Indice
1.
Introducción
2. Descripción De La
Moneda
3. Clasificación
Tipológica
4. Comentario
Histórico
5. Valoración y posibilidades de
estudio, Conclusiones
6. Bibliografía
Consultada
Frente a las creencias de la historiografía
tradicional que aseveraba la total unión de los reinos
cristianos bajo el poder de los
reyes católicos existe hoy, la firme creencia de que si
bien se admite que todos los reinos cristianos tuvieron una
única corona no hubo transcendentes cambios en sus
estructuras
sociales o institucionales.
Lo que he intentado en este trabajo es encontrar una
pieza (en este caso monetaria) que remita tanto al pasado
medieval como al futuro moderno. En este sentido, el real de
plata es una de las piezas características del reinado de los reyes
católicos y al mismo tiempo aglutina
muchas de las características propias de la numeraria
medieval. Tal y como yo la entiendo funciona como bisagra a
camino entre la edad medieval y la edad moderna.
En este trabajo la hemos tratado como un elemento material y real
que testifica a favor de ese cambio de
generación ligado a los reyes católicos. Al mismo
tiempo he
querido poner de manifiesto que la clasificación entre
edad moderna y
medieval no transciende en un año o dos sino que es
resultado de un proceso que
tiene su traducción no sólo en las estructuras
políticas sino en las realidades
monetarias. Muy lejos de ser un trabajo exhaustivo de investigación, vamos a intentar desnudar de
significado una moneda entendida como fuente de investigación histórica.
2. Descripción De La Moneda
Anverso: Es la cara principal de la moneda en esta
ocasión no esta representada una figura de los gobernantes
sino el escudo de ambas coronas.
Reverso: Es la parte posterior de la moneda en esta
ocasión representada por la simbología principal de
los reyes católicos es
decir, el yugo y las flechas.
Borde: es el perímetro exterior de la moneda,
también conocido como canto, en este caso define la forma
circular de la moneda, es irregular y carece de leyenda o
decoración alguna.
Gráfila: es el cordoncillo que delimita los espacios de la
moneda. En este caso existe una interior y carece de un
periférica que suele ir sobre la leyenda. Suele tener un
carácter funcional. Protege al tipo de la
moneda del desgaste o usura.
Campo: Es la parte interior de la moneda carente de
decoración e impresión alguna. El real de plata
tiene un anverso con un campo muy limitado pues el escudo ocupa
casi toda la superficie, y en el reverso, tenemos bastante
más espacio aquel que nos deja la decoración
vegetal y el símbolo de los reyes
católicos.
Tipo principal: Representado por las figuras en relieve del
escudo de los reyes católicos.
Tipo secundario: En el anverso, representado por el yugo y las
flechas.
Leyenda: Anverso: "Fernandus et Elisa
Reverso: "Rex et regina de Castella legina"
Según G. Bauer:
Bauer distingue entre dos grandes ramas de fuentes
históricas. Por un lado, las fuentes en un
sentido amplio y por el otro lado las fuentes históricas
en el sentido amplio. El real de plata se encuentra dentro de las
fuentes históricas en el sentido estricto. Estas fuentes a
su vez se clasifican en tres grupos: las
fuentes transmitidas oralmente, las fuentes transmitidas por
escrito o impresas y las fuentes transmitidas por medio de la
representación plástica. El real de plata pertenece
a estas últimas, encuadrándose dentro de las que
afectan a la vida práctica.
Según R. C. Van Caenegem:
Este autor distingue cuatro tipos de fuentes, textos
narrativos (en sentido estricto), cartas y tratados,
escritos polémicos y jurídicos, documentos y
actas; y documentos
fiscales y socioeconómicos. Desafortunadamente, o bien no
poseo información referente a su
clasificación para este tipo de fuentes o bien es que nos
son contempladas dentro de su clasificación
tipológica.
Según L. Genicot:
Es la clasificación tipológica más
importante puesto que abarca un espectro de posibilidades de
documentación histórica muy amplio.
Básicamente distingue dos tipos de fuentes: las fuentes no
escritas y las fuentes escritas. El real de plata dentro de las
fuentes no escritas iría situado en la
subclasificación de fuentes documentales que distingue:
Arquitectura,
Artes figurativas, Artes industriales y otros objetos. Dentro de
estos últimos es donde se sitúa la pieza objetos de
estudio.
Según Ruiz de la Peña:
Al igual que ocurre con Van Caeneghem me he enfrentado
con la imposibilidad de establecer una clasificación
coherente a la luz de mis
datos. Es
posible que o bien considere que este tipo de fuentes no aporten
información relevante o bien que se
encuentre insertadas dentro de un espacio que no he sabido
descifrar.
Para poder extraer
conclusiones razonadas sobre el desarrollo
histórico de este tipo de fuente considero evidente hacer
una contextualización de tipo histórico. Cuando te
adentras en el estudio de piezas monetarias de esta época
es muy fácil entrar en un entramado bastante farragoso de
valores y
ponencias. Al no existir el patrón oro ni el banco de España, es
muy difícil establecer el valor preciso
de una moneda, si además tenemos en cuenta que en
numismática medieval las monedas perviven a lo largo de
los siglos y las acuñaciones no son puntuales sino que
además varían constantemente de tipo en un anverso
o en el otro resulta tarea casi imposible establecer un análisis concreto y
puntual. Además esta pieza en concreto, tuvo
numerosísimas traducciones en América
a lo largo del S. XVI. En este trabajo, nos hemos limitado a
hacer un desarrollo
temporal y espacial muy concreto y siempre limitado a las
autoridades que la emanaron y a los propios protagonistas que las
manejaron en un principio.
El escenario histórico abarcaría
aproximadamente desde la boda de Isabel y Fernando en 1469 hasta
el nacimiento del nuevo siglo. Pese a que anteriormente Enrique
IV ya había acuñado reales de plata es durante el
reinado de los reyes católicos donde adquieren su
significado verdadero.
Entre 1475 y 1480, los sectores de la nobleza contrarios
a Isabel inician una guerra en el
interior de Castilla contando con respaldo portugués
puesto que Alfonso V pretende defender los derechos de su sobrina Juana
y con ello evitar el relativo aislamiento ibérico al que
Portugal se vería sometido con una posible unión
Castellano
Aragonesa. Los rebeldes también cuentan con el apoyo de
Luis XI de Francia que ve
en la guerra
castellana un medio de perturbar a su adversario, el rey de
Aragón.
Esta coyuntura nace cuando el 15 de Enero de 1475 se
firma la sentencia arbitral o Concordia de Segovia entre Isabel y
Fernando sobre el gobierno conjunto
de Castilla. Este es un hecho relevante para nuestro estudio
puesto que es aquí donde se fija el escudo de armas de los
reyes católicos que queda representado en el real de plata
y en otras monedas.
El matrimonio regio
consigue desbaratar militarmente a sus adversarios y sentar las
bases para la pacificación de Castilla, la
reorganización de las instituciones
de gobierno, las
relaciones de la monarquía y la nobleza, en un sentido
plenamente favorable a la libertad de
acción política de los
reyes, extendida por igual a toda la corona: destacan las medidas
tomadas en las Cortes de 1476 y 1480. Rompen también los
reyes la actitud
distante que hasta entonces había mostrado hacia ellos la
Santa Sede y, a partir de 1478, inician las grandes líneas
de política
eclesiástica. Aquel mismo año se había
llegado a una paz con Francia que,
sin embargo había ocupado ya Rosellón y
Cerdaña. A comienzos de 1479 muere Juan II y Fernando
accede al trono aragonés: la unión dinástica
es ya un hecho. Unos meses después, se firma la paz con
Portugal y se abre una época de buenas relaciones; en el
tratado de paz se reconoce entre otras cosas, la plena
incorporación de las Canarias a la Corona de
Castilla.
Con los Reyes Católicos se inició la
homogeneización del sistema monetario
peninsular, a partir del modelo
aportado por la economía mas fuerte:
la de la Corona de Castilla. Cada uno de los reinos no
castellanos continuó teniendo sus monedas. Pero en 1497 el
patrón básico del sistema se
fijó en torno al
"excelente" (de oro y llamado ducado desde 1504), el real (plata)
y la blanca (vellón). La unidad de cuenta castellana, el
maravedí, establecía la relación entre los
diferentes tipos de monedas: el ducado valía 375
maravedís, el real 34 y la blanca 2'5. A partir de tales
equivalencias, se acuñaron monedas diversas: de dos,
cuatro o mas ducados; los reales y sus múltiplos, el mayor
de los cuales era el real de a ocho, o fracciones, como los
medios reales;
y otra serie de monedas de vellón. En 1535 se introdujo
una nueva moneda de oro de menos peso y ley que el
ducado, con la finalidad de igualar la moneda de oro castellana
con la de otros países y evitar su fuga al exterior. Dicha
moneda fue el "escudo" o "corona" (350 maravedís), con lo
que el ducado dejó de acuñarse y se
convirtió en moneda de cuenta. Los Reyes Católicos
fijaron un límite máximo a la cantidad de
vellón circulante, con lo que establecieron un sistema
estable, que funcionó
prácticamente durante todo el siglo XVI.
Antes de nada, conviene indicar que la moneda objeto de
análisis posee unos tipos y una
acuñación que no es exclusiva de esta pieza sino
que los mismos tipos fueron acuñados por monedas de
diverso valor a lo
largo de todo el S. XVI y que hemos elegido esta por ser la
primera de estas características que se
acuñó.
De tal manera que antes de esta nueva
acuñación, había real, medio real, cuarto y
sexto de real de plata de once dineros y cuatro granos de
ley y talla de
sesenta y seis piezas de un real por un marco desde Pedro I. Los
reyes Enrique II, Juan I, Enrique III, Juan II y Enrique IV,
labraron los suyos a la misma ley y talla.
El análisis histórico de la moneda empieza
por reconocer las características externas. Los bordes
recortados indicarían una doble acuñación en
primer lugar se haría el tipo y la leyenda del anverso y
posteriormente la del reverso. Por una cuestión temporal
es muy probable que estas monedas fuesen acuñadas y no
fundidas además no se aprecian las características
propias de la fundición de monedas. Quizá lo
más relevante para el
conocimiento histórico sea la composición
simbólica de la moneda así tenemos un anverso
compuesto por la leyenda "Fernandus et Elisa". Haciendo clara
referencia a la autoridad que
legitima la moneda. En este caso, Fernando de Aragón e
Isabel de Castilla. En el interior está el tipo
representado por un escudo cuadrilongo los símbolos
alternados de los reinos de ambos monarcas: Castilla,
León, y Aragón. Sicilia queda representada en un
triángulo inferior mediante una flor de lys. Todo
él está timbrado con la corona real a la que
posteriormente y ya en época moderna se le
añadirá el águila de San Juan.
El reverso esta formado por una leyenda que reza: "Rex
et regina de Castella legina" aunque esta última palabra
no esta muy clara en las representaciones oficiales, es cierto
que por comparación con monedas de la misma época y
autoridad,
vemos que en todas hace referencia a las "legiones" o tropas de
la reina Isabel y de Fernando, aunque las de este último
no suelen estar muy explícitamente representadas
quizá por vinculación directa con las
capitulaciones que suscribió el rey Fernando en
relación directa con su matrimonio. Lo
que si que está claro es que los reyes se sirven de esta
moneda no sólo para legitimar su valor sino para dar
notoriedad pública de su gobierno y potestades propias. El
tipo está representado por un yugo por Isabel y un haz de
flechas por Fernando. Una serie de motivos vegetales que unifican
ambos símbolos complementan el tipo monetal. Por
última lleva inscrita una "B" que probablemente haga
referencia a la ceca que fabricó esa moneda. Analizando
las cecas existentes podemos descartar la de Barcelona puesto
que normalmente acuñaba moneda propia el condado
catalán por lo que probablemente fuese acuñada en
Burgos.
Por último, en un sentido plenamente
genérico, esta moneda fue de gran importancia porque
servirá de modelo para
establecer los valores
monetarios hasta el S XIX. De alguna manera, se podría
decir que fue el patrón oro monetario de la España
moderna.
5. Valoración y
posibilidades de estudio, Conclusiones
Pienso que es una fuente maravillosa para el conocimiento
de aspectos relacionados con la Historia. Es una fuente
útil para conocer la historia del
arte. Es la base de los estudios de circulación
monetaria. Su aparición en porcentaje y número en
yacimientos es indicativo del nivel de vida de un lugar. Es una
fuente muy útil para el estudio de la iconografía y
la simbología, asimismo puede servir de apoyo para
estudios heráldicos y de genealogía real. Por otro
lado, es uno de los exponentes más directos sobre el
pensamiento
real y la doctrina de las clases dirigentes. No hay que olvidar
que en numismática ninguna representación es
aleatoria o casual.
La numismática en general, es considerada como
ciencia
auxiliar de la historia. Lo que he podido
comprobar a través de este trabajo, es que frente a un
aluvión de estudios sobre numismática antigua,
existen muy pocos sobre numismática medieval. Me imagino
que será por la tan cuestionada falta de fuentes que
tenemos sobre época antigua, pero ¿no ocurre algo
parecido con la Alta Edad Media?.
También es posible que si que existan abundantes fuentes
pero yo no ha tenido la suficiente destreza para dar con
ellas.
Como ya se ha indicado anteriormente las posibilidades
de estudio de esta moneda son bastsante amplias, máxime si
tenemos en cuenta la largo duración de su
acuñación desde el s. XIV hasta 1567. Momento en el
que Felipe II decide colocar sus armas y su
escudo. En este trabajo nos hemos limitado a una
hipotética pieza cuyo valor en la actualidad sería
comparable al de la moneda de 500 pesetas.
En el complejo meundo de la numismática hemos
elegido trabajar sobre una monedad que lejos de pasasr sin pena
ni gloria sobre el mercado de
valores de la edad media
constituyó un punto y aparte en la configuración
monetaria de la época. Más aún, su valor y
su peso, marcan dos hitos; por un lado el nacimiento de la moneda
moderna y por el otro lado el establecimiento de un patrón
para las acuñaciones posteriores, pese a que tengamos en
cuenta, que en un principio este no era el ideal de los reyes
católicos que en su segunda reforma monetaria (la de 1497)
habían establecido como moneda oficial el
"excelente".
6. Bibliografía
Consultada
"La Moneda Española (Breve Historia monetaria de
España)". Mateu Felipe y Llopis. Barcelona. 1946. Edit:
Alberto Martín.
Pese a tener más de 50 años de historia, es un
libro donde he
encontrado adecuadas referencias para la descripción de la
moneda. Útil para conocer su desarrollo histórico
pese a que he tenido problemas para
delimitarla y extraerla del contexto al que aquí estaba
sujeta.
"Historia de la Moneda Española". Octavio Gil
Farrés. Madrid. 1976.
También es un libro
relativamente antiguo paro este me ha resultado muy útil
para definir las fórmulas de tipo histórico que
llevaron a su acuñación.
"Monedas Españolas (desde los visigodos hasta el quinto
centenario del descubrimiento de America)". J.R. Cayón, C.
Castán. Madrid. 1991.
Este es un libro más reciente, tiene la pega que en muchas
ocasiones no pasa de ser más que un mero catálogo
monetario. Ha resultado muy útil para la
descripción de las características externas de la
moneda.
"La España de los Reyes Católicos". Miguel Angel
Ladero Quesada. Madrid. 1999. Alianza Editorial.
Este es el manual del que me
he servido para las anotaciones de contextualización, para
crear el escenario que rodeó la acuñación de
esta moneda.
Autor:
Miguel Lobera Molina