Luego, debe ser estética, porque como arte se elabora
siguiendo los caminos mágicos y, a veces incomprensibles,
de la belleza; lo cual no es otra cosa que descubrir la
armonía de la plástica, la música, la escultura,
la arquitectura,
la manipulación, interpretación y el texto; ello,
define la belleza de un espectáculo; así, los sentidos
humanos reciben colores, sonidos,
movimientos que crean y recrean su humanidad, su percepción
de la vida, del otro que no soy yo; es decir, de su
filiación terrestre y universal.
Pero, también debe ser pedagógica, pues le toca
asumir su responsabilidad comunicacional; su ventaja de
tener el protagonismo del tiempo y del
espacio escénico; de acaparar la atención sobre su discurso; de
saber que va a pasar en el futuro inmediato de su historia.
Ello, encierra un asunto muy serio como el de influir;
entonces, ya que no se puede escapar a ese poder, lo
mejor es utilizarlo para coadyuvar a la edificación de un
ciudadano; es decir, un ser para una sociedad cada
vez más justa, libre, democrática, tolerante y
equilibrada.
De la
responsabilidad
Nuestro trabajo es la
creación artística; somos oficiantes, en
términos generales, de la cultura;
nuestras herramientas y
materiales son
el cuerpo, los gestos, los objetos recreados, las ideas y la
palabra. Nuestra praxis se
orienta hacia la captura y difusión de la
estética; en ese sentido, intentamos democratizar el
servicio
cultural; la posibilidad de que cada vez más ciudadanos
accedan y aprecien el arte tal y como es; sin imposiciones de
modelos…libre; pues la libertad es el
objetivo
fundamental del hombre; para
usar palabras del historiador Manuel Suzzarini:
"(…) ello, porque no me atrevo a decir que es el
fin…que a lo mejor hay otros…"
Como sujetos de nuestro tiempo, vivimos, disfrutamos,
sentimos y padecemos el acontecer; de esta manera no podemos, no
deseamos, ser neutrales; por el contrario, nos incumbe el poder;
históricamente estamos atados a él por antítesis: nuestro
discurso no encaja en ningún proyecto de
poder, pues la libertad para el artista es vital, sin ella
perece; por ello, somos críticos por antonomasia del
ejercicio del poder; en consecuencia, nos proponemos mantener
el trabajo
creador lo más distante de la utilitaria visión del
hecho político.
No hacemos política, hacemos
arte; comprometido con el proyecto humano, no con
ideologías, partidos o líderes; las doctrinas e
ideologías exigen siempre una militancia imposible de
cumplir para un creador; con el tiempo, imposible de cumplir
por cualquier persona.
Es común que el creador -artista o
científico- se encuentre ante dos éticas: la
ética
de la convicción y la ética de la responsabilidad;
la primera lleva a la pasión de las creencias
(ideológicas y políticas)al juego del
poder, asociado inexorablemente a la violencia; la
segunda, es el compromiso con la crítica; con la permanente crítica,
como advirtió Octavio Paz; nos compete, pues, una
ética de la responsabilidad con nuestro oficio para
develar las distintas realidades; auspiciar el valor de la
unidad en la diversidad; crear y recrear identidades; construir y
destruir para que no existan modelos; para que no se eternicen
las doctrinas, ni el poder.
Así, recomiendo a quienes deseen ideó
logizar, politizar o concientizar, utilizando el títere,
que no lo hagan; el teatro de
títeres no es su escenario; con toda seguridad, no
harán bien ni lo uno ni lo otro.
De los
valores.
Creemos en los valores; en la
necia esperanza de que podremos alcanzar una civilización
de alta factura humana
y de libertad; evitar la destrucción por iniciativa
propia; creemos en la solidaridad, la
tolerancia, el
respeto, el amor, la
amistad, y la
justicia como
proyecciones del ser; pero, sobre todo en la valentía para
asumir esos valores.
Del que hacer de todos los días.
Una obra de títeres debe ser limpia; ello
implica:
- Un teatrino con presencia escénica; que
inicie al espectador en la posibilidad cierta de que lo que
se aviene esta bien hecho y merece su atención. Lo
cual, no sólo prepara al espectador para el momento
del asombro; también, genera una antesala de quietud
necesaria en el ambiente. El espacio interno del teatrino es sagrado;
allí vive la magia de nuestros ancestros; el secreto
del asombro brechtiano; el oráculo de Delfos; salvo
la más excepcional ocasión, no debe
exponerse.Por ello, debe vestirse el templo antes de que
llegue el público; evite conversaciones en pleno
espectáculo; juegue y diviértase mientras
trabaja y el público recibirá sus mejores
energías, con viceversa.- Una obra, por muy sencilla que sea, debe cuidar su
escenografía, utilería,
muñequería, vestuario, música y sonido;
aún más, sus movimientos e
interpretación; aquí caben las palabras del
cantautor Joan Manuel Serrat "lo sencillo no es lo
necio". - Es fundamental el saludo al público, la
identificación institucional; la presentación
del grupo y de
la obra; con la información precisa; aquí es
bueno recordar que el público espera por la obra; en
el teatro de títeres hay poco espacio para el divismo
actoral, en eso los títeres son implacables; por ello,
la presentación debe ser sencilla, oportuna y
concisa. - Es posible que en algún momento el
público pueda ser actor protagonista; para ello se
debe estar preparado.
- El teatro de títeres es esencialmente
colectivo y público; su producción conlleva una profunda
armonía de equipo; cuando se logra pueden obtenerse
resultados extraordinarios; su consecución es la
proyección más alta a la que puede aspirar un
artista; sin embargo, suele pasar que en la ruta hacia la
armonía hayan obstáculos, que nos provocan
traspiés, actos y actitudes
hurticantes; se trata entonces de comprender; el
término comprender requiere reflexión,
tolerancia, humildad, puede, incluso, que sólo se llegue
a ella con la madurez; es un caso inevitable: por lo general,
llegamos tarde. . .
No obstante me atrevo a precisar algunas pautas para
comprender:
- Trate de ser amigo de sus compañeros de trabajo,
de apreciarlos. - Descubra el rayo de luz, por muy
pequeño que sea, en las otras personas. - Recuerde: no lo sabemos, ni podemos saberlo
todo. - Descubra y aplauda las habilidades y fortalezas de su
compañero. - Como la cotidianidad no es espectacular, existe la
tendencia a creer que las cosas de todos los días no son
importantes; pero, sólo pueden lograrse cosas
importantes y espectaculares haciendo bien las pequeñas
cosas de todos los días. - Asuma el trabajo titiritesco como un oficio; un
trabajo a través del cual usted se realiza
humanamente; no hay proyectos
pequeños; lo pequeño sólo parece
serlo. - Asuma el trabajo hacia el público como un
servicio cultural; un oficio para ayudar a construir un
país, una sociedad, una civilización. - El respeto al público antecede al buen
espectáculo; no habrá un buen espectáculo
sin respeto al público; el público no siempre
tiene la razón pero ello no implica
irrespetarlo. - Los niños
no son tontos; trátelos como niños; ellos, con
toda seguridad, practican mejor la libertad que nosotros
mismos. Usted, durante un tiempo fue como ellos;
permítales algún día ser como usted o
mejor. - La participación del público no se reduce
a las respuestas mecánicas "si" "no"; en ella, se activa
un mecanismo más complejo; el abuso de este tipo de
inducción refleja una carencia. - Asuma la incertidumbre como una variable; trabaje
con ella; pero no deje que domine su organización; por ello, se requiere, la
capacidad previsiva que a los humanos nos da la naturaleza;
no le deje a la memoria
sus tareas y responsabilidades; por lo general la memoria es
engañosa. - No abuse de la improvisación; ella forma parte de
un momento de la producción y creación del
montaje; en el caso más extremo, de situaciones
excepcionales de una representación; pero, como regla,
la guía debe ser marcada por el ensayo;
el éxito
está asociado a la capacidad de tener continuidad y
constancia en el manejo de una técnica y/o arte;
aquí se concibe el "éxito" no como un objetivo
sino como el resultado en el logro del objetivo, el cual no es
otro que hacer llegar nuestro servicio cultural con la mayor
plenitud a quienes va dirigido.
Finalmente, el CHÍMPETE CHÁMPATA no es un
grupo de animación de fiestas ni actos de ningún
tipo; repetimos con Sergei Obraztsov "que no sea una casual
distracción infantil o un estético afán de
originalidad de los adultos"; aquí practicamos e
investigamos el arte de los títeres; con el fin de
alcanzar el más alto nivel en la propuesta; concebimos el
arte titiritesco como una vía para el
conocimiento; como una forma de expresar nuestra pertenencia
local, regional, nacional y universal. Como un espacio creador
para ejercer la ciudadanía y alcanzar la
humanidad.
Como integrantes de esta agrupación, cargamos con
más de cien años de historia de la Universidad del
Zulia y cuatro décadas del Chímpete
Chàmpata; heredamos el trabajo creativo de innumerables
personas que nos antecedieron; somos sólo un tramo de un
largo proceso; otros
vendrán después; por ello, intentamos dejarles el
mejor legado posible, en el tiempo que nos toca ser y estar en
este espacio para la creación.
Autor:
Alexis Andarcia
Maracaibo/Edo. Zulia
Año 2006
P.D. Este texto fue escrito con ayuda de mi familia, mis
amigos y los demás
también…
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