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Análisis crítico del video ¨El misterio de Eva Perón¨ (página 2)




Enviado por electra103



Partes: 1, 2

3. Posturas en contra de Eva
Perón

Oposición

En los días del velatorio fueron expulsados
funcionarios, profesores, y empleados porque no cumplieron con
las normas del luto
ordenado por el Estado.
Pararon millones de trabajadores y el país perdió
mas de 1000 millones de pesos y se dijo que fue el entierro mas
caro, de la mujer mas cara
del mundo.

Partido socialista

Eva Perón
despreció la democracia, la
ley, la
libertad, la
cultura y la
dignidad de los obreros.

Descripcion del tema

El gobierno militar
que asumió el 4 de junio de 1943, fue encabezado
sucesivamente por los generales Pedro Pablo Ramírez y
Edelmiro J. Farrell. El coronel Juan Domingo Perón, uno
de sus miembros más destacados, logró concitar un
vasto movimiento en
torno de su
persona, que
permitió ganar las elecciones de febrero de 1946, poco
después de que su apoyo popular se manifestara en una
jornada, por demás significativa, el 17 de octubre de
1945.

Los militares en el gobierno
coincidían en la necesidad de acallar la agitación
política y
la protesta social; proscribieron a los comunista, persiguieron a
los sindicatos e
intervinieron la CGT (por entonces dividida) disolvieron
Acción Argentina, que
nucleaba a los partidarios de romper relaciones con el Eje, y
más tarde hicieron lo mismo con los partidos
políticos, intervinieron las universidades dejando
cesantes a un vasto grupo de
profesores de militancia opositora, y finalmente establecieron la
obligatoriedad de la enseñanza religiosa en las escuelas
públicas.

Sin embargo en el gobierno había, juntos con algunos
que simpatizaban con Alemania,
otros proaliados y muchos partidarios de mantener la neutralidad
que había practicado el gobierno de Castillo, benevolente
con Gran Bretaña. Por otra parte, 1943 la guerra estaba
evolucionando de un modo tal que un alineamiento con el Eje era
impensable. De hecho, el acuerdo comercial con Gran
Bretaña se mantuvo. Estados Unidos,
en cambio
atacó con fuerza
creciente a uno de los únicos gobiernos americanos
renuentes a acompañarlo en la guerra con el
Eje, y además sospechoso de apañar a los
nazis.

En el año de 1944, luego de que Ramírez
decidiera romper relaciones con el Eje, fue desplazado por los
oficiales decididamente anti norteamericanos.

El coronel Juan Domingo Perón uno de los miembros
más influyentes del GOU, secretario del ministro de guerra
Farrell y luego ministro, cuando Farrell reemplazó a
Ramírez en la Presidencia en febrero de 1944. Poco
después, en julio, y luego de desplazar a varios posibles
competidores, Perón llegó a ser vice presidente y
el alma verdadera del gobierno. Perón admiraba el
régimen fascista italiano, así como comprobó
los terribles resultados de la guerra civil en España.
Ocupó el cargo de la dirección Nacional del trabajo que poco
después la convirtió en Secretaría, se
dedicó a vincularse con los dirigentes sindicales. Todos
fueron convocados, con excepción de los dirigentes
comunista, que resultaron sistemáticamente perseguidos y
erradicados de sus posiciones, al resto se los impulsó a
organizarse y a presentar sus demandas, que empezaron a ser
satisfechas como el régimen de jubilaciones, vacaciones
pagas, de accidentes de
trabajo, se ajustaron las categorías ocupacionales y en
general se equilibraron las relaciones entre obreros y patrones,
la sanción del estatuto del peón.

Desde la secretaria de trabajo Perón expandía
los mecanismo del estado
árbitro, las mejoras ofrecidas eran demasiadas importantes
como para rechazarlas o enfrentar al gobierno, sopena de perder
el apoyo de los trabajadores. Los sindicalistas adoptaron lo que
Juan Torres llamó una estrategia
oportunista: aceptaron el envite del gobierno sin cerrar las
puertas a la oposición democrática.

A sus colegas militares le señaló los
peligros de la posguerra, en el consejo Nacional de Posguerra que
constituyó, insistió en la importancia de
profundizar las políticas
de seguridad
social y la protección del trabajo, ante la eventual
crisis que
pudieran sufrir las industrias
crecidas con la guerra.

Progresivamente, las agrupaciones fueron tomando distancia
de Perón y de la política de la
Secretaría, mientras éste paralelamente acentuaba
su identificación con los obreros, subrayaba su
prédica anticapitalista y desarrollaba ampliamente en su
discurso los
motivos de la justicia
social.

El gobierno en 1945 se encontraba en retirada, y ante la
inminencia del fin del conflicto,
aceptaron el reclamo de los Estados Unidos,
donde una nueva conducción en el departamento de Estado
prometía una relación más fácil, y
declaró la guerra al Eje, condición para ser
admitido en las Naciones Unidas,
que empezaban a constituirse. Los opositores reclamaron la
retirada lisa y llana de los gobernantes y la entrega del
poder a la
corte Suprema, último vestigio de la legalidad
republicana. El frente político incluía a
comunista, socialistas y demoprogresistas, y contaba con el apoyo
implícito de los grupos
conservadores, estaba animado por los radicales, aunque un
importante sector del partido, encabezado por el cordobés
Amadeo Sabattini, rechazó la estrategia
"unionista" y reclamó una postura intransigente y
nacional, que apostaba a algunos interlocutores en el
Ejército, adversos a Perón. Esta oposición
no prospero, y la Unión Democrática fue definiendo
su frente y sus alianzas: en junio de 1945 un manifiesto de la
industria y el
comercio
repudiaba la legislación social del gobierno. En diciembre
de 1945, una multitudinaria marcha por la libertad y la
constitución termina de sellar la alianza
política, pero también social, que excluía a
la mayoría de los sectores obreros, otrora animadores del
frente popular.

El Ejército presionado por la opinión
pública y ganado por la desconfianza al Coronel
sindicalista, forzó su renuncia el 8 de octubre, pero no
encontró una alternativa; el general Avalos, nuevo
Ministro de guerra, y la oposición democrática
especularon con varias opciones pero no pudieron definir
ningún acuerdo. En medio de esas vacilaciones un hecho
novedoso volvió a cambiar el equilibrio:
una multitud se concentro el 17 de octubre el la Plaza de Mayo
reclamando la libertad de Perón y su restitución a
los cargos que tenía. Con la marcha del 17 de octubre en
la Plaza de Mayo inauguraron una nueva forma de
participación, a través de la movilización,
defendieron una identidad y
ganaron su ciudadanía política, sellando al mismo
tiempo con
Perón un acuerdo que ya no se rompería.

Con las elecciones a la vista, Perón y quienes lo
apoyaban se decidieron a organizar una fuerza
electoral. Los dirigentes sindicales, fortalecidos por la
movilización decidieron crear un partido propio, el
Laborista, inspirado en el que acababa de triunfar en Inglaterra. En el
nuevo partido Perón era el primer afiliado y candidato
presidencial, Perón promovió una escisión en
el radicalismo, la UCR – Junta Renovadora, a la que se integraron
unos pocos dirigentes de prestigio como Quijano para
acompañar la fórmula. Las relaciones entre
laboristas y radicales renovadoras fueron malas. La unión
Democrática incluyó a los partidos de izquierda
pero por la impugnación de los radicales intransigentes
excluyó a los conservadores. Sus candidatos fueron,
Tamborini y Enrique Mosca proveniente del riñón de
la conducción alvearista del radicalismo. Su programa era
socialmente progresista tanto quizás como el de
Perón pero su impacto quedó diluido por el poco
entusiasta apoyo recibido de las organizaciones
patronales.

El 24 de febrero triunfo Perón por alrededor de
300.000 votos de ventajas, fue un triunfo claro pero no
abrumador, fue evidente que la clase media y alta estaban a favor
del partido Unión Democrática y los trabajadores
agrupados estaban con Perón.

A partir de 1943 se desarrolló en la Argentina una
original experiencia política, habitualmente caracterizada
como período de nacionalismo
popular. El Estado
populista e industrializador surgió cuando en buena medida
ya estaban colmadas las posibilidades del proceso de
sustitución de importaciones. En
ese sentido el gobierno peronista representó un intento
para llevar adelante ese proceso y
superar, mediante medidas políticas,
las dificultades que tempranamente le pusieron límites.

El movimiento
peronista se presentó como una alianza entre los sectores
más nuevos y pujantes de la burguesía industrial y
la clase obrera, organizada y garantizada por el Estado.
Procuró armonizar las necesidades del desarrollo del
sector más dinámico de la industria con
la precisión del movimiento obrero, que buscaba una mayor
participación en los ingresos. El
Estado asumió el papel de
árbitro en esa situación que habría de ser
inestable.

El régimen peronista no atacó ningún
interés
fundamental de las clases altas tradicionales, aunque algunos
segmentos de ellas pudieran verse afectado por la política
agropecuaria. Las clases medias tradicionales tuvieron
quizás más motivos de queja, especialmente quienes
gozaban de rentas fijas, reducidas por la inflación, o
quienes perdieron sus empleos estatales. Pero en cambio se
nutrieron de nuevos y vigorosos contingentes llegados por las
vías más tradicionales de la sociedad
Argentina: la modesta prosperidad económica de los
trabajadores, y la educación de sus
hijos.

La redistribución de ingresos
expandió sensiblemente el mercado
consumidos interno; esta expansión era vital para todas
las industrias
surgidas de la guerra, a las que el fin de la contienda
ponía en situación difícil. La mayor
demanda de
productos de
consumo,
especialmente los de consumo
durable, permitió la subsistencia del sector
manufacturero, que era uno de los ejes del bloque dominante. Era
esta coincidencia de intereses entre industriales y obreros la
base de la existencia del peronismo.

Para sostener esta política distributiva y al mismo
tiempo
mantener la acumulación de capital se
aplicaron métodos
nuevos, el Estado peronista contaba con las reservas de divisas y
con la transferencia de ingresos del sector rural al industrial.
Las divisas de guerra fueron, mientras duraron, el fundamento de
esta política. Sin embargo fueron aplicadas a fines que
eran relativamente poco productivos (como la
nacionalización de los ferrocarriles). El control de
cambios y la transferencia de ingresos de la actividad
agropecuaria a la industrial (Instituto Argentino de Promoción del Intercambio, IAPI), junto con
el mantenimiento
de la legislación protectora, el desarrollo del
crédito
industrial, etc. caracterizaron la política
económica del gobierno peronista. Para realizarla el
Estado debió expandir aún más sus funciones e
intervenir ampliamente en la vida económica, haciendo de
mediador entre intereses distintos y contradictorios, a los que
debía armonizar. Esta política, sin embargo, no se
dirigía a variar fundamentalmente las pautas del proceso
económico que se iba dando, ni a que el Estado compitiera
con los inversores privados y los desplazara, sino a completar y
coordinar la acción de los empresarios locales. La misma
presión
obrera no apuntaba a lograr el control del
Estado para desde allí participar directamente en la
acción económica. Por el contrario el movimiento
obrero reconoció la legitimidad de la situación
vigente y limitó su acción al reclamo de mejoras
salariales.

El nuevo gobierno mantuvo la retórica
antinorteamericana, pero los Estados Unidos dispuesto a hacer
pagar a la Argentina por su postura durante la guerra,
comenzó un bloque sistemático, vendiéndoles
a los países europeos con precios
subsidiarios, prohibiendo que los dólares aportados a
Europa se usaran
para las importaciones de
la argentina. Para el gobierno quedaba la esperanza de una nueva
guerra
mundial, restableciendo la situación excepcional de
principio de los años cuarenta. Gran Bretaña no
aceptó las presiones norteamericanas para restringir sus
compras a la
Argentina, además de la carne, estaban en juego las
libras argentinas bloqueadas en Londres durante la guerra y las
inversiones
radicadas en el país. Luego de una larga y compleja
negociación se arregló la compra de
los ferrocarriles por un valor similar
a las libras bloqueadas, y un convenio sobre la ventas de
carne, que sería en lo sucesivo pagadas en libras
convertibles, este convenio se trataba sin dudas de un éxito
británico, frente a un país que no tenía
mejor opción.

La Argentina comenzó a ofrecer enormes ventajas:
Protección aduanera, excensiones impositivas. Mano de obra
relativamente barata, un mercado
relativamente amplio y altas ganancias por las ventajas que
ofrecía una posición oligopólica o
monopólica. Por otra parte esta inversión no afectó en su totalidad
a los productores metropolitanos, pues si bien disminuyó
la demanda de
productos
terminados aumentó la necesidad de materias primas,
productos semiterminados, maquinarias y combustible. Estas fueron
las condiciones que permitieron el estrecho entrelazamiento de
los inversores extranjeros con los locales.

El sector agrícola participó de dos modos
distintos en la inversión industrial. Los grupos más
directamente ligados al capital
financiero estuvieron presentes desde el principio. Los
demás participaron obligatoriamente debido a las
políticas de redistribución de ingresos de la
actividad agropecuaria a la industria, como la practicada luego
de 1946 a través del IAPI. La inversión estatal fue
reducida –si descontamos la nacionalización de
inversiones
previas -, aunque su participación en el desarrollo
industrial fue importante en otros aspectos.

El desarrollo manufacturero se concentró en algunos
centros urbanos, especialmente en los alrededores de Buenos Aires. El
crecimiento del cinturón suburbano del Gran Buenos Aires fue
el hecho más significativo del desarrollo
industrial.

Vender cereales fue cada vez más difícil, y
vender carne, cada vez menos interesante. La consecuencia fue una
reducción de la producción agropecuaria, y un crecimiento
sustantivo de la parte destinada al consumo interno. La guerra mundial,
la crisis de los
mercados y el
aislamiento, acentuado por el boicot norteamericano, había
contribuido a profundizar el proceso de sustitución de
importaciones iniciado en la década anterior, la
elaboración de materias primas locales, avanzó en
el sector metalúrgico y otros. El crecimiento industrial
por sustitución de importaciones que correspondía
al proyecto del
treinta, y que fue retomado por el peronismo,
tendía a favorecer a las industrias de bienes de
consumo, que gozaban de múltiples fuentes de
protección y estímulo. La principal rama de
expansión, que mantuvo el liderazgo en
el crecimiento industrial al principio del período, fue la
textil.

La política estatal protegió continuamente
este tipo de industrias, lo que condujo a una falta de
estímulo para las inversiones en procesos
productores de bienes de
capital. En efecto, el control de cambios y el otorgamiento de
permisos de importación dio facilidades a las
industrias productoras de bienes de consumo para adquirir
maquinarias o los productos semielaborados a más bajo
costo. Cualquier
intento de inversión de aquel tipo no solo hubiera chocado
con la necesidad de grandes capitales, demora en las ganancias,
etc., sino también con la imposibilidad de competir en el
mercado interno con los productos extranjeros.

La expansión de la producción se realizó sobre la base
de la utilización intensiva del capital instalado, siendo
escasas las inversiones en mejoras tecnológicas. Esto
determinó que para la mayoría de los
establecimientos, la productividad
fuera muy baja y los costos altos,
quedando así ligada su subsistencia a la protección
estatal. El crecimiento y el máximo aprovechamiento de la
situación quedo reservado a los grandes establecimientos,
que aprovecharon su control monopólico u
oligopólico del mercado y su alta productividad
para obtener elevadas ganancias.

La acción estatal fue decisiva para el desarrollo
del proceso de sustitución. Fue necesario para ello que el
Estado aumentará notablemente su participación en
la dirección económica mediante una
política intervencionista. Se incursionó sobre
medidas destinadas a provocar una redistribución del
ingreso que permitiera superar el precoz estancamiento que
insinuaba el proceso de sustitución.

Perón había optado por el mercado interno y
por la defensa del pleno empleo. Se
trataba de una verdadera cadena de la felicidad, que pudo
financiarse principalmente por la existencia de una abundante
reserva de divisas, acumulada durante los prósperos
años de la guerra. Por otra parte el IAPI
monopolizó el comercio exterior
y transfirió al sector industrial y urbano, ingresos
provenientes del campo, mediante la diferencia entre los precios
pagados a los productores y los obtenidos por la venta de las
cosechas en el exterior. Era un golpe fuerte al sector
agropecuario al que sin duda ya no se consideraba la rueda
maestra de la economía, o al que
quizá se suponía capaz de soportarlo todo. Los
productores rurales padecían también por la falta
de insumos y maquinarias, que afectó el ciclo natural de
recuperación de la fertilidad de la tierra, y
el costo más
alto de la mano de obra, debido a la vigencia del estatuto del
Peón. Todas estas razones agudizaron la caída de la
superficie cultivada, al tiempo que el aumentó del consumo
interno, que reducía aún más las
disponibilidades para la exportación

La política peronista se caracterizó, por un
fuerte impulso a la participación del estado en la
dirección y regulación de la economía, hubo una
generalizada nacionalización de las inversiones
extranjeras, particularmente de empresas
controladas por el capital británico, a los ferrocarriles
se les sumó los teléfonos, la empresa de
gas y algunas
compañías eléctricas del interior. Se dio
fuerte impulso a gas del estado,
construyendo el gasoducto desde Comodoro Rivadavia, a Buenos
Aires, a la flota mercante se incorporaron las naves del extenso
grupo Dodero y
a la incipiente Aerolíneas Argentina. El estado
avanzó en actividades militares, pero la mas importante
fue la nacionalización del Banco Central, al
banco central
se le asignó el control del IAPI.

Los trabajadores fueron beneficiados con el mantenimiento
del empleo y con
la elevación de su nivel de vida, esto tenía
probablemente raíces políticas más
importante que las económicas. Entre 1946 y 1949 se
extendieron y generalizaron las medidas sociales lanzadas antes
de 1945. Por la vía de las negociaciones colectivas,
garantizadas por la ley, los salarios
empezaron a subir notablemente, a ello se agregaron las
vacaciones pagas, las licencias por enfermedad o los sistemas sociales
de medicina y de
turismo,
actividades en las que los sindicatos
tuvieron un importante papel. Por
otros caminos, el Estado benefactor contribuyó
decisivamente a la elevación del nivel de vida;
congelamiento de los alquileres, establecimiento de salarios
mínimos y de precios máximos, mejora de la salud pública, en
general todo lo relativo al campo de la seguridad
social.

El 17 de octubre fue simbólico, precisamente por los
estímulos por parte del Estado, y un aprovechamiento de
una holgura económica novedosa, los sectores populares se
incorporaron al consumo, a la ciudad, a la política. El
estado ejerció plenamente una ciudadanía social,
que nació íntimamente fusionada con la
política. La acción del Estado no sustituía
la clásica aventura individual del ascenso, sino que
aportaba el empujón inicial, la eliminación de los
obstáculos más gruesos, para los mecanismo
tradicionales pudieran empezar a funcionar. Los trabajadores se
integraron a la nación
de la mano del Estado, quien distribuía y el
público recibía, juntos con los bienes, una dosis
masiva de propaganda.

El estado facilitaba el acceso a la cultura,
distribuía cultura popular, daba una cierta visión
de la tradición nacional, manifestada en la
preocupación por develar el mítico ser nacional que
debía unificar a la comunidad. El
peronismo había surgido, en los años de la guerra y
la inmediata posguerra, en el marco de un fuerte conflicto
social, alimentado desde el estado. Con el correr del tiempo,
derivó en un fuerte enfrentamiento político, que
separaba al oficialismo de la oposición, y por otra en un
conflicto que, más que social, era cultural

Perón ordenó la disolución de los
distintos nucleamientos que lo habían apoyado, y entre
ellos el partido Laborista, a través del cual los viejos
sindicalistas aspiraban a conducir una acción
política autónoma, solidaria pero independiente. La
decisión culminaría en la creación del
partido Periodista, Perón eliminó de la
dirección de CGT a Luis Gay, veterano gremialista e
inspirador del partido Laborista, y lo reemplazó por un
dirigente de menor cuantía, indicando así la
voluntad de subordinar al Estado la cúpula del movimiento
obrero. Nuevamente no hubo resistencia por
el hombre que
hizo por los trabajadores tantos beneficios.

La acción sindical conservó una gran
vitalidad por obra de las comisiones internas de fábricas
un principio bastante real de igualdad. En
los primeros años hasta 1949, las huelgas fueron
numerosas, y se generaron al impulso de las reformas lanzadas
desde el gobierno, para hacerlas cumplir o extenderlas, con la
convicción por parte de los trabajadores de que se
ajustaban a la voluntad profunda de Perón.

Desde 1947 Eva
Perón se dedicó desde la secretaría de
trabajo el lugar dejado vacante por Perón, a cumplir las
funciones de
mediación entre los dirigentes sindicales y el gobierno,
facilitando la negociación de los conflictos con
un estilo muy personal que
combinaba la persuasión y la imposición.

La relación entre Perón y el sindicalismo,
crucial en el Estado, fue sin duda compleja, negociada y
difícilmente reducible a una formula simple. Pese a la
fuerte presión del gobierno sobre los sindicatos y a la
decisión de controlar su acción, éstos nunca
dejaron de ser la expresión social y política de
los trabajadores. El Estado peronista, a su vez tenía en
los trabajadores su gran fuerza legitimadora, y los
reconocía como tal; y no de un modo retórico, sino
referido a sus organizaciones y
a sus dirigentes a quienes concedió un lugar
destacado.

Pero a la vez el Estado peronista procuró extender
sus apoyo a la amplia franja de sectores populares no
sindicalizados, con quienes estableció una comunicación profunda, a través de
Eva Perón y de su fundación. Realizó una
obra notable creando escuelas, repartiendo juguetes y alimentos
estimuló el deporte y el turismo. Eva Perón
resultó la encarnación del Estado benefactor y
providente, que a través de la sensibilidad se ganó
a esa masa de humildes que completó el arco popular de
apoyo al gobierno.

El Estado debía vincularse con cada uno de los
sectores de la sociedad, que era
considerada como una comunidad y no
como la suma de individuos, con mayor o menor fortuna, aspiro a
organizar a los empresarios, reuniéndolos en la
confederación general Económica , así
también a los estudiantes universitarios, mantuvo la
enseñanza religiosa en las escuelas y concedió la
conducción de las universidades a personas vinculadas con
el clericalismo hispanófilo.

Para Perón el Estado además de dirigir la
economía y velar por la seguridad del
pueblo, debía ser el ámbito donde los distintos
intereses sociales previamente organizados y dirimieran sus
conflictos.
Una ley en 1947 con la autonomía universitaria,
estableciendo que toda designación docente requería
de un decreto del ejecutivo. El avance del Ejecutivo llego
también al cuarto poder, con
recursos
diversos, el gobierno formo una importante cadena de diarios y
otra de radios, que condujo desde la secretaria de prensa y
difusión, administrada por Raúl Apod, a los diarios
independientes fueron presionados de distintas maneras ya sea en
la cuota de papel, restricciones en la circulación,
cláusulas temporarias, atentados y en dos casos ( la
Prensa y la
Nueva Provincia) la expropiación.

La reforma de la constitución, realizada en 1949,
acabó con la última y gran salvaguardia
institucional al autoritarismo y estableció la posibilidad
de la reelección presidencial. Dos años
después, en noviembre de 1951, Perón y Quijano
fueron reelectos, obteniendo en la ocasión (gracias al
voto femenino) alrededor de las dos terceras partes de los
sufragios.

Para Perón, tan importante como afirmar la
preeminencia del Ejecutivo sobre el resto de las instituciones
republicanas fue dar forma al heterogéneo conjunto de
fuerzas que lo apoyaba, provenientes de diferentes sectores, con
tradiciones diversas. Para esto recurrió a un método muy
tradicional, ya practicado antes por Roca, Yrigoyen y Justo, el
uso novedoso, la utilización de su liderazgo
personal e
intransferible, compartido con su esposa, que se
constituyó naturalmente, pero luego fue alimentado por la
maquina propagandista.

En el Congreso Perón exigió de cada diputado
o senador una renuncia en blanco, como garantía de su
disciplina. El
partido peronista, creado en 1947, adoptó una organización totalmente vertical, donde
cada escalón se subordinaba a la decisión del nivel
superior, hasta culminar en el líder.
La
organización del partido se modificó varias
veces hasta que finalmente el partido fue incluido dentro del
movimiento, junto con el partido Periodista femenino que
organizó Eva Perón y la CGT, a las ordenes del jefe
supremo, a quien se subordinaban el Comando Estratégico y
los Comandos
Tácticos.

El peronismo, un vigoroso movimiento democrático,
aseguraba los derechos políticos y
sociales de vastos sectores hasta entonces al margen, culminando
con el establecimiento del voto femenino y la instrumentación de medidas concretas para
asegurar a la mujer un lugar en
las instituciones.
Esta singular forma democrática se constituía desde
el Estado, los diversos actores que conformaban su base de
sustentación eran considerados como masas, es decir un
todo indiferenciado, cuya expresión autónoma o
especifica no era valiosa y que debía ser moldeado,
inculcándole la doctrina.

Pero la forma más característica y singular de la
política de masas eran las movilizaciones y
concentraciones, realizadas en días fijos, 1 de Mayo, 17
de octubre y en ocasiones especiales, Las grandes concentraciones
cumplían un papel fundamental en la legitimación
plebiscitaría del régimen que era considerada mucho
más importante que la electoral. Además, eran el
momento privilegiado en la constitución de una identidad, que
resultaba tanto trabajo y popular como peronistas. La
oposición terminó ocupando el lugar asignado en
este sistema, la
derrota de 1946 desarticuló totalmente el proyecto de la
Unión Democrática y enfrentó a los partidos
opositores con una cuestión difícil, desde
dónde decidió enfrentar a Perón. Los
socialistas apartados de toda representación
política, mantuvieron su caracterización de
nazifascismo, denunciaron los avances hacia el autoritarismo y
consideraron que la propiedad era
acabar con el régimen; los grupos de socialistas que
intentaron una postura hacia los trabajadores que habían
adherido al peronismo no lograron quebrar la sólida y ya
anquilosada estructura
partidaria. Los conservadores sufrieron el cimbronazo de una
cantidad de dirigentes que se pasaron, pero finalmente se
constituyó en una línea de oposiciones frontal,
fundada en la defensa de la legalidad republicana.

En el radicalismo la derrota de 1946 abrió a la
renovación partidaria y una coalición de
intransigentes renovadores y sabattinistas, crítico de la
estrategia de la Unión Democrática, desplazó
a los unionistas que venían del tronco alvearista.

El agotamiento de la sustitución de importaciones y
la utilización de las divisas acumuladas originaron
tensiones en el sistema de
producción y distribución que se reflejaron en el nivel
político y que llevaron a una modificación
pronunciada de la política peronista, primero y a la
disgregación del sistema después.

Internamente comenzó a desintegrarse el bloque de
poder de la etapa peronista y disminuyó el margen de
maniobra del Estado para mantener la adhesión de la clase
obrera al proyecto político de dicho bloque.

La coyuntura externa favorable en la que surgió el
Estado peronista comenzó a invertirse hacia 1949, los
cereales y las carnes volvieron a su normalidad, y los mercados se
contrajeron. La situación se tornó grave y
provocó inflación, paro y desocupación. Se tomaron algunas medidas
pero no evitaron que tres años mas tarde , la crisis del
sector externo se repitiera, agravada por dos sequías
sucesivas.

El alto precio y la
sostenida demanda de artículos alimenticios que se
prolongó con la guerra de Corea llegaron a su fin. La puja
entre las grandes potencias se definió en favor de EEUU
que había reconstituido su predominio mundial y
hacía sentir su hegemonía sobre los estados
latinoamericanos. Con esta situación desaparecía la
posibilidad de negociar con dos o tres países que era la
característica principal del período
de guerra.

La sustitución de importaciones, al no modificar
profundamente la estructura
productiva argentina, pronto alcanzó sus límites.
La incidencia de algunos factores, como la escasez de inversiones
en bienes de capital, derivó en una industria de baja
productividad y altos costos;
también derivó en la falta de desarrollo de
industrias básicas que acompañaran el crecimiento
en la necesidad de insumos. Esta situación creó una
mayor dependencia con el exterior. Las pequeñas unidades
no poseían ganancias suficientes para expandirse; las
unidades medianas, que producían sobre la base del
aprovechamiento intensivo de la instalación pero que no
incorporaron nueva tecnología, no
poseían ganancias suficientes para dar el salto y renovar
sus equipos. Las grandes empresas, que
podían hacerlo, se beneficiaban demasiado con el tipo de
mercado reducido y privilegiado para tener interés en
un gran crecimiento del mismo, siendo frecuente la
reinversión en actividades no industriales. El resultado
de estos factores fue que desde 1947 el crecimiento industrial se
detuvo y estancó.

La producción local, muy cara, solo pudo subsistir
con el mantenimiento de la protección estatal, cuya
acción determinó la formación de una
industria incapaz de superar esa etapa. La agricultura y
la ganadería,
fuentes
habituales de divisas, fueron incapaces de proporcionar las
cantidades necesarias.

Los comienzos de la crisis económica fueron
acompañados de importantes manifestaciones de
disconformidad entre dos de los principales apoyos del
régimen, los sindicatos y el Ejército, cuya
solución implico un avance en el camino del autoritarismo.
Esto finalmente llevo a aplicar una dura represión,
prisión a los dirigentes rebelde y movilización
militar a los obreros.

A los problemas
militares, se trató de ganar su apoyo entre los oficiales,
creció el escalafón, los ascenso se agilizaron y
hubo variadas prebendas para jefes y oficiales, y también
entre los suboficiales, beneficiados con el derecho al voto, el
uso de uniformes similares a los oficiales y becas para sus
hijos. El 28 de septiembre de 1951 el General Benjamín
Menendéz encabezó un intento, notoriamente
improvisado y fácilmente sofocado. Si bien se puso de
manifiesto la firme oposición legalista del grueso del
Ejército, también constituyo un llamado de aviso
para el gobierno.

La reducción en los beneficios del comercio de
artículos alimenticios y la grave crisis agrícola
de 1950 / 52 demostraron la debilidad del sector agrícola
– exportador, que era incapaz de seguir sosteniendo el desarrollo
industrial con las divisas que generaba, ubicando a los sectores
agrarios en la oposición. La industria, no solo
sufrió falta de insumos y de reequipamiento sino
también el estancamiento de la demanda y no pudo soportar
más la doble política característica del
peronismo: acumulación y redistribución de
ingresos. De esta forma se hicieron frecuentes los
enfrentamientos entre el sector obrero y la burguesía
industrial ante los cuales el gobierno no pudo seguir practicando
su habitual política de arbitraje.

El problema más grave fue el peso que
adquirió la deuda externa, en
función
de ello se tomaron una serie de drásticas medidas surgidas
de la necesidad de ahorrar divisas. Las exportaciones
dejaron de tener la función exclusiva y dominante que
habían tenido hasta entonces y las medidas adoptadas para
combatir la crisis crearon las circunstancias favorables para la
expansión industrial. El proceso de sustitución de
importaciones se mantuvo aceleradamente hasta 1943, prosiguiendo
luego con menor ritmo de desarrollo hasta 1950. La ley de
radicación de capitales marcó, en 1953, el
agotamiento y fin de esta coyuntura.

La presión de la clase obrera se tradujo en huelgas,
la respuesta oficial fueron los Congresos de la productividad y
los estímulos para disminuir el consumo. Las huelgas
fueron consideradas inconvenientes al principio y francamente
negativas luego, se preocupó de solucionar los conflictos
mediante los mecanismos de arbitrajes, y en su defecto se
optó por reprimirlos, ya sea por mano del propio sindicato o de
la fuerza publica.

La salida intentada por el estado peronista era la
única viable: sin cambiar el sistema, abrir las puertas a
las inversiones extranjeras para poner en marcha nuevamente el
crecimiento industrial, la Ley de Radicación de Capitales
( propició las inversiones externas dirigidas a
actividades mineras e industriales y sancionaba un régimen
de promoción industrial) y los contratos
petroleros reflejan un cambio de posición global frente a
EEUU con el que se había perdido la posibilidad de
negociar. Estas políticas precipitaron la caída de
Perón.

Para hacer frente a la crisis económica originada en
el estancamiento industrial, se adoptaron planes de
estabilización monetaria, restricciones salariales y
reducción de los gastos del
estado, a mas largo plazo se procuró estimular la
producción agropecuaria, a la que se consideraba la fuente
posible de divisas para la reactivación
industrial.

En 1952 el gobierno adopta con firmeza un nuevo rumbo
económico, ratificado luego en el Segundo Plan Quinquenal,
mucho más especifico que el anterior, que debía
tener vigencia entre los años 1953-1957, para reducir la
inflación, se restringió el consumo interno, fueron
eliminados subsidios a distintos bienes de uso popular, se
estableció una veda parcial al consumo de carne y se
levanto el congelamiento de los alquileres, además
Perón hizo una apelación a la reducción
voluntaria y consciente del consumo, de sorprendente efecto. Por
otra parte se proclamo la vuelta al campo, el IAPI,
invirtió su mecanismo y empezó a estimular a los
productores rurales con precios retributivos, al tiempo que se
daba prioridad a la importación de maquinarias
agrícolas. El estancamiento industrial era evidente, se
encontraba trabada por diversas limitaciones, las maquinarias
obsoletas, el deterioro de los servicios, y
particularmente la escasa electricidad y
los deficiente transportes, sobre todo el ferroviario. La
industria empleaba una alta proporción de mano de obra, y
el peso de los salarios resultaba particularmente alto y
difícil de reducir debido a la alta ocupación y a
la fuerte capacidad sindical de negociación.

La nueva política
económica apuntó a esos problemas, se
restringió el crédito
industrial y el uso de las divisas, y se dio una nueva prioridad
a las empresas grandes y sobre todo a las industrias de bienes de
capital. Los contratos
colectivos de trabajos, fueron congelados por dos
años.

En el año de 1953 el gobierno sanciona una ley de
radicación de Capitales, pese a establecer importantes
resguardo respecto de repatriación de utilidades o
reenvíos de ganancias, suponía una
modificación fundamental respecto a la postura de la
independencia
económica. El gobierno en 1954 firma con una filial de la
Standard Oíl de California un contrato de
explotación de 40.000 hectáreas en la provincia de
Santa Cruz, con amplios derechos,

Los logros de la nueva política económica
fueron modestos, se redujo la inflación y se
reequilibró la balanza de pagos,
pero no se apreciaron cambios mas sustanciales.

Perón inicia su segundo período visiblemente
consolidado por el nuevo plan
económico, que parecía tener éxito, la
victoria sobre rebeldes militares y sindicalistas y el
espectacular triunfo electoral. La muerte de
Eva sin duda fue un golpe muy duro para el régimen. En los
tres años finales de su gobierno Perón tuvo una
conducta
errática, evidentemente para llenar el vacío por la
muerte de su
esposa, tanto en la Fundación, como el nuevo partido
Periodista Femenino o la misma CGT se advirtió un manejo
burocrático y una pérdida de iniciativa

Se avanzó en la peronización de la administración
pública y la educación, con la
exigencia de la afiliación al partido, la
exhibición del escudito o el luto por la muerte de
Eva, la donación de sueldos para la Fundación y
todo tipo de manifestación celebratorias del líder y
su esposa, cuyos nombres fueron impuestos a
estaciones ferroviarias, hospitales, calles plazas, ciudades y
provincias. Los espacios de la oposición fueron reducidos
al mínimo en la prensa y en el Parlamento, donde el doctor
Campora, presidente de la Cámara de Diputado, proclamo la
superioridad de la obsecuencia sobre la consecuencia. Mientras
por esa vía régimen marchaba hacia el
totalitarismo, procuraba simultáneamente, aunque con menor
consecuencia reconstruir un espacio de convivencia con los
opositores.

La Revolución
Libertadora puso el acento en el problema político y en la
represión del movimiento popular peronista. Esta
rígida posición al tiempo que le enajenaba el apoyo
de las clases medias, provocó el endurecimiento de la
oposición gremial peronista. El rumbo seguido por la
Revolución
Libertadora implicaba no solo el estancamiento industrial, sino
también la inestabilidad política, frente a la cual
el ejército se convirtió en la única
esperanza de los sectores antiperonistas. La única salida
frente a esta crisis se hallaba en una apertura plena al capital
internacional.

En abril de 1953, durante una concentración
estallaron en la Plaza de Mayo bombas colocadas
por grupos opositores, la respuesta fue que grupos de periodistas
incendiaron la casa Radical, la casa del Pueblo socialista y el
Jockey Club, a esto le siguió el arresto de importantes
políticos opositores como Balbin y Victoria Ocampo. Pero
en la segunda mitad del año el régimen se
hablandó y liberó a los presos, finalmente una ley
de amnistía permitió liberarlos a todos. En el
año de 1954 Frondizi alcanzó la presidencia del
Comité Nacional con el, el radicalismo había
lanzado la propuesta de combatir al peronismo desde lo que
tenía de más progresista y sin renunciar a la
crítica institucional, reivindicando la reforma
agraria y el antiimperialismo, tema que los contratos
petroleros habían tornado urticante. También la
Iglesia se
suma al ruedo político con la inauguración del
Partido Demócrata Cristiano, a esta llevaría a un
conflicto entre Perón y la iglesia, que
rápidamente llevo a su caída.

El alto precio y la
sostenida demanda de artículos alimenticios que se
prolongo con la guerra de Corea llegaron a su fin. La puja entre
las grandes potencias se definió en favor de EEUU que
había reconstituido su predominio mundial y hacía
sentir su hegemonía sobre los estados latinoamericanos.
Con esta situación desaparecía la posibilidad de
negociar con dos o tres países que era la
característica principal del período de
guerra.

Internamente comenzó a desintegrarse el bloque de
poder de la etapa peronista y disminuyo el margen de maniobra del
Estado para mantener la adhesión de la clase obrera al
proyecto político de dicho bloque. La reducción en
los beneficios del comercio de artículos alimenticios y la
grave crisis agrícola de 1950 / 52 demostraron la
debilidad del sector agrícola – exportador, que era
incapaz de seguir sosteniendo el desarrollo industrial con las
divisas que generaba, ubicando a los sectores agrarios en la
oposición.

La industria, no solo sufrió falta de insumos y de
reequipamiento sino también el estancamiento de la demanda
y no pudo soportar más la doble política
característica del peronismo: Acumulación y
redistribución de ingresos. De esta forma se hicieron
frecuentes los enfrentamientos entre el sector obrero y la
burguesía industrial ante los cuales el gobierno no pudo
seguir practicando su habitual política de arbitraje.

La presión de la clase obrera se tradujo en huelgas,
la respuesta oficial fueron los Congresos de la productividad y
los estímulos para disminuir el consumo. Desde 1951, el
régimen sufrió enfrentamientos con sectores
militares e incluso con la iglesia; esta debilidad
permitió el resurgimiento de los partidos de la clase
media, en especial del radicalismo.

La salida intentada por el estado peronista era la
única viable: sin cambiar el sistema, abrir las puertas a
las inversiones extranjeras para poner en marcha nuevamente el
crecimiento industrial, la Ley de Radicación de Capitales
( propició las inversiones externas dirigidas a
actividades mineras e industriales y sancionaba un régimen
de promoción industrial) y los contratos petroleros
reflejan un cambio de posición global frente a EEUU con el
que se había perdido la posibilidad de negociar. Estas
políticas precipitaron la caída de
Perón.

Para hacer frente a la crisis económica originada en
el estancamiento industrial, se adoptaron planes de
estabilización monetaria, restricciones salariales y
reducción de los gastos del
estado, a m s largo plazo se procuró estimular la
producción agropecuaria, a la que se consideraba la fuente
posible de divisas para la reactivación industrial. La
Revolución Libertadora puso el acento en el problema
político y en la represión del movimiento popular
peronista. Esta rígida posición al tiempo que le
enajenaba el apoyo de las clases medias, provoco el
endurecimiento de la oposición gremial peronista. El rumbo
seguido por la Revolución Libertadora implicaba no solo el
estancamiento industrial, sino también la inestabilidad
política, frente a la cual el ejército se
convirtió en la única esperanza de los sectores
antiperonistas. La única salida frente a esta crisis se
hallaba en una apertura plena al capital internacional.

4.Caracteristicas comunes que se
tratan

Las lecturas analizadas, "El gobierno de Perón", de
Romero Luis y "Tercera Etapa: "La Sustitución de
importaciones" de Rofman y Romero, comentan los rasgos generales
del modelo
distribucionista. Por la misma naturaleza de
estas lecturas es poco probable encontrar contradicciones entre
los autores, dado que ambas se limitan a describir en unas
cuantas líneas los acontecimientos de mayor relevancia,
sin entrar en la disquisición de detalles, siendo
usualmente son estos los generadores de divergencias. Sin
embargo, en ambas lecturas se encuentran diferencias, pero no de
contradicciones, sino de diferentes enfoques, o mejor aún,
de diferentes formas y métodos de
analizar una misma problemática. Así, Romero Luis,
incursiona por un campo a modo de introducción donde plantea desde la
oposición a Patrón Costas hasta la sucesión
de los gobiernos de Ramirez y Farrell hasta la llegada de
Perón al Poder, mientras que el texto de
Romero y Rofman se limita a desarrollar el tema desde la
aparición de Perón. Como esta , se encuentran
variadas y diversas diferencias de contenido basadas
principalmente en el enfoque de las lecturas: El texto de
Romero y Rofman se centra en analizar el aspecto económico
y social; en cambio el texto de Romero Luis se orienta al aspecto
politico principalmente y en segundo plano en el aspecto
económico.

Un ejemplo de temas comunes tratados por
ambos autores es cuando en el texto en la parte pertinente al
período peronista habla sobre la necesidad en la que se
encontró el gobierno de Perón de abrir las
fronteras del país y permitir el ingreso de capitales
extranjeros más precisamente norteamericanos para poder
poner en marcha nuevamente el crecimiento industrial que se
encontraba en decadencia producto de la
falta de insumos y el estancamiento de la demanda. ( Segundo plan
quinquenal).

5. Posturas al respecto de los
autores

En esta lectura es
difícil encontrar la postura del autor, a nuestro entender
el autor desmerece en cierta medida el "17 de Octubre", el
día de la lealtad de los Peronistas, diciendo que hubo
más gente en la marcha por la libertad que reclamando por
la libertad de Perón.

Otra postura es cuando el autor deduce que la conducta
errática de Perón en los últimos 3
años de gobierno se debió a la muerte de Eva
Perón, produciendo un vacío notorio.

El autor muestra como
Perón avanzó sobre políticas de
régimen totalitarias, con las exigencias de
afiliación al partido, la exhibición del "escudito"
del partido o el luto por la muerte de Eva Perón entre
otras.

6. Modelo
Distribucionista

Primera presidencia de Juan D. Perón

  • Nace cuando están colmadas las posibilidades del
    proceso de sustitución de importaciones.
  • Mayor redistribución de ingresos que permitió
    expandir el mercado de consumo interno.
  • Aumento de la demanda de productos de consumo,
    permitió la subsistencia del sector manufacturero.
  • El Estado cuenta con reservas de divisas que
    provenían de la Guerra Mundial y transfería
    ingresos del sector rural al industrial.
  • Fueron escasas las inversiones en mejoras
    tecnológicas, factor decisivo para el estancamiento de
    la industria.
  • Adoptó una posición antiamericanista.
  • Retroceden las exportaciones a países limítrofes
    por la competencia
    norteamericana.
  • Se nacionalizan los ferrocarriles por un valor
    similar al de las libras bloqueadas.
  • Se redujo la producción agropecuaria.
  • Aumentó una amplia capa de establecimientos medianos
    y pequeños.
  • Primer Plan Quinquenal:
  • Constitución de SOMISA.
  • Defensa del sector industrial instalado.
  • El banco Industrial otorgó créditos al sector ind.
  • La alta ocupación y los salarios en alza permiten
    que la demanda se expanda.
  • Defensa del mercado interno y del pleno empleo.
  • Se gasta mas dinero en el
    exterior del que entra.
  • El IAPI monopolizó el comercio
    exterior.
  • Para 1949 los mercados se contraen, se agotan las reservas
    acumuladas.
  • El desarrollo de la industria hacia al país mas
    dependiente de las importaciones: combustibles, repuestos,
    maquinarias, etc.

Segunda presidencia de Juan D. Perón

  • Se da en 1952 el Segundo Plan Quinquenal, las principales
    medidas eran:
  • Se restringe el consumo interno para reducir la
    inflación.
  • El IAPI invirtió su mecanismo y empezó a
    estimular a los productores rurales.
  • Se daba prioridad a la importación de maquinarias
    agrícola para aumentar la disponibilidad de divisas,
    para seguir impulsando el desarrollo industrial.
  • Reducida eficiencia del
    sector industrial, producida por la obsolescencia de las
    maquinarias, deterioro de los servicios.
  • Se restringe el crédito industrial y se da prioridad
    a grandes empresas.
  • El gobierno pone sus esperanzas en la concurrencia de
    capitales extranjeros.
  • Firma en 1954 un contrato con la
    Stanford Oil.

Perón a cargo de la Secretaria de Trabajo se
dedicó a:

  • Se extiende el régimen de jubilaciones, vacaciones
    paga, accidentes
    de trabajo
  • Se equilibran las relaciones entre los patronos y
    obreros.
  • Sanción del estatuto del peón.
  • Estimulaba la
    organización de trabajadores.
  • La ocupación industrial había crecido
    expulsados por la crisis agrícola.
  • Los sindicatos fueron el medio por el cual se expresaba la
    sociedad, y la política de los trabajadores.
  • Fundación Eva Perón: financiada con fondos
    públicos y aportes privados mas o menos voluntarios,
    realizó obras tales como:
  • Creó escuelas.
  • Inauguró policlínicos, hogares para
    ancianos.
  • Repartió alimentos y
    regalos navideños.
  • Estimuló el turismo y el deporte.
  • El gobierno peronista mantuvo la enseñanza religiosa
    en las escuelas.
  • Igualación de derechos entre hijos "naturales"
    y

"legítimos".

  • Una ley en1947 acabó con la autonomía
    universitaria.
  • La forma mas singular de la política en masas eran
    las concentraciones y manifestaciones.
  • El régimen peronista no atacó a las clases
    altas tradicionales, salvo por las políticas
    agropecuarias.
  • Hubo una gran expansión de la enseñanza
    media.
  • Los sectores populares se incorporaron al consumo, a la
    cuidad y a la política.
  • El Estado elimina los obstáculos mas grandes para
    permitir el ascenso de clase.
  • Apertura del Teatro
    Colón.
  • Facilitaba el acceso a la cultura "popular".

7. Rol del estado

  • Participación del Estado en la dirección y
    regulación de la economía.
  • Nacionalización de las inversiones extranjeras:
    • Ferrocarriles, teléfonos.
    • Empresas de gas, algunas compañías de
      electricidad.
  • Se construyó el gasoducto desde Comodoro
    Rivadavia.
  • Se incorporan naves a la Flota Mercante.
  • Se nacionaliza el Banco Central, asignándole el
    control del IAPI.
  • Busca el mantenimiento del empleo, con la elevación
    de su nivel de vida.
  • La justicia
    social sirvió para sostener el mercado interno.
  • Estado benefactor:
    • congelamiento de alquileres.
    • Establecimiento de salarios mínimos y de precios
      máximos.
    • Mejora de la salud
      pública, planes de vivienda.
    • Construcción de escuelas.
    • Organización del sistema jubilatorio.
  • El Estado actuó como redistribuidor de ingresos,
    para expandir el mercado consumidor
    interno.
  • Expandió sus funciones e intervino ampliamente en la
    vida económica, haciendo de mediador entre distintos
    intereses que debía armonizar.
  • Durante el gobierno de Ramirez, Perón es nombrado
    Secretario de la Secretaria de Trabajo y previsión.
  • Durante el gobierno de Farrell, Perón es nombrado
    presidente de la Secretaria, ministro de guerra y
    vicepresidente de la Nación.
  • 1945 se declara la guerra a los países del Eje.
  • 17 de octubre se 1945, movilización de masas
    apoyando a Perón, "Día de la Lealtad".
  • Se crea el Partido Laborista, que asegura el predominio de
    los dirigentes sindicales.
  • En las elecciones de 1945 triunfa la fórmula
    Perón-Quijano, teniendo el apoyo de las fuerzas armadas,
    la iglesia, la clase obrera y la burguesía
    industrial.
  • En 1947 se crea el partido Peronista, adoptando una
    organización vertical.
  • Eva Perón es la encargada de mediar entre los
    sindicatos y el gobierno, y organiza el Partido Peronista
    femenino.
  • Reúne a los empresarios en la CGE.
  • Rompe con la concepción del Estado liberal.
  • En 1949 se produce la reforma de la Constitución
    Nacional.
  • En 1951 Perón es reelecto presidente de la
    Nación.
  • Se avanza con la peronización de la administración pública, la
    educación y las fuerzas armada
  • Los espacios de la oposición fueron reducidos al
    mínimo en la prensa y en el Parlamento, los dirigentes
    de los partidos
    políticos de la oposición, fueron
    arrestados.

 

 

Autor:

Cominneti, Luciano
Polacco, María
Rodriguez, Pablo
Torres, Yanina
Villoria Sebastián

Universidad
Nacional de la Patagonia San
Juan Bosco

Partes: 1, 2
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