- El sexo, las disorexias y el
comportamiento suicida - Nuevas "enfermedades", nueva
era: los años sesenta - ¿Pero, qué sucede
con otras especies? - Los
placeres instintivos y sus consecuencias - El
ser humano en la lucha contra sí
mismo - El Kama
Sutra - En
resumen - Bibliografía
En una monografía que compilara, organizara y
publicara hace algún tiempo, la que
rubricara bajo el título de La Historia del Amor, hago
un esfuerzo para hacer constar las influencias que cada
época tuvo en la actividad sexual y en la moralidad
asociada del ser humano que en ella viviera.
Nuestra exploración, en el susodicho
artículo, cubre los años desde el 1300 AC hasta el
siglo recién pasado. Una crónica del amor, por
fuerza,
menciona el sexo, aunque
esto sea de manera soslayada.
La historia del amor y del sexo nos interesa porque en
nuestra especie ambos son comportamientos idiosincrásicos
con profundas repercusiones emocionales — En lo que no
están solos.
El sexo, las
disorexias y el comportamiento
suicida
Cuando yo empezara a tratar las disorexias,
específicamente la anorexia, en
el año 1963, poco se había escrito y poco se
conocía acerca de esta enfermedad. Casi todo lo que se
obtenía en la literatura científica
se relacionaba con la obesidad y el
sobrepeso, curiosidades indeterminadas entonces. Nadie hablaba
seriamente de la anorexia, la bulimia se
desconocía, las dietas se limitaban a la selección
de comidas que los pacientes hacían para su estadía
en hospitales, y la sexología, como especialidad
médica, no se había arraigado.
Esto sería, talvez, porque los instintos, por lo
menos algunos entre ellos, estaban cumpliendo su misión
adaptiva.
A pesar de todo, y por razones desconocidas, la gente
seguía suicidándose como siempre lo habían
hecho.
Nuevas
"enfermedades",
nueva era: los años sesenta
Con la alboreada de los años sesenta, cosas
insospechables surgieron: La Crisis de los
Misiles Cubana, la época de las "Enfermedades de los
Sesenta" como muchos llamaran a la anorexia y la bulimia, y la
llegada avanzada de la Edad de Acuario.
Eso fue entonces, hoy las cosas han progresado, ahora,
tenemos enfermedades de comer, disfunciones sexuales,
dependencias de todo tipo y continuamos suicidándonos en
escalas de mayor o menor extensión.
Nuestra sociedad se ha
medicalizado — algo riesgoso como veremos en otras
lecciones.
¿Pero,
qué sucede con otras especies?
Otros animales comen y
no desarrollan los trastornos de comer, a nosotros familiares, no
demuestran trastornos reproductivo/sexuales, y, que sepamos,
nunca se suicidan resueltamente.
¿Cómo es eso?
Los simios, los gatos, los perros, los
ratones noruegos (lemmings), y otros vertebrados se reproducen de
manera programada, viven sin dietar y sin autoinmolarse, a pesar
de que hemos amenazado sus vidas con nuestras incursiones
funestas dentro de su hábitat
— aunque algunos pulpos torturados despiadadamente por
científicos sádicos, salen del agua en acto
deliberado para adelantar la
muerte.
El lemming o lemingo, no se suicida como antes se
supusiera, sino que sus populaciones son controladas por sus
predadores, entre ellos, la lechuza ártica.
¿Entonces, de qué nos sirven los
instintos, si éstos no nos protegen?
Lechuza
ártica
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