Resumen
La sociedad
cubana, se propone cada día el perfeccionamiento del ser
humano que se requiere para mantener sus conquistas y su Revolución. Por consiguiente, la
formación y desarrollo de
valores, es
una línea muy importante a seguir en este
sentido.
El presente trabajo aborda
los presupuestos
teóricos y metodológicos que se deben tener en
cuenta en la práctica educativa para acometer la tarea de
la
educación en valores partiendo de la
consideración de que los valores
son sumamente complejos pues se manifiestan en múltiples
planos de la realidad; lo que exige profundizar en su concepto, modos
de existencia y vías para contribuir a su formación
y desarrollo.
El ser humano es educado en correspondencia con los
intereses de la sociedad que lo forma y es preparado para su
incorporación social, lo que significa la creación
de un conjunto de influencias educativas que actúen sobre
él y propicien la formación y desarrollo de su
personalidad
en la dirección deseada. Esta es, a su vez, la
medida de la eficiencia del
aparato educacional creado al efecto.
Entre la educación y el
desarrollo
social existen complejos nexos, que condicionan la necesidad
actual de sistemas
educativos que den respuesta a las exigencias sociales del siglo
XXI, entre las que se impone la formación y desarrollo de
valores.
INTRODUCCIÓN
El proceso de
enseñanza–aprendizaje ha
sido históricamente caracterizado de formas diferentes que
van desde su identificación como proceso de
enseñanza, como un marcado acento en el papel central del
maestro como transmisor de conocimientos, hasta las concepciones
más actuales en las que se concibe el proceso de
enseñanza-aprendizaje como un todo integrado, en el cual
se pone de relieve el
papel protagónico del alumno. En este último
enfoque se revela como característica determinante la
integración de lo cognitivo y lo afectivo,
de lo instructivo y lo educativo, como requisitos
pedagógico y psicológico esenciales.
El proceso de enseñanza-aprendizaje tiene lugar
en el transcurso de las asignaturas escolares y tiene como
propósito esencial contribuir a la formación
integral de la
personalidad del alumno, constituyendo la vía
mediatizadora fundamental para la adquisición de
conocimientos, procedimientos,
normas de
comportamiento, valores legados por la
humanidad.
La adquisición de conocimientos y habilidades
contribuirá gradualmente al desarrollo del pensamiento, a
la formación de los intereses cognoscitivos y de motivos
para la actividad de estudio, siempre que esté bien
concebida. En este proceso de adquisición del conocimiento,
de interacción entre los alumnos, se dan todas
las posibilidades para contribuir a la formación de
sentimientos, cualidades, valores, a la adquisición de
normas de comportamiento, aspectos esenciales a los que debe
contribuir el desarrollo del proceso de enseñanza-
aprendizaje.
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