Fundamentos Filosóficos de la Educación Ambiental para los Decisores (Los Arabos, Matanzas, Cuba)
- Resumen
- Material y
métodos - Hacia
los principios de la Educación
Ambiental - Relación
inicial de dicho problema con la
filosofía - La
actividad, una categoría de utilidad estructural y
funcional - Un
enfoque Histórico-Cultural - Un
Estudio interdisciplinario - La
Educación Ambiental a la luz de las Ciencias
Sociales - Conclusiones
- Notas
y referencias - Bibliografía
Resumen
El presente trabajo tiene
el objetivo de
presentar un grupo de
fundamentos filosóficos que ayuden a formular algunos de
los principios que
deberán servir de base a una concepción de la
educación
ambiental. En el mismo se tratan elementos como la
relación de la dimensión ambiental con la
filosofía, la actividad una categoría de utilidad
estructural y funcional, el enfoque histórico-cultural del
problema, un estudio interdisciplinario, la Educación
Ambiental a la luz de las
ciencias
sociales, así como algunas consideraciones entorno a
como las ciencias
sociales abordan el problema.
Material y
métodos
Para el desarrollo de
la investigación se utilizaron como métodos el
histórico-lógico que posibilitó el
establecimiento de las regularidades de la evolución histórica así como
las tendencias actuales del problema de investigación. El
análisis y la síntesis
se utilizaron para el procesamiento de las fuentes de
información a fin de determinar los diferentes
enfoques y criterios relacionados con el objeto de
investigación y el inductivo – deductivo facilitó
verificar los principios teóricos sobre los cuales se
sustenta la educación ambiental y
el estudio documental de la bibliografía que
incluyó la repercusión, la política mundial
sobre educación ambiental en el contexto cubano actual,
así como la teoría
pedagógica, psicológica y filosófica y su
utilización en la educación ambiental.
Introducción
La sostenibilidad del desarrollo
económico y social y la necesidad de lograr una
distribución de las riquezas con equidad, sin
afectar al medio
ambiente, se ha convertido en un tema trascendental y
cotidiano, sin embargo, el decadente sistema
capitalista imperialista en su etapa de globalización neoliberal carece ya en
absoluto de soluciones
para los grandes problemas de
la humanidad, cuya cifra de habitantes se ha cuadruplicado en
apenas un siglo. No tiene porvenir posible, destruye la naturaleza y
multiplica el hambre. Los evidentes síntomas del deterioro
ambiental del planeta y los efectos nefastos de la actual
globalización neoliberal sobre la calidad de
vida de las poblaciones humanas, ha conllevado a la
profundización del término de sostenibilidad. Hoy
en día cuando se habla del desarrollo
sostenible, se abarca y se integra una variedad de
tópicos, tales como económicos, sociales,
ecológicos, relación hombre
naturaleza, la equidad generacional y la intergeneracional, entre
otros.
Apropiarse de una correcta conceptualización del
término desarrollo sostenible es importante, pero lo es,
más aún, su interiorización y la
transformación en actores del mismo. Para ello es
necesario un cambio de
ética,
de forma de actuar individual y colectiva, y en donde se
establezcan relaciones adecuadas entre la sociedad y la
naturaleza. No obstante a la terrible realidad que vive el mundo,
que inevitablemente incide en el desarrollo cubano, y al injusto
y creciente bloqueo a que ha estado
sometido el país por parte de los Estados Unidos de
América, por más de 40 años,
ha existido la voluntad política y se ha accionado en aras
de construir una sociedad más justa, a partir de un
modelo
socialista que proporciona posibilidades y oportunidades para
lograr metas de un desarrollo sostenible, sobre la base de cuatro
pilares básicos: el crecimiento
económico, la equidad social, la protección del
medio ambiente y la
formación de capacidades.
El medio ambiente mundial se ha
deteriorado más aceleradamente en los momentos actuales
que en cualquier otra época comparable de la historia. Se han agravado
los problemas
ambientales que no se limitan a la tradicional
extinción de la flora y la fauna; por
ejemplo, la destrucción de la capa de ozono,
el aumento del efecto de invernadero o de calentamiento, de las
lluvias ácidas y de la tala indiscriminada, así
como de la erosión
del suelo y de
la
contaminación de las aguas, los suelos y la
atmósfera
y la destrucción del patrimonio
histórico-cultural, entre otros, se han aproximado a
límites
peligrosamente críticos e irreversibles en diversas
regiones de la Tierra.
Se hace necesario contribuir a la reflexión y
capacitación de los
decidores.
En este sentido, es importante reconocer que estamos en
presencia de una crisis
ambiental que necesita ser abordada con una gran voluntad y
acción
política, científica, técnica y educativa
por los Gobiernos. Los decisores contribuyen a la gestión
local de la gobernabilidad de los procesos del
medio ambiente y su protección. También dicha
crisis debe enfrentarse desde la revisión de los valores y
modelos que
inspiran nuestra gestión de los bienes
comunes, así como de políticas
por los decisores consecuentes con la protección del medio
ambiente.
Por ello, es importante que el hombre
tenga un conocimiento
adecuado sobre el medio ambiente en que vive. De esto depende, en
gran medida, que las presentes y las futuras generaciones puedan
subsistir, para ello, es necesario, y contribuye
significativamente, la puesta en práctica de la
educación ambiental.
Este proceso de
ordenamiento, capacitación y coordinación, no puede desarrollarse sin la
participación conciente de todos los actores involucrados
en los procesos que tienen lugar de ahí la necesidad y la
relevancia de instrumentar acciones
educativas, de creación de capacidades intelectuales
con todos los actores y grupos
sociales que interactúan, sobre todo en grupos tan
especialmente sensibles como el sector administrativo y de
gestión, a partir del diseño
de cursos de capacitación, desarrollados de forma
participativa desde su concepción inicial. Para lograr un
verdadero desarrollo sostenible, se hace necesario integrar de
forma armónica toda la actividad económica y social
con los procesos de conservación y recuperación de
los ecosistemas,
con la práctica social comunitaria y la gestión de
los gobiernos locales, así como establecer las pautas a
seguir para incorporar la dimensión ambiental al ejercicio
diario de la toma de decisiones de nuestros principales
directivos a las distintas escalas y principalmente los
más cercanos a los ecosistemas.
El problema del desarrollo sobre la base de la
conservación de la riqueza natural y la herencia cultural
de los pueblos y naciones, reclama una verdadera
transformación del saber ambiental, no sólo en el
sentido de las exigencias en el manejo integral de los recursos
naturales, sino en el de la aparición de una nueva
ética estructurada esencialmente en nociones, conceptos y
actitudes de
convivencia harmónica, responsabilidad, austeridad, respeto, equidad,
sostenibilidad y solidaridad.
En muchos países y regiones, se concibe la
protección ambiental, como un proceso para la
conservación estricta solamente de los recursos
naturales, y no se ha logrado incorporar la preservación
de los componentes históricos, culturales y sociales,
así como la atención y protección del hombre
– principal integrante del medio ambiente -, y su calidad de vida,
no se incluye, en ocasiones, dentro sistema integral de gestión
ambiental.
La protección del medio ambiente, tiene que estar
presente como dirección política, económica
y social de cada Estado y depende también de la
educación ambiental. El problema es de enorme magnitud y
desafía a todos: políticos, decisores,
científicos, educadores, estudiantes, profesionales,
obreros y ciudadanos.
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