- La religión en el
mundo globalizado actual - Un enfoque
sociopolítico del turismo y la religión en
Cuba - Religión,
turismo y agresión político- ideológica
contra Cuba
El estudio de los elementos que giran alrededor de la
relación socialismo y
religión
en Cuba nos ayuda
a profundizar en ideas que podemos considerar como importantes
aportes de la Revolución
Cubana en la acción
de clarificar, aún más, la proyección de la
Revolución
hacia la religión, que si bien ha estado
matizada por diferentes coyunturas, refleja la continuidad
histórica de una línea invariable de principios que
los enemigos de la Revolución hacen todo lo posible por
tergiversar.
Sobre esta propuesta se aborda el análisis partiendo de ubicarlo, ante todo,
en el proceso
histórico cubano y sus ideales de justicia con
bases en el legado del pensamiento
revolucionario, sin dejar de tener en cuenta los procesos de
internacionalización en fenómenos como la
religión que impactan también en su relación
con el turismo.
La
religión en el mundo globalizado actual
La globalización es un conjunto de procesos
que se conjugan entre sí y, partiendo de la
interconexión de las economías nacionales sobre la
base del espectacular desarrollo de
las comunicaciones, abarca también la cultura y la
religión.
En contra de las ideas difundidas en occidente, desde
la
Ilustración del siglo XVIII hasta el racionalismo
del XX, que plantean cómo el desarrollo
científico-técnico acompañaría la
secularización de la sociedad en el
sentido de una cada vez menor presencia de la religión,
hoy, en la era de Internet, una ola religiosa
inunda al mundo.
Este reavivamiento religioso aparece con una
búsqueda de formas novedosas, las religiones
históricas institucionalizadas no dan respuestas a las
necesidades, insatisfacciones e inseguridades que vive hoy la
mayoría de la población mundial. Estas "nuevas"
expresiones religiosas distan de lo comúnmente practicado
en el mundo occidental y se acercan a formas orientalistas o de
origen africano, invaden áreas de la religiosidad con
propuestas menos formales y alejadas de complejidades
institucionales.
Esta tendencia muestra una
extensa heterogeneidad de manifestaciones donde aparecen los
llamados Nuevos Movimientos Religiosos, el neopentecostalismo,
grupos
carismáticos, de origen africano, orientalistas, el
New Age o
Nueva Era, sectas apocalípticas, y formas
espiritistas.
Gran cantidad de nuevos grupos religiosos han surgido en
estos últimos 25 años o se han reactivado, como los
Niños
de Dios, Hare Krishna, Luz Divina,
Verdad Suprema, Iglesias de la Cienciología y otros que
suman miles.
Dentro de los Nuevos Movimientos Religiosos existen
cientos de organizaciones
religiosas que han sido premeditadamente organizadas con fines
políticos, manifestadas en formas emocionales fuertes. Son
portadoras de mensajes evasivos con el objetivo de
descomprometer a las masas en la lucha por reivindicaciones
sociales y dividir a movimientos religiosos progresistas. En el
escenario religioso de América
Latina ha sido este uno de los factores que ha incidido en la
dinámica de sus transformaciones. La
región ha sido invadida por estas "sectas" enajenantes con
pretensiones hegemónicas. (Castro 1999: 5; Ramírez
Calzadilla, 2000:66)
Esta invasión, apoyada por canales como el
turismo y los medios de
comunicación masivos, significa, además, una
amenaza para la identidad
cultural de estos pueblos al estar programados para la
creación de dependencias foráneas.
En la crisis del
capitalismo
moderno se propagan además ideas religiosas
retrógradas como las de la Teología de la
Prosperidad, la que se traduce en concepciones de un evangelio
que sacraliza la riqueza material y en la idea de la preferencia
de Dios por los ricos. Aparece como un movimiento
transversal que cubre un amplio espectro de iglesias
disímiles dentro del catolicismo romano, el anglicanismo,
el movimiento neopentecostal, y el luteranismo; con recursos que les
posibilitan ser dueños de universidades, seminarios y
medios de
comunicación.
Por otra parte, los fundamentalismos han renacido con
una agresividad alarmante; su accionar impone una misión de
apego estricto a los textos sagrados que se traduce en un
activismo extremo que persigue restaurar un orden establecido por
la divinidad y una ética
reducida a la obediencia divina.
Dicho fundamentalismo extremo aparece hoy día en
grupos de todas las religiones universales como
se ha visto en bramanes de la India,
budistas en Sri Lanka, sionistas en Israel y
cristianos, tanto católicos como protestantes, en la
extrema derecha de los Estados
Unidos.
Dentro de esta contradictoriedad religiosa emergen
grupos religiosos que se proyectan como movimientos sociales,
multiplicados -sobre todo- en los primeros cinco años del
siglo XXI, por reivindicación de sus derechos y que muestran la
deslegitimación del sistema
capitalista. En América
Latina pueden encontrase asociados al renacer de religiones
precolombinas y de origen africano.
Estas manifestaciones han desempeñado un papel de
reacción ante las problemáticas del mundo de hoy
que van desde la resistencia al
neoliberalismo
y defensa de la identidad hasta los impactos
medioambientales.
Como vemos, existen diferentes referencias de lo
religioso en un mundo globalizado, ante el cual se nos ofrecen
dos caminos definitivos en este nuevo milenio: el camino de la
autodestrucción o el de constituirse en una sola familia humana.
Si se opta por el humanismo y
pensamos con optimismo martiano, coincidiendo en que el hombre es
capaz de salvarse de sí mismo, estaremos en condiciones de
escoger el camino que conduce hacia la familia
planetaria.
Dan fe para mantener este optimismo el accionar por
recobrar valores y
demandas éticas desde posiciones religiosas y no
religiosas. Los estudios de las ciencias
sociales, económicas, políticas
y socioculturales que confluyen en el mejor desenvolvimiento de
la actividad turística tienen un papel significativo en
esta urgencia.
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