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La tesis universitaria no es problema (página 2)




Enviado por Carlos Arturo



Partes: 1, 2

Investigar el trabajo "de tesis universitarias" es arduo
y difícil porque, como objeto de investigación, es
un proceso que involucra requisitos administrativos
(tiempo, recursos, formalidades y formas burocráticas),
requisitos epistemológicos (los propios de la
filosofía de la ciencia, de la metodología y de la
lógica de la investigación de carácter
científico) y requisitos académicos (los
vinculados con los fines educativos, las políticas de la
Universidad y la unidad académica de que se trate y los
propios de la didáctica de la metodología de la
investigación).

Por tratarse de un problema complejo, y porque las
unidades académicas de la Universidad operan con
autonomía en cuanto a las tesis, esta investigación
se considera inicial, preliminar o de ensayo. Queda abierta la
posibilidad de continuarla, ya se para ampliarla o para ver tal
fenómeno con mayor detalle o profundidad; y desde el punto
de vista de cada carrera o de cada unidad académica.
Tesistas, docentes, investigadores, órganos rectores de la
Universidad, he aquí una fuente de problemas sustantivos y
trascendentes, que tiene que ver con la calidad de los
profesionales que han de entregar a la sociedad.

El problema es tan grande, generalizado y prospectivo
que a nadie debe pasar desapercibido, y a todas las unidades
académicas debiera preocuparles, por las razones que
procuraremos mostrar.

De hecho, las autoridades y docentes universitarios
("que solo se dedican a impartir sus clases") suelen ser ajenos a
estos procesos, puesto que ven el trabajo de tesis desde la
barrera o el poltrón, y sólo al final. Por eso no
extrañan sus opiniones adversas, simples o disciplicentes,
pues lo ven desde sus manifestaciones más inmediatas,
visibles y superficiales; y no consufren con los estudiantes ni
los revisores las dificultades y frustraciones que el trabajo de
tesis suele acarrear.

También es un hecho inocultable que, en algunos
casos, el trabajo de tesis ha sido convertido en una farsa, en un
verdadero teatro muy próximo al absurdo, y en una
actividad social tan importante y trascendente como la academia
universitaria. Sin embargo, las actitudes empiristas, positivas,
simplistas y pragmáticas (y como paradoja, las
cientificistas), así como las prácticas viciadas
dadas por la comodidad y el utilitarismo, por cierto, no pueden
verse sino lo que son: producto del subdesarrollo y la pobreza
que dominan la vida cotidiana en el Tercer Mundo.

Tales prácticas son, definitivamente, ajenas a la
ciencia, a la academia y a la institución universitaria
–vistas desde su ser-; por lo que dichas prácticas
no han de ser criterio para juzgar el requisito académico
–en sí- del "trabajo de tesis", ni a sus actores, ni
sus productos, todo lo cual, en la realidad, puede dejar mucho
que desear. Estas prácticas, y las actitudes en que se
avalan, hay que combatirlas para buscar su eliminación o,
por lo menos, evitar su prolongación o expansión,
en nombre y en pro de la academia universitaria.

Si la institucionalidad de la Universidad, o de una
carrera determinada, se ponen a depender de las mentalidades
simplistas (rezagadas, politizadas, clientelistas, complacientes,
asistencialistas o cómodas) y de las prácticas
viciadas (simplificadoras, facilistas, acomodaticias y farsantes)
sin duda harán que la carrera, la unidad académica
o la Universidad se deterioren y, más tarde, puedan
provocar su desprestigio o, incluso, su desaparición. La
entropía es un proceso natural que destruye las
instituciones y las organizaciones, y no darse cuenta de ello ni
hacer algo para detenerla y superarla cada cierto tiempo, no es
propio de una Universidad ni de los universitarios.

Esta investigación aspira a generar e impulsar,
en la práctica, el algoritmo de utilidad de la
acción cognoscitiva: "conocer para actuar; actuar para
transformar" buscando la perfección o, como se dice
modernamente, "la calidad y la excelencia". La Universidad y sus
carreras: su misión, su sentido, su calidad y su
competitividad deben ser recuperados y, un medio para hacerlo es
re-conocer el valor del trabajo de tesis, y de los factores y
circunstancias que rodean su realización.

Si las tesis son "malas", o si los egresados que la
Universidad entrega a la sociedad "dejan mucho que desear" es
posible que no sea porque "algo" está fallando, o porque
estén fallando quienes tienen la responsabilidad de
suscribir el dictamen final que certifica que "el estudiante
cumplió los requisitos" establecidos en relación a
la tesis, o que ésta "cumple su cometido". Cabe la
posibilidad de que esté fallando "todo el sistema" de
educación superior o incluso el sistema educativo
nacional, lo cual no resultaría extraño si tenemos
el indudable impacto, en la gente, de las características
de la perpetua crisis social tercermundista y la cultura de la
pobreza que le acompaña.

Si los productos no son lo deseable es porque el proceso
–todo, talvez- no es lo deseable. Si se quieren tener
productos diferentes, se ha de realizar el proceso de modo
distinto y bajo distintos supuestos y reglas. Se necesita un modo
"alternativo" de hacer los trabajos de tesis y, tal modo
alternativo quizá no sea sino "hacerlo dentro de los
cánones de la formación universitaria y del perfil
que la misma Universidad o carrera ha establecido" que deben
reunir sus egresados,
o sea, "como debe hacerse", como
las normas o el espíritu universitario lo previeron, pero
que se ha venido perdiendo con el tiempo y la masificación
de la educación superior.

Este estudio se orienta a ese fin: a averiguar
cómo se hacen las cosas, a qué se debe, en
qué se está fallando más y qué
realmente se está logrando, para identificar cómo
debe hacerse y cómo puede hacerse sin que el trabajo de
tesis pierda sentido, dentro de los límites que la
realidad impone. Es cuestión del uso adecuado de la
inteligencia y la voluntad, dentro del margen de libertad en que
operamos.

En esta primera parte se ofrece un marco universal de
apreciación de lo que llamamos "la tesis" en el marco del
concepto de Universidad y, en la segunda, no incluida, se
mostraba el marco general de apreciación de "la tesis
universitaria" en la Universidad de San Carlos. Con ambas partes
se pretendió demostrar el sentido del trabajo de
tesis que el estudiante ha de realizar bajo la guía,
supervisión y aprobación de la Universidad;
asimismo, descubrir y relevar sus beneficios y ventajas en el
marco de la formación profesional universitaria. Con ello
se hará evidente que "la tesis no es un problema" sino un
requisito legítimo, necesario y actual que tiende a
satisfacer, lo más plenamente posible, el espíritu
universitario y su misión frente a la sociedad que
necesita profesionales liberados y liberadores.

Ciframos nuestras esperanzas en que este esfuerzo
proporcione elementos que faciliten una concepción
necesaria, plena y útil sobre "el trabajo de tesis", desde
el punto de vista de su necesidad y actualidad, así como
que abra una indispensable línea de investigación:
la investigación en la Universidad.

Agradecemos profundamente a la Escuela de Trabajo Social
de la Universidad de San Carlos de Guatemala haber propiciado
esta obra al encargarnos dirigir, inicialmente, su Área de
Tesis y, más tarde, su Instituto de Investigación,
cargos desde los cuales tuvimos la oportunidad de dirigir
procesos de formulación, diseño, ejecución,
evaluación y publicación de más de un
centenar de trabajos de tesis, lo que nos proporcionó una
experiencia suficiente para fundamentar las posiciones,
teorías y convicciones que aquí sostenemos. Lo
demás que utilizamos proviene de la práctica
investigativa que hemos realizado, así como de las
discusiones sobre investigación científica en que
hemos realizado en cursos que impartimos, en talleres y
seminarios que dirigimos, así como en otras publicaciones
que hemos realizado. Nuestra razón se encargó de
sintetizar resultados, de dar estructura a este documento y de
presentar un contenido tan pedagógicamente mediado como
fue posible.

"LA TESIS" UNIVERSITARIA DESDE
UNA PERSPECTIVA UNIVERSAL

  1. Para establecer la actualidad de las tesis, lo ideal
    sería encontrar el sentido de las mismas, desde su
    propio origen, para saber si el mismo se conserva. Establecer
    cuál era su sentido primitivo podría constituir
    un criterio válido para afirmar o refutar su posible
    obsolescencia o "desactualidad" y explicar por qué en
    la USAC sigue "estando en uso" y con algún
    sentido.

    Según Albam Brenes Chacón (1991:
    27/30) el origen del Trabajo Final de Graduación (TFG)
    se remonta al inicio de las universidades, en los alrededores
    de la época medieval. Dado el escaso conocimiento que
    se tenía en esa época, en cierto momento, las
    casas de estudios no tenían más que
    enseñar a los estudiantes aventajados (personas
    doctas), por lo que éstas debían
    comenzar a contribuir con sus conocimientos al avance del
    saber. Tales contribuciones eran juzgadas por otros que
    habían hecho trabajos de nivel similar y, por las
    mismas, se determinaba la calidad académica del
    individuo. Si demostraba buen nivel se le daba el apelativo
    de "doctor" como reconocimiento a su condición de
    docto en su materia.

    Más tarde, en países anglosajones, se
    crearon otros títulos previos al de doctor para
    diferenciar niveles de estudios, funciones o grados
    (peldaños). Así surgió el de "magister"
    (Maestro) para aquellos que, aunque no hubieran alcanzado el
    nivel establecido, ya estaban en capacidad de trasmitir
    conocimientos; en todo caso debía dar pruebas de tal
    calidad, ante un cuerpo de superiores
    académicos.

    Los conocimientos que se recibían eran
    fundamentalmente académicos o teóricos,
    tendían a ubicarse en el campo de la Filosofía
    –que, entonces, lo cubría casi todo-; de
    ahí proviene el PhD (Doctorado en Filosofía).
    Al separarse las ciencias se dividieron los conocimientos y
    se crearon áreas de saber: a) el área de
    conocimientos "básicos" o "puros" y b) el área
    de conocimientos "aplicados" (propios de "las profesiones
    liberales" que, en Guatemala, reconocimos como "profesiones
    universitarias".)

    Lo dicho por Brenes, en efecto, corresponde a otras
    versiones (Larroyo, Cazali Ávila y Larousse, entre
    otros) pues la Universidad, en efecto, es una
    institución medieval: La primera Universidad fundada
    en Europa fue la de Salerno, Italia; y "alcanzaron" gran fama
    las Universidades de Bolonia (fundada en 1119), París
    (1150) y Oxford (1168) entre las más
    antiguas.

    A la institución universitaria inicialmente
    se le llamó Studium Generale, a cuyos egresados
    el Papa y los emperadores les entregaron "el derecho de
    enseñar como Maestros –Magíster
    en todas partes, el cual les otorgó la facultas
    docendi
    ", origen del sentido de las llamadas actualmente
    "Facultades", unidades académicas que otorgan la
    licencia para ejercer una profesión (la actual
    "Licenciatura").

    Hacia fines del siglo XIV tal institución
    pasó a llamarse Universitas (Universidad) al
    constituirse como organismos corporativos de maestros y
    alumnos; y, como institución docente y de
    investigación dedicada a todas las ramas del saber,
    recibió el nombre de Universitas Litterarum,
    quizá para resaltar el medio preferencial de
    construcción del saber: los libros, leer y escribir
    con seriedad, responsabilidad y rigor.

    La Universidad es una institución joven en la
    historia de la humanidad: la más antigua tiene menos
    de 900 años. Las primeras Universidades
    atendían estudios de Teología, Derecho,
    Medicina y Filosofía. La Filosofía era la
    materia rectora y la base de todas, y de ella derivaron "las
    artes liberales", hoy llamadas "profesiones universitarias".
    La juventud de esta área de actividad humana la
    destaca Mario Barros van Buren, Director de la Academia
    Diplomática de Chile, quien informa que "el
    título profesional" fue impuesto por la
    tecnificación, en la época moderna, y que el
    primer título de ingeniero
    fue expedido por la
    universidad de Paris, la más progresista de Europa, en
    1868.

    Una profesión universitaria, como se conoce
    hoy, es un conjunto de estudios, de etapas académicas
    y de requisitos de aptitud, que se viene a coronar con un
    título profesional, que es una certificación
    pública que acredita los estudios realizados y la
    aceptación de sus resultados, la cual -a su vez-
    autoriza para el libre ejercicio de la
    profesión.

    Los "grados académicos" (peldaños)
    eran un derecho ganado al terminar ciertos ciclos de estudios
    académicos: Bachillerato en letras, que
    permitía aspirar al cargo de Magíster en la
    Facultad
    . El tercero y último grado era el de
    Doctor. La dignidad magistral y doctoral exigía
    promoción solemne. Más tarde, por necesidad
    social, paralelo al Bachillerato y, como grado menor
    al Magíster, se estableció la
    Licenciatura, la licencia docendi que,
    literalmente, significa "autorización para
    enseñar". Y se establecieron Postgrados, como
    reconocimiento a los estudios hechos por doctores. Paralelo
    al Sistema de Grados Académicos –y a la
    extensión de Titulos Profesionales- se
    estableció el Sistema de Exámenes, destinado a
    comprobar el merecimiento de los mismos.

    En la información histórica y
    pedagógica consultada no se logró encontrar los
    términos "tesis", "memoria" u otros parecidos que
    señalaran que tal requisito existió y
    cuál era su sentido; por lo que nos quedamos con lo
    dicho por Brenes Chacón. Tampoco encontramos
    referencias directas a "promoción" escolar o
    "graduación universitaria". Lo más
    próximo que apareció en la terminología
    pedagógica contemporánea en lo que hoy llamamos
    "tesis", "trabajo final de graduación", "memoria de
    carrera", fue dentro del concepto "exámenes" y,
    más específicamente, de la Docimologìa o
    Docismática, que se define como "la rama de la
    pedagogía que estudia todo lo relativo a los
    exámenes: Su concepto, la crítica a los
    métodos tradicionales, su justificación, su
    elaboración y su evaluación".

  2. Antecedentes

    La palabra "tesis" proviene del griego Thesis
    que significaba "juicio" (un pensamiento en que se afirma o
    se niega algo de algo) u "opinión" (sentimiento que se
    forma uno de una cosa), es decir, se refería a un
    pensamiento, creencia y/o sentimiento que una persona puede
    desarrollar, y exponer, sobre algo: una persona, una cosa, un
    proceso, etc. La filosofía recogió el
    término como "el juicio propio" (expresado:
    "disertación") que se llega a tener sobre algo
    ("posición, afirmación") como producto de la
    investigación (conocimiento) y la reflexión
    (discusión).

    Como pensamiento "definido" y bajo la idea de que el
    pensar discurre entre antinomias (dialéctica), Hegel
    sitúa "la tesis" como primer término de un
    sistema dialéctico, en el cual el segundo
    término es "la antítesis", y el tercero, "la
    síntesis", sobrepasando este último el sentido
    de las dos primeras.

    En Epistemología de la ciencia (estudio del
    conocimiento científico o filosofía de la
    investigación científica) una de las etapas del
    método la constituye "la hipótesis" (por debajo
    de la tesis, pre-tesis) que es "un juicio preliminar,
    susceptible de demostración que le permitirá
    llegar a ser una tesis". En este caso, como dijo Newton:
    Hypotheses non fingo, no es imaginada ni inventada, ni
    tampoco fantástica, arbitraria o quimérica,
    sino surgida y emanada de un estudio previo, preliminar,
    exploratorio.

  3. Etimología del término
    "tesis"
  4. El concepto de lo que manejamos como
    "tesis"

Dentro del marco histórico-conceptual
establecido, la tesis parece corresponder, in strictu
sensu
y en su origen al grado académico de Doctor. "La
dignidad doctoral exigía promoción solemne:
birrete, toga, anillo y libro". El "libro", visto como
"prueba objetiva", documentada y evidente del grado de capacidad
del estudiante, así como de los conocimientos que posee y
puede manejar.

Modernamente, "memoria" de carrera o "tesis" se prestan
a confusión y se hace a menudo difícil
diferenciarlos dentro de un mismo sistema de estudios, o de uno a
otro sistema. "La `memoria´ expone generalmente los
resultados de un trabajo personal de encuesta, de
compilación o de experimentación", mientras "la
`tesis´ -en principio- se entiende como la
disertación escrita que presenta a la Universidad
el
aspirante al título de Doctor en una Facultad o Escuela
Superior".

La tesis presenta los resultados de un importante
trabajo de investigación o de síntesis
original
, que contribuya al progreso de la ciencia, bien sea
en un campo específico o extenso. De hecho, las acepciones
de los términos varían de un sistema,
institución, campo, etapa, etc. a otro, aunque el valor de
las tesis se escalona entre una Memoria y el de una Obra
Capital.

El Diccionario Larousse, en cualquiera de sus versiones,
dice que etimológicamente el término tesis proviene
del griego thesis que significa "proposición que se
apoya con razonamientos" que exige "la demostración de la
verdad" y, en efecto, ubica la tesis como "disertación
escrita sobre una materia, presentada para doctorarse"; e
indica que a las "tesis de menor importancia" como las que suelen
presentarse para obtener una Licenciatura se han de denominar
"tesinas".

El pedagogo Francisco Larroyo (1959: 140) parece no
reconocer tales términos. Conceptualiza lo que en la USAC,
y en México llamamos "tesis" o trabajos de
graduación universitaria bajo la categoría
"Seminario" (en su acepción más rigurosa, in
strictu sensu) el cual define como "forma de trabajo
académico cuya función específica es
investigar y enseñar a investigar, ambos
menesteres a la vez que incluyen ejercicio de
investigación creadora y entrenamiento en ella para
quien tenga las dotes requeridas
". Para Larroyo no es,
pues, para los que carezcan de ellas.

Larroyo señala, además, que la
formación profesional abarca dos etapas académicas:
La primera, destinada a habilitar y capacitar a quien se va a
autorizar para el ejercicio de una profesión –para
lo cual sirve el título profesional-; y la segunda,
destinada a otorgar un grado académico que consiste
en enseñarle para que se forme como investigador.
"La tarea docente es inseparable de la tarea inquisitiva",
afirma. Al final del proceso de merecimiento del grado parece
corresponder lo que él le llama "Seminario" el cual, por
sus características, nosotros asimilamos a lo que en
nuestra universidad se suele llamar "tesis de
pregrado".

Larroyo dice que tal actividad (el "Seminario") es "para
conquistar nuevos conocimientos" y divide el trabajo en las
etapas propias de la investigación científica:
Diseño o plan; elaboración de hipótesis;
Prueba de hipótesis, e Informe (de éste dice que
"ha de articular el resultado –grande o pequeño- a
la obra precedente e insinuar proyectos de futuro desarrollo".),
forma que describe, exactamente, el proceso recomendado o exigido
para que se elaboren las que, en nuestra Universidad, llamamos
"tesis" o trabajos finales de graduación.

De lo señalado, puede comprenderse que el
concepto de tesis incluye, aunque no se agota en las siguientes
características:

  • En strictu sensu, el nombre tesis como
    requisito académicamente puro, equivalente a "ciencia
    como actividad" –investigación científica-,
    corresponde al grado de Doctor.
  • Es una disertación que, presentada por escrito
    y defendida oralmente, contiene una proposición, la
    demostración de una verdad, apoyada en datos y
    razonamientos.
  • Es producto de una investigación completa,
    guiada por el método científico, que empieza con
    un plan o diseño de investigación y concluye con
    la presentación del informe correspondiente, y la
    defensa de su metodología y conclusiones.
  • Su resultado final se presenta como informe de
    investigación
    , y puede editarse como libro o
    publicarse –completo o como ensayo- en revistas
    científicas.
  • El valor intrínseco de la obra escrita y/o
    publicada puede variar desde "una memoria" poco trascendente
    hasta "una obra capital".
  • Con el nombre que sea, para el estudiante
    universitario constituye una actividad –requisito
    académico indispensable-, parte de su curriculum
    de formación profesional que se orienta a
    probar
    objetivamente su capacidad y su formación
    como investigador: es un examen, el examen final que la
    Universidad realiza.
  • De hecho, la tesis es un fenómeno
    multifacético y pluridimensional que debe estudiarse
    desde distintos ángulos y puntos de vista, sin perder la
    perspectiva universitaria y el hecho de que es el punto
    culminante de un proceso de formación profesional del
    más alto nivel socialmente disponible
    .
  1. El
    trabajo de tesis, hecho académico

La tesis, vista como un hecho universitario, en su
integridad tiene tres aspectos o dimensiones: a) Su naturaleza o
razón de ser; b) La actividad que la hace posible y c) Su
manifestación visible: el Informe de
investigación.

Para los fines que nos interesan aquí no debe
considerarse "la tesis" sólo como el libro, que es la
forma definitiva que cobra el informe final, ni su valor puede
reducirse a la forma en que se exponga y/o se defienda en el
Examen de Tesis.

Para descubrir su naturaleza y su valor, debemos
reconocer que lo que llamamos "la tesis" es, en realidad, un
trabajo pedagógico-académico. El "trabajo de tesis"
tienen dos facetas: a) es una institución; pero,
más que todo, b) es un proceso.

Es una institución universitaria,
íntimamente ligada a la responsabilidad social de la
Universidad. Es el medio, establecido por la Universidad desde
sus inicios, por el cual puede verificar la calidad de egresados
que está entregando a la sociedad. En nuestras pesquisas
establecimos que la auténtica naturaleza del trabajo de
tesis se encuentra que, formalmente:

  1. Es parte del Curriculum;
  2. Es un examen pedagógico;
  3. Produce un resultado concreto; y que
  4. Intrínsecamente, es un proceso de trabajo
    intelectual, un proceso cognoscitivo que busca constituir, a
    título de ensayo, "un proceso de investigación de
    carácter científico".

Veamos en qué consisten las distintas
facetas.

4.a) La tesis, parte del
Curriculum

La experiencia señala un
primer error: Debido a que, formalmente, se exige como
condición "haber cerrado curriculum" (es decir, haber
aprobado todos los cursos y prácticas que constituyen el
pensum de estudios) se tiende a creer que "la tesis es una
actividad extracurricular" y, por tanto, que carece de sentido
docente y de promoción estudiantil.

Pero, partiendo de la idea de que el curriculum es el
conjunto de aprendizajes (teóricos y prácticos) que
han de realizar los estudiantes para ser promovidos, y así
avanzar en el curso de su carrera, se debe convenir que "el
curriculum no termina sino con la graduación". Las
actividades previas y necesarias para la graduación como
los exámenes generales, los exámenes
técnicos y el trabajo de tesis son aún actividades
obligatorias de aprendizaje, aunque el carácter docente
quede oculto por ser actividades autoeducativas.

El trabajo de tesis dentro del curriculum es como un
curso, una materia autogestionaria del estudiante que,
constituido en estudiante-investigador, ha de aplicar el
método didáctico denominado poyético:
Debe aprender haciendo, por la acción y el trabajo.
De
él deriva el aforismo "A aprender se aprende
investigando".

Este es el carácter que asumen algunos centros de
investigación o cuerpos encargados de evaluar los
diseños y los informes de investigación de tesis
con fines de aprobación, cuando descubren que los
estudiantes que quieren hacer tesis carecen de la
preparación (de todo o de algún tipo) para poder
hacerla; frente a lo cual no pueden cruzarse de brazos, sino
ayudarlos de un modo u otro, so pena de que a) no se
gradúen; b) de que se gradúen "sólo los
más aptos" –que la experiencia demuestra que son
contados- o c) de que "apelen a cualquier medio con tal de
graduarse" (contradiciendo con ello tanto la naturaleza de los
estudios superiores como el espíritu
universitario).

Los estudiantes podrían estar preparados para
hacer esta última actividad curricular, si los planes de
enseñanza superior comprendieran lo que Larroyo (1059: 81)
recomienda:

  1. Estudios científicos superiores
    relacionados con una especialidad;
  2. Estudios técnicos ilustrados con amplias y
    bien preparadas prácticas
    , subordinadas a las
    necesidades del ejercicio, previamente
    establecidas;
  3. Altos estudios e investigaciones relacionados
    originariamente con la especialidad; y
  4. Cursos especiales de altos estudios e
    investigaciones para alumnos que, en la carrera, demostraron
    aptitud.

Debe advertirse que la enseñanza en nuestra
Universidad aún tiende a ser bastante tradicional,
"bancaria", memorística y reducida exclusivamente a "los
contenidos" y "los programas"; y no suele evaluar la habilidad y
la experiencia adquiridos en el transcurso de sus estudios, ni
tampoco las virtudes y competencias que los estudiantes tengan, o
no. Por tanto, no prepara para el trabajo de tesis, el cual
considera marginal al currículum.

Por otra parte, no suele considerarse que el elemento
humano, que ha de formarse profesionalmente, proviene del pueblo
y de un sistema educativo que tiene raíces en las
características del propio país (subdesarrollo,
pobreza y rezago que se traducen en formas de ser, de pensar y de
actuar correspondientes, y del dominio oligárquico al que
no le interesa ni la liberación ni la autonomía del
ciudadano de a pie). Frente a ello, el trabajo de tesis como
una actividad académica integral parece una
paradoja: exige una formación integral que, por lo
general, no puede ser brindada por la Universidad ni los
estudiantes se la pueden procurar, por sus costumbres.

Queda, entonces, claro que el trabajo de tesis es parte
del curriculum, y no es extra ni complementario al mismo.
Así ha de contemplarse en los planes de estudio. Si no se
hace así, la unidad académica y los docentes
continuarán exigiendo competencias que no contribuyeron a
desarrollar y, lo-que-haya-que-hacer, seguirá siendo
considerado extra.

El trabajo de tesis es, pues, una actividad de
aprendizaje del estudiante. Aunque autogestionaria, constituye un
derecho del mismo al cual la Universidad ha de
responder.

4.b) La tesis, un examen.

Analizándolo bien, el trabajo de tesis es,
realmente –y antes que nada-, un examen. Este parece ser
el sentido general de la tesis: una prueba de capacidad y aptitud
del tesista; una muestra del nivel de profesionalidad
alcanzada; una evidencia de que merece el grado y el
título que aspira.

En efecto, en el estudio bibliográfico emprendido
el trabajo de tesis sólo lo pudimos entender como examen,
como parte del tema "exámenes escritos".

Como ha se mencionó, los árabes nos
heredaron, con el "sistema de títulos", "el sistema de
exámenes". El término "examen" proviene del
latín exigere, indagación cuidadosa y que,
en el campo de la educación formal, se refiere a pruebas
destinadas a evaluar el saber, la cultura y las capacidades de un
aspirante a un diploma, a ingresar a una escuela o para
determinar la aptitud para una función. El trabajo de
tesis parece destinado a probar la aptitud para el ejercicio
intelectual, en la vida real,
condición indispensable
en un profesional universitario, e ideal para todo
ciudadano.

El "examen final escrito" apareció a
mediados del siglo XIX; su introducción fue saludada con
entusiasmo porque constituía una prueba documentada,
objetiva y evidente de las capacidades o incapacidades del
estudiante.

La tesis, en efecto, es parte del conjunto de
exámenes (teóricos, prácticos y "en
servicio") que los estudiantes han de realizar a efecto de ser
promovidos finalmente, para demostrar que poseen la cultura
básica y la agilidad mental necesaria para encontrar
aplicaciones a los conocimientos que adquirieron (o que son
competentes en x o y cosa, o como en el caso del
trabajo de tesis, en muchas cosas).

Utilizando las teorías docimológicas se
puede decir que la tesis comprende –en una sola y
prolongada actividad- toda una gama de exámenes escritos
que pueden realizarse:

  1. Pruebas de "ensayo" o redacción en torno a un
    tema (de contenido optativo, de respuesta diferida, con uso de
    material);
  2. Pruebas de situaciones problemáticas (con uso
    de material);
  3. Pruebas de cuestiones breves o variadas;
    y
  4. Pruebas de bosquejo esquemático de un tema
    amplio, que pretende valorar la capacidad de
    síntesis.

Por otro lado, el trabajo de tesis –en todo el
proceso- resulta resumiendo una gama de utilidades
pedagógicas que tales exámenes ofrecen:

  • Comprueba cómo el alumno organiza y expresa
    los conocimientos apropiados, lo cual es insustituible en un
    proceso de formación educativa;
  • Es un medio para comprobar la habilidad de trabajo, y
    de organizarlo;
  • Permite apreciar la capacidad para emitir juicios
    críticos y valores;
  • Permite valorar la creatividad;
  • Permite comprobar el estilo, la ortografía y
    construcción gramatical; además,
  • Ayuda a reducir la subjetividad, condición
    indispensable del pensar científico, entre
    otros.

Visto desde el ángulo docimológico, sin
duda, el trabajo de tesis es necesario, si no
indispensable.

En su calidad de examen, la tesis también es
actual por cuanto corresponde a la nueva pedagogía, a "la
escuela del trabajo". La vieja pedagogía consideraba que
los alumnos tenían un solo tipo de inteligencia, y
lo que le interesaba era probar la aptitud del alumno para
retener y repetir la información trasmitida, a
través de una escala única. La Nueva
Pedagogía, por el contrario, concibe que el aprendizaje no
puede ser calibrado por una escala única, cuantitativa,
sino que se debe utilizar otros medios, pues el estudiante deben
ser evaluados:

  • Los automatismos adquiridos (destrezas y habilidades
    manuales);
  • Las informaciones: fechas, nombres, enunciados de
    hechos y postulados (principios) aplicados;
  • Los conocimientos (dominio reflexivo de conjuntos
    conceptuales y de su aplicación en el desenvolvimiento
    del raciocinio y en la solución de problemas
    prácticos); y
  • El criterio logrado en un dominio de la cultura
    (actitudes, ideales, sentido del saber, gustos,
    etc.)

Por otra parte, la tesis constituye un
examen integral
pues tiende a evaluar, con tres
propósitos complementarios:

  1. Pronóstico (para emitir juicios sobre las
    posibilidades del estudiante);
  2. Inventarial (constituye prueba de rendimiento en
    cuanto a objetivos de conocimiento, objetivos de de vida
    afectiva, y objetivos de actividades); y, a la vez,
  3. Diagnóstico (de hecho, llega a descubrir,
    describir y explicar errores y deficiencias, que el estudiante
    podrá subsanar y superar).

Definitivamente, pues, la tesis es un examen. Es la
prueba más general, más completa y más
exigente, tanto de educación como de formación y de
conocimiento que la Universidad puede exigir. Y, efectivamente,
es correcto aplicarla al final del camino, como se hacen los
acabados de una obra de construcción.

Dice Luzuriaga que, aunque hay tendencia a reducir,
sustituir o suprimir los exámenes, su práctica se
mantiene porque lo centros educativos necesitan:

  1. Conocer las aptitudes y competencias de los
    estudiantes –próximos a egresar, en nuestro
    caso-;
  2. Reconocer y dar oportunidades a los mejores
    estudiantes; y
  3. Contar con pruebas objetivas para
    hacerlo.

El mismo Luzuriaga informa que hay tres tipos de examen,
a saber:

  1. Examen de ingreso;
  2. Examen de paso, de curso, materia o etapa;
    y
  3. Examen de reválida, de fin de estudio o
    carrera.

Aplicando esa clasificación, el trabajo de
tesis puede definirse como un examen de reválida
;
talvez el examen por excelencia porque se efectúa
en la vida real –no en el aula ni artificiosamente, sino a
través de una práctica concreta y
autodirigida-.

Abundando en su planteamiento, Luzuriaga afirma que
"los exámenes de reválida son necesarios en
todas las carreras que capacitan para cargos públicos y
profesionales
" e indica que incluso el Estado puede
intervenir en ellos "en defensa del bien público", pues es
innegable que un egresado universitario va a ejercer en sociedad
y el impacto de su ejercicio puede llegar a ser inocuo, positivo
o negativo.

El diccionario Larousse confirma que se llama
Reválida al examen final para obtener un grado
universitario,
y que es el que ratifica, el que da valor y
validez a un título académico
. Revalidar es
recibirse o ser aprobado en una facultad. Completa Luzuriaga:
Los exámenes de reválida no solo deben ser el
resumen de todas las materias, sino también la
resolución de problemas y ejercicios donde apliquen sus
conocimientos, demostrando su aprovechamiento y su capacidad.

Los problemas propios del trabajo de tesis pueden ser los
"problemas de investigación" o "problemas de la vida real
que puedan resolverse utilizando recursos
científicos".

4.c) La tesis, un
libro.

Aunque el valor del trabajo de
tesis, como vimos, radica más en su calidad de trabajo
académico y en su calidad de experiencia de aprendizaje
global, también su producto ("la tesis" o "el informe
final") tiene su importancia: por lo menos hace real uno de los
propósitos de la vida o evidencias de humanidad que
señala el proverbio chino: "… y escribir un libro".
La tesis, como libro, es la evidencia del trabajo efectuado y de
la calidad de quien lo efectuó, además de que puede
constituir un aporte al conocimiento de algún aspecto de
la realidad.

Cierto es que un libro depende de su contenido y,
éste a su vez, del modo en que se logró y
procesó la información, así como del modo en
que se plasma; no obstante, se puede decir que las tesis tienen
su importancia como libro, como disertación escrita
fundamentada en razonamientos o como informe de un proceso de
indagación que reporta la metodología utilizada y
sus resultados. Esta importancia se fundamenta en la
acepción primigenia y etimológica de la
tesis.

La tesis, la palabra impresa cierra un círculo
intelectual, imprescindible en la vida académica. El libro
propicia el saber e impulsa la investigación; para ello es
necesario leer, leer con gusto y, obviamente, saber
leer.

Según sabemos, para algunas Universidades del
mundo no es obligatorio que los estudiantes editen y publiquen
sus tesis –de doctorado- como libros, sino solamente
aquellas que realmente lo merezcan o sean socialmente necesarias.
En la Universidad de San Carlos se tiene por costumbre exigir al
estudiante de 30 a 50 ejemplares, para ponerlos a
disposición en bibliotecas y centros de
documentación de la institución. El hecho de la
publicación añade valor a las tesis, por cuanto
ello pone la investigación y sus resultados a
disposición de varias personas, desde diversos
centros.

Desde el punto de vista del estudiante, la
edición evidencia no solo el triunfo alcanzado sino
también puede significar su conversión en autor
de un libro
, que es como tornarse en aportante de la
civilización, en contribuyente de la cultura, con la
trascendencia que eso puede significar.

Desde el punto de vista de la Universidad y la sociedad,
el libro denominado "tesis universitaria" puede significar un
aporte para el avance del conocimiento, para la
comprensión de alguna parte o aspecto de la realidad, para
el conocimiento de un aspecto de algún problema y/o para
la búsqueda de opciones para la solución a
problemas concretos de distinto nivel.

En las tesis de licenciatura o de grado menor, por no
ser "exactamente científicas" puede ser que el
conocimiento generado sea nuevo únicamente para quien
realizó el trabajo; pero, para los demás, puede ser
un conocimiento más o menos sistemático de una
realidad socialmente conocida.

Aunque el valor de un libro depende de su contenido
–de la validez de éste, más exactamente-,
éste depende del modo en que se logró y se
procesó la información –confiabilidad del
proceso-, así como del modo en que se plasma –estilo
del informe; se puede afirmar que las tesis tienen su importancia
como libros: como disertación escrita fundamentada en
razonamientos o como informe de un proceso de indagación
que reporta un proceso y sus resultados. En todo caso, "del
investigador viene, por conducto del libro, la nueva verdad
conquistada por el trabajo"

5. La
tesis, actividad
.

El trabajo de tesis,
antes de trabajo académico que refiere a una finalidad, es
un medio, una actividad para satisfacer un requisito
académico. En efecto, el trabajo de tesis puede ser visto
a) como actividad académica exigida al estudiante por la
universidad, y b) como actividad humana y social, orientada hacia
la vida. En cualquiera de las dos facetas está involucrado
íntegramente el concepto de Universidad y de sus fines,
tanto aplicado a la institución como a los estudiantes que
se someten a su influencia.

5.a) El trabajo de tesis como actividad
académica.

El trabajo de tesis, que puede ser más
fácilmente entendido como trabajo final de
graduación (TFG), constituye la última actividad
académica que debe realizar un estudiante para hacerse
merecedor de determinado título universitario o de un
grado académico, o de ambos a la vez. La Universidad de
San Carlos dice "requisito para optar al título y al grado
académico".

Una Universidad que aspire a mantener o superar su
calidad y su compromiso histórico, no debe o no puede
permitir el egreso de estudiantes que no llenen,
mínimamente, el perfil que ella ha establecido como meta:
La Universidad debe entregar a la sociedad "profesionales
científicamente preparados, técnicamente capaces
así como cívicamente comprometidos con la historia
y con su sociedad", todo lo cual exige como condición o
sustrato, características como desarrollo y madurez
intelectual, conciencia histórico-social, actitud
científica, ética, etc. La Universidad debe probar
y comprobar que tales condiciones existen, y crear medios para
propiciarlas y probarlas. A ese fin tiende a servir el trabajo de
tesis, como trabajo final de graduación.

El carácter de prueba universitaria es
fundamental para comprender el proceso de elaborarla; sin
embargo, el trabajo de tesis o TFG es más que una
actividad examinatoria, es también una tarea u
oportunidad de desarrollo del estudiante
en ámbitos o
tareas que le serán inestimables para lograr su
éxito como profesional, en el propio campo de la
vida.

En efecto, los propósitos fundamentales del
trabajo de tesis o Trabajo Final de Graduación se centran
en el estudiante. Se trata de que el estudiante:

  1. Utilice conocimientos y experiencias, productos de
    su carrera, para identificar, analizar y proponer soluciones
    a problemas relevantes y concretos;
  2. Emplee métodos y técnicas de estudio
    o investigación propios de su disciplina,
    y
  3. Demuestre capacidad y madurez intelectuales,
    así como creatividad científica y profesional
    dentro del campo estudiado.

Por muy diversas razones, pero especialmente per
ignoratiam
, por pragmatismo o utilitarismo, los estudiantes
comunes, y aún algunas escuelas universitarias, tienden a
"simplificar las cosas" sometiéndolas a reduccionismos que
tienden a desfigurarlas, a desvirtuarlas y a desnaturalizarlas.
As{i parece ocurrir con el trabajo de tesis, el cual suele ser
visto por el estudiante, en principio, como un simple requisito
(simple formalidad o formulismo, que no merece dedicación,
atención intensiva o gran esfuerzo) y, más tarde,
cuando se le exigen características y condiciones propias
del método científico, pasan a verlo como un
obstáculo, como una barrera que impide el logro de su
interés inmediato: graduarse.

Brenes Chacón, en su mensaje al estudiante,
recalca que el trabajo de tesis debe verse como una actividad
compleja no puede considerarse "un trabajo más" como los
que el estudiante tuvo que hacer para ganar ciertos cursos. Y
recuerda que, en un TFG, se suman la dificultad y la calidad de
muchas de las actividades académicas realizadas a lo largo
de la carrera. Como simple término ilustrativo de
referencia podría decirse que el trabajo de tesis equivale
a todo un ciclo de cursos, con todo el trabajo que ello
significa, por la concentración y dedicación que
exige.

Una tesis o TFG, dice Brenes, consiste en un proceso
con, al menos tres etapas o fases distintas, cada una con su
propio nivel de dificultad:

  • La primera es sólo aparentemente simple, y
    conlleva la selección del tema o problema apropiado,
    relevante y concreto;
  • La segunda comprende la realización de
    investigaciones de uno o más tipos, el diseño o
    proposición de soluciones, la ejecución de
    acciones, o una combinación de estas tres cosas, todas
    en relación a dicho tema o problema; y
  • La tercera implica la redacción de un
    documento escrito donde se describe todo lo que ha sido el TFG,
    documento que debe tener determinadas características y
    que se debe presentar y discutir ante ciertas autoridades
    universitarias.

Así, señala este autor, el trabajo final
de graduación o trabajo "de tesis", consiste en un
proceso de investigación científica
(sic),
regido por los cánones del método
científico, aunque sea aplicado a realidades concretas con
propósitos descriptivos.

Por la reconocida tendencia a la simplificación o
la reducción, Brenes aclara: "No se trata de cualquier
trabajito de unas pocas páginas, hecho en unas
cuantas semanas después de consultar uno que otro libro,
talvez hasta desactualizado. Tampoco es cuestión de
escoger un tema tan trillado que en modo alguno demuestr un
mínimo de creatividad, o de plantear una solución
trivial a un problema poco importante. O de usar los
métodos y técnicas de investigación de una
forma en que cualquier principiante de la carrera lo
podría hacer". Se trata de hacer algo que valga la pena,
algo que valga el tiempo, los recursos y "el quebradero de
cabeza" que se ocasiona en muchas personas, especialmente en el
estudiante.

Debemos recordar que no está en juego simplemente
aprobar un curso, sino se trata "de ganar el honorífico
apelativo de graduado universitario" (Licenciado, Master,
Doctor), de ganar una certificación o reconocimiento
oficial de una preparación académica, la cual
debió aportar un conjunto de conocimientos, habilidades y
actitudes que capacitan al estudiante para funcionar como un
profesional idóneo en cierto campo.

El TFG o trabajo de tesis debe constituir una prueba
fehaciente de que quien lo realizó "pasó por la
Universidad" y, a la vez, de que "la Universidad pasó por
su persona".

El trabajo de tesis es, pues, una experiencia
única que, quizá, sólo pueden valorarla en
toda su magnitud quienes realmente la han logrado vivir con
plenitud. No todo graduado la ha vivido como correspondía
o como debió, sino como-mejor-pudo, según sus
prioridades y condiciones, y según su grado de
autenticidad o alienación. Quienes la vivieron con el
auténtico sentido académico acá esbozado,
probablemente habrán adquirido mayor nivel de
profesionalidad universitaria. El trabajo que conduce a formular
una tesis, para graduarse como profesional, quizá requiere
vivirlo con pasión, entrega y dedicación, para
demostrar ante la academia, las competencias adquiridas en su
seno, y "ante el mundo", que se es un(a) verdadero(a)
profesional, en quien la patria o la sociedad pueden confiar
plenamente su destino, en lo que depende del área de su
competencia.

5.b) El trabajo final de graduación, actividad
humana.

El proceso de producir una tesis, en
realidad, es un trabajo consistente en "todo un proceso de
investigación". Según Larroyo, la
investigación es el óptimo método de la
cultura académica, auténtico entrenamiento eficaz
para la formación humana, motor del trabajo
intelectual.

Como complejo de actividad, la investigación
tiene un potencial inestimable para la formación humana,
el cual se puede expresar en las ventajas o "poderes" que pueden
obtener las personas que realizan emprendimientos de ese tipo.
Entre tales ventajas están que la
investigación
:

  1. Realiza el valor formativo de la actitud
    inquisitiva;
  2. Fortalece el carácter
    intelectual;
  3. Da conciencia sobre la limitación
    humana;
  4. Prohíja la sinceridad y la autenticidad
    académica; y
  5. Clarifica la mente; entre otras.

Incluso las exigencias que ella establece constituyen
ventajas para quien realiza tal actividad, pues son requisitos
para lograr aquellos beneficios y, a la vez, condiciòn
para el aprovechamiento del esfuerzo realizado:

  1. El trabajo científico exige esfuerzo
    sostenido, "el descanso prolongado es pronto decadencia";
    y
  2. La investigación exige espíritu de
    orden y disciplina, así como humildad y
    socialidad.

En efecto, la investigación científica
por ser una actividad netamente intelectual
produce efectos
exactamente en esa área del hombre: Pone a prueba la
inteligencia y la desarrolla a través de someterla a un
proceso consciente de cognición
.

Como actividad social, la investigación
metódica se expresa como ciencia y como técnica,
que son los bienes culturales donde el método encuentra su
madurez. "Para lograr un buen rendimiento en la acción hay
que proceder con método", hay que realizar acciones
iluminadas por la ciencia y por la técnica.

Este punto de vista no es tan antiguo, pues hace apenas
cuatro siglos que Bacon y Descartes inauguraron la Edad Moderna
planteando, con miras a la Reforma de la enseñanza
superior de entonces, el problema del mejor camino para adquirir
conocimiento exacto y riguroso de la realidad; aunque sus
planteamientos tardaron en surtir efecto.

Aunque la enseñanza superior está
orientada más hacia la habilitación profesional
(hacia la preparación para un oficio), esta faceta no es
todo, ni cubre todo lo que un profesional necesita en
términos humanos, en términos ciudadanos o como
miembro-representante del privilegio de una Universidad (y de un
grado académico universitario), menos si el enfoque es
puramente cognoscitivo (que hace ser docto en una
materia).

La inteligencia humana y la vida intelectual de un
profesional deben surgir y radicar en una doble acción,
internamente equilibrada:

  1. la actividad reflexiva, que se ejerce en aislamiento,
    buscando la originalidad; y
  2. el estudio, que se ejerce en comunicaciòn con
    otros.

Como actividad humana, el trabajo de tesis o trabajo
final de graduación tiende a unificar estas dos
dimensiones, al exigir el ejercicio en ambos sentidos. El trabajo
de tesis orienta a los devora libros a que desarrollen su
capacidad de producir ideas; asimismo, ayuda a las mentes
ágiles a disciplinarse, ya que, de otro modo,
serían estériles.

Para mostrar la importancia de la investigación y
la complejidad para efectuarla, bastaría mostrar el
inventario de la inmensa cantidad de libros que se han escrito
–y se siguen escribiendo- para "enseñar a
investigar" o para "mostrar el método" en cualquiera de
las fases del proceso o en cualquiera de los requisitos propios
de ellos (lógica, teoría del conocimiento,
epistemología, métodos, técnicas,
procedimientos, estrategias, actitudes, condiciones,
etc.)

Entre los libros clásicos, Goode y Hatt dicen que
los cursos sobre métodos de investigación social
vinieron adquiriendo cada vez mayor importancia desde la
década de 1930, y en 1952 consideraban probable que "en
cada universidad se den tales cursos". Radicaban el creciente
interés en los métodos de investigación en
el hecho de que "todo el que requiera conocimiento necesita
prestar atención a la forma en que pueden captarse los
hechos", lo cual exige adquirir instrumentos mediante un
intensivo programa de adiestramiento.

Todo trabajador no manual necesita esta habilidad y
bagaje para obtener y conservar un puesto de trabajo, y conforme
ascienda a otros puestos más altos tendrá que
evaluar informes, resúmenes y técnicas aplicadas
por otras personas, por lo que debe estar capacitado para decidir
sobre si son tan fidedignos como para que se les pueda utilizar
como base para tomar decisiones. Tomar decisiones acertadas es
difícil cuando no se sabe juzgar la verdad contenida en
los informes escritos o hablados. En nuestra civilización
las decisiones se basan cada vez más, en hechos
científicos.

Los que no comprenden "como se llega a los hechos", son
incapaces de distinguirlos de la especulación y el deseo,
en un mundo donde a muchas informaciones se les pone el marbete
de "estudios científicos" tratando de aprovechar el
prestigio de éstos. Por todo ello, "un número cada
vez mayor de profanos… desean saber algo sobre los
métodos de investigación social".

La expansión misma de las ciencias ha ido
acompañada del establecimiento de las técnicas de
investigación propias de cada campo. Aunque las
técnicas no garantizan tal expansión, son
absolutamente indispensables para ella.

CONCLUSIONES

Con lo
discutido y expuesto consideramos haber demostrado que el Trabajo
de Tesis es un requisito necesario y actual en la
educación superior, especialmente para el otorgamiento de
grados académicos. No obstante, a manera de
síntesis, se enumeran los hallazgos más
importantes:

Primero. La tesis, como trabajo final de
obtención de grado académico, usual en las
Universidades, ya no tiene el sentido original
decimonónico vinculado con los doctorados, o con las
personas doctas. Ahora se inserta dentro de la
Docimologìa, rama de la pedagogía relativa al
sistema de exámenes y títulos, siendo la
denominación más propia "trabajo de tesis" o
"trabajo final de graduación", por ser más
importante la actividad que ha de realizarse, que su producto. El
trabajo de tesis es, como señala Luzuriaga, un examen de
reválida si no el examen de reválida por
antonomasia.

Segundo. El trabajo de tesis o trabajo final de
graduación universitaria, requisito académico que
consiste en realizar una investigación completa y
autodirigida, no es obsoleto; por el contrario, es una necesidad
de plena vigencia porque como actividad, a) aporta a la
Universidad medios importantes para verificar el cumplimiento de
su propósito de "egresar profesionales
científicamente preparados…" y, asimismo, la
oportunidad de completar su obra; b) aporta al estudiante la
oportunidad de poner en juego su inteligencia –ejercitar su
intelectualidad-, especialmente en aquellas carreras de orden u
orientación práctica; y c) aporta al estudiante la
oportunidad de integrar su formación y aplicar todos los
conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes que todo
profesional debe poseer para alcanzar el éxito como tal.
Sobre la base de lo conocido parece que lo más apropiado
es que, para el grado de licenciatura, al producto del trabajo
final de graduación –que ha de ser "una
investigación con carácter científico"- no
se le llame "tesis", pues –por lo general- no lo es in
strictu sensu
, sino "tesina". Para las carreras
técnicas, si tal trabajo se considera indispensable para
la verificación del perfil ocupacional, tendría que
llamarse de otro modo, según la o las competencias que se
traten de verificar (¿"memoria"?) o los fines que a la
misma se asignen.

Tercero. El trabajo de tesis es un requisito
universitario de actualidad. En vez de haber caído en
desuso, se constituyó en una práctica común
universitaria que parece inestimable, porque es una prueba
integral de la formación y capacidad del estudiante,
así como una oportunidad de ejercicio integral que le
permite completar –y comprobar- su formación
profesional.

Cuarto. El trabajo de tesis, como actividad
académica y como prueba universitaria, es un requisito
actual pues, hoy más que nunca, se requiere que los
profesionales egresen con a) cierto nivel de desarrollo
intelectual; b) una actitud inquisitiva, sincera y
auténticamente académica, así como c) una
mente clara y una conciencia de la limitación humana que
permita a los estudiantes responder fiel y capazmente a la
sociedad y al Estado, y al privilegio social de ser
universitario.

Quinto. La tesis es un requisito necesario
(aunque talvez no para todas las carreras con igual grado de
exigencia, y quizá no en todos los niveles ni del mismo
modo), porque significa una experiencia de investigación,
orientada por el método científico que todo
profesional debe vivenciar para comprender no sólo la
necesidad del método, sino el sentido de la
captación fiel de la realidad, así como la
necesidad de manejarse con la verdad. Este aserto no se limita a
la actividad académica, sino se extiende a la sociedad,
donde los profesionales han de colaborar en la toma de decisiones
que conviene al futuro de la vida nacional. Además, el
trabajo de tesis les proporciona herramientas e instrumentos para
lograr su propio éxito.

 

 

Autor:

Carlos Arturo Soto Ramírez

Datos del Autor:

Trabajador Social y Economista, con Maestría en
Administración Pública y PhD. Docente de la
Universidad de San

Carlos de Guatemala. Consultor en investigación,
planificación y mediación pedagógica.
Director de Consultoría, Asesoría y
Servicios.

Trabajo elaborado en 2003

Partes: 1, 2
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