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Factores que influyen en la selección de pareja en la adolescencia (página 2)



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En el caso de los hombres rasgos faciales pronunciados ya que
anuncian el nivel de testosterona presente por un lado contrario
rasgos similares a los de una mujer pues esto
transmite confianza y que es algo que el género
femenino a menudo busca en un hombre.

En su fisonomía aspectos favorables son amplios hombros
músculos no necesariamente marcados y por
lo regular de estatura más alta o igual a la de ella.

En el caso de las mujeres facialmente simétricas y
cierta tonalidad rojiza de allí el origen del
maquillaje.

Fisonómicamente se busca que posean una
proporción de medidas con una figura parecida a la de un
reloj de arena, ya que denota su fertilidad.

Las causas interiores se relacionan con la forma de ser y lo
que transmita su personalidad
en muchas ocasiones se le llama carisma, es un hecho que las
personas agradables tienen éxito
relacionándose con el sexo
opuesto

La forma de ser o de comportarse de un hombre debe ser
confiable e inspirar confianza pero las preferencias
varían dependiendo siempre, como es poco probable que
alguien sea totalmente virtuoso las mujeres buscan aspectos
positivos que destaquen en ello ya sean seguros,
sensibles, honestos, fieles, protectores, simpáticos,
extrovertidos o que tengan algo en común con ellas,
cualquiera de estas cualidades presentes influyen mucho por eso
es bien dicho verbo mata carita ya que la forma de hablar con una
mujer en ciertas ocasiones lo es todo.

En las mujeres se busca que sean tiernas lindas o
cariñosas ya que son cualidades que se quieren en una
posible madre pero como en el caso de los hombres su personalidad
puede variar mucho, dependiendo de cada caso bien pueden
preferirlas seguras, animadas, extrovertidas o con personalidad
parecida a la de ellos.

MARCO TEORICO

Biología Evolutiva, Univ. de
València.

Cuando consideramos la enorme cantidad de dinero que
mueve la industria de
la belleza, desde la cosmética a la cirugía
plástica o la moda, se hace
evidente que el atractivo físico es un tema que nos
preocupa mucho. Es erróneo pensar que esta
preocupación es algo exclusivo de las sociedades
occidentales actuales. La belleza es y ha sido una inquietud
constante desde los orígenes de nuestra especie, e incluso
antes (se han encontrado adornos corporales como collares o
pulseras junto a los restos de homínidos anteriores a
Homo sapiens). Hombres y mujeres de culturas muy
diferentes adornan su cuerpo con algún tipo de maquillaje,
tatuajes, piercing y/o abalorios de todo tipo.

Charles Darwin, en su
libro The
descent of man, and selection in relation to sex
, fue el
primero que trató el tema de la belleza humana desde un
punto de vista biológico. Basándose en los
comentarios de varios misioneros británicos,
intentó encontrar patrones de belleza comunes a todos los
humanos. Probablemente debido a los prejuicios y falta de
objetividad científica de los informadores, Darwin
acabó concluyendo que no existía un estándar
general de belleza: distintas culturas tenían distintos
patrones de belleza. Sin embargo, algunos estudios
transculturales realizados recientemente han demostrado que
sí existen unos patrones de belleza universales. Personas
de diferentes clases
sociales, edades, culturas y razas comparten un mismo sentido
estético de la belleza humana y coinciden a la hora de
discriminar qué es atractivo y qué no.

¿Por qué nos resultan sexys determinados
rasgos faciales o corporales? ¿Por qué los hombres
se sienten atraídos por las jovencitas y, en cambio, las
mujeres se interesan por hombres mayores y bien situados?
Recientemente, algunos científicos se han planteado que
para comprender éstos y otros aspectos del comportamiento
humano es necesario empezar por reconocer que se trata de un
problema de biología evolutiva. A
raíz de estas ideas ha surgido una nueva disciplina,
denominada psicología evolucionista, que tiene como
objetivo
descubrir y comprender el diseño
de la mente humana desde una perspectiva evolutiva. Los principios en que
se basa esta nueva ciencia son
muy simples y a la vez muy sugerentes, y se pueden resumir en la
siguiente afirmación: nuestros circuitos
neurales son el resultado de un proceso
evolutivo, han sido diseñados por la selección
natural para resolver los problemas a
los que nuestros ancestros se han enfrentado a lo largo de
nuestra historia.
Generación tras generación, durante más de
10 millones de años, la selección natural ha ido
lentamente esculpiendo el cerebro humano,
favoreciendo aquellos circuitos que permitían resolver de
forma apropiada los problemas a los que se enfrentaban nuestros
ancestros: encontrar pareja, conseguir alimento (cazando y
recolectando), buscar aliados, defenderse de los enemigos, criar
a los hijos… Esto supone que, para entender nuestro comportamiento
en el presente, hemos de tener en cuenta que está generado
por mecanismos de procesado de información que existen porque resolvieron
problemas adaptativos en el pasado, es decir, en los ambientes
ancestrales en los que los humanos evolucionaron. Eso no quiere
decir que la selección natural no continúe su
acción
en el presente, pero las condiciones que hoy en día nos
resultan tan familiares, las ciudades, las naciones, las máquinas,
las fábricas y los colegios, por citar algunas, son muy
recientes. Representan menos de una milésima de la
historia de nuestra especie y la evolución necesita mucho tiempo.

Nuestro cerebro contiene diferentes circuitos neurales
especializados en resolver diferentes problemas adaptativos, y
uno de los problemas más importantes con que se enfrenta
todo animal a lo largo de su vida es el de encontrar pareja y
reproducirse. Aunque pueda resultar demasiado pragmático y
poco romántico, nuestros cerebros han sido
diseñados para detectar y considerar sexualmente
atractivos aquellos estímulos que son indicadores de
un mayor potencial reproductor. Aquellos humanos primitivos que
eligieron parejas con mayor capacidad reproductora dejaron
más hijos y todos nosotros somos sus descendientes.

Nuestra experiencia cotidiana nos muestra que
hombres y mujeres afrontan la sexualidad de
forma muy diferente. Esto tiene sentido desde una perspectiva
evolutiva, ya que como ocurre en otras especies animales, las
mujeres realizan una mayor inversión parental y tienen un potencial
reproductor mucho menor que los hombres. Un hombre puede
engendrar muchos más hijos de lo que la monogamia le
permite. Por tanto, ha habido un conflicto de
intereses que ha llevado a que hombres y mujeres hayan
evolucionado hacia estrategias
sexuales diferentes. La psicología evolucionista ha
formulado algunas hipótesis sobre las diferencias de estrategia entre
los dos sexos a la hora de elegir pareja, y muchas de las
predicciones que surgen a partir de esas hipótesis han sido
comprobadas experimentalmente. En general, los hombres tienden a
ser más promiscuos y más dispuestos a mantener
relaciones
sexuales con parejas ocasionales que las mujeres, y
éstas son mucho más exigentes (selectivas) respecto
a sus parejas sexuales.

Estudios sobre las preferencias a la hora de elegir pareja de
hombres y mujeres de culturas muy diversas han demostrado que las
mujeres colocan entre los primeros lugares los recursos que
puede aportar el hombre,
mientras que los hombres valoran la belleza. Pero,
¿qué rasgos resultan bellos a los ojos de los
hombres? De forma universal, las mujeres más atractivas,
más sexys, son aquellas que exhiben caracteres que
indican un alto valor
reproductivo. Los hombres aprecian aquellas
características físicas que se correlacionan con la
juventud, como
la nariz y el mentón pequeño, los labios gruesos y
la piel tersa, y
con la fertilidad, como una cintura estrecha y unas caderas
amplias (una relación cintura-cadera de 0.7 se considera
sexy). Por otra parte estos rasgos están
controlados por los niveles de estrógenos (más
concretamente por la proporción entre estrógenos y
testosterona). Curiosamente las mujeres encuentran atractivos
distintos rasgos masculinos dependiendo del momento del ciclo
menstrual. Aunque en general prefieren hombres con rasgos
faciales suaves, algo feminizados, en el momento de máxima
fertilidad del ciclo menstrual eligen hombres con rasgos faciales
y corporales más masculinizados (indicadores de niveles
elevados de testosterona).

Una característica que todos los humanos
independientemente del sexo o la edad valoran a la hora de juzgar
el atractivo de una persona es la
simetría. Esta atracción por la simetría es
algo que tenemos en común con muchas especies animales.
Pero, ¿qué indica la simetría? Se considera
que el grado de simetría es un indicador de "calidad genética".
Al elegir una pareja simétrica estamos eligiendo "buenos
genes" para nuestros hijos. En todas las culturas, los hombres y
las mujeres más simétricos son considerados los
más atractivos. Se han realizado numerosos estudios sobre
las relaciones entre simetría facial o corporal y el
éxito en el apareamiento o el atractivo sexual en humanos.
Los resultados de estos estudios demuestran que las mujeres
más simétricas se emparejan con hombres con
más recursos. Los hombres más simétricos
pierden la virginidad antes, tienen más parejas sexuales,
invierten menos recursos en la relación y son más
infieles. Además, su olor resulta más sexy.
Por otra parte, la frecuencia de los orgasmos femeninos durante
la cópula se correlaciona con el grado de simetría
de su pareja, de forma que los hombres más
simétricos estimulan más orgasmos en sus parejas.
Lo más curioso de estos trabajos es que demuestran que
nuestro cerebro está capacitado para detectar y responder
ante la más mínima asimetría ¡de forma
totalmente inconsciente!

El comprender el papel de la evolución en el fascinante
proceso de la atracción sexual no nos evitará
enamorarnos locamente cuando se presente la ocasión, pero
tal vez nos ayude a enfocar de forma más pragmática
algunas de las decepciones que pueden surgir en las relaciones
con "el otro sexo".

SOCIOBIOLOGÍA HUMANA: CONFLICTOS DE
INTERESES ENTRE SEXOS

En los organismos en los que la descendencia se obtiene por
medio de la reproducción sexual, uno de los problemas
más importantes con que se encuentran a lo largo de su
vida, es la búsqueda de un individuo del
otro sexo adecuado para maximizar su éxito reproductivo;
esto es, obtener el mayor número de descendientes, con la
mejor calidad y la mayor viabilidad. En la mayoría de
especies animales con reproducción sexual, las hembras
realizan una mayor inversión parental y tienen un
potencial reproductor mucho menor que los machos. El sexo
masculino, en general, se caracteriza biológicamente por
producir gametos pequeños, numerosos y móviles,
mientras que el sexo femenino produce gametos escasos, mucho
más grandes e inmóviles. Esto hace que la
contribución inicial de recursos a la descendencia por
parte de cada sexo sea muy desigual, puesto que las hembras
invierten más que los machos en cada gameto (aportan mayor
alimento inicial a los embriones). La fecundidad de una hembra
está limitada, por tanto, por su capacidad de producir
óvulos, mientras que la del macho sólo está
limitada por el número de óvulos que consiga
fecundar, ya que sus gametos son muy numerosos y "baratos" (no
contienen recursos que contribuyan al desarrollo del
embrión). La contribución diferencial de cada sexo
a la descendencia crea un conflicto de intereses entre las
estrategias reproductivas de los dos sexos. Para un macho es poco
costoso aparearse con muchas hembras, mientras que si una hembra
tiene un apareamiento con un macho inapropiado que fecunde todos
sus óvulos, la reducción de su eficacia
biológica puede ser muy importante. Esto provoca que la
selección natural favorezca a aquellas hembras que
optimicen la calidad de la descendencia, bien copulando con un
macho "bueno" (en base a su salud, fertilidad o
habilidad para obtener recursos), bien invirtiendo en cuidados a
la descendencia.

Como los recursos y la energía de los organismos son
limitados, los sexos suelen estar sometidos a diferentes
presiones selectivas sobre como utilizarlos. La
utilización de recursos limitados siempre implica un
compromiso. Las especies que se reproducen varias veces a lo
largo de su vida están sometidas a continuos compromisos
entre supervivencia y reproducción. El esfuerzo
reproductivo se materializa en la producción de gametos, la búsqueda
de pareja, el apareamiento y los cuidados parentales. Las hembras
invierten muchos recursos en producir gametos y en cuidados
parentales para así optimizar la elevada inversión
realizada en producir óvulos, mientras que los machos
invierten principalmente en conseguir apareamientos, por el menor
valor que tiene para ellos cada espermatozoide y su capacidad
para producirlos en gran número. Este patrón de
distribución es modelado por las
condiciones ambientales, de forma que en muchos ambientes
benignos o favorables las hembras invierten mucho en gametos y
poco en cuidados parentales, pero en ambientes más
desfavorables, las hembras tienen que realizar tanta
inversión en cuidar a la descendencia, que su eficacia
biológica solo aumentará si consiguen ayuda de los
machos. Estos estarán sometidos a continuos compromisos
entre contribuir al cuidado parental o bien aparearse con
más hembras.

Los patrones de comportamiento sexual que se observan en
animales son el resultado, de presiones selectivas que
actúan diferencialmente sobre machos y hembras. En unos
casos, estas presiones pueden tener la misma dirección (lo que es bueno para un sexo es
bueno para el otro), pero en otros casos, pueden tener
direcciones diferentes. De todo lo anterior, podemos concluir que
la diferencia fundamental entre machos y hembras es que las
hembras realizan una mayor inversión parental inicial, lo
que las convierte en un recurso escaso y valioso para los machos,
y esto determina que ellos tengan que competir por aparearse con
las hembras y que ellas sean las que elijan entre los machos.

Este conflicto de intereses entre sexos, puede ser de gran
ayuda para comprender lo que nuestra experiencia cotidiana nos
demuestra: que hombres y mujeres afrontan sexualidad de forma
diferente en muchos aspectos.

Aunque la especie humana se puede definir como monógama
(ver articulo: Sociobiología humana: monogamia/junio
2003), en muchos momentos de nuestra vida optamos por la
infidelidad, la promiscuidad o el cambio frecuente de pareja.
También en las hembras humanas, el tiempo y energía
necesarios para la producción de óvulos, el
embarazo y el
largo periodo de cuidados postnatales, suponen un coste y
esfuerzo muy elevado que limita seriamente el número de
descendientes que pueden tener a lo largo de su vida. Por el
contrario, los hombres renuevan rápidamente el esperma sin
demasiado esfuerzo energético, por lo que pueden engendrar
muchos más hijos de lo que la monogamia les permite. Esto
ha provocado que a lo largo de la evolución de la especie
humana, también se haya producido un conflicto de
intereses que ha contribuido a que hombres y mujeres hayan
evolucionado en muchas ocasiones hacia estrategias sexuales
diferentes. Estas variaciones se interpretan como intereses en
distintos tipos de beneficios bajo los diferentes contextos que
son resultado del compromiso entre la búsqueda de buenos
genes y la inversión en el cuidado parental.

Relacionadas con este conflicto de intereses, son las
conclusiones a las que han llegado varios estudios realizados en
diferentes culturas y que ponen de manifiesto que los hombres, en
general, tienden a ser más promiscuos y más
dispuestos a mantener relaciones sexuales con parejas ocasionales
que las mujeres, y que éstas son mucho más
exigentes (selectivas) respecto a sus parejas sexuales. Este
patrón podría explicar ciertas conductas sexuales
actuales como por qué son los hombres los que se sirven de
la prostitución, mientras que las mujeres casi
nunca pagan por copular. Por qué son los hombres, y no las
mujeres, los que sustentan la gigantesca industria
pornográfica de occidente, e incluso porque los
homosexuales masculinos son mucho más promiscuos que sus
homologas las lesbianas.

Pero esto no quiere decir que sólo los hombres tiendan
a ser infieles o promiscuos, ya que también las mujeres
obtienen beneficios de las infidelidades o al copular con
más de una pareja bajo ciertas condiciones. Hay estudios
experimentales que apuntan que la tendencia hacia la promiscuidad
de las mujeres, coincide con el momento de máxima
fertilidad del ciclo menstrual. Múltiples parejas sexuales
dan a la mujer la
posibilidad de estar en posesión de esperma de más
de un hombre, provocando lo que se conoce como competición
espermática. En esta situación la mujer selecciona
varios hombres "de calidad" con los que copular, para generar
que, en última instancia, los genes que llevarán
sus potenciales hijos vendrán determinados por la
competición entre los espermatozoides de varios machos por
fecundar el óvulo. Es importante resaltar que no es
infrecuente que el padre genético no coincida con el
encargado del cuidado parental. Pero dado que el cuidado
parental de los hombres es de suma importancia para la
supervivencia de los niños
humanos, las mujeres en general tienden a centrar su
elección en aquellos hombres que controlan o poseen los
recursos y habilidades necesarios para facilitar la crianza y
cuidado de nuestra progenie. Esto está apoyado por
estudios sobre las preferencias a la hora de elegir pareja de
hombres y mujeres de culturas muy diversas, que han demostrado
que los hombres valoran principalmente el atractivo físico
de las mujeres, mientras que las mujeres colocan entre los
primeros lugares de atracción los recursos y habilidades
que puede aportar el hombre. Aunque curiosamente, se ha visto que
dependiendo del momento del ciclo menstrual en que se encuentren
las mujeres, hay una variación en los rasgos masculinos
que encuentran atractivos, predominando en numerosas ocasiones el
atractivo físico.

Sin embargo, en los últimos años se han
producido dos avances significativos en las sociedades
occidentales, uno social como son las agencias de
protección de menores y otro científico como son
los métodos
anticonceptivos, que pueden hacer pensar a más de un
lector que hoy en día todo lo anterior no tiene
ningún sentido. Pero no hemos de olvidar que las
condiciones que actualmente nos resultan tan familiares, las
ciudades, las naciones, las máquinas o los colegios, por
citar algunas, representan menos de una milésima parte de
la historia de nuestra especie, y la evolución necesita
mucho tiempo. Para entender mucho de nuestro comportamiento en el
presente, hemos de tener en cuenta que está generado por
mecanismos que resolvieron problemas adaptativos en el pasado. Y
por tanto, aunque pueda resultar demasiado pragmático y
poco romántico, nuestros cerebros han sido
diseñados a lo largo de nuestra evolución para
maximizar nuestro éxito reproductivo, ¡de forma
totalmente inconsciente!

El intentar abordar nuestro comportamiento sexual bajo una
perspectiva evolutiva no nos evitará enamorarnos locamente
cuando se presente la ocasión, pero tal vez nos ayude a
enfocar de forma más pragmática algunos de los
interrogantes que puedan surgir en las relaciones con el otro
sexo.

http://www.nodo50.org/arevolucionaria/masarticulos/octubre2003/interesexos.htm

Por RUDOLF
GRIMM

EL UNIVERSAL, 260399, P.7, HAMBURGO (DPA).

"Tal para cual", dice el proverbio. Pero también
según una ley física, "los polos
contrarios se atraen". En ambas afirmaciones está la
verdad. Pero, cuando se trata de elegir la pareja para toda la
vida, cuentan más las similitudes. Ya William Shakespeare
elogiaba "las almas gemelas".

Investigaciones científicas, entretanto, no dejan lugar
a dudas de que, cuando se trata de personas, el amor surge
entre quienes se asemejan. La ciencia
tiene pocas pruebas de que
los contrarios se atraigan señala una revisión de
los últimos conocimientos sobre elección de la
pareja publicada en su último número por la
revista
alemana "Psyhologie heute" (Psicología hoy).

Las similitudes se refieren tanto al origen es decir, el
medio ambiente
familiar como a las semejanzas físicas. La mayoría
de las parejas se asemejan también en la estatura y la
complexión física, en la inteligencia,
como en otras características de la
personalidad. La semejanza, por lo demás, ha probado
ser garantía para la estabilidad de la
relación.

Sociobiólogos y antropólogos han construido tres
modelos de
explicación sobre el por qué dos personas "se
hallan" en medio de esta enorme humanidad. Además de la
atracción mutua por similitud genética, han
constatado que hay también una herencia
evolucionaría que determina la elección de la
pareja y que, además, hay procesos
hormonales y bioquímicos que son cómplices en el
enamorarse. Basado en una encuesta entre
más de 10 mil personas de 37 países, el
psicólogo evolutivo David Buss constató la
existencia de determinadas estrategias de elección de la
pareja, típicas pare hombres como para mujeres.

La mujer, según esto, busca una pareja fiable con
posición social, que no la abandone cuando se trate de
criar a los hijos. El hombre, por el contrario, tiende a la
búsqueda de una mujer que le parezca capaz de traer hijos
sanos al mundo.

El hombre de hoy, en pleno umbral del siglo XXI, lleva
todavía consigo los deseos de los cazadores y recolectores
de la Edad de Piedra, según constata Buss sobre la base de
su investigación.

La psicóloga Dagmar Luszyk, a través de un
estudio piloto, halló que la teoría
evolucionaría sobre la elección de la pareja
coincide incluso con los modelos de búsqueda de pareja en
mujeres entre los 50 y los 69 años de edad: también
ellas hacen resaltar su apariencia externa y atribuyen
importancia al status social,
a la
educación y a la solidez financiera del hombre. El
tercer modelo de
explicación confirma, entre otras cosas, el dicho popular
de que las personas gustan de quien pueden "oler", cosa que el
etólogo Karl Grammer considera como.
Científicamente comprobada. Cada persona posee un olor muy
peculiar que transmite un mensaje que, para los demás,
puede ser agradable o antipático.

Biólogos y antropólogos reconocen, sin embargo,
que la ciencia no es capaz de responder definitivamente el
proceso de elección de la pareja. De acuerdo a esto
modelos psicológicos señalan que el deseo de tener
hijos sanos y las similitudes en muchos rasgos no basta como
explicación.

La publicación alemana cita así a Joerg Willi.
Un especialista en terapia familiar y de la pareja que cree que
"podemos hallar simpáticas a muchas personas, podemos
conversar y entendernos a pleno gusto con ellas y sentir que
coincidimos óptimamente, sin que por eso salte entre
nosotros la chispa de la fascinación de amor. Por otra
parte, a veces tampoco llegamos entender cómo nos
enamoramos de una persona contra toda la razón y sin
posibilidad alguna de un entendimiento profundo o de una
relación duradera".

Según el modelo "coevolutivo" de elección de la
pareja formulado por Willi, dos personas se enamoran cuando
reconocen: con este hombre o con esta mujer es posible un
desarrollo. La chispa del amor sólo puede saltar cuando
ambos son poseídos por la esperanza de penetrar el uno con
el otro y el uno mediante el otro en nuevos espacios vitales.

El sexólogo John Money, por su parte, ha propuesto un
modelo de "mapa del amor". Este surge desde la más tierna
infancia, a
través de vivencias e impresiones que se entretejen en un
patrón bien determinado, de modo que el "mapa" muestra con
relativa exactitud las facciones, la estatura, el color del cabello
y el temperamento de la pareja ideal.

El antropólogo Helen Fisher señala además
muchas otras características del mapa, que surten efecto
inconscientemente: una vestimenta de trabajo, por
ejemplo, o vestimenta en general, formas corporales, una
determinada forma de reír. Lo positivo y lo negativo de la
niñez y la adolescencia
forman una trama que es superpuesta sobre una persona para saber
si él o si ella pueden ser considerados como la
compañía para toda la vida. Mientras mayor sea la
coincidencia entre la trama y la realidad, mayor sería la
posibilidad de enamorarse.

http://www.geocities.com/gaedsun/docs/amoreco.htm#I

¿Qué se entiende por
relación de pareja en la adolescencia?

De manera simple puede decirse que es la relación
afectiva que preferentemente surge de manera natural entre dos
jóvenes de diferente sexo y que se manifiesta a partir de
los 10-12 años, coincidiendo con el inicio de la pubertad. Por
algunos factores muy específicos, esta relación
afectiva podría tener expresiones anticipadas a partir de
los 8 años

¿Qué diferencia existe entre la
relación de pareja en la adolescencia y el
noviazgo?

La relación de pareja adolescente es una
relación carente de compromiso formal que se desarrolla
entre los 10 y 20 años pudiendo extenderse en la edad
adulta. Nuestra sociedad no
reconoce en la relación de pareja adolescente a una
institución y, erróneamente, casi no le asigna un
interés
particular desde el punto de vista educativo y de
orientación.

El noviazgo, en cambio, es una relación semiformalizada
en una pareja y socialmente se considera la etapa previa al
matrimonio.
Aunque legalmente no existe como institución legal, la
sociedad occidental lo considera un compromiso que se
semiformaliza de diferentes maneras: la postura previa de
argollas o anillos por parte de los comprometido, visitas entre
los padres para confirmar el compromiso de matrimonio y
petición de la novia a los padres de ésta, entre
otras diversas manifestaciones conforme el país y cultura de que
se trate.

En otras palabras, el noviazgo como tal es un compromiso, no
escrito ni válido legalmente, contraído por una
pareja para casarse a futuro, sea en una fecha determinada o en
un tiempo indefinido. Tal compromiso no obliga a las partes a
casarse, necesariamente, y una de ellas bien puede renunciar a
ello si así lo estima conveniente con consecuencias de
tipo social – sobre todo si se había formalizado ante
familiares – pero no legales.

La sociobiologia es un campo científico en desarrollo
que investiga las bases biológicas de las conductas
sociales de los animales como la cooperación, la
agresión, la territorialidad, los sistemas sociales
y la elección de pareja.

La sociobiología intenta ampliar el concepto de
selección natural a los sistemas sociales y a la conducta social
de los animales, incluidos los seres humanos. Los
sociobiólogos piensan que los patrones de conducta con los
que se nace se modifican, e incluso, desaparecen en el transcurso
del proceso de selección natural.

Los sociobiólogos postulan que tanto el comportamiento
animal como el comportamiento humano no puede ser explicado
satisfactoriamente sólo tomando en cuenta factores
culturales y ambientales. Postula la teoría
sociobiológica que para entender completamente el
comportamiento de las especies animales, éste debe ser
analizado desde la lupa o enfoque de sus orígenes
evolutivos.

La sociobiología es una rama de la Biología
evolutiva que intenta responder al porqué de la conducta,
aunando conceptos de la biología del comportamiento, de la
ecología
de poblaciones y de la biología evolutiva. Para la
sociobiología todo comportamiento resulta de una compleja
interacción entre la herencia y el ambiente. El
comportamiento, entonces, está sujeto a los efectos de la
selección natural, de manera tal que los animales
están predispuestos a comportarse adaptativamente en sus
ambientes naturales

LA ATRACCION
SEXUAL

Otros elementos sexualmente atractivos son de índole
postural y dinámica (cinésica). Es sexualmente
atractiva en hombres y mujeres una postura "tónica"
(muscularmente firme y no decaída) que se manifiesta por
el abdomen hacia dentro, el pecho alzado, los hombros hacia
atrás, el cuello recto y la mirada dirigida al frente;
durante la interacción entran al espacio del otro o se
inclinan hacia él. Entre los aspectos dinámicos
generales destacan en la mujer el caminar extendiendo a cada paso
la pierna en su totalidad, el movimiento
pendular natural de los brazos sin separarlos demasiado del
cuerpo y la oscilación de las caderas. El hombre atractivo
camina con pasos más bien largos y firmes mientras que los
brazos oscilan más ampliamente y algo más separados
del cuerpo.

En el plano dinámico más específico se
sitúan los gestos del rostro y las manos. Hombres y
mujeres sexualmente atractivos sonríen ampliamente,
producen un roce "casual" y miran de forma intencionada. Las
mujeres llevan a cabo gestos de acicalamiento tales como elevar y
adelantar el busto, sacudir la cabeza para echar hacia
atrás el cabello, jugar con el cabello, mostrar al hombre
las muñecas y palmas de las manos, mover lentamente un
objeto cualquiera, etc. Los hombres usan una "observación íntima" (miran a los
ojos de la mujer y luego descienden lentamente hacia el
mentón, el pecho y siguen hasta la región genital o
las piernas), además de alisarse el cuello o los
puños de la camisa u otra prenda, quitar una mota
imaginaria, etc.

Afortunadamente para quienes disponen de muy pocos elementos
físicos estructurales o funcionales sexualmente
atractivos, cabe destacar la enorme fuerza de la
curiosidad intelectual, el entusiasmo, el dinamimso, la
alegría y la creatividad,
probablemente porque todas estas manifestaciones conductuales
indican esa buena salud y la disposición a disfrutar de la
vida que son esenciales para producir la atracción
sexual.

Cuando consideramos la enorme cantidad de dinero que mueve la
industria de la belleza, desde la cosmética a la
cirugía plástica o la moda, se hace evidente que el
atractivo físico es un tema que nos preocupa mucho. Es
erróneo pensar que esta preocupación es algo
exclusivo de las sociedades occidentales actuales. La belleza es
y ha sido una inquietud constante desde los orígenes de
nuestra especie, e incluso antes (se han encontrado adornos
corporales como collares o pulseras junto a los restos de
homínidos anteriores a Homo sapiens). Hombres y mujeres de
culturas muy diferentes adornan su cuerpo con algún tipo
de maquillaje, tatuajes, piercing y/o abalorios de todo tipo.

Charles Darwin, en su libro The descent of man, and selection
in relation to sex, fue el primero que trató el tema de la
belleza humana desde un punto de vista biológico.
Basándose en los comentarios de varios misioneros
británicos, intentó encontrar patrones de belleza
comunes a todos los humanos. Probablemente debido a los
prejuicios y falta de objetividad científica de los
informadores, Darwin acabó concluyendo que no
existía un estándar general de belleza: distintas
culturas tenían distintos patrones de belleza. Sin
embargo, algunos estudios transculturales realizados
recientemente han demostrado que sí existen unos patrones
de belleza universales. Personas de diferentes clases sociales,
edades, culturas y razas comparten un mismo sentido
estético de la belleza humana y coinciden a la hora de
discriminar qué es atractivo y qué no.

¿Por qué nos resultan sexys determinados rasgos
faciales o corporales? ¿Por qué los hombres se
sienten atraídos por las jovencitas y, en cambio, las
mujeres se interesan por hombres mayores y bien situados?
Recientemente, algunos científicos se han planteado que
para comprender éstos y otros aspectos del comportamiento
humano es necesario empezar por reconocer que se trata de un
problema de biología evolutiva. A raíz de estas
ideas ha surgido una nueva disciplina, denominada
psicología evolucionista, que tiene como objetivo
descubrir y comprender el diseño de la mente humana desde
una perspectiva evolutiva. Los principios en que se basa esta
nueva ciencia son muy simples y a la vez muy sugerentes, y se
pueden resumir en la siguiente afirmación: nuestros
circuitos neurales son el resultado de un proceso evolutivo, han
sido diseñados por la selección natural para
resolver los problemas a los que nuestros ancestros se han
enfrentado a lo largo de nuestra historia. Generación tras
generación, durante más de 10 millones de
años, la selección natural ha ido lentamente
esculpiendo el cerebro humano, favoreciendo aquellos circuitos
que permitían resolver de forma apropiada los problemas a
los que se enfrentaban nuestros ancestros: encontrar pareja,
conseguir alimento (cazando y recolectando), buscar aliados,
defenderse de los enemigos, criar a los hijos… Esto supone que,
para entender nuestro comportamiento en el presente, hemos de
tener en cuenta que está generado por mecanismos de
procesado de información que existen porque resolvieron
problemas adaptativos en el pasado, es decir, en los ambientes
ancestrales en los que los humanos evolucionaron. Eso no quiere
decir que la selección natural no continúe su
acción en el presente, pero las condiciones que hoy en
día nos resultan tan familiares, las ciudades, las
naciones, las máquinas, las fábricas y los
colegios, por citar algunas, son muy recientes. Representan menos
de una milésima de la historia de nuestra especie y la
evolución necesita mucho tiempo.

Nuestro cerebro contiene diferentes circuitos neurales
especializados en resolver diferentes problemas adaptativos, y
uno de los problemas más importantes con que se enfrenta
todo animal a lo largo de su vida es el de encontrar pareja y
reproducirse. Aunque pueda resultar demasiado pragmático y
poco romántico, nuestros cerebros han sido
diseñados para detectar y considerar sexualmente
atractivos aquellos estímulos que son indicadores de un
mayor potencial reproductor. Aquellos humanos primitivos que
eligieron parejas con mayor capacidad reproductora dejaron
más hijos y todos nosotros somos sus descendientes.

Nuestra experiencia cotidiana nos muestra que hombres y
mujeres afrontan la sexualidad de forma muy diferente. Esto tiene
sentido desde una perspectiva evolutiva, ya que como ocurre en
otras especies animales, las mujeres realizan una mayor
inversión parental y tienen un potencial reproductor mucho
menor que los hombres. Un hombre puede engendrar muchos
más hijos de lo que la monogamia le permite. Por tanto, ha
habido un conflicto de intereses que ha llevado a que hombres y
mujeres hayan evolucionado hacia estrategias sexuales diferentes.
La psicología evolucionista ha formulado algunas
hipótesis sobre las diferencias de estrategia entre los
dos sexos a la hora de elegir pareja, y muchas de las
predicciones que surgen a partir de esas hipótesis han
sido comprobadas experimentalmente. En general, los hombres
tienden a ser más promiscuos y más dispuestos a
mantener relaciones sexuales con parejas ocasionales que las
mujeres, y éstas son mucho más exigentes
(selectivas) respecto a sus parejas sexuales.

Estudios sobre las preferencias a la hora de elegir pareja de
hombres y mujeres de culturas muy diversas han demostrado que las
mujeres colocan entre los primeros lugares los recursos que puede
aportar el hombre, mientras que los hombres valoran la belleza.
Pero, ¿qué rasgos resultan bellos a los ojos de los
hombres? De forma universal, las mujeres más atractivas,
más sexys, son aquellas que exhiben caracteres que indican
un alto valor reproductivo. Los hombres aprecian aquellas
características físicas que se correlacionan con la
juventud, como la nariz y el mentón pequeños, los
labios gruesos y la piel tersa, y con la fertilidad, como una
cintura estrecha y unas caderas amplias (una relación
cintura-cadera de 0.7 se considera sexy). Por otra parte estos
rasgos están controlados por los niveles de
estrógenos (más concretamente por la
proporción entre estrógenos y testosterona).
Curiosamente las mujeres encuentran atractivos distintos rasgos
masculinos dependiendo del momento del ciclo menstrual. Aunque en
general prefieren hombres con rasgos faciales suaves, algo
feminizados, en el momento de máxima fertilidad del ciclo
menstrual eligen hombres con rasgos faciales y corporales
más masculinizados (indicadores de niveles elevados de
testosterona).

Una característica que todos los humanos
independientemente del sexo o la edad valoran a la hora de juzgar
el atractivo de una persona es la simetría. Esta
atracción por la simetría es algo que tenemos en
común con muchas especies animales. Pero,
¿qué indica la simetría? Se considera que el
grado de simetría es un indicador de "calidad
genética". Al elegir una pareja simétrica estamos
eligiendo "buenos genes" para nuestros hijos. En todas las
culturas, los hombres y las mujeres más simétricos
son considerados los más atractivos. Se han realizado
numerosos estudios sobre las relaciones entre simetría
facial o corporal y el éxito en el apareamiento o el
atractivo sexual en humanos. Los resultados de estos estudios
demuestran que las mujeres más simétricas se
emparejan con hombres con más recursos. Los hombres
más simétricos pierden la virginidad antes, tienen
más parejas sexuales, invierten menos recursos en la
relación y son más infieles. Además, su olor
resulta más sexy. Por otra parte, la frecuencia de los
orgasmos femeninos durante la cópula se correlaciona con
el grado de simetría de su pareja, de forma que los
hombres más simétricos estimulan más
orgasmos en sus parejas. Lo más curioso de estos trabajos
es que demuestran que nuestro cerebro está capacitado para
detectar y responder ante la más mínima
asimetría ¡de forma totalmente inconsciente!

El comprender el papel de la evolución en el fascinante
proceso de la atracción sexual no nos evitará
enamorarnos locamente cuando se presente la ocasión, pero
tal vez nos ayude a enfocar de forma más pragmática
algunas de las decepciones que pueden surgir en las relaciones
con "el otro sexo".

1. Descripción General

Por elección de pareja se entiende al proceso mediante
el cual una persona elige a otra para formar un vinculo estable
Leñero (1987) considera que son tres los aspectos que
intervienen en la elección de pareja Primero una cierta
homogamia de origen, es decir, respondiendo a una norma de
búsqueda de pareja entre quienes tienen más
categorías sociales comunes, como clase social
religión,
etnia lugar de
residencia edad, nacionalidad
etc. Segundo un consenso general de valores
relacionados con la forma de concebir la vida objetivos de
la misma, etc.; y tercero una búsqueda de rasgos
complementarios a la propia personalidad, todo aquello en
contexto de un condicionamiento psico-socio -cultural, que
influye en el criterio de ambos miembros de la pareja

Existen diversos factores que influyen en la elección
de la pareja y se puede considerar que dichos factores tienen,
por una parte, características psicológicas
semejantes y por otra, ofrecen características
psicológicas complementarias en cuanto a necesidades
psicológicas (Romero 1999). La misma autora explica que
existen diversos factores que afectan en la elección de la
pareja, sin embargo, dos de ellos son los más dominantes
el factor inconsciente y el factor social Los dos factores
influyen en la decisión de un individuo para compartir su
vida con otro y de la calidad de relación que
establecerán

Se van realizado estudios que hablan de la relación de
la personalidad con el lipa de elección de pareja. Kunkel
y Dickerson (1982) encontraron que existen parejas unidas en
relación a sus similitudes en cuanto a edad,
religión, cantidad de consumo de
alcohol y
cigarros, puntos de vista políticos, promedios
académicos años de estudio apertura intelectual y
dominancia Por otro lado Buss y Barnes (1986) encontraron que
existen parejas unidas por el cubrimiento de necesidades tanto
propias como de la otra persona, es decir, se complementan En uno
de sus estudios encontraron que las mujeres que preferían
un hombre con grado de estudio superior, buena historia familiar,
buen sueldo, etc. Poseían bajo nivel de tolerancia
logros, independencia
e inteligencia.

Otro fenómeno que se ha venido estudiando por diversos
autores es el Bienestar Subjetivo. En cuanto a este se han
realizado diversos estudios que loman en cuenta diferentes
factores que están relacionados con el aumento o la
disminución del bienestar subjetivo de las personas Entre
ellos el medio social, y el medio familiar (Prats, 1999) De
acuerdo con Ahuvia (2001) el bienestar subjetivo es una de las
metas que se encuentran en todas las familias y el comportamiento
humano.

Glen y Weaver (1981) mencionaron que numerosos estudios
transversales longitudinales y retrospectivos han mostrado una
mayor prevalecía e incidencia de muchos desórdenes
tanto físicos como psicológicos, así como
una menor esperanza de vida entre las personas sin pareja Hay
trábalos que demuestran que el tener una pareja estable es
uno de los mayores preeditores de bienestar subjetivo Al respecto
Helgelson (1994) afirma que las relaciones satisfactorias
ocasionan un incremento en el bienestar subjetivo de las
personas.

De acuerdo con Veenhoven (1993), hay estudios que muestran que
la gente en la mayoría de las naciones, de diferentes
niveles socioeconómicos y diferente calidad de
vida han tenido reportes positivos acerca de su bienestar
subjetivo Es decir cuando se habla de bienestar subjetivo se
analizan los factores que hacen mas felices a unas personas que a
otras

Por lo mencionado anteriormente, el propósito de la
presente investigación es estudiar la relación que
existe entre el nivel de bienestar subjetivo de la pareja, y el
tipo de elección de pareja basado en rasgos semejantes o
complementarios de la personalidad de los miembros de la
pareja

2. Relaciones
Interpersonales

De acuerdo con Donatelle, Davis, Munroe y Munroe (2001) las
relaciones
interpersonales son aquellas en las que las personas ofrecen
y reciben valor entendimiento y se sienten valoradas
intelectualmente, emocionalmente y físicamente En este
contexto se puede decir que los amigos, familiares, amantes,
compañeros de trabajo etc. forman parte de relaciones
interpersonales de una persona

Desde el punto de vista psicológico son muchos los
autores que han hablado de Relaciones ínter personales
Adler (citado por Bischof 1973) propone que el hombre es por
naturaleza
social Su principio del interés social lo lleva a
interesarse por otro ser social, siendo este un interés
universal, esta dimensión social se manifiesta en la
elección de pareja. La elección de pareja es innata
del ser humano Al respecto, Fromm (citado por Bischof, 1973)
afirma que el ser humano, por su capacidad de amar, tiende
siempre a relacionarse tanto consigo mismo como con los
demás.

Para Skinner, en
Fadiman y Frager (1979) no hay una significación especial
en la conducta social distinta de otra conducta presentada en el
individuo, ésta solo

se caracteriza por llevar implícita la
interacción con dos o más personas Esto es que el
ser humano se relaciona con los demás solo por ser una
forma de comportamiento y no por la necesidad de
afiliación El mismo autor menciona además que en
las situaciones sociales los reforzadores que recibe una persona
dependen solo en forma parcial en su conducta; así pues la
modificación de la conducta en las relaciones
interpersonales se basa en las reacciones de los demás y
en las propias percepciones

Por otro lado Buhler (citado por Boszormenyi, 1982) menciona
que la teoría Transaccional considera a las relaciones
sociales como organizaciones de
acción (sistemas) y a las personas como unidades; es
decir, el individuo se presenta como un Yo contribuyendo a la
formación de un delineamiento simbólico de dos o
más entidades él y el otro Esto es que cada persona
es un elemento que al interactuar forman un sistema, que di
mismo tiempo se relaciona con otros sistemas

Por otra parte, uno contribución acerca del desarrollo
de la niñez y su relación con futuras relaciones
interpersonales en la edad adulta muestra que, niños bien
adoptados, reservados y confiables tienden a tener un buen ajuste
en su comportamiento de adultos solamente en sus relaciones de
trabajo y de pareja. y niños con un bajo control tienden a
tener bajos niveles de adaptación y mayores conflictos
interpersonales a lo largo de su vida de adultos (Newman, et al
1997)

Al respecto Piaget (1952),
considera que existe una relación importante entre los
aspectos que se refieren a la atracción personal y el
proceso de socialización El niño se encuentra
desde el nacimiento en interacción con otras personas
hacia las cuales se sentirá atraído y podrá
establecer semejanzas y diferencias tomando una parte de
éstas como formas de conducirse. Esto es que la persona va
a basar su relación con otra persona de acuerdo a lo que
le agrada y le desagrada de ésta

Por otro lado Freud en Fadiman
y Frager (1979) explica que las relaciones e interacciones en los
adultos se van a ver altamente influenciadas por las primeras
experiencias de la infancia, es decir, en el seno familiar Esto
es que los patrones fundamentales madre – hijo, padre – hijo y
niño – hermano son los prototipos de los encuentros
posteriores, es decir que hasta cierto grado, van a ser
recapitulaciones de la dinámica, las tensiones y
gratificaciones que vivieron.

Algunos autores han considerado a la relación
interpersonal como una variable unidimensional; suponen que
existen dos extremos en las formas de relación, de
atracción por una parte y repulsión por la otra
(Gojman. 1973) Es decir que en la interacción de dos
personas, estos deben encontrar un lugar entre la
atracción y la repulsión que existe entre los
miembros de la pareja El mismo autor afirma que otros
investigadores consideran que los sentimientos positivos y
negativos hacia las personas se pueden presentar en formas
independientes, es decir se puede experimentar una extrema
repulsión por un mismo individuo, dependiendo de los
aspectos de uno de los miembros de la pareja que resulten
agradables y los que resultan desagradables al mismo tiempo

Otro factor importante en las relaciones interpersonales son
los rasgos de personalidad que se tengan Estos |juegan un papel
muy importante, ya que debe existir un grado de complementariedad
y compatibilidad para que baila un entendimiento mutuo en dichas
relaciones La profundidad de una interacción depende de
los individuos, y dada esta, se dará el
conocimiento de las personalidades involucradas Del producto de
tal interacción se dará el interés de
incluir a dicho individuo en el repertorio de candidatos a elegir
como parte del medio del individuo y por lo tanto de elegir y
formar una pareja (Romero, 1999). Así pues una persona va
elegir a otra para formar una pareja dependiendo de las
semejanzas y diferencias que hay entre ellos y del interés
de ese individuo sobre el otro.

Por otro lado es necesario que existan ciertas semejanzas
tanto en las normas como en
las formas de comunicación y percepción
del mundo, sin embargo, también es indispensable que unos
individuos difieran de otros para que al aportarse algo
mutuamente, se integre al grupo como
totalidad y sea posible la convivencia (Gojman, 1973) La misma
autora afirma que en las relaciones entre el hombre y la mujer es
donde se hacen más notables los aspectos de semejanza y
complementan edad de la relación

El ser humano desde el nacimiento tiene una fuerte necesidad
de pertenencia Esta necesidad se refiere a vincularnos con otros
por medio de relaciones que brinden interacciones positivas y
duraderas (Myers 2000). La búsqueda de satisfacción
de esa necesidad llega a su fin cuando el individuo logra una
relación de pareja es por eso que resulta necesario hablar
de la elección de pareja y los factores que intervienen en
este proceso.

3. Elección
de Pareja

Donatelle et al (2001) afirman que la relación
interpersonal más significativa para el ser humano es la
pareja, basándose en tres aspectos para definirla: El
primero es interdependencia de comportamiento la cual se refiere
al impacto que cada uno de los miembros de la pareja tiene sobre
el otro que a lo largo del tiempo se vuelve más fuerte El
segundo aspecto es la satisfacción de necesidades que se
refiere a la satisfacción de necesidades
psicológicas como aprobación intimidad, integración social, ayuda,
afirmación, etc. Esto es que cada miembro de la pareja
abren sentimientos comparten secretos se ayudan el uno al otro,
etc. Por último el tercer aspecto que toman en cuenta es
el apego emocional, este se refiere a que las relaciones de
pareja se basan en lazos fuertes de apego emocional o
sentimientos de amor y unión

Por otra parte, desde el enfoque de la teoría
sistémica; la pareja puede ser definida como un sistema
abierto circular y estable (Bueno 1985). Un sistema abierto es un
sistema que posee medio, es decir posee otros sistemas con los
cuales se relaciona, intercambia y comunica Esto es que se
considera ala pareja como un sistema abierto porque está
compuesto por el subsistema hombre -mujer y forma parte de otros
suprasistemas como la familia
comunidad
sociedad etc.

La pareja es un sistema circular porque se encuentra en un
estado
constante y dinámico en donde cada una de las partes
está relacionada con las otras partes siendo la conducta
de cada uno producto de su estructura
interna de personalidad asi como del conjunto de circunstancias
que lo rodean; y es estable por la importancia que los miembros
de la pareja le atribuyen a la relación para que sea
duradera

El mismo autor propone que toda pareja, así como otros
sistemas sociales presenta dos características
fundamentales: La primera es la totalidad ya que la pareja es una
organización independiente. La conducta y
expresión de uno van a influir y es influido por lo del
otro, lo que implica una suma de ambos La segunda
característica es la homeostasis o
también llamada retro alimentación, yo que
en la parejo se tienen mecanismos para mantenerla en equilibrio.
Estos mecanismos son llamados propiedades morfoestóticas
que permiten asegurar la permanencia de las reglas del sistema
(Wertbeim citado por Bueno 19B5), y propiedades
morfogenéticas que permiten el desarrollo, el cambio y la
innovación (Le Moigne Buckley, citados por
Bueno, 1985) Una relación apropiada entre ambas permite
una adaptación óptima en función de
los cambios transcurridos durante el desarrollo del sistema

Desde el punto de vista biológico Higashida (1996)
considera a la pareja se como un producto de la naturaleza ya que
es una unidad de procreación para la continuación
de la especie. Así mismo afirma que existen personas que
toman en cuenta dos factores biológicos para la
elección de la pareja; la edad y la apariencia
física; y una vez ya elegida la pareja viene la etapa en
el que se lleva a cabo una interacción persona, familiar y
social De esta interacción puede surgir la
aceptación o el rechazo

Al respecto en una serie de estudios realizados por bliss
(1989) teniendo como muestra más de 10,000 individuos en
37 culturas diferentes encontró que los hombres de todo el
mundo le dan mas importancia que las mujeres a la apariencia
física prefiriendo así a las mujeres que se ven
más jóvenes y atractivas A diferencia las mujeres
generalmente reportan importarles más el estatus social,
la ambición de su pareja y el proyecto de
vida

Tordjman (1989) explica que la elección de pareja se da
a un grupo original llamado a construir un vinculo propio y a
funcionar según su propia organización

Este grupo accede a uno organización interno en lo
medido en que tiene un pasado y, sobre todo, perspectivas de
duración Al respecto Fromm, (Citado por Villanueva.
19B5).menciono que lo elección de pareja cobra gran
importancia para el individuo oí final de la adolescencia
En esto etapa la persona toma conciencia que
ello es la responsable de su vida y que necesita cubrir sus
necesidades de relación y arraigo, las cuales sólo
pueden satisfacerse a través del amor y la fraternidad Al
respecto Erickson afirma que una de las tareas más
importantes de lo adolescencia es la elección de
pareja.

Dowdy y Kliewer (1998) en un estudio donde se entrevistaron a
153 estudiantes de una preparatoria encontraron que la
mayoría de los adolescentes
han tenido experiencia de relación de pareja para los
dieciséis años y muchos de ellos establecen
relaciones formales y senas Resultados similares fueron
reportados por Neeman hubbard y Masten (1995) Ellos encuestaron
176 adolescentes de 14 a 19 años de edad, acerca de su
experiencia en pareja. El 43% de los participantes reportaron
encontrarse en una relación de pareja estable. 38%
indicaron que tenían una pareja aunque no estable y
sólo el 19% no tenían pareja.

La elección de pareja depende de muchos factores y
circunstancias. Leñero (19S7) toma en cuenta tres factores
importantes que tienen que ver con la elección de pareja
primero una homogamia de origen, es decir. La búsqueda de
pareja entre quienes tiene más características
sociales en común, como segundo factor se encuentra que
tengan valores en común, como la forma de ver la vida
proyecto de vida etc.. y en tercer lugar características
complementarias a la personalidad

Lemaire (1986) propone que en las vías de
atracción de las parejas, entran en luego tanto factores
inconscientes como conscientes y que al conjugarse resultan
cuatro vías de atracción las cuales son: A)
(Consciente – consciente) aquí los conscientes de cada
miembro d9 la pareja entra en juego Las Dos
personas se atraen por aspectos como fisonomía, estatus
socioeconómico, tono de voz, modo de moverse etc. B)
(Consciente – Inconsciente): A medida que la relación
progresa el individuo va detectando más elementos de la
otra persona que cubren sus necesidades inconscientes, es decir,
todo aquello que le permitirá reeditar las vivencias
infantiles pendientes C) (Inconsciente – Inconsciente) Se da un
intercambio de necesidades inconscientes mutuas. Y por
último D) (inconsciente / consciente – inconsciente.
ဢ' consciente) en dond9 los materiales de
cada integrante no interfieren pues se interrelacionan dos
sujetos completos individuales y únicos

Tordjman (1989) menciona que la elección de pareja es
dada por la elección amorosa que incluye y concluye en una
relación duradera. Para esto existen dos tipos de
determinantes en la elección de pareja a) las
determinantes socio -culturales que son las diferentes entidades
como familia, escuela, trabajo,
etc. Con las que el individuo esta en contacto durante la mayor
parte de su desarrollo b) Las motivaciones inconscientes, que son
impulsos instintivos, experiencias reprimidas, infancia memorias y los
deseos fuertes pero insatisfechos

Los determinantes sociales que van a determinar la
elección de pareja son educación, contexto
socio – cultural, condiciones económicas y
geográficas (Lemaire 19S6) Por otro lado las motivaciones
inconscientes que determinan la elección de pareja son los
impulsos instintivos, las experiencias reprimidas La infancia las
memorias y los deseos fuertes pero insatisfechos (Revee,
1994)

Al respecto. Freud (citado por Tordjman. 1989), agrega que se
elige a la pareja orientándose hacia dos sentidos
principales el primero es la petición a la pareja de algo
que se carece, y el segundo es Id petición a la pareja de
compartir una parte de nosotros mismos

Por otro lado Satir (1973) afirma que los miembros de una
pareja eligen compartir sus vidas conociendo sólo una
faceta de la personalidad de cada uno, y cada uno espera que el
resto de la personalidad esté de acuerdo con la parte ya
conocida. Asi mismo habla de que la elección de pareja es
realizada por una persona congruente, que esta desarrollada
sexualmente de forma normal y que está atraída por
un miembro del sexo opuesto, y que además la persona
elegida sea a su vez, igualmente desarrollada Agrega
también la idea de que la mayoría de la gente
quiere un matrimonio diferente al de sus padres, sin embargo,
tienden a escoger lo conocido Esta tendencia no está dada
por herencia, sino por seguir modelos familiares

Existen dos factores dominantes en la elección de
pareja El factor inconsciente y el factor social El Factor
inconsciente se da cuando la pareja no sabe que fue lo que les
atrajo uno al otro La teoría psicoanalítica habla
de la elección inconsciente de una pareja que satisface
las necesidades de las etapas donde hubo fijaciones y estas son
inconscientes (Romero, 1999). En cuanto al factor social Estrada
{1991) afirma que la supervivencia del ser humano depende del
contacto y comunicación interpersonal; así mismo,
el individuo es individual y social y su funcionamiento depende
de las relaciones humanos de su primer grupo

Debido al número de factores que influyen en lo
elección de pareja para esta investigación se
consideraron o los dos factores dominantes mencionados
anteriormente: A) el factor inconsciente que está apoyado
por la teoría de la complementariedad y

B) el factor social apoyado por la teoría de la
semejanza.

3.1 Factor Inconsciente
y La Teoría de la complementariedad.

El llamado proceso inconsciente está dado por el efecto
del desconocimiento descubierto, cuando una pareja no sabe
exactamente qué fue lo que los atrajo el uno al otro
(Romero, 1999). La teoría psicoanalítica afirma que
inconscientemente se elige a una pareja que de alguna manera
satisface las necesidades surgidas donde hubo fijaciones y de las
cuales no se es consciente (Freud, citado por Fadiman y Frager,
1979). Un punto de vista en cuanto a la elección de pareja
que aporta el psicoanálisis es la repetición de
patrones Ésta se da cuando se elige una pareja parecida a
la madre o al padre, respectivamente. De acuerdo a esta
teoría, la pareja se une por la necesidad de resolver
aspectos negativos de la infancia en una segunda oportunidad
(Lemaire. 1986), Al respecto Romero (1999) menciona que aunado a
esta selección inconsciente con respecto a necesidades, se
tiende a escoger a una pareja en función de patrones
conocidos que en la mayoría de los casos, es el de los
propios padres Así mismo afirma que la espontaneidad de la
elección da lugar a un proceso de protección
inconsciente de cada miembro, es decir, a una protección
desconocida o de una expectativa implícita de cada sujeto.
En este proceso de protección se encuentra
implícito el desarrollo de los miembros de la pareja
durante la infancia

Por otro lado, Sandoval (1985) (citada por Moreno y Ploenning.
19B9) plantea que la elección de pareja está dada
por la relación del objeto primario determinando
así su conducta y sus relaciones con su medio ambiente y
consigo mismo, de tal manera que la selección que se haga
tanto del objeto amoroso, como de las demás relaciones
sociales, profesionales etc., dependerán de las
identificaciones logradas y de la introyección de los
objetos buenos o malos que haya logrado el individuo durante los
primeros años de vida. Es decir, que se selecciona a la
pareja de acuerdo con la relación del objeto temprano
predominante

Aunque hay muy poca evidencia en cuanto a la teoría de
la complementariedad Barry (1970) y Tharp (1963) encontraron que.
o pesar, de que la mayoría de las personas eligen como
pareja a un individuo semejante a ella, hay algunas personas que
escogen a su pareja porque la consideran opuesta o diferente a
ella. De los pocos estudios que proporcionan evidencia acerca de
esta teoría fue el llevado a cabo por Winch (1858) donde
encontró que los miembros de la pareja se escogen el uno
al otro basándose en necesidades inconscientes
complementarias.

Como se mencionó anteriormente lo teoría
predominante que apoyo al factor inconsciente es la Teoría
de la Complementariedad de Winch (1954), apoyado por Swenser
(1967), Sluzki y Bleichamar (1979) y Anderson (19BO) (citados por
Atibe. 1995). Myers (2000), define complementariedad como la
creencia popular según la cual en una relación
entre dos personas cada una tiende a completar lo que falta en la
otra (Gojman. 1973) afirma que las relaciones interpersonales que
solo pueden desarrollarse en base a las diferencias, se
complementan mutuamente Así mismo habla de que estas
relaciones están basadas en una meta en común que
para lograrla necesitan juntar fuerzas de diferentes
naturalezas.

Al respecto Aube (1995) afirma que en la elección de
pareja cada persona busca en su grupo individuos, aquel que
satisfaga sus necesidades en la mayor medida posible es al que se
va a escoger La satisfacción más grande ocurre
cuando los patrones de necesidad de la pareja son complementarios
mas que similares Las necesidades se atraen por
características sociales, el consenso de valores
familiares y la complementariedad de roles y sobre todo de
necesidades inconscientes especificas

Kunkel y Dickerson (1982) afirman que si las diferencias de la
pareja son mayores, entonces será más grande la
aportación de actitudes,
criterios, capacidades y cualidades Reafirmando esto Fishman y
Rosman (1998) dicen que una persona con ciertos rasgos
característicos de su temperamento se acopla mejor a una
persona con características opuestas a estas

Moreno y Ploennmg (1989) hablan de la pareja complementaria
definiéndola como la pareja en la que uno de los miembros
ocupa un lugar o posición superior o tiene una ventaja
sobre el otro. En este tipo de pareja el comportamiento de los
dos es diferente y, sin embargo, se satisfacen las necesidades de
ambos ya que el comportamiento de uno complementa al otro.

Bateson (citado por Chávez, 1994) por su parte
señala que los papeles sexuales que se han
desempeñado entre hombres y mujeres han sido a su vez
funcionales y complementarios si uno es sumiso, el otro es
dominante, si uno es pasivo, el otro es activo: si uno es
dependiente, el otro es independiente, frío emotivo;
oíslodo, expresivo; silencioso, hablador; etc. Al respecto
O'Neill (1979) afirma que esta clase de complementariedad es Id
que sitúa a los hombres y mujeres en terrenos distintos y
les impide convertirse en personas totales y completas que pueden
ser en cualquier tipo de relación A su vez, Chávez
(1994) agrega que esta teoría priva a un sexo de las
características del otro, y que condiciona a creer que los
miembros de la pareja necesitan cosas distintas de la vida y de
la pareja

Según Wmch (citado por Torjdman. 1989. Aube 1995), la
teoría de la complementan edad postula que la
elección de la pareja se basa en ejes bipolares
complementarios; el autor concibe estos ejes como siguen: a)
afirmación -receptividad, b) dominación –
dependencia, c) tendencia a proteger – tendencia a ser protegido,
d) agresividad – pasividad ye) autonomía -sumisión
Saint (1994) llevó a cabo un estudio con 28 parejas de
Oxford Inglaterra En
esta investigación se midió la complementariedad
con respecto a tres factores Iniciación de una
conversación. Confianza social y Dominancia social, ya que
estas características se consideran como integrantes de la
socialización que se da día a día Los
resultados del estudio no fueron estadísticamente
significativos, aunque si aportan una pequeña evidencia de
la existencia de características que indican algún
tipo de complementariedad en las relaciones de pareja

Ktsanes (citado por Tordjman) dice que existen tres elementos
esenciales que son inherentes al carácter de la persona, y estos influyen en
el proceso de elegir a la pareja por complementariedad y estos
son dependencia – dominación, agresividad
protección y auto des valorización neurótica
Así se puede ver que por medio de esto teoría cada
individuo busca en su pareja un complemento. El amor feliz y el
equilibrio están en función de la complementan
edad

Como se mencionó anteriormente existe poco evidencia
científica en cuanto a la complementariedad en las
relaciones de pareja; es por eso que este estudio tiene como
objetivo determinar el número de relaciones
complementarias que existen de acuerdo a la muestra y medir su
bienestar subjetivo.

3.2 Factor Social y la Teoría de la
Semejanza

Mead (1970) menciona que en el proceso de socialización
humana, a través de toda la vida del sujeto,
encontrará nuevos puntos de apoyo para ser compartidos con
quienes les rodean. Afirma también que en la familia se
comparten una serie de normas que darán como resultado un
individuo que hará caso de sus semejanzas con los
demás para sobrevivir, solamente de acuerdo a estas
semejanzas cada quien puede predecir o en cierta manera provocar
las respuestas de los demás por medio de las propias

Así mismo Gojman (1973), afirma que durante el
desarrollo, los grupos a los que
se pertenece son cada vez más diversos y en todos ellos el
individuo busca un punto de interés mutuo. También
menciona que en sistemas de vida como los de México
cuando la relación es importante y agradable se procura
disminuir o lograr los aspectos en los que se difiere, y
fortalecer aquellos en los que se coincide y en las relaciones
negativas se intentará comúnmente alejarse de la
otra persona haciendo notar las diferencias con el que se
desprecia. Romero (1999) realizó un estudió en el
cual se midió la relación entre el tipo de
elección de pareja

y la satisfacción marital En este estudio se
encontró que las parejas que poseían mayor
número de rasgos de personalidad semejantes tenían
una mayor satisfacción marital.

Lemaire (19S6) menciona que la elección de pareja desde
el punto de vista social está influida por la familia y
medio de origen de cada individuo, sin llegar por supuesto, a ser
ésta impuesta Sin embargo, las presiones del medio y la
familia de origen, la persona las toma como suyas; es decir, la
persona toma como una forma de actuar conforme a su medio a sus
intereses y comportamientos, aunque muchas veces esas actividades
vayan en contra de sus sentimientos, proyectos,
intenciones e intereses.

Al respecto (Lemoire y Rousel, 1986) explican que a pesar de
que cada quien es libre de escoger una pareja, siguen existiendo
presiones exteriores de toda clase El autor afirma que la
red de
determinantes sociales en los que se ven envueltos los
|jóvenes, y que indudablemente van a influenciar las
elecciones de su vida adulta son educación, contacto socio
– cultural, condiciones económicas y condiciones
geográficas Por lo tanto dichos determinantes sociales y
sus entrecruza míenlos van a crear cierta tendencia en las
elecciones fundamentales de cada persona, y por ende la
elección de la pareja. Knox y Zusman (19997)
después de realizar un estudio con ciento setenta y dos
estudiantes encontraron que las mujeres prefieren como pareja a
hombres que comparten la misma educación.

Rogers (citado por Fadiman y Frager, 1979) menciona que la
interacción con otra persona facilita al individuo a
descubrir directamente, revelar, experimentar o encontrar el si
mismo. Menciona que el matrimonio es una relación
excepcional a largo plazo que encierra lo posibilidad de un
crecimiento y desarrollo permanentes Para Rogers los mejores
matrimonios se dan entre compañeros que son congruentes,
menos oponentes y capaces de aceptar sinceramente a los
demás Esto es, que las relaciones de pareja en las que los
individuos son semejantes ayudan al crecimiento personal, el
desarrollo y el auto conocimiento
de la persona.

El factor social como se mencionó anteriormente
está apoyado por la teoría de la semejanza
también conocida como la teoría de la homogamia, la
cual establece que un individuo escoge exclusivamente a otro por
los componentes similares que ambos comparten. Hahn et al (1997)
llevaron a cabo un estudio donde se examinó la
elección de pareja con respecto a los estilos de amor. Los
participantes fueron 152 estudiantes de universidad, es
decir 72 parejas. Encontraron que las parejas tienden a ser
homógamas. Esto es que los individuos son atraídos
por personas que son similares en una o más
características.

Por otra parte Lee (1973) afirma que una persona debe
encontrar un compañero que comparta su estilo y
definición de amor para tener una satisfacción
mutuamente satisfactoria. Knox y Zusman (1997) realizaron un
estudio en donde 278 estudiantes de la Universidad del Este de
Carolina en los Estados Unidos
contestaron cuestionarios diseñados para detectar las
características para elegir a una pareja Los resultados
indicaron que las mujeres prefieren a una pareja que sea
semejante a ellas en educación ocupación, valores
religiosos, y deseo de tener hijos, mientras que los hombres
sólo hicieron énfasis en la apariencia
física. Ambos sexos creen que la homogamia es asociada con
felicidad y relaciones duraderas.

Tordjman (19B9) menciona que la elección de pareja
está dada por la semejanza de los miembros en cuanto a
vanos factores como lo son Nivel social, religión ambiente
familiar nivel de educación, etc. El mismo autor menciona
que parece ser un mecanismo de defensa y de reafirmación,
donde los miembros ante tales semejanzas, disminuyen su
agresividad inseguridades inhibiciones etc. De acuerdo con Romero
(1999) desde el punto de vista psicológico, las afinidades
de semejanza son determinantes en dicha elección cuando la
voluntad de crear una relación duradera nace de la
similitud en cuanto a gustos, aspiraciones intereses y objetivos
Así mismo Kunkel y Dickerson (1982) afirman que entre
mayor sea la semejanza de los miembros de una pareja habrá
en la relación una mayor comodidad Con respecto a esto
Fishman y Rosman (1988) dicen que las personas se sienten
atraídas por otras con las que tengan cosas en
común

Moreno y Ploenning (1989) definen a la pareja simétrica
como el tipo de pareja que basa su relación en la competencia Los
miembros de la pareja tienen la misma posición que el otro
y presentan casi siempre las mismas conductas Houts y Robms
(1996) demuestran esto en un estudio realizado a 16S parejas
casadas del centro de Pennsylvania en los Estados Unidos, donde
se encontró que los individuos que comparten
características, tanto sociales como psicológicas,
establecen una relación satisfactoria para ambos.

Por lo mencionado anteriormente se puede concluir que las
relaciones de pareja en su mayoría son semejantes y
éstas dan mayor felicidad a las personas Es importante
mencionar también que la mayoría de los estudios
demuestran la importancia del factor de la semejanza en las
parejas de diferentes culturas.

 

Autores

GUEVARA CELESTINO PATRICIA

BARRÒN CORONEL PAOLA

HERNÀNDEZ ZACARIAS GERARDO

LÒPEZ CASTAÑEDA GUSTAVO

IBARRA JACOBO CESAR

COLEGIO DE BACHILLERES DEL ESTADO DE
QUERETARO

PLANTEL 7 "EL MARQUES".

METODOLOGIA DE LA INVESTIGACIÓN.

FECHA: 30 DE ABRIL DEL 2008

Partes: 1, 2
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