La evaluación: una nueva concepción para la educación en el siglo XXI
Resumen
El presente trabajo tiene
el propósito de destacar el papel que ocupa la evaluación
como parte del proceso de
enseñanza–aprendizaje en la
Educación
Superior, consideramos oportuno señalar que este
proceso no es medible, se pueden registrar sus resultados, se
puede reconstruir tras un período de tiempo y
someter a análisis, pero nunca se podrá medir
el proceso.
Pretendemos llegar a un consenso actualizado acerca del
concepto de
evaluación; señalando su función de
orientación, de formación, sumativa, y de
homologación. Hoy en los inicios del siglo XXI se habla en
todos los ámbitos de procesos
evaluativos por tal motivo en necesario apropiarnos de una
cultura
evaluativa.
Palabras claves: evaluación,
enseñanza-aprendizaje, componentes del proceso de
enseñanza-aprendizaje.
Introducción
La evaluación es un proceso que está
presente en todos los aspectos de la actividad humana, en nuestro
caso nos referiremos a la evaluación dentro del proceso de
enseñanza aprendizaje, por ser este uno de sus
componentes.
En este trabajo abordaremos los procesos de
evaluación que tienen por objeto tanto los aprendizajes de
los alumnos como los procesos mismos de enseñanza. La
información que proporciona la
evaluación sirve para que el equipo de profesores disponga
de información relevante con el fin de analizar
críticamente su propia intervención educativa y
tomar decisiones al respecto.
Pero: ¿Qué es la evaluación del
proceso de enseñanza-aprendizaje?
Es el proceso sistemático y continuo mediante el
cual se determina el grado en qué se están logrando
los objetivos del
aprendizaje. Dicho proceso tiene una función primordial
dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje pues tiene una
función de retroalimentación constante.
¿Cómo se desarrolla esta función
retroalimentadora?
Si como resultado de la evaluación descubrimos
que los objetivos se están alcanzando en un grado mucho
menor que el esperado o que no se están alcanzando,
inmediatamente surgirá una revisión de los planes,
de las actividades que se están realizando, de la actitud del
maestro, de la actitud de los alumnos y de la oportunidad de los
objetivos que se están pretendiendo.
Todo este movimiento
traerá como resultado un reajuste, una adecuación
que fortalecerá el proceso enseñanza-aprendizaje
que se viene realizando; es así como la evaluación
desempeña su función retroalimentadora.
Desarrollo
Evaluar, en otras palabras, es reunir todas las evidencias
posibles que en forma objetiva podamos encontrar a favor o en
contra de cada una de las actividades que se están
desarrollando dentro del proceso
enseñanza-aprendizaje.
Evaluar no es una acción
esporádica o circunstancial de los profesores y de la
institución escolar, sino algo que está muy
presente en la práctica educativa.
Definir evaluación puede llegar a ser tan
complejo como delimitar el número de autores, corrientes y
teorías
que lo han hecho.
Es extensísima la bibliografía que existe al
respecto pero nos acogeremos a la siguiente:
- "Comparar lo deseado con lo realizado" (Alfaro,
1990. Pg. 70) - "Estimar cuantitativamente y cualitativamente el
valor, la
importancia o la incidencia de determinados objetos, personas
o hechos" (Forns, 1980. Pg 108) - "Medio que permite observar y describir con mayor
precisión los aspectos cuantitativos y cualitativos de
la estructura, el proceso y el producto
de la
educación. Su finalidad es facilitar una
predicción y un control lo
más exacto posible del proceso educativo" (De la
Orden, en Lafourcade 1977 Pg. 16). - "Etapa del Proceso educacional que tiene por fin
comprobar de modo sistemático en qué medida se
han logrado los resultados previstos en los objetivos que se
hubieran especificado con antelación" (Lafourcade,
1977).
Existen diferentes clasificaciones de la
evaluación, teniendo en cuenta su
función:
Según se trata del aprendizaje o la
enseñanza, la evaluación cumple unas funciones claras
y determinantes en nuestro sistema
educativo:
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