Indice
1.
Introducción
2. El desempleo
3. Programas especiales de
capacitación laboral de jóvenes de hogares
pobres
4. Desempleo, Subempleo y
Producción Nacional
5. ¿La
globalización genera desempleo en el
Perú?
6. El
Autoempleo
8.
Bibliografia
La preocupación por el alto nivel de desempleo de los
jóvenes es ampliamente compartida no solamente en los
países andinos sino en toda América
Latina y otras regiones también. Ello se fundamenta en
varios elementos:
Primero, la tasa de desempleo de los
jóvenes de 15-24 años es el doble o triple de la
tasa de adultos. Esto no es un fenómeno reciente, sino una
característica visible desde hace varios
años. Además, los jóvenes desempleados
representan cerca de la mitad del total de desempleados cuando su
participación en el total de la fuerza
laboral no
pasa del 30 por ciento. Por lo tanto, el desempleo de los
jóvenes, que se ubica muy por encima del desempleo
promedio, merece un análisis pormenorizado.
Segundo, la precariedad de la inserción laboral
de los jóvenes, sobre todo de aquellos de hogares pobres
(alto desempleo, o empleos precarios por el ingreso, la
duración y el tipo de contrato laboral
y las condiciones de trabajo) suele convertirse en unproblema
social, es decir, en violencia,
drogadicción, lo que a su vez genera una
respuesta inadecuada de parte de la sociedad, dado el
origen social y laboral del problema en cuestión. Es bien
sabido, que si los jóvenes se tornan hacia actividades
ilícitas es debido a que no disponen de otras
alternativas.
Tercero, la difícil inserción laboral de
los jóvenes pone de relieve muchas
interrogantes en cuanto a su preparación educativa y
profesional. El rápido proceso de
apertura de los países andinos en el contexto general de
una liberalización acelerada de los intercambios de todo
tipo, ha impactado en la demanda de
habilidades en el mercado laboral,
enfatizando nuevas y más completas habilidades en
unasituación en la cual el grueso de la oferta sigue
siendo de tipo no calificada.
Esto plantea un desafío enorme a todas las
instituciones,
tanto públicas como privadas, que capacitan a los
jóvenes para adaptarse al nuevo entorno.
Por último, se ha venido observando que dentro
del grupo de
jóvenes, algunos sub-grupos que se
definen con características de edad, de sexo, de
ingreso familiar y de nivel educativo no enfrentan la misma
probabilidad
de desempleo y/o de empleo
precario. Las mujeres y los jóvenes de hogares pobres se
enfrentan a un mayor desempleo y a trabajos más precarios
que otros grupos
sociales.
En los últimos años, a raíz de
estas preocupaciones los trabajos relativos al desempleo de los
jóvenes se han multiplicado, dentro de la OIT (Gaude,
O'Higgins, CINTERFOR) y afuera (López, 1996). La Conferencia
Internacional del Trabajo adoptó en junio de 1998 una
resolución sobre el empleo juvenil
que pone de relieve los
temas de educación y
formación, de políticas
y programas de
empleo, y de contratos
laborales.
En agosto de 1998, la Asociación Nacional de
Industriales (ANDI) de Colombia
aprobó un compromiso para el fomento del empleo juvenil
que contempla varias propuestas y áreas de
trabajo.
En la literatura disponible, el
análisis sobre el alto desempleo de los
jóvenes de 15-24 años se fundamenta en las cuatros
explicaciones siguientes.
La primera destaca las condiciones globales prevalentes
en el mercado laboral
como determinante fundamental del desempleo de los
jóvenes. Ello en base de la estrecha vinculación
entre la tasade desempleo de los adultos y la de los
jóvenes que suele moverse en forma muy paralela.
Cálculos econométricos de la elasticidad entre
una y otra tasa de desempleo arrojan una elasticidad
cercana a la unidad.
De ser eso cierto, sin embargo, ello no explica por
qué el nivel de desempleo de los jóvenes es mucho
más alto que el de los adultos, sino que ambas tasas
reaccionan a las mismas condiciones laborales determinadas por el
ciclo económico.
La segunda explicación pone de relieve un
fenómeno conocido como desempleo estructural que radica en
un desajuste entre las calificaciones y habilidades demandadas
por el mercado laboral y la oferta de mano
de obra. Este desajuste se agudiza en el caso de los
jóvenes por tener éstos poca experiencia laboral
que puede en cierta medida paliar la falta de una adecuada
capacitación en los adultos.
La tercera explicación se basa en la observación de que el alto desempleo de los
jóvenes no es un fenómeno de los jóvenes en
general, sinode ciertos grupos
determinados que reúnen características negativas,
como el caso específico de los jóvenes de hogares
pobres con educación formal
incompleta y sin experiencia laboral, o jóvenes de ciertas
ciudades o regiones afectados por una crisis
económica local.
La última explicación es un tanto
circular, ya que vincula el desempleo de los jóvenes con
características laborales determinadas por aquellos
jóvenes que salen a buscar un trabajo con pretensiones
salariales por encima de su productividad
marginal y por lo tanto, cambian frecuentemente de empleo hasta
que su experiencia laboral y sus aspiraciones se adecúen a
un empleo más estable.
Por cierto, estas cuatro grandes áreas de
investigación del desempleo de los
jóvenes exhiben numerosas dimensiones que esta breve
presentación no puede abarcar, pero que sí nos
servirá de guía en el análisis que se
intenta realizar para la situación de los países
andinos.
Estas cuatro dimensiones pueden reformularse en base a
las tres formas clásicas de desempleo conocidas como el
desempleo de tipo friccional, estructural y cíclico. El
desempleo friccional se origina en el tiempo necesario
para la búsqueda de empleo o en la conexión entre
los que buscan empleo y las vacantes disponibles.
El desempleo cíclico es de tipo
macroeconómico y se basa en una reducción de la
demanda agregada
que ocasiona una demanda de
trabajo inferior a la oferta. Por último, el desempleo
estructural se fundamenta en un desajuste entre el tipo de
calificaciones y habilidades en la mano de obra disponible y las
demandas que provienen de las empresas y del
mercado de trabajo.
El punto de vista que intentaremos defender aquí
es que el desempleo de los jóvenes no es diferente en su
naturaleza
respecto al desempleo de los adultos. Esto se explica en base a
los mismos conceptos de desempleo arriba mencionados y se combate
con políticas
derivadas de
tales conceptos. Lo que sí difiere es que la población de jóvenes necesita de
formas de intervención adaptadas a sus
características.
La presente investigación tiene tres objetivos.
Primero, presentar datos
desagregados relativos al desempleo de los jóvenes en
cuatro países andinos (Colombia,
Ecuador,
Perú y Venezuela)
Segundo, poner estos datos en un
contexto internacional para fines comparativos. Por último
presentar y discutir las políticas, programas e
iniciativas que se están tomando en los países
andinos para combatir el alto desempleo de los
jóvenes.
Es importante entender mejor el fenómeno del
desempleo de los jóvenes y las diferentes
características vinculadas a éste, pero resulta
aún más importante examinar alternativas de
políticas en diferentes ámbitos, educativo,
laboral, entre otros, a fin de combatir el alto desempleo de los
jóvenes y lograr una disminución significativa en
un plazo determinado.
El alto desempleo, combinado con el deficit (incremento
desproporcionado de las importaciones con
respecto a las exportaciones),
reduce la demanda interna para productos
nacionales y la consecuente liquidación de la industria
nacional. Esto causa una permanente recesión de la
produccion nacional; por ejemplo, el consumo
interno de productos
marítimos (pescado, etc.) se redujo mas del 3% en 1996. La
industria
pesquera no puede mantener los niveles actuates de producción, ya que no es posible competir
con los grandes monopolios internacionales en busca de nuevos
mercados en el
extranjero. Al mismo tiempo, la menor
producción nacional, ajustada a la menor
demanda interna, lleva a mas despidos y desempleo, porque la
demanda para fuerza de
trabajo tambièn se reduce. Por otro lado las empresas
imperialistas optimizan sus ganancias al reducir al mínimo
la fuerza laboral empleada (es el sector que menos empleo da en
el Perú).
La situacion de crisis
permanente es un círculo vicioso muy caracteristico del
capitalismo
burocràtico, un capitalismo
ligado a los grandes monopolios y dependiente de las potencias
imperialistas.
La crisis de la producción nacional se relaciona
directamente al desempleo, subempleo, baja demanda interna y
aumento de Las importaciones de
productos de consume del extranjero. La economía peruana
està orientada principalmente para la exportaciòn
de materias primes y recursos
naturales. y al mismo tiempo es un mercado para los productos
comercializados por los grandes monopolies multinacionales. Por
lo tanto, la producción nacional de productos para
consumo
interno (la industria nacional) se mantiene estancada y en
constante crisis.
En el Peru y en el
resto del Tercer Mundo, la extracción de materias primas
para la exportación se basa en la
explotación abusiva (super-explotación) de la
fuerza de trabajo de la clase obrera y campesinado principalmente
pobre. Un ejemplo concreto es lo
que ocurre en la exploración y extracción de
petroleo. Los monopolies imperialistas Occidental, Chevron y
Shell-Mobil imponen condiciones abusivas sobre pobres y humildes
habitantes de comunidades campesinas de la región
Amazónica del Peru. Lo mismo
ocurre en el sur del país donde esta última
empresa yanqui
conduce trabajos de exploraciòn del gas de camisea en
el departamento del Cusco. Por lo pronto mas de 400 campesinos
pobres de la provincia de La Concepcion (Cusco) han elevado su
voz de protesta señalando que los ejecutivos de la
Shell-Mobil a travès de sus compinches del gobierno peruano
les hacen trabajar mas de 12 horas al día en tareas de
exploración en la jungla por el mezquino salario de US$
3.40 dolares al dia (0.28 centavos por hora). Esto es casi nada
comparado con el salario
mínimo de un obrero en los Estados Unidos
(US$ 4.50 POR HORA) y el pago de no menos US$10.0 por hora a
trabajadores dedicados a la exploración de gas y petroleo,
incluyendo las normas de
seguridad,
higiene y
seguridad social; pero en Perú estas mismas empresas
imperialistas explotan nuestras riquezas pagando un mísero
salario a los trabajadores, sin proveer protección alguna,
ni que decir de la protecciòn del ambiente
porque han convertido los lugares donde operan en virtuales
vertedores de desechos tòxicos (caso de los centros
mineros y metalúrgicos). Las quejas de los campesinos del
valle de la Concepciòn y Lares son justas, porque ni
siquiera tienen servicios de
sanidad bàsica. La super-explotacion impuesta par el
sistema
imperialista se sustenta en la miseria del pueblo. El regimen de
Alberto Kenyo Fujimori no responde a las quejas y reclamos de los
campesinos, "al gobierno de
Fujimori no le importa nuestros problemas. Las
empresas multinacionales y sus coyotes peruanos nos tratan como
animales Somos
seres humanos!" [Fuente: diario La República, Lima-Peru,
18 de Julio 1996].
El régimen de Kenyo Fujimori y el viejo Estado peruano
mantienen la exportación de materias primas y la
super-explotación del pueblo peruano (relaciones
imperialistas de explotación) como los principales
medios para
obtener divisas. Estas divisas son principalmente para pagar la
deuda externa,
y es exactamente por esta razón que todos los prestamos
del Fondo Monetario
Internacional (FMI), Banco Mundial
y la oligarquía financiera internacional, tienen como
propósito principal el financiamiento
y desarrollo de
infraestructuras (puertos, carreteras, etc.) para la
exportación de las materias primas que son útiles
para Las grandes empresas monopolistas en Estados Unidos y
Europa.
Préstamos para el beneficio de la banca
internacional y los grandes monopolios, eso es lo que paga con su
sudor y sangre el pueblo
peruano y los pueblos del Tercer Mundo. Estas relaciones de
explotación imperialistas no sirven para satisfacer Las
necesidades del pueblo peruano, al contrario, solo crean mas
opresión, miseria, hambre e ignorancia.
http://www.blythe.org/peru-pcp/faq_sp.htm
El desempleo en Perú afecta al 5.7 por ciento de
la Población Económicamente Activa
(PEA), mientras que el 51.8 por ciento está subempleada y
sólo el 36.5 por ciento cuenta con un trabajo adecuado,
aseguró hoy el consultor Fernando Villarán. En
breves declaraciones a la prensa,
Villarán indicó que los
desempleados son 680 mil 800 y que el PEA está constituido
por 11 millones 943 mil 859 individuos.
De los que están empleados, el 35 por ciento trabaja en el
sector privado, el 10 por ciento lo hace en el público y
el 53 por ciento labora por su cuenta, añadió el
analista en temas laborales, quien sugirió al gobierno
crear oportunidades de trabajo.
El desempleo y la pobreza son
los temas más importantes en este país andino,
según diversas consultas realizadas a la población,
por lo que son tomados como banderas por los candidatos
presidenciales y
del Congreso.
En la lista de problemas
sigue el del analfabetismo,
de lo cual la oposición culpa al gobierno de Alberto
Fujimori, quien está en el poder desde
1990. Sin embargo, Fujimori ha señalado que los anteriores
gobiernos (Fernando Belaunde Terry 1980-85 y Alan García
Pérez 1985-90) no hicieron nada para fomentar el empleo,
ordenar al país y acabar con el terrorismo.
Los peruanos deberán elegir el 8 de abril del 2001 a un
presidente y a 120 legisladores, que se prevén que
tomarán como banderas de lucha electoral el combate a la
pobreza y el
desempleo.
La tasa de empleo
Tasa De Empleo Repuntaría En 3 % A Fines Del
Presente Año El panorama laboral en el país en los
últimos doce meses se ha vuelto crítico.
Aproximadamente unos 450 mil peruanos estarían
desempeñando trabajos por ingresos que
apenas les permiten sobrevivir a él y su familia (empleo
de subsistencia). Por Clorinda Flores Además, el
número de subempleados -con sueldos promedio de S/. 450,
por no estar calificados o laborar menos de 8 horas diarias- se
incrementó significativamente en lo que va del año
y representan un poco más del 40 % del total de la
Población Económicamente Activa (PEA), que se
estima en unos 10 millones. Sin embargo, para el gerente
general de la Federación Nacional de Cooperativas
de Trabajo y Fomento del Empleo (FENACOFEM), Julio Pacheco
Torres, la tasa de empleo podría recuperarse en 3 % hacia
finales de este año, como consecuencia de la época
navideña y la temporada veraniega, aunque se mostró
un tanto conservador en cuanto a la recuperación en el
comercio,
porque la demanda interna aún sigue contraída. En
declaraciones a CAMBIO, dijo
que el desempleo abierto (según cálculos de
la
Organización Internacional del Trabajo, OIT) en el
primer semestre de 1999, era de 9,8 %, es decir, cerca de un
millón de peruanos están en condición de
desempleados. "Pero el problema principal es el subempleo, que
con el desempleo abierto suma cerca del 50 % de la PEA (casi 5
millones)". Al hacer una explicación del subempleo,
Pacheco dijo que primero se tiene en cuenta el nivel de ingresos;
segundo, las horas de trabajo, que son pocas porque no hay
oportunidad, por tanto, los ingresos son bajos. "En el primero,
sobre el nivel de ingresos, laborando más horas, los
ingresos de los trabajadores no son suficientes porque carecen de
educación adecuada, es mano de obra no calificada; cerca
de 4 millones de personas están en esa condición,
con un promedio de ingreso de 400 a 450 nuevos soles mensuales",
comentó. Esas personas están principalmente
ubicadas en los sectores C y D, pero también hay muchos
profesionales que no tienen opción para desarrollar sus
especialidades y se dedican a otras actividades entre ellas el
taxi.
Medición de desempleo
La resolución sobre estadísticas de la población
económicamente activa, del desempleo y del subempleo
adoptada por la Décimotercera Conferencia
Internacional de Estadígrafos de
Trabajo en octubre de 1982 propone la siguiente definición
del desempleo: Las personas desempleadas son todas aquellas
personas que tengan más de cierta edad especificada y que
durante el período de referencia se hallen: a) «sin
empleo», es decir, que no tengan un empleo asalariado o un
empleo independiente; b) «corrientemente disponibles para
trabajar», es decir, disponibles para trabajar en empleo
asalariado o en empleo independiente durante el período de
referencia; y, c) «en busca de empleo», es decir, que
habían tomado medidas concretas para buscar un empleo
asalariado o un empleo independiente en un período
reciente especificado. ¿Cuál es la práctica
en los países andinos respecto a esa denifición?:
COLOMBIA: Son desocupadas las personas de 12 años y
más de la PEA urbana que en la semana de referencia se
encontraban en una de las siguientes situaciones: · Las
que en dicha semana realizaron cualquier actividad tendiente a la
consecución de un empleo o trabajo. · Las que
durante el período de referencia no hicieron ninguna
diligencia para buscar trabajo, pero que lo buscaron
anteriormente alguna vez y aún están interesados en
trabajar. · Personas sin empleo que durante el
período de referencia estuvieron esperando los resultados
de solicitudes de un trabajo que deberán comenzar en
época posterior al período de referencia de la
encuesta.
ECUADOR: Se
aplican los tres criterios a la PEA de 10 años y
más, respecto a un período de referencia de 5
semanas, anterior a la fecha de la encuesta.
PERU: Se aplican los tres criterios a la PEA de 14 años y
más en la semana anterior a la encuesta. VENEZUELA: Se
aplican dos criterios -estar sin ingreso por concepto de
trabajo y estar buscando trabajo en la semana anterior a la
encuesta- a la PEA de 15 años y más.
La tasa de desempleo en el ambito juvenil
En junio de 1998 la Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo
adoptó una resolución sobre el empleo juvenil en la
que se declaró:
«Consciente de que en muchos países los
jóvenes, en especial los de 15 a 24 años de edad
enfrentan dificultades cada vez mayores para ingresar en el
mercado de trabajo y que ello constituye no sólo una
amenaza para la paz social sino también un
obstáculo para el desarrollo de
la persona y de toda
la sociedad.»
Esta resolución invoca a los Estados Miembros a
los empleadores y a los trabajadores y sus respectivas organizaciones
que otorguen una prioridad especial a políticas y
programas que puedan facilitar la inserción laboral de los
jóvenes.
El presente estudio sobre el desempleo de los
jóvenes en cuatro países andinos (Colombia,
Ecuador, Perú y Venezuela) reúne un conjunto de
datos de análisis orientados hacia una
interpretación del fénomeno y propuestas de
políticas y programas basados en la experiencia adquirida
en los países de la subregión andina y de América
Latina.
Como en otras regiones del mundo, las tasas de desempleo
de los jóvenes (15-24 años) son dos veces
más altas que las de los adultos. El desempleo de las
mujeres jóvenes es más alto que el de los varones.
El desempleo de los jóvenes está fuertemente
correlacionado con niveles de educación y el ingreso del
hogar.
El alto desempleo de jóvenes constituye un
desperdicio de recursos que
perjudica el crecimiento
económico, genera exclusión social y socava la
cohesión de las sociedades.
Para conseguir más empleos de calidad para los
jóvenes se propone un conjunto de políticas y
programas que descansen en un marco macroeconómico
propicio, un mercado laboral eficiente, políticas activas
de empleo, programas de capacitación profesional adecuados y
servicios de
empleo de amplia cobertura. Se otorga particular énfasis a
los programas de capacitación laboral para jóvenes
de hogares pobres que han demostrado ser una respuesta a las dos
debilidades más relevantes de este grupo
vulnerable del mercado laboral, que son la falta de acceso a una
capacitación profesional básica, así como de
experiencia laboral.
En base a los datos, análisis y propuestas
presentados en esta contribución, se espera ampliar y
enriquecer el debate en
torno a uno de
los problemas más agudos del mercado laboral en los
países andinos.
La Tasa Promedio Anual de Desempleo de los
jóvenes que residen en el área urbana del
país en 1997, fue de 14,6% que en términos
absolutos representan a 273 mil jóvenes
desempleados.
La Tasa de Desempleo Urbano de los jóvenes, se
define como el porcentaje de jóvenes de 14 a 24
años que no tienen trabajo y lo están buscando
activamente con respecto a la Población
Económicamente Activa de este mismo grupo de edad. Este
tipo de desempleo también se conoce como Desempleo
Abierto.
Las diferencias por sexo muestran
que la Tasa de Desempleo juvenil es mayor en las mujeres 16,1%,
que en los hombres, 13,3%. Esto se debe a que existe un mayor
numero de mujeres de 14 a 24 años presionando en el
mercado laboral por un puesto de trabajo.
a) La situación laboral de los jóvenes de
las zonas urbanas
Es útil como primera aproximación de la
situación laboral de los jóvenes de 15 a 24
años tener una idea respecto a en qué
ámbitos se desempeñan los jóvenes. Los datos
del ermiten en base de la información disponible, descomponer la
población total de jóvenes, en dos gruposretenidos:
los adolescentes
de 15-19 años y los jóvenes adultos de 20-24
años, respecto de una actividad formativa (escolarizados),
o laboral (activos); y, una
tercera categoría híbrida de inactivos no
escolarizados. Dichos datos se refieren a dos años
distintos, 1990 (o fines de los ochenta) y 1997 (salvo el
Perú).
Para el año 1997, en Colombia y Ecuador,
aproximadamente un 67% de los jóvenes de 15-19 años
eran escolarizados, un 57% en Venezuela y un 46% en Perú.
Se nota una progresión significativa de 6 puntos
porcentuales en la tasa de escolarización de este grupo de
jóvenes solamente en Colombia, entre los años 1988
y 1997.
Para el grupo de 20-24 años la tasa de
escolarización varía entre 14% en Perú hasta
un 35% en Ecuador, con posiciones intermedias en Venezuela y en
Colombia.
Es importante notar que estos datos se compilan en base
a matrículas que pueden diferir deasistencia efectiva. De
hecho se sabe que existe una marcada deserción
escolar en secundaria, pero que no se dispone de datos
confiables al respecto.
En cuanto a la situación laboral de los
jóvenes, en promedio, un jóven de cada tres del
grupo de 15-19 años se encuentra activo, mientras que en
el grupo de 20-24 años son dos jóvenes de cada
tres. Estas proporciones disminuyeron en Colombia, pero
aumentaron en Ecuador y Venezuela.
Los jóvenes (15-24 años) representan un
poco más de un cuarto de la PEA total en los 4
países en 1997, pero dentro del total de ocupados
representan menos del 20% en Colombia y más del 40% en
Ecuador con proporciones semejantes a su peso relativo en la PEA
en Perú y Venezuela . Como era de esperarse, la
proporción de jóvenes en el total de desocupados es
mucho mayor a su peso relativo en el total de ocupados y se halla
entre 45% y 50%.
b) desempleo los jovenes
El desempleo de los jóvenes de 15-24 años
en las áreas urbanas alcanzaba en 1997: 26.4 por ciento en
Colombia; 18.9 por ciento en Ecuador; 13.2 por ciento en
Perú y 18.0 por ciento en Venezuela. En promedio de los
cuatro países, la tasa de desempleo de los jóvenes
era 2.6 veces más alta que la de los adultos. Esta
proporción constituye el aspecto más preocupante
sobre el cual hay que apuntar la investigación. Una
primera aproximación es que se trata de un fenómeno
general, compartido tanto por países que han pasado por un
período largo de crecimiento
económico alto y sostenido, que por países que
conocieron un crecimiento más irregular.
En una muestra de 16
países de las Américas, Asia y Europa los cuatro
países andinos se ubican en un rango intermedio, en orden
ascendente entre los dos extremos de la muestra de
países, Japón
(7.5%) por un lado y España
(39%) por el otro. En la actualidad la mediana de la muestra
(18.4%) pasa entre Venezuela y Ecuador.
Desagregando la tasa de desempleo por sexo y grupos de
edades para Colombia (1988-1997); Ecuador (1990-1997);
Perú (1989-1997) y Venezuela (1990-1997)observamos lo
siguiente:
Para los períodos considerados, la tasa de
desempleo de los jóvenes de ambos sexos de 15-19
años está casi siempre por encima de la de los
jóvenes de 20-24 años (salvo contadas excepciones,
como es el caso de las mujeres en Lima Metropolitana en 1992 y
1994), y que a su vez está por encima de la tasa de
desempleo de los adultos. Este fenómeno es regular a lo
largo de los períodos observados, es decir, la tasa de
desempleo de los jóvenes es regularmente un
múltiple de la tasa de los adultos. Además, se
puede observar que los jóvenes desempleados representan
aproximadamente 50% del total de desempleados (menos en
Perú ymás en Venezuela), proporción muy por
encima de su participación en la ocupación
total
Otro fenómeno recurrente es que la tasa de
desempleo de las mujeres es casi siempre más alta que la
de los hombres, y esto se observa para los tres grupos de edades
tanto jóvenes como adultos. En promedio, para 1997, de los
cuatro países, la tasa de desempleo de las mujeres
jóvenes es 1.4 veces más alta que la de los
varones. Para las mujeres adultas, la tasa es 1.9 veces
más alta quela de los hombres. Como consecuencia, las
mujeres jóvenes representan entre 50% y 60% del total de
desempleados jóvenes, salvo en Venezuela (30%).
En general, se puede observar que si bien la trayectoria
de la tasa de desempleo de los jóvenes sigue muy de cerca
a la de los adultos, también se aprecia que el aumento del
desempleo de los jóvenes es más agudo que el de los
adultos, e inversamente, cuando bajan las tasas, la de los
jóvenes lo hace en menor proporción a la de los
adultos, e incluso pueden aumentar, o simplemente éstas no
bajan. Esto se observa nítidamente en los últimos
años, en un período de alza del desempleo en
Colombia y en Venezuela, pero existen sin embargo, ejemplos
contrarios en algunos años y países.
c) Desempleo y nivel educativo
El riesgo de
desempleo difiere según el nivel educativo. En general, se
asume que a más educación, menor probabilidad de
entrar al desempleo, pero no siempre es así en los
mercados
laborales andinos. El sobre tasas de desempleo por nivel
educativo según sexo y grupos de edad presenta una
situación diferente.
Para el grupo de 15-19 años, en casi todos los
países, las tasas de desempleo más altas se
sitúan en el nivel de educación secundaria completa
o incompleta. Para el grupo de 20-24 años se añade
al nivel de secundaria el nivel de superior completa o
incompleta.
Esto parecería indicar una relación
positiva (y no inversa) entre desempleo y nivel educativo o sea,
a más educación mayor desempleo. En algunos
países como Perú, por ejemplo, se observa que un
menor nivel educativo no impide conseguir empleo, quizás
por el alto grado de informalidad que se observa en este
país, no así en Colombia y Venezuela, en donde un
menor nivel educativo no facilita la inserción laboralpara
el grupo adulto donde se comprueba la relación inversa
entre nivel educativo y desempleo, especialmente para los
hombres.
El que distingue tres niveles educativos (hasta
secundaria incompleta, secundaria completa y educación
superior) comprueba que si la relación inversa entre
educación y desempleo se verifica para los adultos, no es
así para los jóvenes. Para este último
grupo, dicha relación es mucho más débil y
hasta positiva, es decir, a menor desempleo, menor
educación. Para los jóvenes, el nivel educativo no
parece incidir de manera decisiva en la probabilidad de caer en
desempleo. Las más altas tasas de desempleo se observan en
el grupo de los jóvenes con secundaria completa. Una
educación superior suele arrojar una tasa de desempleo
menor, pero eso no se da en forma regular en todos los
países (Ecuador, por ejemplo) durante todos los
años.
Es preciso situar las tasas de desempleo por nivel
educativo en el contexto de la distribución de la PEA por nivel
educativo
El grupo más numeroso en todos los países,
salvo Venezuela, es aquél con educación secundaria
completa o incompleta.
La distribución es aproximadamente la
siguiente en los cuatro países. Para el grupo de 15-19
años, 65%-70% de la PEA tiene hasta secundaria incompleta,
un poco más para los hombres y menos para las mujeres. En
el grupo de 20-24 años, la proporción de la PEA con
educación de hasta secundaria incompleta es de 50%,
más para los hombres, particularmente en Venezuela, y
menos para las mujeres. El Perú exhibe una
distribución diferente, dado que tan sólo el 17% de
las mujeres se quedan hasta con secundaria incompleta y en el
caso de los hombres el 27%. El grupo de los adultos exhibe una
distribución muy semejante a la del grupo de 20-24
años.
Son tres las lecciones importantes que pueden rescatarse
de esta distribución de la PEA por nivel educativo.
Primero, el alto porcentaje de jóvenes que ingresa al
mercado laboral con un nivel educativo máximo de
educación secundaria incompleta, que en Perú
representa un 35% y en Venezuela hasta 70%. Segundo, en todos los
países y especialmente dentro del grupo de los
jóvenes, las mujeres alcanzan niveles educativos
más altos que los de los hombres.
Por último, comparando la distribución de
la PEA por nivel educativo de 1997 con la situación al
inicio de la década, se desprende que el nivel educativo
de la PEA ha aumentado notablemente. En todos los países,
el porcentaje de jóvenes que logra secundaria completa y
algo más es mayor en 1997 respecto a los últimos
ocho años. El progreso es particularmente notable en
Colombia.
d) Desempleo e ingreso del hogar
El nivel de ingreso del hogar es una variable
determinante frente al riesgo de
desempleo. El muestra tasas de desempleo por quintiles de ingreso
del hogar, según sexo y grupos de edad. Sedesprende
nítidamente que la relación entre ingreso del hogar
y tasa de desempleo es inversamente progresiva, o sea, a menor
(mayor) ingreso, mayor (menor) desempleo. Esto vale para todos
los países de la muestra y grupos de edades y para ambos
sexos. En promedio de los tres países en el grupo de 15-19
años, el primer quintil exhibe una tasa de desempleo 2.2
veces más alta que el quinto quintil. Para el grupo de
20-24 años y el de los adultos, este factor alcanza 3.3 y
3.6 veces, respectivamente.
Cuando se analiza la distribución de los
desocupados y ocupados por nivel de ingreso del hogar, los tres
países muestran situaciones contrastadas En Colombia, el
40% de los más pobres concentran alrededor del 65% de los
desempleados, pero solamente un tercio de los ocupados. Esto se
verifica para ambos sexos y en los tres grupos de edades. La
variable ingreso trasciende a las de sexo y edad.
En Perú, se observa esta misma relación de
manera menos aguda, pero solamente en el grupo de los hombres. La
distribución de las mujeres desocupadas es mucho
más equilibrada, mientrasque la de los hombres apunta a
una leve sobre-representación del 40% de los más
pobres.
En Perú, en cuanto a la distribución de
los ocupados, la proporción del 40% de los más
pobres alcanza aproximadamente la misma proporción que la
del quintil de mayor solvencia, o sea, se nota una
sobre-representación de los hogares más
solventes.
La situación prevalente en Venezuela se asemeja a
la del Perú, tanto en cuanto a la distribución de
los desocupados (distribución proporcional a los quintiles
de ingreso del hogar, salvo para el grupo de adultos en donde
predominan los más pobres),como en cuanto a los ocupados.
Aquel 40% de ocupados más pobres exhiben una
proporción semejante a la del quintil de mayor
solvencia.
e)duración del desempleo
En los cuatro países el desempleo es
mayoritariamente un fenómeno de corta duración, de
6 meses o menos Esto se verifica para todos los grupos de edades.
Es particularmente el caso de Perú, en donde más
del 90% del desempleo total es de corta duración. En los
demás países esta proporción se ubica en
alrededordel 50%, un poco más para los jóvenes y
menos para los adultos. La proporción de jóvenes
con desempleo de hasta 11 meses es significativa en Colombia (24%
en promedio) y en Ecuador (33%). La incidencia del desempleo de
larga duración (12 meses y más) aumenta con la
edad, siendo particularmente significativa en Colombia, Ecuador y
Venezuela. Se nota que, en promedio, en estos tres países,
26% de los jóvenes desempleados de 20-24 años se
encuentran sin empleo desde hace un año y
más.
Si bien para una mayoría de jóvenes el
desempleo es un fenómeno de corta duración, resulta
preocupante la incidencia del desempleo de larga duración
entre los jóvenes desempleados.
f) tasa de participación
Las tasas de participación laboral para ambos
sexos y por grupos de edad en los cuatro países
considerados no reflejan grandes variacionesen el período
considerado.
asimismoesnota una cierta semejanza en las tasas de los
diferentes grupos en los cuatro países.
Las tasas de las mujeres jóvenes (15-19
años) en Colombia y Perú se hallan en un 30%
aproximadamente, y son más bajas en Ecuador y aún
más en Venezuela. Las tasas de los jóvenes varones
(15-19 años) en los cuatro países, se ubican en
alrededor del 40%. Se nota en Colombia una leve
disminución desde 1992, mientras que en Venezuela la tasa
de este grupo tiende a subir.
En Colombia, Ecuador y Perú las tasas de
participación laboral de las mujeres de 20-24 años
tienden a confundirse con las de los adultos. Estas se ubican en
alrededor del 60% (menos en Ecuador) con una leve tendencia al
alza. En Venezuela, la tasa de participación de este grupo
pasa de 35% a 41% mientras que la de los adultos aumenta de 45% a
50%. Para los varones de 20-24 años la tasa de
participación se mantiene en un 80% en Colombia, Ecuador y
Perú, y en 70% en Venezuela.
Los hombres adultos exhiben una tasa de 95% en los tres
países mencionados y de 80% en Venezuela. Se nota la gran
estabilidad de estas tasas de participación. En los cuatro
países, las tasas de participación de las mujeres
adultas siguen una senda alcista.
En conclusión, la tasa de participación de
lasmujeres de 20-24 años es la única que se eleva
de manera significativa en el período considerado en los
cuatro países andinos.
Un aumento generalizado de las tasas de
participación de los jóvenes respecto a las de los
adultos podrían tener un efecto sobre la tasa de desempleo
de los jóvenes en base a un aumento de la mano de obra que
ingresa al mercado laboral. Los datos revisados permiten pensar
que dada la relativa estabilidad que se observa en las tasas de
participación, éstas no son un factor determinante
en las altas tasas de desempleo de los jóvenes.
g)Estimaciones y proyeccionesde la población
económicamente activa
En el año 1998 la OIT publicó nuevas
estimaciones y proyecciones de la PEA para un gran número
de países. El resultado de este trabajo para los cuatro
países andinos se presenta en los.elccimiento de la PEA de
jóvenes (15-24 años) presenta durante el año
1980 para los cuatro países una quiebra, a
partir de la cual la PEA de jóvenes aumenta a una tasa
inferior a la de la PEA total. Esta evolución se acentúa a partir de
1990, por lo cual la PEA de jóvenes representa una
proporción cada vez menor de la PEA total.
Esta evolución es el reflejo de dos tendencias
opuestas. Por un lado, el ritmo de crecimiento demográfico
en los países andinos ha disminuido fuertemente a partir
del año 1970, por lo cual el tamaño de los cohortes
de jóvenes se está reduciendo, mientras que por
otro lado, la PEA total sigue creciendo fuertemente, no tanto por
aumento demográfico sino más bien por el aumento en
la tasa de participación de las mujeres, sobre todo
adultas.
En el período 2000-2010 la tasa de crecimientode
la PEA total se ubica en 2.7% en Ecuador, Perú y Venezuela
y 2.2% en Colombia.
Las implicancias para el mercado laboral son evidentes.
La proporción relativa de jóvenes que está
entrando al mercado laboral está disminuyendo, por lo cual
la presión
por el lado de la oferta (de jóvenes) se está
aliviando.
Esto representa un elemento positivo para la
situación laboral de los jóvenes, pero un elemento
solamente. La demanda de trabajo va fluctuando según el
ciclo económico y no según el ritmo de crecimiento
de la oferta laboral. Basándonos en la
desaceleración significativa en el crecimiento de la PEA
de jóvenes se puede esperar que su inserción
laboral en el futuro se vea facilitada. Obviamente esto de por
sí no alivia la situación laboral de los
jóvenes, ya que ésta depende más de la
evolución de la demanda de trabajo.
h)tasa deocupación
Una medida alternativa del desempleo la tasa de
ocupación (ocupados/población en edad de trabajar),
que suele ser más estable en situaciones de cambios
importantes en la participación laboral(oferta laboral).
La tasa de ocupación da una medida alternativa a la tasa
de desempleo, basada en la capacidad de la economía para ofrecer
empleo a la población en edad de trabajar. El muestra este
dato para los cuatro países andinos examinados.
Es preciso notar tres tendencias importantes. Por un
lado, la tasa de ocupación de los jóvenes de ambos
sexos de 15-19 años viene disminuyendo levemente en
razón de su mayor escolarización.
Por otro lado, la tasa de ocupación de los
jóvenes de 20-24 años viene aumentando, sobre todo
en el caso de las mujeres. Por último, la tasa de
ocupación de los adultos aumenta en el caso de las
mujeres, pero tiende a caer levemente en el caso de los
hombres.
En cuanto a los niveles de ocupación, el grupo de
15-19 años se ubica en alrededor de 20% para las mujeres
(más en el Perú y menos en Venezuela) y de 30% para
los varones. En el grupo de 20-24 años, la tasa de
ocupación es de 40% aproximadamente para las mujeres
(más en el Perú) y de 60-70% para los
varones.
En promedio, en el grupo de 15-19 años, de los
cuatro países, una jóven de cada cinco está
ocupada, mientras que un varón de cada tres tiene un
empleo. En el grupo de 20-24 años, cuatro jóvenes
mujeres de cada diez están ocupadas, mientras que en el
caso de los varones son dos de cada tres.
En términos internacionales Perú y
Japón comparten la posición mediana de una muestra
de 14 países, para jóvenes de 15-24 años,
mientras que los demás países andinos se hallan en
el rango bajo del gráfico, siendo Colombia el país
que posee la tasa de ocupación más baja de la
muestra andina. Llama la atención las tasas de ocupación
mucho más altas en países como Estados Unidos
(58%), así como de algunos países europeos del
norte, muy diferentes de aquellos del sur de de Europa. Estas
diferencias reflejan sistemas sociales
muy distintos desde el costo de los
estudios universitarios hasta la disponibilidad de
formación profesional y protección
social.
i) salarios
El nivel del salario de los jóvenes es de sumo
interés
para el empleo de los mismos, y ello en razón a dos
elementos. Resulta de interés
conocer el nivel del salario de los jóvenes con
relación al salario de los adultos. Se asume que si el
salario de los jóvenes estuviera muy cerca al de los
adultos ello tendría en general, un efecto negativo en el
empleo de los jóvenes, dado un nivel salarial que
estaría muy por encima del valor estimado
de la experiencia laboral. Asimismo, sería interesante
conocer el nivel absoluto del salario de los jóvenes en
comparación con el salario mínimo vigente, por
ejemplo. Esto permitiría tener otra perspectiva sobre el
nivelrelativo del salario de los jóvenes.
El indica la proporción del salario de los
jóvenes en relación con el de los adultos, para dos
sectores, la industria y los servicios en los cuatro
países andinos. El patrón que emerge es bastante
claro y compartido entre los cuatro países. Los
jóvenes de 15-19 años exhiben un salario que
representa el 40% del salario de los adultos, generalmente un
poco más en el sector industria y un poco menos en el
sector servicios. En Venezuela, en promedio del período,
esta proporción es más alta, es decir, 57%. El
salario promedio de los jóvenes de 20-24 años se
ubica en promedio en un rango de 60%-70% del salario de un
adulto.
Estas proporciones, para los jóvenes de 15-19
años, del 40% del salario de un adulto y del 65% para los
jóvenes de 20-24 años, son más o menos
estables a lo largo de los años y parecen reflejar las
condiciones del mercado, es decir, la valoración por parte
de las empresas de la escasa experiencia laboral de los
jóvenes.
En relación al salario mínimo, el nos
enseña el nivel del salario promedio de los jóvenes
en los cuatro países para diferentes años. La
situación parece variar de país a país, pero
en todos los países los salarios de los
jóvenes se hallan muy cerca o por encima del salario
mínimo vigente. Como era de esperarse, los jóvenes
de 20-24 años exhiben un salario más alto que los
del grupo de 15-19 años en relación al
mínimo, en una proporción entre 110% y 175%,
mientras que para el grupo más jóven tal
proporción varía entre 74% y 119%.
Es preciso notar que el único país en
donde el salario mínimo ha mantenido su valor real
durante el período considerado es Colombia. En los
demás países el salario mínimo aunque haya
recuperado algo de su valor real en los últimos
años, todavía se encuentra muy por debajo de sus
niveles de 1980. Esto explica por ejemplo que en Perú el
salario de un jóven alcanza hasta casi cuatro veces el
salario mínimo, dado que precisamente en 1993 éste
representaba una octava parte de su nivel de 1980.
Por lo tanto, el ratio que resulta del salario de los
jóvenes con el salario mínimo no pareciera indicar
un nivel que podría implicar consecuencias negativas para
el empleo.
Abundando en el mismo sentido, otra señal es el
diferencial de salario entre mujeres y hombres. El enseña
los datos relevantes para los cuatro países. Salvo en
Colombia, en donde para los tres grupos de edad los salarios entre
mujeres y hombres parecen equipararse, en los demás
países las mujeres perciben en promedio un salario
inferior en un 30% al de los hombres, sin embargo, a pesar de
tener salarios más bajos, las tasas de desempleo de las
mujeres suelen estar por encima de las de los hombres. Esto
indica que otros elementos además del nivel del salario
influyen en el desempleo de las mujeres. Además, es
preciso notar sobre todo en Ecuador y Perú, que las
mujeres adultas perciben un salario proporcionalmente más
bajo comparado con el salario de los hombres, así como el
de las mujeres jóvenes, o sea, la discriminación salarial en contra de las
mujeres es más severa para las mujeres adultas que para
las jóvenes.
A nivel internacional, son muchos los países que
particularmente, a partir de los '80 han introducido un salario
mínimo específico para los jóvenes, el cual
se ubica por debajo del salario de los adultos. No es cierto que
eso haya aliviado o mejorado la situación laboral de los
jóvenes. La evidencia empírica en cuanto a la
relación entre cambios en el salario mínimo y el
empleo de jóvenes no demuestra que ésta sea siempre
negativa. Ni la teoría,
ni la evidencia empírica soportan plenamente este
planteamiento. Si en algunos países se ha podido observar
un efecto negativo, en la mayoría, esta evidencia es muy
débil o inexistente (Ghellab, 1998). Mucho depende del
nivel relativo del salario mínimo, de las
características del mercado laboral y del período
considerado.
j). Primera aproximación entorno al desempleo de
los jóvenes en los países andinos
Del análisis anterior, se puede desprender varios
elementos para entender mejor el fenómeno del desempleo de
los jóvenes.
Las tasas de desempleo de los jóvenes suelen
desplazarse de manera muy estrecha con las tasas de desempleo de
los adultos, por lo que se puede concluir que el desempleo de los
jóvenes obedece a determinantes macroeconómicos de
la demanda laboral. Esto pareciera ser cierto en cuanto a la
tendencia del desempleo de los jóvenes, pero resulta
insuficiente para explicar su alto nivel.
Cruzando tasas de desempleo y nivel educativo se pudo
observar que si bien el grueso de los jóvenes ingresaba al
mercado laboral con un nivel de educación de hasta
secundaria incompleta, las tasas de desempleo permanecían
muy altas para todos los niveles educativos, o sea, que en la
probabilidad de desempleo, el elemento jóven
parecería ser más determinante que el elemento
nivel educativo.
La relación entre desempleo e ingreso del hogar
por el contrario, evidenciaba una señal clara de que a
menor ingreso, mayor desempleo, lo que entrañaba una
sobrerepresentación de los más pobres dentro de los
desempleados.
Los datos proporcionados relativos al salario de los
jóvenes no permitían concluir que el nivel relativo
del salario de los jóvenes jugaba un papel
importante. El costo salarial de
los jóvenes era proporcional a su experiencia laboral y
los más jóvenes percibían salarios menores.
Esto indica que actuar sobre el costo salarial de los
jóvenes en el contexto actual de los países
andinos, al parecer, no sería una medida
relevante.
Asimismo, se pudo confirmar que la duración del
desempleo de los jóvenes era mayoritariamente corta, es
decir, inferior a los seis meses.
Por último, las tasas de participación de
los jóvenes exhibían leves tendencias a la baja
para el grupo de 15-19 años, debido a una mayor asistencia
escolar, y hacia el alza para las mujeres del grupo de 20-24
años. Esta tendencia se suma a una desaceleración
pronunciada de la tasa de crecimiento de la PEA de jóvenes
a partir de los años '80 en los cuatro países
andinos. Por lo tanto, no se puede evidenciar una mayor
presión laboral de los jóvenes como elemento
explicativo de su alto desempleo.
Sumando todos estos elementos tenemos una
situación que parece reunir varias dimensiones en el
desempleo de jóvenes.
Sin lugar a dudas, el desempleo cíclico juega un
papel
decisivo. Ello se fundamenta en el ciclo económico y
determina la demanda de trabajo disponible en la economía
en cada período. Es un determinante clave del nivel del
desempleo total, incluido los jóvenes.
De hecho, se observa una diferencia de 62 por ciento en
promedio de los cuatro países (64 por ciento para los
hombres y 59.8 por ciento para las mujeres) entre la tasa
más baja de desempleo y la tasa más alta en el
período considerado. Estas variaciones se pueden
relacionar al ciclo económico.
Pero además, podemos observar un desempleo
friccional importante entre los jóvenes, es decir, aquel
desempleo que corresponde al tiempo necesario para buscar un
trabajo, para informarse y asimismo, para encontrar las vacantes
disponibles. Quizás este desempleo friccional es
particularmente relevante para aquellos jóvenes con
educación superior que destinan un mayor tiempo en buscar
un trabajo porque disponen de los recursos
necesarios para hacerlo, o aquellos jóvenes quecambian
frecuentemente de empleo, en búsqueda de un trabajo y una
remuneración lo más cercana posible a su
pretensión salarial (o salario de reserva). Este
fenómeno se ha observado en otros países (por
ejemplo, Estados Unidos, ver O'Higgins, página 27), y
podría estar presente también en los países
andinos.
En promedio simple, en 1997, en los cuatro
países, el grupo de jóvenes de 20-24 años
con educación superior alcanza el 16 por ciento en el caso
de los varones y el 27.6 por ciento en el caso de las mujeres.
Eso da una indicación indirecta del peso del desempleo
friccional dentro del desempleo total de los
jóvenes.
Por último, se observa un componente de desempleo
estructural en el desempleo de jóvenes, que se origina en
un desajuste en la oferta y la demanda de empleo por tipo y nivel
de habilidades y ocupaciones. Se presume que el desempleo
estructural ha venido aumentando en el desempleo total como
consecuencia de la mayor apertura de las economías
andinas, que facilitó el ingreso de las inversiones
extranjeras con tecnología moderna,
criterios de más alta productividad y
una demanda por mano de obra más calificada. Esto ocurre
en un momento en que pese a un aumento paulatino en el nivel
educativo de la mano deobra, el grueso de la oferta laboral de
jóvenes tiene como máximo nivel educativo, la educación
secundaria completa, o incompleta.
Los datos revisados anteriormente permitieron comprobar
que los jóvenes de hogares pobres conforman el grueso de
los desempleados en los cuatro países. Estos
jóvenes son precisamente aquellos que no terminaron la
educación secundaria, que atendieron colegios
públicos de mala calidad, que
ingresaron al mercado laboral a una temprana edad, y que no
tuvieron acceso a una formación profesional. Es
allí donde se ubica el grueso del desempleo estructural.
En promedio, de los cuatro países, más del 84 por
ciento de los varones jóvenes y del 72 por ciento de las
mujeres jóvenes de 20-24 años ingresan al mercado
laboral con un nivel educativo de hasta secundaria completa. En
un período de baja actividad económica, estos
jóvenes no encuentran empleo y si tienen un trabajo, lo
pierden rápidamente. En un período de coyuntura
alta, estos jóvenes son los últimos en conseguir un
empleo. Por ende, son éstos los jóvenes que
conforman el verdadero problema del desempleo juvenil.
k). Políticas de lucha contra el desempleo
juvenil
Siendo una preocupación regional y mundial, el
desempleo de los jóvenes ha desatado una amplia
investigación respecto a las medidas, programas y
políticas que se están dando y que se han de dar
para combatirlo. Sin pretender resumir la creciente literatura disponible en
estos temas, parece necesario recordar las principales medidas y
direcciones en que se orientan las políticas para combatir
el alto desempleo de jóvenes. Son cinco las áreas
en las cuales se orientan tanto el pensamiento
como políticas y programas efectivos:
– mejorar la asistencia escolar de los
jóvenes;
– sistemas
más eficaces de formación profesio- nal;
– programas especiales de capacitación laboral de
jóvenes;
– servicios de empleo; – apoyo a iniciativas locales de
empleo.
No mencionamos al crecimiento económico, en la
medida que sea alto, sostenido y equilibrado sectorialmente, por
ser una condición esencial, pero no suficiente para
generar empleos y reducir el desempleo que se entiende por
sí mismo.
Pasemos revista a las
experiencias en curso en los países andinos en estas cinco
áreas.
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