Resumen
Los tiburones en el imaginario colectivo se presentan
como una especie depredadora por excelencia, son vistos como "los
asesinos de los océanos". Sin embargo, los avances
científicos han propiciado un mayor conocimiento
de estas especies, demostrando que la gran mayoría de las
especies de esta familia no
presenta riesgos para
el ser humano.
Más bien, el hombre y su
afán arrollador son una seria amenaza para la
conservación de los eslamobranquios, que agrupa a
tiburones, rayas y quimeras.
Estas especies también son víctimas de la
pesca
incidental, sufriendo una enorme mortalidad y un descenso
drástico en los niveles poblacionales. De hecho, el
"Plan de
Acción
Internacional de la FAO para los tiburones" ha reconocido su
vulnerabilidad ante la pesca comercial, con lo que se pueden
plantear impactos perjudiciales a largo plazo o incluso la
posible extinción de algunas especies marinas.
Introducción
Los tiburones han tenido mala prensa, pero no
la merecen. Se los conoce como feroces asesinos, enemigos del
hombre.
De hecho, como explica el experto marino
Jean-Michel Cousteau, menos personas son matadas por
tiburones que por picaduras de abeja. Se registran unos 100
ataques por tiburones al año, que resultan en alrededor de
12 muertes humanas. Por contraste, los seres humanos son
responsables de matar más de
100 millones de tiburones cada año.
La gran mayoría de los tiburones víctimas
de la pesca incidental pertenece a la población más longeva, de lento
crecimiento, con madurez sexual tardía. Por ello, su
desenfrenada captura pone en serio riesgo su
conservación.
Según el informe de FAO ya
citado, en el año 2000 se capturaron más de 800 mil
toneladas de esta especie, lo que representó un incremento
del 20% desde 1990. Durante ese período, en nuestro
país el azulejo y el marrajo fueron los tiburones que
presentaron los mayores desembarques: 262 y 592 toneladas,
respectivamente.
El análisis "Bycath: Tiburones en peligro"
demuestra cuáles son las principales consecuencias de la
pesca incidental de
eslamobranquios, centrando la atención principal en los tiburones. Estas
especies sufren las falencias de los artes de pesca utilizados,
como la pesca de arrastre, y también las carencias
científicas de las grandes pesquerías industriales,
pues no existe una clara especificación taxonómica
de las especies involucradas en los desembarques.
Análisis del
problema
Los tiburones elasmobranquios , rayas y quimerasson
capturados como fauna
acompañante o "bycatch" de una especie objetivo en
casi todas las pesquerías del mundo. Esto también
se conoce como pesca incidental. La fauna acompañante de
una especie objetivo en una pesquería puede ser
aprovechada o descartada. Desgraciadamente, ya sea por problemas de
mercado o por
capacidad de bodega, la fracción descartada es casi
siempre de mayor volumen que las
especies objetivo. Esto sucede tanto en pesquerías
artesanales costeras como en pesqueros industriales en alta
mar.
El problema se crea, porque ninguna pesquería
declara lo que captura, sino solo lo que desembarca. La fauna
descartada no es desembarcada, por lo que no existe información sobre ella relativa a que
especies son, cuáles son sus volúmenes de captura,
y aún menos, sobre cuáles son sus
características poblacionales. Solo en algunas investigaciones
el descarte está pobremente documentado (Philippart,
1998).
Los 26 países más importantes en la pesca
capturan más de 10.000 toneladas métricas por
año de elasmobranquios. (Figura 1).
A pesar de existir muchos vacíos en la
información de captura incidental disponible, Bonfil
(1994) estima que, a fines de los 80, aproximadamente 12 millones
de elasmobranquios (casi 300.000 toneladas) fueron capturados
como bycatch cada año en mar abierto solamente. De
éstos, 4 millones fueron capturados con redes de deriva y más
de 8 millones con espineles (principalmente, en las
pesquerías de atún de Japón,
Corea y Taiwán). Nada se conoce de la composición
específica de estas capturas, aparte de ser reconocidos
como tiburón.
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