Indice
1.
Introducción
2.
Aspectos Básicos del Estudio de la Andragogía y de
los Adultos de Edad
Avanzada
3. Algunos Cambios Físicos y Mentales en
los Adultos de Edad
Avanzada
4. Principales Aspectos de los Adultos de Edad
Avanzada que favorecen su Proceso de
Aprendizaje
5. Lineamientos Sugeridos para la Praxis
Andragógica con Adultos de Edad
Avanzada
7. Bibliografía
Es casi seguro que
ningún otro hecho puede influir en forma tan determinante
en el ser humano como tener la posibilidad de retrasar o detener
el proceso de
envejecimiento.
La hipótesis contenida en la afirmación
precedente, permite inferir la trascendencia que, desde tiempos
pretéritos hasta nuestra era, ha adquirido el problema de
la edad avanzada o vejez, no
sólo en el ámbito del ciudadano común, sino
también en áreas específicas del quehacer
científico.
En la actualidad, el concepto de
vejez
está siendo sometido a un proceso de
profunda revisión y exhaustivo análisis ya que el significado que por
mucho tiempo ha
prevalecido, resulta cada vez más ambiguo. Esta
situación ha determinado el surgimiento de un buen
número de conceptos, definiciones e interpretaciones en
torno a este
apasionante tema.
Esto queda evidenciado por las distintas y muchas veces
controversiales posiciones de los autores en torno a dicho
fenómeno, las cuales, por lo general están
matizadas por las características propias de las disciplinas
que profesan.
Así, en algunas especialidades médicas
consideran que el envejecimiento en los seres humanos consiste en
un conjunto de transformaciones que ocurren en el organismo de
manera tal que modifican el estado de
salud,
incapacitan y limitan las facultades físicas y
psíquicas de la persona.
Según este criterio, el fenómeno del envejecimiento
es una transformación degenerativa que se verifica a lo
largo del tiempo de vida
del ser humano.
Desde la óptica
de las Ciencias
Sociales, los profesionales de este campo del conocimiento
afirman que el envejecimiento es el resultado de los cambios
experimentados por el hombre a
través de las edades en lo que respecta a las actitudes,
capacidad biológica y las influencias del tiempo y el
ambiente.
Considerando la posición adoptada por los
científicos sociales, es evidente que, para ellos, el
envejecimiento es un proceso largo y complejo de cambios
actitudinales que se originan en la relación del hombre con su
entorno social y cultural, con lo cual se quiere dar a entender
que envejecer implica una modificación significativa del
individuo humano con respecto a su hábitat.
En otro orden de ideas, se tiene a una parte
considerable de psicólogos que sostienen como criterio que
la vejez es un concepto
indefinido que suele atribuirse a toda persona que se
encuentre en el último lapso de su vida, argumentando que
los seres humanos transitan por cuatro (4) etapas fundamentales:
infancia,
adolescencia,
edad adulta y vejez.
La posición esgrimida por los profesionales de la
Psicología, es contraria a lo que cree
mucha gente corriente, pero bien informada, cuando aseguran que
la vejez no está necesariamente relacionada con la edad
del individuo y que son muchos otros factores tales como:
sentirse inútil, pérdida de la ilusión por
la vida, deterioro físico y mental y las presiones y
limitaciones a las que están sometidas las personas por
algunos estamentos sociales, los que determinan el inicio de esa,
hasta ahora, inevitable etapa de la vida.
La pequeña muestra anterior
indica que el concepto de vejez aún no está
definido claramente ni para la gente común ni para los
hombres de ciencia y
profesionales que indagan en ese campo; es decir, puede afirmarse
que, no existe una edad determinada en la que con mucha
frecuencia ocurran hechos concretos y significativos que hagan al
ser humano ingresar a la categoría de adulto
viejo.
Aunque todo ser humano experimenta cambios,
físicos y mentales, a medida que en él se
desarrolla el fenómeno del envejecimiento, el cual se
inicia, según algunos autores, a temprana edad y culmina
con la muerte, no
ocurre lo mismo con la educación ya que
está plenamente demostrada la hipótesis con la
cual se afirma que en el ser humano se conserva casi intacta, y
de manera permanente, la facultad de adquirir nuevos
conocimientos; es decir, el hombre
puede aprender en cualquier etapa de su vida.
La proposición anterior permite sustentar
el presente estudio con el que se intenta proponer un conjunto de
lineamientos con los cuales sea posible precisar, entre otros
aspectos, las características deseables para facilitar
el aprendizaje
en adultos de edad avanzada, cuyo contenido puede ser de utilidad para los
participantes de la Maestría en Educación a
Distancia de la U.N.A. y de todo aquel que se interese en el
estudio de la Andragogía.
2. Aspectos Básicos
del Estudio de la Andragogía y de los Adultos de Edad
Avanzada
(1) Adulto
- Dícese del que ha llegado al término
de la adolescencia
(Visor,1999).
- El Código
Civil Venezolano no hace referencia al adulto; en vez de
ello, define al mayor de edad. En efecto,, en el Libro
Primero, Título I, Capítulo I, Sección I,
De las personas naturales, Artículo 18 de dicho Código, se expresa
textualmente:
Es mayor de edad quien haya cumplido dieciocho (18)
años. El mayor de edad es capaz para todos los actos de la
vida civil, con las excepciones establecidas por disposiciones
especiales.
De lo anterior se infiere que quien tenga dieciocho (18)
o más años de edad es, para efectos legales, una
persona adulta.
- La Ley
Orgánica de Educación al tratar lo concerniente al
adulto en situación de aprendizaje, en
el Capítulo X, parte del Artículo 39, dice lo
siguiente.
La educación de adultos está destinada a
las personas mayores de quince (15) años……
El contenido del mencionado artículo da a
entender que para efectos educacionales, los estudiantes de
dieciséis (16) o más años de edad, son
personas adultas.
- Según Félix Adam (1977).
Etimológicamente la palabra adulto, de la voz
latina adultus, significa crecer. El crecimiento de la especie
humana a diferencia de las demás, se manifiesta de manera
ininterrumpida y permanente desde el punto de vista psico-social
y no biológico, que finaliza en un momento dado al
alcanzar el máximo desarrollo de
su fisiología y morfología
orgánica. Se la podría definir como la plenitud
vital al que arriban los seres vivos en un momento dado de su
existencia, siendo variable según las especies
biológicas. En muchas, este estado aparece
temprano y, en otras, más tarde. El período de
crecimiento y desarrollo se
prolonga considerablemente en la especie humana y, a diferencia
de las demás, se desenvuelven en etapas sucesivas, en
forma prelativa hasta alcanzar progresivamente la
adultez.
Por lo general los autores que se dedican a estudiar
Andragogía aceptan como características del adulto,
entre otras, las siguientes: Persona capaz de: procrear, de
asumir con entereza responsabilidades en torno a ciertos asuntos
inherentes a la vida social y de tomar decisiones con plena
libertad.
- Papalia y Olds (1997), consideran que la edad del
adulto se extiende a partir de los veinte (20) años y
establecen tres (3) tipos de adultez: (1) Edad Adulta Temprana
(entre los 20 y 40 años), (2) Edad Adulta Intermedia (de
los 40 a los 65 años) y (3) Edad Adulta Tardía
(después de los 65 años de edad), siendo
ésta la última fase de la vida de la
persona.
Todo lo expresado permite afirmar que, hasta el
presente, no ha existido acuerdo entre lo investigadores cuando
han tenido que definir al adulto y asignarles las edades
correspondientes a sus diferentes etapas vitales. Para efectos
del presente trabajo, se considera adulto a todo individuo de
dieciocho (18) o más años de edad,
independientemente del lapso de vida en el que se
encuentre.
(2) Andragogía
- La Andragogía es la ciencia
y el arte que,
siendo parte de la Antropogogía y estando inmersa en
la
Educación Permanente, se desarrolla a
través de una praxis fundamentada en los principios de
Participación y Horizontalidad; cuyo proceso, al ser
orientado con características sinérgicas por el
Facilitador del aprendizaje,
permite incrementar el pensamiento, la autogestión, la
calidad de
vida y la creatividad del Participante adulto, con el
propósito de proporcionarle una oportunidad para que
logre su autorrealización. (Alcalá,
1997)
Aunque la definición anterior está
referida al adulto sin especificar límites de
edad, con frecuencia se suele admitir que la Acción
Andragógica abarca el lapso de vida del individuo desde
los dieciocho (18) años hasta el último momento de
su edad más tardía. En lo sucesivo, en este
escrito, se considerará como Adulto Participante a toda
persona que, en situación de aprendizaje, tenga cualquier
edad comprendida en el lapso de vida mencionado.
(3) Praxis Andragógica
El autor de este trabajo, la define como:
- Un conjunto de acciones,
actividades y tareas que al ser administradas aplicando
principios y
estrategias andragógicas adecuadas, sea
posible facilitar el proceso de aprendizaje en el adulto.
(Alcalá, 2.000)
La Andragogía proporciona la oportunidad para que
el adulto que decide aprender, participe activamente en su propio
aprendizaje e intervenga en la planificación, programación, realización y evaluación
de las actividades educativas en condiciones de igualdad con
sus compañeros, participantes y con el facilitador; lo
anterior, conjuntamente con un ambiente de
aprendizaje adecuado, determinan lo que podría llamarse
una buena praxis andragógica.
(4) Horizontalidad
- Puede entenderse como una relación entre
iguales y más explícitamente como una
relación compartida de actitudes
y de compromisos hacia logros y resultados exitosos. Es una
relación entre iguales que se entienden mutuamente,
con una comprensión y un entendimiento que generan
compromiso por metas comunes y objetivos
individuales que no son vistos como "del otro" o "ajenos",
sino propios, míos o nuestros. Por los cuales un
individuo va a trabajar y ayudar a que "el otro" llegue hasta
donde sus potencialidades se lo permitan. Del mismo modo y al
mismo tiempo él logrará llegar. Por esta
horizontalidad los participantes sea cual sea su rol,
estarán en mayor capacidad de interpretar y respetar
el autoconcepto que cada uno tiene de sí mismo.
(Torres P.; Fermín I. y otros, 1994).
(5) Participación
- La participación es entrega. La
participación debemos entenderla como la acción
de tomar decisiones en conjunto o tomar parte con otros en la
ejecución de una tarea determinada. La
participación es el acto de compartir algo: es un dar y
recibir, involucrarse en un proyecto
común. Es buscar explicaciones a los indicios de temor,
desconfianza, incomunicación, competencia.
Revisar con frecuencia las metas, adaptarlas o cambiarlas. Es
oír sugestiones, compartir liderazgo,
tomar en cuenta motivaciones y capacidades personales; es
aportar. (Adam, F. 1987)
Los principios de horizontalidad y participación
son los fundamentos de mayor relevancia de la praxis
andragógica.
La horizontalidad se fundamenta en el hecho de que tanto
el facilitador como el participante poseen, entre otros aspectos,
adultez y experiencia, factores tales que al interactuar con
criterio andragógico contribuyen a propiciar acciones
relevantes para un aprendizaje efectivo.
La participación permite asegurar que cuando el
grupo de
participantes, debidamente motivado, emprende una actividad,
ésta resulta más fácil si en la misma
intervienen activamente todos sus miembros. Al finalizarla queda
la satisfacción de que el éxito y
los beneficios logrados constituyen el producto de un
trabajo en
equipo.
(6) Envejecimiento
- Transformación continua, durante toda la
vida, de un organismo (biomorfosis). La rama de la ciencia
que se ocupa del proceso del envejecimiento se denomina
gerontología, mientras que la geriatría
constituye la medicina
de la vejez. La vejez es hereditaria; la longevidad materna y
paterna conlleva una edad alta de los descendientes. No
existe ninguna medida absoluta de envejecimiento
biológico, ya que los órganos del cuerpo
envejecen cada uno de forma diferente. (Visor,
1999). - Fernández Ballestros, Fresneda y otros
(1999), opinan: En realidad, el proceso de envejecimiento
empieza cuando se inicia la vida, de forma tal que no hay
vida orgánica sin envejecimiento. Así,
podría decirse que el envejecimiento es vida y vivir
conlleva, necesariamente, envejecimiento. A lo largo de ese
proceso se producen unos patrones de cambio y
de estabilidad así como de desarrollo y
declive.
(7) ¿Qué es un viejo?
La mejor respuesta a esta pregunta se encuentra en el
libro Creatividad en
la Tercera Edad (1998):
- La palabra latina vetus (relacionada con la griega
etos=año) significa añejo, de años; y en
una etapa posterior se refirió a los muchos
años. Parienta próxima suya es la palabra
vetusto. - Anciano, viene de antianus, y ésta de ante
(como Martianus viene de Marte). Significa, pues, "el de
antes", "la persona de antes". - Otra palabra latina es senex, de donde derivan
senetud, senado y señor. Señor traduce la forma
senior, que la lengua
inglesa aún conserva. - En griego, guérontes significaba por igual
los ancianos o los jefes o el senado. El adjetivo gueraios
quiere decir venerable, y el verbo guerairein quiere decir
honrar. - También en griego, presbytes sigificaba
viejo. De esta palabra derivan presbicia y
presbítero.
Actualmente existe una fuerte tendencia a devaluar la
vejez, lo cual ha determinado el surgimiento y uso frecuente de
varios eufemismos para referirse a ella sin nombrarla tales como:
la tercera edad, los viejitos, la edad de la fruición, los
años dorados, el otoño, los abuelos.
En este documento escrito se utilizan, preferentemente,
las expresiones: Adultos de la tercera Edad o Adultos de Edad
Avanzada.
(8) Personas de Edad Avanzada
- Las personas de edad avanzada o de la tercera edad,
constituyen un grupo
diverso muy complejo, cada vez con mayor cantidad de miembros,
con fortalezas y debilidades individuales, con un gigantesco
inventario de
experiencias, con su propio carácter
especial, con sus tareas específicas de desarrollo y con
muchas y variadas oportunidades para continuar su crecimiento
educativo, psicológico y social. - En el presente estudio, las personas de la tercera
edad o de edad avanzada, estarán conformadas por adultos
sanos desde sesenta (60) hasta ochenta (80) años de
edad.
(9) Tasas de Mortalidad
- El aumento relevante en la expectativa de vida a
partir de comienzos del siglo XX, evidencia una notable
disminución en la tasa de mortalidad; paralelamente se
han manifestado cambios ocurridos en las más importantes
causas de muerte. Han
ocurrido menos muertes en tiempos próximos al nacimiento
y como resultado de enfermedades infecciosas,
y una mayor cantidad de defunciones debidas a ciertas
condiciones de salud relacionadas con la
edad. - Las enfermedades del corazón
continúan siendo, la primera causa de muertes de
personas de más de sesenta y cinco (65) años.
Otras causas de muerte en
personas de edad avanzada son: cáncer (22%), y
apoplejía (10%), seguidos por neumonía,
influenza, diabetes,
accidentes,
ateroesclerosis, enfermedades del riñón,
infecciones bacteriológicas y septicemia. Las muertes
debidas a enfermedades del corazón
y apoplejía han descendido en los últimos
cuarenta (40) años pero las defunciones ocasionadas por
el
cáncer han aumentado considerablemente. - Los investigadores del área de la salud han
determinado que si los avances de las ciencias
médicas lograran eliminar el cáncer como una
causa de muerte, es bastante probable que el promedio de vida
aumentaría en dos (2) años; pero si fuera posible
evitar las muertes ocasionadas por las enfermedades del
corazón, se sumarían cinco (5) años a la
esperanza de vida de las personas de edad avanzada.
3. Algunos Cambios
Físicos y Mentales en los Adultos de Edad
Avanzada
(1) Visión
- La presbicia, entendida como la dificultad que tiene
una persona para ver las cosas de cerca, se puede corregir
usando anteojos o lentes de contacto; de esta manera, la
mayoría de las personas de la tercera edad que padecen
esta enfermedad, pueden ver bien. - Una gran cantidad de adultos de edad avanzada tienen
problemas
para ver claramente niveles de profundidad y el color. Algunos
presentan serias dificultades para leer escritos con letras muy
pequeñas o muy grandes, ejecutar tareas cerca de los
ojos, seleccionar objetos y comprar alimentos. - Conducir automóviles es muy riesgoso,
especialmente en la noche, debido a que los ojos de las
personas de edad avanzada no pueden adaptarse bien a la
luz
deficiente o tenue, son bastante sensibles a la luz directa e
intensa, y tienen mucha dificultad para situar y leer
señales de tránsito. Además de los
problemas
mencionados, los trastornos de la visión pueden causar
accidentes
dentro y fuera del hogar.
(2) Audición
- Dificultad progresiva para oír
bien. - Limitación para escuchar una
conversación cuando hay ruidos. - Aunque muchas personas oyen perfectamente bien
durante toda su vida, la mayoría inicia la
pérdida de la función
auditiva de manera gradual a partir de los veinte (20)
años. La disminución de la capacidad auditiva
normal comienza con las frecuencias más altas y, a los
sesenta y cinco (65) años también se afectan las
frecuencias más bajas.
Existen varias soluciones
efectivas a los problemas de audición que presentan muchos
adultos de la tercera edad lo cual facilita el proceso
orientación-aprendizaje de este importante sector
social.
(3) Fortaleza
- Las personas de la tercera edad son capaces de hacer
la mayoría de las actividades que realizan las de mucho
menos edad, pero las llevan a cabo con bastante lentitud. Por
lo general, estos adultos tienen menos fortaleza que la que
tenían en su juventud; en
consecuencia, presentan dificultades para hacer tareas que
requieren resistencia.
Estos problemas pueden superarse con un adecuado entrenamiento
físico.
(4) Esqueleto y Músculos
- Se encorva la columna vertebral.
- Disminuye la estatura.
- Las funciones
musculares se deterioran en proporción mayor cuanto
menor haya sido la actividad física desarrollada
en edades anteriores.
(5) Sistema
Nervioso
- Alrededor de los treinticinco (35) años mueren
diariamente miles de los varios millones de neuronas que tienen
los seres humanos. - La muerte de tantas células
corticales determina un deterioro de los reflejos y torpeza al
ejecutar los movimientos propios del cuerpo. - Este fenómeno produce una disminución
de oxígeno cerebral.
(6) Memoria
- Aunque en la edad avanzada la función
más afectada es la memoria
de lo ocurrido recientemente, existe una compensación
efectiva basada en una actitud
serena y una adecuada capacidad de juicio.
Si las enfermedades mentales se tratan a tiempo y
adecuadamente, es muy probable una mejoría significativa
de los pacientes.
4. Principales Aspectos de
los Adultos de Edad Avanzada que favorecen su Proceso de
Aprendizaje
- Por lo general el adulto de edad avanzada tiene una
actitud muy
abierta en su relación con las personas. La
cooperación, los deseos de participar, la
aceptación de los demás, las actividades de
relación y la creatividad solidaria, son factores de
mucha importancia para lograr un aprendizaje
andragógico. - El concepto de libertad en
el adulto de la tercera edad se expresa como la capacidad de
asumir sus propios condicionamientos. Las aptitudes para
corresponder, apreciar, respetar y estimar se fundamentan en
la
comunicación de aquel que queriéndose a si
mismo quiere al otro. Sentirse libre facilita la praxis
andragógica. - La creatividad consiste en combinar y transformar
elementos para producir algo novedoso. Las personas de la
tercera edad suelen tener un rico inventario que
les permiten ser creativos en historia, psicología,
política, educación, arte y ciencia. - Las grandes organizaciones
se administran con experiencia, reflexión, prestigio,
equidad, juicio y sindéresis; estas cualidades se
acrecientan en la edad avanzada; las características
mencionadas permiten a esos adultos, además de
desempeñarse como buenos gerentes, ser exitosos en
actividades relacionadas con su crecimiento
educacional.
5. Lineamientos Sugeridos
para la Praxis Andragógica con Adultos de Edad
Avanzada
- El facilitador de adultos debe tener en cuenta que no
se aprovecha, ni se memoriza, ni se aprende igual cuando se
está desmotivado, aburrido, desinteresado o indiferente
a cuando se permanece bastante activo o dinamizado mental,
intelectual, corporal y emocionalmente durante el proceso
orientación-aprendizaje.
l En la praxis
andragógica, el facilitador deja de ser la figura
central del proceso de aprendizaje; a tal efecto, destierra la
jerarquía lineal y rígida a la que el estudiante
está acostumbrado para pasar a desempeñar un
nivel compartido con el adulto de edad avanzada en
situación de aprendizaje, interacción que debe
caracterizarse por ser motivante, intercambiable y dinámica.
l El
facilitador del aprendizaje de adultos de la tercera edad, debe
saber que las investigaciones
científicas más recientes han determinado que las
personas pueden retener cerca del 98% de sus capacidades mentales hasta los
80 años siempre y cuando en ellas no existan deterioros
físicos. Los estudios también demuestran que los
apoyos y estímulos pueden impulsar el desarrollo
continuado en los adultos de edad avanzada.
l El andragogo
que labora con adultos de edad avanzada, debe tener presente
que en la vejez existe una diversidad muy marcada en lo que
respecta a los diferentes aspectos de su comportamiento (curiosidad, cortesía,
memoria,
atención, timidez, espontaneidad y
extraversión). Esto permite afirmar que a medida que
envejecen, los seres humanos son muy diferentes entre
sí. Existen infinidad de personas que mantienen sus
capacidades funcionales, su vigor físico y sus
capacidades intelectuales hasta edades muy avanzadas de su vida
en contraposición a muchas otras que se recluyen en sus
casas y presentan enfermedades severas, como la demencia y el
mal de Parkinson.
l Ayude al
participante a utilizar su memoria con
mayor provecho. Por ejemplo: presente información útil para el aprendizaje
haciendo uso de medios
diferentes: escrito, hablado, radioeléctrico, televisivo
y electrónico, entre otros. Tenga mucha paciencia e
infórmese adecuadamente con relación a los lapsos
de memorización de las personas de edad
avanzada.
l Amplíe
su dossier de conocimientos en función de la experiencia
de la persona de edad avanzada especialmente en lo que se
refiere a lo aprendido durante su vida, su sabiduría,
sus vivencias y su vasto caudal de recuerdos. Todo esto ayuda a
mejorar la praxis andragógica
correspondiente.
l El
facilitador del aprendizaje, además de ser experto en su
área, debe tener sólidas competencias
para acercarse, comunicarse, aproximarse, llegar y contactar a
su complejo auditorio a fin de cautivarlo, entusiasmarlo y
estimularlo para que sea capaz de procesar y perfeccionar lo
que se le transmite, en aprendizaje real, pertinente, efectivo
y de utilidad
inmediata, para que mejore métodos,
aptitudes, destrezas, actividades, tareas, hábitos,
habilidades y competencias.
l El andragogo
es mejor facilitador del aprendizaje, cuando planifica y
ejecuta actividades interesantes, pertinentes y oportunas que
garanticen al adulto que aprende sentirse atendido
integralmente y que pueda percibir claramente que su
participación en las diferentes tareas está en
función de intereses, necesidades y deseos tanto de su
persona como las del resto de grupo que lo
acompaña.
l El
facilitador debe garantizar un ambiente acogedor, humanizado y
estimulante; para éllo, se ocupará de organizar
físicamente el lugar donde se realizarán las
actividades de aprendizaje para que resulte atractivo,
motivante, inspirador, agradable, con espacio suficiente para
que los participantes interactúen, tengan libertad de
ubicación y puedan desplazarse cuando lo deseen.
Además de lo mencionado, son necesarias condiciones
adecuadas de iluminación, ventilación y
ubicación alejada de ruidos molestos.
l El
facilitador del aprendizaje en el adulto de la tercera edad
debe proporcionar soluciones a
situaciones que puedan conducir al grupo:
- A tener temor de emprender una
actividad. - A evidenciar dudas frecuentes para tomar decisiones
trascendentes. - Al frecuente verbalismo de un integrante del grupo
que intenta callar al participante tímido. - A crear permanente desconfianza ante la
colaboración que pueda prestar cualquier
participante. - A que cualquiera del grupo intente sobresalir con
prepotencia para tratar de minimizar las acciones relevantes
de los otros participantes.
l La
experiencia acumulada por el adulto le permite a éste
construir las formas con las cuales se enfrentará a la
nueva experiencia; para éllo, primero selecciona la
información y luego procede a determinar
conceptos, aplicaciones, significados, valores,
aptitudes, estrategias y
destrezas que sean las más adecuadas a sus intereses
inmediatos. El facilitador debe saber esto para lograr un
aprendizaje eficiente y productivo.
l Algunas veces
la experiencia pasada del adulto puede presentarle problemas al
tratar de relacionarla con el nuevo aprendizaje. Muchos no
perciben las conexiones entre las experiencias pasadas y las
situaciones actuales; para ellos, sólo muy pocos
aspectos del pasado son relevantes. En estos casos, el adulto
aprendiz necesitará que el facilitador haga uso de
medios
audiovisuales, comparaciones, experiencias pertinentes,
analogías y simulaciones, para que el aprendizaje pasado
pueda tener mayor importancia en su quehacer
educacional.
l El andragogo
que labora con adultos de la tercera edad, debe crear
conjuntamente con sus participantes en el proceso de
aprendizaje, experiencias que permitan solidificar e
incrementar la sinergia, la
cooperación, el apoyo mutuo, el interés
en lo que se hace, el trabajo
en grupo y la innovación como metas importantes para el
logro de una sana y efectiva competitividad.
l El andragogo
de adultos de edad avanzada debe tener muy claro el hecho de
que, aunque existen algunos aspectos comunes en la experiencia
humana, cada persona es un ser individual, y que la
individualidad aparece más acentuada en los años
más tardíos de la vida.
6. Conclusiones y
recomendaciones
- En la era actual se está observando un
fenómeno demográfico único en la historia de la humanidad,
ocasionado por el conjunto de personas con edades comprendidas
entre los 60 y 80 años denominado de la Tercera Edad, o
Edad Avanzada, que está experimentando un aumento
numérico nunca antes registrado en los anales de la
dinámica poblacional mundial. - Lo expresado en este trabajo, debe tenerse en cuenta
para entender y considerar, con interés
y gran responsabilidad, que los adultos de edad
avanzada no son un insignificante estrato marginal de la
sociedad,
sino que constituyen un grupo social muy relevante que requiere
con urgencia investigarse, planificarse, atenderse y
educarse. - El desarrollo físico del hombre llega
a su máximo aproximadamente a la edad de treinta (30)
años, pero el crecimiento de la mente humana parece no
tener límites. Muchos adultos de la tercera edad cambian
cada vez más sus empleos y profesiones y
continúan progresando de muchas maneras especialmente
cuando reingresan al sistema
educativo. - Cada adulto de edad avanzada en situación de
aprendizaje reingresa al proceso educativo con un modelo
propio y preciso de la realidad, pero también trae,
conjuntamente, intereses, necesidades, inquietudes, objetivos y
metas personales. - Las estrategias de aprendizaje dirigidas a
participantes adultos de la tercera edad, deben ser compatibles
con la realidad del grupo y han de ser aplicadas adecuadamente
con el propósito de promover la actividad creadora y
experiencial de los participantes para consolidar sus
intereses, objetivos y metas. - Muchos educadores piensan que todo lo que van a hacer
en la actividad docente consiste en impartir
información, presentarse como un modelo a
seguir por los participantes o de capacitar personas para
ejercer ciertas funciones en la
sociedad.
Tales profesionales no tienen una clara distinción entre
el aprendizaje y las funciones de orientación,
facilitación y consejería; esto significa que se
espera que los educadores de adultos de la tercera edad
deberían manifestar un interés activo, una
acción permanente y un intercambio inteligente en las
vidas de las personas con las cuales interactúan
andragógiamente. - El aprendizaje del adulto de edad avanzada,
constituye un aspecto fundamental y continuo de su conducta que
absorbe los más importantes rangos de la experiencia
humana y los principales grupos de la
sociedad. Guarda correspondencia con experiencias de
aprendizaje sistemáticas, organizadas y secuenciales que
han sido planificadas y programadas con la finalidad de
satisfacer necesidades e intereses, de aquellos adultos a los
que se ha hecho referencia. - Contrariamente a lo que la gente cree, la edad
avanzada no necesariamente es sinónimo de enfermedad. Es
innegable que muchos ancianos padecen de males crónicos
tales como el cáncer, la artritis, y las enfermedades
cardiovasculares y respiratorias. Pero son pocos los que, aun
cuando se benefician de los avances de la ciencia médica
moderna, se hallan totalmente incapacitados antes de los
ochenta (80) años de edad. Los investigadores en el
campo de la geriatría, han comprobado que la
mayoría de las personas de la tercera edad se mantienen
activos, a
pesar de sus dolencias. - La jubilación puede ayudar, a las personas que
han estado
desempeñando una profesión, a entender que
aún pueden tener otras ocupaciones. En estos casos, es
muy importante considerar la educación como un proceso
que dura toda la vida. Los cursos de
entrenamiento y
actualización, las Universidades Abiertas, la
Andragogía, y las Universidades de la Tercera Edad deben
satisfacer estas necesidades. - Sería muy conveniente que los andragogos
que laboran con adultos de edad avanzada, tengan
conocimientos relacionados con las siguientes disciplinas:
Geriatría, Gerontología, Sociología de la Vejez y
Psicología de la Vejez.
- Sería muy conveniente que los andragogos
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Resumen
Actualmente, científicos, ingenieros,
médicos, psicólogos, economistas, políticos,
sociólogos, trabajadores sociales, entidades bancarias,
compañías de seguros y
medios de
comunicación de masas, entre otros sectores de la
sociedad, están muy interesados en el estudio del
fenómeno de la vejez. Este significativo interés,
cada vez mayor a nivel planetario, probablemente surge como una
de las posibles respuestas a las múltiples consecuencias,
de diversa índole, que origina la creciente
problemática del envejecimiento de la población mundial. La educación,
dentro de su ámbito de acción, no ha sido
insensible ante la situación planteada y es por ello que
muchos facilitadores, a través de actividades y
estrategias propias de la Andragogía, han venido
administrando, desde hace varias décadas, el proceso
orientación-aprendizaje al adulto en cualquier etapa de su
vida. El objetivo de
este artículo es presentar un conjunto de lineamientos,
fundamentados en teorías, revisión
bibliográfica pertinente y experiencias personales del
Autor, que permitan caracterizar la praxis andragógica en
personas de edad avanzada, las cuales, para efectos de este
estudio, son aquellos adultos en situación de aprendizaje
cuyas edades oscilan entre sesenta (60) y ochenta (80)
años.
Autor:
Adolfo Alcalá
Ingeniero Civil y Doctor en Andragogía.