Monografias.com > Religión
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

La Tierra no es estacionaria. Tampoco es el centro del Universo




Enviado por Ricado Stevens



Partes: 1, 2

    1. Breve resumen del
      texto
    2. La
      Tierra como corazón de todo
    3. De
      nombres y de aparecidas
    4. El
      programa de vida del sexto día era
      comunista
    5. Las
      penas del inicio
    6. Abraham, la
      impunidad y la reincidencia
    7. Sobre
      valores
    8. El
      dueño del mundo
    9. El
      «Yo no fui»
    10. Citas

    ¡Ah, Usted ya lo
    sabía!

    Esto fue reconocido oficialmente por el
    papa Juan Pablo II en 1992.

    Antes, esta afirmación
    podía significar, y de hecho significó, la condena
    a muerte en la
    hoguera

    por blasfemia contra la fe y la palabra
    de Dios

    Breve
    resumen del texto

    El trabajo es básicamente un examen de
    algunos hechos expuestos en el primer libro de la
    Biblia, Génesis.

        Se afirma que la fe confesada de los
    que creen que la Biblia es la palabra de Dios, resulta más
    de un proceso social
    de indoctrinamiento, y no de una creencia construida desde la
    misma persona; y se
    intenta demostrar eso que se anuncia como
    realidad.

        También se sostiene que no
    todo lo que está en la Biblia es verdad, contrario a lo
    que es común decir. Se utiliza el ejemplo de la teoría
    geocéntrica tenida, hasta hace poco, como doctrina por la
    Iglesia, que
    costó vidas a quienes propusieron lo contrario, y que
    recientemente, en 1992, de manera oficial la
    Iglesia reconoció que la Tierra no
    es estacionaria.

        El esfuerzo examina el papel asignado
    a la mujer, en
    Génesis, y mira lo que ve como el programa de vida,
    según fue postulado en el sexto día de la
    creación; los primeros castigos, algunas conductas de
    Abraham, los valores
    primeros y la manera como se presenta a Dios en ese
    libro.

    Introducción

    a) ¿Cuántos han
    leído la Biblia?

    Cuántos de los que responden «Creo»,
    han leído la Biblia; el número sería
    pequeño. Cuántos de los que responden
    «Creo» y han leído la Biblia, alguna parte de
    ella, han estudiado lo que han leído; el número
    sería todavía menor.

    b) Fuente de la fe para las
    mayorías

    Pensándolo bien, no debe sorprender el modo
    adhesivo en que muchísima gente ha adoptado la Biblia como
    "La Palabra" y "La Verdad", de la misma manera como se adhiere a
    los contratos de
    suministro de servicios
    públicos o de compra de muebles, sin leerlos, para que
    cuando esté obligada a sustentar sus derechos se percate con
    asombro que el documento no dice exactamente lo que la propaganda ni
    lo que el vendedor dijo que decía, o que se omitió
    comunicar un asunto que debiera saberse, y que se sabría
    de haberse cumplido mínimamente con la parte que
    corresponde: leer el texto.

        La fe en el texto de la Biblia es una
    convicción, para la gran mayoría, originada y
    sostenida mayormente, cuando no únicamente, en la enorme
    fuerza de la
    tradición, y muy especialmente en la manera como se han
    venido relatando los supuestos de ese documento.

        Cuando era niño, adopté
    a Dios, ejemplo en la misma vía, porque eso me lo
    inculcó mi madre, y ella no mentía, jamás;
    también, por lo menos, le debía obediencia. Por
    otro lado, creer, tal cual me lo decía ella, no resultaba
    una carga, ni era una rareza estrafalaria: todos en mi contorno,
    cuando era pertinente, profesaban su adhesión al Creador.
    Mi abuelo era un devoto de altar, imágenes,
    velas y culto a domicilio, y yo no solamente adoraba a mi abuelo,
    creía en él ciegamente, porque él era la
    persona más sabia de todo el mundo: «Abuelito,
    ¿qué es eso?», y zas, la respuesta; él
    contestaba, sin que le temblara la voz e inmediatamente, a todos
    mis qués, quiénes, cómos, porqués,
    dóndes, y cuándos; y si él creía en
    Dios y que la Biblia era La Luz y La Verdad,
    debía ser así.

        En ese entonces, si alguien me
    hubiera preguntado, y no recuerdo que se me hubiese hecho tal
    prueba, habría respondido «Creo», «Creo
    en Dios» o «Creo en la Biblia» o «Creo
    que la Biblia es La Verdad». ¿Cuál
    habría sido, con esa sazón, el fundamento de esa
    seguramente aplaudida respuesta mía? Evidentemente no
    habría sido mi profundo conocimiento o
    lectura de
    nada, sino la inducción de mis mayores y la
    emulación de mis pares.

        Las personas, la mayor parte de
    ellas, cree porque así se les educó socialmente; no
    porque hayan accedido a la fe por sus propios pies, con lecturas
    serias de los textos bíblicos y menos por experiencias de
    iluminación. Esto es particularmente cierto
    entre grupos de
    practicantes religiosos de distintas confesiones; en unos
    más que en otros: saben de Dios y de la Biblia lo que
    otros les han contado.

    c) No todo es verdad

    Como la mayor parte de los que han leído algo de
    la Biblia, he leído secciones de ese texto.
    Génesis, por ejemplo, el primer libro del Pentateuco, lo
    he leído todo, por lo menos, dos veces, muy detenidamente,
    la segunda con muchísimos más elementos de juicio,
    más experiencia y más lectura, y ya no creo que
    todo lo que allí se dice sea "La Verdad". No es cierto,
    por ejemplo, que la Tierra fuese
    primero y el Sol
    después.

        He advertido que en el texto
    bíblico hay relatos que tienen implicaciones que los
    apologistas han pasado por alto o han tratado con excesiva
    ligereza, demasiada, y han acomodado interpretaciones que limitan
    las potencialidades del mismo escrito, como el caso de la
    propiedad
    colectiva, según se organizó el día seis de
    la creación. Y, por otra parte, he observado la
    consagración de personajes cuyo único mérito
    fue la fe, pero que con sus semejantes fueron inequívocos
    delincuentes.

        Tampoco creo que por la Biblia se
    llegue a Dios, necesariamente. Es un hecho reconocido que la
    inmensa mayoría de los que dicen «Creo en
    Dios», no han leído la Biblia. También es
    otro hecho incuestionable que Moisés, y Abraham, Isaac y
    Jacob, antes que él, no tuvieron una Biblia por la que
    supieron y luego adoptaron a Jehová como su Dios.
    Así, pues, no es la Biblia el trámite necesario
    hacia Dios.

        Si la Biblia fuese el único
    instrumento para llegar a Dios y para creer en él, siento
    que hoy ese texto sería, muy probablemente, un deficiente
    propagandista del Hacedor. Repito: estoy convencido que no todo
    lo que está dicho en la Biblia sea la verdad, y ni con
    toda la fe del mundo se puede lograr que sea verdad lo que no es,
    nunca lo fue y no lo puede ser, por más esfuerzo genuino
    que hagamos por sacar el mensaje de Dios, que se esconde
    detrás de ese revestimiento literario, como se nos dice,
    aunque de ello dependiera nuestra salvación.

        Veamos, ¡le
    parece!

    Partes: 1, 2

    Página siguiente 

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter