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Análisis Literario de "Antes Del Desayuno" (página 2)




Enviado por Rodrigo Prieto



Partes: 1, 2

Notamos que la señora Rowland llama varias veces
a Alfredo con la voz suficientemente baja para que si está
durmiendo que no se despierte y suficientemente alta para que si
está despierto que la oiga y le responda, tiene de cierta
manera que graduar su voz. La señora Rowland utiliza una
función
del lenguaje
llamada apelativa al llamar a Alfredo, pero mas que una
apelación es una seudo apelación porque ella espera
una respuesta a beneficio mismo, busca una impunidad para
actuar. Ella tiene desconfianza de que el marido esté
fingiendo que está dormido, lo cree un farsante capaz de
engañar. Pero al no obtener respuesta se siente más
segura. Los movimientos son lentos y cautelosos porque en este
momento le conviene ser cautelosa. Atrás de los platos
esconde una botella de ginebra, lo que insinúa es que el
marido no sabe que ella esconde esa botella, al sacarla del
armario sin querer mueve el plato de arriba, con el movimiento del
plato por un momento se siente culpable porque sabe que
está haciendo algo indebido y por otro lado se enoja,
mostrando su sentimiento de agresión hacia el otro pero
por su propia culpa. Luego vuelve a llamar a Alfredo con una voz
trémula.

Antes de tomar, espera algunos minutos la respuesta de
Alfredo, al no oír nada, decide tomar. El dramaturgo
detalladamente dice que se sirve una buena cantidad, lo que
quiere decir que tomó bastante y rápido para que si
el marido se despertara que no la viera. Al tomar, parece que el
alcohol le
reanima con el fin de reprochar y descargar todo su rencor hacia
Alfredo. Al observar la sonrisa dura y negativa nos damos cuenta
de que está planeando algo y que no es nada bueno. A
través de los parlamentos de la señora Rowland se
va revelando como persona. Su
mirada anticipa sus acciones, al
mirar el chaleco, nos damos cuenta que tiene la intención
de revisar los bolsillos del saco y del chaleco; saca todos los
objetos de los bolsillos y los vuelve a poner, hasta que en el
bolsillo interior del chaleco encuentra una carta, y leyendo
atentamente dice: "lo sabía", lo que nos sugiere que ya
desconfiaba de algo.

Al encontrar la carta, la abre
y la lee; la primera expresión revela odio e ira, pero a
medida que avanza en la lectura
notamos que trata de pensar en una venganza, al fin queda
satisfecha porque la carta va ser el motivo de su venganza. Luego
coloca la carta nuevamente en el bolsillo del chaleco como si
nada hubiese sucedido.

Ahora el llamado de la señora Rowland es de voz
sonora y chillona porque su intención en ese momento es de
despertar a Alfredo luego de hacer lo que quería. El
bostezo que se oye desde el cuarto es una respuesta al llamado de
la señora Rowland, ese gemido muestra por parte
de Alfredo poca voluntad de levantarse, esa expresión es
como si él supiera que la mujer lo llama
para ser partícipe de su malhumor. Ese despertar es
doloroso para Alfredo porque él sabe que tiene que
enfrentarse con la vida y aguantar los reproches y el malhumor de
su esposa. A través de las preguntas de la señora
Rowland, ella quiere destacar que el marido es haragán,
comienzan los sarcásticos, las ironías y nos
demuestra la
personalidad o el carácter de Alfredo. Luego destaca otro
defecto de Alfredo, empeñar cosas, ella superlativisa el
hecho para destacar que ese hecho es constante. El reloj que
Alfredo ha empeñado era lo último de valor que le
restaba. Empeñar es un verbo polisémico, el cual
tiene dos significados, para Alfredo empeñar es
esforzarse, a pesar del empeño que él hace por
vender sus cuentos pero
no ha logrado éxito,
pero para la señora Rowland empeñar es cambiar una
cosa por otra. La señora Rowland se irrita al no recibir
respuesta ninguna de Alfredo. Otro defecto que destaca de Alfredo
es que es desordenado, tampoco colabora en las tareas de la casa,
es ella la que hace todo. Ella menciona el problema del alquiler,
que si no lo pagan probablemente serán desalojados. Ella
deja claro que quien tiene que resolver el problema es Alfredo y
le dice "?a menos que consigas dinero en
alguna parte?", lo que quiere decir que no lo va a buscar en
el trabajo.
Destaca también las diferencias entre los dos, ella pasa
trabajando mientras que Alfredo y sus amigos son unos
inútiles y Alfredo pasa haciéndose el galán
en vez de trabajar. Hay un choque de caracteres: ella representa
a la mujer
práctica y materialista mientras que Alfredo representa al
poeta, el artista y al hombre que
vive de sueños.

Ella no le da ningún incentivo pues afirma que
los poemas que
él escribe son estúpidos y que nadie los quiere
comprar, pone agua abajo
todos los sueños de Alfredo, éste es el
típico caso del poeta incomprendido.

La señora Rowland sigue insistiendo en que
Alfredo tiene que conseguir dinero para pagar el alquiler y le da
tres opciones: pedir, robar o mendigar, pero de antemano sabe que
ninguna de esas tres opciones le va a servir a Alfredo. Mendigar
no puede porque es demasiado orgulloso. Sin querer ella destaca
una cualidad de Alfredo, él es honrado y no se anima a
robar pero ella toma eso como si fuera un defecto y al mismo
tiempo se
condena pues a ella no le importa a través de que medios Alfredo
consiga el dinero, lo
que le interesa es que lo consiga y nada mas.

La señora Rowland realiza movimientos pendulares
al alejarse y acercarse a la puerta del dormitorio. Luego nos da
a entender que Alfredo siempre finge dormir para que ella deje de
hablar, pues él está cansado de sus palabras. Nos
enteramos lo que sucede en la alcoba a través de las
palabras de la señora Rowland y nos damos cuenta que
Alfredo está furioso por su manera de mirar. La
señora Rowland utiliza un tono sarcástico al hablar
y le insinúa que ya descubrió lo de la carta. Al
decir "querido" emite una ironía, le dice que falta algo
por decir.

Ahora el tema es el desayuno, ese tema le sirve a la
señora Rowland de pretexto para hablar de otras cosas.
Luego destaca otro defecto de Alfredo, es alcohólico pero
se olvida que ella también toma. Destaca también
que él es violento, no queda claro pero se supone que
sí. Para ella el alcoholismo de
Alfredo es un defecto pero sin embargo para ella el alcoholismo
le sirve para aliviarse de sus problemas.

El tema del desayuno continúa, describe
detalladamente lo que tiene para comer: hay pan, manteca y
café.

Ella reclama pues el pan está duro y ella dice
que él no merece nada mejor que eso, pero ella dice que no
merece pasar por esa situación. Cuando Alfredo se acerca a
la alcoba nos damos cuenta que recién se ha
levantado.

Ahora ella critica el aspecto físico de Alfredo,
ella dice que él está con la barba larga y le exige
que se afeite. Sin saberlo ella pone en las manos de Alfredo el
arma mortal: la navaja.

Luego aparece por primera y única vez el aspecto
físico de Alfredo: una mano sensible de finos dedos, estas
son características de alguien que no trabaja. Se destaca
que le tiembla la mano y que el agua se
derrama en el piso, ese puede ser un síntoma del
alcoholismo.

La señora Rowland hace un pronóstico, que
él es un serio candidato al delirium tremens. Ella critica
que él está exagerando en la bebida. Pone de
manifiesto otro vicio de Alfredo: al fumar no solo se perjudica
él, sino que ella también pues ese vicio la hace
trabajar más, tiene que barrer y limpiar toda la casa
sola. La señora Rowland hace el esquema de la
señora perfecta y dedicada que se preocupa por la casa y
por el marido.

Otros de los excesos en la adjetivación de
O?Neill es el adjetivo "malignamente" el cual está mal
expresado. El primer sonido con
connotación trágica es el rumor de la navaja que
afila, pero todavía ni la señora Rowland ni el
espectador pueden saber lo que está pensando en hacer
Alfredo.

En el largo parlamento de la señora Rowland se
utiliza la técnica del flash back, que
son pantallazos del pasado de la familia de
ambos personajes. Aprovecha este momento para volver a insistir
que es ella la que trabaja y que él es un haragán,
manifiesta también la necesidad de conseguir dinero para
pagar el alquiler y afirma que ni siquiera la familia de
Alfredo los ayudan pues ya están hartos de él. La
señora Rowland utiliza un argumento para no irse de casa,
pues es demasiado orgullosa, hasta en esto ella protege de cierta
manera la imagen que los
demás tengan de Alfredo.

Nos enteramos que Alfredo es hijo único y al
hablar de él la señora Rowland lo hace con
ironía pues dice que él era un egresado de Harvard,
un poeta, debía ser un hombre digno, como aparenta ante la
sociedad, ella
dice que él aparenta algo que no es. Ella se cuestiona
sobre la causa del fracaso de su matrimonio, se
hace una retórica aunque ella sabe la respuesta. Se
plantea el tema de un embarazo no
deseado, a causa de eso, vino un casamiento fracasado siendo que
según ella el culpable de que ella se quedara embarazada
fue Alfredo. Queda claro que la familia de Alfredo no era tan
honrada como parecía, el padre de Alfredo quiso sobornar a
la señora Rowland para que no se casara con él o
para que abortara. La señora Rowland deja claras las
diferencias socioeconómicas y culturales que
existían entre ellos, ante la sociedad ella era la hija de
un humilde almacenero y él hijo del gran millonario
Rowland.

Tenían muchos motivos para desentenderse, como
consecuencia de esto surgió un casamiento frustrado.
Además, a pesar de todo ella perdió su hijo el cual
era el motivo de su casamiento. En cierto momento ella
preferiría que su hijo hubiera muerto, no por rechazarlo
sino a causa del padre que tenía.

Cuando toca el tema del casamiento fracasado y de una
maternidad frustrada, ella aprovecha para plantear el tema de la
carta, es el momento oportuno para tomar venganza y al mismo
tiempo nosotros vamos teniendo idea de lo que decía esa
carta. Descubrimos el contenido de la carta y el remitente: una
tal Elena que también está embarazada pero
ésta no tiene esperanzas de casarse con Alfredo, pues
él está casado y la señora Rowland deja
claro que no le dará el divorcio.
Ahora descubrimos lo que la dejó satisfecha al terminar de
leer la carta: la otra también está embarazada pero
en peores condiciones que ella. La señora Rowland vuelve a
asomarse a la puerta del dormitorio para ver la reacción
de Alfredo.

Por segunda vez ella le pide a Alfredo que no la mire
así, siente que tiene el comando de la situación y
se plantea el tema de la invasión de privacidad, pues en
tema legal lo que ella hizo no es debido. Hacía tiempo que
la señora Rowland desconfiaba que Alfredo la
engañaba, ahora lo comprobó a través de la
carta. Ella se siente superior a Elena pues ella es la esposa y
Elena es la amante.

Luego de decir todo lo que quería, la
señora Rowland solo espera la reacción de Alfredo,
aunque Alfredo no dice nada y al no recibir respuesta se enoja
mas hasta llegar al punto de que comience a dolerle la cabeza y
toma eso como pretexto: dice que aún mismo enferma va a
trabajar y le dice a Alfredo que si realmente fuera hombre no la
dejaría ir a trabajar enferma. Ella nos da a entender que
Alfredo no la deja tomar, vuelve el tema de que para él la
bebida es un vicio y para ella es un estimulante. Aparece el
segundo sonido con connotación trágica: una aguda
exclamación de dolor. Alfredo se ha cortado y exclama a
causa del dolor, ese corte fue espontáneo.

Este grito de dolor de Alfredo la llena de
satisfacción pues fue ella quien le sugirió que se
afeitara y lo hizo por gusto, por eso le da satisfacción,
ella ya sabía que él se cortaría.
Según ella esto es un síntoma del alcoholismo. Por
tercera vez ella se asoma a la habitación, notamos que en
el desarrollo de
la obra el dramaturgo nunca dice que ella entra en la
habitación.

La señora Rowland y nosotros comprobamos que
Alfredo se ha cortado y ella nota que él está
pálido. Ella se hace preguntas retóricas de las
cuales no hay respuesta. La señora Rowland menciona que
Alfredo se mira fijamente en el espejo, como si lo que viera en
el espejo fuera la imagen de un hombre fracasado. En toda su vida
no ha logrado nada, ni siquiera logró mantener su
matrimonio. La sangre que
Alfredo ve en su cara puede darle la idea de suicidio. Ella
menciona la palabra "horrible" y lo dice por la sangre que ve,
pero realmente lo que es horrible es lo que pasa por la mente de
Alfredo, pero ella está tan obsesionada por la venganza
que no se da cuenta de lo que puede pasar por la mente de
él. La señora Rowland por tercera vez dice la misma
frase: "¿Por qué me miras así?", eso quiere
decir que Alfredo la mira con una mirada fría. Ella
menciona nuevamente lo de la carta, piensa que él estaba
enojado, y se muestra como su dueña, al decir que ella
tenía derecho de leer la carta pues es su esposa. Ella
habla de un modo obspectivo al mencionar a Elena, se pregunta
quien es esa Elena, aunque no le importa lo que hace Elena sino
lo que le importa es que Alfredo la está engañando.
Se hace una pregunta retórica al preguntar si Elena es
joven y linda, esa es una pregunta obvia y dice que si Elena se
queda con Alfredo va a tener la misma suerte que ella.

Ella insiste en que tiene que salir, está
desesperada por recibir una respuesta de Alfredo por eso habla de
tantos temas al mismo tiempo. La señora Rowland le dice a
Alfredo "?una de estas mañanas te harás un buen
tajo?", si Alfredo no tuviera la idea de suicidio, esta
sería una sugerencia.

Habla de varios temas para ver si recibe alguna
respuesta, habla del trabajo y no
recibe respuesta, luego vuelve a hablar de Elena, porque es el
tema que mas le interesa a Alfredo en este momento, pero no
recibe ninguna respuesta. En ella hay sentimientos
contradictorios. Según la señora Rowland, Elena
solo tiene dos opciones, hacerse el aborto o ser
madre soltera.

Lo que la hace despreciar a Elena es que ella
sabía que él era casado y así mismo tuvo una
relación con Alfredo.

El concepto que la
señora Rowland tiene de Elena es que es una vulgar
trotacalles.

La señora Rowland deja claro que no le
dará el divorcio a Alfredo. La venganza de la
señora Rowland hacia Elena y el niño, siendo que el
niño es el único inocente en la historia, también la
perjudica a ella, pues ella piensa que va a quedar satisfecha
viendo a Elena y Alfredo sufrir, pero al mismo tiempo la que
sufre es ella.

Aparece el tercer sonido con connotación
trágica pero con una diferencia: es un sofocado gemido,
este sería mas trágico que los anteriores porque el
personaje reprime el sonido. Este es el momento de mayor
tensión en la obra.

Aun está la expectativa porque la señora
Rowland no se interesa por saber lo que está sucediendo.
El personaje de la señora Rowland está pasando por
una ceguera trágica porque ella no percibe lo que es
evidente para los demás. La señora Rowland habla
con ironía al decir: "?no soportaré por más
tiempo tu haraganería?", pero quien no soportó
más toda esta situación fue Alfredo. Aparece el
cuarto sonido con connotación trágica. La
señora Rowland oye gotear algo y ella supone que sea agua,
pero el espectador sabe que lo que gotea es sangre y no agua.
Recién ahora la señora Rowland desconfía que
puede estar sucediendo algo y le pregunta "¡Alfredo!
¿Por qué no me contestas?", siendo que Alfredo
nunca le contestó porque no quería a pesar de que
tenía condiciones de hacerlo, pero ahora se entiende que
no le contesta porque no puede.

Aparece el último sonido trágico: se oye
caer una silla y algo que se desploma.

La señora Rowland se resiste a creer en lo que
está sucediendo, pero sigue pensando que eso es una
consecuencia del alcohol. Notamos que en ningún momento la
señora Rowland entra en el dormitorio, ni mismo en este
momento trágico, observa lo que está sucediendo
desde la puerta, pero no entra.

Vemos otros de los temas: el "suicidio", lo que
sería para algunos la única solución para
escapar de los problemas.

Caracterización De La Señora
Rowland

La señora Rowland vive en un espacio reducido, en
una habitación (cocina y cuarto) que sirve de
departamento, en la calle Christopher en Nueva York.

Su casa es humilde, predomina la pobreza, su
situación socioeconómica no es
ventajosa.

Su familia es solamente ella y su esposo, no tiene
hijos.

Las ventanas de su departamento dan a las escaleras de
emergencia por lo que es un ambiente con
poca luz efecto del
cual las plantas
están agonizando y también porque no reciben
cuidado. La casa está en completo desorden, ropas penden
de todas partes. Es un entorno en el que no es posible ser feliz,
el ambiente es de desesperación y abandono. No es un ama
de casa dedicada, caprichosa o cuidadosa.

A las ocho y media de la mañana se levanta y va a
la cocina a preparar el desayuno antes de salir al trabajo. Su
peinado es desalineado y su cabello está recogido como una
masa pardusca o sea es sin brillo, descuidado. Es una mujer
desalineada y desprolija no solo con la casa sino con ella
también. Su aspecto físico está acorde al
aspecto del departamento. Es de estatura mediana, se encuentra
bastante sobrepeso y su vestido azul deformado, humilde y
raído acentúa su gordura. Por su vestido
constatamos su situación de pobreza y
también de descuido. Su rostro es común y
corriente, no llama la atención, lo único que sobresale son
sus ojos extremadamente azules.

Hay un desajuste cronológico entre su edad real y
su apariencia. Tiene veinte años pero parece ser
mayor.

Su boca es débil y rencorosa; es una mujer
amargada, sufrida, infeliz.

Se levanta por las mañanas cansada aunque duerma
un largo sueño, es un cansancio espiritual y no
físico. Se durmió irritada y se levantó
irritada. Descarga toda su frustración y decepción
con la vida en otras cosas o personas.

Hace las tareas comunes de ama de casa después
que se levanta y "se desploma en una silla" debido a su cansancio
espiritual y se pone a pensar.

Es alcohólica, cuando mira hacia el escondite de
su bebida se ilumina su mirada, bebe escondido de su esposo, al
mismo tiempo que teme que él la descubra pero si él
lo hace está dispuesta a reaccionar y enfrentarlo. Es una
mujer contradictoria. Toma de golpe y a temprana hora de la
mañana (sin desayunar), está acostumbrada es
realmente adicta. La bebida la reanima, renueva sus fuerzas, le
da coraje de enfrentar sus problemas.

Es el tipo de mujer que revisa los bolsos de la ropa de
su esposo y lee su correspondencia, cree que tiene ese derecho
puesto que es su esposa, es posesiva y desafiante.

Sus movimientos son pendulares, va hacia la puerta del
dormitorio, escucha y vuelve pero nunca la ultrapasa. Esa puerta
entreabierta es la
comunicación en su matrimonio. Existe la posibilidad
de que se comunique con su esposo y este con ella pero ninguno de
los dos toma la iniciativa, ni está dispuesto a
ceder.

Lee la carta de su esposo y su desconfianza se
comprueba. Como toda mujer al descubrir que su esposo Alfredo
tiene una amante siente rabia y odio, pero el hecho de que
descubre que la amante de Alfredo, Helena está embarazada
le da satisfacción. Siente satisfacción porque se
alegra de que Helena esté pasando por la misma
situación que ella pasó y aún una peor
porque Alfredo está casado y la amante no puede tener
esperanzas. Es paciente, vengativa en vez de contar lo que
descubrió a su marido se queda en silencio para torturarlo
y crearle expectativa de que sabe algo.

Es una mujer con una visión machista, cree que el
que tiene que mantener la casa es el
hombre.

No valora ni respeta la profesión de escritor de
su esposo, según ella no es una profesión porque no
trae beneficios económicos, por lo tanto es un vago que no
trabaja ni siquiera en casa.

No es nada modesta, se vanagloria de trabajar afuera y
aún "cuidar" de la casa.

Junto a su esposo no es propietaria del departamento
sino que tienen que pagar el alquiler. Despeja esta responsabilidad en el hombre que es quien tiene
que conseguir el dinero de la forma que sea, ya sea mendigando,
pidiendo o robando. Posee valores
excusas y distintos a los de su esposo que jamás
robaría porque es honesto. Para la Sra. Rowland la
honestidad es
una debilidad, falta de coraje. No tiene fe en que su esposo
consiga dinero y descarta totalmente la posibilidad de que
trabaje, porque es un vago perezoso y mentiroso que no encuentra
trabajo simplemente porque no lo busca.

Es una persona irónica y sarcástica. Su
carácter materialista y realista se opone al de Alfredo
que es un soñador, idealista y sensible.

Siente placer en torturar, dejar en expectativa a su
marido, quiere reprocharlo antes de contar que ya sabe de su
traición.

Está desconforme con toda su vida, reclama de
todo, del desayuno, del pan viejo. Hace cuestión de
tirarle en cara a Alfredo que quien mantiene la casa es
ella.

Además de ser alcohólica, su esposo
también lo es, y cuando él está ebrio la
agrede físicamente, sufre violencia
doméstica.

Critica a los defectos de su esposo y también su
apariencia física, le dice que
está horrible y repulsivo.

Resalta que además de ser alcohólico
Alfredo también fuma. Siempre pone de manifiesto los
defectos de su esposo pero nunca se juzga a sí misma sino
que al contrario se exalta como buena esposa y ama de casa
abnegada.

Ordena que su esposo se afeite con el deseo de que se
corte. Es mala desea dañarlo.

Su origen socioeconómico y cultural es distinto
al de su esposo. Él proviene de una familia rica y es
egresado de Harvard ya ella es hija de un almacenero.

Echa la culpa a Alfredo, fue él quien la sedujo y
ella resultó embarazada y por eso él tenía
nada más que la obligación de casarse con ella.
Reconoce que su casamiento fue para salvar
apariencias.

Es tan infeliz a punto de decir que fue mejor que su
hijo no naciera vivo porque Alfredo no sería un buen padre
pero no se cuestiona como ella sería como
madre.

Es una mujer frustrada socio-económicamente,
desde el punto de vista amoroso y como madre.

Ve a su vicio como "una pequeñez", como
alcohólica no reconoce su vicio, toma para elevar su
ánimo, ya en Alfredo el alcoholismo sí es un vicio.
Es hipócrita al punto de aconsejarlo que deje de beber,
¿qué autoridad
tiene?

Se alegra, siente satisfacción al oír las
exclamaciones de dolor de su esposo y no es capaz de ofrecerle
ayuda. Solo piensa en sí misma, es
egoísta.

No es capaz de prever lo que va a suceder con su marido,
está tan preocupada quejándose de su vida que no
percibe que cometerá suicidio.

Para molestar a Alfredo no se importa consigo mismo hace
preguntas morbosas que la lastiman con respecto a la amante de su
marido.

Tiene un gran complejo de inferioridad, se cree inferior
a ésta y a su marido por el hecho de no poseer la misma
cultura. Es
rencorosa no olvidó lo que la familia de su esposo le hizo
cuando estaba embarazada.

Posee sentimientos variados, desde piedad por la
situación de Helena y falsa preocupación con su
destino, hasta desprecio y odio por estar embarazada de su
esposo, sabiendo que está casado y siendo ya una
adulta.

Su concepto de este tipo de mujeres es que son
"trotacalles" mujeres vulgares.

Prefiere soportar un casamiento sin amor ni
respeto,
totalmente fallido que divorciarse. Solo una mujer loca
según ella se divorciaría por iniciativa
propia.

Es independiente económicamente de Alfredo pero
dependiente a su vez de ese matrimonio.

No percibe que su marido se suicidó y cuando lo
hace actúa como loca. Es una persona sin control.

 

 

 

Autor:

Rodrigo

rodrimanya74[arroba]hotmail.com

Partes: 1, 2
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