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Ansiedad (página 3)



Partes: 1, 2, 3

Intervención
Psicológica

 Métodos de confrontación la
ansiedad

1. Técnicas
de relajación:
Inducen distracción cognitiva y
habilidad para la reducción de la activación
ansiógena (Virues, 2005).

2. Entrenamiento
asertivo:
Dirigido a aumentar la habilidad de
autoafirmación del sujeto y la reducción de
inhibiciones conductuales (Virues, 2005).

3. Técnicas de exposición: Cuando es posible
identificar situaciones respectivas y frecuentes relacionadas con
la ansiedad, el sujeto puede aprender a enfrentarlas sin evitarla
(en vivo y/o en imaginación) de modo que se habitúe
a ellas y no confirme sus expectativas (Virues, 2005).

4. El modelo
cognitivo de la ansiedad generalizada (Modelo de Beck)
: Se
parte de la idea de que el sujeto a lo largo de su desarrollo ha
adquirido una serie de esquemas cognitivos referentes a las
amenazas que se activan en ciertas situaciones. Esa
activación pondría en marcha distorsiones
cognitivas y pensamientos automáticos referentes a
expectativas, imágenes
amenazantes, incapacidad percibida de afrontamiento (a nivel
cognitivo), que produciría a su vez la activación o
"arousal" emocional (a nivel conductual) (Virues,
2005).

Beck refiere que la percepción
del individuo es
incorrecta, estando basada en falsas premisas. Esas percepciones
se refieren a contenidos amenazantes sobre peligros para los
intereses del sujeto y su incapacidad para afrontarlos. Los
esquemas cognitivos subyacentes suelen ser
ideosincráticos, aunque son frecuentes los contenidos
temáticos referentes a amenazas sobre las relaciones
sociales, identidad
personal,
ejecución-rendimiento, autonomía y salud. Las distorsiones
cognitivas que aparecen en el trastorno por ansiedad generalizada
son (Virues, 2005):

  • Inferencia arbitraria – visión
    catastrófica:
    Consiste en la anticipación o
    valoración catastrófica, no basada en evidencias
    suficientes, acerca de ciertos peligros anticipados que se
    perciben como muy amenazantes por el sujeto.
  • Maximización: El sujeto incrementa
    las probabilidades del riesgo de
    daño.
  • Minimización: El sujeto percibe como
    muy disminuida su habilidad para enfrentarse con las amenazas
    físicas y sociales.

5. Método y
ejercicios mentales de Gold,
el cual consiste en (Virues,
2005):

  • La visualización e
    imaginación.
    La creación de imágenes
    mentales es una de las habilidades más importantes del
    pensamiento,
    pero lamentablemente también una de las menos
    desarrolladas en el ámbito de estudio. La capacidad de
    visualización es natural en toda persona y
    entrenarla nos permitirá mejorar nuestra capacidad
    creativa, además de memorizar a largo plazo cualquier
    concepto
    (Virues, 2005).
  • Imaginación sensorial
    (cenestésica).
    Los sentidos
    son nuestro medio de comunicación con lo que nos rodea.
    Personas con los sentidos desarrollados se destacan por ser
    más concientes de su entorno, poder
    concentrarse mejor, tener mayor capacidad de recepción
    de la información y, principalmente, sentirse
    más en contacto con la realidad. Esta habilidad, como
    las demás, también se puede entrenar (Virues,
    2005).
  • Imaginación sensorial (auditiva). La
    habilidad auditiva se puede desarrollar también a
    través de ejercicios mentales que, asociados con la
    capacidad de concentración y la memoria
    auditiva, permitirán mejorar nuestra capacidad para
    recordar y crear sonidos (Virues, 2005).

6. Método Silva. Esta técnica se
basa en hacer cuentas
regresivas mentalmente, así como en respiraciones
profundas. El contar hacia atrás mentalmente tiene dos
ventajas: la primera es que los números no se asocian a
ningún estímulo negativo. Son de los pocos símbolos que poseen un solo significado. El
otro beneficio en que, mediante la cuenta regresiva, podemos ir
bajando mentalmente de nivel, es decir, descender
fácilmente hasta el nivel Alfa (Virues, 2005).

"Siéntate cómodamente. Cierra los ojos
y toma consciencia de tu respiración. Durante unos minutos, no te
fijes más que en tu respiración. Inspira y espira
por la nariz, sin usar la boca. Toma aire lentamente
de manera que llegue primero a tu abdomen, luego a la parte baja
de los pulmones y, finalmente, a la parte alta de los mismos. Haz
una pausa. Luego, suelta el aire lentamente, por la nariz y
relájate"
(Virues, 2005).

Psicoterapia

La psicoterapia
consiste en hablar con un profesional entrenado en salud mental,
como un psiquiatra o psicólogo, para descubrir lo que
causó el trastorno de ansiedad y cómo hacer frente
a sus síntomas (National Institute of Mental Health,
2008).

Terapia Cognitivo-conductual

La terapia cognitivo-conductual (TCC) es muy útil
en el tratamiento de los trastornos de ansiedad. La parte
cognitiva ayuda a las personas a cambiar los patrones de
pensamiento que apoyan sus temores, y la parte conductual ayuda a
las personas a cambiar su forma de reaccionar ante situaciones
que provocan ansiedad (National Institute of Mental Health,
2008).

Por ejemplo, la terapia cognitivo – conductual puede
ayudar a las personas con trastorno de pánico
a saber que sus ataques de pánico no son realmente ataques
al corazón y
ayudar a las personas con fobia social a aprender a superar la
creencia de que otros están siempre viéndolos y
juzgándolos. Cuando las personas están dispuestas a
enfrentar sus miedos, se les muestra
cómo utilizar técnicas de exposición para
desensibilizarse ante las situaciones que desencadenan su
ansiedad (National Institute of Mental Health, 2008).

A las personas con trastorno obsesivo compulsivo que
temen a la suciedad y a los gérmenes, se les alienta a
tener sus manos sucias y esperar cada vez mayor cantidad de
tiempo antes
de lavarlas. El terapeuta ayuda a la persona a hacer frente a la
ansiedad que produce la espera y después de que el
ejercicio se ha repetido varias veces, la ansiedad disminuye; las
personas con fobia social pueden ser alentadas a pasar tiempo en
temidas situaciones sociales, sin ceder a la tentación de
huir, así como cometer pequeños errores sociales y
observar cómo las personas responden ante ellos. Dado que
la respuesta suele ser mucho menos dura que los miedos de la
persona, la ansiedad disminuye; las personas con trastorno de
estrés
postraumático pueden ser apoyadas recordando su evento
traumático en una situación segura, lo cual ayuda a
reducir el miedo que produce. Los terapeutas cognitivo
conductuales también enseñan a realizar
respiración profunda y otros tipos de ejercicios para
aliviar la ansiedad y fomentar la relajación (National
Institute of Mental Health, 2008).

La exposición a base de terapia cognitivo
conductual se ha utilizado durante muchos años para el
tratamiento de fobias específicas. La persona gradualmente
se encuentra con el objeto o situación a la que teme, al
principio sólo a través de fotografías o
cintas, y al final cara a cara. A menudo el terapeuta
acompaña a la persona ante la situación temida para
proporcionarle apoyo y orientación (National Institute of
Mental Health, 2008).

La terapia cognitivo conductual se lleva a cabo cuando
las personas deciden que están preparadas para ello, con
su autorización y cooperación. Para ser eficaz, la
terapia debe ser dirigida a la ansiedad de la persona y debe
adaptarse a sus necesidades (National Institute of Mental Health,
2008).

La terapia cognitivo conductual a menudo dura
aproximadamente 12 semanas. Puede ser realizada individualmente o
con un grupo de
personas con problemas
similares. La terapia de grupo es particularmente eficaz para la
fobia social. A menudo, se asignan "tareas" a los participantes
para realizar entre períodos de sesiones. Existen pruebas de que
los beneficios de la terapia cognitivo conductual duran
más que los de la medicación en personas con
trastorno de pánico, y esto también se da en el
trastorno obsesivo compulsivo, el trastorno de estrés
postraumático y la fobia social. Si se presenta una
recaída, la misma terapia puede ser utilizada con éxito
por segunda vez (National Institute of Mental Health,
2008).

La medicación puede ser combinada con
psicoterapia para los trastornos de ansiedad específicos,
y para muchas personas, éste es el mejor enfoque de
tratamiento (National Institute of Mental Health,
2008).

Medicación

Antes de tomar medicamentos para un trastorno de
ansiedad (National Institute of Mental Health, 2008):

• Un médico debe evaluar los efectos
normales y secundarios del medicamento.

• Un médico debe considerar si es adecuado
utilizar terapias alternativas a la par de la
administración del medicamento.

• Un médico debe considerar en qué
momento y en qué forma el medicamento puede ser
suspendido. Algunos medicamentos deben ser suspendidos
gradualmente bajo supervisión médica.

• Un médico debe determinar el tipo de
medicamento y la dosis adecuada para cada paciente.

• Es importante tener en cuenta que algunos
medicamentos sólo son eficaces si se toman con regularidad
y los síntomas podrían reaparecer si la
medicación se detiene.

Formas de hacer más eficaz el
tratamiento

Muchas personas con trastornos de ansiedad se benefician
uniéndose a grupos de
auto-ayuda o grupos de apoyo y compartiendo sus problemas y
logros con los demás. Hablar con un amigo de confianza
también puede ser de utilidad, pero no
es un sustituto para la atención de un profesional de salud mental
(National Institute of Mental Health, 2008).

Técnicas de manejo del estrés y
meditación pueden ayudar a las personas con trastornos de
ansiedad a calmarse y por otro lado, pueden potenciar los efectos
de la terapia. Existen evidencias de que el ejercicio
aeróbico puede tener un efecto calmante. Debido a que la
cafeína, ciertas drogas
ilícitas, e incluso algunos medicamentos para el resfriado
pueden agravar los síntomas de los trastornos de ansiedad,
éstos deben evitarse (National Institute of Mental Health,
2008).

La familia es muy
importante en la recuperación de una persona con un
trastorno de ansiedad. Lo ideal sería que la familia
apoyara, y no contribuyera a perpetuar los síntomas de su
ser querido. Además de esto, los miembros de la familia no
deben trivializar el desorden o la demanda de
mejora sin tratamiento (National Institute of Mental Health,
2008).

Estudio de
Casos

Caso 1

Datos personales y motivo de
consulta

Nombre y apellidos: M.B.F.

Edad: 19 años.

Residencia: Madrid.

Estado civil: soltera.

Estudios: realiza el primer curso de psicología.

Primera consulta: 9 de Enero de 1997.

El motivo de consulta se debe a las altas puntuaciones
obtenidas en la prueba I.S.R.A. cuando la utilizó en las
prácticas de la clase. Dice
ser una persona nerviosa, especialmente ante las demás
personas y cuando tiene que hacer algo en público o
conocer gente nueva (Pérez y Cano, 1998).

Breve historia
personal

En el momento de acudir a consulta M. es una chica de 19
años que está estudiando 1º semestre de
Psicología en la facultad, y que el año anterior
había estado
estudiando 1º semestre de Geológicas, estudios que
dejó porque "no estaba nada a gusto con la gente" que
encontró en esa facultad, si bien es cierto que hizo
algunas amigas, reconoce también que las materias a
estudiar le resultaban un poco duras y no demasiado atractivas,
después de los exámenes de junio sólo
había conseguido aprobar cuatro asignaturas, ni siquiera
la mitad, de las que tenía. En el verano decidió
cambiar de carrera y empezar con Psicología,
decisión que tomó a espaldas de su padre y por la
que se enfrentó a él, quién no creía
que Psicología fuese una carrera adecuada, especialmente
para su hija, para la que desearía algo más
relacionado con la economía, las ingenierías o materias
consideradas clásicamente científicas.
También realizaba estudios de piano, tenía hecho
hasta 6º de piano en el Conservatorio pero al empezar la
Universidad su
padre no la dejo seguir con esos estudios por lo que M. se vio
obligada a practicar por su cuenta, y pensaba en acudir a algunas
clases particulares con o sin el consentimiento de su padre,
aunque por otro lado reconocía estar perdiendo algo de
interés
por la música y
mantenía dudas sobre este tema (Pérez y Cano,
1998).

En Psicología se encontraba contenta, se
encontraba a gusto con el cambio, le
gustaban bastante las asignaturas que tenía y su
interés aumentaba; respecto a los compañeros
había encontrado un grupo agradable. Los fines de semana
salía con amigos de su barrio aunque también
mantenía relaciones con algunas ex-compañeras de
geológicas, y con otras de psicología. En ese
momento no salía con ningún chico. No se puede
decir que M. fuera una persona solitaria mantenía un buen
número de relaciones. Vive con su padre, su madre y su
único hermano y en casa no tenía una buena
relación, y aunque al principio lo negó, lo
reconoció más tarde, relatando la mala
relación con su padre en la cuarta sesión
(Pérez y Cano, 1998).

Evaluación

  1. CUESTIONARIO BIOGRÁFICO (Material de
    Prácticas Internas. Master en Intervención en la
    Ansiedad y el Estrés. UCM. 1997).
    Datos a
    destacar (Pérez y Cano, 1998):
  • El interés por seguir un tratamiento es
    moderado.
  • Describe su problema como un alto grado de
    nerviosismo y ansiedad, especialmente cuando tiene que
    realizar algo en público o cuando tiene que
    relacionarse con amigos o con gente nueva.
  • Su principal hobby es tocar el piano y la
    música, también le gusta ir a la
    montaña.
  • No trabaja, sólo estudia.
  • No tiene pareja y no informa de problemas
    sexuales.
  • La familia la componen su padre, su madre, cercanos
    a los 50, y su hermano, un año mayor que ella. La
    relación no es muy buena, sobre todo con el
    padre.
  • Alguna vez ha tenido miedo por la noche, estando
    sola.
  • Tiene problemas para autodescribirse.
  1. INVENTARIO DE SITUACIONES Y RESPUESTAS DE ANSIEDAD
    -I.S.R.A.
    El cuestionario
    se aplicó el 16 de enero de 1997 y los resultados
    obtenidos fueron los siguientes (Pérez y Cano,
    1998):
  • Sistema de respuestas: (ver Figura 1)
  • Cognitivo: Puntuación directa=173; Centil =
    99; Ansiedad extrema.
  • Fisiológico: Puntuación directa=
    74´5; Centil= 90; Ansiedad severa.
  • Motor: Puntuación directa=75; Centil=85;
    Ansiedad severa.
  • Total: Puntuación directa=323´5;
    Centil=95; Ansiedad severa.

Figura 1: Puntuaciones en el ISRA:
sistema de
respuesta y nivel general de ansiedad.

  • Rasgos Específicos: (ver Figura 2)
    (Pérez y Cano, 1998).
    • F I: Puntuación directa=118; Centil=90.
      Ansiedad severa.
    • F II: Puntuación directa=53; Centil=95.
      Ansiedad severa.
    • F III: Puntuación directa=49; Centil=75.
      Ansiedad severa.
    • F IV: Puntuación directa=15; Centil=65.
      Ansiedad severa.

Figura 2: Puntuaciones en el ISRA:
áreas situacionales o rasgos
específicos.

  1. ESCALA DE EVITACIÓN Y ANSIEDAD SOCIAL
    –SAD- (Watson, y Friend, 1969; versión
    española, Gil, 1981). El SAD da una medida no baremada
    de la ansiedad interpersonal y el resultado de la prueba
    muestra una puntuación de 21 sobre una
    puntuación posible total de 28, lo que es bastante
    coherente con el F-II de los Rasgos específicos del
    ISRA (Pérez y Cano, 1998).

    Nota: los tres cuestionarios sirvieron
    también para seleccionar ítems con los que
    trabajar de forma más concreta, como por ejemplo los
    siguientes (Pérez y Cano, 1998):

    • Ítem 18 del ISRA: cuando tengo que asistir
      a una reunión social o conocer gente
      nueva.
    • Ítem 11 del ISRA: Cuando pienso en
      experiencias recientes en las que me he sentido
      ridículo, tímido, humillado, sólo o
      rechazado.
    • Ítem 15 del SAD: generalmente estoy
      tranquilo cuando me veo con alguien por primera
      vez.
    • Ítem 9 del PRCS: no tengo miedo de
      enfrentarme a gente que me escuche.
  2. AUTOINFORME SOBRE LA SEGURIDAD
    DE HABLAR EN PÚBLICO –PRCS- (Paul, 1966;
    versión española, Gil, 1981). El PRCS da una
    medida no baremada de la ansiedad de hablar en público
    y el resultado de la prueba muestra una puntuación de
    24 sobre un total de 29 posible, también coherente con
    el F-I de los Rasgos específicos del ISRA que mide
    situaciones de evaluación pública (Pérez
    y Cano, 1998).

    La entrevista
    se utilizó como medio para conocer su historia, para
    ahondar en los primeros datos obtenidos a través del
    Cuestionario Biográfico, y para precisar en el relato
    de situaciones problemáticas concretas (Pérez y
    Cano, 1998).

    Con la
    entrevista se obtuvo el relato de aquellas situaciones
    que le habían resultado problemáticas en los
    últimos días, situaciones como por ejemplo,
    tener que hablar con alguien a quien acaba de conocer,
    presentar un trabajo en
    clase, tocar el piano en casa pudiéndola escuchar su
    padre o cualquier otra persona, aunque ésta no
    estuviese en la casa, etc. En el relato de estas situaciones
    el análisis que realizábamos pasaba
    por la clasificación en: (1) ideas o pensamientos que
    tenía, que eran del tipo de "voy a hacerlo muy mal",
    "seguro que
    piensa que soy tonta y no valgo para nada"; (2) las conductas
    que había hecho como no tocar el piano si su padre
    podía oírla, mantenerse al margen de la
    conversación cuando había alguien nuevo en el
    grupo de amigos; y (3), por último, las sensaciones
    fisiológicas que había notado en esas
    situaciones, como temblor de manos o músculos en tensión.
    También se analizaban los recursos
    de afrontamiento. Hay que decir que con la entrevista
    también se descubrió que a pesar de lo
    problemático que para ella eran situaciones que se
    realizaban en grupo, al llegar a consulta, algunas que
    podría haber evitado no las evitó, como por
    ejemplo, irse de excursión con gente que no
    conocía mucho, o presentarse como monitora para un
    grupo de prácticas de su clase; otras, como entrar
    sola en la cafetería o tocar ante gente, sí las
    evitaba (Pérez y Cano, 1998).

    Las áreas más problemáticas
    eran: actuaciones ante público numeroso, como hablar
    en clase o dar un concierto y relaciones personales con
    personas nuevas, con sus amigos y con su familia. En ninguna
    de estas situaciones se encontró un déficit en
    habilidades sociales, era asertiva y tenía un buen
    repertorio de habilidades (Pérez y Cano,
    1998).

  3. ENTREVISTA SEMIESTRUCTURADA.

    El objetivo
    fundamental de los autorregistros fue el de evaluar los
    pensamientos automáticos que acompañaban sus
    emociones
    negativas más intensas. El modelo básico que se
    siguió reflejaba el día y la hora, la
    situación, la emoción y los pensamientos
    automáticos que aparecían en ese momento.
    Además, los autorregistros incluían dos
    columnas en las que se valoraba el tanto por ciento de verdad
    que había en esos pensamientos automáticos en
    el momento de suceder la situación estresante y otra
    en la que valoraba ese % de verdad horas después;
    posteriormente esas columnas se sustituyeron por otra donde
    se planteaban pensamientos más racionales o realistas,
    esto favoreció el tratamiento (Pérez y Cano,
    1998). Ver Tabla 1.

    Tabla 1
    Ejemplo de autorregistro.

    DÍA Y
    HORA

    SITUACIÓN

    EMOCIÓN

    PENSAMIENTOS

    11-2-97

    En mi casa, le dije a mi padre
    que me quería apuntar a la Escuela Creativa de
    Música

    Odio, nervios y
    tristeza

    —————————-

    14-2-97
    22:00

    Con unas amigas de
    geológicas que me habían llamado para
    verme.

    Nerviosa

    – Se sienten obligadas a estar
    aquí.
    – No sé que les digo, las estoy
    aburriendo.

    16-4-97

    En prácticas de aprendizaje, tengo que hacerla delante
    de mi grupo

    Nerviosismo e
    insegura

    – No voy a ser capaz de coger
    la rata, se me va a caer.
    – No me van a entender.

  4. AUTORREGISTROS DE PENSAMIENTOS
    AUTOMÁTICOS
  5. AUTORREGISTROS DEL ENTRENAMIENTO EN
    RELAJACIÓN

Otro tipo de autorregistro se utilizó en el
entrenamiento en relajación, con él se
pretendía ver el desarrollo del entrenamiento comprobando
el número y la calidad de los
entrenamientos. Se controlaba el momento de inicio y el momento
final, el grado subjetivo de ansiedad antes de comenzar y el
grado subjetivo de ansiedad al finalizar el ejercicio de
relajación (Pérez y Cano, 1998).

Diagnóstico

Tras la evaluación, el diagnóstico se realiza a partir del Eje I
(Trastornos clínicos) del DSM-IV (1995) comprobando que la
información obtenida se ajusta a los criterios para el
diagnóstico de F40.1 Fobia Social [300.23] (Pérez y
Cano, 1998):

  1. Temor acusado y persistente por una o más
    situaciones sociales o actuaciones en público en las que
    el sujeto se ve expuesto a personas que no pertenecen al
    ámbito familiar o a la posible evaluación por
    parte de los demás. El individuo teme actuar de un modo
    (o mostrar síntomas de ansiedad) que sea humillante o
    embarazoso. Las altas puntuaciones en el ítem 18 del
    ISRA ("Cuando tengo que asistir a una reunión social o
    conocer gente nueva").
  2. La exposición a situaciones sociales temidas
    provoca casi invariablemente una respuesta inmediata de
    ansiedad, que puede tomar la forma de una crisis de
    angustia situacional o más o menos relacionada con una
    situación. Alta respuesta de ansiedad con fuerte
    temblor de manos cuando descubre que alguien la está
    escuchando tocar el piano.
  3. El individuo reconoce que ese temor es excesivo o
    irracional. Reconoce, por ejemplo, que es excesivo no entrar
    en la cafetería si va ella sola.
  4. Las situaciones o actuaciones en público
    temidas se evitan o bien se experimentan con ansiedad o
    malestar intensos. No tiende a evitar muchas situaciones,
    pero experimenta con intensa ansiedad.
  5. Los comportamientos de evitación, la
    anticipación ansiosa, o el malestar que aparece en la(s)
    situación(es) social(es) o actuación(es) en
    público temida(s) interfieren acusadamente con la rutina
    normal del individuo, con sus relaciones
    laborales (o académicas) o sociales, o bien producen
    un malestar clínicamente significativo.
  6. El miedo o el comportamiento de evitación no se deben a
    los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p.
    ej. drogas o fármacos) o de una enfermedad médica
    y no pueden explicarse mejor por la presencia de otro trastorno
    mental.

En el diagnóstico diferencial se hallarían
en el Eje II el Trastorno de Personalidad
por evitación, el Trastorno Esquizoide de la
Personalidad, así como del Eje I el Trastorno de
angustia con agorafobia, la Ansiedad generalizada y la Fobia
específica. Hay que decir también, que el punto en
el que el DSM-IV hace referencia a la ansiedad a hablar en
público, al terror a los escenarios y a la timidez como
eventos en los
que, si las personas que participan, no pertenecen al
ámbito familiar no se ha de diagnosticar fobia social a no
ser que el malestar o el deterioro en la vida del individuo sea
grande, el caso de M cumple ambos puntos: reacciones de ansiedad
también con familiares y gran malestar (Pérez y
Cano, 1998).

Conductas problema

Las principales conductas problema se refieren a sus
respuestas de ansiedad en las siguientes situaciones
(Pérez y Cano, 1998):

  • relaciones con sus amigas.
  • relaciones con gente a la que acaba de
    conocer.
  • actuaciones ante la clase.
  • tocar el piano con público, familiar o
    no.

La ansiedad en estas situaciones se caracteriza
fundamentalmente por la respuesta a nivel cognitivo, con
pensamientos deformados, destacando las distorsiones consistentes
en "interpretación del pensamiento", así
como ideas de inseguridad
(Pérez y Cano, 1998).

Modelo explicativo

Se elaboró un modelo explicativo desde el que se
aborda el desarrollo y mantenimiento
del problema (Pérez y Cano, 1998) (ver Figura
3).

Figura 3: Modelo
explicativo.

Objetivos terapéuticos

  • Mejorar la autoestima.
  • Cambiar los pensamientos deformados sobre ella misma
    y las relaciones con los demás.
  • Acabar con las conductas de
    evitación.
  • Reducir la respuesta de ansiedad en los tres niveles
    de respuesta.

Tratamiento

El tratamiento tuvo las siguientes fases (Pérez y
Cano, 1998):

  1. Entrega de información sobre el
    diagnóstico y el modelo explicativo, definiendo el
    problema y los objetivos.
  2. Reestructuración cognitiva, dirigida
    fundamentalmente hacia las ideas irracionales, y pensamientos
    automáticos, intentando cambiar sus sentimientos de
    inseguridad y buscando elevar, en definitiva, su autoestima.
    Uno de los pensamientos deformados que M presentaba de forma
    más continua era su persistente interpretación
    del pensamiento, de las personas con las que estaba, ya fuesen
    amigas de siempre o alguien a quien acabase de conocer, y que
    eran del tipo: "no le caigo bien" o "debe pensar que soy
    tonta", nos obligaba a trabajar en continuas reinterpretaciones
    más realistas y racionales. Los autorregistros,
    especialmente en las primeras sesiones, fueron de gran utilidad
    para seleccionar la situación concreta y los
    pensamientos deformados; por ejemplo, ver una situación
    en la que estando con unas amigas en la cola del teatro, al
    comprar las entradas se le cae el dinero y
    los tickets y M dramatiza con pensamientos como "toda la cola y
    la taquillera piensan que soy subnormal, y a mis amigas las
    estoy dejando en ridículo". En la búsqueda y
    modificación de estos pensamientos deformados se
    utilizaron técnicas que consistían en cuestionar
    sus evidencias, o encontrar momentos donde la propia realidad
    cuestionó sus creencias, como por ejemplo, el día
    que estuvo pensando toda la mañana que su
    compañera no había ido a clase para evitar ir
    después con ella a un concierto para el que ya
    habían quedado; al final, su compañera
    llegó justo antes de la hora de ir al concierto. En
    otras ocasiones hubo que trabajar con reatribuciones, o
    examinando consecuencias, ventajas y desventajas y
    desarrollando alternativas a demandas concretas,
    desdramatizando, utilizando intención paradójica,
    etc. En otras ocasiones se practicó la
    distracción como forma de evitar esos pensamientos. Las
    técnicas fueron variadas y secuenciadas, los
    pensamientos deformados estaban tremendamente arraigados y
    generalizados por lo que se hizo imprescindible insistir mucho
    y desde aproximaciones cognitivas diversas. También se
    utilizaron autoinstrucciones, así como la puesta en
    práctica de la solución de problemas, ante
    algunas situaciones muy concretas, como demandas a su padre y
    viajes. A lo
    largo de todo el tratamiento hubo un continuo análisis
    de los éxitos o mejoras y de los fracasos, ya que los
    avances eran lentos, valorando el grado de motivación y empeño puesto por
    ella, así como la eficacia de las
    diferentes técnicas empleadas.
  3. Entrenamiento en Relajación muscular:
    se comenzó utilizando el "entrenamiento en
    relajación muscular progresiva" de Jacobson que se
    alargó y le resultó difícil y a la que se
    añadió posteriormente el "entrenamiento
    autógeno de Schultz" que fue el que mejor se
    adaptó a M. El entrenamiento se realizaba durante
    algunas sesiones en la consulta y ella debía practicarlo
    en casa durante todo el tratamiento; en la consulta le
    resultaba mucho más difícil relajarse, por no
    estar sola, y en su casa, durante el entrenamiento de Jacobson
    M no practicó lo suficiente, fue con la
    relajación de Schultz cuando comenzó a sentirse
    más a gusto con la práctica, tanto en la consulta
    como en su casa.
  4. Exposiciones. Se aprovecharon algunas
    situaciones que iban a ocurrir, para la exposición,
    estas situaciones se escogían de mutuo acuerdo en la
    sesión, sólo aceptándolas cuando ella es
    veía capaz de realizarlas, entonces se preparaba la
    forma de afrontamiento, posibles consecuencias, etc. Se trataba
    de conductas como presentar algo en clase, proponer un viaje a
    un grupo de amigos que acababan de conocer o, simplemente,
    entrar en la cafetería ella sola y tomarse algo
    allí. Después la ejecución de estas tareas
    era evaluada conjuntamente en la siguiente
    sesión.

Desarrollo

El desarrollo de las sesiones, la evaluación y
las técnicas terapéuticas utilizadas puede verse en
la tabla siguiente (Tabla 2). La periodicidad de las sesiones fue
de una semana (Pérez y Cano, 1998).

Tabla 2
Desarrollo de las sesiones.

SESIÓN Nº

PROCESO TERAPEÚTICO

1 (9-1-97)

Entrevista inicial, Cuestionario
Biográfico

2

Entrevista semiestructurada, ISRA, SAD y
PRCS

3

Entrevista semiestructurada, devolución de
información, objetivos

4

Relajación Jacobson y modelo explicativo y
autorregistros pens.

5

Relajación J. y Reestructuración
cognitiva, autorregistros

6

Relajación J. y Reestructuración
cognitiva, autorregistros

7

Relajación J. y Reestructuración
cognitiva, autorregistros

8

Relajación J. y Reestructuración
cognitiva, autorregistros

9

Relajación J. y Reestructuración
cognitiva, autorregistros

10

Relajación de Schultz y
Reestructuración cog., autorregistros

11

Relajación de Schultz y
Reestructuración cog., autorregistros,
expos.

12

Reestruccturación cog., autoinstrucciones,
autorregistros, expos.

13

Reestruccturación cog., autoinstrucciones,
autorregistros, exposc.

14

Reestructuración cog, Solución de
probl, exposición.

15

Reestructuración cog, Solución de
probl, exposición.

16

Reestructuración cog. Solución de
probl., exposición

17

Reestructuración cog., mantenimiento,
generalización

18

Reestructuración cog., mantenimiento,
generalización

19(19-6-97)

Evaluación Post*

20(13-1-98)

Seguimiento. Evaluación Post.*

*Ese día tuvo un problema que le impidió
acudir a realizar la evaluación Post, por lo que la
realizó durante el verano, sin embargo los datos
utilizados como Post en la comparación Pre-Post son los
tomados en la sesión de seguimiento que reflejan un
mantenimiento de las ganancias terapéuticas (Pérez
y Cano, 1998).

Resultados

La propia paciente informa de la mejoría que ha
experimentado, sintiéndose satisfecha, opinión que
coincide con nuestras observaciones. M consiguió cambiar
sus pensamientos deformados y problemáticos de forma
bastante generalizada, ignorándolos cuando en ocasiones
reaparecían, consiguió también enfrentarse a
muchas de las situaciones que hasta entonces evitaba, dejó
de tratarse tan duramente y comenzó a quererse más.
Sus respuestas de ansiedad descendieron a niveles más
normales. En el ISRA descendió en los tres sistemas de
respuesta y en F-I, F-II, F-III, en rasgos específicos
(ver Figuras 4 y 5, y Tabla 3). En el SAD la puntuación,
sobre 28 posible, descendió de 21 a 16, y en el PRCS,
sobre un 30 posible, descendió de 28 a 20, descensos
importantes al tratarse de pruebas que utilizan una escala de
respuesta de verdadero-falso, mucho menos discriminante
(Pérez y Cano, 1998).

Tabla 3
Resultados en centiles de la evaluación Pre y Post
mediante el ISRA

 

COGNIT

FISIOLG

MOTOR

TOTAL

F- I

F- II

F- III

F- IV

PRE

99

90

85

95

90

95

75

65

POST

60

55

30

45

65

25

35

65

 

Figura 4:
Comparación Pre-Post en los tres sistemas de
respuesta y nivel general de ansiedad.

Figura 5:
Comparación Pre-Post en las cuatro áreas
situacionales o rasgos

Podemos concluir que la intervención fue un
éxito, ya que, además de la satisfacción que
la propia paciente nos mostró, también se
cumplieron los objetivos terapéuticos que ambas partes
fijamos de común acuerdo: M se siente ahora más
segura y se valora positivamente, no tiene sesgos negativos sobre
su conducta y sus
relaciones con los demás, finalizando con las evitaciones
sociales que realizaba. Respecto a sus niveles de ansiedad, los
datos Post de la evaluación realizada con el ISRA permiten
ver claramente el descenso que ha habido en los tres sistemas de
respuesta y en el nivel general de ansiedad. En las áreas
situacionales o rasgos específicos también se
aprecia un descenso, que es especialmente marcado en F-II,
precisamente el área en el que más se
trabajó y que evalúa aquellas situaciones de
interrelación con los demás. En F-IV, que se
refiere a las situaciones de la vida cotidiana, no se presentan
variaciones en los niveles de ansiedad, si bien es cierto que,
por un lado, los niveles que se encontraron en la
evaluación Pre de este factor no fueron excesivamente
altos. A la vez, la problemática familiar anteriormente
mencionada se ha mantenido presente a lo largo de toda la
intervención, influyendo esto claramente en la
evaluación Post de este factor; de igual manera, esta
problemática familiar no resulta especialmente relevante
dentro del trastorno de fobia social que fue el verdadero eje de
la intervención (Pérez y Cano, 1998).

Este caso, y la intervención llevada a cabo,
pueden ser un buen ejemplo de la eficacia que tiene la
utilización y adaptación de técnicas
cognitivas, y también de técnicas conductuales, al
tratamiento del trastorno de fobia social. Podríamos
finalizar destacando especialmente la importancia que tiene
centrar la aplicación de las técnicas cognitivas en
el elemento más característico y nuclear que se
presente en el trastorno y en el paciente, como en este caso era
ese sesgo interpretativo de carácter negativo de su conducta
(Pérez y Cano, 1998).

Caso 2

El caso clínico que se presenta a
continuación fue consultado en el hospital
psiquiátrico "Fray Bernardino Álvarez" (2008). Es
importante mencionar que la información presentada en este
documento es verídica, y por lo tanto, no muestra
ningún dato que permita identificar al paciente, ni violar
su privacidad.

Ficha de Identificación

Fecha de Internamiento: 28 de marzo del 2008.

Hora: 12:15 p. m.

Edad: 33 años.

Fecha de nacimiento: 24 de septiembre de
1974.

Sexo: femenino.

Nacionalidad: mexicana.

Ocupación: hogar.

Estado civil: unión libre.

Religión: católica.

Raza: mestiza.

Motivo de Consulta

"Ya no aguanto esta ansiedad, me quiero morir, ya no
soporto estar así" sic. pac.

Motivo de Internamiento

Ansiedad generalizada, negativismo parcial a
medicamentos, hiporexia, intentos suicidas, ideas suicidas y de
muerte,
heteroagresividad física.

Padecimiento Actual

Inicia padecimiento a los 25 años con crisis de
ansiedad generalizada, caracterizada por inquietud, desesperanza,
insomnio, hiporexia, diaforesis, taquicardias, por lo que se
atiende con Psiquiatra e inicia tratamiento no especificado,
abandonándolo meses después por sentir
mejoría. Debido a esto tuvo múltiples
recaídas y reinició en múltiples ocasiones
el tratamiento sin presentar intentos suicidas, ideas de muerte o
suicidas hasta hace un año, que intenta suicidarse tomando
pastillas no especificadas sin requerir
hospitalización.

Acude por primera vez a este hospital en diciembre del
2007 para establecer nuevamente manejo a base de citalopram y
tafil a dosis no especificada y posteriormente se refiere al
hospital Juárez donde continúa manejo. Ha tenido
mal apego al tratamiento, ya que lo abandona al sentirse mejor.
Inicia la última vez padecimiento con la presencia de
parestesias hemicorporales, insomnio, inquietud, negativismo
parcial a medicamentos y alimentos,
intentos suicidas usando un cuchillo, impidiendo lesiones el
esposo, ideas de muerte y desesperanza y motivo por el cual es
traída por su mamá.

Historia Familiar

Proviene de familia integrada funcional, madre de 64
años, con trastorno depresivo en tratamiento, padre de 65
años vivo, padece diabetes mellitas
2 en tratamiento, 6 hermanos aparentemente sanos y otro
más de 35 años con trastorno depresivo en
tratamiento en esta unidad.

Historia Personal

Desarrollo normal. PPM: callada, introvertida,
reservada, con pobre tolerancia a la
frustración.

Historia Escolar

Inicia preescolar a
los 6 años, cursa primaria sin reprobar ningún
año, excepto el sexto por problemas de salud, cursa
secundaria y la concluye sin ningún problema.
Aparentemente con buen aprovechamiento académico, cursa
dos años de carrera técnica de enfermería
y no la concluye por miedo de práctica como
enfermera.

Historia Psicosexual

Menarca a los 12 años, eumenorreica, ciclos de 28
x 7, colocación de DIU en el 2005, inicio de vida sexual
activa 24 años, parejas sexuales 2, nunca se ha realizado
el papanicolau.

Historia Ocupacional

Inicia su primer empleo como
cuidadora de personas mayores a los 19 años, tiempo
completo, dejando de trabajar hasta diciembre del 2007 por
sintomatología del padecimiento actual.

Tiempo Libre

Convivencia con amigas y novio, ver la
televisión.

Examen Mental

Paciente femenino de edad aparente a la
cronológica, de talla media, complexión
mesomórfica, en regulares condiciones de higiene y
aliño, posición libremente escogida, sin facias
características, alerta, inquieta y ansiosa, con actitud poco
cooperadora, sin marcha o movimientos anormales, orientada
globalmente, atención centrípeta,
comprensión disminuida, lenguaje de
tono, volumen y
velocidad
aumentada, coherente y congruente, discurso
espontáneo con ideas de muerte e ideas suicidas "ya me
quiero morir, ya no aguanto esta ansiedad, ya no puedo" sic.
pac., niega alteraciones en la sensopercepción, juicio
desviado, afecto ansioso, funciones
mentales superiores conservadas, psicomotricidad aumentada con consciencia de
enfermedad conservada y con parcial proyección a
futuro.

Diagnóstico

Trastorno de ansiedad generalizada, intento suicida
reciente.

Fundamentación

Paciente femenina de 33 años que inicia
padecimiento desde hace 8 años cursando con crisis de
ansiedad manifestada por insomnio, hiporexia, inquietud,
desesperanza, diaforesis, taquicardia, tratada con psiquiatra
pero con múltiples recaídas por abandonar
tratamiento, último cuadro de ansiedad agregándose
parestesias hemicorporales e ideas e intentos
suicidas.

Tratamiento

Actualmente la paciente recibe tratamiento
psiquiátrico a base de citalopram y tafil, además
de recibir tratamiento psicoterapéutico.

Caso 3

Resumen

En el presente trabajo se analizan los planteamientos
actuales acerca del tratamiento de la ansiedad generalizada. Se
describe detalladamente el paquete terapéutico utilizado
en un caso que presentaba esta problemática, y se informa
además de la evolución de la paciente desde el inicio al
final del mismo (Benedito y Botella, 1992).

Palabras clave: Ansiedad generalizada;
Tratamiento psicológico.

El trastorno de ansiedad generalizada se caracteriza por
una ansiedad y preocupación inmotivadas y excesivas
respecto a dos o más circunstancias de la vida, que se
manifiesta como un sentimiento de ansiedad persistente, insidioso
y generalizado pero sin los síntomas específicos
que caracterizan los trastornos fóbicos, el trastorno por
ataques de angustia o el trastorno obsesivo-compulsivo (Benedito
y Botella, 1992).

La literatura médica
distingue entre "los estados de ansiedad" puros y otros
trastornos emocionales. Las fobias, se diferencian del puro
estado de ansiedad en que los síntomas no parecen estar
relacionados con un estímulo específico (Woolfolk,
y Lehrer, 1985 citado en Benedito y Botella, 1992).

La ansiedad, síntoma básico de este
trastorno, por lo general se acompaña de sensación
de tensión interna y dificultad para relajarse (Benedito y
Botella, 1992).

Es frecuente la hiperactividad del sistema nervioso
autónomo; los pacientes suelen quejarse de cefalea,
inestabilidad, visión borrosa, disminución de la
salivación, sudoración excesiva, molestias
estomacales, nauseas, taquicardia, mayor frecuencia de las
micciones, hormigueos en los miembros, dolores musculares,
fatigabilidad precoz, insomnio, irritabilidad, sentimiento de
zozobra, impaciencia, preocupación y aprensión
(Ayuso, 1988 citado en Benedito y Botella, 1992).

En el presente trabajo se aplicó el programa de
tratamiento de Barlow (Barlow y Cerny, 1988) que recoge los
planteamientos actuales sobre el tratamiento de la ansiedad
generalizada y en el que se incluyen diversos procedimientos
para trabajar con cada uno de los componentes de la ansiedad:
fisiológico, cognitivo y comportamental (Benedito y
Botella, 1992).

Con respecto al primero, la ansiedad conlleva un
incremento del arousal fisiológico del sistema
autónomo, que está asociado a sensaciones,
sentimientos o síntomas, experimentados como amenazadores;
sin embargo, sólo son sensaciones y no son necesariamente
peligrosas, puesto que la ansiedad implica reacciones corporales
normales (Benedito y Botella, 1992).

El componente cognitivo, se refiere a la influencia de
nuestros pensamientos, creencias y expectativas sobre nuestro
estado de ánimo y nuestra conducta. Habitualmente no
respondemos a las situaciones sino a las interpretaciones o
valoraciones que hacemos de las mismas. De este modo, etiquetamos
nuestras experiencias pero las interpretaciones no son siempre
adecuadas y exactas (Benedito y Botella, 1992).

El último componente de la ansiedad, el
comportamental, hace referencia a la capacidad de la ansiedad
para desorganizar la conducta de una persona provocando
evitación, escape o disminuyendo el grado de eficacia
(Benedito y Botella, 1992).

De acuerdo con el modelo de Barlow sobre la ansiedad, su
tratamiento integra tres tipos de estrategias:
exposición, relajación y cognitivas, que
permitirán al paciente afrontar respectivamente el
componente comportamental de la ansiedad, el fisiológico y
el cognitivo (Benedito y Botella, 1992).

Historia Clínica

La paciente es una mujer de 22
años, soltera, de clase media. Acudió a terapia
porque presentaba desde hacía dos años una
constante preocupación por sus estudios y su futuro
profesional que se acompañaba de dolores musculares
localizados fundamentalmente en el cuello, sudoración en
las manos, sequedad de boca, sensación de tensión
en el estómago, y palpitaciones. Había estado
recibiendo tratamiento farmacológico por sus problemas de
ansiedad y había acudido a un fisioterapeuta a causa de
sus dolores musculares. No presentaba antecedentes de problemas
de salud físicos o psicológicos (Benedito y
Botella, 1992).

En el momento en que solicitó ser atendida, su
problema se había agudizado al iniciar el último
año académico de carrera, e informó que se
encontraba seriamente incapacitada a nivel académico y
social debido a la preocupación constante, excesiva e
injustificada sobre sus estudios universitarios y su futuro
profesional. Aún cuando ella misma reconocía que
respecto a su rendimiento académico, de hecho no
existía una situación que pudiera ser calificada
como problemática (Benedito y Botella, 1992).

Descripción del Tratamiento y Procedimiento
Terapéutico

El paquete terapéutico de Barlow, que se
empleó en la presente investigación, aparece estructurado por
sesiones, con el contenido que se diseñó para cada
una de ellas, en la Tabla 1 (Benedito y Botella,
1992).

Sesión de
Evaluación

Una vez estuvo realizada la anamnesis clínica, se
dedicó una sesión, previa al inicio del
tratamiento, a evaluar de forma más pormenorizada el
problema de ansiedad que la paciente presentaba. Se estudiaron
los pensamientos que más le habían preocupado
durante la semana, durante cuánto tiempo estaban
presentes, qué grado de tensión le
producían, qué sensaciones corporales los
acompañaban, qué conductas realizaba, en qué
grado le limitaba su ansiedad y qué influencia
tenía el problema en sus áreas vitales (Benedito y
Botella, 1992) (Benedito y Botella, 1992).

Del mismo modo, se exploraron las situaciones de mayor
ansiedad, los moduladores de las mismas, las épocas
mejores y peores, la actitud de las personas cercanas a la
paciente, las creencias que tenía acerca de la causa de su
problema, y los objetivos que se proponía con el
tratamiento (Benedito y Botella, 1992).

1ª Sesión de
Tratamiento

Durante esta sesión, se informó a la
paciente sobre la ansiedad en general y sobre su problema
concreto de
ansiedad generalizada, analizando las manifestaciones
típicas de la ansiedad utilizando los ejemplos de la
propia experiencia de la paciente. A continuación, se
explicaron a la paciente los diversos componentes del tratamiento
que se le iba a aplicar: fisiológicos, cognitivos y
comportamentales (Benedito y Botella, 1992).

Así, se le explicó que para eliminar las
respuestas fisiológicas de la ansiedad se le
entrenaría en diversas técnicas de
relajación, para hacer frente al componente cognitivo de
la ansiedad se utilizarían técnicas cognitivas, y
por último para modificar sus respuestas conductuales ante
la ansiedad, se utilizarían técnicas de
exposición (Benedito y Botella, 1992).

Al finalizar la sesión se le entregó
material escrito sobre la ansiedad y su manejo para que lo leyera
y se familiarizara con su contenido (Benedito y Botella,
1992).

2ª Sesión de
Tratamiento

Durante esta sesión se comentó la peor
situación de ansiedad que la paciente había
experimentado analizando su comienzo, los síntomas, los
pensamientos y las predicciones que la paciente hizo. Con este
ejemplo se pretendió que la paciente identificara la
influencia que sus cogniciones tenían sobre su ansiedad,
se discutieron las características de sus pensamientos y
se le enseñó a registrar las sensaciones y los
pensamientos que tenía a lo largo de la semana (Benedito y
Botella, 1992).

A continuación, se introdujo la relajación
explicando su utilidad, la necesidad de practicarla y el
procedimiento de tensión y relajación muscular que
se seguiría con 16 grupos musculares. La paciente estaba
reticente y dudaba de la efectividad de la relajación en
su caso, puesto que en otras ocasiones lo había intentado
sin éxito y, además, los esfuerzos frustrados de
relajarse incrementaban aún más su nivel de
ansiedad. Para evitar la ansiedad de ejecución, no le
pedíamos que se relajase sino que aprendiese la secuencia
y siguiera los pasos que se le iban indicando (Benedito y
Botella, 1992).

Al finalizar la relajación la paciente
manifestó su sorpresa verbalizando que no pensaba que
pudiera conseguir ese grado de relajación. Se
aprovechó esta situación para indicarle la
importancia de la práctica dos veces al día que
potenciaría enormemente los beneficios (Benedito y
Botella, 1992).

Antes de concluir la sesión se le entregó
el registro de
pensamiento y se le pidió que concluyera la lectura del
material que se le había proporcionado la semana anterior
(Benedito y Botella, 1992).

3ª Sesión de
Tratamiento

Se revisaron los registros, y se
comentó la lectura del
material. Seguidamente se introdujo la técnica de explorar
estrategias alternativas utilizando ejemplos que la paciente
había anotado en sus registros, preguntándole por
la evidencia de sus pensamientos, pidiéndole explicaciones
alternativas, y discutiendo las pruebas que tenía sobre la
certeza de sus cogniciones (Benedito y Botella, 1992).

A continuación, se pasó al entrenamiento
en relajación con los 16 grupos musculares pero
introduciendo la discriminación de distintos niveles de
tensión en varios grupos musculares, explicando a la
paciente la importancia de distinguir los diferentes grados de
tensión para poder reducirlos e identificarlos cuando se
mantienen a niveles bajos. Como en la sesión anterior, se
le entregaron los registros y se le indicó la importancia
de la práctica de los ejercicios de relajación
(Benedito y Botella, 1992).

4ª Sesión de
Tratamiento

Se inició la sesión revisando los
registros y analizando cognitivamente sus pensamientos, mientras
se le explicaban los errores lógicos más comunes
que se producen en situaciones de ansiedad (error de evidencia,
sobregeneralización, certeza versus probabilidad,
pensamiento absolutista) y la forma de analizarlos (Benedito y
Botella, 1992).

En esta sesión se acortó la secuencia
seguida en la relajación reduciéndola a 8 grupos
musculares y manteniendo la discriminación en dos de ellos. Se le
asignaron como tareas la práctica diaria de la
relajación en discriminación, y los registros
cognitivos para detectar pensamientos y errores lógicos
(Benedito y Botella, 1992).

5ª Sesión de
Tratamiento

Al revisar los registros, se discutieron y debatieron
los pensamientos de la paciente, viendo las alternativas que
planteaba, comprobando si con ello se modificaba su nivel de
ansiedad, y pidiéndole que nos convenciera de sus
pensamientos irracionales. Se introdujo otro grupo de estrategias
cognitivas como la descatastrofización, los factores de
auxilio, los experimentos
conductuales, y la reatribución. En cuanto al componente
de relajación, se mantuvieron los 8 grupos musculares con
discriminación, y se le indicó que la practicara
durante la semana en distintas posturas y diferentes lugares para
favorecer la generalización (Benedito y Botella,
1992).

6ª Sesión de
Tratamiento

Se inició la sesión como era habitual
revisando los registros de la paciente, analizando los
acontecimientos estresantes, los pensamientos irracionales que
les acompañaban y las posibles alternativas existentes,
cuestionándole mediante preguntas sus conclusiones
erróneas. La relajación se practicó en esta
ocasión con el mismo contenido que la semana anterior pero
estando la paciente de pie y caminando (Benedito y Botella,
1992).

En esta sesión se introdujo el componente de
exposición del tratamiento analizando las situaciones que
le creaban ansiedad y las sensaciones que actuaban como indicadores de
esta ansiedad. Se realizaron unos ensayos de
imaginación y visualización con escenas neutras, y
se estructuró la jerarquía de escenas estresantes
que se muestran en la Tabla 2 (Benedito y Botella,
1992).

Tabla 2. Jerarquía de escenas
estresantes

1ª ESCENA

Estoy en casa, he terminado los exámenes, han
salido las notas y todo ha resultado más o menos como
esperaba; tengo todas las vacaciones por delante, pero he
suspendido una asignatura. A medida que pasa el tiempo, veo que
pasan los días sin que estudie, estoy cansada y abatida,
no dejo de repetirme que tengo que estudiar, apenas salgo de
casa, no disfruto de las vacaciones y la mayor parte del tiempo
la dedico a dormir.

2ª ESCENA

Ha comenzado un nuevo curso académico, llego a la
Facultad, voy conociendo las fechas de los exámenes,
están muy poco distanciados entre sí, veo todos los
libros y los
largos temarios de las asignaturas, empiezo a sentirme agobiada
pensando que seguro que este año me va peor que el
anterior. Conforme avanza el curso, mi ansiedad aumenta, los
exámenes se aproximan, me siento triste, cansada y sin
ganas de hacer nada. Llegan las vacaciones de Navidad, no
disfruto, paso la mayor parte del tiempo estudiando, me siento
cansada y dedico muchas horas a dormir por no pensar. Al volver a
la facultad en el mes de Enero, siento que no puedo abarcar todos
los exámenes que voy a comenzar.

3ª ESCENA

Queda una semana para el primer examen, siento que tengo
muy poco tiempo y que no podré prepararlo. Este
pensamiento se me repite constantemente, tengo dolores musculares
intensos, paso prácticamente todo el día delante de
los libros pues cualquier otra actividad me parece que es perder
el tiempo, me encuentro nerviosa, con cambios de humor y bastante
irritable, no me relaciono con mis compañeras de piso, y
tan sólo pienso en estudiar y en el examen. Por las noches
tengo muchas dificultades para dormir, siento molestias
estomacales, cansancio y tristeza.

4ª ESCENA

Mañana me examino, estoy en mi habitación,
repasando la materia, no
puedo revisar todo lo que me gustaría, me duele mucho el
hombro, el cuello y las piernas, y siento mucha sequedad de boca.
Constantemente pienso que no va a salirme bien el examen porque
no lo llevo suficientemente preparado, estoy muy tensa, los
dolores musculares aumentan, mi boca está cada vez
más seca. La relación con mis compañeras
empeora, no hablo con ellas, estoy triste, cansada,
melancólica y deprimida, me siento irritable, todo lo hago
muy deprisa y sin atención porque sólo me importa
el examen, y me molesta no poder quitarme de la cabeza esta
idea.

5ª ESCENA

Estoy sentada en el aula momentos antes de que el examen
comience, siento el clima de
nerviosismo de la gente y esto hace que mi ansiedad se
incremente, tengo mucha sed, me tiemblan las piernas y me siento
muy débil. Los profesores empiezan a repartir los
exámenes, siento un nudo en el estómago que llega
incluso a dolerme, mi respiración es muy acelerada y estoy
extremadamente nerviosa. He terminado el examen, salgo del aula y
empiezo a comparar preguntas con mis compañeras, veo que
algunas respuestas no me coinciden con las suyas, estoy nerviosa,
triste y malhumorada, continúa el nudo en el
estómago y me siento mal.

6ª ESCENA

Quedan pocos días para que salgan las notas,
continuamente pienso en si habré aprobado o no, me cuesta
conciliar el sueño por las noches y me despierto
sobresaltada soñando que he suspendido el examen, intento
recordar las preguntas y las respuestas que di estoy cansada y
angustiada.

7ª ESCENA

Voy subiendo las escaleras para ver la nota del examen,
el corazón me late muy deprisa, tengo las piernas muy
débiles, la boca seca y estoy muy nerviosa. Veo a lo lejos
del pasillo las notas colgadas en la pared, siento un gran
sobresalto, mientras me acerco y me busco en las listas, pienso
que habré suspendido, me encuentro muy mal estoy muy
ansiosa, tengo temblores y sudoración.

 

Al finalizar la sesión se le encomendaron como
tareas la habitual práctica de la relajación de pie
y caminando, los registros de pensamientos, ensayos en
imaginación de escenas neutras o agradables y que revisara
la jerarquía que se había construido durante la
sesión para completarla o modificarla si lo creía
oportuno (Benedito y Botella, 1992).

7ª Sesión de
Tratamiento

La paciente acudió a la terapia muy alterada,
disgustada y llorando porque acababa de conocer un suspenso en
uno de sus exámenes. Debido a su estado de ánimo se
decidió dedicar la sesión a discutir las
verbalizaciones que la paciente hacía sobre el
acontecimiento que le había desanimado y sobre su
situación. Se le hicieron ver los errores lógicos
que estaba cometiendo, se le cuestionaron todos ellos
formulándole preguntas y se le sugirió que los
corrigiera en voz alta uno a uno durante toda la sesión.
Al finalizar, informó que se encontraba mucho mejor y esta
experiencia supuso un gran avance para la terapia (Benedito y
Botella, 1992).

8ª Sesión de
Tratamiento

Se revisaron en primer lugar las tareas semanales, y se
introdujeron las autoinstrucciones explicando a la paciente en
qué consistían, cómo y cuándo
emplearlas y la utilidad de las mismas (Benedito y Botella,
1992).

A continuación, se le explicó la
influencia de la respiración en las sensaciones corporales
y la utilidad de la respiración lenta, para ello se le
pidió que respirara rápidamente durante tres
minutos experimentando las consecuencias, y a continuación
se le enseñó la respiración
diafragmática y la respiración lenta para
demostrarle como se reducían las sensaciones desagradables
provocadas por el ritmo de respiración acelerado (Benedito
y Botella, 1992).

La última parte de la sesión, se
dedicó a practicar la relajación con 4 grupos
musculares y a visualizar la primera escena de la
jerarquía utilizando la relajación y las
estrategias cognitivas aprendidas para hacer frente a la
ansiedad. En el primer ensayo, la
paciente experimentó 8 USAS (unidades subjetivas de
ansiedad), sequedad de boca, sudoración y taquicardia, y
verbalizó que la experiencia le había resultado muy
desagradable, se le animó a utilizar las estrategias que
había aprendido y al realizar un nuevo ensayo bajó
a 4 usas al utilizar la relajación. En un tercer intento
consiguió utilizar autoinstrucciones y bajó a 3,
después subió a 4, y en los últimos ensayos
que empleó tanto la relajación como las estrategias
cognitivas los niveles fueron de 3, 1, 1, 0, y 0 usas. (En la
Tabla 3 ofrecemos los ensayos que se realizaron en cada una de
las escenas, y los niveles subjetivos de ansiedad encontrados).
Se le recordaron las tareas semanales y se incorporó en
ellas la práctica en imaginación de la 1ª
escena de la jerarquía y la autoexposición con
tareas accesibles y significativas para la paciente (Benedito y
Botella, 1992).

9ª Sesión de
Tratamiento

Se revisó la realización de las tareas
semanales y se introdujo en el componente cognitivo, la
detención del pensamiento y las técnicas de
distracción realizando una demostración para que la
paciente experimentara los efectos de estas técnicas
(Benedito y Botella, 1992).

El siguiente paso fue enseñarle un nuevo
procedimiento de relajación, la relajación por
evocación, que se realizaría sin tensar previamente
los distintos grupos musculares, sino simplemente recordando las
sensaciones de relajación (Benedito y Botella,
1992).

Cuando la paciente estuvo relajada, se realizó el
control de la
1ª escena de la jerarquía, y se comenzó la
visualización de la segunda que empezó
vivenciándola con 4 usas, luego subió a 6 pues
consiguió imaginarla más vívidamente y no
utilizó ninguna estrategia. En el
siguiente ensayo se le recordó la utilidad de la
relajación y las estrategias cognitivas que la paciente
fue capaz de utilizar, asignando a este ensayo 3 usas, en el
siguiente 2, y en los sucesivos: 2, 1, 2, 1, 0 y 0 (Benedito y
Botella, 1992).

Como tareas semanales se asignó la
relajación por evocación, los registros cognitivos,
la visualización de la escena que se había
trabajado durante la sesión y experimentos conductuales
para probar las estrategias aprendidas con experiencias en vivo
(Benedito y Botella, 1992).

10ª Sesión de
Tratamiento

Se inició la sesión revisando los
registros cognitivos y el resto de tareas asignadas. A
continuación se relajó a la paciente mediante el
método de evocación, se realizó el control
mediante el método de evocación, se realizó
el control de la 2ª escena y se inició la
visualización de la 3ª con 6 usas, luego, 5, 4, 5 y 6
informando en este ensayo la paciente que era incapaz de utilizar
los pensamientos de afrontamiento y que sentía un intenso
dolor en el cuello, se abandonó la escena y se dedicaron
unos minutos a distensar el cuello y recuperar la
relajación. A continuación, se repitió la
visualización volviendo el dolor muscular, con lo cual se
abandonó la escena y se dedicaron los últimos
minutos de la sesión a la relajación (Benedito y
Botella, 1992).

11ª Sesión de
Tratamiento

Se analizaron los registros y las tareas realizadas, y a
continuación, se introdujo la relajación
condicionada explicando a la paciente que consistía en
asociar la palabra relax en cada expiración hasta que con
sucesivas repeticiones se lograra el estado de
relajación (Benedito y Botella, 1992).

Cuando la paciente estuvo relajada mediante este
procedimiento, se retomó la 3ª escena y valoró
los niveles de ansiedad en cada ensayo de la siguiente forma: 4,
3, 3, 4, 4, 3, 3, 1,0 y 0 usas. En todas las presentaciones
informó de haber utilizado la relajación y las
estrategias cognitivas (Benedito y Botella, 1992).

Como siempre se le asignaron tareas semanales de
registros, presentación en imaginación de las
escenas que habían sido trabajadas en la sesión, y
relajación condicionada en distintas situaciones de
ansiedad moderada (Benedito y Botella, 1992).

12ª Sesión de
Tratamiento

El contenido de esta sesión fue similar al de la
anterior, se revisaron las tareas, se practicó la
relajación condicionada y se continuó con la
visualización de la jerarquía realizando el control
de la 3ª escena e iniciando la presentación de la
4ª que requirió muy pocos ensayos que la paciente
valoró con las siguientes usas: 4, 3, 1, 3, 2, 1, 0 y 0.
Puesto que esta escena fue superada rápidamente, se
comenzó la visualización de la 5ª que
todavía fue superada con más facilidad, precisando
tan sólo de cinco ensayos cuyos valores en
usas fueron: 4, 3, 1,0 y 0 (Benedito y Botella, 1992).

La sesión terminó estando la paciente muy
contenta de su rápido progreso y se le recordó la
importancia de seguir con la práctica de los registros, la
relajación y la exposición en tareas de elevada
ansiedad utilizando las habilidades aprendidas (Benedito y
Botella, 1992).

13ª Sesión de
Generalización

Se comenzó la sesión revisando las tareas
y evolución de la paciente, se repitió la
relajación condicionada y se retomó la
jerarquía de escenas haciendo un control de las escenas
4ª y 5ª para después iniciar la
exposición de la 6ª sesión con los siguientes
niveles de usas en cada ensayo: 3, 3, 1, 2, 0, 0. Al encontrarse
la paciente en buena disposición de abordó la
7ª y última escena de la jerarquía que fue
superada en seis ensayos con valores en usas de: 4, 2, 1, 1, 0 y
0 (Benedito y Botella, 1992).

La paciente verbalizó su sorpresa al superar las
escenas con facilidad y utilizar de forma tan efectiva las
estrategias que había aprendido, también
comentó el cambio que en ella habían apreciado
personas cercanas y la propia experiencia que ella tenía
de su evolución. Se aprovechó su motivación
para valorar su esfuerzo y animarle a seguir practicando para
progresar e incrementar los beneficios terapéuticos
(Benedito y Botella, 1992).

14ª Sesión de
Generalización

Se analizaron los registros y las tareas realizadas
durante la semana y se abordaron las estrategias para seguir
progresando después de la terapia valorando cada
situación que implicara ansiedad como una oportunidad para
mejorar las habilidades. Se le pidió que analizara las
situaciones que en el futuro pudieran resultarle
problemáticas puesto que debía estructurarse la
exposición ante ellas. Asimismo, se le sugirió que
sería conveniente que enseñara las estrategias
aprendidas a otras personas, contestando la paciente que por
iniciativa propia ya lo estaba haciendo (Benedito y Botella,
1992).

A continuación, se repitió la
relajación condicionada y se realizó el control de
las dos últimas escenas que seguían a nivel de 0
usas. Con lo cual, se terminó la sesión insistiendo
de nuevo en la práctica de las habilidades (Benedito y
Botella, 1992).

15ª Sesión de Generalización y
Finalización

Se analizaron los registros (en la Tabla 4 resumimos los
registros de ansiedad y los síntomas presentados por la
paciente en cada sesión), las tareas y el progreso de la
paciente, y se programó la práctica en
generalización viendo las áreas no trabajadas, el
modo de exposición ante ellas y abordando la
prevención de recaídas (Benedito y Botella,
1992).

16ª Sesión de Generalización y
Finalización

Después de analizar las tareas realizadas, se
insistió de nuevo en la importancia de aplicar las
técnicas para que la mejoría se incrementara, se
abordó el problema de las recaídas y se
analizó la evolución de la paciente desde el
principio de la terapia, reconociendo ella misma los beneficios
conseguidos mediante la terapia, recordando las habilidades que
había aprendido y la utilidad de las mismas (Benedito y
Botella, 1992).

Antes de terminar, se le pidió que imaginara una
situación ansiógena, que la analizara
cognitivamente y que explicara los modos que tenía para
hacerle frente. Junto a las tareas que habitualmente se le
recomendaban, se le formularon una serie de preguntas para que
las reflexionara y las comentara en la siguiente sesión.
Las cuestiones que se le plantearon hacían referencia a la
definición de la ansiedad, sus manifestaciones y sus
efectos, los pensamientos que más le habían
preocupado con sus evidencias a favor y en contra, las
situaciones futuras para ir afrontando y el modo de combatir la
ansiedad en ellas, y las técnicas aprendidas en la terapia
que más le habían ayudado (Benedito y Botella,
1992).

17ª Sesión de Generalización y
Finalización

Se revisaron las tareas asignadas y las preguntas
formuladas en la sesión anterior, se abordó de
nuevo el tema de las recaídas recordándole las
armas que
tenía para hacerles frente y reflexionando sobre su
situación presente que no era más favorable que
cuando inició el tratamiento, puesto que estaba más
próximo el final de su carrera e incluso no tenía
garantía de aprobar todas las asignaturas en los primeros
exámenes, y sin embargo, estaba viviendo sin la ansiedad
del pasado, circunstancias objetivamente más
difíciles. Se le preguntó si sería capaz de
hacer frente a una futura situación de elevada ansiedad y
se le preguntaron los modos que tenía de hacerlo.
Finalmente, se concluyó esta última sesión
felicitando a la paciente por sus logros y animándole a
seguir progresando en el futuro (Benedito y Botella,
1992).

CONCLUSIÓN

Como se puede observar en las tablas que se adjuntan, el
tratamiento aplicado resultó eficaz para reducir tanto los
niveles de ansiedad ante distintas situaciones (Tabla 3) como las
cogniciones y síntomas perturbadores que presentaba la
paciente (Tabla 4) (Benedito y Botella, 1992).

Estos resultados se vieron corroborados por las
verbalizaciones de la paciente durante las sesiones posteriores a
la aplicación del tratamiento propiamente dicho (sesiones
13 y 14 de generalización y 15, 16 y 17 de
generalización y finalización). En ellas la
paciente manifestó su sorpresa y agrado por los avances
conseguidos en terapia, percibidos tanto por ella misma como por
las personas cercanas, y verbalizó su confianza en
conseguir un adecuado afrontamiento ante futuras situaciones de
ansiedad (Benedito y Botella, 1992).

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Autor:

Esquivel Ochoa Giovanna

Pérez Rivera Miriam

Rives Gómez Diana

Saavedra Suárez Gerardo

Profesor: Luis A. Oblitas Guadalupe

UNIVERSIDAD LATINOAMERICANA

Campus Florida

Partes: 1, 2, 3
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