"Una vez tomada una decisión, hay que cerrar
los oídos incluso a la objeción mejor fundada. Este
es el indicio de un carácter recio; eso implica a veces, la
voluntad hasta la estupidez."
Friedrich Nietzche. (Mas Allá del Bien y del
Mal).
El presente ensayo tiene
como objeto el anotar algunas de las taras que se vienen
percibiendo en el aparato aduanero en el Perú en
relación al desasimiento institucional en virtud a la
unión del aparato aduanero con el aparato tributario
nacional.
Pues bien, veamos. El año 2002 se produjo la
fusión
por absorción entre la entonces Superintendencia Nacional
de Aduanas con la
Superintendencia Nacional de Administración Tributaria. El aspecto legal
venía así: El gobierno del ex
presidente Alejandro Toledo, siendo Ministro de Economía Pedro Pablo
Kucsinsky emitió el Decreto Supremo 061-2002-PCM,
publicado el 12 de julio de ese año en el diario Oficial
disponiendo la Fusión por Absorción entre las dos
entidades. En síntesis
era la unión de la Sunat con "T" con la Sunad con "D".
Pero sí, ciertamente parecía lógico entonces
iniciar acciones
relativas a la implementación de un esquema legal e
institucional propio de la dinámica comercial internacional intensa
que se venía anunciando a nivel mundial, prueba de ello lo
apreciábamos en el Acuerdo Nacional que plasmaba en los
lineamientos económicos o política de Estado sobre
el tema de acceso y apertura a los mercados
internacionales, en el cual se hace mención expresa al
principio de facilitación de comercio a
través del retiro progresivo de barreras arancelarias y
para arancelarias entre otras medidas que regirían para
las disposiciones de la
administración aduanera. Si bien es cierto el Acuerdo
Nacional no planteaba expresamente la fusión, se puede
asumir en materia
aduanera, que esta era una medida orientada en el tema de la
facilitación y que en forma paralela se mantendría
el esquema tributario direccionado hacia la integración de todos los sectores sociales
y económicos en forma equitativa, en fin, sin restar un
ápice de importancia a la valía de una política
fiscal seria.
El Centro Interamericano de Administraciones Tributarias
propugna dos conclusiones generales para justificar la
fusión de del aparato relativo a Tributos
Internos con el aparato aduanal: "que los procesos de
fusión de ambas administraciones permiten maximizar las
labores de recaudación y fiscalización de los
contribuyentes y que ahorran importantes recursos a los
Estados para financiar el desarrollo."
Creemos estos dos aspectos son importantes pero por propia
definición es de carácter eminentemente
tributarista, y se percibe claramente una omisión
inveterada del tema aduanal.
Por otro lado, con la anunciada fusión en la
práctica se armaba un revuelo tremendo dado que era como
unir dos grandes clubes en uno solo. Solíamos comentar con
mis alumnos de la universidad que
ello significaba algo así como unir al Alianza con la "U"
en Perú, o al "Real Madrid" con
"El Barcelona" en España.
Claro, quien debía llevar la batuta era el club designado
como entidad absorbente. Es decir, si hiperbólicamente
fusionamos a la "U" con el Alianza Lima, y la entidad titular de
la absorción es la U, ese domingo de campeonato el equipo
que saldría al terreno de juego
tendría que lucir la camiseta crema, los aliancistas, solo
para efectos del ejemplo, simple y llanamente irían a la
banca de
suplentes.
En el caso de Aduanas con SUNAT, actuó como
entidad absorbente la SUNAT, es decir, la
organización destinada a la administración de los tributos internos
debía de ser el titular de la fusión. Se
planteó, siguiendo el razonamiento de la CIAT que
debía de unificarse las bases de datos
para proporcionar una idea mas concreta respecto de las
mercancías materia de importación, los impuestos
relativos a la importación propiamente dichos y luego de
ello se podría auscultar con mejor atención el tema de renta que
generaría esas mercancías importadas al momento de
su negociación y/o circulación en el
mercado nacional
peruano. En el fondo no parecía mala la idea pero en la
práctica y también por falta de previsión
teórica se produjo una descomposición de ambos
sistemas.
Surgió la entidad nueva como una suerte de
híbrido.
No esta demás señalar que surgieron
diversas corrientes de opinión tanto a favor como en
contra como las señalaban, luego de conocida la
fusión, y no sin razón, que la Aduana en el
Perú había sido descabezada sin considerar que
tenía una antigüedad que trascendía la
República (1773) dado que por Real Cédula del
Virrey José Manuel Amat y Juniet en la época de la
colonia prácticamente se creaba el servicio
aduanero. ¿Cómo era posible que un simple decreto
supremo pudiera echar por la borda todo el componente
histórico de la aduana en el Perú? Y bueno, en las
últimas dos décadas se producía el repunte
de la entidad aduanal llegando inclusive a afirmar como paradigma
dentro de la propia Organización Mundial de Aduanas. Si
mirábamos en la misma dirección en cuanto a SUNAT –que nace
a la vida institucional como tal el mes de junio del año
1988 – ciertamente tenía una vigencia novísima en
reemplazo de la burocrática y pesada entidad que mal
vigilaba las Contribuciones, pero no se podía negar que
surgía a la vida con una nueva orientación, mucho
más sofisticada ciertamente por el uso omnipresente de
sistemas de ordenadores y sistemas.
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