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Adicción a Internet




Enviado por Boris Villanueva



Partes: 1, 2


    1.
    Introducción

    2.
    Historia

    3. Definición
    4. Opiniones profesionales
    relacionadas.

    5. Investigaciones que sostienen el
    IAD.

    6. Psicología de
    Internet

    7. Servicios De Potencial
    Adicción

    8.
    Tratamiento

    9.
    Conclusiones.

    10. Referencias
    Bibliográficas

    1.
    Introducción

    Teniendo en cuenta el incremento cada vez mayor de
    nuevas
    tecnologías que se van haciendo parte de la vida
    diaria, se hace imprescindible conocer de que manera su
    utilización va transformando la realidad y como esta nueva
    realidad afecta nuestra manera de ser en el mundo.

    En los últimos años producto de
    la
    globalizacion y el avance de los medios de
    comunicación surge Internet como el boom de
    fines del siglo XX. Su facilidad de manejo y versatilidad en
    pocos años ha rebasado los limites de lo
    inimaginable, haciéndose cada vez mayor la cantidad de
    usuarios que acceden a la red y que se benefician de
    su enorme variedad de servicios. La
    gran cantidad de información a la que se puede acceder
    contiene casi todos los conocimientos y pasatiempos del que hacer
    humano, por ende se le ha denominado la gran biblioteca de la
    humanidad.

    Aunque en nuestro país no esta tan difundido su
    uso en comparación de los países del primer mundo,
    se encuentra ya a disposición de las grandes
    mayorías a través de cabinas publicas que a un
    precio
    módico permiten acceder por horas al servicio.

    Se ha podido comprobar empíricamente y a
    través de estudios hechos en el exterior la gran capacidad
    reforzante de su uso, lo que podría provocar un
    condicionamiento que haría cada vez mayor la necesidad de
    su utilización.

    Debido a esto hace pocos meses se ha convertido en
    noticia el posible síndrome de dependencia de Internet, La base
    teórica con que cuentan los defensores de entidades como
    el IAD (Internet Addiction Disorder) son algunos estudios
    -descriptivos- acerca de los patrones de uso de Internet, de los
    que quizá resulte aventurado deducir que el uso masivo de
    los recursos on-line
    sea preocupante, y muy lejos de los 30 millones de afectados con
    los que especula el periodista Hughes Henry. Datos algo menos
    dramáticos ofrece la Dra. Kimberly S. Young, cifrando en
    unos 400.000 el número de norteamericanos afectados por el
    IAD (de una población de unos 20.000.000 de americanos
    conectados).
    A estos trabajos debemos añadir numerosos escritos
    periodísticos que a partir de algunas declaraciones de los
    autores y espectaculares testimonios establecen sin ningún
    genero de
    dudas la existencia del carácter
    "cuasi" epidémico de dicho síndrome.

    Se ha observado que algunas personas presentan
    verdaderos problemas
    derivados de su afición a los ordenadores y al
    ciberespacio. Cuando se es despedido del trabajo, se abandonan
    los estudios o una persona se
    encuentra inmersa en una demanda de
    separación a causa de esta actividad se puede sospechar la
    existencia de una adicción.
    No obstante las "adicciones" en
    sentido amplio pueden ser saludables, patológicas o una
    mezcla de ambas. De este modo una persona que se
    sienta fascinada por su hobby y en el que invierte cantidades
    ingentes de tiempo tiene la
    posibilidad de aprender, fomentar la creatividad y
    comunicarse. La dificultad se sitúa en el punto en que
    debe trazarse la línea entre un uso intenso de la tecnología y la
    aparición de las consecuencias derivadas
    directamente de la actividad.

    Es conocido por todos el fenómeno que se produce
    ante la adquisición de un sistema de
    vídeo juegos,
    apareciendo una curva de utilización caracterizada por
    elevadas frecuencias de uso en las primeras 3 – 5 semanas, curva
    que progresivamente va descendiendo hasta situarse de modo
    estable en valores que
    constituyen una fracción de los iniciales.

    Cabe, pues, plantearse si la eclosión de Internet desde
    finales de 1996 no está produciendo un fenómeno
    similar al acaecido con los vídeo juegos a
    principios de
    los 90.
    Se empieza a considerar como puede existir un núcleo
    común a todos los elementos psicopatológicos
    ligados con la informática, que es el uso abusivo de los
    ordenadores, considerándose las diferentes manifestaciones
    como formas clínicas diferentes de un único
    trastorno.
    Se compara la adicción a Internet con el juego
    patológico, la adicción al tabaco, el
    alcoholismo o
    las compras
    compulsivas. Al igual que ocurrió con los videojuegos el
    paralelismo con el conjunto de las toxicomanías es
    tentador, sin embargo, ya de una manera superficial sólo
    es posible establecerlo con el juego
    patológico ya que en este caso tampoco existe una
    sustancia responsable de la conducta
    adictiva

    El llamado Síndrome de la Adicción a
    Internet (InfoAdicction Disorder, IAD) está suscitando
    polémica. Hoy en día constituye todavía un
    interrogante la posibilidad de que una conducta
    semejante al IAD sea una realidad. El hecho que Internet se
    considere un medio de trabajo, de extraordinaria creatividad y
    una vasta fuente de información y otros recursos, pone en
    duda para muchos su carácter adictivo. Sin embargo, los
    partidarios de la existencia de este síndrome definen al
    'netdependiente' como aquel individuo que realiza un uso excesivo
    de Internet lo que le genera una distorsión de sus
    objetivos
    personales, familiares o profesionales. El Center for On-Line
    Addiction describe este tipo de adicción como un deterioro
    en su control y uso que
    se manifiesta en un conjunto de síntomas cognitivos,
    conductuales y fisiológicos.

    La socialización y la
    comunicación parecen constituir los elementos
    últimos del efecto "adictivo" de Internet (Intercambio de
    correo, participación en grupos de
    discusión, conversaciones en tiempo real,
    juegos en red). Sin
    embargo cuando estas mismas actividades prescinden de su soporte
    tecnológico pierden la connotación mórbida
    que se les ha querido dar. ¿Quién se preocupa por
    las prolongadas conversaciones de teléfono de los adolescentes
    tras haber estado juntos
    todo el día en el colegio? La lectura es
    otra actividad que puede captar completamente la atención sin que por ello se intente elevar
    a la categoría de diagnóstico.

    Cuando se es un nuevo usuario o se descubre un nuevo
    recurso en Internet se produce una fase de encanto, que se
    caracteriza por elevados tiempos de consumo y
    cierta "obsesión". Tiempo después aparece una
    caída del uso que corresponde con una percepción
    mas objetiva de lo que es
    Internet en sí o el recurso recientemente descubierto,
    apareciendo una fase de desencanto.

    Finalmente aparece una fase de estabilidad donde el
    recurso o el uso de Internet en sí mismo halla su espacio
    natural en las actividades del sujeto. De este modo es esperable
    que una vez alcanzado el primer nivel se vuelva
    –episódicamente- al primer nivel, aspecto demostrado
    por los trabajos que presentan el carácter fásico
    en el uso de Internet y que tienen su antecedente en los
    realizados sobre el uso de videojuegos. Este fenómeno fue
    constatado por primera vez por Creasey y Myers en 1986.
    Probablemente exista un equivalente a este fenómeno en la
    conducta de los sujetos que disponen por primera vez de una
    conexión a Internet, por lo que resulta evidente una
    llamada a la prudencia en la interpretación de las
    observaciones realizadas sobre sujetos recién llegados a
    la Red o que puedan haber descubierto nuevos recursos que les
    hayan devuelto a la primera fase.

    En cierto modo este fenómeno ha sido demostrado
    por Roberts, Smith y Pollack (1996) demostraron que actividades
    como el uso del IRC tienen un carácter fásico,
    apareciendo niveles iniciales elevados que se acompañan de
    bruscas caídas en el uso que devuelven al sujeto a su
    nivel basal.

    Algunos investigadores barajan la idea de que características propias de Internet ejerzan
    alguna influencia sobre la conducta de los usuarios, es el caso
    del modelo "ACE"
    (anonimato, conveniencia y escape) (Young, 1999) para explicar el
    éxito y
    la gratificación obtenida mediante el cibersexo. No
    obstante tales modelos
    teóricos todavía deben ser validados por futuras
    investigaciones, existiendo hoy día a modo
    de meras hipótesis.

    El concepto de
    anonimato ha sido subrayado por numerosos autores en
    relación a las situaciones de abuso (O’Reilly,
    1996)

    También resulta interesante la propuesta de King
    (1996) quien sugiere que quizá sean adictos quienes usan
    Internet, refiriéndose a rasgos de personalidad
    específicos que determinarían un elevado uso de
    estos recursos.

    Una vía alternativa reside en considerar la
    existencia de un uso abusivo de la tecnología en
    general, hipótesis
    propuesta por algunos autores en la propia red. Este uso
    podría evolucionar de modo adaptativo (de hecho son
    habituales los casos de sujetos que hacen un uso intensivo de sus
    ordenadores, teléfonos móviles, televisión
    en cualquiera de sus vertientes, etc.) o bien desviarse hacia
    situaciones desadaptativas ya sea en modo generalizado o en
    algún aspecto específico.

    Oficialmente en el colectivo médico no
    está considerada la existencia de una adicción a
    Internet como tal. En los manuales
    diagnósticos tanto de psicología como de
    psiquiatría, todavía no está considerada
    como una adicción, como por ejemplo sí está
    recogida la ludopatía. En el ámbito internacional
    tampoco está recogida como una adicción.
    Sólo existen sugerencias individuales o de algunas
    asociaciones que reivindican que ya debería indicarse como
    una adicción. Para que la adicción a Internet sea
    considerada como tal tendrá que ser considerada, en primer
    lugar, en el ámbito científico como una
    categoría adictiva en sí misma. Como llevamos poco
    tiempo con el uso de Internet y hay pocas personas susceptibles
    de esta patología, no tenemos
    conocimientoscientíficos aptos para decir que esto es una
    adicción y cuáles son las categorías que lo
    definen. Estamos en una etapa inicial y no se tienen datos con certeza
    para definir un diagnóstico y un tratamiento.
    Hasta el día de hoy no existe de modo oficial este
    trastorno, puesto que el conjunto de síntomas que se
    describen todavía no ha demostrado ni consistencia ni
    fiabilidad. Por lo cual es oportuno seguir investigando y
    aportando al estudio de esta conducta.

    2.
    Historia

    En los 50’s Estados Unidos
    poseía un ineficiente y caótico sistema de
    comunicación y ante la amenaza de la
    guerra nuclear
    y en medio de la guerra
    fría a finales de los 60's, el Departamento de Defensa
    de los E.U., enfrentando problemas
    estratégicos, sentó los parámetros para el
    desarrollo de
    una red de
    computadoras
    que tomó el nombre de ARPANET.

    La red nació en 1969. Fue creada por un grupo de
    investigadores, para establecer un sistema de comunicación con otras agencias del
    gobierno en un
    proyecto para
    comunicar algunos centros computacionales alrededor del
    país. El temor a que un ataque pudiera destruir la
    información almacenada en un mismo lugar, obligó a
    que no fuera solamente un poderoso computador
    central el que la guardara, sino el resultado de la
    conexión de muchos. El proyecto llamado
    ARPANET, consistía en desarrollar un sistema de
    información militar, el cual mantuviera su
    operación, incluso si alguno de estos centros
    computacionales fuera bombardeado. De manera que si uno o dos de
    estos centros fueran destruidos, el resto pudiera mantenerse
    comunicado.

    Cada nodo de la red, recibió una
    identificación numérica, conocida como dirección, lo cual permitía que las
    computadoras
    se diferenciaran unas de otras para facilitar la puesta en marcha
    de procesos
    simultáneos. El esquema se basa en "paquetes" de
    información enviados a diferentes computadoras de acuerdo
    con el protocolo
    estándar de Internet (IP). Cada
    paquete lleva incluida la dirección de la computadora
    a la cual fue enviada, de manera que, el "paquete" puede ir
    siendo desviado hasta su destino. Con el paso de los años,
    ARPANET fue abriendo sus estándares de comunicación
    a las universidades, centros de investigación y dependencias de gobierno,
    así como a instituciones
    extranjeras, convirtiéndose en una red cosmopolita llamada
    Internet

    A medida que pasaba el tiempo, Arpanet crecía y
    crecía en computadores conectados y, a comienzos de los 80
    aparecen numerosas redes. Aquello era un
    gigantesco banco de datos en
    el que resultaba muy difícil encontrar lo que se
    necesitaba y había demasiados formatos incompatibles.
    Así nació Internet, que unifico lo que antes era un
    "rosario" de pequeñas redes y, lo que es
    más importante, introdujo las herramientas
    necesarias para su manejo, creando diferentes programas de
    acceso.

    La demanda de
    estar conectado aumento con rapidez y pronto se evidencio que la
    red tendría otros fines que los pensados originariamente,
    y que estos dependían de las necesidades de los nuevos
    usuarios. Para solucionar el problema de los distintos
    códigos se desarrollaron protocolos de
    comunicación que permitieron que los ordenadores se
    comunicaran de modo transparente a través de distintas
    redes interconectadas. Así se desarrollaron los protocolos
    TCP/IP
    (Transmision Control
    Protocol/Internet Protocol). Una vez encontrada la
    solución a la compatibilidad se fueron añadiendo
    mas redes con nuevos servicio, como
    el correo
    electrónico, las listas de correos, entre
    otros.

    Hasta finales de los años ochenta, Internet era
    utilizada principalmente por investigadores y académicos
    estadounidenses, pero en la actual década, desde que
    empezó a popularizarse entre todo tipo de personas, ha
    crecido a un ritmo desenfrenado.

    Sin embargo, llevar a cabo un censo en Internet es como
    intentar contar las cabezas de los asistentes a una gran
    manifestación. Teniendo en cuenta la anterior observación, la población de Internet podría estar
    entre 10 y 100 millones, más o menos.

    Por extraño que parezca, no existe una autoridad
    central que controle el funcionamiento de la red, aunque existen
    grupos que se
    dedican a organizar de alguna forma el tráfico en ella.
    Tampoco pertenece a una entidad privada o gubernamental. La
    mayoría de sus servicios y
    recursos son ofrecidos en forma gratuita a sus
    usuarios.

    Una razón fue la popularidad para consultar
    información con herramientas
    como Gopher y Archie las cuales fueron opacadas con el desarrollo del
    World Wide Web (WWW) en 1991
    por CERN, (European laboratory for Particle Physics).

    Mientras se desarrollaban herramientas más
    sencillas para consultar información, el auge
    surgió en 1993 con el lanzamiento de Mosaic, el primer
    navegador gráfico.

    En la actualidad Mosaic, así como sus sucesores
    como Netscape Navigator permiten que con solo hacer un click con
    el mouse en
    algunas palabras y figuras (llamado hyperlinks) el navegador lea
    automáticamente paginas en cualquier computadora
    conectada en el WWW, naciendo con esto la palabra que hoy
    conocemos como Navegar.

    Se calcula que el promedio de edad del usuario standard
    de Internet es de 32 años, y 1 de cada 10 usuarios es
    menor de 18 años. Se calcula que 57% de los usuarios son
    hombres y 43% mujeres a nivel global.

    En la actualidad, 30 años después,
    Internet es ya una realidad que une mas de 16 millones de redes
    comunicadas entre ellas por líneas telefónicas,
    fibra
    óptica o vía satélite y más de 60
    millones de usuarios, con información circulante
    equivalente a 40 millones de novelas de 700
    paginas c/u.

    El índice de crecimiento, tanto en redes como en
    usuarios finales, es del doce por ciento mensual por lo que
    Internet Society presume que en el año 2020 habrá
    algo mas de 200 millones de usuarios de Internet.

    3.
    Definición

    John Suler señala la existencia de dos modelos
    básicos de la hipotética adicción a
    Internet.

    El primero de ellos hace referencia a aquellos sujetos
    muy aficionados e interesados por sus ordenadores que utilizan la
    Red para recoger información, jugar en solitario, obtener
    nuevos programas, etc.
    pero sin establecer ningún tipo de contacto interpersonal
    (mas que el necesario para lograr sus
    propósitos).

    El segundo tipo lo constituiría aquellos sujetos
    que frecuentan los Chats, MOODS (juegos en línea) y listas
    de correo. Todos ellos tienen en común la búsqueda
    de estimulación social. Las necesidades de
    filiación, ser reconocido, poderoso o amado subyacen a
    este tipo de utilización de la Red. En oposición a
    ellos, los sujetos del primer grupo evitan
    el "caos" interpersonal que puede cualquier canal de IRC. Para
    ellos la necesidad de control y la predictibilidad son elementos
    esenciales.
    Cuando el uso de Internet interfiera de un modo significativo las
    actividades habituales es cuando podrá ser considerado
    patológico. Sin embargo la interferencia sobre los
    hábitos de vida no es un criterio estable ya que
    varía tremendamente de unos sujetos a otros, variando en
    función
    de las disponibilidades de tiempo, dinero y de
    numerosas circunstancias tanto personales como familiares.
    Mark Griffiths (Psicólogo, Universidad de
    Plymouth) considera que las nuevas tecnologías son en
    sí adictivas, presentando patrones comportamentales
    similares a los del juego patológico o la bulimia. No
    obstante debemos considerar las actitudes de
    este autor sobre las nuevas tecnologías desde la
    perspectiva del familiar de un jugador patológico de
    maquinas
    recreativas, que ha publicado algunos trabajos condenando el
    juego con videojuegos con argumentos de escasa
    entidad.

    Aproximación diagnóstica.

    Pese al escaso y anecdótico bagaje clínico
    son numerosas las voces que proponen la inclusión de este
    supuesto trastorno en los manuales de
    clasificación (DSM-IV, ICD-10), aventurando borradores de
    criterios diagnósticos:
    Tolerancia
    (definida por los siguientes criterios).
    Necesidad de incrementar las cantidades de tiempo conectado a
    Internet para lograr la satisfacción.
    Disminución del efecto con el uso continuado de similares
    tiempos de conexión.

    Abstinencia, manifestada por las siguientes características:
    Síndrome de abstinencia.
    Cesación o reducción del tiempo de conexión
    (cuando se han dado períodos de tiempo prolongados de uso
    intenso).
    Dos o más de los siguientes síntomas aparecen
    después de unos días y hasta un mes de haberse
    producido el punto anterior.
    Agitación psicomotriz.
    Ansiedad.
    Pensamientos recurrentes (obsesivoides) acerca de lo que
    estará ocurriendo en Internet.
    Fantasías o sueños acerca de Internet.
    Movimientos voluntarios o involuntarios similares a los que se
    efectúan sobre un teclado.
    Los anteriores síntomas producen malestar o deterioran las
    áreas social, ocupacional o cualquier otra área
    vital.
    El uso de Internet o de otro servicio on-line es preciso para
    aliviar o suprimir los síntomas abstinenciales.
    Se accede a Internet mas a menudo o durante períodos de
    tiempo mas prolongados de los que se había planeado.
    Existen propósitos persistentes e infructuosos de suprimir
    o controlar el acceso a la Red.

    Se invierte una cantidad de tiempo notable en
    actividades relacionadas con Internet (adquisición de
    libros,
    pruebas de
    nuevos browsers, organización del material descargado,
    etc.)

    Las actividades sociales, profesionales o de recreo
    disminuyen o desaparecen a causa del uso de Internet.

    Se permanece conectado a pesar de saber que ello supone
    un problema persistente y recurrente de tipo físico,
    social, laboral o
    psicológico (privación de sueño, conflictos
    matrimoniales, negligencia laboral,
    sentimientos de abandonar a los seres queridos…).

    Ivan Goldberg prefiere sustituir el término de
    adicción a Internet por el de Uso patológico de
    Ordenadores, estableciendo los siguientes criterios de
    diagnóstico:
    Cambios drásticos en los hábitos de vida a fin de
    tener mas tiempo para conectarse.
    Disminución generalizada de la actividad física.
    Descuido de la salud propia a consecuencia
    de la actividad en Internet.
    Evitación de actividades importantes a fin de disponer de
    mayor cantidad de tiempo para permanecer conectado.
    Deprivación o cambio en los
    patrones de sueño a fin de disponer de mas tiempo en la
    Red.
    Disminución de la sociabilidad que tiene como consecuencia
    la pérdida de amistades.
    Negligencia respecto a la familia y
    amigos.
    Rechazo a dedicar tiempo extra en actividades fuera de la
    Red.
    Deseo de mas tiempo para estar frente al ordenador.
    Negligencia respecto al trabajo y las obligaciones
    personales
    Correlatos fisiológicos.

    Lynne Roberts describió algunos de los correlatos
    fisiológicos relacionados con el uso intensivo de
    Internet, aunque no iguala necesariamente estas reacciones con la
    adicción en su sentido patológico.

    Respuesta condicionada (aceleración del pulso,
    incremento de la TA) a la conexión del
    módem.

    Estado de conciencia
    alterado durante largos períodos de tiempo, con una total
    concentración en la pantalla, similar al de la
    meditación o del trance (hipoprosexia).

    Sueños que aparecen en forma de
    "Scroll".

    Irritabilidad importante cuando se es interrumpido por
    personas o circunstancias de la vida real mientras se está
    sumergido en el ciberespacio.

    Sarah Lawrence editora de la revista
    educativa "Taken Children Seriously" afirma que navegar en la Red
    no se caracteriza por la repetición irracional de una
    conducta destructiva, como es el caso de las verdaderas adicciones.
    Señala como la valoración del tiempo de
    conexión puede ser una variable engañosa (estudiada
    desde un punto de vista únicamente
    cuantitativo).

    La cruzada del propio Ivan Goldberg o la de Kimberly
    Young requieren elevados tiempos de conexión a Internet,
    así como muchas horas dedicadas a actividades relacionadas
    con la red, siendo estos aspectos criterios de diagnóstico
    del IAD. ¿Sería legítimo considerarlos a
    ellos como adictos?
    Hasta la fecha no existe un perfil bien definido del usuario
    adicto a Internet, en general se trata de sujetos jóvenes,
    preferentemente varones, con un elevado nivel educativo y
    hábiles en el uso de la tecnología. Se especula con
    la existencia de un subgrupo de usuarios caracterizado por la
    timidez, que encuentra en el ciberespacio la posibilidad de
    liberarse de la ansiedad producida por las relaciones sociales
    cara a cara, ganando en autoconfianza, dado el relativo anonimato
    que Internet proporciona.

    El Instituto para el Estudio de las Adicciones (IEA) se
    ha ocupado de describir qué tipo de personas son las que
    tienen más probabilidades de sufrir este tipo de
    dependencia. Las personas que padecen depresión,
    desorden bipolar, ansiedad, baja autoestima, o
    han padecido anteriores adicciones son las más
    vulnerables, según el IEA.

    4. Opiniones profesionales
    relacionadas.

    El catedrático de Psicología
    Clínica de la Universidad del
    País Vasco (Madrid), Enrique
    Echeburúa, advierte que el uso anormal de Internet puede
    crear adicción y recomienda que la conexión a la
    red no se prolongue más de dos horas diarias. En una
    entrevista
    concedida a Efe, Echeburúa aseguró que el colectivo
    más vulnerable son personas introvertidas, con baja
    autoestima y
    con una vida familiar pobre "por lo que corren más
    riesgo de
    experimentar conductas adictivas a la red informática". "Estas personas explica
    Echeburúa encuentran en el ordenador algo que les da cosas
    y no les pide nada a cambio y,
    además, la máquina tampoco les valora si
    están teniendo un comportamiento
    correcto o no, por eso, estos usuarios de Internet son capaces de
    crear un mundo virtual que les compensa de la insatisfacciones
    que tienen en el mundo real".

    Para el catedrático de Psicología, que
    actualmente está realizando un estudio sobre la
    adicción a las redes informáticas, el perfil de
    "usuarios adictos" se completa con el colectivo de los
    internautas jóvenes de un nivel cultural medio que
    disponen de tiempo libre, ciertos conocimientos de
    informática e inglés
    y que viven en grandes ciudades. Echeburúa definió
    a los adictos a la red como "aquellos usuarios que aumentan su
    dependencia al ordenador hasta

    aislarse de su entorno e ignorar otros aspectos de la
    vida cotidiana". "Un claro ejemplo de adicción es cuando
    una persona no recurre a la red para obtener información
    si no como una forma de huir de sus problemas cotidianos o cuando
    sufre una necesidad imperiosa de ejecutar lo que le apetece con
    una pérdida de control importante", aseguró el
    psicólogo. Señaló que los síntomas
    más frecuentes de los afectados por esta adicción
    son la privación de sueño para "engancharse" a la
    red, el descuido de otras actividades importantes (como el tiempo
    para la familia o las
    relaciones sociales) y el hecho de pensar constantemente en la
    red cuando no se está conectado a ella.

    Hay dos aspectos que son importantes en todo tipo de
    adicción, explicó Echeburúa, "lo que se
    conoce como tolerancia (el
    adicto necesita cada vez más tiempo en la red para
    experimentar el mismo grado de satisfacción) y el
    síndrome de abstinencia, que se manifiesta en una
    pérdida de control que provoca la aparición de
    'tics' motores en los
    dedos en relación con el teclado del
    ordenador cuando no se está conectado".

    Distinguir lo que es el uso normal de Internet de lo que
    es una adicción, no abandonar ninguna afición por
    el uso del mismo, mantener las relaciones sociales y familiares
    sin dar prioridad al contacto con la red, son algunos de los
    "límites
    de autocontrol" que Echeburúa recomendó a los
    usuarios de las redes informáticas.

    El profesor de Psicología, que definió la
    red de Internet como un instrumento "extraordinariamente
    útil", aconsejó, en el caso de tener dificultades
    de autocontrol, solicitar la ayuda de un profesional.

    Echeburúa agregó que en los
    próximos años aumentará el número de
    adictos a la red informática, "ya que el 'boom' de
    Internet no ha entrado todavía en España" y
    añadió que en Estados Unidos ya
    se han creado grupos de apoyo para adictos a Internet, que se
    ofrecen desde la propia red.

    Según el siquiatra Nathan Shapira, del Colegio de
    Medicina de
    Cincinnatti, "no es claro si el problema relacionado con Internet
    debería ser considerado como un desorden o sólo
    como un síntoma de un problema más serio, o si el
    caso es que un desorden pueda provocar la adicción a
    Internet".

    El doctor Shapira y sus colegas estudiaron a 14 personas
    que habían pasado tanto tiempo navegando en Internet, que
    estaban enfrentando problemas tales como la ruptura de sus
    relaciones de pareja, pérdida del empleo y
    expulsión de la institución educativa entre
    otros.

    Dice el estudio que un hombre de 31
    años pasaba más de 100 horas semanales en
    línea, ignorando a familiares y amigos y descansando
    sólo para dormir. Otro caso es el del estudiante de 21
    años que fue expulsado de la universidad por no ir a sus
    clases. Después de una semana, los guardias de la
    universidad lo encontraron en el laboratorio de
    computación del campus, en donde
    había estado
    conectado a la red durante siete días consecutivos;
    algunos incluso confesaron que usaban Internet como un sustituto
    para la bebida o las drogas. El
    grupo, cuya edad media era
    de 35 años, admitió que la medicación
    suministrada para mitigar la ansiedad les ayudaba a controlarse.
    Vemos pues que Internet, ahora que empieza a implantarse
    masivamente, puede tener consecuencias inesperadas sobre la
    sociedad.

    Las personas que navegan demasiado tiempo en Internet
    tienen la tendencia a sufrir desórdenes
    psicológicos, tales como la maniaco-depresión,
    según este estudio. El tratamiento de tales
    desórdenes podría ayudarlos a combatir esa urgencia
    de querer estar en línea.

    Estar ‘afiebrado’ a Internet no es
    reconocido como un desorden, pero según el doctor Shapira,
    "el uso excesivo de Internet por parte de los estudiados puede
    clasificarse como un desorden de control de impulsos, en la misma
    categoría del cleptómano o el comprador
    compulsivo". De hecho, el doctor se refirió a este
    desorden como "Internetmanía" o "redmanía"
    más que considerarla una adicción.

    Lo que sí preocupó al doctor Shapira
    fueron otros casos que se dieron entre los adictos a Internet
    objeto del estudio.- Nueve de los 14 estudiados presentaban
    maniaco-depresión al momento de la entrevista,
    y 11 la habían tenido en algún momento de sus
    vidas.- La mitad sufría desórdenes de ansiedad
    tales como "fobia social", considerada como un miedo persistente
    y sin razón a "hacer el oso" en público.- Tres
    sufrían de bulimia o
    glotonería, y seis más tuvieron problemas de
    hábitos de alimentación alguna
    vez en sus vidas. – Cuatro tuvieron estallidos incontrolables de
    ira o ganas de comprar, y la mitad reportó haber tenido
    esa situación antes. – Ocho habían abusado del
    alcohol u
    otras sustancias en algún momento de sus vidas.

    "Hablar de hipotéticas enfermedades constituye un
    acto claro de sensacionalismo y alarma innecesaria" Según
    Alberto Estallo, psicólogo del Instituto
    Psiquiátrico de Barcelona, nos
    encontramos ante un fenómeno de relativa novedad y muy
    escasa investigación, " por lo que la actitud
    recomendable es la de una exquisita prudencia y hablar de
    hipotéticas enfermedades constituye un
    acto claro de sensacionalismo y alarma innecesaria". En
    opinión de Estallo, para poder hablar
    con autonomía de ciberadicción debe existir un
    abuso del recurso en cuestión y unas condiciones de
    tolerancia y dependencia. Cada vez es necesario un uso mayor y si
    no es así el sujeto experimenta síntomas similares
    a la abstinencia. Estallo insiste en que tampoco es posible
    hablar de adictos a Internet en general, ya que la red ofrece
    múltiples recursos y servicios. "Se han descrito pocos
    casos y casi en su totalidad tienen problemas con los chats u
    otros recursos que cumplen con la condición de
    interactividad a tiempo real", añade.

    En opinión del doctor Jesús A. Lacoste
    Director del Instituto para el Estudio de las Adicciones
    (IEA)actualmente hay más de moda que de
    realidad sobre este tema. La 'ciberadicción' va a ser un
    problema que en el ámbito profesional, psicólogos y
    psiquiatras, tendrán que tratar en las consultas porque,
    en la medida que Internet se vaya extendiendo también
    habrá más personas con problemas derivados de un
    uso inadecuado de Internet.

    Podríamos definir la adicción a Internet
    como la pérdida del control frente al uso racional de
    Internet. Para esto habría que valorar una serie de
    parámetros como puede ser el nivel de interferencia y de
    distorsión en la vida personal,
    familiar y profesional del individuo. Por ejemplo, si una persona
    se pasa horas y horas conectada, desatendiendo obligaciones
    familiares, personales y profesionales de forma reiterada,
    podíamos estar entrando en una situación de
    adicción.

    Si, además, esa persona no sólo pasa
    muchas horas, sino que el resto de actividades de su vida gira en
    torno a su
    conexión a Internet, es otro síntoma de que puede
    estar generándose un problema adictivo. En el caso de que
    una persona piense constantemente en Internet y toda su vida gire
    en torno a la red,
    debe aparecer la señal de alarma porque puede aparecer un
    problema de adicción.

    El uso de Internet puede generar trastornos en el
    comportamiento. En este sentido, podemos
    considerar Internet como una nueva adicción. Hay que tener
    en cuenta que el control de los impulsos está muy
    implicado en todo tipo de adicciones y a veces, cuando se usa
    Internet de forma desproporcionada, perdemos el control sobre
    nuestro propio impulso y podemos llegar a desarrollar una
    auténtica adicción.

    En opinión de José María Prieto,
    profesor titular de Psicología de la Universidad
    Complutense de Madrid y especialista en las reacciones
    psicológicas del hombre frente
    a las máquinas,
    el tratamiento para los adictos a Internet es relativamente
    sencillo, ya que se trata de cambiar sus esquemas de vida. Pero
    la verdadera cuestión, según este psicólogo,
    es llegar a saber que problemas le han llevado a esa
    situación, ya que tras esta adicción se esconden
    problemas más graves. Por ejemplo y en relación una
    noticia publicada en la prensa sobre una
    mujer
    norteamericana que perdió la custodia de sus hijos por su
    desmedida adicción a Internet, este especialista
    comentó a Efe que en España se
    ha registrado ya algún caso parecido. Este caso,
    relató, estaba también protagonizado por una
    mujer que
    llegó a desinteresarse de sus hijos, y el problema de
    fondo era que sentía un profundo rechazo por su
    marido.

    Los adictos a Internet, concluyó este
    psicólogo, se reconocen por varios síntomas como el
    exceso de irritación si el sistema de conexión
    falla o el interés
    desmesurado en escribir mensajes y responder a los recibidos,
    además del tiempo desmesurado invertido a lo largo del
    día en Internet y el hecho de que pospongan, una y otra
    vez, la última desconexión del día. Y es
    que, y de acuerdo con el psicólogo clínico Pedro
    Rodríguez, el primer gran problema que se plantea con esta
    adicción, igual que con las de otro tipo, es que el sujeto
    sepa que es adicto. En sus declaraciones a EFE, este
    último especialista también señaló
    que el verdadero problema está en conoce las causas que
    han llevado a la persona a esta u otra adicción y
    indicó que existe, no obstante, un perfil de personas
    propensas a cualquier tipo de adicción. Estas personas,
    concluyó, suelen tener expectativas muy altas acerca de lo
    que se espera, en general, de las cosas de la vida y son muy
    dependientes, en el sentido de que necesitan agarrase siempre a
    algún objeto o actividad que le satisfaga.

    Greenfield, un psicólogo de West Hartford,
    Connecticut, ha llevado a cabo este estudio conjuntamente con ABC
    News. Ha recogido 17,251 respuestas a un cuestionario
    sobre el uso de Internet distribuido a través de la
    página
    web ABCNEWS.com. El cuestionario
    contenía preguntas parecidas a las que se usan en
    cuestionarios para ludópatas. Un tercio de los encuestados
    respondieron que usaban Internet para escapar de sus
    problemas.

    Los investigadores hablan de subdividir la
    adicción a Internet en diversas categorías,
    según a qué cosas estén enganchados los
    usuarios. Matrimonios que se rompen, niños
    con problemas, infractores de la ley, personas que
    gastan demasiado dinero. Lo veo
    en los pacientes que trato", declara David Greenfield, el autor
    de este estudio. "Hay un poder de
    atracción en la red diferente a todo aquello con que nos
    hemos enfrentado hasta ahora", dice Greenfield.
    Estos descubrimientos, expuestos en la reunión anual de la
    Asociación Americana de Psicología, apoyan la
    tesis de que
    existe un desorden psicológico que consiste en el uso
    adictivo de Internet. Kimberly Young, que está
    investigando en este campo, afirma que este último estudio
    es tan amplio que añade legitimidad a la idea de que
    existe un tipo de adicción a Internet.

    5. Investigaciones
    que sostienen el IAD.

    Dra. Kimberly S. Young (1996) (Universidad de Pittsburgh
    -Bradford)

    "La aparición de un nuevo trastorno
    mental"(Young, 1996). Con este título publica los
    resultados de un estudio cuya conclusión es la existencia
    de un trastorno por dependencia de Internet similar al juego
    patológico.

    La autora parte de la existencia de la dependencia a los
    ordenadores y la dependencia a los videojuegos, además de
    aceptar en un rango de igualdad (con
    las clásicas) todo tipo de dependencias.

    Adapta los criterios del juego patológico a
    términos relacionados con Internet, sin introducir ninguna
    otra modificación, de modo que si se cumplían los
    criterios positivos en cuanto a su numero se aceptaba un
    diagnostico de dependencia a Internet.

    La autora reclutó los sujetos de su muestra poniendo
    anuncios en los grupos de noticias de Usenet y en los campus de
    universidades y otros centros de enseñanza.

    El grupo experimental (adictos a Internet) estuvo
    formado por 157 varones y 239 mujeres.
    La edad media
    para los varones fue de 29 años y 43 para las mujeres con
    un nivel académico de 15, 5 años de
    escolarización.
    El 42% de la muestra estaba
    formado por desempleados (amas de casa, discapacitados, jubilados
    o estudiantes).
    El grupo de control estaba formado por 64 varones y 36 mujeres
    con una edad media de 25 años para los varones y 28 para
    las mujeres y su nivel educacional de 14 años.
    El tiempo invertido en Internet por los sujetos del grupo
    experimental fue 38,5 horas/semana. Para obtener estas cifras se
    resto el tiempo de conexión que tenía una
    justificación laboral o académica.

    Los recursos mas utilizados por los sujetos de este
    grupo fueron los chats y MUD’s (Juegos en línea), en
    tanto que el grupo de control utilizó mayoritariamente la
    Web y el
    e-mail.

    La mayor parte de sujetos del grupo experimental
    reconoció tener problemas moderados o severos en las
    áreas familiar, laboral, académica y de la salud secundarios a su uso
    de la Red (la autora no especifica como se realizó la
    valoración de estos problemas).

    La autora señala que un porcentaje importante de
    sujetos que se consideraba completamente atrapado por la Red, no
    tenía ninguna intención de disminuir o eliminar
    esta conducta. Otro grupo importante de sujetos había
    realizado diversos intentos por reducir sus tiempos de
    conexión sin resultados positivos, viéndose
    obligados a tomar decisiones drásticas cuando las
    consecuencias de esta conducta se volvían insostenibles
    (deshacerse de sus módems, cancelar sus cuentas de acceso
    o incluso desmantelar toda la instalación
    informática). Cuando esta circunstancia se producía
    aparecía un intenso deseo ("Craving") similar al de otras
    adicciones.

    La autora de este trabajo mantiene y dirige un sitio WEB
    en el que se ofrece tratamiento para todo tipo de dependencias
    psicológicas a través de Internet.

    Su estudio quizá sea el de mayor extensión
    y se compone de un cuestionario cuya impresión ocupa la
    nada despreciable cantidad de 33 páginas. Sin embargo por
    el momento no es fácil encontrar datos acerca de la
    explotación de este enorme cuestionario.

    Este trabajo se estructura en
    las siguientes partes:
    1. Patrones conductuales de uso de Internet.
    2. Perfil de personalidad.
    3. Razonamiento.
    4. Escala de
    depresión.
    5. Escala de
    búsqueda de sensaciones.
    6. Datos demográficos.

    K.S.Young considera que una persona presenta el IAD si
    responde modo afirmativo a cuatro o más de los siguientes
    ítems.
    ¿Se siente preocupado por lo que ocurre en Internet y
    piensa frecuentemente en ello cuando no está
    conectado?
    ¿Siente la necesidad de invertir más y más
    tiempo conectado para sentirse satisfecho?
    ¿Es incapaz de controlar el uso de su conexión?
    ¿Se siente inquieto o irritable cuando intenta disminuir o
    eliminar sus salidas al ciberespacio?
    ¿Se conecta para escapar de sus problemas?
    ¿Miente a sus familiares y amigos en lo relativo a la
    frecuencia y duración de sus conexiones?
    ¿Corre el riesgo de perder
    una relación importante, un trabajo, una oportunidad
    académica o su carrera por su uso de la Red?
    ¿Sigue conectándose después de pagar
    facturas importantes por sus conexiones?
    ¿Cuándo pasa un tiempo sin conectarse se siente
    más malhumorado, irritable o deprimido?
    ¿Permanece conectado durante mas tiempo del que
    inicialmente pensaba?

    Entre los signos de alerta respecto a posibles problemas
    con el uso de la Red menciona:
    Comprobación compulsiva del correo
    electrónico.
    Tendencia reiterada a anticipar la próxima conexión
    a la Red.
    Quejas de terceros respecto a que se invierte mucho tiempo
    conectado.
    Quejas de terceros respecto a que se gasta demasiado dinero en
    conexiones a Internet.

    La Dra. K.S. Young se ha limitado a publicar, por el
    momento, un artículo en el que presenta el caso de una
    mujer de 43 años, sin antecedentes de trastorno adictivo,
    que "demuestra" como las personas no orientadas a la
    tecnología pueden presentar problemas con Internet. Se
    espera que presente sus resultados en el verano de 1997 en el
    Congreso de la APA (American Psychological
    Association).

    Ha fundado el Centro para el "Tratamiento de la
    Adicción On Line" (Center for Online Addiction) en la
    WWW.

    El resto de referencias a este trabajo no son mas que
    declaraciones de la autora sobre el potencial peligro de "la
    Red". ("Es una enfermedad más real que el alcoholismo").

    Viktor Brenner (1997). (Marquette University Counseling
    Center and SUNY-Buffalo. Milwaukee, WI)

    Como primer paso a la definición y
    aceptación del IAD o entidades afines se plantea la
    necesidad de conocer los hábitos reales de
    utilización de la Red de la comunidad
    cibernauta (su trabajo no se limita a la población
    estadounidense).

    Diseñó un cuestionario en el que
    además de los datos de filiación, incluía 32
    ítems relacionados con cuestiones extraídas de los
    criterios de abuso de sustancias del DSM-IV, reformuladas en
    dirección a las dificultades para organizar el tiempo
    adecuadamente. Además se añadieron cuatro
    ítems orientados a valorar la posibilidad de respuestas al
    azar.

    El formulario obtuvo 408 accesos desde 25 países
    que supusieron 185 cuestionarios válidos.

    La edad media fue de 32 años (sd=10.5), el nivel
    académico medio de 15 años de escolarización
    (sd=2,6), permaneciendo conectados un promedio de 21 horas
    semanales (sd=14). Cabe destacar que un 17% de la muestra
    reconoció permanecer conectado 40 o más horas
    semanalmente.

    El 32% de sujetos eran solteros, el 20% casados y el 38%
    divorciados.

    La antigüedad media en Internet fue de 24 meses
    (sd=22.0) con un 24% de sujetos que tenían menos de 6
    meses de antigüedad y un 11% con mas de 5
    años.

    El autor incide en que esto estudios representan a un
    subgrupo de navegantes compuesto por personas interesados en
    conocer el impacto de Internet en la sociedad. Por el
    contrario subdimensiona a aquellos grupos que buscan la
    relación interpersonal directa y que suelen ser usuarios
    de chats u otros recursos interactivos, por otra parte estos
    sujetos –considera- son los más propensos a
    presentar problemas de alcance clínico.

    El tiempo habitual de conexión por semana se
    sitúa alrededor de las 20 horas y eventualmente algo
    más. Prácticamente el 50% de la muestra reconoce
    alguna incidencia en su trabajo, pero menos del 10% han tenido
    problemas de relevancia con sus jefes o tutores
    académicos.

    Respecto a las conductas de riesgo cabe destacar que
    casi el 40% de los sujetos han dado algún paso encaminado
    a conocer en el mundo real a alguien que solo conocían en
    la red, sin embargo muy pocas de estas acciones han
    cristalizado en conductas de riesgo (P. Ej. nuevas parejas
    sexuales), resultando la mayoría de relaciones
    establecidas de carácter laboral o escolar.

    Considera que hay un subgrupo de usuarios a quienes la
    Red les ha producido una serie de problemas no objetivables en la
    mayor parte de la muestra.

    El autor considera que antes de aceptar el concepto de
    Adicción a Internet debe investigarse exhaustivamente su
    realidad y deben solventarse problemas metodológicos
    importantes derivados del hecho de obtener la información
    de voluntarios de la Red que representan solo a subgrupos muy
    específicos, iniciados en estos temas y con un elevado
    consumo
    secundario a sus intereses generales.

    El cuestionario que se diseñó para
    realizar el estudio se denominó IRABC (Internet-Related
    Addictive Checklist).
    Empieza con una serie de preguntas orientadas a obtener datos de
    filiación y demográficos (edad, sexo, educación,
    antigüedad en Internet y tipo de conexión). El
    cuestionario de conductas adictivas constaba de 32 cuestiones
    derivadas del
    abuso de sustancias, tal y como el DSM-IV lo define, adaptadas al
    uso de Internet. La mayor parte de estas preguntas se orientaron
    hacia las dificultades en organizar el tiempo
    adecuadamente.

    Se incluyeron también dos tipos adicionales de
    preguntas; tres estaban orientadas hacia el freeware, intentos
    gubernamentales por controlar la Red y recursos para adultos.
    Cuatro ítems mas estaban orientados a controlar la
    posibilidad de respuestas al azar (escala de infrecuencia de
    Jackson, 1974).

    Instituto Federal Suizo de Tecnología
    (1996).

    Egger y Rauterberg realizan un estudio similar al de
    Viktor Brenner. Se basó en un cuestionario instalado en
    una pagina Web, durante cuatro semanas. Se recogieron 450
    cuestionarios considerados válidos, con origen, -la mayor
    parte- en Suiza.

    El grupo estuvo compuesto por un 84% de varones, con una
    media de edad de 30 años y con una formación de
    nivel secundario en un 55% de los casos.

    Nuevamente los autores reconocen el sesgo que supone
    esta forma de recoger la información puesto que los
    sujetos interesados en las actividades de mayor potencial
    adictivo (Chats y juegos en red) no necesariamente invierten
    cantidades de tiempo importantes en la navegación por la
    WWW.

    Este trabajo cuenta con la particularidad de que se
    realizaron comparaciones entre un grupo experimental compuesto
    por "adictos a Internet" y un grupo de control formado por
    sujetos cuya conducta en la Red se consideraba normativa. Cabe
    destacar que la asignación a uno u otro grupo se
    realizó basándose en la respuesta dada por los
    participantes a la pregunta "¿Se considera Ud. Un adicto a
    Internet?. Este procedimiento
    supone que no existe un concepto de dependencia objetivo que
    sirva de guía, puesto que cada sujeto interpreta el
    termino "adicto" desde su propia perspectiva. Esta claro que en
    este grupo se concentrara un elevado número de usuarios de
    alta frecuencia si bien ello no debe necesariamente igualarse con
    la situación de dependencia. Además se creó
    un tercer grupo integrado por aquellos sujetos que optaron por la
    opción "no sé" a esta pregunta.

    Evidentemente esta característica constituye
    tanto el punto innovador de este trabajo frente a los
    demás como el principal punto débil ya que no se
    puede considerar como criterio suficiente y objetivo el de
    la propia percepción
    de los sujetos. Es sabido como los jugadores de videojuegos
    tienden a sobrestimar el tiempo que pasan ocupados en esta
    actividad. Es posible que algo similar ocurra con los sujetos mas
    interesados en Internet, a la vez que podemos suponer que los
    sujetos cuya actividad resulte extremadamente intensa puedan
    minimizar su valoración. Pese a ello se consideró
    que el 10.6% de sujetos que formaron la muestra se
    adscribía a este grupo.

    Las comparaciones se realizaron basándose en tres
    grupos:
    IA (grupo de adictos)
    DK (grupo que no contesta a esta pregunta)
    NA (grupo de no adictos)

    Se obtuvieron diferencias significativas en los
    siguientes aspectos:

    Respecto a los temas de naturaleza social
    los sujetos del grupo IA demostraron conocer a mas gente en la
    Red y sentirse mas perjudicados en su trabajo, finanzas o
    vida social que los del grupo de NA.

    En cuanto al uso de Internet cabe destacar como los
    sujetos del grupo IA presentaron los mayores incrementos en el
    tiempo de conexión en el último año,
    invirtieron más horas por semana en el IRC y en la WWW.
    También participaron en mayor medida en grupos de
    autoayuda y solicitaron con más frecuencia consejo
    médico, psicológico o religioso. En este apartado
    cabe también destacar el hecho de que demostraron estrategias
    más originales para la búsqueda de la
    información cuando esta no se podía obtener
    mediante los procedimientos
    habituales.

    En cuanto a los sentimientos acerca de la Red cabe
    destacar como los sujetos del grupo IA sintieron la necesidad de
    utilizar la Internet cuando no se hallaban conectados, tendieron
    a anticipar con más frecuencia su próxima
    conexión, se sintieron más nerviosos cuando se
    bloqueaba o restringía su acceso. También
    experimentaron mayores sentimientos de culpa o de tristeza
    después de permanecer conectados durante largos
    períodos de tiempo. También los temas relacionados
    con Internet aparecieron con mayor frecuencia en sus
    sueños a la vez que tendieron más a preguntarse que
    ocurría en la Red cuando no estaban conectados.

    En cuanto al manejo del tiempo, por lo general los
    sujetos del grupo de IA invirtieron más tiempo conectados
    del que inicialmente habían planeado, mintiendo con mayor
    frecuencia a sus amigos acerca del tiempo que habían
    estado conectados, aunque estos también les formularon
    quejas más frecuentes acerca de este tema. También
    intentaron con más frecuencia restringir sus
    períodos de conexión, perdiendo más a menudo
    la noción del tiempo durante sus conexiones.

    Los ítems del apartado de datos personales
    revelaron que los sujetos del grupo IA dedicaban más
    tiempo a sus ordenadores que a su ocio, también
    adquirían mayor número de libros o
    revistas relacionados con estos temas y conocían a
    más adictos que el resto de sujetos.

    No se registraron diferencias significativas en las
    siguientes variables:

    Aspectos sociales: No existieron diferencias respecto al
    número de personas con las que habitualmente se
    comunicaron los sujetos de la muestra, ni con el número de
    personas que habían conocido personalmente después
    de haberlo hecho en el ciberespacio.

    Uso de Internet: No se constataron diferencias en la
    antigüedad en la Red ni en el uso de servicios como e-mail,
    FTP o Usenet
    News.

    Datos personales: Sexo, edad,
    forma de convivencia, horas por semana.

    A la vista de estos resultados los autores se inclinan a
    considerar la existencia de una conducta de
    características adictivas derivada del uso intenso de
    Internet, sin embargo también recalcan como las
    diferencias entre los ítems que hacen referencia a los
    criterios de diagnóstico de un trastorno de estas
    características no presentan las diferencias tan intensas
    que se encontrarían en las respuestas a esos mismos
    ítems en sujetos afectos de cualquier otra
    adicción.

    El estudio de Malta.

    En este trabajo se intenta ofrecer una descripción acerca de las
    características del usuario maltés, con especial
    énfasis en las necesidades que se satisfacen en la
    conexión. Se intenta responder a las siguientes
    preguntas:
    ¿Qué necesidades se satisfacen conectando a
    Internet?
    ¿Se diferencian los sexos en el uso de Internet?
    ¿Influye Internet en las relaciones
    interpersonales?

    Este trabajo parte de una muestra de 388 sujetos,
    recogiéndose los cuestionarios entre Noviembre de 1966 y
    Marzo de 1997.

    El 80,7% fueron varones y el 19,3% mujeres. El 34,8%
    tenía una edad comprendida entre los 19 y 25 años y
    el 21,1% entre 13 y 18.
    El 65,7% fueron solteros y el 32,2% casados.
    El 44,1% estaba constituido por sujetos activos
    laboralmente y el 38,7% lo constituían estudiantes y
    sujetos en otras situaciones.
    El 33% poseía estudios universitarios, el 28,4% estudios
    secundarios y el 27,1% estudios primarios.

    En general estos resultados coinciden a grandes rasgos
    con los de otros estudios similares; usuario varón,
    soltero, con un nivel de instrucción elevado.

    Cabe destacar que el 93% de los sujetos tenía una
    antigüedad en la Red de un año o inferior, lo que
    probablemente guarde relación con una baja
    penetración de estos recursos en el país de origen
    en 1996-1997 (en este mismo período en nuestro país
    el 81,4% de los navegantes tenia una antigüedad de dos
    años o menor).

    Los recursos mas utilizados son la WWW y el correo
    electrónico, que constituyen lo que podríamos
    denominar como recursos universales (utilizados regularmente por
    el 98,5% de los sujetos y 97,2% respectivamente).

    La frecuencia de conexión es diaria para el 27%
    de los sujetos y el 78% se conecta por lo menos 4 veces por
    semana.

    El tiempo de conexión semanal oscila entre las
    3-15 horas (62,6%) apareciendo un grupo constituido por el 6,2%
    de los sujetos que se conecta durante mas de 40 horas
    semanales.

    La mayor parte de sujetos conectaron desde sus propios
    domicilios (92%), el 29,4% lo hizo desde su trabajo, el 8,8%
    desde centros académicos y el 1,8% desde cybercafes
    (nótese que puede darse el caso de que un sujeto conecte
    desde mas de un lugar, por lo que la suma de porcentajes es
    superior a 100).

    Conclusiones:

    En cuanto a las motivaciones para usar Internet se
    obtuvo una lista de seis motivos básicos de ellos los tres
    más importantes fueron:

    Escape: Incluye huir de los sentimientos de soledad,
    evitar sensación de tedio de la vida cotidiana y
    mantenerse en contacto con más gente evitando el
    aburrimiento.

    Búsqueda de información:

    Interacción social: Incluye relacionarse con
    amigos, conocer nueva gente e intercambiar
    información.

    Las diferencias ligadas al sexo, parecen apuntar mas
    hacia los contenidos que se utilizan en Internet que a las
    habilidades para el manejo de la Red. Contrariamente a la
    creencia popular, Internet no afecta negativamente a las
    relaciones sociales, incluso parecen darse con relativa
    frecuencia elementos positivos como son el establecimiento de
    nuevas relaciones o hacer posible el mantenimiento
    de relaciones a distancia. Se contempla la posibilidad de
    dependencia de Internet como un riesgo remoto.

    Otros trabajos:

    Kathleen Scherer (1997) encontró que los sujetos
    clasificados como dependientes conectaban una media de 11
    hrs/semana. En este estudio se aceptaron como dependientes a
    aquellos sujetos que puntuaron en 3 o más de los 10
    ítems de la escala de dependencia, por lo que se puede
    esperar un elevado numero de falsos positivos en relación
    al trabajo de Brenner.

    Morahan-Martin y Schumaker (1997) establecieron la cifra
    de 8,5 hrs/semana como promedio del grupo de usuarios
    patológicos. Estos sujetos eran usuarios especialmente
    importantes de FTP y de los
    juegos interactivos. Curiosamente estos sujetos no usaban de un
    modo especialmente importante los chats.

    Keith Anderson (1997) en un estudio en base a 1000
    estudiantes de múltiples universidades en todo el mundo
    estableció el uso medio de Internet en 9,5 hrs/semana.
    Este estudio constato que la FTP, juegos interactivos y chat se
    hallaban incrementados respecto a los sujetos no
    abusadores.

    Partes: 1, 2

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