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El destino del hombre (página 3)




Enviado por Digicentro Famal



Partes: 1, 2, 3

Un signo de esa claridad es que percibimos nuestro propio
cuerpo dormido. No lo vemos compuesto de carne como normalmente
lo percibimos sino como un objeto transparente brillando con luz
radiante viniendo del lama en nuestra mente. Si nuestra mente es
bastante estable, nuestra mente dormida percibe nuestro cuerpo
tan brillante que puede irradiar luz a todo el cuarto. Aunque
dormidos podemos ver el cuarto y los objetos que hay en
él. Podemos ver claramente que no podemos estar seguros de cuando
estamos dormidos o despiertos. Esto solo es posible cuando uno
tiene una maestría completa en la ocurrencia de las tres
experiencias de gozo, claridad y no conceptualización
durante la meditación despierta. Una vez estabilizadas,
esas experiencias aparecen durante el sueño en su forma
particular. El hecho de poder ver el cuarto donde dormimos esta
asociado con la clara luz de un tranquilo estado mental. Este
aparece en aquellos que han practicado la meditación
shinay. Uno puede ver el cuerpo tan claramente que pareciera que
la luz interior es una imagen de
destellos de luces de diferentes colores. Y si la
meditación es muy estable es posible incluso moverse, la
mente se mueve dentro del cuarto e incluso a los lugares
adyacentes. Uno puede viajar de un lugar a otro. Esta es una
explicación teórica de las posibles experiencias
que uno puede tener mientras dormimos si meditamos lo suficiente
durante el día. Querer alcanzar estos estados no es
suficiente, ellos son el resultado natural de una profunda y
frecuente meditación.

Esas experiencias no crean ninguna ansiedad en la mente. La
mente descansa en el mismo estado que cuando practicamos una
profunda meditación Shinay, esta completamente relajada,
muy clara y sin ningún apego. Esta llena con las tres
experiencias de gozo, claridad y no conceptualización. En
ese estado los órganos sensitivos son muy agudos y claros,
lo que significa que podemos ver, oír, oler, sentir y
saborear, esas experiencias continúan llegando a la mente
que duerme, pero a diferencia de lo que sucede cuando estamos
despiertos: consideramos todas las sensaciones igualmente,
recibiéndolas felizmente. No consideramos, por ejemplo,
que algunos sonidos son muy fuertes o insoportables. A medida que
la meditación despierta progresa y nos libramos nosotros
mismos de las experiencias shinay y desarrollamos una profunda
meditación de sabiduría primordial, la clara luz
del sueño se hace más brillante y se libera a
sí misma de estas experiencias. Esto aparece naturalmente.
No necesitamos cambiar la técnica o practicar otra
meditación mientras caemos dormidos. Simplemente
necesitamos mantenernos en la práctica y orarle al lama
antes de dormirnos y por el poder de nuestra meditación
despierta la meditación apropiada ocurrirá durante
el sueño.

Este tipo de meditación también se desarrolla al
momento de la muerte. Aquellos que tienen una fuerte experiencia
meditativa alcanzan la Budeidad en los segundos que siguen a la
muerte y no tienen que experimentar el bardo. Para aquellos que
practican regularmente una meditación sin perfeccionarla,
la consciencia se establece en un estado similar al de la
meditación que practicaba mientras estaba vivo (shinay,
lhaktong o mahamudra). Si esto no conduce a la liberación
un pensamiento
sutil aparecerá en la mente y disparará en la mente
la experiencia del bardo. Es similar al dormir, pero un
pensamiento sutil durante el dormir nos conducirá a un
sueño en vez del bardo. Tan pronto como el sueño
aparece, un buen meditador se proyecta a sí mismo como una
deidad y aparece como tal en el sueño, realizando que todo
es una ilusión y manteniendo ese estado de consciencia
mientras dure el sueño. Cuando hay menos capacidad, uno
comienza a soñar y al cabo de un rato se da cuenta que
esta soñando. Nos damos cuenta del carácter ilusorio del sueño creado
en nuestra mente. Con esa realización de la naturaleza del
sueño, nada que suceda en él puede hacer que el
soñador sufra.

Cuando realizamos que el sueño no es real y es
sólo una ilusión o el juego
mágico de la mente no se crea ningún apego durante
el sueño. Aprendemos a mantener la mente en la naturaleza
última mientras dormimos. No utilizamos el sueño
para tratar de hacer o llevar a cabo algo, ni para encontrarnos
con personas en diferentes lugares durante el estado del
sueño. Esa clase de
objetivos
sólo ayudan a incrementar la confusión del
sueño. Estar conscientes de que estamos soñando
ayuda a comprender la naturaleza del sueño, la
realización de que es una creación mental de una
mente confundida. Esas son solo experiencias y sensaciones que se
sienten durante el sueño y que se purificarán
naturalmente. Ese proceso es el camino de la meditación
durante el sueño.

De todas las experiencias, aquella que más acarrea
sufrimiento es la que no se puede evitar: la muerte. Sólo
la práctica del Dharma es realmente eficiente al momento
de la muerte. Nuestra única protección en ese
momento viene del lama y de las tres joyas (Buda, Dharma,
Sangha). Para un beneficio efectivo en la eliminación del
sufrimiento al momento de la muerte es necesario haber realizado
suficiente práctica del Dharma en vida y de haber orado
regularmente al lama y las tres joyas. En cada circunstancia
feliz o infeliz de nuestra vida debemos orarle al lama y a las
tres joyas y cuando experimentamos fuertes sufrimientos debemos
pedir por protección y refugio. Entonces al momento de la
muerte nuestra petición por protección y refugio
será verdaderamente efectiva.

Asimismo, aunque nuestras pesadillas nos asusten y produzcan
un intenso sufrimiento, si practicamos y tomamos refugio durante
la vigilia, la misma tendencia se manifestará en el
sueño. Nosotros le oramos al lama y a las tres joyas
dentro del sueño. Nuestra plegaria es escuchada y el
sueño es transformado de modo que la causa del sufrimiento
desaparece. Tenemos el mismo resultado cuando meditamos en el
vacío en nuestro sueño. Mediante la
realización del carácter ilusorio del sueño
no necesitamos temer, porque vemos que la situación
atemorizante y la persona que esta
siendo atemorizada son inseparables. No hay una realidad de
objeto – sujeto. Esa realización inmediatamente nos libera
de la situación.

En nuestro estado presente, cualquier pensamiento, idea o
sentimiento que experimentamos en nuestra mente, inmediatamente
nos captura. Nosotros seguimos el pensamiento, sentimos el
sentimiento y actuamos bajo su influencia porque creemos en la
realidad de ese pensamiento o sentimiento. Ellos aparecen y
estamos convencidos de que son permanentes, concretos y
representan la motivación de nuestros actos. Pero esos
pensamientos, sean conceptos o emociones, no
tienen realidad. Son solo expresiones de la mente -irreales,
intangibles, de corta duración- son simplemente un juego
de la mente, similares a una ilusión o un sueño.
Una vez que desarrollamos esa consciencia no estamos tentados a
seguir los pensamientos y emociones que surgen, no somos
arrastrados por su influencia y estamos libres de sus trucos. La
práctica durante la vigilia permite que la misma
reacción que aparece en las noches durante el sueño
pueda ocurrir después de la muerte, en el estado del
bardo, donde experimentamos varias ilusiones y alucinaciones.
Cuando realizamos que son solo un juego de la mente, podemos
rápidamente liberarnos de esas ilusiones. Ese estado
mental, libre de todas las nociones de objeto y sujeto, debe ser
cultivado durante la vigilia y debemos confiar profundamente en
él.

¿Cuál es el propósito del Dharma? Su
propósito principal es permitirnos actuar de modo
útil al momento de la muerte. Para aquellos que practican
las enseñanzas del Buda durante su vida, la experiencia de
la muerte no es terrible porque es un evento cuyos pasos y
procesos son
conocidos. Tales practicantes se mantienen conscientes y
confiados durante la experiencia y la aceptan tranquilamente.
Gracias a la práctica del Dharma podemos saber que hacer y
como evitar las trampas al momento de la muerte. Se pueden
utilizar muchos métodos.
El más simple consiste en pedir sinceramente un renacimiento en
la tierra pura
del Buda Amithaba, la tierra del Dewachen. Amithaba
expresó fuertes deseos de que cuando se iluminara de su
mente apareciera un mundo el cual fuera accesible a todos los
seres sin excepción. Su deseo fue que cualquiera que
confiara en su tierra pura y pidiera profundamente renacer en
ella pudiera hacerlo sin dificultad. Cuando alcanzó la
iluminación su deseo se hizo realidad y de la mente pura
de Amithaba se manifestó un mundo accesible a todos. El
Buda Sakyamuni describió esa tierra pura: el mundo del
Dewachen.

La práctica no es sólo útil al momento de
la muerte; es también de gran valor en
nuestra vida porque puede erradicar el sufrimiento que
encontramos. Practicar el Dharma nos permite la
transformación de cualquier situación en algo
útil. Nos liberamos del sufrimiento y lo transformamos en
felicidad. Así que es necesario tener una confianza total
en esa cualidad de la práctica de las enseñanzas
del Buda.

La mejor práctica para nosotros es la meditación
en el Buda Ojos Amorosos, y la repetición de su mantra: OM
MANI PEME HUNG. Ojos Amorosos es la expresión de la
compasión de todos los Budas la cual aparece
simbólicamente bajo esa forma para ser accesible a todos
los seres. Esa compasión esta siempre vinculada con el
vacío. Si meditamos en Ojos Amorosos y repetimos su
mantra, el amor y la
compasión se desarrollan naturalmente en el flujo de
nuestra mente, y la experiencia del vacío surge
lentamente. Se dice en las enseñanzas que si cultivamos la
compasión y el amor,
eventualmente la verdadera realización del vacío
del Dharmakaya aparecerá en nosotros. Es bueno practicar
regularmente esa meditación con gozo y confianza para
fortalecer en nosotros el deseo de renacer en el Dewachen. La
presencia constante de ese deseo en nuestra mente
asegurará que al momento de la muerte estaremos más
allá del deseo de vivir una vida en particular en este
mundo. Toda nuestra atención estará focalizada en el
deseo de renacer en la Tierra Pura de Dewachen. Si no tenemos
dudas y lo deseamos desde el fondo de nuestro corazón, es
seguro que
ocurrirá.

Al momento de la muerte, debemos estar libres de todo temor y
no pensar que podemos experimentar sufrimiento. Al contrario,
debemos recordar todas las acciones positivas cometidas en
nuestra vida y dedicarlas al beneficio de todos los seres vivos.
Imaginamos que ellos se benefician de los efectos de nuestro buen
karma, que son felices y que ese buen karma los
beneficiará en su camino hacia la iluminación.
Ayudar a las personas de esa forma generará un sentimiento
en nosotros de gran alegría. Entonces tomamos todo el
sufrimiento, enfermedades y
obstáculos de todos los seres. Imaginamos que se mezcla
con nuestra propia experiencia de muerte y deseamos profundamente
aniquilar todo sufrimiento y karma negativo. La mente se
estabiliza en un estado libre de toda dualidad y fuertemente
desea que luego de la muerte, nuestro cuerpo, habla y mente se
unan para beneficiar a todos los seres. Deseamos: "Cada vez que
las personas tengan una necesidad, o piensen en algo que deseen,
puedan mi cuerpo y mente transformarse en algo que ellos puedan
disfrutar". Morir con ese deseo en mente crea un renacimiento con
las condiciones favorables para la iluminación.
Renaceremos con una mente despierta que en esa nueva vida nos
permitirá alcanzar la Budeidad rápidamente porque
estamos beneficiando a otros efectivamente. Renaceremos con
muchas cualidades y capacidades físicas que nos
permitirán ser de máxima ayuda a todos los seres.
Esa es la razón por la cual es tan importante expresar ese
deseo al momento de la muerte, y morir con ese estado mental.

Esa actitud puede
ser transmitida cuando estamos ayudando a alguien que esta
muriendo. Debemos hacer todo lo posible por asegurarnos que la
persona esta muriendo con un estado mental positivo. Aún
si la persona no conoce las enseñanzas del Buda y por lo
tanto no puede practicar los métodos mencionados
anteriormente con determinación, podemos animar a la
persona para que muera con una mente tranquila. El estado mental
de la persona que esta muriendo es lo más importante. La
persona experimenta intensas emociones, sufrimiento, esta muy
agitada, nerviosa, temerosa y muy débil, todo esto
desestabiliza la mente. Debemos mostrar siempre gran gentileza en
nuestros gestos físicos y nuestras palabras, y debemos
evitar cualquier acción
o palabra que cause ira en la persona, o sentimientos de celos u
orgullo, o cualquier emoción que cause circunstancias
desfavorables en la muerte.

Al momento de morir, debemos evitar absolutamente el odio, la
rabia, los celos y el orgullo, y debemos asegurarnos que otras
personas no experimenten tales emociones al momento de su muerte.
Si por nuestra actitud o nuestras palabras inducimos a la rabia a
una persona que esta muriendo, la presencia de esa fuerte
emoción en el momento justo de la muerte crea un karma
negativo cuya consecuencia inmediata es un renacimiento en los
reinos
inferiores. Si nosotros somos la causa de esa emoción
somos los responsables de ese renacimiento bajo, lo que crea un
karma negativo para nosotros mismos. Por lo tanto debemos adoptar
modales gentiles y
cuidadosos con la persona que esta muriendo y debemos evitar
cualquier acción o palabra capaz de torturarlos. Si tal
actitud positiva es practicada hacia los moribundos, entonces al
momento de nuestra muerte evitaremos cualquier emoción
negativa que nos conduzca a un renacimiento en los reinos
inferiores.

¿Por que es tan importante el momento de la muerte? Ese
es el momento donde la mente esta libre de cualquier apego al
cuerpo y al mundo. La mente esta perfectamente desnuda,
completamente llena de consciencia vacía y por lo tanto
muy poderosa. El más pequeño pensamiento en ese
estado mental automáticamente tiene un enorme impacto. Si
ese pensamiento es una emoción, la mente es inmediatamente
trasladada a un reino basado en esa emoción. Mientras
estamos vivos no podemos entender lo que ese estado significa
porque no experimentamos la mente perfectamente desnuda. Estamos
constantemente conceptualizando el mundo y nuestro propio cuerpo,
así que nunca experimentamos la desnudez. Mientras estamos
vivos estamos constantemente agitados por pensamientos e ideas.
Estamos experimentando también un flujo constante de
distracciones externas. Una parte de esa agitación es
placentera, se ajusta a nuestra posición actual y no
genera ninguna reacción negativa en nuestra mente. Pero
otras situaciones pueden generar perturbaciones y confundir la
mente. Ya sea que disfrutemos o no de una situación es
importante no reaccionar con nuestro primer impulso. Debemos
aprender a evitar que nuestra mente sea influenciada por las
ideas y reacciones que surgen en ella misma. Debemos mejorar
nuestra vigilancia. Sea lo que sea que hagamos debemos permanecer
totalmente conscientes de lo que sucede en nuestra mente, de modo
que no reaccionemos automáticamente sin tiempo de pensar
cual es la mejor respuesta. Sin esa vigilancia una mente
negativa, crea circunstancias negativas que se convierten en
reacciones negativas, creando aún más karma
negativo. La única solución para salir de ese
círculo vicioso y evitar renacer en una vida llena de
sufrimientos es desarrollar una consciencia pura y una vigilancia
siempre presente.

Al momento de la muerte, ofrecemos nuestro cuerpo, habla y
mente y todas nuestras acciones positivas pasadas a todos los
seres, con el deseo de que satisfaga sus necesidades y los ayude
a alcanzar la iluminación. Entonces dejamos a la mente
descansar en la intención pura de renacer en la tierra de
Amithaba. Visualizamos al Buda Amithaba enfrente de nosotros para
ayudar a mantener esa idea en la mente. De hecho es el lama
raíz el que aparece bajo la forma de Amithaba. Lo
dibujamos muy claramente y desarrollamos una fuerte confianza en
su presencia. Le ofrecemos todas las riquezas obtenidas durante
nuestras vidas, todas nuestras pertenencias incluyendo nuestro
cuerpo, sin guardar nada para nosotros mismos, sin olvidar nada.
Estamos conscientes de que nuestros apegos son obstáculos
para un renacimiento en la tierra pura de Amithaba. Le ofrecemos
todo a Amithaba y nos sentimos libres de cualquier atadura a
nuestra vida que acaba de terminar.

Si continuamos experimentando apegos, nuestras antiguas
posesiones nos preocuparan después de la muerte. Tendremos
visiones de otras personas tomando nuestras posesiones, lo cual
producirá celos y nos aturdirá. Esas emociones nos
llevarán hacia reinos bajos de existencia. Urge entonces
ofrecer absolutamente todo, incluido nuestro cuerpo, a los Budas
para que no exista ningún obstáculo; de esta forma
nada genera apegos y nos aseguramos de seguir nuestro camino a la
liberación. Así que al momento de la muerte debemos
fijar nuestra mente en el deseo de alcanzar el Dewachen y enfocar
nuestra consciencia en ese objeto. Si mantenemos el deseo de
renacer en Dewachen, y estamos conscientes de la presencia de
Amithaba, nuestra consciencia naturalmente abandonará
nuestro cuerpo, e irá directamente a la tierra de
Amithaba. Nuestro renacimiento ocurre inmediatamente dentro de
una flor de loto en la tierra del Dewachen. Esa flor de loto se
abre y aparece para nosotros la tierra pura. Nuestro cuerpo no
esta hecho de carne y sangre sino de luz. Ese renacimiento
instantáneo que podemos llamar milagroso es de hecho
fácil de realizar.

Una vez que renacemos en la tierra pura de Dewachen
ningún esfuerzo es necesario. Todo lo que deseamos o
queremos aparece espontáneamente, sin necesidad de
trabajar o hacer algo. Si queremos ir a la tierra pura podemos
aparecer instantáneamente allí sin necesidad de
ningún sistema de
transporte.
Viajamos instantáneamente en el cuerpo espiritual. Podemos
también dejar el Dewachen para ayudar a las personas en el
bardo, donde van de una vida a otra en un estado de
confusión, podemos manifestarnos en ese estado intermedio
y seguir ayudando a las personas eficientemente. También
es posible reaparecer en los mundos ordinarios de los reinos
vivos para ayudar a los seres. Todas esas experiencias se
realizan sin sufrimiento y sin la necesidad de nacer o morir
porque estamos más allá de esos estados. En la
tierra pura del Dewachen constantemente escuchamos, memorizamos y
entendemos las enseñanzas directamente del Buda Amithaba.
Así automática y espontáneamente nos
volvemos Budas y Bodisatvas sin seguir el largo y complejo camino
de seguir los pasos uno por uno. Dentro del corazón de
Amithaba hay una esfera de luz que contiene a Guru Rinpoche. Del
corazón de Amithaba emergen una cantidad enorme de Guru
Rinpoches. Todos ellos actúan para beneficiar a todos los
seres en diferentes estados de existencia. De la mano derecha de
Amithaba surge una constante cadena de representaciones de
Chenrezig que actúan para el beneficio de todos. De su
mano izquierda millones de Taras Verdes fluyen para proteger a
las personas del temor y liberarlas del sufrimiento.

Debido a que realizamos algunas acciones negativas en nuestras
vidas pasadas renacimos en esta vida con un cuerpo hecho de
diferentes elementos cuya naturaleza produce sufrimiento. Eso
significa que nuestra vida actual es la realización de la
noble verdad del sufrimiento. Nuestra vida humana actual es muy
corta comparada con el tiempo que continuaremos en los ciclos de
renacimiento hasta que alcancemos la liberación.
Desarrollar la
motivación de renacer en el Dewachen en el momento de
la muerte es la manera más efectiva de evitar cualquier
posibilidad de renacer en esos estados de sufrimiento. En el
momento de la muerte debemos decidir cortar con cualquier apego a
esta forma de vida, a este sufrimiento que es nuestro cuerpo y
mente, e ir directamente al Dewachen. Eso detendrá
completamente el ciclo de existencias y el sufrimiento asociado a
el.

Esas explicaciones son un poco como abrir la puerta al
Dewachen. Para ir allí uno simplemente necesita seguir las
instrucciones que han sido dadas.

Lama Gendyn Rinpoche.

CLAVE DEL MANTRAM
FARAON

a.- Acostaos en vuestro lecho hermanos, repito acostaos. Es
bueno que os acostéis boca arriba.
¿Entendéis?

b.- Relajad vuestros músculos… ¿ya están
relajados?

c.- Cerrad vuestros ojos.

d.- Adormeceos.

e.- Vocalizad ahora el Mantram «FARAON», ese
Mantram maravilloso para

salir en cuerpo ASTRAL. Vocalizad así:

FAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA…
RAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA…
OOOOOOOOONNNNNNNNNNNNNN….

¿Ya vocalizastes?… Bien hermanos.

f.- Levanta tus rodillas, oye bien hermano, tus rodillas.
Quiero decirte

que dobles las piernas. Apoya la palma de los pies sobre la
cama. Claro

al hacer esta operación las rodillas quedan levantadas
verticalmente…

¿Verdad?. Repetir el Mantram nuevamente así:

FAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA…
RAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA…
OOOOOOOOONNNNNNNNNNNNNN….

Repetir este Mantram muchísimas veces. Podéis
vocalizarlo un poquito más suave y también
podéis vocalizarlo mentalmente. Adormeceos conservando
así las rodillas verticalmente, adormeceos hermanos
deberéis imaginar vivamente las pirámides de
Egipto…¿Entendido?. Esto no es trabajoso
hermanos, convénzase ustedes que esto no es trabajoso.
Evite toda tensión mental y adormézcase. El
resultado será espléndido. Usted envuelto en su
ASTRAL despertará allá en los mundos internos,
abandonad su cuerpo físico, sin saber a que hora, ni como.
¡Despertará así!…

Conscientemente en su ASTRAL allá adentro, adentro de
sí en cualquier país del mundo. Bien, creo que
usted ya entendió, voy ahora a explicar otros Mantrams
para salir en cuerpo ASTRAL. Escuchen, tengan confianza, es
necesario que ustedes pongan atención en lo que
están escuchando.

Samael Aun Weor – Conferencia El
Poder de los Mantrams

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