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La religión de Dios (página 3)




Enviado por jesus gonzalez garcia



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La
unidad de la religión

La unidad de la religión unidad de
los profetas:

Las Santas Manifestaciones que han sido fuentes
fundadoras de los diversos sistemas
religiosos están unidas y de acuerdo en sus
propósitos y enseñanzas. Krishna, Abraham,
Moisés, Zoroastro, Buda, Jesús, Muhammad, el
Báb y Bahá'u'lláh son uno en espíritu
y realidad. Además cada Profeta cumplió la promesa
de Aquel que vino antes que Él y, a su vez, cada Uno
anunció a Aquel que habría de seguirle.

Considerad cómo Abraham predijo la venida de
Moisés, y Moisés encarnó la
declaración abrahámica. Moisés
profetizó el ciclo mesiánico, y Cristo
cumplió la ley de
Moisés. Es evidente, por tanto, que las santas
Manifestaciones que fundaron los sistemas religiosos están
unidas y de acuerdo; no hay diferenciación posible en sus
misiones y enseñanzas; todos son espejos que reflejan la
realidad, y todos promulgan la religión de Dios. La
religión divina es la realidad y la realidad no es
múltiple; es una. Por tanto, los fundamentos de los
sistemas religiosos son uno debido a que todos provienen de la
realidad indivisible; pero los seguidores de estos sistemas han
disentido; discordia, lucha y guerra han
surgido entre ellos, pues abandonaron el fundamento y se
adhirieron a lo que sólo es imitación y apariencia.
Puesto que las imitaciones difieren, el resultado es enemistad y
disensión. Por ejemplo, Jesucristo, ¡que mi
espíritu sea sacrificado por Él ¡ echó
los cimientos de la realidad eterna, pero después de su
partida muchas sectas y divisiones aparecieron en la cristiandad.
¿Cuál fue la causa de ello? No cabe duda de que se
originó en imitaciones dogmáticas, pues los
principios de
Cristo eran la realidad misma, en la cual no existe divergencia.
Cuando aparecieron las imitaciones, se formaron las sectas y
grupos
disidentes.

Si los cristianos de todos los grupos de disidentes
investigaran la realidad, los principios de Cristo los
unirían. No quedaría enemistad u odio porque todos
estarían bajo la guía única de la realidad
misma. Del mismo modo, y en un plano más amplio, si todos
los sistemas religiosos existentes se apartasen de las
imitaciones ancestrales e investigaran la realidad buscando el
significado verdadero de los Libros
Sagrados, se unirían y concordarían sobre el mismo
fundamento, la realidad misma.

Mientras sigan doctrinas falsas o imitaciones en vez de
la realidad, existirán la discordia y la animosidad, y
éstas aumentarán. Dejadme ilustrar esto.
Moisés y los profetas de Israel anunciaron
el advenimiento del Mesías pero lo expresaron en lenguaje
simbólico. Cuando Cristo apareció, los judíos
lo rechazaron aunque estaban esperando su manifestación y
en sus templos y sinagogas exclamaban y se lamentaban diciendo
"¡Oh Dios, apura la venida del Mesías!". ¿Por
qué lo negaron cuando se anunció? Porque
habían seguido formas e interpretaciones ancestrales y
estaban ciegos a la realidad de Cristo. No habían
percibido los íntimos significados de la santa Biblia.
Proclamaron sus objeciones diciendo: "Estamos esperando a Cristo,
pero su venida está condicionada al cumplimiento de
ciertos anuncios proféticos. Entre las señales
del advenimiento hay una que dice que vendrá de un lugar
desconocido, en tanto que ahora este presunto Mesías ha
venido de Nazaret. Conocemos su casa y conocemos a su
madre".

"Segundo, una de las señales o condiciones
mesiánicas es que su cetro sería una vara de
hierro y este
Cristo ni siquiera tiene tallado de madera.
Tercero, Él debía sentarse en el trono de David,
mientras que este rey mesiánico se halla en el más
extremo estado de
pobreza y ni
siquiera tiene una esterilla. Cuarto, Él debía
conquistar el Este y el Oeste. Esta persona no ha
conquistado siquiera una villa. ¿Cómo puede ser el
Mesías?

Quinto, Él promulgaría las leyes de la
Biblia. Éste no sólo no las ha promulgado, sino que
ha infringido la ley sabática. Sexto, el Mesías
reuniría a todos los judíos dispersos en Palestina
y les restauraría el honor y el prestigio, pero
éste en vez de elevarlos los ha degradado.

Séptimo, durante su soberanía incluso los animales
disfrutarían de bendiciones y comodidades, pues de acuerdo
a los textos proféticos, Él establecería la
paz con tal alcance universal que el águila y la codorniz
vivirían juntas, el león y el ciervo se
alimentarían en la misma pradera, el lobo y el cordero
pacerían juntos. En el reino humano la guerra
cesaría completamente; las lanzas se convertirán en
hoces y las espadas en arados.

Ahora vemos en el día de este pretendido
Mesías que prevalece tal injusticia que incluso él
mismo es sacrificado. ¿Cómo podría ser el
Cristo prometido?" Y así expresaron palabras infamantes
referidas a Él.

Ahora bien, al estar los judíos sumergidos en el
mar de las imitaciones ancestrales no podían comprender el
significado de estas profecías. Todas las palabras de los
profetas se cumplieron, pero debido a que los judíos se
aferraron tenazmente a interpretaciones hereditarias, no
entendieron los significados ocultos de la sagrada Biblia; por
consiguiente, negaron a Jesucristo, el Mesías. El
propósito de las palabras proféticas no era el
significado externo o literal, sino el significado
simbólico oculto. Por ejemplo, fue anunciado que el
Mesías debía venir de un lugar
desconocido.

Esto no se refería al lugar del nacimiento del
cuerpo físico de Jesús. Se refería a la
realidad de Cristo, es decir, la realidad de Cristo debía
aparecer de un reino invisible, pues la realidad de Cristo es
sagrada y santificada por encima del lugar.

Su espada sería de hierro. Esto significa que el
instrumento era su lengua, la
cual debía separar la verdad de lo falso, y mediante esa
gran espada de ataque él conquistaría los reinos de los
corazones. Él no conquistó por el poder
físico de una vara de hierro; conquistó el Este y
el Oeste mediante la espada de su prolación.

Estaba sentado en el trono de David, pero su
soberanía no era napoleónica ni el dominio
efímero del faraón. El reino de Cristo era
sempiterno, eterno en el cielo de la Voluntad divina.

Al promulgar las leyes de la Biblia, la realidad de la
Ley de Moisés era su propósito. La ley del
Sinaí es el fundamento de la realidad de la cristiandad.
Cristo la promulgó y le dio una expresión
espiritual más elevada. Conquistó y subyugó
al Este y al Oeste. Su conquista se efectuó a
través de los hálitos del Espíritu
Santo, el cual eliminó todas las fronteras y
brilló en todos los horizontes.
En su día, de acuerdo a la profecía, el lobo y el
cordero beberían de la misma fuente. Ello se
realizó en Cristo, la fuente a que se hace referencia es
el Evangelio, del cual mana el agua de
vida. El lobo y el cordero son las razas divergentes y opuestas
simbolizadas por estos animales. Su reunión y
asociación eran imposibles, pero al convertirse en
creyentes de Jesucristo aquellos que anteriormente eran como
lobos y corderos se unieron mediante las palabras del
Evangelio.

La idea es que todos los significados de las
profecías se cumplieron, pero debido a que los
judíos eran cautivos de las imitaciones ancestrales y no
percibían la realidad de los significados de estas
palabras, negaron a Cristo. Más aún, fueron tan
lejos que lo crucificaron. Considerad cuan dañina es la
imitación. Estas eran interpretaciones transmitidas por
padres y ancestros, y debido a que los judíos se aferraron
a ellas fueron privados del Espíritu Divino.

Es evidente, entonces, que debemos abandonar tales
imitaciones y creencias para que no cometamos este error. Debemos
investigar la realidad, dejar de lado nociones egoístas y
desterrar el rumor de nuestras mentes. Los judíos
consideran a Cristo enemigo de Moisés, mientras que Cristo
(al contrario) promovió la Palabra de Moisés.
Esparció el nombre de Moisés a través de
Oriente y Occidente.

Promulgó las enseñanzas de Moisés.
Si no hubiera sido por Cristo, no habríais oído el
nombre de Moisés; y si la manifestación
mesiánica no hubiese aparecido en Cristo, no
hubiésemos recibido el Antiguo Testamento.

La verdad es que Cristo cumplió la ley mosaica y
apoyó a Moisés en todas formas; pero los
judíos, cegados por las imitaciones y los prejuicios, lo
consideran enemigo de Moisés.
Entre los grandes sistemas religiosos del mundo está el
Islam. Cerca
de trescientos millones de personas lo aceptan. Por más de
mil años ha habido enemistad y lucha entre musulmanes y
cristianos, debido a la desavenencia y la ceguera espiritual. Si
los prejuicios y la imitación se abandonasen, no
habría enemistad alguna entre ellos y estos cientos de
millones de religiosos antagónicos adornarían el
mundo de la humanidad con su unidad.

Ahora deseo pediros vuestra atención sobre un punto muy importante.
Todo el Islam considera el Qur'án la Palabra de Dios. En
este Libro Sagrado
hay textos explícitos que no son tradicionales, declarando
que Cristo era la Palabra de Dios, que Él era el
Espíritu de Dios, que Jesucristo vino a este mundo
mediante los hálitos vivificadores del Espíritu
Santo y que María, su madre, era santa y santificada. En
el Qur'án hay todo un capítulo dedicado a la
historia de
Jesús. Allí se registra que en el tiempo de su
juventud
Él adoraba a Dios en el templo de Jerusalén, que el
maná descendía del cielo para su sustento y que
hablaba apenas nacido. En suma, en el Qur'án hay elogios y
alabanzas a Cristo que no pueden encontrarse en el Evangelio. El
Evangelio no registra que el niño Jesús hablaba al
momento de nacer o que Dios hizo descender su sustento desde el
cielo, pero en el Qur'án se declara repetidamente que Dios
enviaba el maná día tras día como alimento
para Él. Además, es significativo y convincente el
hecho de que cuando Muhammad proclamó su obra y misión, la
primera objeción a sus propios seguidores fue:
"¿Por qué no habéis creído en
Jesucristo? ¿Por qué no habéis aceptado el
Evangelio? ¿Por qué no habéis creído
en Moisés? ¿Por qué no habéis seguido
los preceptos del Antiguo Testamento? ¿Por qué no
habéis entendido a los Profetas de Israel? ¿Por
qué no habéis creído en los
discípulos de Cristo? El primer deber obligatorio para
vosotros, OH árabes, es el de aceptarlos y creer en
ellos.

Debéis considerar a Moisés como un
Profeta. Debéis aceptar a Jesucristo como la Palabra de
Dios. Debéis saber que el aceptar a Jesucristo como la
Palabra de Dios. Debéis saber que le Antiguo y el Nuevo
Testamento son la Palabra de Dios. Debéis creer en
Jesucristo como el producto del
Espíritu Santo". Su pueblo respondió: "¡OH
Muhammad! Seremos creyentes aunque nuestros padres y ancestros no
lo eran, y estamos orgullosos de ello. Pero, dinos,
¿qué será de nuestros padres?". Muhammad
respondió: "Os declaro que ocupan el más bajo
estrato del infierno debido a que no creyeron en Moisés y
en Cristo y no aceptaron la Biblia; y aunque ellos son mis
propios ancestros, aun así se hallan desesperados en el
infierno".

Este es un texto
explícito del Qur'án; esto no es una
narración o tradición sino el Qur'án mismo,
el cual es conocido por la gente. Por tanto, es evidente que la
ignorancia y los malentendidos son los que han causado tanta
guerra y lucha entre los musulmanes y cristianos. Si ambos
hubieran investigado la verdad básica en sus creencias
religiosas, el producto sería la unidad y el acuerdo; la
lucha y la amargura hubieran desaparecido para siempre y el mundo
de la humanidad hubiera encontrado la paz y la serenidad.
Considerad que hay doscientos cincuenta millones de cristianos y
trescientos millones de musulmanes. ¡Cuanta sangre se ha
derramado en sus guerras!
¡Cuantas naciones han sido destruidas! ¡Cuantos
niños
han quedado huérfanos! ¡Cuántos padres y
madres han logrado la pérdida de sus hijos y seres
queridos!

Todo esto se ha debido a los prejuicios, desavenencias e
imitaciones de creencias ancestrales, sin una investigación de la realidad. Si los Libros
Sagrados hubiesen sido correctamente comprendidos, ninguna de
estas discordias o aflicciones hubiesen existido, sino que
el amor y el
compañerismo habrían prevalecido en su lugar. Esto
también se aplica a todas las demás religiones. Las condiciones
que he nombrado se aplican a todas por igual. El propósito
esencial de la religión de Dios es establecer la unidad
entre los hombre.

Las divinas Manifestaciones fueron los fundadores de los
instrumentos del compañerismo y el amor. No
vinieron para crear discordia, lucha y odio en el mundo. La
religión de Dios es la causa de amor, pero si se convierte
en fuente de enemistad y derramamiento de sangre, de seguro su
ausencia es preferible a su existencia, pues entonces se vuelve
satánica, dañina, un obstáculo para el mundo
humano.
Los diversos pueblos y naciones de Oriente estaban en un estado
de antagonismo y lucha, manifestando la más extrema
enemistad y odio los unos hacia otros. La oscuridad circundaba la
mundo de la humanidad. En un momento como éste
apareció Bahá'u'lláh. Eliminó todas
las imitaciones y prejuicios que habían causado la
separación y las desavenencias y echó las bases de
la única religión de Dios. Cuando esto se
realizó, musulmanes, cristianos, judíos,
zoroastrianos y budistas, todos se unieron con verdadero amor y
camaradería. Las almas de todas las naciones que siguieron
a Bahá'u'lláh se volvieron como una sola familia viviendo
en acuerdo y armonía, deseando sacrificar la vida los unos
por los otros. El musulmán da la vida por el cristiano, el
cristiano por el judío y todos ellos por el zoroastriano.
Viven juntos en amor, camaradería y unidad. Han alcanzado
la condición de renacimiento en
el Espíritu de Dios. Han sido resucitados y regenerados
mediante los hálitos del Espíritu Santo.
¡Alabado sea Dios! Esta luz ha venido del
Este y con el tiempo no habrá discordia ni enemistad en el
Oriente. Mediante el poder de Bahá'u'lláh todos
estará unidos. Él izó este estandarte de la
unidad de la humanidad en la prisión. Cuando se hallaba
sometido al destierro por dos reyes, mientras era un refugiado de
los enemigos de todas las naciones, durante los días de su
largo encarcelamiento, escribió a los reyes y gobernantes
del mundo con palabras de maravillosa elocuencia,
acusándolos seriamente y convocándolos al divino
estandarte de la unidad y justicia. Los
exhortó a la paz y al acuerdo internacional,
haciéndolos responsables del establecimiento de un cuerpo
internacional de arbitraje, de un
congreso de naciones con delegados seleccionados de todos lo s
países y gobiernos, que construiría una corte
universal de justicia para solucionar disputas internacionales.
Escribió a la Reina Victoria de Gran Bretaña, al
Zar de Rusia, al
Emperador de Alemania, a
Napoleón III de Francia y a
otros, invitándolos a la unidad y paz mundiales. Mediante
un poder celestial Él fue capaz de promulgar estos ideales
en Oriente, los reyes no podían resistirse. Se esforzaron
por extinguir su luz, pero esto sólo sirvió para
aumentar su intensidad e iluminación. Mientras estaba en
prisión, enfrentó al Sháh de Persia y al
Sultán de Turquía y promulgó sus
enseñanzas hasta que estableció firmemente la
bandera de la verdad y la unidad de la humanidad. Yo estuve
prisionero con Él durante cuarenta años hasta que
los jóvenes turcos del Comité de Unión y
Progreso derrocaron el despotismo de 'Abdu'l-Hamid; lo
destronaron y proclamaron la libertad. Este
comité me liberó de la tiranía y la
opresión; de otro modo hubiese estado en prisión
hasta los últimos días de mi vida. Mi
intención es ésta: que Bahá'u'lláh en
prisión fue capaz de proclamar y establecer los
fundamentos de la paz aunque dos reyes despóticos eran sus
enemigos y opresores. El rey de Persia, Násri'd-Din
Sháh, había matado veinte mil
bahá'ís, mártires que con absoluto
desprendimiento y completa disposición ofrendaron
alegremente sus vidas por su fe. Estos dos reyes poderosos y
tiránicos no pudieron contrarrestar a un
prisionero…

… Este Prisionero mantuvo en alto el estandarte de la
humanidad y condujo al pueblo de Oriente al acuerdo y la unidad.
Hoy, en Oriente, sólo aquellos que no siguieron a
Bahá'u'lláh están en oposición y
enemistad. Los pueblos de las naciones que lo han aceptado como
estandarte de guía divina disfrutan una condición
de verdadera camaradería y amor. Si asistierais a una
reunión en el Este, no podríais distinguir entre
cristiano y musulmán, no podríais saber
quién fue zoroastriano, judío o budista; han
fraternizado tan completamente que sus diferencias religiosas se
han nivelado. Se asocian con el más extremo amor y
fragancia espiritual, como si perteneciesen a una familia, como
si fueran un solo pueblo.

En los divinos Libros Sagrados existen inconfundibles
profecías que dan las buenas nuevas de cierto Día
en el que el Prometido de todos los Libros
aparecerá…

…una brillante Dispensación será
establecida, la bandera de la Más Grande Paz y de la
conciliación será izada y se proclamará la
unidad del mundo de la humanidad. Entre las diversas naciones y
pueblos del mundo no quedará enemista y odio, todos los
corazones serán vinculados entre sí.

Estas cosas están registradas en el Torá o
Antiguo Testamento, en el Evangelio, el Qur'án, el
Zend-Avesta, los Libros de Buda y el Libro de Confucio. En
resumen, todos los Libros Sagrados contienen estas buenas nuevas.
Anuncian que después de que el mundo haya sido rodeado por
la oscuridad, la luz surgirá. Porque igual que las horas
de la noche en que se vuelve excesivamente oscura preceden a la
aurora de un nuevo día, también cuando la oscuridad
de la apatía religiosa se apodera del mundo, cuando las
ideas materialistas ensombrecen la espiritualidad, cuando las
naciones se sumergen en el mundo de la materia y se
olvidan de Dios, en un momento como éste brillará
el Sol divino
y aparecerá la esplendente Aurora.

Considerad hasta qué límite extraordinario
ha sido sojuzgada por el materialismo la
espiritualidad de la gente, los sentimientos espirituales parecen
haber desaparecido, la civilización divina se vuelve
decadente y la guía y el
conocimiento de Dios ya no perduran. Todos están
sumergidos en un mar de materialismo. Aunque algunos asisten a
iglesias y templos de devoción y adoración, ello se
realiza de acuerdo a las tradiciones e imitaciones de sus padres
y no para la investigación de la realidad y no
están ocupados en su adoración. Se aferran a
ciertas imitaciones que han llegado a ellos desde sus padres y
antepasados. Se han acostumbrado a pasar cierto período de
tiempo de adoración en el templo de acuerdo a imitaciones
y ceremonias. Prueba de ello es que el hijo de todo padre
judío se vuelve judío y no cristiano; el hijo de
todo musulmán se vuelve seguidor del Islam; el hijo de
todo cristiano demuestra ser cristiano; el hijo de todo
zoroastriano es zoroastriano, etc. Por tanto, la fe y creencia
religiosa es un remanente de ciegas imitaciones que han
descendido a través de los padres y antepasados. Debido a
que el padre de éste joven era judío, él se
considera judío. No es que él haya investigado la
realidad y probado a sí mismo satisfactoriamente que el
judaísmo es correcto. No, más bien, él
está consciente de que sus antecesores siguieron ese
curso; por tanto él también se adhiere a
ello.

El propósito de esto es explicar que la oscuridad
de las imitaciones circunda el mundo. Todas las naciones se
aferran a sus forma religiosas tradicionales. La luz de la
realidad está oscurecida. Si estas diversas naciones
investigaran la realidad, no cabe duda que lo lograrían.
Coma la realidad es una, todas las naciones se volverían
entonces una sola. En tanto ellas se adhieran a diversas
imitaciones y estén privadas de la realidad,
continuarán la contienda y la guerra y prevalecerán
el rencor y la sedición. Si investigaran la realidad, no
quedaría ni rencor ni enemistad y lograrían entre
ellas la mayor concordia.
Durante los años en que la oscuridad de la negligencia era
más intensa en el Oriente y el pueblo estaba tan sumergido
en las imitaciones que las naciones estaban sedientas de la
sangre de las otras, considerándose mutuamente
contaminadas y rehusando asociarse; en un momento como
éste, Bahá'u'lláh apareció. Se
levantó en el Oriente desarraigando las bases mismas de
las imitaciones y produjo la aurora de la luz de la realidad. A
través de Él varias naciones se unieron porque
todas deseaban la realidad.

Por cuanto investigaron la realidad en la
religión, descubrieron que todos los hombres son siervos
de Dios, posteridad de Adán, hijos de una sola familia, y
que los fundamentos de todos los profetas son uno. Dado que las
enseñanzas de los profetas son realidad, sus principios
son uno. La enemistad y contienda de las naciones, por tanto, se
deben a las imitaciones religiosas y no a la realidad que subyace
en las enseñanzas de los profetas. A través de
Bahá'u'lláh las naciones y corazones se unieron y
las vidas se amalgamaron. Después de siglos de odio y
rencor los cristianos, judíos, zoroastrianos, musulmanes y
budistas se reunieron en camaradería, todos ellos con el
más extremo amor y unidad. Se unieron y dialogaron
mancomunados porque habían percibido la
realidad.

Los Profetas divinos están unidos en el perfecto
estado del amor. Cada uno ha dado las buenas nuevas de la venida
de su sucesor y cada sucesor ha confirmado a Aquel que lo
precedió. Ellos estaban en la más grande unidad,
pero sus seguidores están en lucha…

…Por ejemplo, Moisés dio el mensaje de las
buenas nuevas de Cristo y Cristo confirmó el estado
profético de Moisés. Por tanto, entre Moisés
y Jesús no hay variación o conflicto.
Están en perfecta unidad, pero existe el conflicto ente
judíos y cristianos. Ahora, por tanto, si los pueblos
judío y cristiano investigaran la realidad que subyace en
las enseñanzas de sus Profetas, se volverían
amables en la actitud de los
unos hacia los otros y se asociarían en el mayor amor,
pues la realidad es una y no dual o
múltiple….

…Si esta investigación de la realidad fuese
universal, las naciones divergentes ratificarían a todos
los Profetas divinos y confirmarían todos los Libros
Sagrados. No quedaría ni contienda ni rencor, y el mundo
se uniría. Entonces nos asociaríamos en la realidad
del amor. Seríamos como padres e hijos, como hermanos y
hermanas viviendo juntos en completa unidad, amor y felicidad.
Porque este siglo es el siglo de la luz. No es como los siglos
anteriores. Los siglos pasados fueron épocas de
opresión.

Ahora los intelectos humanos se han desarrollado y la
inteligencia
humana ha aumentado. Cada alma
está investigando la realidad.
Estamos viviendo un momento en el que deberíamos disfrutar
de verdadera amistad.
Los fundamentos de los sistemas religiosos son uno debido a que
todos provienen de la realidad indivisible; pero los seguidores
de estos sistemas han disentido; discordia, lucha y guerra han
surgido entre ellos, pues abandonaron el fundamento y se
adhirieron a lo que sólo es imitación y apariencia.
Puesto que las imitaciones difieren, el resultado es enemistad y
disensión.(Abdul-Bahá)

La
religión como luz y oscuridad

La religión como luz y oscuridad
•La Manifestación de DIOS
•Una civilización en continuo progreso
•El Día de DIOS
•Citas de los escritos baháis sobre la
religión

La religión como luz y
oscuridad:

La condena más severa de
Bahá'u'lláh está reservada a las barreras
que la religión organizada ha erigido a lo largo de la
historia entre la humanidad y las Revelaciones de
Dios.

Dogmas inspirados en las supersticiones populares y
perfeccionadas por un empleo
inadecuado de la facultad racional, se han impuesto
repetidamente sobre un proceso divino
cuyo propósito en todo tiempo ha sido espiritual y
moral. Las
leyes de interacción social, reveladas con el
propósito de consolidar la vida comunitaria, han sido
convertidas en las bases para erigir estructuras de
doctrinas arcanas y prácticas que han agobiado a las masas
a cuyo beneficio se suponía que debían servir.
Incluso el ejercicio del intelecto, el principal instrumento de
la raza humana, ha sido deliberadamente dificultado, llegando a
producirse finalmente una ruptura del diálogo
entre la fe y la ciencia, un
diálogo del que depende la vida civilizada.

La consecuencia de este triste historial es el
desprestigio que ha sufrido la religión en todo el mundo.
Peor aún, la religión organizada se ha convertido
en una de las más virulentas causas de odio y guerra entre
los pueblos del mundo. "El fanatismo y el odio religiosos",
advirtió Bahá'u'lláh hace más de un
siglo, "son un fuego que devora al mundo y cuya violencia
nadie puede extinguir. Sólo la Mano del Poder Divino puede
librar a la humanidad de esta aflicción
desoladora."

A quienes Dios hará responsables de esta
tragedia, dice Bahá'u'lláh, es a los líderes
religiosos de la humanidad que han pretendido hablar en Su nombre
a lo largo de la historia. Sus intentos de convertir la Palabra
de Dios en un coto privado y su exposición
en un medio de engrandecimiento personal han sido
el mayor obstáculo contra el que ha tenido que luchar el
progreso de la civilización. En la búsqueda de sus
propios fines muchos de ellos no han dudado en levantar su mano
contra los mismos Mensajeros de Dios en el momento de Su venida:
Bahá'u'lláh, Epístola al Hijo del Lobo, ed.
cit., pág. 12.
Los jefes religiosos, en toda época, han impedido a su
pueblo alcanzar las orillas de la salvación eterna, por
cuanto sostienen las riendas de la autoridad en
su poderoso puño. Algunos por ambición de poder,
otros por falta de comprensión y conocimiento,
han sido la causa de esa privación del pueblo. Por su
sanción y autoridad todos los Profetas de Dios han bebido
del cáliz del sacrificio .Bahá'u'lláh, El
Libro de la Certeza, ed. cit., pág. 16.

Dirigiéndose al clero de todas las religiones,
Bahá'u'lláh les advierte de la responsabilidad que han asumido tan
descuidadamente en la historia:

Sois como un manantial. Si se cambia, así
cambiarán los torrentes que fluyen de él. Temed a
Dios y contaos entre los piadosos. De igual manera, si el
corazón
del hombre se corrompe, sus extremidades también se
corromperán. E igualmente, si la raíz de un
árbol se pudre, sus ramas, sus renuevos, sus hojas y sus
frutos se pudrirán. Citado en Shoghi Effendi, El
Día Prometido ha llegado, ed. cit., pág.126.
Estas mismas declaraciones, reveladas en un momento en el que la
ortodoxia religiosa era uno de los principales poderes en todo el
mundo, declaraban que este poder había terminado de hecho
y que la casta eclesiástica ya no volvería a jugar
ningún papel social en la historia del mundo: "¡OH
concurso de sacerdotes! Desde ahora ya no os veréis en
posesión de ningún poder. Ibidem, págs.
122-123 A un miembro hostil de entre el clero musulmán
especialmente vengativo, Bahá'u'lláh le dijo:
"Tú eres como el último rastro de la luz del sol
sobre la cima de la montaña. Pronto se desvanecerá,
como ha sido decretado por Dios, el Todo Poseedor, el
Altísimo. Tu gloria y la gloria de aquellos que son como
tú os ha sido quitada .Bahá'u'lláh,
Epístola al Hijo del Lobo, ed. cit., pág.
87.

Estas declaraciones no se dirigen al hecho en sí
de organizar la actividad religiosa, sino al mal uso de esa
clase de
recursos. Los
escritos de Bahá'u'lláh son generosos al apreciar
no sólo la gran contribución que la religión
organizada ha aportado a la civilización, sino
también los beneficios que el mundo ha obtenido a
través del sacrificio y el amor hacia la humanidad que han
caracterizado a los sacerdotes y a las órdenes religiosas
de todas las religiones:

Aquellos sacerdotes. Que están verdaderamente
adornados con el ornamento del conocimiento y de un buen carácter son, en verdad, como una cabeza
para el cuerpo del mundo y como ojos para las naciones. Shoghi
Effendi, El Día Prometido ha llegado, ed. cit.,
pág. 168.

En definitiva, el desafío para todo el mundo,
creyentes y no creyentes, clérigos y laicos por igual, es
reconocer las consecuencias que está sufriendo el mundo
como resultado de la corrupción
universal del impulso religioso. Con el alejamiento de Dios
imperante en la humanidad durante el último siglo se ha
roto una relación de la que depende el fundamento mismo de
la vida moral. Las facultades naturales del alma racional,
vitales para el desarrollo y
mantenimiento
de los valores
humanos, han llegado a ser desestimadas
universalmente:

La vitalidad de la fe de los hombres en Dios se
está extinguiendo en todos los países; nada que no
sea Su saludable medicina
podrá jamás restaurarla. La corrosión de la impiedad está
carcomiendo las entrañas de la sociedad
humana; ¿qué otra cosa sino el Elixir de Su potente
Revelación puede limpiarla y revivirla. Sólo la
Palabra de Dios puede vindicar la distinción de estar
dotada de la capacidad requerida para un cambio tan
grande y trascendental. Bahá'u'lláh, Pasajes de los
Escritos de Bahá'u'lláh, ed. cit., págs.
163-164.

En este Día, es de la esencia de la Fe de Dios y
de Su Religión el que las diferentes comuniones de
la tierra y
los múltiples sistemas de creencia religiosa nunca
debieran permitir que se alimenten los sentimientos de animosidad
entre los hombres. Estos principios y leyes, estos sistemas
poderosos y firmemente establecidos han procedido de una sola
Fuente y son los rayos de una misma Luz. El que difieran unos de
otros debe ser atribuido a los variables
requerimientos de los tiempos en que fueron
promulgados.

¡OH pueblo de Bahá! Aprestaos en vuestro
empeño, para que quizá el tumulto de la discordia y
la lucha religiosa que agita a los pueblos de la tierra sea
aquietado y todas sus huellas sean completamente borradas. Por el
amor de Dios y por aquellos que Le sirven, levantaos para ayudar
a esta la más sublime y trascendental Revelación.
El fanatismo y el odio religiosos son un fuego que devora al
mundo y cuya violencia nadie puede extinguir. Tan sólo la
Mano del Poder Divino puede librar a la humanidad de esta
aflicción desoladora. Considerad la guerra que ha envuelto
a las dos naciones; cómo ambos bandos han renunciado a sus
posesiones y a sus vidas. ¡Cuántas las aldeas que
han sido completamente destruidas!

La expresión de Dios es una lámpara cuya
luz son estas palabras: Sois los frutos de un solo árbol y
las hojas de una misma rama. Trataos unos a otros con el mayor
amor y armonía, con amistad y compañerismo.
¡Aquel que es el Sol de la Verdad es Mi testigo! Tan
potente es la luz de la unidad que puede iluminar a la tierra
entera. El único Dios verdadero, Quien conoce todas las
cosas, atestigua Él Mismo la verdad de estas
palabras.

Esforzaos para que podáis alcanzar esta
trascendente y muy sublime posición, la posición
que puede asegurar la protección y seguridad de toda
la humanidad. Esta meta supera a todas las demás metas y
esta aspiración es la reina de todas las aspiraciones. Sin
embargo, mientras las espesas nubes de la opresión que
oscurecen el sol de la justicia no sean disipadas, será
difícil que la gloria de esta posición sea develada
a los ojos de los hombres. Estas nubes espesas son los exponentes
de las ociosas fantasías y las vanas imaginaciones que no
son otras que los teólogos de Persia. En un tiempo
hablamos en el lenguaje
del legislador; en otro, en el del buscador de la verdad y el
místico, y aun así Nuestro propósito supremo
y Nuestro más elevado anhelo ha sido siempre el de revelar
la gloria y sublimidad de esta posición. ¡Dios,
verdaderamente, es testigo suficiente!

Asociaos con todos los hombres, OH pueblo de
Bahá, en espíritu de amistad y compañerismo.
Si estáis enterados de cierta verdad, si poseéis
una joya de la que otros están privados, compartidla con
ellos en un lenguaje de sumo afecto y buena voluntad. Si es
aceptada, si cumple su propósito, habréis logrado
vuestro objetivo. Si
alguien la rehusara, dejadlo consigo mismo e implorad a Dios que
le guíe. Guardaos de tratarle descortésmente. Una
lengua amable es el imán de los corazones de los hombres.
Es el pan del espíritu, reviste las palabras de
significado, es la fuente de la luz de la sabiduría y el
entendimiento. (Baha'u'llah, Epístola al hijo del
Lobo)

La esencia del Orden Mundial de
Bahá'u'lláh es la unidad de la raza humana. "OH
vosotros, hijos de los hombres", escribe Él, "el
propósito fundamental que anima a la Fe de Dios y a Su
Religión es salvaguardar los intereses de la raza humana y
promover su unidad…" Y advierte: "El bienestar de la humanidad,
su paz y seguridad, son inalcanzables a menos que su unidad sea
firmemente establecida."(Baha'u'llah, La Proclamación de
Baha'u'llah)

CX. El Gran Ser dice: ¡OH vosotros, hijos de los
hombres! El propósito fundamental que anima a la Fe de
Dios y su Religión es proteger los intereses de la raza
humana, promover su unidad, y estimular el espíritu de
amor y fraternidad entre los hombres. No dejéis que se
convierta en fuente de disensión y discordia, de odio y
enemistad. Éste es el Sendero recto, el cimiento fijo e
inamovible. Todo lo que sea erigido sobre este cimiento, los
cambios y azares del mundo no podrán nunca menoscabar su
resistencia, ni
el transcurso de incontables siglos podrá socavar su
estructura.
Nuestra esperanza es que los jefes religiosos del mundo y sus
gobernantes se levanten unidos para reformar esta edad y
rehabilitar su destino. Que tomen consejo juntos después
de haber meditado sobre sus necesidades, y suministren mediante
deliberación ferviente y plena a un mundo enfermo y
penosamente afligido el remedio que requiere…. Incumbe a
quienes tienen autoridad observar moderación en todo. Todo
lo que traspase los límites de
la moderación cesará de ejercer influencia
beneficiosa. Considerad, por ejemplo, cosas como la libertad, la
civilización y otras. Por muy favorablemente que hombres
de entendimiento las consideren, éstas, si son llevadas a
exceso, ejercerán influencia perniciosa sobre los
hombres…. Conceda Dios que los pueblos del mundo, como
resultado de los elevados esfuerzos hechos por sus gobernantes y
los sabios y eruditos entre los hombres, sean conducidos a
reconocer lo que más les conviene. ¿Hasta
cuándo persistirá la humanidad en su
descarrío? ¿Hasta cuándo continuará
la injusticia? ¿Hasta cuándo reinarán el
caos y la confusión entre los hombres? ¿Hasta
cuándo agitará la discordia la faz de la sociedad?
Los vientos de la desesperación, lamentablemente, soplan
desde todas direcciones, y la contienda que divide y aflige a la
raza humana crece día a día. Los signos de
convulsiones y caos inminentes pueden discernirse ahora, por
cuanto el orden prevaleciente resulta ser deplorablemente
defectuoso. Imploro a Dios, exaltada sea su gloria, que
benévolamente despierte a los pueblos de la tierra, que
conceda que el resultado de su conducta les sea
provechoso, y les ayude a realizar lo que es digno de su
posición. (Baha'u'llah, Pasajes de los Escritos de
Baha'u'llah)

CXXXII. El propósito del Dios único y
verdadero, exaltada sea su gloria, al revelarse a los hombres, es
poner en descubierto las gemas que yacen ocultas en la mina de su
ser íntimo y verdadero. Es parte de la esencia de la Fe de
Dios y su Religión en este Día, que no
deberá permitirse nunca que las diversas comuniones de la
tierra, y los múltiples sistemas de creencias religiosas,
fomenten la animosidad entre los hombres. Estos principios y
leyes, estos sistemas poderosos y firmemente establecidos, han
procedido de una sola Fuente, y son los rayos de una sola Luz.
Que difieren unos de otros debe atribuirse a los requisitos
variables de las edades en que fueron promulgadas.

¡OH pueblo de Bahá! Aprestaos en vuestros
esfuerzos, que quizás el tumulto de lucha y
disensión religiosas, que agita a los pueblos de la
tierra, sea aquietado, para que toda huella de ellas sea
completamente borrada. Por el amor a Dios y a aquellos que le
sirven, levantaos para ayudar a esta, la más sublime y
trascendental Revelación. El fanatismo y odio religiosos
son un fuego que devora el mundo, cuya violencia nadie puede
extinguir. Sólo la Mano del Poder Divino puede librar a la
humanidad de esta aflicción desoladora….

La prolación de Dios es una lámpara, cuya
luz son estas palabras:

Sois los frutos de un solo árbol y las hojas de
una sola rama. Proceded uno con otro con extremo amor y
armonía, con amistad y compañerismo.

¡Aquel, quien es el Sol de la Verdad, es mi
testigo! Tan potente es la luz de la unidad que puede iluminar
toda la tierra. El Dios único y verdadero, quien conoce
todas las cosas, atestigua Él mismo la verdad de estas
palabras.

Esforzaos para que alcancéis esta trascendente y
muy sublime posición, posición que puede asegurar
la protección y seguridad de toda la humanidad. Esta meta
supera todas las demás metas, y esta aspiración es
el monarca de todas las aspiraciones. Sin embargo, mientras no se
disipen las espesas nubes de la opresión que oscurecen el
sol de la justicia, será difícil que la gloria de
esta posición sea revelada a los ojos de los
hombres….

Asociaos con todos los hombres, OH pueblo de
Bahá, con espíritu de amistad y
compañerismo. Si sois conscientes de cierta verdad, si
poseéis una joya, de la que otros están privados
compartidla con ellos en un lenguaje de sumo afecto y buena
voluntad. Si es aceptada, si cumple su propósito,
habréis logrado vuestro objetivo. Si alguien la rehusara,
abandonadle a sí mismo, e implorad a Dios que le
guíe. Guardaos de tratarle sin bondad. Una lengua amable
es el imán del corazón de los hombres. Es el pan
del espíritu, reviste de significado las palabras, es
fuente de la luz de la sabiduría y el entendimiento….
(Baha'u'llah, Pasajes de los Escritos de Baha'u'llah)

Aférrate a la justicia y adhiérete a la
equidad para
que quizás así no utilices, por motivos
egoístas, la religión como trampa, ni pases por
alto la verdad por amor al oro.
(Baha'u'llah).

La palabra de Dios que la Pluma Suprema ha registrado en
la SEGUNDA HOJA del Más Exaltado Paraíso es la
siguiente: La Pluma del Altísimo exhorta, en este momento,
a las manifestaciones de la autoridad y las fuentes del poder, es
decir, a los reyes, los soberanos, los presidentes, los
gobernantes, los sacerdotes y los sabios, y les ordena defender
la causa de la religión y adherirse a ella. La
religión es, en verdad, el principal instrumento para el
establecimiento del orden en el mundo y de la tranquilidad entre
sus pueblos. El debilitamiento de los pilares de la
religión ha fortalecido a los necios, les ha envalentonado
y les ha hecho más arrogantes. Verdaderamente digo: Cuanto
mayor es la decadencia de la religión, tanto más
lamentable es la rebeldía de los impíos. Al final,
esto no puede sino conducir al caos y a la confusión.
¡Oídme, OH hombres perspicaces, y estad advertidos,
vosotros que estáis dotados de discernimiento!

La palabra de Dios que la Pluma Suprema ha registrado en
la TERCERA HOJA del Más Exaltado Paraíso es
ésta: ¡OH hijo del hombre! Si tus ojos están
vueltos hacia la misericordia, deja las cosas que te benefician y
aférrate a lo que beneficiará a la humanidad. Y si
tus ojos están vueltos hacia la justicia, escoge para tu
prójimo aquello que escogerías para ti mismo. La
humildad exalta al hombre al cielo de la gloria y del poder, en
tanto que el orgullo le rebaja a las profundidades de la vileza y
la degradación.

¡OH pueblo de Dios! ¡Grande es el Día
y poderoso el Llamamiento! En una de nuestras Tablas hemos
revelado estas exaltadas palabras: "Si el mundo del
espíritu se convirtiese totalmente en el sentido del
oído, entonces podría pretender ser digno de
escuchar la Voz que llama desde el Horizonte Supremo; porque, de
otro modo, estos oídos que están manchados de
mentiras nunca han sido adecuados para oírla, ni lo son
ahora." Bienaventurados quienes escuchan, y ¡ay! de los
rebeldes.

La palabra de Dios que la Pluma Suprema ha registrado en
la CUARTA HOJA del Más Exaltado Paraíso es la
siguiente: ¡OH pueblo de Dios! Implorad al Verdadero
-glorificado sea su Nombre- para que misericordiosamente ampare a
las manifestaciones del dominio y del poder de las insinuaciones
del yo y del deseo y derrame sobre ellos el esplendor de la
justicia y de la guía.

Su Majestad Mu¥ammad Sháh, a pesar de la
excelencia de su rango, cometió dos hechos atroces. Uno
fue la orden de desterrar al Señor de los Reinos de la
Gracia y la Munificencia, el Punto Primordial; y el otro, el
asesinato del Príncipe de la Ciudad del Arte de Gobernar
y del Logro Literario.

Los defectos de los reyes, como sus favores, pueden ser
grandes. Un rey a quien la vanagloria del poder y autoridad no le
disuada de observar justicia, ni a quien los lujos, la riqueza,
la gloria ni la dirección de huestes y legiones le priven
de los esplendores del sol de la equidad, ocupará un alto
rango y una sublime posición en el Concurso de lo alto.
Incumbe a todos prestar ayuda y mostrar amabilidad a tan noble
alma. Bienaventurado el rey que domine firmemente las riendas de
su pasión, refrene su ira y prefiera la justicia y la
imparcialidad a la injusticia y a la tiranía.

La palabra de Dios que la Pluma Suprema ha registrado en
la QUINTA HOJA del Más Exaltado Paraíso es
ésta: Por sobre todo lo demás, el más grande
don y la más maravillosa bendición que jamás
haya existido y continuará existiendo es la
Sabiduría. Es la infalible Protectora del hombre. Le ayuda
y le fortalece.

La sabiduría es el emisario de Dios y la
reveladora de Su Nombre, el Omnisciente. Por medio de ella se
hace manifiesta y evidente la sublimidad de la posición
del hombre. Es omnisciente, y es el principal maestro en la
escuela de la
existencia. Es la guía, y está investida de una
elevada distinción. Gracias a su influencia educadora, los
seres terrenales han llegado a impregnarse con un espíritu
semejante a una gema, que sobrepasa a los cielos en brillo. En la
ciudad de la justicia es el Orador sin rival que, en el
año nueve, iluminó al mundo con las gozosas nuevas
de esta Revelación. Y fue esta sin par Fuente de
sabiduría la que, al comienzo de la fundación del
mundo, ascendió por la escalera del significado interno y,
cuando fue entronizada en el púlpito de la
prolación por obra de la Voluntad divina, proclamó
dos palabras. La primera anunciaba la promesa de la recompensa,
en tanto que la segunda expresaba la siniestra advertencia del
castigo. La promesa dio origen a la esperanza, y la advertencia
produjo temor. De este modo, la base del orden en el mundo se
estableció firmemente sobre estos principios gemelos.
Exaltado sea el Señor de la Sabiduría, el Poseedor
de Gran Munificencia.

La palabra de Dios que la Pluma Suprema ha registrado en
la SEXTA HOJA del Más Exaltado Paraíso es la
siguiente: La luz de los hombres es la Justicia. No la
extingáis con los vientos contrarios de la opresión
y la tiranía. El propósito de la justicia es hacer
surgir la unidad entre los hombres. El océano de la
sabiduría divina se agita en esta exaltada palabra, en
tanto que los libros del mundo no pueden contener su significado
interno. Si la humanidad estuviese adornada con esta vestidura,
vería brillar resplandeciente sobre el horizonte del mundo
al sol de las palabras: "En ese día Dios satisfará
a todos con su abundancia". Apreciad el valor de estas
palabras; son un fruto noble que ha producido el Árbol de
la Pluma de Gloria. Dichoso el hombre que
le presta oído y cumple sus preceptos. Verdaderamente
digo, que todo lo que se envía desde el cielo de la
Voluntad de Dios es el medio para el establecimiento del orden en
el mundo y el instrumento para la promoción de la unidad y la
camaradería entre sus pueblos. Así habla la lengua
de este Agraviado desde su Más Grande
Prisión.

La palabra de Dios que la Pluma Suprema ha registrado en
la SÉPTIMA HOJA del Más Exaltado Paraíso es
ésta: ¡OH vosotros hombres de sabiduría entre
las naciones! Cerrad vuestros ojos a la separación, y
después fijad vuestra mirada en la unidad. Asíos
firmemente a lo que conducirá al bienestar y la
tranquilidad de toda la humanidad. Este palmo de tierra no es
sino una sola patria y una única morada. Os incumbe
abandonar la vanagloria que provoca alienación y dirigir
vuestros corazones hacia todo lo que asegure la armonía. A
juicio del pueblo de Bahá, la gloria del hombre se halla
en su conocimiento, en su conducta recta, en su carácter
encomiable, en su sabiduría, y no en su nacionalidad
ni en su rango. ¡OH gentes de la tierra! Apreciad el valor
de esta palabra celestial. De hecho, puede asemejarse a un
navío para el océano del conocimiento y a una
brillante luminaria para el reino de la percepción.

La palabra de Dios que la Pluma Suprema ha registrado en
la OCTAVA HOJA del Más Exaltado Paraíso es la
siguiente: Las escuelas deben, en primer lugar, educar a los
niños en los principios de la religión, para que la
Promesa y la Amenaza registradas en los Libros de Dios les
aparten de las cosas prohibidas y les atavíen con el manto
de los mandamientos; pero ello en medida tal que no perjudique a
los niños dando lugar al fanatismo ignorante y a la
intolerancia.

Corresponde a los Fideicomisarios de la Casa de Justicia
reunirse en consejo para tratar de aquellas cosas que no han sido
reveladas explícitamente en el Libro y para hacer cumplir
lo que a ellos les resulte aceptable. Dios, ciertamente, les
inspirará con todo lo que Él desee, y Él, en
verdad, es el Proveedor, el Omnisciente.

Anteriormente hemos ordenado que la gente se exprese en
dos idiomas; no obstante, deben hacerse esfuerzos para reducirlos
a uno solo, al igual que los alfabetos del mundo, para que las
vidas de los hombres no se disipen y malgasten aprendiendo
diversos idiomas. De este modo, la tierra entera será
considerada como una sola ciudad y un solo
país.

La palabra de Dios que la Pluma Suprema ha registrado en
la NOVENA HOJA del Más Exaltado Paraíso es
ésta: Es deseable la moderación en todos los
asuntos. Si una cosa es llevada al exceso, demostrará ser
causa de maldad.

Pensad en la civilización de occidente,
cómo ha agitado y alarmado a los pueblos del mundo. Se ha
ideado una máquina infernal y ha resultado ser un arma de
destrucción tal que nadie ha presenciado ni oído
nunca nada semejante a ella. La purificación de
corrupciones tan profundamente arraigadas y abrumadoras no puede
llevarse a cabo a menos que los pueblos del mundo se unan en pos
de una meta común y abracen una fe universal. Inclinad
vuestro oído al Llamamiento de este Agraviado y
adheríos firmemente a la Paz Menor.

Cosas extrañas y asombrosas existen en la tierra,
pero están ocultas a las mentes y a la comprensión
de los hombres. Estas cosas son capaces de cambiar toda la
atmósfera
de la tierra, y la
contaminación con ellas resultaría
letal.

¡Gran Dios! Hemos observado una cosa asombrosa. El
relámpago, o una fuerza similar
a él, es controlado por un operador y se mueve por orden
de éste. Inconmensurablemente exaltado es el Señor
de Poder, que ha dejado al descubierto lo que Se ha propuesto
mediante la potencia de su
poderoso e invencible mandato.

¡OH pueblo de Bahá! Cada una de las
ordenanzas que hemos revelado es una poderosa fortaleza para la
preservación del mundo del ser. Verdaderamente, este
Agraviado no ha deseado otra cosa que vuestra seguridad y vuestra
elevación.

Exhortamos a los hombres de la Casa de Justicia y les
ordenamos que aseguren la protección y salvaguardia de los
hombres, mujeres y niños. Les incumbe tener la
máxima consideración hacia los intereses del pueblo
en todo momento y circunstancia. Bendito sea el gobernante que
socorre al cautivo, el rico que cuida del pobre y el justo que
resguarda del perverso los derechos del oprimido, y
feliz el fideicomisario que cumple lo que el Ordenador, el
Antiguo de los Días le ha prescrito.

¡OH Haydar 'Alí! Sobre ti sean mi gloria y
mi alabanza. Mis consejos y advertencias han circundado al mundo.
Sin embargo, en lugar de traer alegría y gozo, han causado
dolor, porque algunos de los que pretenden amarme se han vuelto
arrogantes y Me han infligido tribulaciones como jamás Me
habían infligido ni los seguidores de anteriores
religiones ni los sacerdotes de Persia.

Hemos dicho: "Mi cautiverio no Me hace daño,
ni las cosas que Me han sucedido a manos de mis enemigos. Lo que
Me hace daño es la conducta de mis amados que, aunque
llevan mi Nombre, sin embargo cometen aquello que hace que mi
corazón y mi Pluma se lamenten." Una y otra vez se han
revelado palabras como éstas; sin embargo, los negligentes
no han sacado provecho de ellas, ya que se hallan cautivos de sus
propias pasiones malvadas y sus deseos corruptos. Implora al Dios
Verdadero que permita que todos se arrepientan y vuelvan a
Él. Mientras la naturaleza de
cada uno ceda ante las pasiones malvadas, prevalecerán el
delito y la
trasgresión. Abrigamos la esperanza de que la mano del
poder divino y las efusiones de las bendiciones celestiales
sustenten a todos los hombres, los atavíen con la
vestidura de la misericordia y la munificencia y los guarden de
aquello que perjudicaría a su Causa entre sus siervos.
Él es, en verdad, el Potente, el Todopoderoso, y Él
es el que Siempre Perdona, el Misericordioso.

La palabra de Dios que la Pluma Suprema ha registrado en
la DÉCIMA HOJA del Más Exaltado Paraíso es
la siguiente: ¡OH gentes de la tierra! Vivir retirado o
practicar el ascetismo no es aceptable en la presencia de
Dios.

Incumbe a los dotados de perspicacia y entendimiento
cumplir aquello que producirá alegría y esplendor.
Prácticas tales como las que han surgido del seno de las
ociosas fantasías y las que han nacido de la matriz de la
superstición son poco dignas de hombres de conocimiento.
En tiempos de antaño, y más recientemente, algunas
personas han levantado su morada en las cuevas de las
montañas, mientras otras tienen por costumbre acudir de
noche a los cementerios.

Di: Prestad atención a los consejos de este
Agraviado. Abandonad las cosas corrientes entre vosotros y
escoged aquello que el Consejero fiel os ordena. No os
privéis de los dones que han sido creados para vuestro
bien.

La caridad es grata y digna de alabanza a la vista de
Dios y se le considera como un príncipe entre las buenas
acciones.
Meditad y recordad lo que el Todo misericordioso reveló en
el Corán: "Ellos les prefieren antes que a sí
mismos, aunque la pobreza es su
propio destino. Y bienaventurados aquellos que están
protegidos de su propia codicia." Visto de este modo, las
benditas palabras anteriores son, en verdad, el Sol de las
palabras. Bendito quien prefiere a su hermano antes que a
sí mismo. Ciertamente, tal hombre se cuenta, en virtud de
la Voluntad de Dios, el Omnisapiente, el Todo sabio, entre el
pueblo de Bahá que mora en el Arca
Carmesí.

La palabra de Dios que la Pluma Suprema ha registrado en
la UNDÉCIMA HOJA del Más Exaltado Paraíso es
ésta: Ordenamos a quienes son los emblemas de Sus Nombres
y atributos que de aquí en adelante se adhieran firmemente
a lo que se ha dispuesto en esta Grandísima
Revelación, no permitan que ellos mismos se conviertan en
motivo de contiendas y mantengan, hasta el fin que no conoce fin,
sus ojos dirigidos hacia la aurora de estas resplandecientes
palabras que han sido registradas en esta Tabla. La contienda
conduce al derramamiento de sangre y provoca conmoción
entre la gente. Escuchad la Voz de este Agraviado y no os
apartéis de ella.

Si cualquier persona meditase en su corazón
aquello que ha fluido de la Pluma de Gloria en esta
Revelación, estaría seguro de que, sea lo que fuese
lo que este Agraviado haya afirmado, no ha tenido
intención de crearse una posición o
distinción para Sí Mismo. Más bien, el
propósito ha sido atraer a las almas, Tablas de
BAHÁ'U'LLÁH, reveladas después del
KITÁB-I-AQDAS.

¡OH tú, querido amigo! Has de saber que el
Ser distinguido de cada época está dotado de
acuerdo con las perfecciones de su época. Aquel se que en
épocas pasadas fue puesto por encima de sus semejantes
estaba agraciado de acuerdo con las virtudes de su tiempo. Pero
en esta época de esplendores, en esta era de Dios, el
Personaje preeminente, el Orbe luminoso, el Individuo
escogido, irradiará tales perfecciones y tal poder que,
finalmente, deslumbrará las mentes de toda comunidad y de
toda agrupación. Y puesto que tal Personaje es superior a
todos los demás en perfecciones espirituales y en logros
celestiales, y que es realmente el centro focal de las
bendiciones divinas y el eje del círculo de luz, Él
abarcará a todos los demás, y no existe duda alguna
de que irradiará tal poder que reunirá a todas las
almas al amparo de su
sombra.

Cuando consideréis este asunto con
atención, se hará evidente que esto está de
acuerdo con una ley universal, la cual uno puede encontrar
actuando en todas las cosas: el todo atrae a la parte, y en el
círculo, el centro es el punto de giro del compás.
Reflexiona acerca del Espíritu: debido a que Él era
el centro focal del poder espiritual, el manantial de las
mercedes divinas, aunque al comienzo reunió consigo tan
solo a muy pocas almas, posteriormente, debido a que estaba
dotado de ese poder todo subyugador, fue capaz de unir dentro del
Tabernáculo protector de la Cristiandad a todas las sectas
contendientes. Compara el presente con el pasado, y observa
cuán grande es la diferencia; así podrás
llegar a la verdad y la certeza.

Las diferencias entre las religiones del mundo se deben
a los variados tipos de mente. Mientras los poderes de la mente
sean variados, con seguridad los juicios y opiniones de los
hombres diferirán unos de otros. Si, no obstante, se
introdujera un único poder perceptivo universal, un poder
que abarque a todo lo demás, las diferentes opiniones se
fusionarían, y se haría evidente una armonía
y una unidad espirituales. Por ejemplo, cuando el Cristo Se hizo
manifiesto, las mentes de los diversos pueblos
contemporáneos, sus puntos de vista, sus actitudes
emocionales, tanto fueran romanos, como griegos, sirios,
israelitas u otros, estaban en desacuerdo. Mas una vez que se
hubo aplicado su poder universal, gradualmente logró,
luego de un lapso de trescientos años, reunir a todas esas
mentes divergentes bajo la protección y la autoridad de un
Punto central, compartiendo todos, en sus corazones, las mismas
emociones
espirituales.

Empleando una metáfora, cuando un ejército
se coloca a las órdenes de varios comandantes, cada cual
con su propia estrategia,
obviamente diferirán con respecto a los frentes de batalla
y a los movimientos de las tropas; pero una vez que asume el
Comandante supremo, quien es completamente versado en las artes
de la guerra, los demás planes desaparecen, pues el
superdotado general tomará al ejército entero bajo
su control. Esto es
solo una metáfora, no una comparación exacta. Ahora
bien, si decís que cada uno de esos otros generales es muy
experto en el arte militar, es absolutamente versado y
experimentado, y que por tanto no se someterá a la
autoridad de ningún individuo, aunque fuere
indescriptiblemente grande, vuestra afirmación es
insostenible, ya que se puede demostrar que la situación
antes descrita es lo que ocurre, y de ello no existe ninguna
duda.

Tal es el caso de las Santas Manifestaciones de Dios.
Tal es, en particular, el caso de la divina realidad del
Más Grande Nombre, la Belleza del Abhá. Una vez que
Él se revela a los pueblos congregados del mundo y aparece
con tal gracia, con tales encantos -fascinante como un
José en el Egipto del
espíritu- cautiva a todos los amantes de la
tierra.

En cuanto a aquellas almas que nacen a esta vida como
etéreas y radiantes entidades y, sin embargo, debido a sus
impedimentos y pruebas son
privadas de los grandes y reales beneficios, y dejan el mundo sin
haber vivido en plenitud, ciertamente, ellos es causa de gran
pesar. Esta es la razón por la cual las Manifestaciones
universales de Dios descubren su semblante a los hombres, y por
la que soportan toda calamidad y dolorosa aflicción, y
sacrifican su vida en rescate; es para hacer que estas mismas
gentes, los preparados, los que tienen capacidad, se conviertan
en puntos de amanecer de la luz, y para conferirles la vida que
no se marchita. Este es el verdadero sacrificio: la ofrenda de
sí mismo, tal como hizo Cristo, en rescate por la vida del
mundo.

En cuanto a la influencia de los Seres santos y la
continuación de su gracia para la humanidad luego de
desechar su forma humana, ello es para los bahá'ís
un hecho irrefutable. En efecto, la inundante gracia, los
fluyentes esplendores de las santas Manifestaciones, aparecen
después de su ascensión de este mundo. La
exaltación de la Palabra, la revelación del poder
de Dios, la conversión de las almas temerosas de Dios, el
otorgamiento de la vida eterna; todas estas cosas crecieron y se
intensificaron después del martirio del Mesías. De
igual modo, desde la ascensión de la Bendita Belleza, las
dádivas han sido siempre más abundantes, la luz que
se difunde es más brillante, las señales del poder
del Señor son más intensas, la influencia de la
Palabra es más poderosa, y no pasará mucho tiempo
antes de que el movimiento, el
calor, el
esplendor, las bendiciones del Sol de su realidad lleguen a
abarcar toda la tierra.

La esencia de la Enseñanza de Bahá'u'lláh es
el amor que todo lo abarca, ya que el amor incluye todas las
excelencias de la humanidad. Él hace progresar a todas las
almas. Confiere a todos, por herencia, la vida
inmortal. Dentro de poco atestiguarás que sus celestiales
Enseñanzas, a la gloria misma de la realidad,
iluminarán los cielos del mundo. (Abdu'l-Baha, Selección
de los Escritos).

Es muy apropiado y conveniente que en esta edad
iluminada -la edad del progreso del mundo de la humanidad- seamos
abnegados y nos pongamos al servicio de la
raza humana. Toda causa universal es divina, y toda causa
particular es temporal. Los principios de las Divinas
Manifestaciones de Dios han sido, por tanto, enteramente
universales y absolutamente inclusivos.

Toda alma imperfecta es egocéntrica y solo piensa
en su propio bien. Más a medida que sus pensamientos se
expanden un poco, comienza a pensar en el bienestar y el confort
de su familia. Si sus ideas se amplían algo más, su
preocupación será la felicidad de sus
conciudadanos; y si continúan ensanchándose,
pensará en la gloria de su país y de su raza. Pero
cuando las ideas y opiniones alcanzan el grado más elevado
de expansión y llegan a la etapa de perfección, la
persona se interesa en la exaltación de la humanidad.
Será entonces un bienqueriente de todos los hombres y
procurará el bien y la prosperidad de todos los
países. Esto es un indicativo de
perfección.

Y así, las divinas Manifestaciones de Dios tienen
una concepción universal y todo inclusivo. Se han
esforzado en aras de la vida de los demás y se han puesto
al servicio de la educación
universal. El ámbito de sus propósitos no es
limitado, no, más bien, es amplio y lo incluye
todo.

Por tanto, vosotros también debéis pensar
en todos, de modo que la humanidad sea educada, que se modele el
carácter y este mundo se convierta en un Jardín del
Edén.

Amad a todas las religiones y a todas las razas con un
amor que sea verdadero y sincero, y demostrad ese amor a
través de los hechos y no a través de la lengua;
pues esto no tiene importancia, ya que la mayoría de los
hombres son bienquerientes de palabra, en tanto que la acción
es lo mejor. (Abdu'l-Baha, Selección de los
Escritos).

La Manifestación de
Dios:

Algo común a todos los fieles de cualquiera de
los sistemas religiosos del mundo es el convencimiento de que a
través de la Revelación Divina el alma entra en
contacto con el mundo de Dios y que es esta relación la
que da un sentido verdadero a la vida. Algunos de los pasajes
más importantes de los escritos de
Bahá'u'lláh son los que exponen extensamente la
naturaleza y el papel de aquellos que son los canales de esta
Revelación, los Mensajeros o "Manifestaciones de Dios".
Una analogía que se encuentra repetidamente en estos
pasajes es la del sol físico. Mientras éste
comparte ciertas características con otros cuerpos del
sistema solar,
difiere sin embargo de ellos en que es, en sí mismo, la
fuente de luz del sistema. Los
planetas y
satélites
reflejan la luz, mientras que el sol la emite como un atributo
inseparable de su propia naturaleza. El sistema gira alrededor de
este punto focal y cada uno de sus miembros no sólo es
influido por su composición particular, sino
también por la fuente de luz del sistema.
Del mismo modo, afirma Bahá'u'lláh, la
personalidad humana que la Manifestación de Dios
comparte con el resto de la humanidad se diferencia de las otras
de tal modo que la hace adecuada para servir como canal o
vehículo para la Revelación de Dios. Las
referencias aparentemente contradictorias respecto a esta doble
posición atribuida, por ejemplo, a Cristo han sido una de
las muchas fuentes de confusión y disensión
religiosas a través de la historia.
Bahá'u'lláh dice sobre el tema:

Todo lo que hay en los cielos y todo lo que hay en la
tierra es una prueba directa de la revelación de los
atributos y nombres de Dios. En un grado sumo, esto es verdadero
acerca del hombre, quien, entre todo lo creado, ha sido
señalado para la gloria de tal distinción. Pues en
él están revelados potencialmente todos los
atributos y nombres de Dios en un grado que no ha sido superado
ni excedido por ningún otro ser creado. Y de todos los
hombres, los más perfectos, los más distinguidos y
los más excelsos son las Manifestaciones del Sol de la
Verdad. Más aún, todos, excepto estas
Manifestaciones, viven por la acción de Su Voluntad y se
mueven y existen por las efusiones de Su gracia.

A través de la historia, la convicción de
los creyentes de que el Fundador de su propia religión
ocupaba una posición única ha tenido el efecto de
suscitar una intensa especulación sobre la naturaleza de
la Manifestación de Dios. Tal especulación ha sido,
sin embargo, seriamente obstaculizada por las dificultades de
interpretar y resolver las alusiones alegóricas de las
escrituras del pasado. El intento de cristalizar la
opinión en forma de dogma religioso ha sido una fuente de
división más que de unión en la historia. De
hecho, a pesar de la enorme energía dedicada a las
actividades teológicas -o tal vez a causa de ello- existen
hoy día profundas diferencias entre los musulmanes
respecto a la posición precisa de Muhammad, entre los
cristianos respecto a la de Jesús y entre los budistas
respecto al Fundador de su propia religión. Como es
demasiado evidente, las controversias creadas por estas y otras
diferencias dentro de una determinada tradición han
demostrado ser al menos tan profundas, como las que separan dicha
tradición de sus religiones hermanas.

De particular importancia para la comprensión de
las enseñanzas de Bahá'u'lláh sobre la
unidad de las religiones son Sus declaraciones acerca de la
posición de los sucesivos Mensajeros de Dios y sobre la
función
que han realizado en la historia espiritual de la
humanidad:

Las Manifestaciones de Dios tienen, cada una de ellas,
una doble posición. Una es la posición de
abstracción pura y unidad esencial. En este sentido, si
tú las llamas a todas Ellas por un solo nombre y Les
asignas los mismos atributos, no te desvías de la
verdad.

La otra posición es la de distinción y
pertenece al mundo de la creación y sus limitaciones.
Respecto a esto, cada Manifestación de Dios tiene una
individualidad distinta, una misión definidamente
señalada, una revelación predestinada y
limitaciones especialmente designadas. Cada una de Ellas es
conocida por un nombre diferente y se caracteriza por un atributo
especial, cumple una misión definida.
Vistas a la luz de la segunda posición manifiestan
servidumbre absoluta, máxima pobreza y completo olvido de
Sí mismas. Tal como Él dice: "Soy el siervo de
Dios. No soy más que un hombre como
vosotros…"

Si alguna de las Manifestaciones universales de Dios
declarase: "Yo soy Dios", diría ciertamente la verdad y no
cabría duda alguna de ello. Ya que a través de Su
Revelación, Sus atributos y nombres manifiestan en el
mundo la Revelación de Dios, Sus nombres y Sus atributos.
Y si alguno de Ellos pronunciase la expresión: "Yo soy el
Mensajero de Dios," también diría indudablemente la
verdad. Contemplados bajo esta luz, se ve que todos Ellos no son
más que Mensajeros de ese Rey ideal, de esa Esencia
inmutable. Y si dijesen: "Somos los siervos de Dios", esto
también es un hecho manifiesto e indiscutible. Pues se han
manifestado en condición de total servidumbre, una
servidumbre tal que ningún hombre puede
alcanzar.

De este modo, cualquiera que sea su expresión, ya
pertenezca al Reino de la Divinidad, o a la posición de
Señor, Profeta, Mensajero, Guardián, Apóstol
o Siervo, todo es cierto, sin la menor sombra de duda. Por lo
tanto, estos dichos […] tienen que ser atentamente
considerados, para que las expresiones divergentes de las
Manifestaciones del Invisible y Auroras de Santidad dejen de
agitar al alma y confundir la mente.
(Baha’u’llah)

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