Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

El oso y el puercoespín-Jeffrey Davidow (página 2)



Partes: 1, 2

La operación Casablanca guíada bajo el
mando de Tom Constantine, fue un éxito
rotundo. Sin embargo, esta puso en riesgo la de por
si débil relación entre Estados Unidos y
México en
cuanto a la cooperación contra las drogas se
refiere. A todos les tomó por sopresa la captura de doce
banqueros mexicanos y venezolanos, así como a un centenar
de involucrados. Si bien la operación fue todo un suceso
internacional, derrumbó los pocos avances que se
habían logrado para la cooperación entre los
vecinos del Río Bravo/ Río Grande. No solo fue
tomado en curva el gobierno del
presidente Zedillo, tanto él como muchos funcionarios de
altos rangos (que debieron de haber sido involucrados al menos en
una pequeña parte) en Washington también se les
tomó por sorpresa. La Secretaria de Estado de
Estados Unidos (secretaria de Relaciones Exteriores) Madeleine
Albright, tampoco estaba informada y todo esto solo fue un
revés en la política bilateral.
Sin embargo, una vez más el Embajador se salió del
embrollo… por un tiempecito.

"Hice mal en ser descuidado. Pero sigo pensando que
cuando un político puede cautivar a un cuarto de
millón de personas gritando 25 palabras, está
teniendo su mejor día del año." La prensa, los medios de
comunicación, han sido tanto un obstáculo y una
bencidición para los políticos en todas partes del
mundo. Después del embrollo de Casablanca, Davidow fue el
epicentro del terremoto que sacudió al país por tan
flagrante violación a "nuestra soberanía nacional". Sus palabras, como las
de cualquier persona de cierta
influencia dentro de la sociedad,
fueron scavadas, distorcionadas. Un "tal vez" podía
sacarse del contexto y significar para otro periódista un
"jamás" o un "sí por supuesto". No se salvó
ni de la prensa, ni del amarillismo periódistico.
Así fue como, en el momento del "Grito" en el
Palacio Nacional, cuándo el presidente Ernesto Zedillo
parado en la ventana, listo para dar los campanazos, que la
multitud extaciada gritaba, reía y hasta lloraba, nuestro
autor se dirijió a otro diplomático y le dijo "que
ésteparecís ser el discurso
más exitoso del año del presidente." Un periodista
escuhó y las notas no se hicieron esperar.

Los problemas
enfrentados en tiempos recientes entre el gobierno mexicano y el
gobierno cubano, son algo nuevo. Anteriormente, los gobiernos
priistas habían mantenido siempre una buena
relación con Cuba. Si bien
estas relaciones "no eran bilaterales a la manera
tradicional.

En vez de ello se trataba de un complicado bail –
un mambo entre tres- que incluía siempre a Estados
Unidos". Primordialmente, la relación entre los gobiernos
priistas y Castro, eran primordialmente una manera de acercarse a
la revolución que evocaban épocas
nostálgicas para fines plíticos frente a las otras
corrientes de pensamiento
dentro del país. Así mismo, mantenían una
relación amistosa, para asegurar que Fidel no fuera a
violar la soberanía nacional, para incitar a ciertas
corrientes de extrema izquierda a crear una guerra de
guerrillas, amén de poder levantar
un blque antiimperialista en el continente. México
tenía a su propio puercoespín, con la misma
sensibilidad con la que el país manejaba las relaciones
con el titán del norte.

Así fue como, en los años sesentas,
México fue el único país de la región
que se opuso a la resolución de sacar a Cuba de la
Organización de Estados Americanos, impulsada
naturalmente por Estados Unidos. Sin embargo, México
estaba cambiando. Se estaba acercando mucho más a Estados
Unidos, mientras los gobiernos comunistas se desmoronaban
alrededor de mundo, en nuestro país se comenzó a
seguir un sistema mucho
más liberal, hacia una apertura comercial, y el TLCAN estaba
ya en el horno. En el año de 1991, México se
abstuvo de votar en una resolución de las Naciones Unidas
para censurar el desempeño de Cuba en el área de los
derechos
humanos, lo que evidentemente transtornó no solo al
gobierno cubano sino tmabién a la opinión
pública mexicana. Cuándo se volvió a
celebrar la misma resolución en Ginebra en el año
de 1999, México votó en contra, lo que
estiró un poco la cuerda para que el gobierno zedillista
se acercara más a la isla. Sin embargo las relaciones
entre La Havana y la Ciudad de México se
tensionarón cada vez más. El arribo de la derecha a
la presidencia de nuestro país en el año 2000, no
ayudó mucho. Así pues, las relaciones entre
México y su puercoespín no han hecho más que
empeorar cada vez más.

Como es de esperarse, no se puede hablar de los
problemas bilaterales entre el oso y el puercoespín sin
hablar del tema migratorio, que más que los puentes
internacionales que cruzan el Río Bravo/Río Grande,
une a nuestras dos naciones. Más que la franja fronteriza
que divide a los dos países, distancia y dificulta las
relaciones. Nuestro autor nos da números casi
increíbles; entre los años 1990 y 2000, la cifra de
los nacidos fuera de los Estados Unidos había crecido en
un 57 por ciento, lo que se traduce como el 11.1 por ciento de la
población nacional.

Para el año 2000, 10 millones de personas de
origen mexicano vivían del otro lado de la frontera.
Rebasaron a la minoría dominante durante décadas,
los afro-americanos. Este es un problema para el país
receptor en muchos niveles. Si bien es cierto que estas personas
que se van al otro lado, llegan llenos de ilusiones y de
esperanzas a mejorar el nivel de vida de los WASP (white
anglosaxon protestants), al hacer los trabajos "que ni los negros
quieren hacer", muchas personas comenzaron a preocuparse por lo
que podría llegar a suceder. Al tener a tanto latino en su
país, los estadounidenses se comenzaron a preguntar en que
los llegaría a afectar en lo personal.
Mientras "la reconquista silenciosa" les ponía los pelos
de punta, los latinos seguían cosechando las naranjas del
sur, y recogiendo basura en el
norte, despreocupados, contentos por poderles brindar a sus
familias un futuro más prometedor que el que sus padres
les habían podido dar a ellos. Con ganas de superarse,
nada más. Sin embargo, los gringos tenían
miedo de perder su "way of live"o "mode de vie"
como le dicen los franceses. Las leyes migratorias
comenzaron a aparecer en los años setentas y ochentas. Con
el receso económico después del boom de los
ochentas, la xenofobía invadió a unos
cuantos.

En el año 2000, sucedió un acontecimiento
histórico en nuestro país; por primera vez en 71
años, el PRI fue derrotado y Vicente Fox, un partido de
derecha sumamente conservador, llegó al poder. No relato
esto por ocioso, sino porque el cambió que nos tocó
a todos, le tocó vivirlo también a Davidow
quién lo vio de buena gana. El nuevo presidente, botudo
como su recién elegido homólogo estadounidense,
prometió después de su primera visita a la Casa
Blanca (ahora si, la residencia presidencial en Washington),
llegar a un acuerdo migratorio entre las dos naciones. No
contaba, con que dos aviones se estrellarían contra las
Torres Gemelas en la ciudad de Nueva York, NY. Con un país
en guerra contra el terrorismo,
estos acuerdos migratorios pasaron, no a segundo plano, sino como
al décimo, para la nueva administración de Georges W. Bush
Jr.

En alguna parte del libro, Davidow
dice que; "Por lo regular, Etados Unidos no tiene la
intención de infligir daño a
México. En realidad, el mayor daño que hace es
ignorar a su vecino o – para llevar la metáfora al
límite- entrar en periodos prolongados de
hibernación, en los cuales, en forma insultante, presta
poca o ninguna atención." Y creo que no hay mejor manera
para expresar el momento por las que pasaron las relaciones
bilaterales, sino en un periodo de hibernación. Si bien es
cierto que al principio todo parecía ir viento en popa,
también es cierto que los intereses de ambas naciones
tienen prioridades diferentes. A partir del año 2001 para
Estados Unidos sus temas más relevantes han sido la
seguridad
nacional después del acto terrorista infringido Al-Queda
(Osaman Bin Laden) así como el terrorismo y todo lo que
tenga que ver con ellos y su bienestar. Para México, las
soluciones a
los acuerdos migratorios, así como el narcotráfico y la pobreza, son
los temas más relevantes en la política nacional
(bueno, también están las violaciones a la
soberanía nacional, y más recientemente la copa del
mundo – que pronto remplazará los discursos
políticos –).

Sin embargo, hoy en día ls problemas fronterizos
siguen siendo reales. Si bien la postura del Embajador con lo que
respecta a los "cazadores de ilegales", es, sino de eceptisismo,
si denota una información un tanto errónea. Puede
ser cierto que no todos los que están potrados en la
frontera, sobre sus tierras, con un rifle en la mano tengan las
intenciones de matar a los inmigrantes que intentan entrar
ilegalmente a su país. Sin embargo, los asesinatos
cometidos por estas personas a lo largo de los últimos
años han ido en crecimiento y son una realidad. Puede que
sea verdad que muchos de entre ellos solo quieran detener a los
transgresores, tampoco hay porqué generalizar. Más
es importante estar consientes que también muchos de entre
ellos apuntan a matar, por más que sea difícil
aceptar que nuestros vecinos, los "usurpadores de nuestro
territorio" que no quieren trabajar sus tierras, que le pagan un
sueldo miserable al pueblo al que le arrancaron su territorio
para que hagan los trabajos que ellos no quieren hacer, todavia
se den el lujo de matarlos. Es casi inverosímil, y sin
embargo sucede. Es un hecho que estas personas matan a los
mexicanos y otros inmigrantes que buscan un futuro más
próspero.

El hecho de que en el año 2000 se diera un
cambio
drástico en las votaciones presidenciales del 2 de Julio,
fue sin duda una mejoría con lo que respecta a las
relaciones entre el oso y el puercoespín. Muchos
poíticos estadounidenses gozaron con el éxito de un
partido que rompiera con 71 años de un solo partido.
Muchos gobernadores, senadores y diputados se dieron cuenta de la
importancia que representaba México para los Estados
Unidos. Sin bien es verdad que comenzaron a concientizarse desde
la firma del TLCAN, también es cierto que siempre
habían visto a México como un país de
drogas,
corrupción, tranzas y todos los aspectos
despectivos con los que miran al resto del continente
latinoamericano (y en algunos casos, me atrevería a decir,
como vemos los mexicanos a los otros países que
están debajo de nuestra frontera con Guatemala y
Belice). Sin embargo la victoria de un partido de
oposición cambio la perspectiva que tenían nuestros
vecinos del norte.

Así pues las visitas de muchos gobernadores no se
hicieron esperar, todos querían entrevistarse con el nuevo
y reluciente presidente (que pronto tendría un
homólogo con quién podría intercambiarse
botas y sobreros) Vicente Fox. De igual manera, delegaciones del
congreso estadounidense querían venir, conocer
México, entrevistarse con altos funcionarios del gobierno,
creyendo firmemente que con el cambio, Estados Unidos
había encontrado la horma de su zapato en su vecino del
sur, que desde la década de los ochentas no había
cesado de acercarse a pasos agigantados. Muchas de estas
delegaciones fueron un éxito. Otras en cambio, nos relata
Jeffrey Davidow, fueron un rotundo fracaso.

Las relaciones entre México y Estados Unidos
siempre han sido complicadas. Hay momentos en dónde todo
parece ir viento en popa, mientras que hay otros dónde
pareciera que todo lo que existe entre nuestros dos países
es una frontera dividida por kilómetros y
kilómetros de desierto árido a lo largo y hancho de
la franja que separa a nuestros países. Sin embargo, en
todo el mundo y con excepción quizá de los
españoles que llegaron a conquistar al pueblo azteca, no
ha habido nunca, en la historia moderna de nuestro
país, una cultura o bien
una fuerza
exterior – si me puedo expresar así – que haya
influído de tal manera en nuestro "mode de vie".
Como para nosotros, del otro lado del Río Bravo/Río
Grande, no hay un país que tenga tanto impacto para los
estadounidenses que la nuestra.

La relación que existe entre nuestros paises es
una fusión de
culturas interdependientes que muchos se niegan a reconocer, o
sencillamente no quieren ver. El problema no son los presidentes
o los congresos. Si bien es cierto que algo han de tener que ver
en todo esto (bueno, tampoco podemos exhonerar a todo mundo), el
mayor reto que hay, la frontera más hárida que
tememos que cruzar, es la historia.

Para mí, todo este odio que existe entre los
gringos y los mexicans, no son más que
resentimientos arrastrados a través de los pasillos del
tiempo.
Traídos hasta nuestros días desde hace más
de cien años. Este odio, este rencor que sienten cada
quien por sus respectivos vecinos (también así los
estadounidenses con los canadienses, y de igual manera los
mexicanos con los guatemaltecos – o en muchos más
aspectos con los cubanos – ) son para mí, más
que una relación de un oso y de un puercoespín, una
suerte de relación entre hermanos que se antoja un poco a
la historia de Caín y Abel o de Rémulo y
Rómulo. Una verdadera tragicomedia entre dos hermanos
recelosos el uno del otro. La vida de uno está
influenciada por el otro, y los logros del hermano grande son
rápidamente recentídos por el otro, de igual manera
que la independencia
del hermano pequeño repercute en el orgullo del
otro.

Al igual que la historia de Roma, nuestra
relación crecío manchada por sangre; la
imperdonable invasión sufrida por México ha sido el
punto de partida de una relación tortuosa que no ha
podido, no ha querido, no ha sabido madurar
correctamente.

Así pues, mientras Abel intenta crecer en todos
los sentidos
de la palabra, Caín lo ve con recelo, intentando crear una
verdadera interdependencia hacia él y solo hacia
él, creyendo que por ser el hermano con mayor
conocimientos lo podrá guíar y enseñar el
camino único y verdadero: el suyo. A su vez, el hermano
menor intenta mantener su autonomía y crecer
independientemente, sin la influencía ejercida por
aquél que se dice más capaz y más sabio. Sin
embargo, las riñas entre hermanos solo es superada –
y esta afirmación no siempre se cumple – a
través de la edad. De lo que si podemos estar seguros, es que
se terminan por parecer, aunque ninguno de los dos los quiera,
aunque sea solamente en ciertos aspectos.

Si bien la relación entre México y Estados
Unidos es bastante más complicada que la relación
de dos hermanos o la de un oso y un puercoespín, los
problemas no hacen más que comenzar. El Embajador Jeffrey
Davidow se fue de México en el año 2002. A su
sucesor, Anthony O’Garza Jr. le queda un largo camino por
delante, así a los que vengan después que él
y así a sus homólogos del otro lado de la
frontera.

El puercoespín ha procurado acercarse al oso, que
actualmente está en periódo de hibernación.
Mucho camino les queda por recorrer a lo largo del bosque, y
mucho les queda para poder llegar a un acuerdo que les parezca
justo a los dos, para evitar que el oso se espine y que el
puercoespín se sofóque ante su peso.

De igual manera, a Caín y Abel les falta mucho
por recorrer, mucho que hablar, mucho que discutir, finalmente,
mucho que madurar para poder llevar a cabo una relación
sana y de buen entendimiento. Lo único que espero, es que
Caín no términe por matar a su hermano Abel en un
ataque de celos incontrolables.

"(…) es indispensable que los líderes de
América
del Norte ofrezcan una visión unificada del futuro de sus
ciudadanos. Esa visión (…) debería brindar la
esperanza de un porvenir en el que los tres países vivan,
como naciones en lo individual, cooperando con sus vecinos. Esto
significa que el puercoespín tendrá que actuar
menos como puercoespín y el oso tendrá que actuar
menos como oso. ¿Es posible? Si. ¿Factible?
Esperemos que sí."

 

Raul Perez de Celis Canseco

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter