624), pasa un mes en Roma donde es recibido numerosas veces
por Urbano VIII. Este último le da la idea de su
próximo libro Diálogo
sobre los dos sistemas del
mundo, obra que presenta de manera imparcial a la vez el sistema
aristótelico y el sistema copernicano. El encarga a
Galileo de escribirla.

En 1626, Galileo prosigue sus investigaciones sobre la
estructura del
imán. También recibe la visita de Élie
Dodati, que llevará las copias de sus manuscritos a
París. En marzo de 1628, Galileo cae gravemente enfermo y
está a punto de morir.

El año siguiente, sus adversarios intentan
privarle de la asignación que recibe de la Universidad de
Pisa, pero la maniobra falla.

Hasta 1631 Galileo consagra su tiempo a la escritura del
Diálogo y a intentar que este sea admitido por la censura.
La obra se imprime en febrero de 1632. Los ojos de Galileo
comienzan a traicionarle en marzo y abril. Las posiciones del
teólogo valón Libert Froidmont (de la Universidad
de Lovaina) esclarecen bien todos los equívocos de la
condena de Galileo.

El 21 de febrero de 1632, Galileo, protegido por el papa
Urbano VIII y el gran duque de Toscana Fernando II de Medicis,
publica en Florencia su diálogo de los Massimi sistemi
(Diálogo sobre los dos grandes sistemas del mundo)
(Dialogo sopra i
due massimi sistemi del mondo), donde se burla implicitamente del
geocentrismo de Ptolomeo. El Diálogo es a la vez una
revolución y un verdadero escándalo. El libro es en
efecto abiertamente pro-copernicano, ridiculizando audazmente la
interdicción de 1616 (que no será levantada hasta
1812: a verificar).

El Diálogo se desarrolla en Venecia durante
cuatro jornadas entre tres interlocutores : Filipo Salviati, un
Florentino seguidor de Copérnico, Giovan Francesco
Sagredo, un veneciano ilustrado sin tomar partido, y Simplicio,
un mediocre defensor de la física aristótelica, un
personaje en el cual Urbano VIII podría ser
(quizás) reconocido. Pero, mientras que se le reprocha el
carácter ostensiblemente peyorativo del
nombre, Galileo responde que se trata de Simplicius de
Cilicie.

El papa mismo se alinea entonces rápidamente con
la opinión de los adversarios de Galileo: él le
había pedido una presentación objetiva de las dos
teorías, no un alegato por Copérnico. Galileo es
entonces convocado de nuevo por el Santo Oficio, el 1 octubre
1632. Enfermo, no puede acudir a Roma hasta febrero de 1633. Los
interrogatorios prosiguen hasta el 21 de junio donde la amenaza
de tortura es evocada bajo órdenes del papa; Galileo
cede.

El 22 de junio 1633, en el convento dominicano de Santa
María, se emite la sentencia: Galileo es condenado a la
prisión de por vida (pena inmediatamente conmutada por
residencia de por vida por Urbano VIII) y su obra es prohibida.
El pronuncia igualmente la fórmula de abjuración
que el Santo Oficio había preparado. Notemos de paso que
Galileo no pronuncia jamás el famoso « Y sin embargo
se mueve » (Eppur si muove).

El texto de la
sentencia es difundido por doquier: en Roma el 2 de julio, el 12
de agosto en Florencia. La noticia llega a Alemania a fin
agosto, en Bélgica en septiembre. Los decretos del Santo
Oficio ne se publicarán jamás en Francia, pero,
prudentemente, René Descartes renuncia a la
publicación de su Mundo.

Muchos (entre ellos Descartes), a la época,
piensan que Galileo era la víctima de una
confabulación de los Jesuitas que se vengaban así
de la afrenta sufrida por Horazio Grassi en el
Saggiatore.

Galileo permanece confinado en su residencia en su casa
de Florencia desde diciembre de 1633 a 1638. Allí recibe
algunas visitas, lo que le permitió que alguna de sus
obras en curso de redacción pudiera cruzar la frontera.
Estos libros
aparecieron en Estrasburgo y en París en traducción latina.

En 1636, Luis Elzevier recibe un boceto de los Discursos
sobre dos nuevas ciencias de la parte del maestro florentino.
Este es el último libro que escribirá Galileo; en
él establece los fundamentos de la mecánica en
tanto que ciencia y que marca así el fin de la
física aristotélica. Intenta también
establecer las bases de la resistencia de
los materiales,
con menos de éxito. Terminará este libro a lo
justo, puesto que el 4 de julio de 1637 pierde el uso de su ojo
derecho.

El 2 de enero de 1638, Galileo pierde definitivamente la
vista. Por suerte, Dino Peri ha recibido la autorización
para vivir en casa de Galileo para asistirlo junto con el padre
Ambrogetti que tomará nota de la sexta y última
parte de los Discursos. Esta parte no aparecerá hasta
1718. La obra completa aparecerá en julio de 1638 en
Leiden (Países Bajos) y en París. Será
leída por las más grandes personalidades de la
época. Descartes por ejemplo enviará sus
observaciones a Mersenne, el editor parisino.

Galileo, entre tanto, ha recibido la autorización
de instalarse cerca del mar, en su casa de San Giorgio.
Permanecerá allí hasta su muerte, rodeado de sus
discípulos (Viviani, Torricelli, Peri, etc.), trabajando
en la astronomía y otras ciencias. A fines de 1641,
Galileo trata de aplicar la oscilación del péndulo
a los mecanismos del reloj.

Unos días más tarde, el 8 de enero de
1642, Galileo muere en Arcetri a la edad de 78 años. Su
cuerpo es inhumado en Florencia el 9 de enero. Un mausoleo
será erigido en su honor el 13 de marzo de 1736 en la
iglesia de la Santa Cruz de Florencia.

  1. Posteridad : de la incomprensión de
    los científicos hasta el homenaje de la
    Iglesia

El proceso de Galileo, especialmente por su obra
Diálogos sobre los dos grandes sistemas del mundo (1633),
hizo temblar considerablemente las bases sobre las que se basaba
la ciencia, al introducir el método científico.
También afectó a temas filosóficos, donde
van a aparecer corrientes de pensamiento racionalista (Descartes)
y empíricas (ver Francis Bacon, y también Robert
Boyle).

La teoría del heliocentrismo, levanta cuestiones
de interpretación de los textos
bíblicos (como la tierra fija al centro del universo), y de
metafísica, que producirán
reacciones de los científicos :

  • Descartes se lanza en un proyecto
    filosófico (cogito), y en las meditaciones sobre la
    filosofía primera (1641), denuncia la filosofía
    de Aristóteles y la escolástica, (Thomas
    Hobbes no
    le sigue sobre ese punto);
  • Blaise Pascal se une
    a la corriente jansenista, y participa con un equipo de
    Port-Royal a una traducción de la Biblia sobre la
    dirección de Lemaître de
    Sacy.
  1. Siglo XVIII: el papa Benedicto XIV autoriza las
    obras sobre el heliocentrismo

El papa Benedicto XIV autoriza las obras sobre el
heliocentrismo en la primera mitad del siglo XVIII, y esto en dos
tiempos:

  • En 1741, delante la prueba óptica de la
    orbita de la Tierra, hizo que el Santo Oficio diese al
    impresor la primera edición de las obras completas de
    Galileo. Este gesto constituye una
    revisión implícita de las sentencias de 1616 y
    1633.
  • En 1757, las obras favorables al heliocentrismo
    fueron autorizadas de nuevo, por un decreto de la
    Congregación de el Index, que retira estas obras del
    catálogo de los libros prohibidos.
  1. Los protestantes trabajaron sobre el Antiguo
    Testamento, mientras que los católicos se dedicaron
    al Nuevo Testamento. El papa León XIII indica las
    reglas a adoptar por los estudios bíblicos
    (encíclica Providentisimus deus de 1893).

    Siglo XX: los papas modernos rinden homenaje al
    sabio

    Todos los papas modernos han rendido homenaje al
    gran sabio que era Galileo, y han reconocido
    públicamente ciertas intervenciones indebidas de la
    iglesia católica dentro del dominio
    científico.

    Nuevas traducciones de la Biblia aparecieron en la
    segunda mitad del siglo XX, teniendo cuenta de los estudios
    bíblicos (exegéticos lanzados por los papas
    León XIII y Pío XII.

    En 1979 y en 1981, el papa Juan Pablo II encarga
    una comisión de estudiar la controversia de
    Ptolemeo-Copérnico de los Siglo XVI-Siglo XVII. Juan
    Pablo II considera que no se trataba de
    rehabilitación. Esta es implícita
    después de las autorizaciones dadas por Benedicto
    XIV en 1741 y en 1757. Por otra parte, la
    institución que había condenado a Galileo no
    existe en la actualidad.

    El 31 de octubre de 1992, Juan Pablo II rinde una
    vez más homenaje al sabio durante su discurso
    a los partícipes en la sesión plenaria de la
    Academia pontifical de ciencias. En él reconoce
    claramente los errores de ciertos teológos del Siglo
    XVII en el asunto.

  2. Siglo XIX: los trabajos exégeticos se
    intensifican
  3. Siglo XXI: Hacia un nuevo examen del juicio de
    Galileo

En 1633, la Iglesia condenó a Galileo por razones
bíblicas y científicas. Pero, poco a poco, la
ciencia demostró la veracidad de la teoría de
Galileo.

Joël Col reconsidera la última fase del
juicio del astrónomo : su nueva tesis contradictoria
a los versículos de la Biblia sostenidos por la
Iglesia.

En su libro "Entre Galilée et l'Église: la
Bible" (Entre Galileo y la Iglesia: la Biblia) el autor demuestra
través de un profundo estudio semántico que en los
Textos hebreo y griego el sol no da la vuelta alrededor de la
tierra, al contrario de lo que afirman las versiones de la
Biblia. Concluye que si las traducciones de la Biblia hubieran
sido fieles a los Textos originales, Galileo no habría
sido condenado por "haber sostenido y creído una doctrina
falsa y contraria a la Divina y Sagrada Escritura."

Como resultado de este estudio se clarifican las
numerosas discusiones llevadas a cabo a lo largo de los siglos.
El trabaja para obtener la conformidad de las traducciones de la
Biblia con sus Textos originales y obtener, también, la
rehabilitación oficial de Galileo.

A su vez , la iglesia catolica se enmienda con
Galilei ; el 31 de octubre de 1992 , el Papa Juan Pablo II
Reconoce solemnemente que "Galileo fue condenado
injustamente"

  1. Galileo en el siglo XX

En el siglo XX la figura de Galileo ha inspirado los
nombres de numerosos objetos astronómicos así como
diferentes misiones tecnológicas.

  • La misión
    Galileo a Júpiter
  • Las lunas galileanas de Júpiter
  • Gao en Ganimedes
  • El cráter Galileo en la Luna
  • El cráter Galileo en Marte
  • El asteroide (697) Galilea (nombrado en el
    300º aniversario del descubrimiento de las lunas
    galileanas)
  • Galileo (unidad)

El sistema de posicionamiento europeo Galileo

Partes: 1, 2, 3, 4
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