Durante años este ha sido uno de los problemas
más latentes en la educación, bien
sea por el factor que establezca esta necesidad, se han buscados
culpables; la sociedad se
responsabiliza una a otra, pero no se presentan soluciones que
solventen esta situación.
La educación tiene un
carácter primordial en el crecimiento y
desarrollo de
los pueblos, es por ello que la prioridad en la educación
es atacar los índices de fracaso o desinterés
escolar, con la finalidad de formar hombres y mujeres
protagónicos, responsables y justos que entiendan la
importancia de cada uno en el mundo actual, entendiendo que lo
que no hagan o lo que dejen de hacer nadie lo hará por
ellos, entender que todos en la vida eligen un ser con su propio
criterio de decisión y que debe asumirse con una conducta de
respeto hacia si
mismo.
Es importante en este orden de ideas determinar la
diferencia entre fracaso y desinterés escolar, porque no
se puede mencionar como fracaso académico a los
estudiantes que son económicos, necesitan suspender o
mejorar en sus estudios; otro factor que no podemos incluir
dentro de estos aspectos es el índice de
repitencia.
El fracaso escolar es el abandono
escolar y el absentisismo de los objetos escolares, es decir
cuando un adolescente no supera los estudios obligatorios y se
encuentra en la calle sin alternativa, sin un trabajo no
cualificado o sin garantía social.
A este respecto Patricia Giménez, afirma que "en
un acercamiento del concepto en el
fracaso escolar, según los expertos, es el hecho de
concluir una determinada etapa en la escuela con
calificaciones no satisfactorias, lo que se traduce en la no
culminación de la enseñanza
obligatoria"1
De allí, la importancia de generar una
orientación a temprana edad que permita a los
participantes entender que un fracaso académico en un
momento determinado, no es una tragedia personal, que
debe ser un momento de reflexión para entender, comprender
e interpretar los errores cometidos, internalizarlos y generar
respuestas de cambios que permitan recomenzar en un momento
determinado.
Con respecto a esto establece Miguela del Burgo, "hay
que preparar a nuestros hijos y alumnos para que sepan afrontar y
superar dificultades, dado que los éxitos y los fracasos
son consustanciales en la vida."2
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