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Perfil psicosocial del niño y adolescente en estado de abandono en el Perú (página 2)



Partes: 1, 2

E 25 de septiembre de 1991, el INABIF pasa a depender
del Ministerio de la Presidencia, orientando sus políticas
hacia la promoción, prevención,
protección y atención de los entonces denominados
"menores en circunstancias especialmente difíciles" y
familias de extrema pobreza, con una
política
de Humanización y Apertura Institucional. En diciembre de
1992 se promulga el D. L. 26102 (Código
de los Niños y
Adolescentes),
el cual introduce los principios
contenidos en la Convención Sobre los Derechos del
Niño, considerando al niño como un Sujeto de
Derecho, el cual merece un trato digno y especial de acuerdo a su
edad.

Mediante el Decreto Legislativo Nº 866, Ley de Organización y Funciones del
Ministerio de Promoción de la Mujer y el
Desarrollo
Humano (PROMUDEH), de fecha 25 de octubre de 1996, se
transfiere al Poder Judicial,
las funciones relacionadas con la rehabilitación para la
reinserción en la sociedad de
los adolescentes infractores de la ley penal, que hasta entonces
se encontraban a cargo de la Dirección de Integración Social del INABIF, y de esta
manera se logra la separación física y
metodológica de los niños y adolescentes por
abandono, de aquellos adolescentes que habían cometido
algún delito.

Cabe mencionar que mediante la Ley Orgánica
Nº 27779, publicada el 11 de Julio del 2002, en el Diario
Oficial El Peruano, quedó modificada la estructura
ministerial del Poder
Ejecutivo incorporándose en ella al MINISTERIO DE LA
MUJER Y DESARROLLO SOCIAL
– MIMDES.

A través del Decreto Legislativo Nº 830,
"Ley del Instituto Nacional de Bienestar Familiar", de fecha 12
de julio de 1996, se fijan las políticas, objetivos y
metas institucionales y a partir de la promulgación de la
Ley 26918, se constituyó como el Órgano Rector del
Sistema Nacional
para la Población en Riesgo, con la
finalidad de dirigir las actividades del Estado y
convocar a la comunidad en
general para la promoción, atención y apoyo a
niños, adolescentes, jóvenes, mujeres, adultos
mayores y en general a toda persona en
situación de riesgo y abandono o con problemas
psicosociales o corporales que menoscaben su desarrollo
humano.

Asimismo, a través de dicha norma que
entró en vigencia el 24 de enero de 1998, se
estableció que las Beneficencias Públicas y Juntas
de Participación Social reguladas por el Decreto
Legislativo 356 así como las demás entidades del
sector
público cuyos fines primordiales sean el desarrollo de
servicios de
Promoción, atención y apoyo social, forme parte del
Sistema Nacional para la Población en Riesgo a cargo del
INABIF como órgano rector.

El Instituto Nacional de Bienestar Familiar como
Organismo Público Descentralizado del Ministerio de la
Mujer y Desarrollo Social – MIMDES, Rector del Sistema
Nacional para la población en riesgo, tiene la misión de
desarrollar servicios de promoción, protección y
asistencia social a niños, adolescentes, mujeres,
jóvenes y adultos mayores en riesgo o abandono moral, con el
propósito de lograr su desarrollo integral y su
integración familiar y social.

En ese sentido, se brinda atención integral, en
un ambiente
protegido que favorezca un adecuado desarrollo
personal y social a los niños y adolescentes en
abandono mediante el Programa de
HOGARES de la Gerencia de
Protección Integral del INABIF.

El abordaje técnico de la problemática se
realiza en concordancia con el Documento denominado "Metodología de Intervención por
Perfiles Psicosociales", el mismo que busca la reinserción
familiar y/o social de los albergados a través de su
formación como persona y la intervención con las
familias existentes. En la actualidad el INABIF cuenta con 32
unidades operativas, entre Hogares de niños y adolescentes
el Lima y provincias, Hogar para madres adolescentes, Casas Hogar
y Aldeas.

El Hogar "Jesús mi Luz", como Unidad
Operativa de la Gerencia de Protección Integral del
Instituto Nacional de Bienestar Familiar – MIMDES, brinda
atención integral – alimentación,
vivienda, vestido, salud, educación y afecto, a
niños y adolescentes entre los 6 y 17 años de edad,
en estado de abandono moral y/o material, derivados por los
diferentes Juzgados de Familia del
Cuzco. Durante su permanencia, los niños y adolescentes se
integran a un sistema de tratamiento formativo – afectivo
tipo Hogar, brindándoles un ambiente familiar que
favorezca su desarrollo biopsicosocial, preparándolos en
competencias
para una vida sana y productiva.

En la actualidad se atiende a un promedio mensual de 35
niños y adolescentes que han sido víctimas de
violencia
familiar, pobreza extrema, maltrato físico y
psicológico, así como abandono moral y material. La
intervención, se desarrolla en concordancia con los
lineamientos institucionales y normas legales y
humanitarias, con el fin de favorecer el normal desarrollo y una
reinserción familiar y/o social en las mejores condiciones
posibles.

Marco
teórico

El Perú confronta desde hace décadas, una
crisis
económica, social y moral que afecta a los estratos
más vulnerables de la población, en especial a la
madre, el niño y el adolescente. El resquebrajamiento del
sistema democrático – recientemente recuperado
– y las evidencias de
corrupción e impunidad,
así como el atropello a los derechos humanos,
manipulación política de los medios de
comunicación, presencia de programas de
televisión que degradan la naturaleza
humana, los mensajes publicitarios que promueven el consumo y el
gasto, el narcotráfico, la
globalización, el terrorismo, la
falta de seguridad
ciudadana, la falta de oportunidades educativas y laborales y
espacios de integración social, entre otros; evidencian
una profunda crisis de valores y por
tanto, de la sociedad en su conjunto.

La situación de pobreza y extrema pobreza de gran
parte de la población (más de 12 millones de
peruanos son pobres y alrededor de uno de casa 07 son
extremadamente pobres), producto del
desempleo y
subempleo, la inmigración del campo a la ciudad en busca
de oportunidades de desarrollo, la escasez de
servicios básicos, educativos y de salud –
principalmente en el campo y las zonas urbano marginales –
el hacinamiento, la falta de información y formación en
paternidad responsable y salud reproductiva, la heterogeneidad
cultural, el machismo, la escasa presencia del Estado en zonas
alejadas, la desesperanza en el futuro y la desconfianza en las
instituciones
y en las personas, entre otros factores; generan exclusión
social y por tanto frustración y violencia que
se traducen en actos violentos dentro del núcleo familiar,
en la comunidad y se generalizan a toda la sociedad.

Dentro de este marco, la familia es
la primera institución social en ser afectada, con graves
consecuencias no solo para los miembros que la integran sino que
se convierte en un problema social. El abandono de uno o
más miembros, el maltrato físico, emocional y
sexual – generalmente dirigido hacia la mujer y los hijos
– el alcoholismo de
uno o ambos padres, la delincuencia,
negligencia, la rigidez y autoritarismo, etc., son
características propias de las denominadas familias
disfuncionales y expulsoras, las mismas que generan en los hijos
fugas del hogar, abandono material y moral, desnutrición, trabajo
infantil, enfermedades respiratorias,
vida de calle, delincuencia, comercio
sexual infantil, drogadicción; acompañados
generalmente de serios trastornos emocionales.

Si bien existen políticas sociales de
protección del niño y la familia, la realidad
rebasa las buenas intenciones – y el presupuesto
– para atender los graves problemas y necesidades de
nuestra población.

La familia
funcional y disfuncional

Una familia con un funcionamiento adecuado, o familia
funcional, puede promover el desarrollo integral de sus miembros
y lograr el mantenimiento
de estados de salud favorables. Así como también
una familia disfuncional o con un funcionamiento inadecuado debe
ser considerada como factor de riesgo, al propiciar la
aparición de síntomas y enfermedades en sus
miembros, como vimos anteriormente.

La OMS concibe el estado
saludable no sólo como ausencia de síntomas sino
también el disfrute de un bienestar psicológico y
social, por lo que para poder hablar
de estado de salud adecuado es necesario tener en cuenta el modo
de vida del individuo y
por tanto, sus condiciones y su estilo de
vida. Por lo general, el hombre
pertenece, vive y se desarrolla dentro del grupo social
primario denominado "familia" y de ahí que sea de suma
importancia también para su salud, su modo de vida
familiar.

La familia como grupo social debe cumplir 3 funciones
básicas que son: la función
económica, la biológica y la educativa, cultural
y espiritual
, y es precisamente éste uno de los
indicadores
que se utilizan para valorar el funcionamiento familiar, o sea,
que la familia sea capaz de satisfacer las necesidades
básicas materiales y
espirituales de sus miembros, actuando como sistema de apoyo y
protección.

Sin embargo, para hacer un análisis del funcionamiento familiar, es
necesario verlo con una perspectiva sistémica, pues la
familia es un grupo o sistema compuesto por subsistemas que
serían sus miembros y a la vez integrada a un sistema
mayor que es la sociedad.

Esta concepción de la familia como sistema,
aporta mucho en relación con la causalidad de los
problemas familiares, los cuales tradicionalmente se han visto de
una manera lineal (causa-efecto) lo cual es un enfoque
erróneo, pues en una familia no hay un "culpable", sino
que los problemas y síntomas son debidos precisamente a
deficiencias en la interacción familiar, a la disfuncionalidad
de la familia como sistema. El funcionamiento familiar debe verse
no de manera lineal, sino circular, o sea, lo que es causa puede
pasar a ser efecto o consecuencia y viceversa. El enfoque
sistémico nos permite sustituir el análisis
causa-efecto por el análisis de las pautas y reglas de
interacción familiar recíproca, que es lo que nos
va a permitir llegar al centro de los conflictos
familiares y por tanto a las causas de la disfunción
familiar.

A la hora de hablar de funcionamiento familiar
encontramos que no existe un criterio único de los
indicadores que lo miden. Algunos autores plantean que la familia
se hace disfuncional cuando no se tiene la capacitad de asumir
cambios, es decir, cuando la rigidez de sus reglas le impide
ajustarse a su propio ciclo y al desarrollo de sus miembros.
Otros autores señalan como características
disfuncionales la incompetencia intrafamiliar y el incumplimiento
de sus funciones básicas.

De manera general se pueden considerar como indicadores
para medir funcionamiento familiar los siguientes:

  1. Cumplimiento eficaz de sus funciones:
    (económica, biológica y
    cultural-espiritual).
  2. Que el sistema familiar permita el desarrollo de la
    identidad
    personal y la
    autonomía de sus miembros.

    Otra condición necesaria para que funcione
    adecuadamente la familia es que exista flexibilidad o
    complementariedad de rol, es decir, que los miembros se
    complementen recíprocamente en el cumplimiento de las
    funciones asignadas y éstas no se vean de manera
    rígida.

    También debe tenerse en cuenta la
    jerarquía o distancia generacional que puede darse de
    una manera horizontal (cuando se tiene el mismo poder) o de
    una manera vertical (cuando hay diferentes niveles de
    jerarquía). Por ejemplo, en la relación
    matrimonial debe existir un sistema de jerarquía
    horizontal y en la relación padre-hijos debe ser
    vertical (cuando se encuentra bajo la tutela de
    los padres). La familia se hace disfuncional cuando no se
    respeta la distancia generacional, cuando se invierte la
    jerarquía, (por ejemplo: la madre que pide
    autorización al hijo para volverse a casar) y cuando
    la jerarquía se confunde con el
    autoritarismo.

  3. Que en el sistema familiar exista flexibilidad de las
    reglas y roles para la solución de los conflictos: Se
    considera una familia funcional cuando las tareas o roles
    asignados a cada miembro están claros y son aceptados
    por éstos.
  4. Que en el sistema familiar se dé una comunicación clara, coherente y afectiva
    que permita compartir los problemas: Cuando hablamos de
    comunicación distorsionada o disfuncional, nos referimos
    a los dobles mensajes o mensajes incongruentes, es decir,
    cuando el mensaje que se trasmite verbalmente no se corresponde
    o es incongruente en sí mismo y no queda
    claro.
  5. Que el sistema familiar sea capaz de adaptarse a los
    cambios: La familia funciona adecuadamente cuando no hay
    rigidez y puede adaptarse fácilmente a los cambios. La
    familia es un continuo de equilibriocambio. Para
    lograr la adaptación al cambio, la familia tiene que
    tener la posibilidad de modificar sus límites,
    sus sistemas
    jerárquicos, sus roles y reglas, en fin, de modificar
    todos sus vínculos familiares, pues no son
    independientes unos de otros. Consideramos que este indicador
    de funcionamiento: la capacidad de adaptación, es uno de
    los más importantes, no sólo porque abarca todo
    el conjunto de vínculos familiares, sino también
    por el hecho de que la familia está sometida a
    constantes cambios porque tienen que enfrentar 02 tipos de
    tareas que son las tareas de desarrollo (son las tareas
    relacionadas con las etapas que necesariamente tiene que
    atravesar la familia para desarrollarse a lo cual se denomina
    "ciclo vital") y las tareas de enfrentamiento (que son
    las que se derivan del enfrentamiento a las llamadas crisis
    familiares no transitorias o paranormativas).

Ambos tipos de tareas requieren en gran medida de la
capacidad de adaptación, ajuste y equilibrio de la
familia para lograr que ésta sea capaz de desarrollarse
y enfrentar los momentos críticos de una manera adecuada
y mantener el equilibrio psicológico de sus miembros. Si
la familia establece estrategias
disfuncionales ante las situaciones de cambio, como la rigidez
y la resistencia,
esto provoca una enquistación de los conflictos y por
tanto, comienzan a aparecer síntomas que atentan contra
la salud y el desarrollo armónico de sus
miembros.

Violencia
familiar y maltrato infantil

Son innumerables las formas de violencia familiar. Puede
pensarse en violencia hacia los mayores, entre cónyuges,
hacia los niños, las mujeres, los hombres, los
discapacitados, etc. Siempre es difícil pensar en un
esquema típico familiar, debido a que la violencia puede
ser psíquica o física y ocurre en todas las
clases
sociales, culturas y edades. La mayoría de las veces
se trata de adultos hacia uno o varios individuos.

La violencia familiar generalmente es ejercida por
alguien con más poder que abusa de otros con menos poder.
El término violencia familiar alude a todas las formas de
abuso que tienen lugar en las relaciones entre los miembros de la
familia. La relación de abuso es aquella en la que una de
las partes ocasiona un daño
físico y/o psicológico a otro miembro. Este
daño se puede dar ya sea por acción
o por omisión, y se da en un contexto de desequilibrio de
poder.

Para establecer que una situación familiar es un
caso de violencia familiar, la relación de abuso debe ser
crónica, permanente y periódica,
refiriéndose así a las distintas formas de
relación abusiva que caracterizan un vínculo
familiar. Entre las principales características que puede
presentar una familia que sufre de violencia son las
siguientes:

  • Generalmente en las familias en las que aparece la
    violencia familiar tienen una organización
    jerárquica fija o inamovible. Además sus miembros
    interactúan rígidamente, no pueden aportar su
    propia identidad, deben actuar y ser como el sistema familiar
    les impone, lo que hemos identificado como "familias
    disfuncionales".
  • Las personas sometidas a situaciones críticas
    de violencia familiar presentan un debilitamiento de sus
    defensas físicas y psicológicas, lo que
    conduciría a un incremento en los problemas de salud.
    Muchas padecen de baja autoestima,
    depresión y enfermedades
    psicosomáticas.
  • También otras personas muestran una
    disminución marcada en el rendimiento laboral. En los
    niños y adolescentes se encuentran problemas de aprendizaje,
    trastornos de la
    personalidad, etc.
  • Por lo general las personas que viven afectadas por
    la violencia familiar, como se criaron dentro de este contexto,
    tienden a reproducirlos en sus futuras relaciones.

En nuestro país se observa que las mujeres y los
niños son los más afectados por la violencia
doméstica, en el caso de estos últimos, una gran
parte de los padres, lo consideran un método
educativo o correctivo, asociado a la pobreza y al
bajo nivel educativo (UNICEF, 2004).

La mayor vulnerabilidad femenina no sólo se debe
a causas físicas, también incide en que las mujeres
suelen concentrar en la mayoría de los casos, la mayor
carga y responsabilidad en la crianza de los hijos,
además por diferentes cuestiones culturales condensan las
tareas hogareñas y mantienen una mayor dependencia
económica como cultural de los hombres.

En el caso de los niños como en otros casos de
violencia se da una relación de vulnerabilidad. Claramente
los menores muestran inferiores recursos para
defenderse de lo que les puede hacer un adulto. Además se
debe considerar el daño emocional y los efectos a corto y
largo plazo que provocan los maltratos.

Tipos de
maltrato

  • Maltrato Físico: se refiere a cualquier
    lesión infligida (hematomas, quemaduras, fracturas,
    lesiones de cabeza, envenenamiento, etc.), que no es accidental
    y que provoca un daño físico o enfermedad en un
    niño o adulto. Puede ser el resultado de uno o dos
    incidentes aislados, o puede ser una situación
    crónica de abuso.
  • Maltrato Sexual: se refiere a cualquier
    implicación de niños, adultos, adolescentes,
    dependientes o inmaduros en cuanto a su desarrollo, en
    actividades sexuales que no comprenden plenamente y para los
    cuales son incapaces de dar un consentimiento informado. En el
    caso de los niños es el tipo de contacto sexual por
    parte de un adulto o mayor, con el objetivo de
    lograr excitación y/o gratificación sexual. La
    intensidad del abuso puede variar de la exhibición
    sexual a la violación. De todas las formas de abuso, el
    abuso sexual
    es el más difícil de reconocer y aceptar.
    Según estadísticas que 01 de cada 04
    niñas y 01 de cada 08 niños serán
    sexualmente abusados antes de llegar a los 16 años. En
    más del 90% el abusador será masculino y en
    más del 80% de los casos el abusador será una
    persona conocida por el niño.
  • Abuso y Abandono Emocional: El abuso emocional
    generalmente se presenta bajo las formas de hostilidad verbal,
    como por ejemplo insultos, burlas, desprecio, críticas o
    amenazas de abandono. También aparece en la forma
    constante bloqueo de las iniciativas infantiles por parte de
    algún miembro de la familia. Provoca graves trastornos
    psicológicos. En el caso de los niños, los padres
    muchas veces abusan emocionalmente de sus hijos basados en
    buenas intenciones. Pero a partir de esas buenas intenciones
    pueden presionarlos o avergonzarlos al punto de crearles un
    sufrimiento emocional crónico. Mientras que el abandono
    emocional puede expresarse de modo pasivo, sin brindar afecto,
    apoyo y la valoración que todo niño necesita para
    crecer psicológicamente sano. Se refiere a la falta de
    respuesta a las necesidades de contacto afectivo del
    niño.
  • Abandono material o físico: es un
    maltrato pasivo y se presenta cuando las necesidades
    físicas de un niño como alimentación,
    abrigo, higiene y
    protección no son atendidas en forma temporaria o
    permanentemente por ningún miembro del grupo que convive
    con el niño.
  • Niños testigos de violencia familiar:
    se refiere cuando los niños presencian situaciones
    crónicas de violencia entre sus padres. Estos
    niños presentan trastornos emocionales muy similares a
    quienes son víctimas de abuso.

Causas y efectos
del maltrato en el niño

El maltrato es una situación que bien puede
presentarse en todas las clases sociales, aunque la incidencia es
mayor en niños que viven bajo condiciones
socioeconómicas de pobreza. Hasta el momento existen
diferentes explicaciones sobre este tipo de actitudes por
parte de los adultos y se ha visto la influencia en alguna manera
de las situaciones de gran estrés que
hacen que toda la furia de la persona recaiga en el niño.
Pero además, en muchos de los casos, quien comete el abuso
tiene antecedentes de haber sufrido el mismo tipo de
agresión durante su infancia o es
una persona que tiene muy poca capacidad de controlar sus
impulsos. Es obvio que por las diferencias de tamaño y
fuerza entre
adultos y niños, estos últimos sufran grandes
lesiones que pueden incluso causarles la muerte.
Condiciones como la pobreza, nivel educativo bajo, el abuso de
sustancias psicoactivas como las drogas y
el alcohol y otra
serie de factores, se han relacionado con estas
agresiones.

Los niños criados en hogares donde se los
maltrata suelen mostrar desordenes postraumáticos y
emocionales. Muchos experimentan sentimientos de escasa
autoestima y sufren de depresión y ansiedad por lo que
suelen utilizar el alcohol u otras drogas para
mitigar su estrés psicológico, siendo la
adicción al llegar la adultez, más frecuente que en
la población general. Los efectos que produce el maltrato
infantil, no cesan al pasar la niñez, mostrando muchos
de ellos dificultades para establecer una sana
interrelación al llegar a la adultez.

Para muchos niños que sufren de maltrato, la
violencia del abusador se transforma en una forma de vida. Crecen
pensando y creyendo que la gente que lastima es parte de la vida
cotidiana; por lo tanto este comportamiento
se torna "aceptable" y el ciclo del abuso continúa cuando
ellos se transforman en padres.

De la doctrina de
la "Situación irregular" a la doctrina de la
"Protección Integral"

La atención a los niños y adolescentes en
abandono, ha ido evolucionando a través de los años
de acuerdo a diferentes doctrinas y perspectivas de afrontamiento
de la problemática creciente, prevaleciendo durante
décadas una concepción paternalista –
proteccionista – excluyente – llamada también
"Doctrina de la situación irregular", en donde se
priorizaba la atención de necesidades básicas en un
sistema masificado, aislándolos de la sociedad en centros
cerrados sin metodología de intervención y
utilizando en muchos casos el maltrato y humillación como
"método educativo".

A partir de los años 90 y luego de una evolución en la concepción del hecho
de ser niño y su importancia como ser humano y en el
desarrollo social, los Gobiernos se comprometen a luchar por los
derechos del
niño y proponen políticas de protección y
desarrollo plasmadas en las normas internacionales y nacionales
como la Declaración Universal de los Derechos del
Niño, las Directrices de las Naciones Unidas
para la Prevención de la Delincuencia Juvenil (Directrices
de RIAD), las Reglas de las Naciones Unidas para la
Protección de menores Privados de Libertad, las
Reglas Mínimas Uniformes de las Naciones Unidas para
la
Administración de Justicia de
Menores (Reglas de Beijing), los Convenios con la OIT sobre
trabajo
infantil, la Constitución Política del Estado y
el Código de los Niños y Adolescentes.

De esta manera los niños y adolescentes son
sujetos de derechos, libertades y protección, con deberes
y derechos sociales, con opinión y capacidades que deben
ser promovidas en el interior del núcleo familiar, la
comunidad y el Estado.

La investigación tutelar y el auto de
abandono

La investigación tutelar es aquella promovida por
un Juez competente, con el fin de determinar si el niño o
adolescente se encuentra en total abandono o no, e incluye las
siguientes diligencias:

  1. La declaración del niño o adolescente
    de encontrarse posibilitado de hacerlo.
  2. Examen psicosomático por el Departamento
    medico legal del Ministerio Publico para determinar edad
    aproximada y estado de salud física y
    mental.
  3. Pericia pelmatoscópica para determinar la
    identidad del niño por las huellas digitales de la
    planta del pie, por la División de identificación
    Policial.
  4. Informes técnicos emitidos por el
    psicólogo, asistente social y el medico de la
    institución en donde se encuentra albergado.
  5. Informe de personas desaparecidas realizado por la
    División de delitos
    contra la Familia y Búsqueda de personas desaparecidas,
    con el fin de investigar si existen denuncias por
    desaparición o rapto del niño o
    adolescente.
  6. Búsqueda de información general sobre
    sus padres o posibles padres biológicos en la Oficina de
    registro
    Electoral del Perú.
  7. Ubicación de los padres biológicos o
    responsables del niño por orden del Juez. De no ser
    ubicados, las notificaciones se harán mediante avisos
    publicados en el Diario Oficial "El Peruano", en un diario de
    circulación local y nacional y mediante emisión
    de mensajes radiales.

Una vez concluidas las diligencias señaladas y de
no conocerse ni ubicarse a sus padres, el Juez envía el
expediente al Fiscal para
que emita dictamen respectivo, luego de lo cual lo remite al
Juez, quien declarará al estado de abandono mediante un
documento (auto de abandono), dictando, además, la medida
de protección correspondiente. En este caso, la Secretaria
Técnica de Adopciones del MIMDES iniciará los
procedimientos
necesarios para promover la adopción.

Hipótesis de
la
investigación

"Existen factores sociofamiliares y psicosociales
particulares que pueden llevar al abandono y posterior
institucionalización del niño y del
adolescente".

Método de
Investigación

Para esta investigación se utilizó el
método de campo, obteniendo la información de los
73 Expedientes Únicos de la totalidad de los niños
y adolescentes albergados en el Hogar durante todo el año
de 2003, así como los cuadernos de campo utilizados por el
área de psicología, enfermería
y servicio
social. Se tabularon los resultados obtenidos, teniendo en cuenta
la edad, tiempo de
permanencia, situación jurídica, nivel educativo,
lugar de procedencia, situación socioeconómica de
la familia, perfil psicológico y social, estado
nutricional y de salud en general, entre otros
factores.

Resultados

A continuación se muestran los resultados
obtenidos mediante gráficos que ayudarán a una mayor
comprensión mediante la visualización de los
mismos:

Gráfico Nº
01

En el presente gráfico se puede observar que en
su mayoría, los usuarios durante el año 2003 fueron
prepúberes, púberes y adolescentes.

Gráfico Nº
02

Casi en su totalidad, los niños y adolescentes
ingresaron al Hogar como medida de protección por haberse
aperturado una Investigación Tutelar por Abandono,
promovida por el Juez de Familia. Solamente un caso
ingresó con Auto de Abandono, aunque luego se pudo ubicar
al padre, lográndose la reinserción
familiar,

Gráfico Nº
03

Resulta interesante observar que al momento del ingreso,
se observa una cantidad significativa de usuarios que son
iletrados, sin ninguna educación escolarizada y otro gran
porcentaje llega con retraso escolar por deserción, por
falta de estimulación socioemocional e intelectual,
motivación para el estudio, pobre
alimentación y trabajo infantil. Durante su permanencia,
los niños logran avanzar y mejorar su
rendimiento.

Gráfico Nº
04

La totalidad de usuarios durante el año 2003
participaron en algún taller, destacando el interés
por el taller de confección de máscaras, dibujo y
pintura,
zapatería y carpintería, entre otros.

Gráfico Nº
05

La gran mayoría de niños y adolescentes
son visitados por familiares, en un 50% por toda la familia, es
decir, padre, madre, hermanos, abuelos, etc. Y en general poseen
visitas de algún familiar; solo un 09% se encuentra en
total abandono.

Gráfico Nº
06

Con relación a la situación sociofamiliar,
se observa que la mayoría de las familias de los
albergados son disfuncionales y disgregadas, es decir, presentan
conductas antisociales, autoritarias, rígidas, alcoholismo
de uno o ambos padres, conflictos que generan violencia y
maltrato, llegando a disgregarse o disolverse como tal. Solo un
17% de las familias son relativamente funcionales, cumpliendo sus
funciones de manera medianamente adecuada, aunque en situaciones
externas como la extrema pobreza obligan a buscar el apoyo del
Estado.

Gráfico Nº
07

La gran mayoría e nuestros usuarios provienen de
familias pobres o extremadamente pobres, quienes no poseen los
ingresos
suficientes para cubrir mínimamente la canasta familiar
básica, no tienen acceso a los servicios elementales ni al
sistema de salud y educativo necesarios para
desarrollarse.

Gráfico Nº
08

El presente gráfico se encuentra muy relacionado
con el anterior, puesto que comprobamos que la mayoría de
niños albergados en el Hogar provienen de zonas rurales,
en donde la presencia del Estado es mínima, con escaso o
ningún acceso a un adecuado servicio de salud y educativo,
sumamente necesarios para asegurar una adecuada calidad de
vida, favoreciendo de esta manera, la exclusión
social.

Gráfico Nº
09

Con relación a la Fase de Intervención
según Perfil Psicosocial, durante el año de 2003,
el 58% de la población atendida egresó del Hogar,
realizándose el seguimiento respectivo a la mayoría
de ellos (Fase IV), observándose que continuaban
estudiando en un 94%. También observamos que otro tanto se
encontraba en Fase III, siendo preparados para una
reinserción familiar en las mejores condiciones
posibles.

Gráfico Nº
10

El perfil psicosocial del niño y adolescente a su
ingreso al Hogar, nos muestra que el
35% ingresa por abandono, por encontrarse extraviados o sus
padres se desconocen o no han podido ser ubicados, aunque en el
transcurso de su estadía se logra encontrar a algún
familiar, como hemos observado en el gráfico Nº
05.

En general los mismos niños no dan los datos ciertos de
su situación familiar y su origen en un principio por
falta de confianza en el personal o temor a represalias por parte
de sus familiares (por haberse fugado de casa, asociado a
maltrato, negligencia y trabajo infantil), situación que
cambia conforme el niño recupere la seguridad y
confianza.

Resulta interesante y preocupante encontrar que un gran
número de usuarios han pasado por maltrato y violencia en
sus casas, el cual parece ser un elemento común en la
situación de abandono y consiguiente
institucionalización.

Gráfico Nº
11

De los 43 niños y adolescentes que egresaron
durante el año de 2003, 24 (56%) fueron reinsertados a su
núcleo familiar y 14 de ellos (33%), salieron por
colocación familiar; logrando se esta manera promover las
reinserciones sociofamiliares y disminuir los plazos de
institucionalización, sobre la base del trabajo con las
familias.

Gráfico Nº
12

El nivel intelectual de los albergados, de acuerdo a la
prueba psicológica de evaluación
de inteligencia
de RAVEN, que mide el factor "G" (general) mediante figuras que
poseen ciertas relaciones lógicas que permiten resolver
problemas; revela que la gran mayoría se encuentra en la
categoría "Normal", (C. I. = 90 – 109), es decir,
funcionan como la mayoría de personas de su edad, tienen
las capacidades adecuadas para desarrollar habilidades y
destrezas.

Gráfico Nº
13

Aproximadamente la mitad de la población presenta
problemas de autoestima, la cual se encuentra asociada en
general, a maltrato físico y psicológico, métodos
inadecuados de disciplina,
falta de afecto y estimulación en la familia.

Gráfico Nº
14

En el presente Gráfico se puede observar como los
conflictos psicológicos son expresados por nuestra
población, generalmente con reacciones agresivas, mal
comportamiento, enuresis, problemas de aprendizaje, entre
otros.

Gráfico Nº
15

Las enfermedades más comunes en los niños
y adolescentes, a su ingreso y durante su permanencia en el
Hogar, son las enfermedades a la piel
(infecciones, escamas, soriasis) por hábitos inadecuados
de higiene y respiratorias (resfríos, faringitis,
faringoadmigdalitis), por cuestiones climatológicas y
deficiencias en las defensas del organismo (asociadas a una mala
nutrición
en la infancia).

Gráfico Nº
16

La gran mayoría de los niños y
adolescentes que ingresan al Hogar presentan desnutrición
crónica, que en un 50% de casos se compensa con una
alimentación balanceada; situación asociada a la
pobreza y desinformación de los padres.

Conclusiones

Mediante el presente trabajo podemos concluir que la
situación de abandono responde por lo general, a
situaciones sociofamiliares, económicas, culturales y
psicológicas, que vulneran la estructura familiar, siendo
los más perjudicados, la mujer, los niños y
adolescentes; precipitando la expulsión de los miembros y
la desintegración posterior. Con relación a los
factores estudiados, observamos lo siguiente:

  1. En general, la familia de los niños y
    adolescentes albergados en el Hogar poseen una estructura
    disfuncional, con rigidez en las normas, poca capacidad de
    adaptación, autoritarismo, indiferencia o incoherencia
    afectiva, irresponsabilidad en roles y funciones, negligencia,
    inconsistencia en el sistema de valores, violencia conyugal y
    maltrato infantil; en no pocos casos, asociado al bajo nivel
    educativo de los padres, alcoholismo y
    delincuencia.
  2. La pobreza y extrema pobreza dificulta y limita el
    acceso a servicios básicos, a la salud y la
    educación, agudizada en zonas rurales, que por su
    lejanía de los centros urbanos no permite un desarrollo
    equitativo y por tanto, genera una calidad de vida
    deteriorada y escasas oportunidades laborales y de
    integración social.
  3. Las limitaciones educativas y culturales de los
    padres, aunadas a las dificultades en el acceso a un servicio
    de salud, no permiten un adecuado control
    durante y después del embarazo,
    exponiéndose a diversas enfermedades o deficiencias que
    se manifiestan en niños con bajo peso al nacer y
    deficiencias nutricionales que perjudicarán su
    desarrollo y los expondrá a diversas
    enfermedades.
  4. El maltrato infantil y la violencia familiar es un
    factor común en nuestra población, que
    además de violar los derechos fundamentales de los
    niños, perjudica su normal socialización y causa serios problemas
    emocionales que se traducen en problemas de comportamiento, de
    aprendizaje, enuresis, baja autoestima, ansiedad, impulsividad,
    agresividad, consumo de drogas, entre otros.
  5. En el aspecto educativo, nuestros albergados ingresan
    al Hogar con ninguna educación, retraso escolar o
    abandono (deserción), producto de una escasa
    estimulación por parte de los padres, quienes priorizan
    el trabajo
    infantil doméstico, agrícola o comercial. A pesar
    de muchas limitaciones en el desarrollo, nuestros albergados
    muestran adecuadas habilidades intelectuales y motivación e interés por el aprendizaje
    escolar y ocupacional.
  6. Los niños y adolescentes albergados en el
    Hogar, en general, poseen familiares conocidos y ubicados que
    los visitan con cierta frecuencia, manteniendo, aunque
    débilmente, el vínculo familiar; por lo que no
    podemos hablar de la existencia de un total
    abandono.

Recomendaciones

La exclusión o marginación social,
producto de desigualdades sociales, culturales y
económicas crecientes a través de la historia republicana de
nuestro país, vulneran la calidad de vida y oportunidades
de desarrollo de gran parte de la población,
principalmente mujeres y niños. Teniendo en cuenta que los
niños de hoy serán los adultos del mañana,
es necesario priorizar políticas que favorezcan su
desarrollo en adecuadas condiciones; lo cual no debe ser de
exclusiva responsabilidad del Estado, sino de todos los actores
sociales, tanto nacionales como extranjeros.

El maltrato infantil y la violencia familiar generan
serios problemas emocionales en el niño y la estructura
familiar y social, los mismos que serán causa a su vez de
mayor escalada de violencia. Por tanto es necesario priorizar
campañas de prevención y sensibilización
contra el maltrato y a favor de las denuncias del maltrato
infantil y sanción a los abusivos; creando una fuerza de
opinión y conciencia social
que contribuya a la tan ansiada y necesaria paz
social.

Asimismo, se podría fortalecer el Programa de
Wawawasis y Guarderías infantiles, así como crear
Hogares de atención diurna, que aseguren una adecuada
atención integral a los niños y adolescentes menos
favorecidos sin apartarlos de su familia ni perjudicar el
vínculo sociofamiliar.

Referencias
bibliográficas

UNICEF. "El estado de la niñez en el
Perú". Lima, 2004

Berrio, V. "Nuevo Código de los Niños y
Adolescentes". Lima, Edición
2003.

PROMUDEH. "Compartiendo nuestra experiencia de trabajo
en el INABIF, Lecciones aprendidas en el trabajo con
niñas, niños, adolescentes y población en
alto riesgo en el Perú". Lima, 2001.

PROMUDEH – UNICEF, "La adopción". Lima,
2000.

PROMUDEH. "Desarrollo humano, una mirada desde el
Perú y América
Latina". Resumen de exposiciones del Foro Internacional. Lima,
2001.

Congreso de la
República. "Violencia cotidiana en niños y
jóvenes del Perú: Causas, consecuencias y
recomendaciones". Informe de la
Comisión Especial del Congreso de la República.
Lima, 1998.

INABIF. "Metodología de Intervención por
perfiles Psicosociales". Documento Técnico de la Gerencia
de Protección Integral, Lima, 2002.

Herrera S., Patricia. "La familia funcional y
disfuncional, un indicador de salud"

Articulo de Internet. La Habana,
1997.

Santamaría, Sandra. "Violencia familiar y
maltrato infantil".

Articulo de Internet. Lima, 2004.

 

 

 

Autor:

Lic. Gian Franco Vacchelli Sicheri

Licenciado en psicología

Datos del autor

Licenciado en psicología de la Universidad
Ricardo Palma, con post grado en prevención y tratamiento
del consumo de drogas y amplia experiencia en consultoría y gestión
de programas sociales de prevención, promoción y
tratamiento de niños y familias en riesgo social y
violencia juvenil en el Perú. Actualmente Director del
Centro Juvenil de Diagnóstico y Rehabilitación
Marcavalle, Cusco – Perú.

Para contactar y comentarios, por favor escribir al
correo
electrónico

Cusco, Perú, Junio de 2004

Partes: 1, 2
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