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Filosofía; El hombre en búsqueda de un sentido absoluto




Enviado por fmoreno




    1.
    Introducción

    2. El Hombre es un ser inacabado y en
    búsqueda de la plenitud

    3. La respuesta del humanismo
    ateo

    4. El hombre como trascendencia
    espontanea

    5. Reflexiones
    filosóficos-teológicas al problema de la
    muerte

    6. Una renovada interpretación
    del credo

    7. Bibliografia

    1.
    Introducción

    La primera fuerza o
    necesidad que el hombre
    experimenta ya desde su adolescencia,
    es la de encontrar un sentido a su propia vida. La voluntad de
    placer, de gozar de la vida, no es la fuerza
    fundamental del hombre, no es
    la que puede explicar toda la historia de la humanidad y
    de cada hombre en particular. Tampoco la voluntad de afirmarse y
    de ser alguien en la sociedad es la
    ultima y mas importante tendencia del hombre.

    Lo que en realidad el hombre mas
    necesita es encontrar un sentido a su existencia, ubicarse en el
    mundo del porque y saber si todo tiene un sentido, o en cambio es solo
    una promesa que nunca se realizara.

    El hombre es capaz de vivir e incluso morir por sus
    ideales y principios, pero
    no puede inventar el mismo estos ideales. No podemos como nos
    propones Sartre,
    inventar nosotros el sentido de nuestra vida. Podemos
    descubrirlo, no inventarlo.

    La vida del hombre no es, pues, un estado de
    satisfacción, sino una tensión, un conflicto, una
    lucha para descubrir una solución al problema
    fundamental.

    El hombre es esencialmente esta tensión entre el
    tedio y el deseo. Experimentar el vacío la perdida del
    sentido de la vida el lo que constituye la angustia existencial
    del hombre..

    A veces, el hombre quiere huir de esta realidad y
    compensarla con el dinero, con
    el sexo, la
    droga, el
    poder, la
    actividad frenética.

    Pero la pregunta existencial: "Vale la pena todo esto ..
    ? ", vuelve a inquietar siempre al hombre. Vale la pena encarar
    este tema y buscar las pistas de solución

    2. El Hombre es un ser inacabado y en búsqueda
    de la plenitud

    El hombre es un ser contingente.

    Contingente significa que es pero podría no haber
    sido, que su existencia es un don, algo recibido gratis, como un
    valor del que
    no se puede disponer como dueños. El hombre es un ser
    contingente porque recibe la existencia, tiene el ser peor no es
    el ser. La categoría del tener, recibir, exige una
    razón, un mas allá del ente finito; el hombre no es
    su existencia sino que la recibe de alguien.

    La existencia del hombre, en el cual únicamente
    el ser se revela, se manifiesta como recibido, consiste en la
    apertura al principio absoluto. El hombre así no es
    solamente: ser con los otros existentes, ni solamente ser con las
    cosas, sino que constitutivamente es también ser abierto a
    Dios.

    Los hombres antes que ir a Dios, Viene de El, o mejor,
    están viniendo, porque la existencia es un continuo e
    ininterrumpido recibir del ser.

    El Hombre no es feliz

    El hombre quiere realizarse según su proyecto, pero
    muchas veces esto no es posible. Cuantos seres humanos no
    alcanzaron siquiera un minuto de realización. Cuales son
    las condiciones que se precisan para llevar a cabo nuestros
    proyectos.

    Siempre, hasta el hombre mas afortunado, queda
    insatisfecho de lo que es y de lo que hace. Dos soluciones
    parecen abrirse al hombre insatisfecho: o apagar sus deseos y
    quedarse tranquilo con lo que tiene, cortar su deseo de plenitud
    y de infinito y vegetar, vivir o morir, o buscar mas allá
    del tiempo la
    realización de su ser.

    La primera tentativa no tiene posibilidad de éxito.
    El hombre siempre espera algo mas de lo que tiene, tiende hacia
    le felicidad que nunca puede encontrar mientras viva. La muerte
    inexorable acabaría con toda felicidad.

    La segunda tentativa es la que abre al hombre al hombre
    al ser absoluto, a un sentido ultimo de la existencia

    Que podemos esperar

    La esperanza podría ser una ilusión, un
    engaño, una incapacidad para aceptar la realidad de la
    vida, así como es, un inconsciente cobardía a
    aceptar la muerte.

    El hombre es un ser finito, contingente, limitado y si
    se crea ilusiones de plenitud y de felicidad imposibles,
    él y solo él es el responsable de la inevitables
    desilusiones.

    Queremos en cambio,
    demostrar, partiendo de la estructura del
    hombre mismo, que la esperanza que la inquieta nos es un residuo
    de la infancia, ni
    de ninguna manera de signo de madurez o cobardía, sino que
    se revela la misma naturaleza del
    hombre. Las cosas materiales y
    las personas que el hombre experimenta a lo largo de toda su vida
    no cubre la inmensidad del ser. Siempre podemos pensar en nuevos
    mundos, en realidades mas grandes de las que
    conocemos.

    Detrás del intelecto que tiene un horizonte
    infinito esta la voluntad como tendencia hacia el bien conocido,
    hacia el ser manifestado por el intelecto. Si el intelecto tiene
    una apertura infinita, también la voluntad tiene un deseo
    infinito.

    Querer que el hombre se conforme con lo temporal y
    presente, limitado, es como matar al hombre, cortarle la
    tensión natural hacia el bien infinito.

    3. La respuesta del
    humanismo
    ateo

    La vida no tiene sentido porque el hombre tiene la
    responsabilidad de darle el sentido que el
    libremente quiere darle.

    Sartre afirma que el hombre, sin ninguna norma o
    modelo
    preestablecido, con una libertad sin
    limites, tiene
    el deber ineludible de elegir libremente que tipo de hombre
    quiere llegar a ser y que valor o
    sentido quiere dar a su vida.

    Cambus, en cambio, aun compartiendo el ateísmo de
    Sartre, afirma
    que algo tiene sentido. La vida del hombre tiene este sentido: el
    no sentido.

    El materialismo ateo
    no responde a la pregunta sobre el futuro del hombre
    después de la muerte. Son
    problemas,
    afirma Carlos Marx, de
    origen burgués. Cuando el hombre haya dominado
    perfectamente la naturaleza y
    creado una sociedad de
    hombres iguales y felices el problema del mas allá y de
    Dios perderá todo interés.

    La insuficiencia de un personalidad
    impersonal

    Hay algunos que dicen que hay que conformarse con una
    inmortalidad en el recuerdo de los que vivirán
    después de nosotros. La única forma de
    sobrevivencia seria de seguir viviendo en la memoria de
    las generaciones futuras.

    Si la muerte es la
    ultima palabra en la vida del hombre, nada tiene sentido. Somos
    como un fósforo que se prende y se apaga en pocos
    segundos. Vale la pena?.

    Hasta los ateos se revelan ante esta conclusión,
    no acepta que la existencia no tenga sentido. De que sirve la
    libertad si
    todo termina en la nada?. Cambus afirma: Que libertad puede haber
    en sentido pleno, sin garantías de eternidad?. Aunque no
    se pueda demostrar filosóficamente la inmortalidad del
    hombre, sin embargo, hasta el mismo Jaspers, en el ultimo periodo
    de su vida subraya la posibilidad de una pista hacia el mas
    allá: es el
    amor.

    Gauudium et spes N°18

    El máximo enigma de la vida humana es la muerte,
    el hombre sufre con el dolor y la disolución progresiva
    del cuerpo. Pero su máximo tormento es el temor por la
    desaparición perpetua. Juzga con instintos certeros cuando
    se resiste a aceptar la perspectiva de la ruina total y del
    adiós definitivo.

    Un trampolín para lanzarse al vacío de la
    esperanza

    Que son las situaciones limites. Llamo situaciones
    limites, a saber que siempre me encuentro en situación,
    que no me es posible vivir sin sufrimiento y de lucha que
    inevitablemente me cargo de culpas, que tengo que morir. Muerte,
    sufrimiento. lucha, culpa.

    La única salida, tiene que consistir en un salto
    realizado gracias a la fe religiosa, porque las situaciones
    limites, son enigmas que esconde la trascendencia. Trascendente
    es el ser superior distinto y personal que
    desde la otra orilla atrae y llama sin que se le pueda
    ver.

    En una hipótesis pesimista, en que la muerte es el
    fin de todo y de toda esperanza habría que concluir con la
    triste constatación: Muy pocos son los seres humanos que
    llegan a una personalidad
    madura y nadie llega a sentirse plenamente realizado. La
    conclusión entonces es esta: o el absurdo de una vida
    inútil destinado al fracaso o el misterio que nos viene al
    encuentro como una esperanza.

    4. El hombre como
    trascendencia espontanea

    El hombre se encuentra con la trascendencia y esta
    siempre abierto a ella con una perspectiva ultima. Es inevitable,
    es natural y espontaneo que el hombre se pregunte por una
    realidad que esta mas allá de lo percibido, de lo temporal
    o contingente.

    El problema de Dios, hoy, se enfoca como problema del
    sentido de Dios para el hombre, Puede el hombre ser persona libre?.
    La respuesta depende del concepto de cada
    hombre se formula de Dios a lo largo de toda su vida.

    Lo que importa no es tanto si crees en la existencia de
    Dios, o no crees: lo que importa es que valor tiene esta creencia
    en Dios para tu vida. Si uno vive creyendo en Dios pero actuando
    como si no existiera, el suyo es un ateísmo practico, este
    hombre no cree en Dios porque no se fía de El.

    Que se entiende por trascendente

    En sentido amplio trascendente es todo lo que sobrepasa
    toda realidad natural y también al hombre. Esta realidad
    superior o absoluta es distinta del mundo aunque se relaciona con
    el.

    En sentido estricto trascendente es un Ser personal
    infinitamente superior a toda realidad, el ser absoluto y
    perfecto del cual todo depende: trascendente en este sentido es
    Dios.

    No hay un ateísmo sino muchos
    ateísmos

    Ser Ateo o creyente, no depende muchas veces del hombre
    mismo, sino de la cultura en que
    nace, de las circunstancias y experiencias que le
    vivir.

    No se puede hablar de ateísmo sino de
    ateísmos. Muchas son la formas y raíces del
    ateísmo: la que se fundamenta la ciencia, la
    psicología, en la historia y en la
    filosofía.

    Si Dios nos quiere, nos quiere para siempre

    En la hipótesis de que
    Dios existe y sea de veras el creador de todo y de todos, el
    problema de la inmortalidad del hombre.

    Buher y Levinas, de creencia judía, y muchos
    otros filósofos contemporáneos sin excluir
    a Heidegger y Jaspers, no cierra la posibilidad de una vida
    futura. Si Dios nos crea como personas significa que nos quiere
    como personas no nos puede tratar como cosas que se usan y se
    tiran. Si el hombre no viviera para siempre, seria como una cosa
    que una vez usada, se tira.

    El amor de Dios
    creador que hace existir a la persona garantiza
    la eternidad del don personal de la existencia, si Dios me
    quiere, me quiere para siempre.

    Un esquema interesante

    El hombre, según el plan de Dios se
    ubica en el universo
    según esta relación:

    • Como "yo" personal: se relaciona con lo demás,
      con el mundo y con Dios.
    • Como "comunidad": que
      no es la suma de los individuos sino algo nuevo, se relaciona
      con las personas individuales, con las cosas y con
      Dios.
    • Las cosas no están en relación directa
      con Dios porque El las creo para el hombre y las confió
      a su responsabilidad.

    Las cosas, pues esta en relación con:

    1. Cada persona individualmente: la cual tiene derecho
      de apropiarse y utilizar de manera exclusiva algunos bienes
      materiales
      para su necesidad y seguridad.
    2. La sociedad y la humanidad entera, en cuanto al uso
      de lo bienes.

    La sociedad tiene que buscar el bien común que es
    el conjunto de las condiciones económicas, sociales y
    políticas que permiten y favorecen la
    realización integral de la persona humana. La persona y la
    sociedad tiene una relación directa con Dios. No es
    posible reducir la relación con Dios a nivel privado,
    individual. También la religión tiene que
    ser vivida comunitariamente.

    El hombre va a Dios con responsabilidad personal y
    también comprometido con los demás, como miembro de
    una comunidad
    religiosa. Nadie puede relacionarse con Dios dejando de lado la
    relación con los demás.

    El pecado es la ruptura de todas y cada una de estas
    relaciones:

    • con las cosas: cuando la persona se deja esclavizar
      por los bienes materiales y pierde su dominio y
      libertad
    • con las personas: cuando por el odio y la
      incomprensión rompe los lazos de amor para
      con los demás.
    • Con Dios: esta es la ruptura fundamental. Cuando el
      hombre no busca los valores
      absolutos o rehusa culpablemente la relación con Dios,
      por no aceptar su amor.

    5. Reflexiones
    filosóficos-teológicas al problema de la
    muerte

    Para completar el problema antropológico sobre la
    unidad indisoluble de alma y cuerpo tenemos que enfrentarnos con
    el problema de la muerte. La solución platónica
    parecería ofrecer una explicación fácilmente
    armonizable con el mensaje cristiana que anuncia la inmortalidad
    del hombre, bastaba añadir a la tesis
    platónica de la espiritualidad e inmortalidad del alma, la
    fe en la resurrección del cuerpo al final de los
    tiempos.

    La antropología contemporánea, en
    cambio, con la afirmación de la inseparabilidad de los dos
    elementos del hombre, cuerpo y alma, parecen total
    oposición con la fe cristiana. Queda afirmar que todo el
    hombre muere o que el hombre muere del todo.

    Todo el hombre muere

    La antropología contemporánea acepta el
    desafío y no teme afirmar que, en realidad, todo el hombre
    muere. Si la persona humana es un nudo de relaciones, la ruptura
    con los demás y con el mundo dignifica la muerte total del
    hombre. La muerte es un existencial, una característica esencial de la
    condición humana.

    La filosofía nos conduce hasta el umbral de la
    fe

    La razón no tiene argumentos para afirmar con
    toda seguridad que la
    muerte es la ultima palabra, ofrece, en cambio, una sospecha,
    algunos indicios que no tiene que ser así.

    La vida humana tiene sentido, la persona es un fin, no
    es medio subordinado como instrumento para algo superior. La
    curva de la vida biológica, no coincide con el crecimiento
    y desarrollo de
    la persona. La curva de la vida se constituye en parábola,
    porque nace, crece, se desarrolla, madura, envejece y muere. La
    muerte coincide con la vida porque el hombre va muriendo cada
    segundo, su vida es mortal.

    Pero existe en el hombre otra línea de vida, la
    personal, la espiritual o interior.

    La muerte: un despertarse en un mundo nuevo

    Muriendo, afirma el teólogo Franklin, acabamos de
    nacer. De manera análoga al niño que pasa al nacer,
    del seno de la madre, al mundo de la luz, así
    el hombre que muere pasa, todo entero, alma y cuerpo de este
    mundo espacio-temporal, al mundo eterno, totalmente diverso e
    inimaginable.

    La fe cristiana ofrece un perspectiva y promesa de
    resurrección. Dios no nos ha creado para morir, sino para
    llegar a la plenitud de vida y felicidad.

    Nos despojaremos de este cuerpo y no revestiremos de uno
    nuevo

    La mayor dificultad de superar es una evidencia
    irrefutable: con la muerte nuestro cuerpo queda sin vida y de a
    poco se descompone y corrompe después totalmente y
    entonces, si el hombre sobrevive a la muerte, como el alma no se
    va a separar del cuerpo?. Es evidente que el cuerpo que muere y
    se reduce a un cadáver, no se trasforma, no se transfigura
    ni resucita de ninguna manera.

    Pero el hecho de salir de este cuerpo no significa
    desencarnarse, el hombre no se reduce a puro espíritu,
    como enseñaba Platon, por el hecho de que pierde este
    cuerpo.

    Este cuerpo que sembramos en la tierra como
    una semilla, no se levantara jamas, no lo recuperaremos
    materialmente.

    6. Una renovada
    interpretación del credo

    La ultima verdad de fe que profesamos es el credo:
    esperamos la resurrección de los muertos y la vida del
    mundo futuro. A la luz de la
    antropología dualista, la formula resurrección de
    los muertos nos hacia pensar en los cadáveres que se
    levantarían al final del mundo para reunirse con sus
    respectivas almas.

    La nueva antropología nos sugiere otra
    interpretación resucitaran los hombres destinados a la
    muerte, nosotros que moriremos vamos a resucitar esperamos la
    resurrección de los que mueren.

    Nadie volvió del mas allá

    El cristiano responde: nadie volvió, excepto
    Jesús, el que crucificado bajo Poncio Pilato en el
    año 0 de nuestra era, resucito al tercer día y se
    apareció a Pedro y después a los doce.

    Jesús y María también, nos dice M.
    Schmaus, uno de los teólogos mas seguros en su
    reciente manual de
    dogmática. La única diferencia esta en que sus
    cuerpos no fueron abandonos a la corrupción, sino que en ellos hizo su
    aparición el hombre nuevo y la muerte fue un pasaje
    trasfigurador hacia lo definitivo del mismo cuerpo material que
    tenían en el momento de la muerte.

    7.
    Bibliografia

    -"El problema del hombre", Joseph Gevaert
    -"Que es el hombre", Emerich Coreth

    Resumen:
    El Hombre es un ser inacabado – El hombre no es feliz – Que
    podemos esperar –
    La respuesta del humanismo ateo –
    Gauudium et spes N°18 – Un esquema interesante

    Trabajo enviado y realizado:
    Fernando Moreno
    5to. Curso "B"
    Salesianito – 2000
    Asuncion – Paraguay

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