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El legado de la Luftwaffe. Adolf Galland en Argentina 1948 ? 1955



Partes: 1, 2

    1. Argentina – Historia
      Aeronáutica
    2. Operación rescate: el
      grupo Tank
    3. De
      piloto de pruebas a asesor
    4. Con los
      cazadores
    5. Los
      primeros y los últimos
    6. El
      legado de un "as"
    7. Bibliografía
      y notas utilizadas

    Argentina – Historia
    Aeronáutica

    Al finalizar la segunda guerra
    mundial, las potencias vencedoras se disputaban a los
    llamados "cerebros" alemanes. Algunos de ellos, fueron seducidos
    por el gobierno
    argentino, que les ofrecía buenas remuneraciones,
    trabajar en sus especialidades y por sobre todo, disfrutar de la
    paz que le brindaba una Nación
    emergente y rica. Entre los que arribaron a Argentina, se
    encontraba el grupo de
    trabajo del
    Profesor
    Ingeniero Aeronáutico Kurt Tank. Integrando ese grupo,
    estaba el Ten. General Adolf Galland, reconocido As de la
    Luftwaffe. Traía consigo toda la valiosa experiencia que
    le dio el haber estado al
    frente del arma de la caza alemana durante el conflicto. Su
    trabajo como Asesor de la Fuerza
    Aérea Argentina, su vida social y su legado para los
    pilotos argentinos se narran en este resumido trabajo.

    Instalado en el gobierno el general Juan Domingo
    Perón,
    una de las políticas
    del Justicialismo fue darle impulso a la modernización de
    las Fuerzas Armadas argentinas una de las cuales, la Fuerza
    Aérea, se había independizado del Ejército
    el 4 de enero de 1945.

    La República Argentina se encontraba por aquel
    entonces en una situación económica –
    financiera favorable con respecto a países europeos, ya
    que durante la segunda Guerra
    Mundial, abasteció de suministros – sobre todo
    alimentarios – a los aliados, en especial al Reino
    Unido.

    Dada la imposibilidad en la que se encontraba de saldar
    la deuda con divisas, el
    gobierno de Londres, propuso el envío de material
    bélico de distinta índole, pese a la férrea
    oposición de los EEUU. Tras llegarse a un acuerdo,
    diversas comisiones de oficiales y suboficiales viajaron a las
    Islas Británicas para familiarizarse con el nuevo material
    que pronto equiparía a las FF.AA. argentinas, en especial
    a la Aeronáutica Militar. Consecuentemente, en estos
    años de posguerra, la Fuerza Aérea Argentina
    –FAA- creció de forma notable: Fue renovado el orden
    de batalla con modernos aviones de combate y de transporte; en
    concreto
    Gloster Meteor FMk-IV. Avro Lancaster y
    Lincoln, Fiat G-55, DC-3, DC-4, Vickers
    Viking, Bristol 170 y De Havilland Dove, entre
    otros.

    También, la industria
    aeronáutica recibió un impulso que la
    llevaría a diseñar y fabricar aviones como los IAe
    DL.22 de adiestramiento,
    los bombarderos livianos IAe. 24 Calquín (similar
    al célebre Mosquito británico), y los
    legendarios IAe.27 Pulqui I e IAe. 33 Pulqui II,
    primeros reactores construidos en Sudamérica.

    Pero todo este repentino crecimiento para ser
    útil, debería ir acompañado, entre otras
    cosas, con la actualización de las doctrinas, según
    las experiencias cosechadas en el curso de la todavía
    reciente segunda Guerra
    Mundial.

    OPERACIÓN RESCATE: EL GRUPO
    TANK

    El 26 de abril de 1945,el teléfono de alerta suena una vez más
    en la sala de pilotos de la JV-44. la llamada Unidad de
    Expertos
    de la Luftwaffe: Una formación de seis
    Me-262 mandados por el joven Teniente General Adolf
    Galland despega para interceptar una formación de
    Marauders norteamericanos. Los seis cazas a
    reacción son dirigidos desde la pequeña Sala de
    Interceptación hacia el objetivo. Un
    nutrido fuego recibe a los pilotos germanos. Galland elige a su
    presa y abre fuego con los cañones. Pasan pocos segundos.
    El otrora inspector del Arma de Caza de la Luftwaffe
    (General der Jagdflieger), no había
    advertido a la Aviación de escolta. Un Mustang
    alcanza al Me-262 desde arriba y Galland siente un golpe
    muy fuerte en su rodilla. El tablero de instrumentos está
    hecho añicos. Recibe otro impacto en la turbina derecha.
    El maltrecho avión pierde chapas de recubrimiento y
    Galland piensa en saltar, aunque renuncia a esa idea al comprobar
    que todavía responde a los mandos. Al picar a
    través de las nubes observa a la ciudad de Munich y a la
    izquierda el aeródromo. Con una turbina menos y atacado
    por Thunderbolts, dejando una gruesa cortina de humo tras
    de si, el Me-262 logra aterrizar pese a contar con un
    neumático destrozado. Un mecánico se acerca hasta
    el avión en motocicleta y rescata al piloto. En medio del
    ataque rasante de los cazas enemigos, y metido en una improvisada
    trinchera, para el Teniente General Galland llega a su fin la
    segunda Guerra
    Mundial, contando en su haber con un total de 104 derribos
    confirmados.

    Tras entregarse a los aliados, es recluido como P.O.W.
    (Prisioner of War) en el Campo 7 de Latimer
    (Buckinghamshire) y luego en la Estación RAF (Royal Air
    Force)
    de Tangmere. Le someten a interrogatorios los servicios de
    Inteligencia
    estadounidenses que consiguen extraerle, valiosa información acerca del empleo en
    combate de los aviones a reacción. .

    El 24 de agosto de 1945, un B-17 despega desde
    otra base situada en el Reino Unido, Bovingdon con destino a
    Kaufbeuren, en Baviera, llevando como pasajeros a Galland y al
    famoso piloto de bombarderos, coronel Werner Baumbach.

    Durante 1946 y 1947, Galland trabaja para la
    División Histórica de la Fuerzas Armadas
    norteamericanas del Teatro Europeo, y
    al mismo tiempo,
    entabla una relación amorosa con la baronesa Gisela Von
    Donner, viuda del teniente coronel baron Conrad Hinrich von
    Donner, edecán y amigo de Galland, muerto en combate en
    marzo de 1944. La atractiva dama vivía en una granja
    perteneciente a la familia de
    su esposo situada en Schleswig-Holstein.

    Gisela había demostrado una notable
    devoción hacia Galland durante sus dos años como
    POW. Había viajado en trenes cargueros para visitarlo y
    soportó numerosos problemas e
    incluso vejaciones para estar junto a su lado.

    En el verano europeo de 1948, el antiguo jefe de
    Ingenieros de la fábrica Focke-Wulf, el profesor Kurt
    Tank, contactó a Galland para que le hiciera una visita.
    Después de explicarle con detalle los planes que
    tenía el gobierno argentino para construir una nueva
    aeronave de combate, Tank logró convencer a su
    interlocutor para que se integrara en el equipo de trabajo que el
    mismo dirigía como piloto de pruebas. Le
    dijo el veterano diseñador de aviones: Pasarán
    muchos años para que la vida vuelva a ser normal en
    Alemania.

    Como resulta sabido, el general Perón
    había demostrado una clara simpatía por las
    potencias del Eje durante la contienda y concluida esta,
    ordenó enviar una delegación a Europa, para
    captar cerebros alemanes llamados a colaborar en diversas
    áreas, tanto científicas como militares. La idea
    del presidente dio muy buenos resultados y pronto, miles de ex
    combatientes, científicos y ciudadanos del derrotado III
    Reich alemanes lograron huir a la Argentina.

    Kurt Tank y su equipo, habían abandonado Europa a
    través de distintos puntos y medios. Ahora
    le tocaba a Galland que llegó a Génova embarcando
    en ese puerto italiano con un Pasaporte otorgado por la Cruz Roja
    Internacional, avalado por el mismo Vaticano y por el
    cónsul argentino quién además, le
    suministró el pasaje del buque que lo llevaría a la
    República del Plata. Hacia mediados de octubre de 1948 y
    bajo el nombre falso de Rolf Jaeger, ( es decir, Rolf
    Cazador) Galland se hizo a la mar en el buque Andrea
    C
    , de la línea marítima italiana
    Costa.

    El 7 de noviembre de 1948, el Andrea C amarraba
    en el puerto de Buenos Aires.
    Para el famoso piloto, comenzaba un período de su vida que
    el luego calificaría como uno de los más
    felices
    .

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