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Periodos de la filosofia




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    Indice
    1.
    Introducción

    2. Carácter histórico de
    la filosofía.

    3. Filosofía de la
    naturaleza

    4. Filosofía del
    hombre.

    5. Grandes
    sistemas.

    6. Filosofía
    ética.

    7.
    Neoplatonismo.

    8. Visión de la
    modernidad.

    9. Visión de la
    postmodernidad.

    10.
    Conclusión.

    11. Bibliografía y
    otras fuentes.

    1.
    Introducción

    En este trabajo se trata el tema de las diferentes
    cosmovisiones filosóficas, desde el periodo
    cosmológico hasta la visión de la postmodernidad.

    Comprende varias etapas y diferentes teorías
    que han hecho que la filosofía avance cada vez más
    y por consiguiente que tengamos una idea mas amplia de las cosas
    y su porque.

    Este trabajo también contiene los nombres de los
    filósofos que con sus logros e ideas
    sentaron las bases de la filosofía.

    La filosofía no es más que el intento del
    espíritu humano de establecer una concepción
    racional del universo mediante
    la autoreflexión sobre sus propias funciones
    valorativas, teóricas y practicas.

    El termino filosofía, etimológicamente
    significa "amor a la
    sabiduría"; pero fue utilizado por los griegos
    clásicos como "la búsqueda del conocimiento
    por sí mismo". La filosofía comprende todas las
    áreas del pensamiento e
    incluye a la reflexión.

    La filosofía se divide frecuentemente en cuatro
    ramas principales: ética (es
    el estudio de la moral y el
    juicio), estética (es el estudio de la naturaleza de la
    belleza), epistemología (es el estudio de los
    orígenes, validez y limites del
    conocimiento)
    y metafísica (el estudio de la realidad
    ultima).

    Históricamente, la filosofía tiene sus
    comienzos hace dos mil quinientos años, pero antes de ella
    existía una forma de pensar prefilosófica. Y poco a
    poco se dio un paso de un saber irracional a un saber
    lógico, y de un saber dogmático a un saber que daba
    razones y explicaciones, hasta llegar a un saber basado en las
    demostraciones.

    2. Carácter
    histórico de la filosofía.

    La filosofía suele dividirse de distintas
    maneras, según sea el criterio que se adopte. Aquí
    tomaremos el criterio basado en la problemática de que se
    ocupan en las diferentes etapas y entonces tenemos:

    EPOCAS.

    SIGLOS.

    PROBLEMÁTICA
    PRINCIPAL.

    PRINCIPALES
    REPRESENTANTES.

    Antigua.

    VI a.C-V d.C

    Sobre la estructura de la realidad.

    Socrates.

    Platón.

    Aristóteles.

    Medieval.

    V-XV

    La relación entre la fe y
    la razón.

    San Agustín.

    San Anselmo.

    San Tomás.

    Moderna.

    XVI-XVIII

    El conocimiento.

    Descartes.

    Hume.

    Kant.

    Contemporánea.

    XIX y XX

    Fundamentación de las
    ciencias.

    Hegel.

    Marx.

    Russell.

    Wittgentein.

    Sartre.

    La filosofía antigua.

    La filosofía antigua suele dividirse de distintas
    maneras según sea el criterio basado en la
    problemática de que se ocupan en las diferentes etapas; y
    entonces tenemos:

    1. Filosofía de la naturaleza
      (periodo cosmológico)
    2. Filosofía del hombre
      (periodo antropológico)
    3. Periodo de los grandes sistemas
      (epistémico-ontológico)
    4. Filosofía ética
    5. Neoplatonismo (periodo religioso)

    Por supuesto que el nombre de cada periodo sólo
    alude a la problemática que predominó en dicho
    periodo, pero esto de ninguna manera indica que sea el
    único tipo de problema que se aborda.

    3. Filosofía de la
    naturaleza
    .

    (Periodo cosmológico).

    En toda la primera etapa de la filosofía antigua,
    hasta antes de los sofistas, el problema central de que se ocupan
    los filósofos es la naturaleza; por eso,
    Aristóteles habría de llamarlos los
    físicos, los investigadores de la naturaleza. Lo que
    distingue a estos primeros filósofos de otros intentos
    anteriores por explicar el origen del cosmos fue que su
    explicación la fundan sobre un principio natural, y no
    sobre un principio mágicamente revelado, mítico o
    religioso, como se había hecho hasta entonces. Con ellos
    nace la convicción de que es posible conocer la realidad
    por medio de la razón (convicción que se mantiene
    hasta nuestros días).

    Geográficamente, a los filósofos de este
    periodo los encontramos ubicados en las colonias griegas del
    Asia Menor, en
    Jonia; en Abdera, en la costa de Tracia; y en el Sur de Italia, en las
    costas dóricas.

    Milesios.

    Se le llamo así al primer grupo de
    filósofos por haber nacido en Mileto, la mas poderosa de
    la ciudades griegas del Asia Menor. Con
    Tales, Anaximandro y Anaxímenes de Mileto surge el objeto
    de estudio propio de la filosofía en su primer periodo: la
    naturaleza. La cuestión ¿de dónde procede
    todo? Es la pregunta que inquieta la mente de estos hombres y los
    incita a buscar una respuesta elaborada por su
    intelecto.

    Tales De Mileto: Todo procede del agua.

    Es el primer pensador que se plantea el problema del
    origen de todas las cosas; el problema de saber qué es
    aquello de lo que están hechas todas las cosas. Tales
    considera que detrás de la aparente variedad y
    multiplicidad de objetos que hay en el universo, ha
    de haber un elemento único del cual procedan y al cual
    vuelvan cuando se corrompen. Para Tales, este primer principio es
    algo material: el agua.
    Probablemente influyó en su afirmación el hecho de
    que el agua es
    necesaria para la vida y de que en ese tiempo se
    creía que la tierra
    flotaba sobre el agua,
    además de que él vivía en Mileto, lugar
    donde el mar baña incesantemente sus costas, y el ver que
    las semillas son todas de naturaleza húmeda, que animales y
    vegetales la necesitan para vivir, lo lleva a la
    conclusión de que todo se reduce a agua.

    Tal afirmación de que todo procede del agua puede
    parecer ingenua a primera vista; sin embargo, se toma en cuenta
    lo que significa dicha frase:

    En primer lugar, como ya mencionamos anteriormente, es
    la primera vez en la historia del pensamiento
    que se propone un elemento natural como origen de todas las
    cosas; ya no se atribuye a una fuerza
    personal
    –como ocurría en el mito o la
    religión
    griega- ser la causa de todo lo que hay en el universo.
    Tales se libera así de los prejuicios de la
    tradición y postula un elemento material, sugerido por la
    razón.

    Por otra parte, su afirmación tiene la novedad de
    sugerir para toda la multiplicidad de cosas del mundo un origen
    común.

    Además, se vislumbra ya la conciencia de
    que, tras los continuos cambios que nos muestra la
    naturaleza –lo frío, lo caliente; la primavera y el
    invierno; la vida y la muerte,
    etc.-, se oculta un principio que en sí mismo no
    varía, y que podemos descubrirlo.

    Hilozoísmo.

    Junto a la idea de que el agua es la sustancia
    fundamental de la que derivan todas las demás cosas, Tales
    afirma que la materia es
    como un organismo con vida, tal vez en este sentido decía
    que "todo está lleno de dioses". A esta manera de concebir
    la realidad se le denomina hilozoísmo. Y parece haber
    llegado a ella después de observar la piedra del
    imán, a la que le atribuye vida porque atrae el hierro.

    Anaximandro De Mileto: todo surge del
    apeiron.

    Si todo se originara del agua, como había
    propuesto Tales, entonces no existiría el calor ni el
    fuego, pues el agua no engendra fuego, si no que lo destruye.
    Además el agua no se puede transformar en algo
    completamente distinto a ella. Anaximandro no está de
    acuerdo con la tesis de su
    maestro, el pensó que el elemento primero del cuál
    surgen todas las demás cosas habría de ser como una
    masa indiferenciada –indefinida- de enorme
    extensión, en la que los elementos contrarios frío
    – calor, seco
    – húmedo, etc. aún no estaban definidos,
    aunque los contenía en sí de un modo latente o
    potencial completamente fusionados. A este elemento primigenio
    Anaximandro lo llamó apeiron, que significa: lo
    indeterminado o lo indefinido; y se caracteriza por ser inmortal
    e indestructible, además de moverse por sí
    mismo.

    Del apeiron surgen todas las cosas, pero el apeiron no
    es ninguna de esas cosas determinadas a que da lugar. Este surgir
    de las cosas a partir del apeiron se da por un proceso de
    segregación; porque según Anaximandro esa masa
    originaria –el apeiron- está en incesante movimiento
    –como de criba- y, como mezcla original empezaron a
    separarse, dando lugar así a la gran diversidad de cosas
    del mundo.

    En el mundo las cosas están generándose y
    pereciendo continuamente, pero este nacer y morir de las
    diferentes cosas es una injusticia, un predominio de un elemento
    sobre otro lo (frío sobre lo cálido, lo seco sobre
    lo húmedo o viceversa) y por eso existen individuales,
    pero hay una necesidad que hará volver a todas las cosas a
    esa mezcla primigenia, donde no se da la injusticia, donde
    predominan unos contrarios sobre otros.

    Anaximandro procede d la siguiente forma:

    1. Postula un elemento originario –como la hace
      Tales-.
    2. Lo caracteriza
    3. Explica el proceso por
      el cual de la sustancia primera surgen las demás
      cosas.

    Anaxímenes: El aire es el
    elemento primigenio.

    Al igual que su maestro, postula una sustancia
    primigenia y explica como a partir de ella, surgen las
    demás cosas, aunque especifica más este proceso de
    formación de las cosas.

    Para el la sustancia originaria es el aire, que asocia
    con la respiración o aliento indispensable para la
    vida, y explica éste por un proceso de rarefacción
    y condensación, el cual da lugar a todo lo que existe. El
    aire al enrarecerse se vuelve fuego; al condensarse se convierte
    en viento; después en nube y mas condensado en agua,
    tierra y
    piedra; la condensación la produce el frío y la
    rarefacción el calor.

    Según Anaxímenes las cosas son solamente
    cambios de densidad de una
    misma sustancia: el aire.

    Pitágoras: El principio de todo es el
    número.

    Al sur de Italia en una de
    las colonias griegas, Pitágoras funda una especie de
    comunidad
    religiosa y filosófica. En dicha comunidad se
    observa una serie de preceptos de los cuales, algunos, se guardan
    en secreto para los profanos.

    Algunos de sus miembros más destacados tomaron
    parte activa en la política, parece que
    con tendencias aristocráticas, lo que más tarde
    repercutiría –al florecer la democracia en
    Italia- en una persecución contra todos los miembros de la
    hermandad, por lo que tuvieron que huir y dispersarse por
    diversos lugares.

    Círculos pitagóricos.

    1. antiguo círculo pitagórico. El grupo que
      Pitágoras fundó y dirigió en Crotona el al
      que se le ha dado propiamente este nombre.
    2. Pitagórico posterior. Primera mitad del siglo
      V a.C. Este grupo desarrolló su principal actividad en
      Tarento y se divide a su vez en dos subgrupos
      distintos.
    1. Los acusmáticos (los oyentes). A quienes
      sólo les interesaba seguir los asuntos prácticos
      del grupo, únicamente tienen conocimientos de
      generalidades de las ciencias.
    2. Los matemáticos. Que consideraban a las
      matemáticas y a la filosofía como
      actividades de suma importancia, y cultivaban también la
      música,
      la astronomía, la geometría, la medicina,
      etc.

    Doctrina del alma.

    En todo lo relativo a esta doctrina se nota una marcada
    influencia órfica. Creían, al igual que los
    órficos que el alma:

    1.- Es inmortal. Se pensaba que el alma tiene un origen
    divino, es un fragmento o chispa del alma divina y por ello es
    inmortal.

    2.- Transmigra y se reencarna. El alma tiene que
    librarse de la corrupción
    del cuerpo para así volver a unirse al espíritu
    universal, al que pertenece. Para que el alma se purifique y se
    libere del cuerpo debe de seguir un camino de
    peregrinación cambiando de un cuerpo a otro, no
    sólo de seres humanos sino también de animales. Esta
    creencia explica algunas de las practicas de esta comunidad
    religiosa de no comer carne, pues el animal tal vez estuviese
    animado con el alma de algún antepasado o simplemente
    porque fuera la morada de algún alma.

    Filosofía de la forma.

    Los pitagóricos propusieron algo totalmente
    sorprendente como principio de todo; ellos ponen el principio no
    en la materia, sino
    en la forma. Postulan a los números como origen de todas
    las cosas.

    En el campo de la música
    Pitágoras encontró algo decisivo para fundamentar
    su teoría.
    Su espíritu matemático le permitió descubrir
    que la armonía musical depende de ciertas relaciones
    numéricas según la longitud de las cuerdas de la
    lira.

    También descubrió que los intervalos de la
    escala musical
    pueden expresarse aritméticamente como las razones entre
    los números 1, 2, 3 y 4. Y curiosamente, la suma de estos
    números es 10, que es llamado por los pitagóricos
    el número perfecto. Esto además se manifiesta en la
    figura llamada tetrakys, que representa el número 10 y que
    para ellos era sagrada, al grado de que juraban por ella. La
    figura constituye una disposición geométrica que
    expresa un número y el concepto que esta
    disposición presupone es el del orden mensurable. Incluso
    en las distancias y en las revoluciones de los planetas se
    aprecian reveladoramente las relaciones
    numéricas.

    Como consecuencia de este tipo de observaciones,
    pitágoras consideró que el cosmos estaba
    estructurado de un modo parecido, es decir, regido por el orden,
    la medida, la proporción. Y concluye que los
    números son el elemento constitutivo de la
    realidad.

    Heráclito De Efeso: Todo cambia
    incesantemente.

    Para algunos Heráclito es, junto con
    Parménides, uno de los más grandes pensadores
    presocráticos. Heráclito es el primer
    filósofo jónico de quien se conserva una gran
    cantidad de fragmentos. Se distinguen estos por su modo de
    expresión tajante, mordaz, hasta sarcástico, pero
    lleno de contenido y de fuerza, al que
    añade un tono profético y solemne.

    Todo fluye, nada permanece.

    Heráclito afirma que todo está cambiando
    continuamente y que no hay en la realidad nada que permanezca
    igual en dos momentos distintos. Ni en el mundo externo ni en
    nosotros mismos hay nada que pueda considerarse como permanente;
    lo único autentico, verdadera en la realidad es el
    devenir:

    «Nadie puede bañarse dos veces en el mismo
    río –dice Heráclito-; las aguas han pasado,
    otras hay en el lugar de las primeras y aun nosotros mismos somos
    ya otros».

    Logos.

    Efectivamente, todo esta cambiando continuamente, pero
    este cambio no es
    caótico irracional, sino que se realiza de acuerdo con un
    orden, con una ley universal.
    Heráclito afirma que esta ley universal es
    el logos. Y este logos es eterno, domina todo y rige
    todo.

    La acción del logos recae en un substrato
    material que Heráclito postula como el elemento del cual
    están hechas todas las cosas: el fuego.

    El fuego: principio de todo.

    Este filósofo vio en el fuego la causa originaria
    de todas las cosas que hay en el universo.

    El universo, según Heráclito, es un eterno
    fuego que se transforma. Ningún ser humano ni divino ha
    hecho este mundo, sino que siempre fue, es y será
    eternamente fuego vivo que se enciende con medida y con medida se
    apaga.

    Otra de las razones por las que vio en el fuego el
    elemento originante de todo cuanto existe, es porque éste
    vive sólo consumiendo y destruyendo, y pues para
    Heráclito, además de su principio capital de que
    todo está cambiando continuamente, hay que agregar que
    para él todas las cosas existen porque están en una
    lucha constante, la cual es esencial para la vida y, por lo
    tanto, la contienda es buena en sí misma.

    Es decir, todo lo que vive, vive por la
    destrucción de otras cosas: el fuego vive por la muerte del
    aire, y el aire por la muerte del
    fuego, el agua vive por la muerte de
    la tierra y la
    tierra por la
    del agua. Por tanto existe una lucha entre contrarios y la
    tensión que existe en esta es la que pone en curso al
    movimiento. Y
    esta lucha constante es algo en sí fecundo, lleno de vida
    y de fuerza creadora, por la que se da todo cuanto existe en el
    universo.

    Parménides: el ser es y es imposible que no
    sea.

    Es considerado como uno de los filósofos
    más importantes del periodo presocrático.
    Representa una postura contraria a la de Heráclito; para
    este el cambio y el
    movimiento son lo esencial en la naturaleza. Para
    Parménides, en cambio, el movimiento es imposible, es
    sólo apariencia, pues el verdadero ser es
    inmutable.

    Para Parménides es fundamental que distingamos
    entre la verdad y la mera apariencia. El camino de la verdad
    sólo puede ser alcanzado por medio de la razón;
    los sentidos
    sólo nos dan conocimiento de apariencias; los sentidos nos
    dicen que las cosas del mundo siempre están cambiando; que
    son muchas y distintas, nacen y mueren, son y dejan de ser. O
    más exactamente son y no son. Pero la razón nos
    dice que esto no puede ser así, porque el núcleo de
    su pensamiento lo expresa diciendo las siguientes
    afirmaciones:

    1.- El ser es, y es imposible que no sea.

    2.- El no-ser no es y no puede ni siquiera hablarse de
    él.

    3.- Es lo mismo el ser que el pensar.

    De estas afirmaciones se deriva una serie de
    consecuencias o mejor dicho las características del ser, que
    son:

    1. Único.- Por que si no fuera así,
      entonces seria múltiple, o cuando menos habría
      dos, pero en este caso tendríamos que entre uno y otro
      ser forzosamente debería de haber algo distinto al ser,
      y lo único diferente al ser es el no-ser, pero la
      razón dice que afirmar del no-ser que es, seria caer en
      una contradicción. Por lo tanto, se concluye en que solo
      hay un único ser.
    2. Eterno.- Si no fuese así entonces
      tendría que tener un principio y un fin. Pero antes de
      el ser tendría que existir algo distinto al ser y algo
      distinto al ser solo el no-ser. Por lo tanto, sucede lo mismo
      en el caso anterior que no se puede decir del no-ser que es sin
      caer en una contradicción.
    3. Inmóvil.- si el ser no fuera inmóvil
      tendría que haber algo en lo cuál se diera el
      movimiento ya que el moverse implica dejar de estar en un lugar
      para estar en otro, y el ser tendría que estar en algo
      mas grande que el ser, por lo que la razón explica el
      por que es inmóvil.
    4. Infinito.- Es infinito por las mismas razones por la
      que es inmóvil, único y eterno.

    Por ello, se concluye que el
    conocimiento que nos dan los sentidos es de lo aparente, no
    es el
    conocimiento verdadero del ser, pues a este sólo se le
    conoce por medio de la razón.

    Mecanicistas.

    Junto a la materia, los mecanicistas conciben un
    motor del
    cambio. Se da este nombre al grupo de filósofos
    presocráticos que pretenden explicar la diversidad de
    cosas existentes con base en el movimiento de elementos, es
    decir, conciben la realidad y todo lo que hay en ella, como un
    sistema de
    cuerpos en movimiento. El primero de ellos es Empédocles,
    le siguen los atomistas Demócrito, Leucipo y
    Anaxágoras.

    Empédocles: hay cuatro raíces de
    todo.

    Constituye un intento de conciliación entre lo
    que nos dicen nuestros sentidos: hay múltiples cosas en
    constante movimiento y las tesis de
    Parménides acerca del ser. El ente de Parménides es
    una esfera homogénea que no cambia. Para Empédocles
    la realidad también es una esfera, pero no
    homogénea, sino una mezcla de elementos.

    Existen cuatro elementos o raíces del todo: aire,
    agua, fuego y tierra. Estas raíces son indestructibles,
    existen desde siempre y para siempre; son eternas. Todo cuanto
    hay en el universo se ha formado a partir de la
    combinación de estas cuatro sustancias elementales, y como
    las proporciones en que pueden combinarse los elementos son
    múltiples, también los resultados posibles de tales
    mezclas son
    múltiples, por eso la diversidad de cosas en el
    mundo.

    Para Empédocles las cosas no nacen ni mueren, lo
    que verdaderamente ocurre es una mezcla y separación de
    estos cuatro elementos, un cambio de lugar de las
    partículas elementales.

    No se da nacimiento de ninguna de las cosas, ni un fin
    en la muerte; sino sólo mezcla y cambio de las cosas
    mezcladas.

    Principios del movimiento: odio y amor.

    Empédocles es el primer filósofo que
    propone la existencia de fuerzas que actúan sobre la
    materia haciendo que se unan o se separen, es decir, a que se
    muevan.

    Estas fuerzas son: el amor y el
    odio. El amor es la
    fuerza que junta unos elementos con otros para producir criaturas
    compuestas; y el odio tiende a separar los distintos elementos.
    Ambas fuerzas permanecen siempre activas, pero su predominio es
    alternativo. Según Empédocles, la evolución del mundo es un proceso circular
    que se desarrolla en cuatro periodos:

    1º. Reinado del amor. Las partículas de
    todos los elementos están completamente mezcladas, a tal
    grado que no es posible distinguir las raíces.

    2º. El odio comienza a actuar. Va logrando la
    separación de los distintos elementos; en este periodo
    aún quedan elementos distintos sin separar.

    3º. Dominio del odio.
    Los elementos distintos se han separado. En este periodo no
    existen las cosas que conocemos.

    4º. El amor reinicia. Al reiniciar su acción
    el amor, logra comenzar a combinar elementos distintos entre
    sí, cerrándose así un ciclo, para volver a
    repetirse interminablemente.

    Los mundos como el nuestro existen en las 2ª o
    4ª fase y por ello tienen grandes porciones de tierra unida
    y gran cantidad de agua y también combinaciones fortuitas
    de distintos elementos, como los animales y las plantas. Pero no
    siempre fue como ahora, pues debieron haber existido miembros
    sueltos y después seres completos pero deformes, pero en
    la lucha por la existencia sólo lograron sobrevivir los
    mejor dotados, los más eficaces, los que tenían
    logos y una estructura
    interna que les permite seguir siendo y mantenerse.

    Demócrito Y Leucipo: Todo está constituido
    por átomos.

    Leucipo y Demócrito son los máximos
    representantes del atomismo. Son los últimos
    presocráticos y la problemática de que se ocupan
    sigue siendo la naturaleza. Al igual que Empédocles
    revelan una gran influencia de Parménides y
    Heráclito.

    Para Demócrito, los elementos últimos
    constituyentes del mundo son los átomos, éstos son
    partículas materiales
    pequeñisimas en incesante movimiento que no se pueden
    percibir por los sentidos; son indivisibles, ingenerados, eternos
    y en número infinito. Son idénticos sustancialmente
    hablando. Se distinguen entre sí por su tamaño y
    forma; unos son redondos, otros angulosos, otros tienen forma de
    hoz, de ganchos, triangulares, etc.

    Así pues, las cosas duras son duras por que sus
    átomos están compactamente agrupados, y las cosas
    blandas, sus átomos están más separados
    entre sí.

    El alma también esta formada por átomos,
    pero estos son más sutiles y perfectamente
    esféricos y por ello más móviles y
    volátiles. Todo lo que existe se reduce a una substancia
    material, que son los átomos.

    Para Demócrito el nacer y el morir son algo
    aparente, en realidad se trata sólo del acercamiento o
    separación de los átomos. Y el crecimiento de los
    seres vivos se da cuando en sus pequeñas concavidades se
    insertan otras partículas sólidas,
    haciéndolos así más extensos.

    El Vacío: principio del movimiento.

    Todas las cosas y las variaciones que hay en el universo
    se explica por el cambio de posición y situación de
    los átomos. Los átomos se mueven eternamente en el
    vacío. Para Demócrito el vacío forma parte
    de la realidad, aunque es cierto que no en el mismo sentido que
    los átomos; y sin embargo es algo, puesto que existe. El
    vacío es un intermedio entre la realidad plena de los
    átomos y el absoluto no-ser de
    Parménides.

    Conocimiento.

    El conocimiento ocurre porque las cosas emiten copias de
    sí mismas, muy sutiles, formadas por los átomos
    pequeñisimos que penetran en los órganos de los
    sentidos y cuando la mente recibe una copia de los objetos, se da
    el conocimiento. Hay que recordar la importancia que en la
    filosofía de Demócrito tiene el concepto de
    vacío y reflexionar acerca de su naturaleza. Las cosas del
    mundo están constituidas por átomos que se mueven
    sin cesar en el vacío.

    Anaxágoras: hay de todo en todo.

    Anaxágoras acepta de Parménides que nada
    puede generarse de la nada y que ninguna cosa puede convertirse
    en nada. Por lo que para Anaxágoras todo existe desde
    siempre, lo que nuestros sentidos perciben como un nacer y morir
    de las cosas, en realidad sólo es una mezcla y
    separación de partículas pequeñisimas que
    han existido y existirán por siempre.

    Estas partículas diminutas son increadas, eternas
    y cualitativamente inmutables.

    Lo que inquieto a Anaxágoras fue lo que sucede en
    el fenómeno de la nutrición, pues se
    pregunta como es que se formen huesos,
    uñas, cabello, venas si no comemos huesos,
    uñas, cabello, venas; y en los animales se forman alas,
    cuernos, caparazones sino comen alas, cuernos y caparazones, y en
    vez comen plantas, carne y
    agua. Por lo que piensa que todo lo que parece nuevo, tiene que
    haber estado ya
    presente de antemano en los alimentos que
    nosotros ingerimos. Todos los elementos que forman nuestro cuerpo
    están ya en lo que comemos, aunque en partes tan
    pequeñisimas que no podemos percibirlas por nuestros
    sentidos si las tomamos individualmente, sino hasta que se
    aglomeran y caen entonces bajo nuestra percepción.

    Anaxágoras afirma que las cosas están
    compuestas por partículas pequeñisimas que
    contienen en sí partes de todo lo demás. Es decir,
    que en todos lo seres hay partículas de todas las
    sustancias que hay en el universo. A estas partículas
    pequeñisimas Anaxágoras las llamó
    SPÉRMATA, semillas. Estas partículas por muy
    pequeñisimas que sean, contienen semillas de todos los
    otros elementos, porque nunca serán tan pequeños
    para que estén compuestos por un solo
    ingrediente.

    Anaxágoras afirma que nosotros identificamos a
    las cosas conforme al elemento que predomine en ellas; es decir,
    que el elemento más abundante en las cosas
    determinará el aspecto que vemos.

    Principio Del Movimiento: el nous.

    Para Anaxágoras el responsable de la puesta en
    marcha de los spérmata es el nous. El nous da inicio al
    proceso de transformación de la materia. Antes de que se
    originara el mundo, todos los elementos formaban una mezcla; en
    esta mezcla originaria ocurrió un movimiento circular
    gracias a un impulso dado por el nous: este impulso que se
    originó en un punto determinado, fue ampliándose
    indefinidamente hasta formar el cosmos.

    El nous es algo inmaterial, lo mas puro de todas las
    cosas, al no estar mezclado no sufre influencias de nada y es
    completamente autónomo e independientemente. El nous no
    puede compararse con nada. La propiedad
    capital del
    nous es el conocer y posee toda clase de conocimiento acerca de
    todo y se funda su capacidad de ordenación y gobierno del
    universo. Gobierna no sólo sobre lo animado, sino
    también sobre lo meramente físico.

    El Conocimiento.

    Su idea de la percepción
    es contraria a la de Empédocles, pues para
    Anaxágoras las cosas se conocen por sus contrarios.
    Así por ejemplo, no percibimos que algo está
    frío si nuestra mano esta fría, pero si nuestra
    mano está caliente, entonces lo percibimos
    perfectamente.

    4. Filosofía del
    hombre.

    (periodo antropológico).

    Lo distintivo de este periodo es que el hombre
    comienza a reflexionar sobre sí mismo y deja
    momentáneamente de prestarle atención a la realidad exterior. Ahora el
    punto central de su preocupación es el objeto y la
    naturaleza de la vida humana, en lugar del mundo que lo rodea. La
    reflexión propiamente filosófica sobre el hombre
    mismo se inicia con Sócrates,
    pero antes que él y aunque de una manera meramente
    incidental, no filosófica, quienes se ocuparon de dicha
    problemática fueron los sofistas.

    Sofistas.

    En el periodo antropológico se pasa de la
    reflexión acerca de la naturaleza a la reflexión
    acerca del hombre mismo. Las razones de este cambio de interés
    son diversas, pero entre las principales podemos considerar las
    siguientes:

    1. Insatisfacción por las doctrinas de los
      filósofos naturales.
    2. La democracia
      ateniense.

    Factores como éstos hicieron posible el
    surgimiento de un grupo de pensadores como los
    sofistas.

    Originalmente la palabra sofista significa sabio, pero
    mas tarde la palabra habrá de adquirir un sentido
    peyorativo debido a aquello en lo que habrán de
    convertirse estos pensadores.

    Los sofistas no forman una escuela
    propiamente dicha, sino más bien constituyen una
    profesión. Eran maestros ambulantes que pretendían
    saberlo todo, se hacían llamar a sí mismos maestros
    de sabiduría y se ofrecían como tales a cambio
    dinero.

    Pregonan un nuevo ideal para la formación del
    ciudadano: todo aquel que quiera tener éxito
    en la vida pública habrá de saber imponerse en las
    asambleas del pueblo por medio de la palabra, habrá de ser
    capaz de convencer a los demás de lo que él quiera.
    Hablar bien y de este modo persuadir, convencer, según la
    propia conveniencia, se convirtió en lo primordial, sin
    importar que lo propuesto fuera verdadero o no. Por esto
    último se colocan tan lejos de la filosofía la cual
    esta preocupada siempre por la búsqueda de la
    verdad.

    Los temas principales de los sofistas eran aquellos
    relacionados con la vida práctica y la democracia griega,
    como son: la dialéctica, la retórica, la
    ética y la política.

    Diría Aristóteles: el sofista, parece
    filósofo pero no lo es, ya que abandona el camino de la
    verdad y cultiva la desconfianza respecto a la posibilidad de
    alcanzar el conocimiento universal y la existencia de principios
    político-morales absolutos que rijan las relaciones entre
    los hombres.

    La importancia de los sofistas no radica tanto en su
    pensamiento en sí, sino en la reacción tan vigorosa
    que provocaron sus planteamientos y en la riqueza de frutos que
    producirá esta reacción. Frente a ellos Sócrates y
    Platón
    reclamarán la verdad, el conocimiento
    verdadero.

    Protágoras: El hombre es la medida de
    todo.

    Protágoras retomó de Heráclito la
    tesis de que las cosas están sujetas a un cambio continuo.
    Y considero que lo mismo ocurre con el cuerpo humano
    y los órganos de los sentidos y por todo ello
    concluyó que el contenido de nuestra percepción es
    siempre distinta, es decir, que no podemos afirmar verdades
    absolutas.

    Conocimiento.

    Para Protágoras no podemos decir cómo son
    realmente las cosas, sino solamente cómo nos parece que
    son en un momento determinado. A cada quien le parecen las cosas
    de manera distinta.

    Según Protágoras, el hombre es la medida
    de todas las cosas, de las que son en cuanto que son, y de las
    que no son en cuanto que no son.

    Para él, el conocimiento es algo que se da en el
    sujeto, en su mente y por ello no pueden existir verdades
    universales, absolutas; es decir, que sean válidas para
    todos, porque de cada cosa se pueden decir cosas distintas o
    hasta contrarias y ambas justificarse por igual. Lo mismo ocurre
    con las costumbres y las leyes pues no son
    universalmente válidas ni eternas, sino que se siguen por
    una especie de acuerdo, por eso son distintas en cada lugar y
    época. Lo justo y lo injusto, lo bueno y lo malo son
    solamente nombres, aún cuando es necesario actuar como si
    fueran algo más que eso por la utilidad y la
    practica que tienen en la comunidad.

    Es importante señalar que la importancia de
    Protágoras para la filosofía radica en haber
    planeado por primera vez el problema del conocimiento.

    Sócrates: conócete a ti mismo.

    Algunos creían que Sócrates era un
    sofista, pero pronto dio pruebas de que
    no era así. Como ya vimos los sofistas afirmaban que la
    verdad dependía de lo que a cada quien le pareciera y por
    el contrario Sócrates afirma que el conocimiento no puede
    ser como lo dicen los sofistas, pues este es sólo un saber
    aparente; el conocimiento verdadero lo es de lo universal y es
    válido en cualquier tiempo y lugar y
    si no es así es sólo una opinión.

    La dialéctica.

    Para llegar al verdadero conocimiento, Sócrates
    emplea el método de
    la dialéctica, que consiste en una discusión
    dirigida siempre con rigor y precisión, un diálogo en
    el que se tiene siempre presente la finalidad de llegar a la
    verdad, llegar a descubrir lo que las cosas son y no sólo
    lo que parecen ser.

    La dialéctica tiene dos fases: la ironía y
    la mayéutica. La ironía la usa Sócrates para
    limpiar la mente de falsos saberes, y la mayéutica para
    sacar a la luz los
    conocimientos que están en nuestro interior. El método
    culmina cuando se llega a una definición y por medio de
    ella se adquiere el concepto universal. El concepto universal se
    obtiene mediante la observación de casos particulares que
    comparten características comunes. El conjunto de
    estas características sirven de base para construir la
    definición buscada. Esta definición no registra lo
    particular de las cosas sino lo que es común a todos los
    casos semejantes para llegar al concepto universal, que encierra
    un conocimiento auténtico y válido para todos.
    Sócrates supera el subjetivismo y el escepticismo que
    habían sembrado los sofistas, colocando nuevamente la
    filosofía en el camino de la verdad y sentó las
    bases del conocimiento
    científico.

    • La ironía. Para que los sofistas se den cuenta
      de que en realidad no saben, Sócrates utiliza la
      ironía. "Conócete a ti mismo" es siempre el punto
      de partida hacia el verdadero conocimiento. Porque al estar
      consiente de nuestra ignorancia, estaremos preparados para ir
      en búsqueda del auténtico saber.

    "Solo se que no se nada"- solía decir
    Sócrates-, aún así, superó a la
    generalidad de los hombres que no saben esto
    tampoco.

    La ironía consiste en hacer que el interlocutor
    exponga sus puntos de vista para luego mostrarle, mediante una
    serie de preguntas que está equivocado. Cuando su
    interlocutor se percata de sus errores y se daba cuenta de su
    ignorancia, Sócrates se permite continuar y pasar a las
    siguiente etapa: la mayéutica.

    • La mayéutica. Ahora Sócrates, siempre
      mediante preguntas, va a ayudar a dar a luz a la verdad
      que el interlocutor tiene dentro de sí mismo. En esta
      fase de su método se trata de sacar el conocimiento que
      el otro posee ya en su interior pero de una manera confusa y
      oscura.

    La moral.

    El centro de raflexión socrática es el
    hombre; el único en el que se da la moralidad. Incluso sus
    reflexiones acerca del conocimiento se dan siempre a
    propósito de este tema, pues el único conocimiento
    realmente importante es aquel que se refiere al hombre, a su
    vida, de la cual debe hacer una tarea moral, un
    trabajo continuo en el que busque el verdadero bien.

    El fin de Sócrates es hacer hombres mejores,
    mostrarles que no saben lo que es la virtud, el bien, la justicia, etc.
    Hacerlos consientes de su ignorancia es una manera de ayudarles
    pues cuando se den cuenta de ello, entonces se propondrán
    alcanzar ese conocimiento y, ya en posesión de él,
    sólo podrán obrar bien, porque quien conoce la
    virtud la busca; aquel que obra mal lo hace por ignorancia, por
    que cree que hace bien. Por ello se dice que el primer paso hacia
    la virtud es intelectual y el segundo moral; se trata de una
    ética intelectualista.

    Partes: 1, 2

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