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La descentralización en Venezuela (página 3)



Partes: 1, 2, 3

Capítulo III

Desarrollo Local: el punto de partida de una gran
incógnita llamada Gobernabilidad

Se afirmaba en la exposición
de motivos de la LODDT (Ley
Orgánica de Descentralización, Delimitación y
Transferencia de Competencias)
que:

"…Nos encontramos frente a un Gobierno central
que acumula en sus manos una desmesurada cuota de poder, dada su
condición de actor principal del proceso de
modernización del país (…) tenemos que soportar
una pesada maquinaria burocrática centralizada que cada
día encuentra mayores dificultades para procesar los
problemas de
distinto orden(…) la descentralización es uno de los
ejes de la reforma, diseñada para dar respuesta al reclamo
social de mayor acceso a las decisiones y de incremento de la
eficiencia de
los servicios
públicos y la
administración. Implica la transferencia de
competencias y funciones desde
el Gobierno central hacia los gobiernos estadales y
municipales."

Cabe señalar que dentro de esta tónica
centralista, mal infundada por algunos en su cometida de tratar
de enraizar en nuestra sociedad un
modelo que ha
causado estragos en nuestras economías y demás
áreas de interés
social, es necesario hacerse la pregunta, ¿será
posible que dentro de este proceso de cambio que
vive actualmente nuestro país quede un espacio virgen para
la gobernabilidad?., en este caso, cuando hablamos de
gobernabilidad y hacemos referencia a lo local como la
última instancia de gobierno capaz de generar sinergia e
iniciativas dentro de la población para así poder llevar a
cabo sus planteamientos y demás programas de
gobierno, que sin perder la batuta, deben ir en concordancia con
la planificación nacional, estamos hablando de
un espacio en donde se entremezclan muchas posibilidades y
opciones, las cuales buscan el bienestar de la comunidad.

Lo Local, base primaria de esa gran estructura que
llamamos gobierno y en la cual se presentan los mayores y
más diferenciados problemas, tanto de índole
económico, político como social, en la cual es
interesante señalar y así lo especifican Castells y
Harvey en donde afirman que "los procesos de
globalización y acelerado cambio
tecnológico, y en general, el nuevo modelo de
"acumulación flexible", han consolidado la exclusión
social y regional a escala
planetaria". De esta forma, dentro de cada país se van
definiendo sectores modernos, eficientes, e integrados en
tiempo real a
la economía
global, y por otra parte se perfilan áreas
geográficas y sectores sociales excluidos, cuya marginalidad
respecto a la economía global se profundiza. Es
allí donde lo local como instancia primaria sufre las
irregularidades cometidas por las políticas
económicas, dichas irregularidades son producto de la
mala transferencia de competencias a los niveles inferiores, y a
su vez por la mala distribución de los ingresos por
parte del Estado a las
regiones.

Si bien el concepto de
desarrollo
local no es nuevo, ha ganado considerable fuerza en la
última década y ha crecido también en
confusión. Se trata de un concepto sustantivo que alude a
una cierta modalidad de desarrollo que puede tomar forma en
territorios de variados tamaños, pero no en todos, dada la
intrínseca complejidad del propio proceso. El desarrollo
local, en el análisis de Muller, fue la forma normal de
reproducción social y vuelve, envuelto
ahora en un velo tecnológico, a reinstalarse como forma de
reproducción social y territorial. Se trata de un caso
similar al de los polos de desarrollo a la Perroux, que ha
renacido desde la industrialización Fordista a la
industrialización flexible.

Las fuertes transformaciones que se están
produciendo en el modelo de acumulación de capital
plantean problemas de regulación como la gestión
del mercado de
trabajo o la
adaptación y difusión de la tecnología moderna
que las instituciones
que fueron eficaces durante la última fase expansiva del
ciclo, no son capaces de afrontar. Los instrumentos de
intervención del Estado han perdido eficacia en la
regulación de la economía, lo que produce un
desajuste entre las demandas de regulación y el marco
socio-institucional. De esta manera las transformaciones que
están ocurriendo en el sistema de
intervención del Estado adquieren un carácter estratégico.

Dentro del ramo de la reestructuración del
aparato estadal cabe señalar que uno de los logros
significativos ha sido la mejora en la eficiencia de la inversión social, la cual debe basarse en
la descentralización progresiva de su ejecución,
con un incremento en la participación de los
beneficiarios, organizaciones de
la sociedad civil y
comunidades locales, en una adecuada multisectorialidad que
permita el refuerzo mutuo de programas en distintos frentes.
Asimismo es necesaria una focalización eficiente que
concentre los beneficios de la inversión social en los
grupos
más desfavorecidos. Es por ello que la identidad
local se ha rebelado y descubre que la única posibilidad
de supervivencia es impulsar procesos de desarrollo localmente
controlados, ¿pero controlados por quién?, es
ahí donde viene la parte de capacitación y eficiencia técnica,
que garantice la mayor eficacia por parte de los entes locales en
la solución de los problemas comunales. Esta escala o
dimensión para superar las formas de desarrollo se
articula con una nueva valorización de esta
iniciativa.

El desarrollo local es presentado hoy como una
alternativa para lograr una mejor forma social partiendo de la
necesidad de rescatar lo local como ámbito
geográfico-institucional autónomo del desarrollo,
incorporando en la gestión a los actores sociales en el
proceso de determinación, formulación e
implementación de políticas económicas
locales. Para el director de Desarrollo y Gestión Local
del ILPES, Francisco Albuquerque. (1997:5)

"El desarrollo local consiste en un proceso de
transformación de la economía y de las sociedades
locales orientado a superar las dificultades y retos existentes,
que buscan mejorar las condiciones de vida de su población
mediante una actuación decidida y concertada entre los
diferentes agentes socioeconómicos locales públicos
y privados, para el aprovechamiento más eficiente y
sustentable de los recursos
endógenos existentes, mediante el fomento de las
capacidades de emprendimiento empresarial locales y la
creación de un entorno innovador en el
territorio".

Diferentes estudios sobre este proceso de desarrollo
local han demostrado la importancia de la dimensión
identitaria, la cual no es posible sin la existencia de un
desarrollo local, sin un componente identitario fuerte que
estimule el potencial de iniciativas de un grupo humano.
La identidad de un grupo se afirma en la continuidad y en la
ruptura o, si se quiere, en la continuidad y el cambio y si estos
procesos se producen en un territorio limitado y preciso, la
identidad no se alimenta sólo por la transmisión de
generación en generación sino también por la
pertenencia al territorio, diferentes casos de desarrollo local
están frecuentemente ligados a una resistencia
activa a abandonar un territorio, y a la urgencia de buscar
formas de desarrollo que hagan posible la permanencia en el
espacio físico.

Lo fundamental en este proceso es la
revalorización del ámbito local como espacio sobre
el cual un grupo de actores se plantea una perspectiva que abarca
las problemáticas de su entorno como áreas
productivas posibles a desarrollar, políticas de empleo,
políticas de corto y largo alcance, etc. Para hacer
efectiva cada una de estas operaciones se
hace necesario contar con los recursos
humanos y financieros, esto es uno de los problemas que
presentan las comunidades locales, pues al no contar con un
sistema de gestión eficaz se retrasa la ejecución
de los objetivos
planteados. Es por eso que se hace pertinente la presencia de
mediadores entre instancias locales y la comunidad. Es por ello
que la autonomía del nivel local es necesaria porque es el
ámbito más idóneo para integrar las dos
funciones más importantes del ordenamiento territorial: la
asignación de los recursos públicos en el nivel
municipal de acuerdo con los planes de desarrollo
económico y social estadal, y la ordenación
territorial de su ámbito, con especial
consideración del protagonismo de lo urbano.

Es necesario indicar que el Estado
central existe hasta ahora como garante de todas las funciones,
es decir, coordinación, unificación de
normas, etc,
como lo apuntan los autores, pero a ciencia
cierta, quienes son los encargados de planificar y llevar un
control de las
actividades que a nivel de municipios se realizan, que tipo de
deberes le competen a los municipios, o es que sólo se le
atribuyen las funciones de elaboración, gestión y
control de las actividades o programas. Es quizá, el
único problema que hasta ahora no se ha podido solucionar
y en donde los planificadores a nivel nacional no le han podido
dar respuesta a esta disyuntiva, es por ello que es necesario que
se identifiquen aquellos actores que posean conocimientos del
tema, es decir, vivan y padezcan de toda la problemática
que vive actualmente el país a nivel regional para que
así y de manera ordenada y concisa y por supuesto de forma
eficaz localicen los problemas, los evalúen para
así darle una solución precisa y
eficiente.

Igualmente es necesario resaltar la conveniencia de
dejar atrás la antigua contraposición campo /
ciudad, urbano / rural. Hoy en día son muchos los autores
que consideran la ruralización y la urbanización
como modalidades de un mismo proceso de colonización (cf.
Menéndez,1990): "Si se quiere ordenar un territorio que es
continuo, inevitablemente se han de borrar los perfiles entre la
ordenación del territorio y la ordenación urbana, y
eliminar las concepciones que las ubican en compartimentos
estancos". Lo más importante, no es la visión del
territorio a través de una articulación
jerarquizada de planes, de ámbito acotado, sino una
ordenación articulada con la planificación
económica. A pesar de necesitar de un cuerpo efectivo de
planificadores, también es necesario verificar como han
sido o cuál ha sido el concepto utilizado por los entes
gubernamentales en cuanto a transferencia de competencias se
refiere, pues bien, el criterio general que debería
prevalecer para la asignación de competencias es que el
gobierno central se reserve todas aquellas de carácter
global así como decisiones de políticas que afecten
al conjunto de la nación,
cosa que no ha sido aclarada hasta el momento, igualmente se
refieren a los estados indicando que tales deberían
ocuparse, en sus respectivos ámbitos territoriales,
especialmente de lo referente a la gestión administrativa,
presupuestaria, de personal,
funcional, organizativa y de atención al público.

En este caso no se ha podido identificar cuál de
ellas les corresponden a los estados y cuales a los municipios,
de todas formas, el mecanismo para la transferencia de
competencias, los llamados convenios entre los ejecutivos central
y regional, son tan poco estructurados que dejan en manos de la
negociación política del momento
la definición de los alcances de las transferencias. De
este modo afirman (los autores antes citados), unos gobernadores
podrían obtener ciertas competencias y otros
no.

En el estudio de lo local la cuestión de la
gobernabilidad viene dada además por el estudio que le
imprimen los actores locales, los cuales están conformados
por todos aquellos agentes que en campo político,
económico, social y cultural son portadores de propuestas
que tienden a capitalizar mejor las potencialidades locales. Se
trata de buscar un mayor aprovechamiento de los recursos pero
destacando la calidad de los
procesos en términos de equilibrios naturales y sociales.
Los actores locales son simultáneamente motor y
expresión del desarrollo local, son llamados para
encontrar y proponer alternativas. De esta forma podemos definir
tres tipos de actores locales: i) los actores ligados a la
toma de
decisiones (político-institucionales); ii) los actores
ligados a técnicas
particulares (expertos-profesionales) y iii) los actores ligados
a la acción
sobre el terreno (la población y todas sus expresiones
activas); de igual forma es menester indicar que dentro del
proceso de desarrollo local en la cual actúan los
diferentes tipos de actores es necesario que exista
concertación, que sobresalga ante todo la
negociación como punto neurálgico dentro de las
relaciones gobierno-sociedad civil y, por último, que
exista interacción entre los actores, de esta
forma estaríamos logrando sinergia entre los grupos
involucrados.

Pero dentro de este análisis, que papel juegan
los municipios, que tipo de beneficios le brinda a las
comunidades, existe algún apoyo por parte de los entes
gubernamentales a las localidades, este cuadro perfectamente
denotado en las agendas de los gobernadores, representan una
piedra de tranca para aquellos que pretenden ser terratenientes
de sus tierras, sin importarle la calidad de
vida de los individuos que habitan en ellas. Pues bien en
este mismo orden de ideas, es necesario recalcar que los
municipios tienen un rol capital en la constitución de instancias que permitan esa
articulación (en este caso municipios-sociedad civil), el
cual está en la capacidad de crear ámbitos de
coordinación con las oficinas y agencias locales de los
organismos nacionales, y puede también a su vez negociar
con las empresas
privadas, de esta forma obtendría financiamiento
para las obras de orden público o servicio
público, de esta manera estaría regulando su
actuación en función
del interés de la comunidad.

Este desafío requiere que las ciudades potencien
la acción local a través de alianzas urbanas y / o
agregaciones en redes. Pero esto
sería insuficiente sin acordar un nuevo sentido para tales
acciones.
Concretamente, es imprescindible trabajar con un horizonte
estratégico que supere la propuesta de "aliviar la pobreza",(
tema que hasta ahora no ha sido tocado por las múltiples
implicaciones que el mismo ocasiona y las múltiples
teorías
que del mismo han surgido, (Banco Mundial
1990), asumiendo en cambio la resolución de la
cuestión urbana. Tal cuestión abarca la
problemática compleja de alcanzar tanto la gobernabilidad
democrática como la competitividad
dinámica y el desarrollo
humano sostenible, tres retos que signarán la
próxima década de gestión urbana.

Un rasgo esencial, el cual está sujeto a la
presencia de los agentes que controlan el Gobierno Municipal es
precisamente el de representar una zona de cruce de intereses
locales y nacionales… la idea es que las comunidades se
organicen políticamente en su gobierno local, pero no
exclusivamente en él, las comunidades también
están organizadas políticamente en su gobierno
nacional, es decir, tienen voz y voto; de esta forma cada nivel
posee un ámbito propio, la relación se define mejor
como una tutela ejercida
en el contexto de autonomía, es decir, es un
vínculo que posee componentes contradictorios; claro
está, lo contradictorio existe entre lo local y lo
nacional, en el sentido de que el primero maneja o mejor dicho es
el garante de una proporción mayor en cuanto a
responsabilidades se refiere, o mejor dicho, el aspecto nacional
visto de una manera jerarquizada, maneja una serie de
competencias acorde a su actividad en el plano, y valga la
redundancia, en el plano nacional, esto no quiere decir que lo
local no se le pueden delegar ciertas responsabilidades, que el
Estado mismo por su razón de ser, no las puede
desempeñar a cabalidad.

Si el análisis de lo local nos hace pensar en el
cómo se puede hacer para que podamos alcanzar un desarrollo
sostenible, partiendo de que las instancias sujetas a la
planificación local están realizando una efectiva
labor de gestión, administración y una acorde
distribución de los recursos, entonces estaríamos
hablando, si las condiciones así lo estableciesen, de que
en el ámbito local si es posible gobernar. Y es por ello
que, hoy en día las empresas contemporáneas tienen
orientaciones que le permiten el desarrollo de realidades
empresariales abiertas a su entorno, con un grado importante de
inserción en los tejidos locales.
Para la concreción de esta realidad, es cierto que los
demás actores locales tienen un rol fundamental, el
gobierno local deberá llegar a una negociación para
guardar un cierto control sobre el desarrollo de la experiencia,
y debería a su vez evitar una situación de
dependencia, mediante la diversificación del tejido de
iniciativas.

Pero donde queda representada el área financiera
de la que todos los estados con sus respectivos municipios
dependen, pues bien, en cuanto al tema de los recursos
financieros, la nueva Carta Magna, en
general, no mejora el régimen financiero anterior y deja
para un desarrollo futuro esa posibilidad. Las razones son las
siguientes:

  • El situado constitucional queda flotando en una banda
    de 15%-20%, mientras que era de 20% anual desde
    1994.
  • El FIDES pareciera desaparecer y dar paso a un Fondo
    de Compensación Inter-territorial cuyo régimen
    dependerá de lo que finalmente se negocie en el Consejo
    Federal.
  • Queda previsto un régimen de asignaciones
    económicas especiales para aquellas entidades sedes de
    minas de hidrocarburos, con lo que se presume
    continúa la ley ya existente.
  • Se remite a ley nacional la asignación de
    impuestos,
    tasas y contribuciones para promover con ello el desarrollo de
    las haciendas públicas estadales.

Todo esto nos hace pensar, y así lo señala
el autor Carlos Mascareño al indicar que… asistimos a la
gran batalla de los gobernadores electos por lograr las mejores
condiciones en la hacienda estadal, toda vez que la estructura
financiera vigente hasta 1999 quedó disminuida por lo
antes expuesto, en definitiva es una oportunidad para los estados
ya que se les abre una nueva oportunidad de poder disfrutar y con
mayor ventaja sobre los ingresos totales territoriales, en todo
caso y como lo indica el mismo autor, las negociaciones
financieras van a quedar circunscritas a dos niveles de
decisión: el Consejo Federal de Gobierno y la Asamblea
Nacional unicameral; en este caso se ha de suponer que las
instancias menores, es decir, los gobiernos locales podrán
a su vez disfrutar de un mejor manejo del presupuesto
otorgado por los municipios para su posible desarrollo, pero la
incógnita acerca de cómo lograr que las instancias
locales se desarrollen es lo que todavía queda por
resolver, la disposición de los entes gubernamentales, es
decir, alcaldes y gobernadores, la disposición al diálogo,
la evaluación
y control de los presupuestos
asignados a cada alcaldía, el diálogo abierto entre
alcaldía y sociedad civil para la solución de los
posibles problemas, todo esto nos lleva a una gran encrucijada,
la cual se presenta de la siguiente forma, actualmente se le
están asignando a las comunidades el 20% de los recursos
del Fondo Intergubernamental para la Descentralización
(FIDES), con la finalidad de que las comunidades elaboren sus
propios proyectos, los
lleven a cabo y los evalúen, pero donde está
representada la persona encargada
de supervisar tales proyectos, es que acaso va a ser modificado
ese 20% que se le está asignando a las comunidades con la
posible desaparición del FIDES, o será que todo
esto se ha convertido en una simple utopía
más.

Con toda esta problemática planteada y con la
más descarada e inconstante manera que tiene el gobierno
de hacer ver que los problemas se están resolviendo, hemos
llegado a pensar que el aparato estatal se ha convertido en una
pieza totalmente ineficiente a la hora de dar respuestas
concretas a los asuntos de interés nacional, de hecho
estamos acostumbrados a presenciar que las democracias, una vez
que entran en graves crisis como la
nuestra, son sustituidas por dictaduras. A su vez, los gobiernos
autoritarios sucumben eventualmente frente al empuje y las
aspiraciones de libertad de la
mayoría de la sociedad. Y es por ello que el mismo autor
afirma que " La Gobernabilidad del sistema tiene mucho que ganar
con el proceso de descentralización. De hecho,
después del intento de golpe, pocos dudan de la
contribución que realizaron los gobernadores a la
estabilidad de las instituciones, poniendo en juego su
legitimidad y prestigio a favor de la democracia"
(De la Cruz, Rafael, 1992:51).

Volviendo a la afirmación anterior,
podríamos indicar que en general, puede decirse que no ha
habido voluntad política a nivel de la Administración Central para proceder a la
regionalización, entre otras cosas, porque no hay un
convencimiento sobre las bondades que la desconcentración
y la descentralización pueden significar. Lo que ha
llevado al fracaso en esta área estratégica ha
condicionado, como es lógico, el avance en otros aspectos
básicos de la política, ya que al no haber una
descentralización efectiva de la gestión
administrativas y financiera del gobierno central, todo el
sistema previsto para decidir, controlar y evaluar a nivel
regional pierde realmente sentido.

De esta forma si los representantes de los ministerios y
entes autónomos del Estado no tienen un poder de
decisión sobre los sectores que son de su competencia y
sólo son simples tramitadores, la capacidad de asignar
recursos, controlar el gasto y evaluar la marcha de los planes,
programas y proyectos no existe. Lo que trae como consecuencia,
que todos los diferentes comités y consejos que han sido
reiteradamente creados como piezas claves para alcanzar los
objetivos de desarrollo regional han tenido una existencia muy
fugaz y, por supuesto intrascendente.

En este mismo orden de ideas es necesario recalcar lo
siguiente, al inicio de este capítulo señalamos
acerca de la exposición de motivos de la LODDT…con base
en el artículo 137 de la Constitución, la LODDT
estableció en su capítulo IV el régimen de
competencias concurrentes entre los niveles del poder
público, a saber:

Artículo 4. En ejercicio de las competencias
concurrentes que establece la Constitución (…),
serán transferidos progresivamente a los estados los
siguientes servicios que
actualmente presta el poder nacional: (1) La
Planificación, coordinación y promoción de su propio desarrollo integral
de conformidad con las leyes nacionales
de la materia…ésta al igual que otras
competencias no fueron transferidas por la administración
central…y ni siquiera se invocó el artículo 137
de la Constitución que preveía la transferencia de
competencias nacionales, de igual forma en el artículo 36
perteneciente a la misma ley indica lo siguiente…los
municipios, para la gestión de sus intereses y en el
ámbito de sus competencias podrán promover toda
clase de
actividades y prestar cuantos servicios públicos
contribuyan a satisfacer las necesidades y aspiraciones de la
comunidad…continua, son de la competencia propia del municipio
las siguientes materias:…(3) elaborar y aprobar los planes de
desarrollo urbano local formulados de acuerdo con las normas y
procedimientos
técnicos establecidos por el Ejecutivo Nacional.
Igualmente velará porque los planes nacionales y
regionales de ordenación del territorio y de
ordenación urbanística se cumple en su
ámbito, si establecemos comparaciones hoy en día
podremos notar que este tipo de regulaciones no se están
cumpliendo a cabalidad.

En vista de que la forma más idónea de
comprobar la capacidad de gestión y administración
de los recursos financieros por parte de la administración
central a los estados o municipios, en este caso los
últimos específicamente, es verificando datos o cifras
estadísticas, para ello señalaremos
lo siguiente, para el momento de la creación del
Decreto-Ley que Regula la Participación de los Estados y
Municipios en el producto del Impuesto al valor
Agregado y el Fondo Intergubernamental para la
descentralización, los aspectos más resaltantes
fueron los siguientes:

  • El máximo de participación de estados y
    municipios sería de un 30% de lo recaudado, excluido lo
    que les corresponda por el situado. Se iniciaría en 4%
    para 1993, hasta 10% en1994, hasta 15% en 1995, hasta 18% en
    1996, hasta 22% en 1997, hasta 27% en 1998, hasta 28% en 1999 y
    hasta 30% a partir de 2000…es importante destacar que el
    período de nuestra evaluación corresponde a los
    últimos 3 años, es decir, desde 1998 en
    adelante.
  • Los recursos serían destinados al
    financiamiento de aquellos servicios correspondientes a
    competencias concurrentes y exclusivas, efectivamente
    transferidas a estados y municipios.

Efectivamente según estos datos la transferencia
de recursos financieros a los estados y municipios no ha sido
constante, sumando las múltiples irregularidades, que por
concepto de financiamiento ha mantenido el gobierno con las
diferentes instancias y organizaciones gubernamentales, al igual
que con la creación del Fondo Intergubernamental para la
Descentralización (FIDES), las irregularidades se han
convertido en un factor determinante y en una piedra de tranca
para lo que podríamos llamar un desarrollo
auto-sustentable a nivel estadal y por ende municipal, ya que los
recursos van dirigidos a los estados, para que sean
redistribuidos en los diferentes municipios. Si las
irregularidades se presentan de acuerdo al tipo de acción
que se vaya a realizar, entonces cabría destacar que a
nivel operativo, técnico y evaluativo han surgido ciertas
deficiencias generadas por la mala preparación del
personal o el capital humano
encargado de llevar a cabo estas tareas, es decir, dentro de las
instituciones que pertenecen al gobierno deben existir
departamentos que se encarguen de capacitar y/o adiestrar al
personal, y no seguir pensando que haciendo auditoría
interna van a eliminar los problemas.

A título comparativo, las experiencias europeas
(el caso de Barcelona España)
demuestran que las estrategias de
desarrollo local ganan en efectividad si se instrumentan a
través de Agencias de Desarrollo, que gocen de
autonomía operativa y de flexibilidad en la
gestión. Estas agencias de desarrollo local responden al
nuevo enfoque de desarrollo territorial, que descansa
esencialmente en el mejor aprovechamiento del potencial de
recursos endógenos, definiendo aún más lo
que se quiere decir con endógeno a manera de ampliar un
poco más nuestro análisis señalaremos lo
siguiente, el concepto de desarrollo endógeno nace como
una reacción al pensamiento y
a la práctica dominante en materia de desarrollo
territorial en las décadas de los 50 y 60, pensamiento y
práctica enmarcados en el paradigma
industrial Fordista y en la difusión "del centro-abajo" de
las innovaciones y de los impulsos de cambio, Garofoli, uno de
los más notables exponentes del "nuevo regionalismo"
europeo define el desarrollo endógeno de la manera
siguiente:

" Desarrollo endógeno significa, en efecto, la
capacidad para transformar el sistema socio-económico; la
habilidad para reaccionar a los desafíos externos; la
promoción de aprendizaje
social; y la habilidad para introducir formas específicas
de regulación social a nivel local que favorecen el
desarrollo de las características anteriores. Desarrollo
endógeno es, en otras palabras, la habilidad para innovar
a nivel local", todo esto a fin de incrementar el nivel de empleo
y crecimiento
económico sustentable a nivel local. Se trata de un
nuevo instrumento de promoción económica y de
desarrollo productivo y empresarial territorial, creado en
consenso entre agentes públicos y privados".

Este análisis antes expuesto coloca en el tapete
lo importante y significativo que representa el evaluar lo local
desde una perspectiva netamente social, es decir, ver las
implicaciones que se generan a medida que se avanza dentro de
este proceso, y a su vez si se está generando dentro del
cúmulo de relaciones entre los diferentes actores locales
el factor de gobernabilidad, es por ello que el debate sobre
desarrollo local en América
Latina nos ha llevado a reflexionar sobre las relaciones entre la
singularidad de un proceso y su posible subordinación ante
las regularidades estructurales, creadas estas por el mismo
sistema central vigente. Centrar la atención en lo local
es una vía alterna que conduce a la reflexión y a
la necesidad de desmontar viejas tradiciones y costumbres para
irlas canalizando de manera gradual dentro del paradigma
local/global, y entender que desde lo local es donde se manejan
las estructuras
organizativas y controladoras del desarrollo de una
región.

Este paradigma local/global es lo que mueve los
engranajes de la estructura organizativa de un gobierno
democrático, y a su vez le inserta dinamismo a todas las
áreas vinculadas con el mismo proceso y por ende queda
claro que la validez y permanencia en relación de
gestión entre las organizaciones civiles y el gobierno se
incrementan en la medida en que sus logros se proyectan hacia
toda la comunidad y más allá en el entorno, pero
más allá de esta relación Estado-sociedad
civil, es plantearse la idea de una nueva relación la cual
nacería bajo el concepto local/comunal, cuya
relación estaría estrechamente relacionada con la
capacidad que tengan los gobiernos locales y sus instituciones,
de darle respuesta a la problemática que pueden padecer
las comunidades en su entorno, ésta es una idea planteada
con la finalidad de darles autonomía a las comunidades, lo
cual implica el no quedarnos con el supuesto de que todo es
posible si se parte únicamente del análisis de
entender primero lo global para luego adentrarnos en lo local,
sino más bien partiríamos del supuesto que
señala, conoce lo local y llegaras a la
problemática comunal.

Desde luego que la relación planteada como
"local/comunal" es directamente proporcional a las
condiciones económicas existentes en el país en el
cual se pretenda implantar dicho modelo, llamado así por
la forma en que se puede llegar a analizar, sin perder de
antemano y sin tener la menor intención de desacreditar a
aquellos que plantean que la única forma de relacionar lo
local es con el análisis de lo global, ya que este
paradigma no estudia los niveles inferiores de la estructura
piramidal en la cual han estado inmersos muchos países
latinoamericanos, dicha estructura representada
básicamente por Estado-Regiones-Localidades, en donde el
primero ocupa la cúspide de la estructura y por ende
controlador de todas las estructuras de gobierno, llámese
instituciones gubernamentales, los siguientes escalafones
están representados por grupos subordinados que sin tener
autonomía total en cuanto a toma de decisiones han logrado
avanzar para brindarles cierta autonomía a las comunidades
y así poder alcanzar un posible desarrollo; plantear el
modelo "local/comunal" es abrirle el paso a las
comunidades para que desde los espacios menos representativos
puedan ejercer su autonomía y desprenderse de los brazos
controladores del Estado central.

Capítulo IV

Introducción del modelo
"local/comunal" como propuesta para un posible desarrollo
regional

Como indicábamos en el capítulo anterior,
entender lo local es tener claro el cúmulo de relaciones
que se desarrollan en un espacio físico, no necesariamente
de tamaño reducido, pero con una complejidad singular, es
decir, donde se entrecruzan una serie de relaciones de
índole económico, político y social, las
cuales tienen o se ven en la necesidad de retroalimentarse sin
que ello genere discordia, lo cual a su vez le inserta dinamismo
al proceso; pero el plantear lo local y, a su vez, insertarle el
aspecto comunal genera una especie de incertidumbre, la cual se
ve reflejada en el cómo lograr que las comunidades se
organicen y mantengan y/o generen sinergia con los entes locales,
de manera que se pueda producir una especie de convivencia y que
a la larga no se conviertan en aspectos dicotómicos. Este
es un punto muy importante que será analizado a
continuación.

Como señalábamos con anterioridad, en
América Latina, los procesos de democratización
política y de descentralización del Estado
revalorizaron durante la pasada década el papel de las
ciudades y los gobiernos locales. Sin embargo, las limitaciones
de estos mismos procesos, los efectos sociales de las
políticas de ajuste que se añadieron a las
desigualdades y marginalidades heredadas, la debilidad del
entramado socio-cultural de las ciudades y los graves
déficit de infraestructura y servicios públicos han
retrasado la emergencia de las ciudades como protagonistas, ese
retraso expresado en el cada vez desmejorado servicio que se le
presta a las localidades es producto del ineficiente manejo que
le dan al presupuesto que se le otorga a los municipios para su
funcionamiento.

Es por ello quizá que lo que se tiene planteado
es innovar a nivel político-administrativo de manera que
se puedan generar mecanismos de cooperación social y de
participación ciudadana. Tal es el caso que
el papel promotor del gobierno local consiste en gran parte en
estimular y orientar las energías de la población
para así poder obtener un bienestar colectivo y por ende
generar convivencia colectiva. La innovación democrática es,
probablemente, el aspecto más interesante del papel que
asumen progresivamente los gobiernos locales. Creemos que esta
obligación innovadora responde a tres retos distintos: i)
el de la participación ciudadana; ii) el de la
cooperación social y; iii) el de la integración de las políticas
urbanas.

Es muy cierto que se ha producido un desfase entre el
crecimiento de las funciones y las demandas al gobierno de la
ciudad y el de los recursos para darles respuesta a los tres
retos antes mencionados, pero en muchos de los casos lo que se
quiere en realidad es obtener más poder, más
libertad y más autonomía. Pero de lo que si debemos
estar claro es que no se puede hacer nueva política y
asumir más competencias manteniendo viejas estructuras
organizativas y procedimientos pensados más para controlar
que para actuar. Muy en particular, ya que nuestra investigación está dedicada
directamente al caso venezolano, es el pensar que el perder el
control es perder el poder, esta forma de pensar de muchos
gobiernos han ocasionado resultados desastrosos, al punto de
llegar a pensar que la única forma de que permanezca el
control es siguiendo una doctrina autoritaria como mecanismo
garante del orden.

Pues bien, aún siguiendo un régimen
centralista o descentralizado, la constante sigue siendo el
financiamiento, y es por ello que la financiación de los
gobiernos locales debe ser en gran parte automática
(ingresos propios y participación en impuestos nacionales
como renta o IVA), siendo
la aportación del estado de carácter compensatorio
(política de reequilibrio) o por vía de contratosprograma u
otros instrumentos finalistas, la cuestión de los recursos
en realidad se ha convertido en piedra de tranca para muchos
gobiernos locales, tanto así que ha tomado tendencias
partidistas, provocando en los sectores sensaciones de ahogo y/o
sofocamiento a la hora de otorgar recursos para impulsar el
crecimiento a nivel local.

Podemos partir entonces de una gran incógnita
¿cómo lograr la sostenibilidad local?, pues bien,
pudimos constatar en el Capítulo I de nuestro trabajo,
titulado "Introducción al mundo zigzagueante de la
Descentralización", en el cual hacíamos
mención de un concepto de Desarrollo
Sustentable planteado por la CEPAL, por supuesto no es la
única postura existente, la definición de este
concepto es ambigua. La Comisión del Medio Ambiente
y el Desarrollo difundió el concepto en 1987 con la
definición siguiente: "Desarrollo sostenible es la
habilidad de asegurar las necesidades del presente sin
comprometer la habilidad de la generaciones futuras para cubrir
sus propias necesidades", a su vez éste debe incluir o
debe hacer énfasis en el desarrollo como incremento de
riqueza material, como aumento de la calidad de vida, de
definición variable, según la cultura que
predomine en la región, y la reproducción de las
condiciones sociales, materiales e
institucionales para seguir adelante con este desarrollo.
También debemos tomar en cuenta que, tanto las ciudades de
los países en vías de desarrollo como las urbes
desarrolladas, sufren en menor o mayor grado una serie de
factores de presión
(como pobreza, desempleo,
deserción
escolar, etc.) que condicionan el desarrollo sostenible de
las zonas urbanas.

Como indicábamos en el capítulo anterior,
el enfoque utilizado para generar un posible desarrollo local es
haciendo uso del aspecto local/comunal, es decir, poner en
práctica sendos proyectos o programas que generen
iniciativas por parte de la ciudadanía y los incentiven a participar, a
cooperar y a integrar políticas urbanas, de manera que
tengamos en los niveles más bajos del ordenamiento
territorial, llámese municipios y dentro de ellos grupos
vecinales, personal capacitado para llevar adelante el control de
las áreas que necesitan ser desarrolladas, para ello se
establecerían acuerdos con los alcaldes para que tuvieran
acceso a la ejecución de los programas; pero cual ha sido
el resultado obtenido, pues bien, se obtienen muchas y buenas
ideas, pero no se concretan en la gestión local, a su vez,
según los alcaldes (área metropolitana), la
ejecución no traspasa los límites de
las gobernaciones, y la única solución posible es
profundizar el fortalecimiento institucional para la
ejecución descentralizada de los programas, además
de requerir una mayor autonomía de gestión, la
participación de las alcaldías y la difusión
de los programas.

Con realismo se ha
dicho que la descentralización si recursos es un proceso
que opera en el vacío y un esfuerzo vacuo por democratizar
el municipio y reanimar la vida social y cultural de la
provincia, dicho realismo, que hoy en día podríamos
decir que se ha convertido en un realismo mágico, ha
convertido la vida de los municipios en un perfecto desorden, en
donde, de forma desmesurada le han concedido a los municipios una
serie de funciones que antes eran responsabilidad directa de la Nación
, sin que ello represente una buena excusa para transferir
recursos financieros en relación con las transferencias
concedidas a los municipios, es decir, mayor
responsabilidad-menos recursos, convirtiéndose éste
aspecto en el Talón de Aquiles de la
descentralización Regional. Vale la pena mencionar y
así lo afirma Oscar Moreno, el hecho de conocer las
opiniones de los alcaldes sobre dos puntos básicos:
cómo proyectaron su gestión económica y
hacia dónde orientaron su programa de gobierno, dos
premisas que ha nuestro parecer nos arrojaría una serie de
respuestas pertinentes que nos permitiría aclarar la duda
acerca de que han hecho en realidad los gobiernos locales para
poner en práctica y llevar a cabo los tres retos antes
mencionados.

Para definir o poner en claro que han hecho los
gobiernos municipales o locales para llevar a cabo los tres retos
antes mencionados, es necesario definir con precisión
dónde comienza y donde termina el ámbito de la
acción gerencial en un municipio, a qué
orientaciones y estímulos responden los diversos
comportamientos y actos que se engloban bajo el título de
gobierno local, qué es, en definitiva, lo que hay que
gerenciar, tomando en cuenta la cantidad de demandas y presiones
que a su vez reciben estas instancias gubernamentales, revelando
el cómo se debe actuar dentro de marcos más
amplios, en cuanto a la definición de los objetivos
planteados y el tipo de organización a la que están sujetas
las instancias del gobierno.

Por ello lo escabroso del proceso de indicar
dónde comienza y dónde termina el ámbito de
la acción gerencial en un municipio, ya que existen dos
tipos de relaciones particularmente importantes para los
gobiernos locales: con los partidos
políticos y con el gobierno central, este tipo de
relaciones les permite a los gobiernos locales llevar de una
forma holgada su administración, siempre y cuando los
miembros electos por los gobiernos locales pertenezcan al partido
que representa al gobierno, porque de otra manera
conseguirán una serie de obstáculos que le restara
dinamismo al proceso. En el primer caso al igual que en segundo,
donde la relación se establece con los partidos
políticos, se puede observar la marcada influencia que
puedan ejercer estos en las decisiones que se tomen a nivel
local, es decir, la influencia que puedan ejercer tanto el
gobierno central como los partidos políticos
incidirán en todos los ámbitos, tanto así
que dificultará a su vez diferenciar cual será el
ámbito de acción del gobierno local, debido a la
confusión de sus respectivas misiones.

Quizá podamos a continuación dar una
explicación un poco más detallada acerca de
cómo ha sido la relación que se ha establecido
entre las comunidades y los gobiernos locales y su posible
incidencia en el desarrollo de las mismas.

A.- Participación Ciudadana vs. Gobiernos
Locales. Un enfrentamiento injusto pero necesario.

Podemos encontrar que en esta relación, el
representante de una localidad, llámese alcalde, debe
estar en la capacidad de dar respuestas por igual a las
diferentes tensiones y presiones a las cuales está sujeto.
Un alcalde que actúa dentro de un ámbito de
acción con criterios netamente técnicos o netamente
políticos, esta andando sobre un camino escabroso y lleno
de dificultades, a la vez que desarrolla una cultura de
inoperancia en todos los niveles de su organización, en
respuesta a esta problemática planteada el sólo
hecho de sugerir una eficiente articulación de criterios
técnicos con puntos de vista políticos suele ser
uno de los requisitos más importantes para el ejercicio
exitoso de la gerencia
municipal. Por ello está contemplado dentro del ejercicio
de acción de un alcalde incluir un sistema
estratégico dentro de su organización de manera que
le permita establecer su relación con el medio externo o
entorno, donde se encuentran los agentes que demandan, proveen,
presionan y, en general, interactúan con ella.

La capacidad de interactuar con las comunidades le
brinda a los gobiernos locales la posibilidad de conocer a fondo
cuales son sus verdaderas necesidades y, de esta forma mantener
un equilibrio con
el entorno, claro está, este tipo de relación en
donde el mandatario se ve en la necesidad de enfrentarse cara a
cara con el ciudadano común y a partir de allí
escuchar sus demandas, le ofrece al ciudadano la oportunidad de
participar dentro de la toma de decisiones y así poder
representar a una parte de la población, de igual forma
este acercamiento por supuesto es menor ya que todo ciudadano,
por herencia
cultural, desea que su problema sea escuchado por el
máximo líder.
Este proceso sería más sencillo si las comunidades
se organizaran, de manera que todas las peticiones en provecho de
un bien común estuviesen enmarcadas dentro de un contexto
de desarrollo
comunitario, pero este paso previo de organización
comunitaria no es tarea fácil para ningún
gobernador o alcalde, tienen que crear un piso político
estable de manera que se puedan crear instancias mediadoras que a
su vez asuman la responsabilidad de recibir y procesar la
información y por ende darle salida a todos
los problemas que demandan pronta solución por parte de
las comunidades.

Esta interacción producida por la relación
existente entre comunidades y gobierno local, es producto de un
cúmulo de presiones originadas por las primeras, para
así poder obtener, si se puede decir, resultados
satisfactorios, pero dicha interacción debe estar
acompañada de un proceso de retroalimentación, en el cual ambas partes
se fusionan y en donde el proceso de toma de decisiones se
efectúa de manera horizontal y no vertical, en donde las
acciones son tomadas de forma mancomunada y llevadas a cabo por
ambas partes. Pero existe un problema que es preciso mencionar, y
se presenta cuando las demandas de la población superan la
oferta de las
instituciones, en estos casos la imagen de la
institución se deteriora, producto de una práctica
clientelar exagerada. De allí que el volumen de
público que acude a una gobernación en busca de
soluciones, se
encuentra con una estructura que impide una atención
adecuada en términos del procesamiento de sus
problemas.

Para Jorge Graciarena, la dinámica actual de la
situación social y política de la región se
desplaza en una dirección que parece poner dificultades
cada vez mayores a la estrategia de
forzar a los sectores populares a ingresar dentro del marco del
compromiso político vigente y a aceptar el liderato de los
grupos oligárquicos, lo que se ha convertido en tema clave
en la discusión sobre los problemas del país,
ciertamente, la participación de la población es
necesaria para que entes públicos como los gobiernos
locales se "sintonicen" con las necesidades, aspiraciones y
expectativas de la población. Este efecto sintonizador
producido por la acción de las comunidades y los gobiernos
locales, de manera mancomunada, por supuesto, debe estar
acompañado por la incesante necesidad de crear nuevos
mecanismos para que la Administración conozca mejor las
necesidades de sus administrados, obtenga la colaboración
de éstos en la ejecución de algunas tareas o bien,
directamente, para que se sustituya al Estado en la
realización de determinadas funciones, o mejor dicho la
transferencia de competencias por parte del Estado a los
gobiernos municipales.

En todo caso, la pugna establecida entre los gobiernos
regionales y las comunidades locales viene dada por la
indiferencia que muestran los primeros en mejorar la calidad de
vida de la población, lo que trae como consecuencia
inmediata que se generen iniciativas por parte de la
población, la que eventualmente puede requerir de la ayuda
del Estado a través de asistencia técnica, ayuda
material, capacitación o medios
institucionales capaces de orientar y servir de estimulo a la
población necesitada. El Estado como tal, como ente
regulador de las acciones que se llevan a cabo para su eficaz
funcionamiento, debe tener claro que la participación
ciudadana no es una alternativa a la democracia representativa,
ni un paso a lo que actualmente llaman democracia participativa,
sino sólo un complemento a la misma. Y es quizá por
esto que no debe haber ningún tipo de relación, ni
conflicto de
intereses entre los gobiernos locales y el Estado, dada la
necesaria autonomía que es conveniente que mantengan las
organizaciones sociales respecto de la actividad política
partidaria para impedir su desnaturalización.

En todo caso y así lo afirman Malavé y
Piñango, al indicar que los gobiernos locales son pobres
en la información que procesan para cumplir con sus
funciones de captar recursos y prestar servicios a la comunidad,
y es allí donde se ve reflejado el modelo de
gestión utilizado por los gobiernos locales para evitar
este tipo de males, provocados la gran mayoría por la mala
administración de los recursos financieros, claro
está, esto no quiere decir que se justifique la
intervención del Estado a nivel estatal para mejorar en lo
posible la calidad de vida de la población, ni mucho menos
el implantar en las regiones mecanismos de regulación de
la actividad económica, política y social, las
cuales le insertan de por sí dinamismo a las regiones, ya
que las mismas controlan las relaciones intraregionales e
interregionales.

En conclusión debe existir o prevalecer a nivel
de gerencia municipal un orden, en el cual deben estar en
consonancia tanto la participación ciudadana como los
representantes del gobierno central, a partir del reconocimiento
de este orden es como el gerente
municipal puede introducir los cambios necesarios para alcanzar
nuevos objetivos en cuanto a mejoramiento de la calidad de vida
de la población, prestación de servicios,
recaudación de fondos, etc., y no el pensar que el gerente
municipal a través de su mandato va ha pasar de un
supuesto caos a un orden que el considere ficticio, tan
sólo por el hecho de que hay que alejarse de añejas
tradiciones y prácticas harto repetidas.

B.- Cooperación e Integración Social.
Dos variables
importantes dentro del marco de acción de los Gobiernos
Locales.

En este apartado es necesario destacar la importancia
que representa para las comunidades el hecho de que haya o exista
un nivel de cooperación y a su vez de integración
de los miembros para realizar o constituir los medios más
eficaces para llevar a cabo el desarrollo de la localidad o las
localidades, asegurando de esta forma la permanencia en el tiempo
de las políticas adoptadas tanto por el gobierno local
como por las comunidades. Es por ello que el proceso de
descentralización, el cual se ha convertido en el
principal objeto de estudio de nuestro trabajo, promete una mayor
participación de la población en los beneficios del
Estado, a la vez que ofrece una más activa presencia de la
sociedad en las circunstancias del sistema político
imperante. Cómo consecuencia de esta afirmación es
importante plantearse la siguiente incógnita,
¿Cómo lograríamos obtener una eficaz
cooperación y con ello una fructífera
integración de la población, si los niveles de vida
de las mismas cada día reflejan un constante
deterioro?.

Sería menester indicar que la respuesta o las
posibles respuestas a esta incógnita están
supeditadas a los programas o proyectos que tienen los gobiernos
locales para impulsar de alguna manera el nivel de
participación y desempeño de la población y en el
bienestar de las mismas, y que tanto una como la otra mantienen
una estrecha relación con las acciones que toma el Estado
en respuesta a estas demandas, claro está, más
allá de las acciones que pueda tomar el Estado para suplir
estas demandas, cómo se lograría obtener sin la
ayuda del brazo conductor del Estado central. Este punto lo
desarrollaremos a continuación.

Pues bien, en principio sería pertinente
descifrar que entendemos por cooperación, y aunque la
respuesta es un tanto sencilla, no podemos por eso dejarla de
lado ni mucho menos no tomarla en cuenta, ahora bien,
sería más interesante si la relacionáramos
con el factor comunicación, que si bien Borja y Castells
lo explican de una manera clara y precisa, al señalar que
es necesario establecer en comunidades, localidades o
asentamientos humanos una red informacional capaz
de llevar un control exacto de las debilidades que la
población presenta, es decir, establecer un hilo conductor
que le permita al individuo
interrelacionarse con los otros de manera eficaz, pero queda la
duda en cuanto al tipo de relación existente entre
cooperación y comunicación o el nivel de
información, pues bien, el hecho de cooperar significa
ayudar, colaborar, establecer vínculos con otras
instancias o medios capaces de ser receptores de todas las
demandas de la población para así y a través
de los programas o proyectos poder brindarles una salida
pertinente a los problemas.

Tenemos que tener claro que dentro del marco de
acción de los gobiernos locales, la participación
admite una gran variedad de formas y modalidades, tales como la
autogestión, la ayuda mutua y la integración, de
esta forma cualquier acción organizada en función
de la expresión de intereses pudiera constituir una
modalidad de participación; Guimaraes sostiene que en las
ciudades, asume que aún cuando se ha presenciado una
verdadera explosión de organizaciones populares en los
últimos tiempos, sigue teniendo importancia fundamental
los sindicatos y
las diversas manifestaciones poblacionales (comités de
barrio, juntas vecinales, núcleos de educación popular,
etc.), quedando resumido lo antes expuesto como un factor de
integración social, en donde la población, a
través de la unión de grupos vecinales o juntas,
logran de manera ordenada y/o organizada concretar sus
aspiraciones.

En vista de la gran cantidad de comunidades que se han
organizado a nivel local, han surgido aquellas que se
desenvuelven de manera "extra-oficialmente" a partir de
iniciativas de los propios sujetos sociales, todo esto en
respuesta por la notable ineficiencia presentada por los entes
locales al momento de llevar a cabo un programa o plan de
contingencia; las comunidades que adoptan este tipo de modalidad
corren el riesgo casi
inadvertido de que en un momento determinado no sean reconocidas
las acciones llevadas a cabo por estas dentro de los gobiernos
locales, de manera que los cambios que se produzcan no
tendrán un carácter legítimo y por ende no
podrán ser reconocidos, pero en este caso
¿dónde comienza a ser legitimo el cambio?,
será a partir de las relaciones que se establezcan y a
manera de consenso con los entes gubernamentales, en donde dichos
entes sean capaces de delegar ciertas responsabilidades a
instancias que se encuentran muy por debajo de la cadena de
mando, de manera que no entorpezcan las funciones y acciones que
los estratos superiores desempeñan para mantener un
control general.

Si bien es cierto y siguiendo con la problemática
existente entre lo local y lo comunal y con ello el reto de
alcanzar una eficaz cooperación y una fructífera
integración de la población, también es
necesario establecer de antemano los mecanismos de
mediación como los partidos, ya que los mismos a
través del tiempo han sufrido un debilitamiento, y aunado
a ello las instituciones del Estado han perdido credibilidad,
pero una buena manera de restablecer la legitimidad de la
democracia y de aumentar la base de la gobernabilidad es
ampliando la participación de la sociedad en asuntos que
le conciernen, así como aumentar la eficiencia y eficacia
gubernamental, con mucha sapiencia podríamos indicar que
los términos eficiencia y eficacia son totalmente
diferentes, y que cada uno de ellos establece condiciones y
acciones diferentes a la hora de gobernar.

En conclusión, los esfuerzos realizados por los
gobiernos municipales, estadales y nacional, incluyendo la
cooperación técnica internacional, para mejorar las
capacidades gerenciales de las administraciones regionales y
locales son meritorios, pero deben seguir progresando. Falta
mucho trabajo en esta área antes de que se llegue a un
nivel satisfactorio de eficiencia y eficacia en la gestión
de estas organizaciones. Es por ello que en la etapa que se
avecina de la descentralización, se deben corregir estas
debilidades, de igual manera es importante destacar que los entes
públicos que mantienen una relación directa con
este proceso encuentren un espacio para la concertación de
sus estrategias. Las condiciones para que esto sea así son
cada vez más propicias. Tanto los organismos de la
administración central, los estados y numerosos municipios
como las agencias multilaterales y de cooperación, han
llegado a comprender la necesidad de una mayor
coordinación entre sí, logrando de esta manera
plasmar en la conciencia del
individuo la noción de desarrollo.

C.- Políticas Urbanas. El camino más
idóneo para fomentar la integración.

En este apartado, singular por el campo
específico al cual estamos haciendo referencia, nos trae a
colación una serie de estrategias, que a nuestro modo de
ver son indispensables para lograr si es posible una efectiva
integración. De este forma todo sistema de
planificación-gestión estratégica posee
capacidades organizativas para formular, evaluar, promocionar y
gerenciar proyectos de cualquier naturaleza,
vinculados con el ámbito del negocio de la
organización. Es por ello que el hecho de formular
proyectos es una estrategia de carácter significativo
dentro del marco de acción de las políticas
urbanas, las cuales promueven e incentivan a la población
a seguir de manera ordenada y de forma coherente los pasos a
seguir para mantener un equilibrio en la
región.

Generalmente cuando hablamos de mantener un equilibrio
en las regiones, estamos haciendo referencia al efecto
compensatorio producido por la aplicación de
políticas de alcance nacional, estadal o municipal, pero
tenemos que aclarar que en el caso de las políticas
urbanas la dinámica es un tanto diferente y más
aún si las relacionamos con los avances de las gestiones a
nivel local, pues bien, anteriormente, las alcaldías por
designación prácticamente no contaban con programas
que orientaran su mandato. Por su parte, los planes de
inversión, cuando no eran el resultado de caóticas
o amañadas transacciones políticas, se
caracterizaban por responder más al inmediatismo
burocrático que a estrategias de largo plazo, asociadas
con las necesidades de la población, es importante
señalar la notable inconsistencia que han tenido las
políticas urbanas para fomentar la dimensión
participativa, por ende no resulta de más, sin embargo,
insistir en la brecha ya existente entre el discurso y la
normatividad descentralista, y la práctica concreta frente
a las nuevas instituciones, al igual que la imperante
inorganicidad social y la indiferencia o apatía de las
comunidades locales frente a los nuevos mecanismos de
participación, los cuales pueden también explicar
su débil desarrollo.

En la actualidad podemos observar una notable y marcada
diferencia en cuanto al tipo de políticas que se ha
querido implantar para lograr un equilibrio en la región,
pero si bien ha resurgido en Venezuela los
movimientos nacional-populares producto de las tendencias
doctrinarias de nuestro presidente Hugo
Chávez Frias, lo cual puede ocurrir dentro o fuera de
los límites de la legitimidad vigente, sea que se trate de
los que han sido denominados "neotradicionales" o
"revolucionarios", pero en ambos casos, su propia dinámica
y la de la situación social y política que le sirve
de base tenderán a producir el desborde de los
límites de la legitimidad y a generar conflictos con
las fuentes de
poder existentes.

Por ello, parece probable que estos movimientos
adquieran una fisonomía y actúen de manera
más radical que en el pasado. Por tal razón nos
atrevimos a expresar que el "…Chavismo es un movimiento
masivo y popular…no se trata sólo de la
movilización que se produce necesariamente con motivo del
hecho electoral, sino que lo trasciende largamente y apela a la
calle para demostrar sus verdades"…en ocasiones el verbo
vibrante del presidente comandante hace recordar una cierta
manera betancourista de demonizar al adversario, de fustigarlo
constantemente, hasta dejarlo inerme en las cuerdas".

A tal respecto podríamos indicar que las
políticas sociales que están siendo aplicadas por
nuestro actual sistema de gobierno no han sido ni serán
las más indicadas si permanece en el seno del Estado una
doctrina de índole autoritarista o semi-autoritario;
tomando en cuenta que una política
social urbana es, ante todo una política social, y por
ende la eficiencia de la misma será medida dependiendo del
nivel democrático al cual estemos sujetos. Y ésta a
su vez es parte de un sistema de políticas públicas
hoy dominado por la política
económica, guiada por modelos y
criterios macroeconómicos de vertiente neoclásica y
por un programa político de reingeniería institucional "amistoso hacia
el mercado" (caso contrario a las aspiraciones adoptadas por el
gobierno actual) y los poderes que lo constituyen; la
aplicación de políticas urbanas con corte
neoliberal no representan un atraso en cuanto a gestión se
refiere, más bien le inserta dinamismo, independencia
y en el mejor de los casos autosuficiencia administrativa, cosa
que en la actualidad no está siendo bien
representada.

Actualmente se habla de una posible
reconstrucción del Estado, pero en dicha
reconstrucción parece no haber ni orden ni sujeto, y todo
esto centrado en la propia reforma de Estado, la cual
actúa en contraposición de todas aquellas
actividades que ameritan una atención inmediata, las
cuales requieren de respuestas coordinadas mediante la
unificación de sentido de las múltiples
iniciativas, proyectos y actores, los cuales antes de rechazar la
política por naturalmente corrupta que sea, hay que hacer
política para democratizarla, claro, todo esto pensado en
la relación y en el beneficio que le traería a las
comunidades a la hora de integrarlas y/o organizarlas.

En tal sentido, las propuestas de políticas
sociales urbanas innovadoras deben contextuarse en el marco de
las nuevas políticas sociales de orden nacional, en este
sentido es difícil determinar la injerencia que
tendrían las políticas sociales de orden nacional
con respecto a las de orden local o urbanas, ya que las
políticas adoptadas por el gobierno central de alcance
general no han sido efectivas en su totalidad, aunado a esto se
encuentra un marcado debilitamiento debido a la presión
ejercida por la deuda externa y
con una sociedad civil desprotegida, en estos casos, las nuevas
políticas sociales son impulsadas, con algunas variantes,
por organismos tecnocráticos de orden mundial: FMI y el Banco Mundial.
Naturalmente, el contenido de estas propuestas renovadoras no son
una respuesta especialmente diseñada para encarar los
problemas específicos de cada país o del conjunto
de esta región, sino una fórmula estandarizada que
pretenden aplicar como recetas universales modeladas según
los gobiernos neoconservadores de algunas naciones
desarrolladas.

La aplicación de políticas urbanas debe
estar encaminada directamente y relacionalmente con la
situación y el momento político que viva la
región, es decir, deben estar supeditadas a los controles
establecidos por los entes gubernamentales; es evidente y
así lo indica Carlos Mascareño…las
alcaldías creadas a partir de 1989 heredaron los problemas
institucionales de los consejos municipales, con evidentes
limitaciones para su desarrollo organizativo, lo que sería
el reto a superar en el período de
descentralización por parte de los nuevos alcaldes, se ha
de suponer que debido al tiempo que ha transcurrido desde el
momento de la elección de alcaldes y gobernadores hasta la
fecha, los cambios que se han sucedido internamente, es decir, a
nivel de alcaldías ha sido significativo, y más
aún, la disposición que han tenido los alcaldes de
integrar a la población en cierta forma al proceso de toma
de decisiones, lo cual se ha convertido en uno de los mayores
progresos a nivel institucional, dejando truncadas las
aspiraciones de muchos que todavía piensan en volver a los
viejos y caducos esquemas centralistas.

Este sería quizá uno de los principales
problemas para las localidades, el hecho de retornar a viejos
esquemas centralizadores, el cual le restaría dinamismo al
proceso y recuperaría el clientelismo político;
pues bien, ya el problema no es tanto la forma en como lo hagan,
si no más bien, el que cosa hagan y su permanencia en el
tiempo, la durabilidad de los proyectos, es y como se
indicó en paginas anteriores, es crear sistemas
representativos, en donde las comunidades locales sean capaces de
ordenar, jerarquizar y llevar a cabo sus propuestas, de manera
que no le estemos restando eficiencia a los entes
gubernamentales, sino más bien crear una especie de
red organizativa,
en la cual se interrelacionen los individuos y grupos para
discutir y analizar los problemas, en donde la dependencia sea
cada vez menor y donde los recursos tengan un fin determinado y
específico, y no sean destinados al enriquecimiento o
estén comprometidos por intereses particulares.

Es probable que lleguemos a pensar que el sólo
hecho que de los municipios se encuentran en una escala inferior
con respecto al orden piramidal al cual están sujetas las
instancias gubernamentales, es decir, desde la Presidencia de la
República, pasando por gobernadores de estado hasta la
presencia de alcaldes, es un asunto de gran importancia para el
futuro de los municipios, ya que tenemos el afán de
relacionar la baja escala burocrática con el grado de
asunción de las competencias locales, aparte de informar
cualquier crecimiento futuro de la oferta de servicios, y por
ende de la burocracia,
debería perseguir una mayor profesionalización y tecnificación .
Es normal que en la época que estamos viviendo, exista un
nivel de exigencia superior en cuanto a la capacidad y el
conocimiento adquirido, por lo cual obliga a todo individuo
que desee ingresar en las filas del aparato estatal, poseer un
nivel de preparación muy por encima del normal, ya que el
nivel de conocimiento
de una persona le permite ascender por mérito propio y no
por una vieja costumbre centralista como lo es el amiguismo,
actualmente tan de moda.

CONCLUSIONES

Hemos podido concluir que existe una desproporcionada
conceptualización en el ámbito gubernamental acerca
del desarrollo regional, y más aún con referencia
al modelo económico venezolano, y a su vez de una muy
marcada y real falta de consenso político en torno a la
necesidad imperiosa de descentralizar y democratizar las
instituciones gubernamentales; así mismo, la crisis del
sistema de planificación y la preocupación
existente por los problemas de corto plazo han restado audiencia
y credibilidad al discurso pronunciado por los entes
gubernamentales en las regiones, el cual a su vez no ha logrado
comunicar las posibles ventajas económicas y sociales que
a mediano y largo plazo representarían para las
regiones.

No todo los resultados en este ámbito han sido
tan desalentadores, existe también un movimiento orientado
a promover el fortalecimiento de los gobernadores de estado,
colocados estos como figuras centrales de coordinación del
sector
público con real poder de decisión; se ha
comprobado de igual manera que ha habido una gran receptividad
por parte de la población al hecho de que se les asigne un
ente rector, el cual haya canalizado las demandas de las mismas y
por ende subsanado sus problemas, claro está, todas estas
consideraciones son meras conjeturas que sólo indican
posibilidades, pero aún son tan difusas que es imposible
predecir el desenvolvimiento mediato de las tendencias, de esta
manera la alternativa más viable para salir de esta
situación es la de crear un movimiento como se dijo
anteriormente, que pueda generar y mantener la vinculación
política entre las clases medias y los sectores populares,
y a su vez, genere confianza y receptividad entre gobierno y
sociedad civil.

Lo más importante de todo es que se crearon las
vías para lograr un efectivo consenso entre gobierno y
sociedad civil, en donde los primeros cedieron un espacio al
diálogo y fortalecieron su imagen ante la
población, otorgándoles cierta capacidad para tomar
decisiones en cuanto a la solución de sus propios
problemas, oportunidad ésta que aprovecharon las
comunidades para quitarle la pauta que desde gobiernos anteriores
tenían vetado a la mayoría de las comunidades, de
esta forma convirtiéndolos en portavoces de su propio
destino, y a su vez ser capaces de gerenciar, planificar y llevar
a cabo sus programas o proyectos, para que de esta manera se
conviertan en miembros activos de su
propia comunidad.

Debemos tener en cuenta y así se nos presenta a
nivel general, que los gobiernos latinoamericanos no parecen
disponer de los medios eficientes y permanentes para lograr la
asimilación de la masa marginal, cosa ésta que se
está estudiando actualmente y que está poniendo en
el tapete un nuevo tema de discusión, y que abre la
posibilidad de recrear un espacio en donde los planteamientos de
nuestro trabajo de investigación tendrán cabida y
quizá posibles soluciones a esta gran problemática
que vive actualmente nuestro país y muchos países
de Latinoamérica; por ello es necesario el
asumir de una manera frontal la problemática de la
asimilación de las masas marginales y cómo hacer
que las mismas se reintegren y cumplan y, a su vez,
desempeñen un papel fundamental dentro de nuestras
comunidades, para que de esta manera no queden marginadas como lo
han estado hasta nuestros tiempos.

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Autor:

Julio César De Armas

juliodearmas[arroba]yahoo.es

Sociólogo

2004

Partes: 1, 2, 3
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