- Resumen
- Tratamiento teórico y
conceptual del tema - Fundamentación
Teórica del Sistema de Acciones - Propuesta
de un sistema de acciones con enfoque disciplinar para
contribuir a la educación en valores desde en la carrera
de Derecho, de la Facultad de Ciencias Sociales y
Humanísticas - Conclusiones
- Bibliografía
"Sistema de
acciones
didácticas para la formación ética de
los estudiantes de Derecho a través de del pensamiento
ético martiano"
Resumen
La formación integral de un profesional
competente es uno de los retos de la universidad
cubana actual. El proceso de
formación de las competencias y
habilidades profesionales en los estudiantes, constituye un
dinámico proceso orientado en diferentes vertientes, para
lograr un egresado con un amplio dominio de sus
funciones y
roles ante la sociedad. El
tratamiento de la ética, la moral y la
ideología del estudiante en
formación, ha sido enfocado desde hace una década
en función
lograr una concepción más humanista y
dialéctica de la realidad cubana actual.
El encargo social de la universidad contemporánea
va más allá de lograr un profesional
técnicamente competente, la sólida formación
ética y la consolidación de los valores
humanos constituye uno de los fines más importante del
proceso docente educativo en el nivel superior. La educación
superior cubana, ha visto con agrado la formulación de
estrategias
educativas para lograr incidir en los valores
del ser humano, sean propios o no de la profesión en la
que se forma.
La universidad pinera en medio de la Batalla de Ideas
librada contra el hegemónico e imperialista orden mundial
y una de las superpotencias más lesivas a los canones
morales, se ubica en la vanguardia de
la labor educativa en este sentido.
A través del ideario y la vida de José
Martí,
proponemos un sistema de acciones didácticas para los
estudiantes de primer año de la carrera de Derecho en la
Facultad de Ciencias
Sociales y Humanísticas, con el objetivo de
potenciar los valores
éticos, estéticos y morales. El diseño
de este sistema de acciones didácticas, orientadas en
función del colectivo de año y el trabajo con
el sistema de atención tutelar parte de una
concepción curricular, extensionista y
metodológica.
Introducción
El encargo social atribuido a la universidad cubana
actual se manifiesta en la formación de un profesional
competente que pueda realizar un uso adecuado racional y
científico de las nuevas
tecnologías de la ciencia y
la técnica. El proceso de formación de las
habilidades y competencias profesionales, cargado de exigencias
educativas sostiene como una tendencia generalizada en nuestra
región, el acercamiento a formas y métodos
más personalizados de instrucción. Los
diseños de sistemas de
acciones educativas, se acercan cada día más a la
enseñanza con incidencia sobre la zona de
desarrollo
próximo, la inteligencia
afectiva, los perfiles basados en la auto-aprehensión del
conocimiento,
y el tratamiento educativo de los valores a través de la
enseñanza de procesos
históricos.
El proceso de formación de valores constituye uno
de los fenómenos más observados por la ciencia en la
última década. La preocupación de
psicólogos, sociólogos y pedagogos está en
concebir el modelo ideal
para incidir sobre los valores de los jóvenes que se
forman como los profesionales del futuro. Esto ha conducido a la
proliferación de concepciones, enfoques
científico-conceptuales, métodos de acción
y estrategias, casi todas coincidiendo en utilizar los procesos
históricos o las personalidades más trascendentes
de estos cómo vehículos para la consecución
del fin supremo: educar en valores hacia una concepción
más humanista y científica del mundo.
El colectivo de profesores de primer año de la
Facultad de Ciencias
Sociales y Humanísticas a tono con las exigencias
actuales, se propuso diseñar un sistema de acciones
didácticas, para potenciar el desarrollo de los valores
ético-morales de los estudiantes del
año.
El Partido Comunista de Cuba, el 26 de
Octubre de 2006 formuló un Programa Director
para el reforzamiento de valores fundamentales en la sociedad
cubana actual. Este programa constituye uno de los documentos
básicos sobre los que el sistema propuesto se erige, el
cual constituye una respuesta a las necesidades educativas
formuladas para la educación superior
en la Isla de la Juventud.
Capítulo 1
Tratamiento teórico y conceptual del tema
El problema del desarrollo de la conciencia social
como reflejo y valoración en los hombres de la realidad
naturosocial de cada época en forma de un conjunto de
ideas, conceptos, nociones, creencias, tradiciones, juicios, no
puede verse aislado de sus manifestaciones por medio de la
conciencia individual.
La conciencia individual es el reflejo que hace el hombre de
toda su existencia en las condiciones peculiares que le
corresponde vivir; su contenido se manifiesta en su conducta, en su
práctica social y en su relación individuo-sociedad. Esta relación
está íntimamente vinculada a la interacción entre el conjunto de ideas,
principios,
juicios, normas,
creencias, costumbres, tradiciones, sentimientos, que tiene el
hombre a
partir de su reflejo personal de las
relaciones y condiciones sociales en que existe (conciencia
individual) y aquellos que configuran la conciencia social. Esta
confrontación tiene un carácter orientador-regulador de la
conducta y posibilita la actividad valorativa del
hombre.
Dentro de la conciencia social e individual, la moral
desempeña un papel fundamental y "es un reflejo de las
condiciones en que vive el hombre a partir de la formación
histórica de relaciones entre sí y de las actitudes y
conductas en el transcurso de sus vidas, en forma de principios,
normas, sentimientos valorativos y representaciones sobre el
bien, el mal, el deber, que en su conjunto regulan y orientan la
elección moral y la conducta de los
individuos".5
La moral se expresa por medio de normas que constituyen
"modelos de
comportamiento
socialmente generalizados que actúan como punto de vista
referencial a cada conducta individual"4 y es la opinión
pública, el mecanismo regulador y controlador de su
cumplimiento.
Partiendo de lo anteriormente expresado, puede
comprenderse entonces que la observancia de estas normas
está profundamente vinculada al desarrollo de la
autoconciencia, de la autovaloración, de las emociones, de las
convicciones, de la voluntad y de la configuración de una
escala de
valores. Todos estos elementos constituyen mecanismos funcionales
de la conciencia moral (Chacón Arteaga N. Folleto de
ética moral y valores en el mundo de hoy. ISPEJV, La
Habana, 1996), y su desarrollo es parte del contenido de la
educación,
en su sentido más amplio, y del cumplimiento de sus
funciones sociales. La educación como transmisora de la
cultura de
generación en generación, es determinante en el
control de la
sociedad y de sus tendencias de desarrollo y por consiguiente, en
la conservación y transformación
social.5
En especial, la función ideológica y
socializadora de la educación que tiene que ver con la
integración del hombre a la sociedad y en
particular a la actividad productiva, actúa esencialmente
en la conciencia del individuo a partir de la formación de
convicciones y de la configuración de una moral
profesional y de una cultura laboral.
Como expresan varios autores, la aparición de una
moral profesional está vinculada históricamente a
la división social del trabajo, y
este hecho, destaca las peculiaridades de cada
especialidad.6
La existencia de una moral profesional justifica que
puede hablarse de una ética
profesional, que puede ser identificada con un "sistema de
conceptos, ideas, principios que son elaborados por determinadas
instituciones
o personas especialmente encargadas de tal fin, con el objetivo
de contribuir al desarrollo de cierta conciencia moral y regular
de alguna manera la conducta de los que ejercen esa
profesión".6
El ejercicio de cada profesión en particular se
sostiene en la práctica de una serie de normas (escritas o
no) que regulan la relación del sujeto profesional con
otros sujetos a los que presta algún servicio
(directa o indirectamente), con sus colegas y con el medio social
o natural en general.
En particular muchas profesiones tienen sus
códigos de ética en los cuales se recogen las
normas que rigen la conducta profesional. Por medio de ellos se
pueden conocer las exigencias que conforman el "deber ser" de
cada profesional, no solo como lo predominante sino como lo
mejor, con lo cual se asegura la pertinencia de la
actuación y la tendencia al progreso moral.
Entre las profesiones que tienen códigos
éticos más antiguos, y que han evolucionado hasta
nuestros días, está la profesión
jurídica.
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