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Contracción Muscular (página 2)



Partes: 1, 2

CAPÍTULO III

CLASES DE
MÚSCULO

Se han diferenciado por, cuya contracción pueda
ser:

Lenta e involuntaria: Son los llamados músculos
lisos y blancos.

Rápida y Voluntaria: Se llaman músculos
estriados o rojos.

Los músculos estriados son rojos, tienen una
contracción rápida y voluntaria y se insertan en
los huesos a
través de un tendón, por ejemplo, los de la
masticación, el trapecio, que sostiene erguida la cabeza,
o los gemelos en las piernas que permiten ponerse de
puntillas.

Por su parte los músculos lisos son blanquecinos,
tapizan tubos y conductos y tienen contracción lenta e
involuntaria. Se encuentran por ejemplo, recubriendo el conducto
digestivo o los vasos sanguíneos (arterias y venas). El
músculo cardiaco es un caso especial, pues se trata de un
músculo estriado, de contracción
involuntaria.

CAPÍTULO IV

TIPOS DE
MÚSCULO

De acuerdo a su clase se
dividen según su tipo:

Lenta e involuntaria:

Músculo pálido y liso. No contiene
estrías y es controlada de manera involuntaria. Forma los
músculos de las paredes del tracto digestivo, urinario,
vasos sanguíneos y el útero.

Rápida y voluntaria:

Músculo rojo, estriado:

Esquelético: De naturaleza
estriada y de control
voluntario. Forma los músculos esqueléticos del
cuerpo.

Cardíaco: De naturaleza estriada y de control
involuntario. Presente solo en el corazón.

El cuerpo humano
está formado aproximadamente de un 40% de músculo
esquelético y de un 10% de músculo cardíaco
y visceral.

4.1. MÚSCULO LISO:

El músculo visceral o involuntario está
compuesto de células
con forma de huso con un núcleo central, que carecen de
estrías transversales aunque muestran débiles
estrías longitudinales. El estímulo para la
contracción de los músculos lisos está
mediado por el sistema nervioso
vegetativo. El músculo liso se localiza en la piel,
órganos internos, aparato
reproductor, grandes vasos sanguíneos y aparato
excretor.

Existen músculos lisos unitarios, que se contraen
rápidamente (no se desencadena inervación), y
músculos lisos multiunitarios, en los cuales las
contracciones dependen de la estimulación nerviosa. Los
músculos lisos unitarios son como los del útero,
uréter, aparato gastrointestinal, etc.; y los
músculos lisos multiunitarios son los que se encuentran en
el iris, membrana nictitante del ojo, tráquea,
etc.

El músculo liso posee además, al igual que
el músculo estriado, las proteínas
actina y miosina.

4.2. MÚSCULO CARDIACO:

Este tipo de tejido muscular forma la mayor parte del
corazón de los vertebrados. Las células presentan
estriaciones longitudinales y transversales imperfectas y
difieren del músculo esquelético sobre todo en la
posición central de su núcleo y en la
ramificación e interconexión de las fibras. El
músculo cardiaco carece de control voluntario. Está
inervado por el sistema nervioso
vegetativo, aunque los impulsos procedentes de él
sólo aumentan o disminuyen su actividad sin ser
responsables de la contracción rítmica
característica del miocardio vivo. El mecanismo de la
contracción cardiaca se basa en la generación y
transmisión automática de impulsos.

El músculo cardíaco (miocardio) es un tipo
de músculo estriado encontrado en el corazón. Su
función
es bombear la sangre a
través del sistema
circulatorio por contracción.

El músculo cardíaco generalmente funciona
involuntaria y rítmicamente, sin tener inervación
(estimulación nerviosa. Es un músculo
miogénico, es decir autoexcitable.

Las fibras estriadas y con ramificaciones del
músculo cardíaco forman una red interconectada en la
pared del corazón. El músculo cardíaco se
contrae automáticamente a su propio ritmo, unas 100.000
veces al día. No se puede controlar conscientemente, sin
embargo, su ritmo de contracción está regulado por
el sistema nervioso autónomo dependiendo de que el cuerpo
esté activo o en reposo.

4.3. MÚSCULO
ESQUELÉTICO:

Este tipo de músculo está compuesto por
fibras largas rodeadas de una membrana celular, el sarcolema. Las
fibras son células fusiformes alargadas que contienen
muchos núcleos y en las que se observa con claridad
estrías longitudinales y transversales. Los
músculos esqueléticos están inervados a
partir del sistema nervioso
central, y debido a que éste se halla en parte bajo
control consciente, se llaman músculos voluntarios. La
mayor parte de los músculos esqueléticos
están unidos a zonas del esqueleto mediante inserciones de
tejido conjuntivo llamadas tendones. Las contracciones del
músculo esquelético permiten los movimientos de los
distintos huesos y cartílagos del esqueleto. Los
músculos esqueléticos forman la mayor parte de la
masa corporal de los vertebrados.

Los músculos esqueléticos son un tipo de
músculos estriados unidos al esqueleto. Formados por
células o fibras alargadas y multinucleadas que
sitúan sus núcleos en la periferia. Obedecen a
la
organización de proteínas de actina y miosina y
que le confieren esa estriación que se ve perfectamente al
microscopio.
Son usados para facilitar el movimiento y
mantener la unión hueso-articulación a
través de su contracción. Son, generalmente, de
contracción voluntaria (a través de
inervación nerviosa), aunque pueden contraerse
involuntariamente.

Los músculos tienen una gran capacidad de
adaptación, modifica más que ningún otro
órgano tanto su contenido como su forma. De una atrofia
severa puede volver a reforzarse en poco tiempo,
gracias al entrenamiento, al
igual que con el desuso se atrofia conduciendo al músculo
a una disminución de tamaño, fuerza,
incluso reducción de la cantidad de organelas celulares.
Si se inmoviliza en posición de acortamiento, al cabo de
poco tiempo se adapta a su nueva longitud requiriendo
entrenamiento a base de estiramientos para volver a su longitud
original, incluso si se deja estirado un tiempo, puede dar
inestabilidad articular por la hiperlaxitud adoptada.

El músculo debido a su alto consumo de
energía, requiere una buena irrigación
sanguínea que le aporte alimento y para eliminar
deshechos, esto junto al pigmento de las células
musculares le dan al músculo una apariencia rojiza en el
ser vivo.

CAPÍTULO V

ANATOFISIOLOGÍA DEL MÚSCULO
ESQUELÉTICO

5.1. FIBRA MUSCULAR:

La fibra muscular es una célula
muscular, es fusiforme y multinuclear. La membrana celular es
llamada sarcolema y el citoplasma es llamado sarcoplasma.
Contiene organelos celulares, núcleo celular, mioglobina y
un complejo entramado proteico de fibras llamadas actina y
miosina cuya principal propiedad,
llamada contractilidad, es la de acortar su longitud cuando son
sometidas a un estímulo químico o
eléctrico.

5.2. MIOFIBRILLA:

Es una estructura
contráctil que atraviesa las células del tejido
muscular, y les da la propiedad de contracción y de
elasticidad, la
cual permite realizar los movimientos característicos del
músculo.

Cada fibra muscular contiene varios cientos o millares
de miofibrillas. Cada miofibrilla contiene miofilamentos con unos
1500 filamentos de miosina y 3000 filamentos de actina. Estas son
moléculas de proteína polimerizadas y a las cuales
les corresponde el papel de la contracción.

Las miofibrillas están suspendidas dentro de la
fibra muscular en una matriz
denominada sarcoplasma.

5.3. SARCOMERO:

La sarcómera es la unidad anatómica y
funcional del músculo, formada de actina y miosina. La
contracción del músculo consiste en el
deslizamiento de los miofilamentos de actina sobre los
miofilamentos de miosina.

En la sarcómera pueden distinguirse los
filamentos de actina (filamento fino) que nacen de los discos Z,
donde existe la a actinina que es la proteína que une la
actina y la titina, esta última es una proteína
elástica (la más grande del organismo). La titina
posee dos funciones:

Mantiene a la miosina en su posición y, debido a
que tiene una parte elástica.

Actúa como resorte recuperando la longitud de la
miofibrilla después de la contracción
muscular.

5.4. ORGANIZACIÓN DEL
SARCOMERO:

La fibra muscular es una célula muy única.
Bajo el microscopio, exhibe bandas oscuras (llamada banda "A") y
bandas claras (llamadas bandas "I"). La banda clara I es
intersectada por una línea llamada línea "Z". A su
vez, la banda oscura A es intersectada por la línea "M".
Separando la banda oscura A de la línea M que la
intersecta está un espacio claro llamado zona "H". Todas
estas bandas y líneas no son más que la organización de la maquinaria
contráctil de la fibra muscular llamada Sarcómero
la cual se extiende de una línea Z a la
siguiente.

La banda I del sarcómero no es más que las
fibras de actina una al lado de la otra. La banda A contiene las
fibras de miosina, las cuales son ciertamente más gruesas
que la actina. Ambas fibras se superimponen en el espacio de la
banda A.

Durante la contracción muscular, las bandas A
mantienen su espesor, mientras que las bandas I se
estrechan.

5.5. FILAMENTOS CONTRÁCTILES:

Hay 2 tipos de filamentos:

Filamentos finos de actina:

Las cuales son delgadas, se insertan en los discos Z y
son los que confieren la tonalidad más clara a las bandas
I.

Filamentos gruesos de miosina:

Los cuales son mas gruesos, ocupan la región
central y confieren la tonalidad oscura a la banda A.

5.6. PROTEÍNAS DE LOS FILAMENTOS DE
ACTINA:

Las proteinas actina, tropomiosina y troponina, son
proteínas de contracción rápida y
constituyen el filamento delgado.

La actina: Proteína globular constituida por 2
cadenas de moléculas esféricas muy pequeñas,
a cada monómero se une una molécula de
ADP.

La tropomiosina: Molécula en forma de
bastón, formada por 2 cadenas helicoidales enrolladas
entre si.

La troponina: Proteína globular que se dispone
sobre la molécula de actina. Existes 3 subunidades de
troponina: I,T y C.

5.7. PROTEÍNAS DE LOS FILAMENTOS DE
MIOSINA

La proteína miosina constituye al filamento
grueso.

La Miosina: Son proteína con dos cadenas
polipeptídicas. Con diámetro de 150
micrómetros y longitud de 1,6
nanómetros.

Esta compuesta por 6 cadenas polipépticas; dos
cadenas pesadas y cuatro cadenas ligeras.

Las cadenas pesadas asemejan 2 bastones de golf, de tal
forma que es posible distinguir un cuerpo, en el que los bastones
se enrollan entre si, y 2 cabezas globulares que se disponen como
proyecciones laterales que sobresalen fuera del
filamento.

Las cadenas ligeras se disponen dos a cada lado de estas
cabezas globulares.

CAPÍTULO VI

MECANISMO DE LA
CONTRACCIÓN MUSCULAR

Cuando es nuestra voluntad mover alguna parte de nuestro
cuerpo, en el cerebro se genera
un impulso nervioso que es transmitido a través de las
neuronas motoras, y viaja hasta el extremo del axón, el
cual hace contacto con nuestros músculos en la llamada
unión neuromuscular.

Figura: El impulso nerviosos viaja
desde el cerebro hasta el músculo

Figura: Las terminales axonales
conectan al sistema nevioso con el músculo.

Cuando el impulso nervioso llega a la unión
neuromuscular, ésta libera una sustancia llamada
Acetilcolina.

Figura: Con el impulso nervioso se
libera Acetilcolina

La Acetilcolina penetra la fibra muscular, pasando a
través de los Túbulos "T", hasta llegar a la
miofibrilla, momento en el cual la fibra muscular libera el
Calcio que tiene almacenado.

Figura: Al contacto de la
Acetilcolina con la miofibrilla, la fibra muscular libera
Calcio.

Al interior de la miofibrilla se pueden distinguir los
filamentos de Actina y Miosina y, de ésta última,
sus cabezas.

Figura: Al interior de la
miofibrilla se distinguen la Actina y la Miosina.

El Calcio liberado en la fibra muscular se distribuye
entre los filamentos de la miofibrilla.

Figura: El Calcio se distribuye
entre los filamentos de la miofibrilla.

En la figura podemos ver que en el filamento de Actina
se distinguen la Tropomiosina y la Troponina, mientras en el de
Miosina se distingue la presencia del Adenosin-Trifosfato (un
enlace de "adenosin" con tres moléculas de fosfato)
o ATP.

La Tropomiosina cumple dos funciones
complementarias:

Previene que entren en contacto la Actina y la
Miosina, cuando el músculo debe estar
relajado.

Facilita el contacto de la Actina y la Miosina, cuando
se requiere la contracción muscular

La Troponina, por su parte, tiene el potencial de
enlazar su molécula a algún ión de calcio,
cuando ha de producirse una contracción, dando lugar a la
función de la Tropomiosina.

Por lo que respecta a la molécula de ATP,
ésta constituye en sí misma el reservorio para el
almacenamiento de
la energía necesaria para que se lleve a cabo la
contracción muscular.

Figura: Se distinguen
Tropomiosina, Troponina y la molécula de ATP.

Una vez que el filamento de Actina está
físicamente dispuesto para entrar en contacto con el
filamento de Miosina, y por efecto de la presencia de un
ión de magnesio en este filamento, se desprende de la
molécula de ATP uno de sus tres fosfatos, el cual es
captado por la Creatinina. Así el ATP se convierte en
una molécula de Adenosin-Difosfato (un enlace de
"adenosin" con dos moléculas de fosfato) o ADP,
mientras la Creatinina, más el fosfato que captó se
convierte en Fosfocreatina  o CP.

 Con dicho desprendimiento, la energía
química
almacenada en la molécula de ATP se convierte en la
energía mecánica que hace que se mueva la cabeza
del filamento de Miosina, jalando a la Actina, y volviendo
inmediatamente después a su posición
original.

 Es entonces la Fosfocreatina (CP) reacciona
ante la presencia de la enzima CPK y libera su fosfato,
donándolo a la molécula de ADP, la cual se
convierte nuevamente en ATP, y queda lista para un nuevo ciclo en
el que esa misma cabeza de Miosina contribuirá a la
contracción de un músculo.

 Por su parte, la CPK ya utilizada, se va al
torrente sanguíneo, de donde luego será
eliminada.

Figura: El proceso de
contracción muscular

Visto desde un poco más lejos, el proceso de
contracción-relajación de un músculo no es
otra cosa que el trabajo que
realiza la Miosina al jalar y soltar el filamento de
Actina.

Figura: Los filamentos de Actina y
Miosina en el proceso de
Contracción-Relajación.

Al final, esta historia nos deja claro que
la única función de la CPK es la catálisis
de la Fosfocreatina para que ésta done su fosfato a la
molécula de ADP, convirtiéndola en ATP, y haciendo
de ésta un nuevo reservorio de energía
química, lista para ser convertida en la energía
mecánica necesaria para el proceso de
contracción del músculo.

 De aquí se infiere claramente que, cuando
realizamos un esfuerzo físico, cualquiera que sea su
naturaleza y su intensidad, en la sangre se puede encontrar
cierta cantidad de CPK. En otras palabras, y dado que la vida
misma implica el movimiento constante de músculos, tanto
de aquellos que dependen de nuestra voluntad (los de nuestros
brazos o piernas, por ejemplo), como los que son controlados por
nuestro Sistema Nervioso Autónomo (corazón,
pulmones, etc.), es de esperarse que en nuestra sangre siempre
existan ciertos niveles de dicha enzima.

CAPÍTULO VII

TIPOS DE
CONTRACCIÓN MUSCULAR

7.1. ISOTÓNICA O
DINÁMICA:

Es el tipo de contracción muscular más
familiar, y el término significa la misma tensión
(del griego "isos" = igual; y "tonikos" = tensión o tono).
Como el termino lo expresa, significa que durante una
contracción isotónica la tensión
debería ser la misma a lo largo del total de la
extensión del movimiento. Sin embargo, la tensión
de la contracción muscular está relacionada al
ángulo, siendo la máxima contracción
alrededor de los 120 grados, y la menor alrededor de los 30
grados.
7.2. ISOMÉTRICA O ESTÁTICA:
Se refiere al tipo de contracción en la cuál el
músculo desarrolla una tensión sin cambiar su
longitud ("iso" igual; y
"metro" = unidad de medición).
Un músculo puede desarrollar tensión a menudo
más alta que aquellas desarrolladas durante una
contracción dinámica, vía una contracción
estática o isométrica. La
aplicación de la fuerza de un atleta en contra de una
estructura inmóvil especialmente construido, u objetos que
no podrán ceder a la fuerza generada por el deportista,
hace acortamiento visible del músculo los filamentos de
actina permanecen en la misma posición.

CAPÍTULO VIII

PATOLOGÍAS POR CONTRACCIÓN
MUSCULAR

8.1. DOLOR DE CABEZA:

El dolor de cabeza por contracción muscular se
describe a menudo como un dolor que aprieta la cabeza como una
prensa. Es un
dolor constante que suele sentirse en ambos lados de la cabeza y
puede hacer que el cuero
cabelludo esté dolorido. El problema de los dolores de
cabeza por contracción muscular puede durar
años.

Además del dolor de cabeza, los demás
síntomas más comunes de los dolores de cabeza por
contracción muscular son los siguientes. Sin embargo, cada
individuo
puede experimentarlos de una forma diferente. Los dolores de
cabeza por contracción muscular pueden ir
acompañados de:

Náuseas, vómitos,
visión borrosa (sin embargo, no hay un síndrome
previo al dolor de cabeza como en la migraña).

Los síntomas de los dolores de cabeza por
contracción muscular pueden parecerse a los de otras
condiciones o problemas
médicos. Siempre consulte a su médico para el
diagnóstico.

Algunos profesionales de la salud creen que la causa
primaria del dolor de cabeza por contracción muscular es
la tensión prolongada de los músculos, mientras que
otros sugieren que la disminución del flujo de sangre
causa el dolor o contribuye a que se produzca. Entre los
desencadenantes específicos que se han sugerido se
incluyen los siguientes:

Depresión o angustia previas a un conflicto.

Posturas físicas (como sujetarse la barbilla
hacia arriba o hacia abajo al leer o sujetar el teléfono entre el hombro y la
oreja).

Artritis degenerativa en el cuello.

Sin embargo, los dolores de cabeza por
contracción muscular generalmente no están
relacionados con hormonas ni
alimentos, y
no existe ninguna conexión con la herencia genética.

8.2. MIOPATIA:

La palabra miopatía significa "enfermedad del
tejido muscular". Más específicamente, las
miopatías son enfermedades que ocasionan
problemas con el tono y la contracción de los
músculos del esqueleto (músculos que controlan los
movimientos voluntarios).

La contracción es el acortamiento
enérgico o la tensión de un
músculo

El tono muscular se refiere a la disponibilidad
para la contracción que hace que un músculo en
reposo sea resistente al estiramiento.

Estos problemas van desde la rigidez (llamada
miotonía) hasta la debilidad, con diferentes grados
de severidad.

Algunas miopatías, especialmente cuando
están presentes desde el nacimiento, tienen complicaciones
que amenazan la vida, pero con el tiempo y una terapia física, algunas
personas que nacen con miopatías, pueden adquirir fuerza
muscular. Otras pueden manejar frecuentemente sus síntomas
mediante medicamentos, modificaciones en el estilo de vida
o el uso de equipo ortopédico y respiratorio.

Ocasionan debilidad general severa de los
músculos, creando problemas con las actividades
básicas como deglutir y respirar. Estos problemas pueden
ser mortales si no se los trata, pero pueden controlarse con
dispositivos médicos auxiliares como sondas para la
alimentación y respiradores
mecánicos.

Otras miopatías hereditarias ocasionan episodios
de debilidad o rigidez muscular que son más leves,
más localizadas y de naturaleza temporal. Estos episodios
pueden manejarse muchas veces a través de medicamentos o
por medio de un control cuidadoso del ejercicio y la
dieta.

A diferencia de las distrofias musculares, las
miopatías generalmente no ocasionan la muerte
muscular, sino que evitan que los músculos trabajen
adecuadamente. Así mismo, las miopatías
generalmente no son progresivas — es decir, una
miopatía por lo general no empeora durante la vida de la
persona. De
hecho, algunos niños
con miopatías empiezan a tener más fuerza muscular
a medida que crecen.

Finalmente, algunas miopatías pueden darles a las
personas una expresión facial de indiferencia, ocasionada
por la debilidad de los músculos faciales. Las
miopatías no tienen efecto sobre la inteligencia.

8.3. DISTROFIA MUSCULAR:

Distrofia muscular, enfermedad incapacitante
caracterizada por una degeneración del músculo
esquelético. Su curso clínico es progresivo; con el
paso del tiempo aumenta la debilidad, y disminuyen la
funcionalidad y la masa muscular hasta que, en algunos casos, el
paciente necesita una silla de ruedas para desplazarse. No se
suelen producir remisiones. Hay varias formas clínicas,
que se diferencian unas de otras por el patrón de
transmisión hereditaria, por la edad de inicio de la
enfermedad y por la distribución de los grupos musculares
afectados. En todas las formas de la enfermedad se detectan
anormalidades microscópicas en el examen
histológico del músculo estriado.

Las distrofias musculares se originan por una
mutación genética, pero no se conocen los
mecanismos bioquímicos responsables de la
degeneración muscular. No hay tratamiento
específico. Se deben emplear medidas generales
sintomáticas que incluyen la fisioterapia y la terapia
ocupacional. Las modernas pruebas
genéticas, que determinan la existencia de genes de las
diferentes formas clínicas, permiten un diagnóstico
rápido y exacto.

A mis padres por su cariño y apoyo
incondicional en todos estos años.

 

Autora:
Katherine Lizbeth Usaqui Flores

PAÍS Y CIUDAD DE ORIGEN: Perú –
Lima

PAÍS CIUDAD Y FECHA DE REALIZACIÓN:
Perú – Lima – 09 de marzo del 2008

  1. UNIVERSIDAD INCA GARCILASO DE LA VEGA

FACULTAD DE ESTOMATOLOGÍA

CICLO ACADÉMICO:

2º CICLO

PERÚ – LIMA

2008

Partes: 1, 2
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