2. Armonía
con nuestros semejantes
La armonía con nuestros semejantes se logra
cultivando el arte de la
convivencia, en pensamientos, palabras y acciones.
Debemos aprender a pensar positivamente de los demás, ver
lo bueno y noble que hay en ellos, no juzgar ni criticar
negativamente a nadie.
El hecho de que sean diferentes a nosotros no significa
que estén mal, simplemente ellos ven el mundo de manera
distinta que nosotros.
No hablar mal de nadie, ni burlarnos de lo que hacen o
dicen, desarrollar la tolerancia, la
paciencia, la compasión y todas las cualidades positivas
que se nos han enseñado desde tiempos inmemoriales por los
Grandes Maestros de la humanidad.
"Ama a tu prójimo como a ti mismo.
No hagas el mal, pero haz el bien.
Practica la inofensividad y el desapego".
Estos son algunos principios
éticos de todos los tiempos, hay que practicarlos, no
importa que tan difícil parezcan, hay que intentarlo
siempre, vale la pena todo esfuerzo que hagamos en esta
práctica del arte de la convivencia humana.
Este día bendeciré a todos mis hermanos con los
cuales la vida me ponga en contacto.
Aceptaré y comprenderé a cada quien según su
punto de vista, no trataré de cambiar a nadie.
A todos los saludaré con afecto y cariño de
verdad.
Escucharé atentamente cuando alguien me hable, lo
miraré a los ojos con suavidad y respeto.
Hablaré con dulzura y sabiduría, diciendo siempre
la verdad, sin dañar a ninguna persona.
Pensaré siempre lo mejor y reconoceré todo lo bueno
y noble que vea en mis semejantes.
Me armonizaré con cada uno, según lo que cada quien
necesite de mí.
Aprenderé a perdonar cuando alguien no reacciona como yo
espero o deseo.
Incluso si me agreden o me dañan, los perdonaré de
todo corazón
porque no saben lo que hacen.
Viviré este día para el bien de todos los
seres.
"Que el amor sea
sincero. Aborrezcan el mal y cuiden todo lo bueno: En el amor entre
hermanos: demuéstrense cariño unos a otros. En el
respeto: estimen a los otros como más dignos. En el
cumplimiento del deber: no sean flojos.
En el espíritu sean fervorosos, y sirvan al
Señor. Tengan esperanza y estén alegres. En las
pruebas sean
pacientes. Oren en todo tiempo.
Bendigan a quienes los persigan: bendigan y no maldigan.
Alégrense con los que están alegres, lloren con los
que lloran. Vivan en armonía unos con otros. No busquen
las grandezas, sino que vayan a lo humilde. No se tomen por unos
sabios. No devuelvan a nadie mal por mal; procuren ganarse el
aprecio de todos los hombres. Hagan todo lo posible, en cuanto de
ustedes dependa, para vivir en paz con todos".
(La Biblia: Romanos 12.9-18).
3.
Armonía con uno mismo
Para alcanzar la armonía con uno mismo, es
menester conocernos más, lo cual se puede lograr con la
auto-observación constante.
La vida es una escuela
maravillosa que nos brinda la oportunidad de estar aprendiendo
siempre, de nosotros depende ser malos, regulares o buenos
estudiantes.
Estos estudios son para convertirnos en
discípulos conscientes, que buscan siempre la
superación personal en todos
los aspectos y niveles de la existencia.
Cultivemos los 10 principios de la salud integral:
- Alimentación balanceada.
2. Respiración consciente.
3. Ejercicio moderado.
4. Higiene y terapias naturales.
5. Descanso y relajamiento.
6. Trabajo constructivo.
7. Control emocional.
8. Pensamientos positivos.
9. Fuerza de voluntad.
10. Actitudes y valores de tipo espiritual.Viviré este día con toda intensidad.
Cuidaré mi cuerpo lo mejor posible, sólo le
daré alimentos sanos y nutritivos.
Respiraré profundamente varias veces al día,
haciendo de este proceso algo consciente y productivo.
Haré algo de ejercicio, tendré una sana
disciplina que seguiré con entusiasmo y placer.
Utilizaré el poder del agua como bebida y como aseo,
aprovechando sus cualidades salutíferas con conocimiento
y comprensión.
Sabré descansar cuando llegue el momento,
relajándome totalmente para sentir la paz, la
armonía y la alegría interior.
Trabajaré honradamente, con el propósito de
servir a mis semejantes desinteresadamente.
Controlaré mis emociones, no permitiendo que nada
perturbe mi bienestar total, me llenaré de amor
universal para todos los seres.
Tendré sólo pensamientos constructivos y
positivos, desarrollaré mi inteligencia estudiando algo
trascendente.
Fortaleceré mi fuerza de voluntad con decisiones que me
acerquen al logro de mis grandes ideales.
Y por último tendré una actitud positiva ante la
vida, cultivando los valores eternos.
"Por eso tu deber es: armonía con las leyes
espirituales-naturales, tal vez preguntes,
¿cuáles leyes?
Estas leyes
están contenidas en la esencia de la enseñanza que se ha vertido a
través de los Grandes Maestros, que han venido al mundo
indicando el camino y la verdad que conduce a vida eterna, en
todos los libros
considerados sagrados se encuentran inscritas a fuego estas
leyes inmutables, y en el centro de tu propio ser están
contenidas todas las leyes unificadas en la gran ley".
(Rolando Leal: ESCRITOS DE UN BUSCADOR DE LA VERDAD, Mensaje
12.5).
Del Libro: EL
SENDERO DE LA PAZ Y LA ARMONÍA
INTERIOR
Autor:
Rolando Leal
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