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Astrología: una hermenéutica del autodescubrimiento




Enviado por German Pastorini



Partes: 1, 2

    1. Postmodernidad y
      desencanto
    2. Se inicia el
      auto-descubrimiento
    3. Astrología
      "Moderna" vs. Astrología
      "Postmoderna"
    4. Bases de
      una Astrología Postmoderna
    5. Astrología
      Integral: Un modelo post-moderno
    6. Signo
      vs. Símbolo
    7. El
      proceso herméutico
    8. Hacia
      una hermenéutica astrológica
    9. Astrología
      y Mito
    10. Astrología
      y Destino
    11. La
      mismidad del Astrólogo
    12. El
      Astrólogo como Intelectual
      Orgánico
    13. Bibliografía
      Citada

    Postmodernidad y
    desencanto

    Desde hace unos 100 años que la vida de los seres
    humanos se ha vuelto especializada y fragmentada en
    demasía. Hemos perdido contacto con nuestras tradiciones,
    con el consiguiente sentimiento de ausencia de un sentido
    histórico propio. Vivimos además, una época
    signada por una revolución
    tecnológica sin precedentes, donde los cambios son tan
    vertiginosos que en el seno de la sociedad
    actual reina una anomia de magnitud tal que conduce a la
    indiferencia de masa y al sentimiento de vacío interior
    como una constante en nuestras vidas.

    En estos momentos que nos han y nos tocan vivir, se hace
    imperiosa aún más que necesaria, una pronta
    re-formulación de la Astrología como disciplina,
    como cienciaarte-práctica. Es este un "mundo" que ya no
    brinda "seguridad"
    existencial alguna a quienes en él vivimos y en él,
    la Astrología está convocada a convertirse en uno
    de los faros guía en el proceso de y
    hacia el descubrimiento de nuestro significado vital, o por lo
    contrario, destinada a no ser más que una de las tantas
    distracciones postmodernas.

    Y ya que hablamos de post-modernidad,
    realicemos un pequeño introito que nos permita discernir
    muy someramente a qué nos estamos refiriendo, para
    posteriormente abordar la inserción de la
    Astrología en la misma.

    La postmodernidad
    ha sido definida en diversos sentidos. Gertrudis Ostfeld de
    Bendayán refiere a: "… un movimiento que
    no es más que una de-construcción negativa sin miras a la
    creatividad:
    un estado de
    transición infinita". Y más adelante
    continúa diciendo: "El postmodernismo con su compromiso
    con el disentimiento, pluralismo y diferencia cultural y con su
    actitud
    escéptica frente a la autoridad
    genera una inversión en la relación del sujeto
    con el colectivo: su búsqueda ya no está orientada
    hacia el bien común, sino hacia su propia persona traducida
    en una auto-complacencia". (1)

    Gisela Lambruschini por su parte dice: "La
    postmodernidad se despliega entonces alrededor de los siguientes
    preceptos:

    1) Caída de los ideales de conocimiento
    de la modernidad. En la cultura actual
    no hay verdades universales, necesarias ni definitivas sino
    más bien verdades provisorias y contingentes.

    2) Crítica
    y rechazo de los ideales éticos y del progreso social
    inherente a la Modernidad. Esto equivale al fin de las
    utopías. Las sociedades
    están teñidas por el desencanto.

    3) Se cuestiona a la ciencia y
    al cientificismo. El desarrollo de
    la investigación científica no
    debería ser considerado un fin en si mismo, sino un bien
    cuyo valor ha de
    ser medido sobre las bases de criterios de impacto
    social.

    4) Se reconocen otras formas de racionalidad
    además de la científica." (2)

    Es así, que la Postmodernidad es el
    "meta-paradigma"
    socio-económico, político y cultural en el cual la
    Astrología, como todo el resto del conocimiento actual, se
    encuentra inmerso, en tanto que la misma no es una entelequia
    abstracta, sino que tiene un profundo enraizamiento
    antropológico, en una cierta visión y
    concepción del hombre. La
    Astrología en este sentido no tendría razón
    de ser de no existir seres humanos que la defininan y la
    re-definan.

    En función de
    ello, aún más relevante que dilucidar en torno a la
    Postmodernidad, es el referirnos al
    "ser-en-la-Postmodernidad".

    La vida del ser humano postmoderno está referida
    en todos los sentidos al
    estar sometido de manera constante y continua a una avalancha de
    estímulos, los cuales son casi imposibles de organizar y
    estructurar en una unidad de sentido. Existe un predominio casi
    absoluto en cuanto a la realización y satisfacción
    de las necesidades y deseos individuales, donde encontramos un
    mínimo de coacción y de restricciones y un
    máximo de elecciones "libres" y privadas.

    El ser postmoderno vive en un aquí y ahora
    tergiversado, pues no es el "Carpe Diem" de "La Sociedad de los
    Poetas Muertos", sino que es la única respuesta ante
    la muerte de
    la esperanza futurista y en consecuencia, tanto a nivel
    individual como macro-social, no existen ya pro-yectos
    históricos de carácter revolucionario, movilizantes y
    movilizadores,

    Gabriela Strejilerich de Loma refiere: "El hombre
    light , es un sujeto que lleva por bandera una tetralogía
    nihilista-hedonismo-consumismo-permisividad relativa. Todos ellos
    enhebrados por el materialismo. Un
    hombre entregado al dinero, el
    poder, el
    éxito y
    al gozo ilimitado y sin restricciones, carece de referentes,
    tiene un gran vacío moral y no es
    feliz, aún teniendo materialmente todo. Podríamos
    calificar al hombre light como un sujeto relativamente bien
    informado, pero con una escasa educación humana, muy
    entregado al pragmatismo."
    (3)

    Y Gertrudis Ostfeld de Bendayán lo reafirma al
    manifestar: "…la conciencia de
    identidad
    llega a ser dependiente de la forma en cómo deseamos ser
    percibidos por los otros, en lugar de ser moldeado a partir de un
    sentimiento profundo de dirección interna. Lo que obtenemos es un
    sujeto sin identidad que tan sólo resulta ser una
    superposición de múltiples máscaras que
    ocultan más bien, la evanescencia de lo real. El sujeto se
    mimetiza con la mass media y vive, como un juego de
    espejos, en el "como si". Es como si amáramos. Es como si
    sintiésemos. Es como si viviéramos." Y prosigue:
    "…el individuo
    actual carece de substancialidad, no es nada en sí mismo y
    se constituye en un amalgamado de roles dictados por otros
    particularmente por el mercado consumidor." Y
    más adelante: "El hombre "posmo" termina por extraviarse
    al no existir un humanismo
    coherente comprometido con valores firmes
    y vinculantes. Pierde conexión con el sentido de su propia
    vida y vive arrastrado en lo efímero y banal de una
    sociedad abocada al espectáculo y al consumismo."
    (4)

    Se inicia el
    auto-descubrimiento.

    Decía Viktor Frankl, fundador de la escuela
    psicológica denominada Logoterapia: "Lo que de verdad
    necesitamos es un cambio radical
    en nuestra actitud hacia la vida. Tenemos que aprender por
    nosotros mismos y después, enseñar a los
    desesperados que en realidad no importa que no esperemos nada
    de la vida, sino si la vida espera algo de nosotros.
    Tenemos
    que dejar de hacernos preguntas sobre el significado de la vida
    y, en vez de ello, pensar en nosotros como en seres a quienes la
    vida les inquiriere continua e incesantemente. Nuestra
    contestación tiene que estar hecha no de palabras ni
    tampoco de meditación, sino de una conducta y una
    actuación rectas. En última instancia, vivir
    significa asumir la responsabilidad de encontrar la respuesta correcta
    a los problemas que
    ello plantea y cumplir las tareas que la vida asigna
    continuamente a cada individuo.

    Dichas tareas y, consecuentemente, el significado de la
    vida, difieren de un hombre a otro, de un momento a otro, de modo
    que resulta completamente imposible definir el significado de la
    vida en términos generales" (5)

    En este sentido, nuestra propuesta y
    fundamentación de este trabajo, es
    que el ser humano tiene que vivir "su" vida y no ser vivido por
    ella; la vida en realidad es una experiencia a ser vivida y no un
    problema a ser resuelto, y en este orden, la Astrología
    tiene mucho que decir y aportar.

    Como decía Frankl, no debemos preguntarnos por
    cuál es el sentido de la vida, sino que por el contrario,
    los interrogados somos nosotros mismos. Y la única
    respuesta válida según él, era vivir siendo
    responsables. Y en última instancia, el sentido de la
    palabra responsabilidad no es otro que el de habilidad para
    responder.

    El "ser postmoderno" como veíamos anteriormente
    es la antitesis de ello. Es un ser que busca e insiste en que la
    realidad opere cual lecho procustiano de sus propias ideas y
    necesidades, y caso contrario, al reconocer lo imposible de tal
    actitud, reacciona buscando obligar al "mundo" a responder a sus
    deseos, lo cual conduciría al lógico fracaso, y
    ante ello se instauraría el consabido sentimiento de
    impotencia, hastío y vacío existencial, tan
    conocidos por todos nosotros en nuestros días.

    De manera que el desarrollo del sentido de la vida
    propia puede verse así limitado y/o truncado por infinitud
    de circunstancias que coartan nuestras metas, expectativas y
    anhelos de y en la vida.

    Y es ese sentimiento de vacuidad interior el que nos
    lleva a padecer el sinnúmero de síntomas que
    caracterizan la que ha sido denominada como la "era de la
    ansiedad", o como personalmente lo he dado en llamar, "El mundo
    Prozac".

    Pero como dijera Sartre: "La
    vida, a priori, no tiene sentido. Antes que ustedes vivan, la
    vida no es nada; les corresponde a ustedes darle un
    sentido."

    Ello significa que recién cuando comenzamos a ser
    plenamente conscientes y a experimentar y aceptar nuestro
    sufrimiento y sinsentido existencial, es cuando podemos empezar a
    tomar conciencia de la presencia de realidades más
    profundas. Como sabiamente dijera Shakespeare,
    nunca es más oscura la noche, que justo antes del
    amanecer.

    En cierto sentido, es el sufrimiento el que destruye la
    autocomplacencia en la que nos encontramos sumidos. Es ella quien
    nos obliga a despertar y a hacerlo de una manera muy especial:
    nos conduce a sentir con plenitud, a establecer un íntimo
    contacto con nosotros mismos y con nuestro mundo, con nuestro
    entorno y a realizarlo de maneras que anteriormente
    habíamos evitado, tanto por inconsciencia como por miedos
    conscientes.

    El sufrimiento en este sentido, sería el
    principio de la intuición creativa.

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