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Psiquismo y elementales (página 2)



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FORMAS
PENSAMIENTO

Después de la muerte de
la Médiumn Helena P Blavastsky, en 1871, sus
discípulos C. W. Leadbeater y Annie Besan, dieron a la
luz el
libro:
"Toughtforms" (Formas Pensamiento), lanzado en el Brasil por la
editora pensamiento. Las investigaciones
de los dos Teosofistas, de los trabajos del Dr. Hippolite
Baraduc, en la expectativa de confirmar, como realmente lo hacen
las informaciones tomadas a través de la clarividencia.
Los pensamientos- emociones,
irradiados por una persona,
mostraron que el contenido moral de los
pensamientos determinaba las formas: Odio, amor,
felicidad, agresividad, miedo frustración; cada
pensamiento producía imagen distinta y
especifica.

Leadbeater y Annie Besant concluyen que las
investigaciones que realizaban podrían revolucionar
la ciencia
que, finalmente, podría envolverse en el estudio sobre los
fenómenos psíquicos. La ciencia
jamás se interesó por ese tipo de investigaciones,
salvo sólo (algunos notables) a cargo de
científicos del porte de T. Fukurai, el Francés
Comandante Darget y el Alemán Albert S. Notzing, los dos
últimos notables experimentadores en el campo de la
ectoplasmia.

En los años de 1.810, el Dr. Fakurai
realizó una serie de experiencias con un grupo de
médiumns. Solicitaba que transfiriesen símbolos de escritura
japonesa para un negativo fotográfico, usando solamente la
fuerza del
pensamiento. El método del
Dr. Fakurai anticipaba, en años, lo que sería
utilizado por el sensitivo Americano Ted Serios.

Se consideraba así el pensamiento como una forma
de energía que conseguía imprimirse en los
negativos, imágenes y
signos
directos. El éxito
de esas revolucionarias experiencias no consiguió a pesar
de todo, sensibilizar los sectores ortodoxos de la ciencia
oficial. Hubo hasta acerba reacción de sus colegas de la
Universidad
imperial de Tokio. Rectificamos que la ignorancia, el
preconcepto, el espíritu de sistema y la
vieja y perniciosa envidia, siempre se constituyen en
obstáculo a los avances científicos En la
actualidad el estudio de los fenómenos psíquicos,
promovido por los encarnados ( vivos) y desencarnados ( muertos)
ha avanzado considerablemente. Hasta crearon, en el laboratorio,
el termino PSI, tomado de la letra Griega del mismo nombre
por Thouless y Wesner, para designar cualquier especie de
conocimiento
que no se coadyuve con las leyes
científicas actuales.

Establecen una división:

. psi gama (mentales)

. pisi kapa (o físicos)

En Diciembre de 1.969 la "Asociación Americana de
Avance de la Ciencia" aceptó la filiación de la
parapsicología – Asociación. El hecho
representa la coronación de larga y penosa lucha desde los
tiempos gloriosos de las investigaciones psíquicas. Se ha
comprobado la realidad de los fenómenos de la
telepatía, clarividencia, premonición y
psicokinesia. Pero se debe reconocer al Maestro Allán
Kardec, que fue el directo responsable consciente de todo el
proceso de
investigación en torno del
hombre y del
alma, a partir
del momento en que lanzó en París "EL LIBRO DE
LOS ESPÍRITUS",
El 18 de abril de 1.857.

Héctor Darville 1.848 1.923), continuador de la
obra el magnetizador, Barón Du Potet, realizó
extraordinarias experiencias sobre el desdoblamiento espiritual.
Escribió una obra clásica al respecto del magnetismo, en
compañía de Paul C Yagot. En cierta ocasión
una médium llevada por Héctor Darville al estado
sonambúlico descubrió lo siguiente:

La paciente piensa, la médium lee.

No puedo escuchar su voz, pero veo sus pensamientos como
especie de rayos de luz saliendo de su cerebro, emanados
de su propio espíritu; "nosotros, almas libres,
conseguimos ver con increíble facilidad las vibraciones
que ésta emite, a través del organismo
físico al pensar"

Es por ese motivo que almas más adelantadas
pueden leer nuestros pensamientos y ellos actuando, conforme al
tenor, del cual ellos mismos se revisten.

En escala menor, es
claro, se puede identificar el fenómeno de la naturaleza.
Cleve Beckster, pionero de la moderna investigación sobre
el comportamiento
de los vegetales, admite que ellos poseen, aunque en
ámbito primario, un tipo de percepción
cuyo mecanismo es una incógnita. Después, de una
serie de demoradas experiencias, Cleve Beckster (con su
polígrafo) comenzó a tener acceso al
fantástico universo
emocional de las plantas.
Constató que una planta doméstica a veces escoge
una persona que se encuentra en la sala y comienza a producir en
el polígrafo, un padrón gráfico que
reproduce a la perfección las arremetidas cardiacas de la
persona elegida como modelo.

Las plantas saben, cuando deseaban enseñar, un
desmayo estratégico. Cuando un científico
canadiense visitó a Beckster para observar sus
experiencias, las plantas no se manifestaron. En cuanto el
investigador extranjero permaneció en el ambiente no se
dispusieron a cooperar. Percibiendo que algo determinara el
"procedimiento" de
las plantas, preguntó el Canadiense si sus trabajos, de
algún modo registraban violencia con
las plantas. La respuesta lo dejó perplejo. "Si, yo las
llevo al horno, a fin de obtener su peso seco para el análisis ". Poco tiempo
después de la partida del visitante, las plantas retomaron
sus sorprendentes manifestaciones.

El tema es sobre todo, fascinante y perturbador.
Y no adelanta recursos para los
ya trillados rótulos parasicológicos, ellos no
explican cosa ninguna, admitiendo que Las revelaciones de
Leadbeater y Annie Besant no se sustentan en la ilusión
debiendo ser tratados como
auténticos fenómenos. Se debe concluir que las
formas – pensamiento, que ambos observaron, éstas
son compuestos, de una manera sutil, capaces de ponerse en
movimiento.
Veamos lo que los exponentes de la Teosofía informan al
respecto:"Si los pensamientos de alguien están
concentrados en otra persona, la forma creada por tales
pensamientos se encamina en la dirección de la misma. Si los pensamientos
de alguien están concentrados en el propio emisor,
entonces ellos quedan circulando a su regreso. Siempre prontos a
influenciarlos". El finaliza: "el hombre
viaja por la vida dentro del involucro de pensamientos que el
mismo crea".

Algunos científicos, a lo largo de sus
investigaciones, percibieron que existe una incuestionable
relación, entre el pensamiento y la materia. El
científico Niels Bohr
llegó a afirmar que: "si quisiéramos interpretar
correctamente la mecánica
cuántica, sus experiencias y sus paradojas, tenemos
que aceptar el pensamiento como una acción
puramente física".

Eistein, a su vez admite el concepto de que
la materia es un fantasma electrónico, hasta la idea de
que él "pensar" es una forma pensamiento que se
materializa, de su concepto a la realidad no existe un gran paso.
Hace un tiempo, el Físico Marcel Vogel, de California,
realizó experiencias utilizando métodos
espectrográficos, destinados a medir una secuencia de
pensamientos concentrados y expresar los resultados
gráficamente. Vogel, publicó los resultados de sus
notables y revolucionarias experiencias en 1.973.

Se viene observando que los fenómenos antes
estudiados y practicados por el esoterismo, constituyen objeto de
las preocupaciones de los grandes científicos, que no
miden esfuerzos para penetrarles la naturaleza íntima de
sus mecanismos. En verdad, lo que antes andaba en el terreno de
la superstición, es materia de laboratorio.

Al final de cuentas, la
fenomenología Espiritual tiene su
génesis en la propia ley natural. Y el
pensamiento es, nada más y nada menos, que
expresión del ser espiritual, que viene vivificando una
existencia corpórea o incorpórea. Ambos como
afirmó Allán Kardec, tienen condiciones de provocar
idénticos fenómenos dependiendo de las
circunstancias ambientales".

En la Revista
reformador de julio 1984—208

Encontramos interesante tema sobe el psiquismo de las
plantas y donde se hace mención a la obra La Vida
Secreta de las Plantas "
El relato sobre las relaciones
físicas emocionales y espirituales entre los vegetales y
el hombre"

Una compilación de experiencias
científicas de Peter Tompkins y Chistopher Birt,
son 324 páginas dictadas por la Expresión y
cultura,
traducción cristalina de
Leonardo
Froes

Fundamentado en pesquisas de laboratorio realizadas en
los Estados Unidos,
Europa,
Unión Soviética, Japón e
India, el
libro narra la capacidad de las plantas para realizar tareas que
el hombre solo consigue a trabes de sostificados aparatos, como
captar señales
estelares y comunicarse a distancia. Muestra
también el coraje de científicos que sacrificaron
su reputación al libertinaje publico, para probar que los
vegetales son tan evolucionados al punto de tener consciencia
ética.

La esperanza es que estas generaciones puedan tener un
mejor despertar de consciencia ecológica que favorezca a
este descalabrado planeta

Quien podría creer en la historia de Jonas, nacido y
criado en la cierra entre Angra de los Reyes y San pablo? Remando
en busca de peces, el le
contó al labrador del fin de semana la historia del
tío, viejo maestro fabricante de canoas, victima de un
árbol que el torturó

Decía que se trataba de un árbol muy
grande difícil de derribar, pues ponía en riesgo su choza
en la caída con sus ramas; entonces el viejo
resolvió quitarle una faja de corteza en su entorno para
la suspensión de la savia, haciendo que este muriera
lentamente; sus gajos secos se desprenderían poco a poco,
hasta su aniquilación total.

También tenemos para contar nuestra propia
historia.

Un vecino mal intencionado determinó envenenar el
árbol que sombreaba a nuestra casa y al segundo piso en el
cual opera el centro espirita donde comulgamos con Dios y la
espiritualidad para el servicio del
bien. Tan pronto el frondoso y bello árbol entro en
decadencia, igualmente ocurrió con mi pobre vecino.
Problemas de
salud y de orden
económico lo llevaron a la banca rota. Nuca
tuvimos un mal deseo para el impostor, pero en muchas ocasiones
los elementales de los vegetales no perdonan.

Las experiencias de Cleve Backster fueron el punto de
partida para la
investigación detallada de Tompkins y Bird, que
rastrearan una infinidad de experiencias semejantes, como las de
Marcel Vogel, pesquisador químico, contratado por la IBM
para dar curso de creatividad a
sus ingenieros y científicos.

Algunos científicos y gente del vulgo, al leer
sobre las pesquisas de Backster, fue motivo para señalarlo
como embustero. Sin embargo, la idea se había fijado en su
cabeza. Especialistas en fenómenos magnéticos,
aparatos optico-magneticos y sistemas de
cristales líquidos, desenvolvió el, para inventos
fundamentales para el almacenamiento de
información en computadores, mereciendo
premios y el reconocimiento general.

Reconsiderando su opinión inicial, repitió
con sucesos las experiencias de Backster y las llevó
adelante probando cabalmente por otros métodos, que las
plantas pueden leer pensamientos.

La vida secreta de las plantas, no es un libro nuevo,
su primera edición
en portugués se dio en 1974. y las novedades que relatan
completan un siglo. El genio que dio
luz a esta floresta de misterios fue
un indiano, Jagadis Chandra Bose, cuyo trabajo en el
campo de la fisiología vegetal revolucionó la
ciencia, siendo por esto perseguido y reprimido por haber
develado lo que está apenas delante de nuestras
narices

Jagadis Candra Bose fue el primer hombre que
comprobó que las plantas tienen sentimientos, y por eso
fue boicoteado casi hasta el fin de su vida, teniendo en sus
ensayos
descubrimientos negados sistemáticamente por la Real
Sociedad
Británica, hasta que el acumulado de evidencias le
valió el reconocimiento y respeto que
merecen los sabios. Su filosofía sintetizada por el mismo,
demuestra la dimensión de su
espíritu.

CONTACTO CON
LAS SALAMANDRAS

En los años 1996 y 1967 trabajé como
empleado público en la campaña antimalárica
en una vasta zona que comprendía los hoy departamentos del
Casanere, Meta, Vichada, Vaupés y Guainía. En esos
lugares, tuve mis mejores experiencias con los espíritus
de la naturaleza. El
conocimiento que la Doctrina Espírita me impartiera,
determina la decisión de escribir sobre este tema, para
colocarlo entre quienes buscan ahondar sobre esta
realidad.

En cierta ocasión, cumpliendo con nuestras
funciones en
el sector rural entre Aguazul y Maní Casanare, lugar
deshabitado y silvestre, convinimos con mi compañero de
trabajo, separarnos, para que, individualmente visitáramos
algunas viviendas, eligiendo como reencuentro una casa
deshabitada que figuraba en el croquis- guía, y desde
allí retornáramos a la población de Maní. Fijamos como hora
para el reencuentro las 6:00 pm. Pasada esta hora no
llegó, habiéndolo esperado hasta entrada la noche.
Mientras se sucedía la espera, repentinamente
observé un foco de luz, aproximadamente a 70 metros de
distancia. Me fue difícil definir el fenómeno. La
primera impresión me hizo pensar que la luz se originara
en la linterna de mi colega; pero al acerarme a la misma,
ésta se desplazó manteniéndome a cierta
distancia, e imposibilitándome descifrar claramente el
fenómeno.

Fascinado por el acontecimiento, la seguí durante
dos horas movilizado en un semoviente mular, trasegando la oscura
sabana, bajo amenaza de lluvia. El ambiente nocturno, con su
cintilar de luciérnagas acompañado por el coro de
los batracios y el cántico de algunas aves nocturnas
que llamaban a la inspiración. Transcurrido algún
tiempo, andando como escolta del luminoso fenómeno,
éste se estacionó, dándome la oportunidad
para acercarme aproximadamente a unos 30 metros. Pude apreciar
una esfera encendida del tamaño de u balón de
fútbol.
Momentáneamente; y con una sorprendente rapidez, se
elevó verticalmente unos cincuenta metros, para luego
desplazarse horizontalmente en vertiginoso vuelo hasta perderse
en la penumbra.

Después de transcurrido el episodio,
escuché una algarabía de voces y el
ladrar asustadizo de perros.
Ensimismado por el fenómeno, no me había percatado
que estaba muy cerca de un hato y allí una veintena de
hombres vaqueros, apostados en los corrales eran testigos del
mismo, el que venían observando por largo rato desde la
lejanía. Alarmados, los hombres preguntaron:

–usted venía con la bola de fuego, ¿no
sintió miedo? Mi respuesta fue negativa. Pasé a
comprender que se trataba de un evento desconocido para
mí. A continuación escuché variadas
narrativas que rayaban en la leyenda y el mito,
acompañadas de terroríficas descripciones.
Decían, entre otras cosas, que en ocasiones se mostraba
como una mujer, cuya
transparencia permitía observar sus vísceras y que
gustaba perseguir a los hombres embriagados que transitaban los
caminos en horas nocturnas.

Esta, no fue la única oportunidad de ver este
tipo de salamandras; se presentaron otras en diferentes regiones
y épocas. Fueron tres casos, especialmente los que
más me proporcionaron vivencias muy
interesantes.

Otra de mis experiencias aconteció en el hato
Barroblanco, muy cerca del río Cusiana, sobre el
piedemonte llanero, a donde llegué una tarde y
solicité hospedaje. El administrador de
la hacienda me franqueó la casa para que amarrara mi
hamaca donde mejor se me facilitara. Decidí instalarme en
uno de los corredores de la tranquila y pintoresca casona. En las
horas de la madrugada, un vocerío de aterrorizado hombre y
mujeres me despertó. Un tractor, conducido por el joven
hijo del hacendado, llegaba del pueblo y en él
venía un grupo de mujeres cabareteras, con las que
compartía en sus noches de farra y desvarío. Muy
asustado se me dirigió para comentarme que a un lado de la
casa se encontraba la "bola de fuego" que los venía
persiguiendo. El mozo me ofreció un revolver para que le
disparara. Le confesé que no era posible, por cuanto nada
tenía contra esa entidad amiga, a la que mucho aprecio y
agradecimiento le debía por sus manifestaciones positivas
al beneficiarme en muchas ocasiones. Era mi amiga y en diversas
oportunidades me guiaba a lugar seguro.
Tomé la resolución de aproximarme a ella lo
más cerca posible, para poder examinar
minuciosamente su fisiología y morfología. A medida que me acercaba
lentamente, le dirigía pensamientos amistosos, le
manifestaba mi gratitud y confianza. Llegué a estar cerca
de tres metros, distancia suficiente para hacer detalladas
observaciones. No me fue posible aproximarme más, por
cuanto sus ondas
vibratorias, cuando rebotaba del suelo, llegaban
muy fuerte, produciendo en mi caja torácica la
sensación de que se fuera a estallar.

Comprobé que su configuración no era la de
una mujer transparente mostrando sus vísceras, tal como me
habían comentado los habitantes de la región.
Verifiqué, que su fuego no producía quemaduras en
el gramado y los arbustos ni en cualquier lugar donde ésta
posara. Sucede que, producto de la
ignorancia, los habitantes de esas regiones han concebido
leyendas
supersticiosas, mientras que otras personas crean visiones
ideoplásticas haciendo del fenómeno algo
terrorífico y fantasmagórico.

Durante, diez minutos aproximadamente, la observé
con detalle y sin temor. Fue la última oportunidad y
experiencia que compartí con este tipo y variedad de
salamandras.

En otra ocasión, transitando por la margen
derecha del Rio Cusiana kilómetros abajo de la
población de Maní (Casanare), con otro
compañero llegamos a una hacienda para pernoctar esa
noche. El anciano dueño de la misma, que en anterior
ocasión nos había hospedado, nos recibió
amablemente, recomendándonos que tomáramos un
baño en el río antes de cenar, para que nos
despojáramos de las garrapatas que abundan en tiempo de
verano y sobre todo, en el mes de diciembre. Entrada la noche,
penetramos al río en una parte llana como
precaución para evitar el ataque de bichos peligrosos que
mucho abundan en esas fuentes.
Estábamos por finalizar el baño, cuando observamos
sobre la superficie del agua el
reflejo de fuego. Miramos hacia arriba y descubrimos por encima
de nuestras cabezas a unos dos metros de distancia, tres
leños prendidos. Dos de ellos, medían cerca de
ochenta centímetros de largo y el del centro tenía
unos 60 centímetros, con un diámetro cada uno de
tres pulgadas aproximadamente. En su desplazamiento, se
entrechocaban desbrazando y lanzando chispas en el espacio. El
fenómeno se dirigió hacia un cercano árbol
ribereño muy frondoso.

El ruido generado
por las vibraciones, se me hizo muy semejante al producido por la
"bola de fuego". Me es difícil explicar en detalle la
naturaleza del ruido, en razón de no encontrar los
términos apropiados para definirlo. Pude, constatar
además, que ese fuego es inofensivo, así como el de
la "bola de fuego", igual, que el fuego de los "gases fatuos",
que observé en alguna oportunidad. Las salamandras son
visibles para cualquier persona, sin que necesariamente deba ser
clarividente. Lo contrario ocurre con elementales como gnomos,
ondinas, sílfides y otros, que para observarlos se
requiere ser clarividente.

LAS
ONDINAS

En una tarde invernal, cuando los caños crecen y
las sabanas se inundan, en compañía de cuatro
funcionarios, devorábamos las distancias del llano. De
pronto, tropezamos con una cañada que corría por
entre bosques y arrabales. Obligadamente debíamos cruzarla
para proseguir nuestra marcha a lomo de mula. Organizamos el
grupo de tal manera, que el único compañero que no
sabía nadar cruzara el turbulento caño bien
vigilado por nosotros; cuando el colega novato punteaba la
caravana, en la mitad de la agitada corriente, se
manifestó una gigantesca boa constrictora para atacarlo,
apareciendo de inmediato una extraña figura semejante a
una sirena, que pasó a rechazar el ataque del enorme
reptil causando fuerte agitación al agua. A mis
compañeros, que iban concentrados en los semovientes, no
les fue posible observar mejor. No fue necesario comentarles a
ellos lo acontecido, pues consideré que estaban muy lejos
de entender la razón de estos fenómenos.

Recuerdo otro suceso muy interesante con estos seres
maravillosos llamados Ondinas. En otra ocasión nos
movilizábamos a caballo con un cargamento de D.D.T
(insecticida para los mosquitos), para abastecer el grupo de
trabajo que dirigía, y al cruzar el río aumentaba
su caudal y una fuerte arremetida nos derrumbó
obligándonos a nadar. Luego, algo curioso y extraordinario
me sucedió, se apoderó de mí una
extraña sensación de tranquilidad y habilidad, que
me permitió despojar del freno a la bestia de monta,
facilitando la
organización de los aperos y ubicándome en
medio de los equinos en posición de nado para conducirnos
por el centro del caudaloso río.

Con anterioridad, era sabedor de que el río lo
bordeaban enormes piedras y rocas muy
peligrosas. Recordé el aviso de mi guía, cuando en
días anteriores me había dicho: "Mira esa
isla"
. Calculé que la isla observada días
antes, podría estar a pocos kilómetros del puerto
de la población de Upía- lo que más
admiración me causó fue el ambiente de paz,
armonía, vigor y confianza que me rodeó,
además de escuchar por momentos una dulce sinfonía
que nos seguía; tal vez, proveniente de un grupo de ninfas
maravillosas que nos acompañaba, las que ocultamente nos
protegían para que no nos sintiéramos como
náufragos. Curiosamente, en los equinos y en mi, no
había señales de fatiga, Lo más importante
de todo, fue la manera bien calculada con que nos orientamos
hacia el centro de la isla, cuya extensión podría
estar en los dos kilómetros cuadrados. Fue un poco
difícil pisar tierra firme,
debido al banco de arena un
poco movedizo que bordeaba la isla.

Superado el obstáculo de la arena, nos propusimos
la tarea de abrir una brecha por el tupido almácigo de
cañabrava, juncos, bejucos, hasta despuntar en la pradera
donde encontramos una choza. La habitaba una familia de
campesinos, quienes al conocer como llegamos hasta allí,
se sorprendieron sobremanera. Me alojaron en su humilde hogar,
llenándose de admiración cuando se enteraron de lo
que conmigo había acontecido. Permanecí una semana
en ese lugar, mientras el río continuó creciendo
durante ese tiempo. Lo más preocupante para mí, fue
haber perdido la conciencia
momentos después de haber llegando a ese lugar. En
él curso de la semana, actúe como un
autómata, no me daba cuenta de lo que hacía, y el
día que salí después de haber estado en ese
aturdimiento, convencido estaba de que era lunes, pero realmente
era sábado. En este día, ya el caudal del
río había descendido y en consecuencia me dispuse a
viajar, siendo guiado por el generoso anfitrión hasta
donde me fue posible atravesarlo. La mayor sorpresa fue
encontrarme con el grupo de compañeros, quienes nos
consideraban náufragos.

Este es un suceso digno de meditar. ¿Cómo
nos salvamos de morir ahogados? Tengo la certeza de que en
semejantes condiciones, muchos náufragos se han salvado de
morir.

LOS
ELEMENTALES
SÍLFIDES

Tenía cerca de veinte años de edad, cuando
una noche en compañía de un hermano nos dispusimos
a visitar dos chicas también hermanas en la
condición de pretendientes; siendo las nueve de la noche,
se presentó un fuerte temporal que presagiaba lluvia
tempestuosa, por lo tanto resolvimos cancelar la visita y
regresar a casa, transportándonos rápidamente en
una motocicleta, ya en medio de la tormenta que se iniciaba y la
ausencia de energía
eléctrica. Cuando nos aproximábamos al hogar
nos abordó un pájaro chillando como un pollo,
llegando cerca de nuestro dormitorio. Para mi no fue sorpresa,
pues ya estaba acostumbrado a escuchar ese fenómeno, como
otros tantos que se presentan en la naturaleza.

Recuerdo que por la avenida que fuera escenario de lo
anterior mente narrado, se continuaron sucediendo durante algunos
años tales fenómenos, los que se presentaban en la
madrugada cuando me dirigía al trabajo. Éste
elemental solamente lo he podido escuchar, pero no lo he visto.
Algunas personas me habían dado referencias y
afiliación del elemental, pero yo aún poco
acreditaba en esto, debido a las ponderaciones supersticiosas que
la gente sabe ponerle a todo lo que sea
fantasmagórico

Otra de las variedades de sílfides, es el
silbador, fenómeno muy común especialmente en los
campos; emite un silbido prolongado, sutil y persistente que
sigue a algunas personas que transitan de noche.

Un viejo amigo me contó que en el Dpto. del
Caquetá en una noche tempestuosa, una especie de
pájaro pichón con características muy
particulares, chillando como un pollo penetró a su
dormitorio campestre, el cual él atrapó y luego
encerró en un cajón seguro; y esa misma noche
durante la tormenta, el bicho produjo un estrepitoso ruido
desapareciendo de su cautiverio. No es de dudar porque un evento
muy parecido pude testimoniar,

Cuando estaba en la escuela, el
profesor nos
llevo a las afueras de la ciudad para platicar una clase sobre
ecología.
Mientras esta transcurría, descubrimos repentinamente una
liebre, y todos los muchachos incluido el profesor, nos pusimos
en la tarea de cazarla. Esta acción era una actitud
contraria al espíritu de la clase, No había duda.
Después de una larga correría logramos atraparla
dentro del hueco de un árbol. La lleve a casa, y mi Padre
la encerró en un cubículo construido en malla con
orificios muy pequeños, en un diámetro de 2X 2
–Mts una especie de cuarto de maquinas

No existían orificios grandes en el recinto, por
lo tanto no era posible que durante la noche pudiera escapar el
animalito de este especial cautiverio. Mi propósito era
sacrificarla para consumirla al siguiente día. Esa noche
llovió demasiado, acompañada de tormenta
eléctrica. Tenía conocimiento de que las liebres,
las perdices y otros animales
silvestres en cautiverio, desaparecían en noches
tormentosas; me era difícil aceptar este hecho.
¿Serán los genios de la espiritualidad los
encargados de auxiliar de manera tan increíble a los
animales? Me atreví a creer que sí. ¿Por
qué? Pues la liebre, a pesar de la seguridad, esa
noche desapareció del aposento.

SEÑORES DE
LA TORMENTA

Ha sido frecuente durante siglos atribuir la
autoría de las tormentas y las tronadas, cargadas de
sobrecogedores fenómenos eléctricos, tanto a
invisibles seres fantásticos como a tenebrosos seres
humanos. En las Galias y entre los pueblos celtas en general,
estos personajes eran llamados tempestarios o conjuradores de
nublados.

Algunos follets del viento. látares
sobrenaturales están catalogados como
sílfides. En la antigüedad los manipulaban las
brujas tempestarias, dicha función
era ejercida tanto por los brujos, nigromantes perversos como por
lo siniestros budús, o bien por personas
mañosas y diestras (a veces, siniestras) en las artes
hechiceras.

GNOMOS, EN LOS BOSQUES, Y EL ELEMENTO
IGNEO

Cuando algunas personas ven en televisión esas pequeñas criaturas o
dibujos
animados, piensan en los Pitufos del Padre Abraham, en David
Gnomo o, tal vez, en aquellos libros
publicados a principios de los
ochenta, Los Gnomos y la llamada de los gnomos, escritos
por Will Huygen y bellamente ilustrados por Rien Poortvliet. Es
bueno olvidar esas imágenes estereotipadas que nos han
trasmitido porque no se aproximan a la verdad. Estos dos autores
holandeses se propusieron ha escribir el libro más
completo y sensacional sobre gnomos jamás publicado,
empero lo único que lograron fue una serie de inventos
sensacionalistas que solamente han soportado el paso del tiempo.
Describen costumbres de estos personajes asemejándolos en
sus necesidades a los humanos, desde su vestimenta hasta las
medicinas que utilizan cuando están enfermos, pasando por
su rutina cotidiana, sin ningún fundamento. Y lo peor es
que otros escritores se han servido de estos datos para
entusiasmar a algunos libretistas, con lo cual han logrado
fascinar a los niños
en programas
televisivos o del cine

Los autores hablan sobre la situación
geográfica de los gnomos, establecen el límite en
una línea que va de la costa de Bélgica hasta los
Balcanes, es decir, sitúan el hábitat
de los gnomos por encima del paralelo 45, dejando de lado parte
de Francia, toda
España
y Portugal lo que demuestra una clásica
mixtificación.

El alquimista Paracelso fue quien creó en el
siglo XVI la palabra "nomo" por la que son conocidos estos
pequeños y curiosos espíritus de la naturaleza (en
cuyos libros aparece por primera vez), es derivado del
término griego gnome para unos y gignosko para
otros, que significa conocimiento, sabiduría…
debido a que, según él, estos seres conocían
los secretos de los suelos y de otros
elementos de la naturaleza "Sabed así que los gnomos, otra
de sus misiones es la de proteger los tesoros de la tierra, es
decir, los metales en estado
natural y otros objetos. Pues allí donde se encuentren
esas criaturas hay tesoros, minas de toda naturaleza y en
cualquier cantidad. Los tesoros y demás riquezas son
custodiados, conservados y ocultados por esas criaturas para que
nada salga a la luz del día hasta su momento
oportuno".

Hecha esta importante apreciación, explicamos
quiénes son en realidad estas pequeñas criaturas
tan vinculadas con la naturaleza.

Se habla de unos seres que son invisibles,
etéreos, transformistas, volubles, juguetones, longevos,
escurridizos, carentes de alma inmortal, como realmente los
consideramos, (elementales ficticios o artificiales.)

Según algunos clarividentes, los hay de ambos
sexos y, físicamente, son descritos como pequeños
seres antropomorfos, con atuendos que imitan al vestuario de los
hombres, algunos provistos de luengas barbas y con
gorros o capuchas en sus cabezas, buscan esporádicamente
la compañía del hombre. Viven, comparativamente,
menos años que un espíritu perteneciente a los
elementos del fuego, agua, o aire debido a que
la sustancia de la que están compuestos sus cuerpos es
más densa que la de sus congéneres.

Los gnomos parecen estar provistos de sensores capaces
de registrar el deseo y voluntad del hombre, pues cuando mentes
vigorosas los invocan para utilizarlos como agentes
dañinos, es decir "hechiceros", estos obedecen.

El español
Vicente Beltrán Anglada, profundo estudioso de estos temas
en el ámbito esotérico, reconoce que son los
elementales de la tierra más conocidos que "habitan en el
interior de las piedras, en las profundidades del suelo y en los
huecos de los grandes árboles". Pero a pesar de todo, siempre se
ha dicho que los gnomos también viven y trabajan en la
floresta, en las profundas minas, aparecen vinculados a las
setas. Se ha llegado a pensar que cuando un gnomo se encuentra
materializado y se siente acosado y acorralado por algún
animal (o por el hombre) opta por convertirse en una seta para
pasar inadvertido.

Los gnomos viven en las entrañas de los montes.
Conocen sus caminos subterráneos, velan día y noche
junto a los veneros de los metales y las piedras
preciosas.

Bécquer describe al gnomo como un hombrecillo
transparente y diabólico, semejante a un fuego fatuo, que
se ríe a carcajadas mientras da saltos y cabriolas entre
las peñas. Como esos duendes que nos describen Huygen y
Poortvliet.

Bibliografía tomada de la revista Año
cero, Revista internacional de espiritismo.

UNA VERSIÓN
SOBRE HADAS

En la pequeña localidad inglesa de Cottingley
poco después de la segunda guerra
mundial, unos fenómenos extraordinarios que
darían lugar a una intensa controversia y
mantendría fascinado a todo un país durante
años: dos niñas habían conseguido registrar
fotográficamente a las hadas. .

Se trata sin duda de un caso apasionante, no solo porque
se supuso el descalabro profesional de Sir Arthur Conan Doyle,
autor de las Aventuras de Sherlok Holmes, médico y
estudioso del espiritismo.

En diciembre de 1920, la revista londinense Strand
Magazine, publicó unas extrañas fotografías
donde podían verse con cierta claridad un grupo de
supuestas hadas y gnomos, tomadas por dos jóvenes en un
jardín del pueblo de Cottingley, cerca de Bardford
(Yorkshire). Conan Doyle pidió ayuda a los mejores
fotógrafos de
Inglaterra a fin
de analizar las fotografías, y tras la
investigación, se atrevió a asegurar que eran
auténticas y que estaba dispuesto a arriesgar su
reputación profesional en defensa de esta causa.
Según él, las fotografías eran exposiciones
sin montajes, y las figuras que allí aparecían se
habían movido durante la exposición, que fue instantánea…
Pues llevó los negativos a las oficinas de la
Compañía Kodak, cuyos expertos afirmaron que los
clisés parecían haber sido retocados por un
falsificador muy hábil, aunque no se atrevieron a decir
que todo fuera fruto de un trucaje, Conan Doyle llegó
incluso a escribir al mago Harry Houdini (el cual desprestigiaba
a los médium espiritas siempre que tenían
ocasión) sin embargo, calificó las fotos de
"revelación".

Cinco polémicas fotos fueron tomadas en dos
fases. Las dos primeras en el verano de 1917 por Eise Wright, de
16 años de edad, con una cámara de Midg de placas
de cristal Imperial Rapid, en lugar de película flexible.
En la primera de ellas se ve a su prima francés Griffths
de 10 años, sentada sobre la hierba y rodeada por un grupo
de cuatro hadas danzarinas, tres aladas y otra tocando una
flauta. En la otra foto se aprecia a Eise con un pequeño
gnomo a su lado. En adelante, el asunto empezó a tener una
gran discusión. Nadie más veía a las hadas y
a los gnomos, salvo ellas, y, según decían, eso
ocurría desde que eran muy pequeñas; pues por lo
entendido, las niñas serían clarividentes. El
asunto salió a la luz pública por razones ajenas a
su voluntad, cuando la madre de Eise se las mostró a Edwar
L. Gardner, uno de los líderes de la Sociedad
Teosófica de Bradford, después de asistir a una de
sus conferencias.

Habiendo propagado la prensa esa
historia, hubo motivación para que muchos otros
niños se atrevieran públicamente a declarar que
también ellos habían jugado alguna vez con hadas y
gnomos, sin que alguno de éstos las hubiera
fotografiado.

Desde luego, surgieron muchos detractores. Tanto
Gardner, como Conan Doyle, plantearon la posibilidad de tomar
nuevas fotografías y así se hizo. En agosto de 1921
presentaron al francés y Elsie una nueva cámara con
una veintena de placas en las que previamente se habían
puesto marcas secretas
que impedían cualquier truco o sustitución.
Empezaba de nuevo el contacto con hadas" para demostrar
irrefutablemente su existencia.

La madre de Elsie, escribió una carta al
impaciente Gardner que espera ansioso en Londres las placas y las
noticias.
Decía en su misiva: "El tiempo estuvo nublado y brumoso
toda la mañana y no pudieron tomar fotos hasta la tarde,
cuando se disipó la niebla y salió el sol.
Así que las dejé y fui a tomar el té con mi
hermana. Cuando volví quedé bastante desilusionada:
solo habían podido fotografiar a dos hadas"

Solamente se pudieron tomar tres fotografías con
una cámara Carneo, donde se veían brumosamente
otros espíritus de la naturaleza, difíciles de
identificar. Estas imágenes también fueron
publicadas en la Strand Magazine.

En 1922 Conan Doyle publicó su libro La
llegada de las hadas
, donde se relata la investigación
de estos fenómenos y otros casos de apariciones de seres
sobrenaturales. En uno de sus párrafos declaraba
contundentemente: "No intentaré afirmar que la prueba
sea tan arrolladora como en el caso de los fenómenos
espiritualistas… pero entran en el contexto de la
parapsicología y, aunque trataremos de encontrar
más pruebas, las
que ya existen basta para demostrar esta verdad: la gente menuda
existe".

Los principales miembros de la Sociedad para la
Investigación Psíquica
(SPR), de la que Doyle
era miembro activo desde 1891, se inclinaron por la opción
de que las fotos eran un fraude y antes de
que se acallaran los ecos de Cottingley pidieron que no se
identificase a los integrantes de la Sociedad con el creyente
Conan Doyle.

Por su parte, Gardner, que en definitiva era quien
salía al paso de cualquier crítica
u objeción que se hiciera a las fotos, afirmó que
esos seres, cualquiera que fuese su especie no tenían
cuerpos humanos ni ningún otro tipo, sino que
poseerían "núcleo que pueden adquirir formas
diversas". Cuando toman la forma humana pueden ser grotescos o
gráciles, compactos o etéreos". La principal
crítica era que las imágenes de las hadas eran
demasiado tópicas, a lo que él replicó
diciendo que las hadas de la tradición y las hadas
observadas mediante la clarividencia aparecían siempre con
las mismas vestiduras. "Lo sorprendente – afirmaba –
sería que fueran diferentes".

Lo cierto es que el asunto adquirió tal
popularidad que se originaron excursiones a Cottingley y se
solicitó al clarividente Geoffrey Hodson que se trasladara
a este pueblo para que confirmase si él podía "ver"
también a las "bellas damitas del arroyo" como se las
llamaba. Efectivamente, Hodson llegó a sostener que
había visto, a escala astral, a una de ellas y su libro
Fairies at work and play escribió: Estoy convencido
de la bona fides de las dos chicas que tomaron las
fotografías. He pasado algunas semanas con ellas y sus
familias y pude asegurarme de la autenticidad de su clarividencia
y de la total honestidad de las
partes implicadas, al ver personalmente a las hadas, tal como las
fotografiaron, en el estrecho y cerrado valle de
Cottingley.

Bibliografía tomada de la Revista Año
cero, Revista internacional de Espiritismo

EN LA FLORESTA DE
UNA MONTAñA

Siendo el año de 1974 adquirimos un bien rural
sobre la cordillera central, ubicada a una altitud de 2.600
metros sobre el nivel del mar. Se conformaba de bosque de selva
virgen. Reserva del predio, había plantado lulo, fruto muy
conocido en Colombia. Cierto
día encontrándome en recolecta, siendo las 6:30 de
la tarde, escuché un fuerte grito de origen femenino, con
el estilo de cómo lo acostumbraban hacer los campesinos
para anunciar o alertar, más o menos
así:–"aijaaa". Se sintió a unos quinientos
metros de distancia En ese momento llegó hasta mi memoria el
recuerdo de los comentarios expuestos en muchas ocasiones por los
aserradores, arrieros y labriegos de las montañas que se
referían al grito de la "madre monte", ese
espíritu que para los habitantes de la ciudad no pasa de
ser una leyenda o superstición. Reviviendo la experiencia,
pensé en la posibilidad de que el grito lo hubiera
ocasionado un perico ligero o perezoso, mamífero de
la familia de
los osos, que se mantiene colgado de las ramas de los
árboles en los bosques cordilleranos. Medité,
analicé el asunto, raro y poco común, tratando de
encontrarle una explicación. Me inclinaba por la primera
hipótesis, y sugería experimentar
nuevamente el suceso más cerca de mí.

Un mundo de pensamientos se cruzó en segundos,
cuando nuevamente escuché el mismo grito, aún
más fuerte, como a unos 80 metros de distancia,
repitiéndose seguidamente y mucho más cerca de
mí, venciendo la distancia en fracciones de segundos.
Estos hechos me sorprendieron y preocuparon, ya que el ambiente
se tornó un poco fantasmagórico. Mi primera
reacción fue salir corriendo velozmente hacia la casa para
buscar refugio. Allí, un poco pensativo, reflexionaba
sobre lo acontecido, llegando a la conclusión de que tales
eventos
deberían formar parte de la colección de
experiencias espirituales, para en la posteridad darlas a
conocer.

Después de transcurridos varios años, y
después de haber sido testigo de tantos sucesos con
espíritus humanos y de la naturaleza, sentí la
inquietud y por qué no decir, necesidad por escribir sobre
esta fenomenología, como testimonio y aporte para quienes
la desconocen. Sobre las Hadas de las flores y los Gnomos, no me
fue posible tener ningún tipo de experiencias.

MISTIFICADORES
– OBSESORES

Capítulo V – del libro
DESCUBRIENDO EL INFINITO

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8
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