Para el próximo 1º de enero del 2008, entra
en vigencia la nueva denominación valorífica de nuestra moneda nacional:
"El bolívar
Fuerte", que no es más que el mismo bolívar,
pero consolidado, ganando así su precio frente
al nada seguro y
devaluado dólar estadounidense. Como se sabe todas las
transacciones comerciales y bancarias serán expresadas en
Bs. F los primeros seis meses de transición cambiaria,
para después expresarlos simplemente en Bs. Sólo es
cuestión de tiempo para
adaptarse al nuevo valor recuperado de nuestro signo monetario,
según las estimaciones de los expertos económicos
del Banco Central de
Venezuela. Sin
embargo nunca faltan los comentarios negativos y capciosos de
tendencia neocolonial y dependiente que buscan la mejor manera de
que el valor del bolívar siga manteniéndose por
debajo del dólar, trastocando su auténtico
valor.
Ahora usted, mi estimado lector, se preguntará
¿cómo es eso de que el bolívar se
recupera? Aunque usted no lo crea o le parezca
contradictorio, apreciado lector, nuestra divisa monetaria
siempre ha sido fuerte…¡Sí!… desde que
Venezuela se proclamó República Independiente.
Entonces nuevamente usted se preguntará ¿por
qué sucedió esto si el bolívar siempre ha
estado
devaluado? Durante la primera década del S. XIX,
(más específicamente el 19 de abril de 1810),
cuando el mantuanaje criollo decide cortar con los nexos con la
corona, cambiando la denominación de Capitanía
General de Venezuela del Reino de España por
República de Venezuela, hubo un temor generalizado entre
las personas de la época ante una posible escasez de
oro y plata,
requeridas para la acuñación de monedas (llamadas
en ese entonces "macuquinas"), el gobierno de la I
República determinó la creación del "papel
moneda", es decir, los primeros billetes, como una innovación para facilitar las transacciones
comerciales y financieras de la recién independizada
República de Venezuela. Como bien se sabe, el
papel moneda se venía empleando en otros imperios, como el
de la China de la
dinastía Tang desde el siglo IX d. c., marcando una pauta
en la historia
económica de ese país, que estaba acostumbrado a
las monedas en metales
preciosos. La innovación estriba en que el Estado
respaldaba esos papeles pintados con su equivalente en reservas
de oro y plata, obteniendo así su valor y aceptado por el
comercio. Esta
innovación de respaldar los billetes con reservas en
metales preciosos (patrón oro y plata) fue adoptada por
todas las economías del mundo, que dio paso a la
creación de los "cheques al
portador". De hecho su usted observa un billete venezolano,
podrá notar que existe una inscripción que dice
"pagaderos al portador en las oficinas del banco", lo que
significa, nada más y nada menos, su equivalente en oro
que tiene el Banco Central de Venezuela.
Para el mes de agosto de 1811, el gobierno
venezolano autoriza la impresión de los primeros billetes
que circularían en nuestro país. Estaban elaborados
con un papel moneda rústico con denominaciones de
½, 1, 2, 4, 8 y 16 j (pesos), que tuvieron una
existencia fugaz; pues, al perderse la I República de la
"patria boba" la circulación de éstos
primogénitos billetes fueron sacados de circulación
por la desconfianza que causaban esos papeles sin el respaldo del
patrón oro-plata. Fue la primera devaluación monetaria en Venezuela, hecho
que motivó a Simón Bolívar a comentar que
"la emisión de papeles sin otro respaldo que la fuerza de ser
gobierno, fue una de las causas de la caída de la Primera
República". A un año de esa pérdida,
después de una fulgurante y victoriosa campaña
militar denominada La Admirable, Bolívar
entra triunfante en la ciudad de Caracas el 07-08-1813 para
instaurar la II República. Allí el
Libertador ordenó la apertura de la "Casa de la Moneda",
para acuñar la "macuquina de plata". Y
más tarde, cuando se perdió por segunda vez la
República. los españoles reconquistaron a Venezuela
al mando del general Pablo Morillo, en donde se
reordenó la acuñación de una nueva moneda
denominada la "morillera". Como vemos, estos
vaivenes de valores
cambiarios de la moneda en tan cortos períodos de tiempo
llevaron al país a una espantosa recesión
económica con resultados más desastrosos producto de la
violencia
generalizada con su consecuente estado de inseguridades,
provenientes de la guerra
desatada para ese momento. Las propiedades perdieron su valor,
hubo una expansión de desconfianza porque nadie
quería invertir, y la fuga de capitales en metálico
desangró las finanzas del
país. Luego, el desbarajuste se agudizó más
por la existencia de dos gobiernos que funcionaban de manera
paralela en el país: el de la corona española en la
Capitanía General de Venezuela y el republicano de
Simón Bolívar en Angostura. Allí el
Libertador ordenó un edicto fechado el 18-06-1818 que
contemplaba lo siguiente: …"La República de
Venezuela sólo reconocerá el valor monetario de las
denominadas: cordón de oro y plata, la macuquina del
antiguo régimen español y
la macuquina acuñada en Caracas en la segunda época
de la República"… Esta anarquía
monetaria originó muchas falsificaciones de monedas en
Venezuela, y para controlarlo, el Libertador le ordenó al
Gral. José Tadeo Monagas castigar a los falsificadores.
Más adelanta, a raíz de la victoria militar
de la Batalla de Carabobo el 24-06-1821, en donde se consolida la
III República de Venezuela, Bolívar
unificó el régimen monetario, al fijar un solo
"peso de plata", por la Ley de la Moneda
de Venezuela; y, a partir de ese momento Venezuela se perfila
como la codicia del mundo, ya que nuestro signo monetario se
fortaleció de tal modo que sacó de
circulación a las monedas extranjeras.
Pero aquí hay un detalle muy interesante.
Al crearse el Gobierno de la Gran Colombia, en
donde El Libertador Simón Bolívar gobernaba esa
gran nación
suramericana, la moneda de plata bolivariana, contaba para su
fabricación con toda la plata del Potosí y las
minas de oro de Guayana. El Libertador se podía dar el
lujo de emitir billetes con el respaldo del "Patrón Oro y
Plata", dando origen a la aparición de una nueva moneda
sólida, fuerte, canjeables por cualquier dinero
extranjero del mundo, cuya denominación nace a la par de
la gloria del Libertador:"el
Bolívar". Con semejante respaldo, esta moneda
surge como la más sólida del planeta. Nuestro Padre
de la Patria, en su concepción macroeconómica,
trabaja por la justa distribución de la riqueza, como la
única regla para disminuir la miseria, rompiendo con todos
los esquemas tradicionales de producción controlada por grupos de
poder
económicos, al incentivar la inserción del sector
trabajador al sistema de
micro-finanzas, para generar una dinámica económica de oferta y demanda,
basados (no en el consumo
desmedido semejante a lo nos lo quiere imponer la tesis
neoliberal), en la productividad, la
independencia
económica, el incentivo a las exportaciones, el
control de las
importaciones y
un sistema monetario sustentado en la inmensas reservas en
metales preciosos. Y para fortalecer más aún
el signo monetario, el Libertador, mediante un decreto promulgado
en Quito el
24-10-1829, reglamenta que "las minas de cualquier clase
corresponden a la República", incorporando así al
"Patrón Oro y Plata" las inmensas riquezas del
país. Bajo esa dinámica económica de
identidad
nacional, gira instrucciones al Gral. José Antonio
Páez para reabrir la "Casa de la Moneda" que
adoptará el "Bolívar" como moneda nacional.
Ya para 1827 aparecieron las primeras monedas acuñadas en
oro con la efigie de Simón Bolívar en Bolivia. Sin
embargo, a pesar de lo que parecía el inicio de un
progresivo desarrollo
económico, esto se vio truncado. Las potencias
extranjeras como Inglaterra,
dueña y señora de los mares del mundo de esa
época y la naciente nación
con aspiraciones imperialistas como lo es los Estados Unidos de
norteamérica comenzaron a conspirar en contra de ese
progreso económico. El plan bolivariano
colocaba en jaque sus nada alentadoras economías, que
habían sufrido muchos embates después de las
guerras
napoleónicas y sus consecuentes tratados
provenientes del Congreso de Viena, en donde la
"Pérfida Albión" (Inglaterra) resultó
ser la más favorecida. Cuando la crisis
parecía estar superada, llega inesperadamente el 17 de
diciembre de 1830, cuando ocurre la desaparición física del Libertador
y con ella se entierra la III República y su gran obra: La
Gran Colombia, la prosperidad económica de Venezuela y el
Sistema Monetario Bolivariano. Para 1832 la "Casa de la
Moneda de París", en reconocimiento a este
personaje egregio de Venezuela, emitió una medalla de
bronce con su rostro y la leyenda: "Me separé del
mando cuando me persuadí que desconfiaban de mi
desprendimiento". Y esto que quede claro ante tanto
argumento estúpido y alevoso y traicionero de algunos
historiadores y cronistas lacayos lame-suelas del imperio del
dólar que incita al desprecio hacia al Padre de la
Patria porque "tenía avaros intereses
personales"…¡Pero esta breve historia no termina
aquí!…
Cuando el Gral. José Antonio Páez,
denominado "León de Payara" que
resultó no más que un "gatito criollito del
patio trasero del imperio yanqui" y "Rey de los
Araguatos" como se le llamó más tarde,
principal instigador de la contra-revolución
bolivariana amparado en una ilegítima Asamblea
Constituyente, cuyo movimiento
separatista llevaba el nombre de "La Cosiata" (que significa "la
cosita"), es nombrado Presidente de la República de
Venezuela el 13 de enero de 1830; y acto seguido
elimina de un solo plumazo todos los decretos del
Libertador, y establece en Venezuela un sistema capitalista
pro-yanqui: se graban monedas con su rostro y ordena retornar al
régimen monetario español, prohibiendo la
acuñación de monedas en el territorio nacional,
para que las mismas sean adquiridas en el exterior, y con ellos
lograr la devaluación del "Bolívar" como unidad
monetaria; mientras que el dólar estadounidense (moneda
que había sido prohibida desde 1784 desde sus primeras
acuñaciones en Filadelfia), llega a nuestro país
para constituirse en una "innovación" en nuestro sistema
monetario. Desde aquí comienza la fuga de
capitales por infame preferencia por el
dólar esa "moneda de barro". Esto
trajo como consecuencia la inserción de diversas monedas
de muchos países con valores variables que
generaron muchas confusiones de tipo cambiario, y con ello trajo
como resultado la escasez de circulante metálico,
deprimiendo cada vez más la economía nacional.
Sin embargo, a pesar de su animadversión hacia
Bolívar, Páez fue contenido por el ideal
bolivariano que reclamaba al héroe nacional y termina por
aceptar la repatriación de los restos mortales del
libertador, y para el 29-03-1842, el Congreso ordena la
acuñación de monedas en Londres con las siguientes
especificaciones: Art. 1.- "Habrá en Venezuela una
moneda de cobre y
cuño nacional denominada centavo, que representa la
centésima parte de un peso fuerte (0,01 cts.j ), y llevará el emblema del
libertador con la inscripción de República de
Venezuela". Con la circulación de centavos
venezolanos, se derogó el decreto para la importación de centavos de dólar
estadounidenses autorizados por Páez.
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