El Bien Común y la Constitución Política de la República de Chile
- Resumen
- Premisas
- Concepto
de bien común - Elementos
del bien común - El bien
común como valor social fundamental - Relaciones
entre el bien común y la justicia - El
bien común para Jean Jacques
Rousseau - Relación
entre justicia, bien común y seguridad
jurídica - El
bien común entre los principios y valores de la doctrina
social de la Iglesia - El
carácter comunitario del bien en la obra
aristotélica - Análisis
de la Constitución política y el bien
común - Conclusiones
- Anexos
RESUMEN
El presente trabajo trata
acerca del análisis y correlación de la
Constitución Política de Chile,
promulgada en 1980, y el concepto de Bien
Común.
Para lograr lo anterior, se citan autores de raíz
política, filosófica y
eclesiástica.
Se citan los trabajos de Rousseau,
Aristóteles, y la Doctrina Social de la
Iglesia
Católica.
Se entrega un breve análisis introductorio de la
sustancia natural del hombre, y su
relación con el Bien Común desde su inicio en la
historia, como
una característica inmanente del ser humano.
Se resumen algunas premisas a la luz de las cuales
realizaremos el análisis
Se citan algunos contraejemplos históricos del
Bien Común, como lo ocurrido en la Alemania Nazi
y en la ex Unión Soviética, entre otros. Dichos
contraejemplos nos ayudarán a dilucidar en mejor medida la
naturaleza y
el alcance del concepto inicial de Bien Común.
Se entrega un análisis pormenorizado de los
diferentes capítulos y algunos artículos de
la Carta
Fundamental.
Finalmente, en anexos, se entrega el texto de la
Constitución utilizado en este análisis.
INTRODUCCIÓN
Hace unos 4500 millones de años, se piensa que se
generó la vida en la
tierra.
Este origen fue único, y estableció el
futuro de todos los seres vivos de este planeta.
Desde entonces, la vida en la tierra ha
recorrido un largo proceso de
modelamiento en el tiempo.
Todos los seres vivos de un modo u otro se fueron
adaptando a su medio
ambiente. Se sucedieron cataclismos de escala global y
en ocasiones, todos los representantes de la vida en la tierra
estuvieron a punto de desaparecer, incluso la propia especie
humana.
Los seres humanos, paulatinamente tomamos conciencia de
nosotros mismos, y con la conciencia, vino la innegable
apreciación del bien y del mal, de lo correcto y lo
incorrecto.
En ese entonces, las sociedades
originarias y primitivas, se organizaban en torno a unos
pocos objetivos:
obtener alimento, guarecerse, defenderse de animales y
bestias, y, eventualmente, de otros grupos humanos
diferentes, o que no compartían sus visiones, ideales o
necesidades.
Quizás las únicas preocupaciones para los
seres humanos que morían tan viejos como de 20 o 25
años, era alimentarse, abrigarse, obtener alimentos ya sea
cazando o recolectando, reproducirse, y cuidar las crías.
El bien común, como ideal natural aparecía como
única estrategia para
sobrevivir y mantenerse vivo.
Por lo anterior, el Bien Común debiera estar, de
algún modo, quizás codificado en nuestro acervo
genético, más que en nuestras reglas
sociales.
El instinto gregario del ser humano, debió ser el
sustrato biológico en el cual el Bien Común se
concretó en acciones y
actitudes
cooperativas,
en la especialización de roles y trabajos, entre los seres
humanos machos y hembras que en ese tiempo
existían.
Debieron pasar miles de años para que de ese
entonces, el ser humano se volviera agricultor y pasara de un
modo de vida nómade a ser sedentario.
En ese entonces, se generó por primera vez un
nuevo concepto, el de riqueza, que a la vez generó la
transacción y formas rudimentarias de comercio, como
el trueque. La riqueza generó la necesidad de cuidarla, se
inventaron las armas, el
espíritu militar, para defender la cosecha, los animales,
el territorio.
El Bien Común entonces, debió tener un
nuevo significado, menos universal y más local, para los
seres humanos entre si, y menos local y más universal,
cuando el hombre
descubre inicialmente su lugar en el ecosistema que
ocupa y explota. Es el hombre quien debe adecuar su vida al ritmo
de las estaciones del año, y no a revés.
Por lo anterior, entre otros factores, se explica la
fuerte conciencia medioambiental de todos los pueblos originarios
de nuestro planeta, que se contrapone con la visión y
sentido de la explotación económica de los recursos
naturales, muchos de ellos, ya extintos, o en serio peligro
actual de no retorno de dicha condición.
Es curioso el rol que históricamente ha jugado el
Poder respecto
del Bien Común.
De modo innegable, los movimientos que han detentado el
poder casi absoluto, no han considerado casi nunca el Bien
Común, o si lo han hecho, dicha acción
casi siempre busca el fortalecimiento de dicho poder, y es
utilizado como argumento a la sustentación de dicho
movimiento.
Como ejemplos, podemos recordar lo ocurrido en Europa, en
especial en España,
con la Inquisición, que abanderada con una idea de la
salvación del género
humano, llegó a extremos con quienes se opusieran a sus
preceptos.
Son tristemente célebres el museo de la
Inquisición de Perú, el affaire con Galileo Galilei,
la quema en Campo di Fiori de Giordano Bruno, y otros tantos que
el tiempo ha guardado.
Otro ejemplo que ilustra esta situación, es lo
ocurrido en Alemania. A mediados de la segunda guerra
mundial, se reunieron en las afueras de Polonia, en una casa
arrebatada a un judío, un conjunto de militares del Tercer
Reich, juristas, abogados, el Ministro de Salud de Alemania, el
Ministro de Justicia, el
encargado del plan de 5
años del gobierno nazi, y
otros altos jerarcas.
En una reunión de dos idas, se estableció
la llamada Solución Final a lo que ellos llamaban "el
problema judío" y en el marco de la legalidad
vigente en ese entonces en Alemania, y bajo una fuerte presión
militar en esa reunión, se acordó la
eliminación sistemática por parte de un Estado, de
millones de seres humanos, en virtud de lo que ellos
entendían como Bien Común de la Alemania que
deseaban construir, y de Europa toda.
De modo similar, en la ex Unión Soviética,
un hombre apodado Stalin, llevó a la muerte a
millones de compatriotas y otros seres humanos de territorios
anexados después de la segunda guerra
mundial, mediante asesinatos masivos, purgas, y asesinatos
selectivos. Incluso la Historia fue cambiada.
Esto ocurrió en un estado en el que se consagraba
el Bien Común como un ideal máximo a lograr a favor
de todos.
Este modelo de
orden social, se llevó a cabo en la Europa oriental y
diversos países asiáticos, como Camboya, China.
Indonesia, etc.
Resulta curioso que todas las dictaduras, independiente
de su orientación política, se justifiquen
fuertemente mediante el concepto de Bien Común.
Pareciera ser que este concepto tiene tanta fuerza y
arraigo en la psiquis de las personas que es relativamente
fácil llevar a cabo experimentos de
ingeniería social extrema en función de
esta idea.
Por lo anterior, la aplicación, el diseño
y ejecución de medidas, ideas, iniciativas y leyes, en
función del Bien Común, debe ser cuidadosa y
democrática, para no dañar los intereses de las
personas afectadas por dichas leyes o medidas.
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