El espíritu que se eleva sobre sí mismo,
siempre encuentra nuevos horizontes en el infinito de los mundos;
y cuando llegan los hermanos al límite que su progreso les
permite, se paran un instante, pero buscan al Maestro y siempre
encuentran un hermano de amor que les
da un nuevo jalón para ir más allá. Esta es
la ley y es la
armonía entre los hijos del Padre.
¿Por qué no hemos de ser hermanos, si hay
entre todos los seres lazos indestructibles e indisolubles de la
ley universal?
Los hombres que se apegan a la materia sin
querer seguir los senderos que ésta tiene para encontrar
el ancho camino que conduce a la ciudad de Sión (Sirio),
no pueden elevarse a contemplar las maravillas que allí
disfrutan los espíritus emancipados y depurados de la
pesantez de esta materia.
Los senderos, están todos alumbrados por la
sabiduría del Padre; pero el hombre no
encuentra atracción fuera de la materia; y como no puede
satisfacer sus desenfrenos, reconcentra su ira y toda la baja
pasión de la carne y no sabe que todo esto se lo acarrea
sólo por la apatía; sólo por su insensatez
porque no sabe leer lo que pisa; y, así vería que
le dice: "Yo soy el paso al plano astral de la tierra,
desde el que has de pasar a mundos nuevos para ti, donde la
armonía es un hecho y la luz su noche: la
sabiduría su día y el amor su
ley.
Que vivos en espíritu del mundo tierra vean en
su conciencia y se
eleven a ver las maravillas, que en su camino encontrarán
jalones que les guiarán. "Siempre más
allá"
El amor os desea, vuestro hermano, Evist, del
Sol.
Amor los una; paz: adelante el mundo, que adelantar es
la ley. Esta ley, es una para todos los mundos; pero está
escrita como corresponde a la inteligencia
de los moradores de cada uno; pero el Padre la escribió
igual en la cosmogonía que véis y lo mundos todos
tienen que pasar de la órbita del que viven, para
remontarse a mundos mayores.
Esta ley está escrita al alcance de todos en
leyes
geográficas que dividen a los mundos por sus grados de
progreso, no es toda la ley; es una parte de la ley que debemos
aprender y tener por único mundo, en el que se vive
encarnado: y querer que toda la ley resida en lo que alcanzamos,
es una pasión que sólo el tiempo la
cura.
Los espíritus sabios, los misioneros, han ido
preparando a sus afines, dentro de la ley universal. He
aquí el problema que no entienden los hombres materiales,
pero lo comprenderán y lo confesarán aunque muchos
no lo harán en el primer momento, por egoísmo
personal.
También esa pasión la curará el
escarmiento.
De esta preparación hecha por los
espíritus de luz, han venido los mediums y han conseguido
que vierais y que escribierais el credo que rige a los mundos
todos; credo del Padre que se llama Amor. Por la
implantación de este credo trabajamos los habitantes de
todos los mundos; será el encubrimiento del
espíritu y por eso aunque muchas veces se repita este
credo le hace resistencia; y es
por que, esos hombres visten de negro y birretes rojos o morados,
lo desfiguran. Por esto los espíritus del Padre sean o no
pertenecientes al mundo tierra, estamos empeñados por el
amor del Creador, en llevar al corazón de
todos los hombres, la religión única
y posible que no degrada y encumbra al espíritu a la Santa
Ciudad de la luz, asiento de los Consejos del Padre
Hay en el espacio las mismas tendencias y
pequeñeces que en la tierra entre los espíritus y
son atraídos, o más bien, ellos vienen a cubrir su
error de sacrificio y comercio
ilícitos de lo más grande y de lo más bello,
desafían extemporalmente a la naturaleza,
extrayéndole para sus fines, todo lo más bello del
Padre; y en su soberbia, declaran la infidelidad de
administradores y ponen de manifiesto su prevaricación y
desacato de lesa humanidad y de lesa deidad, ya que obran a
sabiendas.
Hermanos míos… Prestad voluntad, que nada
cuesta el estudio y la investigación racional y esta os
llevará a encontrar el secreto de medios para
vuestra óptica
y, nos veréis como nosotros os vemos desde el mundo de
luz que yo pertenezco, lo que el Maestro os describirá;
creedlo, por que lo afirmo yo. Schuwit; también maestro
del Sol.
En la oscuridad del error, se deliberaba por reconocer
supremacías y empequeñecer a otros. En la luz, se
han dejado deliberaciones, porque cada uno en su conciencia se
siente igual y reconoce un principio de autoridad en
la virtud. Entre los dos puntos, ha habido un largo lapso de
tiempo que ha costado mucha sangre y
ésta, clamaba en su odio, por la materialidad en que el
hombre
vivía; pero ya, muchos han oído la
voz de redención y de entre estos han salido los
misioneros que fueron enviados de Sión. Pero muchos
también han desatendido la voz amorosa que a los
espíritus llegaba, Por el vacío que sentían,
que no se atrevían a llenarlo por el prejuicio y
porque se verían ignorantes siendo tenidos por
sabios.
Por el prejuicio, se ha hecho chiquito el hombre de la
tierra y los prevaricadores les hicieron creer que estaban
desheredados. Pero hoy se les dice, que todo en virtud de la ley
del Padre está sujeto al engranaje admirable del progreso
indefinido e infinito, a que todos somos sometidos; y todos
trabajamos como espíritus, como hombres, habitando mundos
tierra, en mundos más perfectos y siderales.
Esta es la ley y se le dio al hombre de la tierra,
largos siglos ha; pero se interpusieron los que querían
vivir de la materia; se mandaron misioneros y se les
aniquiló por la interposición de añejos
errores y parecía triunfar la voluntad de la
supremacía: y, los unos extraviados por su materialidad y
los otros prejuiciados por los prevaricadores, parecía no
llegar la hora deseada. Pero clamasteis… Justicia… Y la justicia empezó los
juicios definitivos. (Se refiere al "Juicio Final" celebrado el 5
de Abril de 1912, en Buenos Aires,
Argentina). Chuilid de Lid Maestro de Marte.
Gabili Gabis, gabis fi degui, degui qui agui, ju angui
begui.
Divina vida, que Dios da a sus hijos con puro
amor.
Oh. Padre mío… Padre del Universo. Padre
del Universal Amor. Padre de Universal familia…
Gracias.
Paz hermanos, el amor os una. El amor impreso en la luz;
el amor ley universal; el amor, por el que palpitan todos los
seres de toda la Cosmogonía; el amor, principio y fin del
progreso, es el galardón que el Padre da a sus
trabajadores de todos los mundos del Universo.
El Universo
está conmovido y fijo sobre vosotros… Oh, hermanos
heroicos que juzgáis en la balanza del amor que el Padre
os confió, a los espíritus de los espacios que
pertenecen a la tierra y a los hombres que la pueblan, cuando se
cumple la profecía del advenimiento del Espíritu de
Verdad (Espíritu
Santo en religión).
El Espíritu de Verdad, que ya había pasado
del progreso dad a la tierra y vivía en mundos de
felicidad rigiendo los Consejos del Padre, en su amor, ve
acercarse el mundo tierra a la meta que en
sus sucesivas existencia había jalonado (había
encarnado varias veces, autor del "Derecho Civil)
sobre ella, conviene ser anunciado su advenimiento y a anunciarlo
vino Jesús, espíritu libre y de amor y se impone al
sacrificio de habitar entre vosotros y llevar los hermanos de la
tierra, a la comunidad
universal.
Se acerca la hora de llegada. El Espíritu de
Verdad toma carne y explota los flacos de los hombres de su
anunciado advenimiento y hace descender, precediéndole, en
cumplimiento de la profecía, los ángeles y los
santos, representados en los espíritus sabios, de libertad, de
justicia y de amor, que han predicado entre los hombres esos
dones.
Volvimos al espacio estos ángeles y santos
llevando a la balanza los progresos de la tierra y la
universalidad reclama la entrada de este planeta en la cadena
luminosa de los mundos que viven de su propia luz.
Se dio el aviso y las señales
de los truenos y las lenguas de fuego representadas en el
descubrimiento de los secretos de la naturaleza y las ciencias, que
se acercan a la sabiduría del Padre; repercute la
profecía en los mundos de la Cosmogonía y desciende
en toda su majestad a los hombres, el Espíritu de Verdad
y, hoy… ¡Oh dicha para mí! Vengo a dar la
confirmación de que su voz la hemos
oído.
El astro genésico, respondiendo a su amor, manda
y descendemos los ángeles y santos, espíritus de
luz, de progreso y de amor, que no pertenecemos al mundo tierra y
que habitamos en mundos de amor, somos ordenados por el Padre y
autorizados por el Espíritu de Verdad. Mesías
Regenerador, para llegar a nuestros hermanos y confirmaros en
nombre del Universalidad, que la hora de la Verdad os
llegó.
Al descender hasta vosotros en virtud del llamado a la
voz estridente de… JUICIO, corremos los espacios…
Y… ¡Pobres hermanos!… Tienen miedo de acudir al
Juicio, por que al oír la tremenda voz de la justicia que
ha sonado en forma de sonora trompeta. Ha sido un momento de
debilidad, un momento de confusión, un momento de
vergüenza al verse desnudos.
Pero la calma se restablece en ellos, porque el Padre
que es de misericordia, les dice por los misioneros,
ángeles y santos de otros mundos que hemos descendido a
los hombres; seréis juzgados en amor y nadie es
desheredado; y para fortificarlos, se les ha hecho ver las
distintas moradas (mundos), para que por voluntad propia elijan
la que les acomode, de lo que sólo son
responsables.
A fortificarlos, descendió antes como sabio y los
ilustró, el que ahora ha descendido en toda su majestad
anunciado en las profecías y promovido por Jesús,
el Espíritu de Verdad, a confirmar el tribunal que forma
el hombre que en verdad lo reconoce la Cosmogonía, el
Juez.
Página siguiente |