Indice
1.
Introducción
2. Coyuntura economica
actual
3. Perspectivas
Macroeconómicas
Hace más de cien años, la Argentina
iniciaba un proceso de
inserción en la economía mundial que,
hasta su ruptura en 1930, implicó un largo ciclo de
crecimiento
económico, que aún hoy se añora con
melancolía. Independientemente de los factores
económicos que posibilitaron esa inserción,
había tanto en los sectores dirigentes como en la población una expectativa optimista sobre
el futuro, porque se percibía que la Argentina
tenía un rol en el mundo, basado en su potencial como
proveedor de alimentos.
Casi un siglo y medio después, nuestro
país vuelve a encontrar la necesidad de definir qué
rol desea jugar en el mundo y cómo insertarse en
él. Sin embargo, esta necesidad de una visión
estratégica se ve dificultada diariamente por un debate
más concentrado en una puja distributiva de una riqueza
inexistente, que en quiénes pueden hacer posible ese
crecimiento, en función de
su competitividad
y uso neto de recursos
escasos.
El gobierno ha
adoptado un conjunto de medidas drásticas y hasta
dolorosas para muchas personas; las mismas pretenden reactivar la
economía
nacional y reubicar nuestro país en una buena
posición comercial frente al resto del mundo. Resulta
evidente que este propósito apunta a conseguir una
Argentina como la de aquellos años o aún mejor.
Aunque la principal diferencia es que hoy el gobierno no
cuenta con el apoyo fundamental de quienes deben hacer posible
dicho "milagro", la sociedad en
general desde los distintos sectores
económicos.
Es por ello que la tarea requerirá doble
esfuerzo. Por un lado será necesario reactivar la
actividad económica, y por el otro será
indispensable convencer a la sociedad en su
conjunto de que ésta es la mejor manera de hacerlo, dada
la actual situación del país.
La velocidad en
que se emprenda el tan añorado crecimiento se ve
condicionada en gran medida por el apoyo que reciba el plan para
alcanzarlo. En este caso dicho soporte es minúsculo y
brindado sólo por la minoría que se ve beneficiada
por el mismo, ya que la voluntad popular parece oponerse
deliberadamente al contener un sentimiento de incomodidad e
incomprensión ante sus requerimientos.
En este trabajo serán descriptas brevemente las
medidas tomadas a nivel nacional con el objetivo de
reactivar la economía, y se intentará explicar la
probable evolución de la situación
macroeconómica actual y del clima de negocios en
general.
El semanario británico THE ECONOMIST
publicó un artículo analizando la "obsesión"
del gobierno argentino ante el control del
déficit fiscal. El
mismo sostiene que en los países centrales el crecimiento
de la economía fue lo que les permitió reducir el
déficit en las cuentas.
Este punto de vista fue contradicho por el gobierno
argentino cuando tomó las medidas económicas de
ajuste tendientes a lograr el equilibrio
fiscal como
basa para conseguir el tan necesario crecimiento del
país.
Para alcanzar dicho objetivo fue
indispensable tomar las políticas
económicas que se dieron a conocer el 29 de mayo de este
año.
Esta acción fue imprescindible dado que el
modelo
económico argentino requiere préstamos de fuentes de
financiamiento externas. Así es como estas relevantes
medidas pretenden responder alas condiciones impuestas tanto por
el FMI como por los
inversores externos para otorgar créditos y realizar inversiones en
el país. Los requisitos infligidos se relacionan con una
tasa riesgo
país baja y solvencia para responder a la
deuda.
En cuanto al ajuste, se puede decir que su columna
vertebral es un amplio recorte en los salarios de los
agente estatales acompañado por otras medidas como la
desaparición de algunos organismos, el refuerzo de la
lucha contra la evasión, un nuevo acuerdo fiscal federal
con las provincias y reformas de los sistemas
previsional y de obra social.
Al tiempo que otras
condiciones son necesarias para el crecimiento: la
ratificación de la necesidad de solvencia fiscal, la
defensa de la convertibilidad, y de la apertura económica
para lograr un mayor equilibrio
social.
3. Perspectivas
Macroeconómicas
Dada la evolución que experimentó la
economía durante este primer semestre, y como consecuencia
de la persistente recesión y una baja recaudación,
las expectativas cambiaron y como resultado los pronósticos auguran un menor crecimiento
que rondaría el 2,5%.
Aunque menor, este crecimiento se sustentaría en
dos variables.
Lejos de ser el consumo una de
ellas, se encuentra como motor de este
crecimiento a la inversión y, sobre todo, a las exportaciones.
La inversión privada, que ha disminuido en los
últimos tiempos, se vería favorecida por la
continuidad de algunas reinversiones en las empresas
privatizadas. Además, la baja de la tasa riesgo
país (relacionado con la disminución del
déficit fiscal) supone la entrada de flujos de capitales,
tanto para financiar al Gobierno como a la actividad privada,
teniendo en cuenta que ésta tendería a endeudarse
ya que la entrada de capitales haría disminuir la tasa de
interés
interna. Por su parte el Gobierno espera apoyar este posible
movimiento de
las inversiones
con un plan por 24.000
millones de dólares en cinco años, como parte de la
estrategia para
apoyar la reactivación esperada.
Gracias a las medidas adoptadas por el equipo
económico, es posible pensar una mejor performance de las
exportaciones
argentinas, las cuales este año han crecido alrededor del
12% y apuntan a un 15% como mínimo para todo el
año. Dentro de éstas existen ciertos rubros que
pueden incrementar sus montos como el agro, que este año
tuvo cosecha récord, le energía, el
petróleo y la minería.
Es de esperar que las medidas mejoren la competitividad
de los exportadores, quienes se verían más
incentivados a reinvertir en su actividad, ya que sus
márgenes crecerán a raíz de los menores
costos operativos
(estos son una consecuencia de la flexibilización laboral).
Las acciones
apuntan a incrementar las exportaciones no tradicionales
relegando a un segundo plano mejores condiciones para beneficiar
las exportaciones tradicionales. En este caso, éstas
últimas, a pesar del descuido que reciben por parte del
gobierno aún se encuentran en posición competitiva
frente al mercado
internacional; esto, aunque los costos incurridos
para producir son considerablemente superiores.
Las importaciones,
que tienen una relación directa con el nivel de ingreso,
puede afirmarse que no crecerán demasiado. Existirá
una compensación entre las importaciones
prescindibles y las necesarias; por una parte el consumo no
crecerá sino que se pretende que disminuya, lo cual
hará caer las importaciones prescindibles. Por otra parte,
la actividad industrial recién ahora está mostrando
signos de mejora, por lo que puede esperarse que esto favorezca
al aumento de las importaciones de bienes de
capital e
insumos necesarios. Cabe destacar que en lo que resta del
año las importaciones de esta índole apenas
serán percibidas, debido que la mayoría de las
empresas
aún cuentan con capacidad ociosa que tratarán de
aprovechar.
En relación al consumo, el comportamiento
de éste se verá afectado negativamente. El recorte
de salarios en los
estatales tendrá una consecuencia negativa en el mismo;
esta situación se verá agravada por el alto
desempleo y
subempleo, que hace que el nivel de ingreso disponible sea bajo y
por lo tanto el consumo en general sea menor.
Además dicha variable macroeconómica
experimentará una caída considerable,
principalmente generada por la presión
impositiva y la recientemente aprobada ley laboral que
perjudica en gran medida a los trabajadores asalariados. A partir
de esto se evidencia una lógica
relación entre intentar vender menos en el mercado interno
(al hacer disminuir el consumo) para contar con más
excedentes destinados a las exportaciones, esperando importantes
saldos superavitarios en la balanza
comercial.
Por otra parte, las medidas del Estado de
reducir gastos,
también impactará negativamente en el consumo
público, aunque éste prevee ciertos incentivos para
que la actividad privada pueda compensarlo; situación que
en el corto plazo no se concretará, básicamente
porque las empresas no se endeudan debido a sus bajas
expectativas.
En cuanto a la recaudación fiscal, es posible
pensar que en el corto plazo ésta no tenga grandes
cambios. Afectada por la merma del consumo y la baja actividad,
la recaudación no aumentaría; a menos que las
medidas contra la evasión se concreten en acciones
reales. No es posible pensar en nuevos impuestos, ya que
la presión impositiva es muy alta y el eventual costo
político de una decisión como esta sería
innegable.
En cuanto al gasto, el mismo se vería afectado en
menos si todas las reformas anunciadas son llevadas a cabo. Cabe
destacar que el Gobierno para asegurar la gobernabilidad
deberá mantener partidas destinadas a programas de
ayuda social y para reducir las consecuencias del alto desempleo. El
gasto se encuentra altamente limitado a lo fijado por el FMI.
Además el equilibrio fiscal es condición para
atraer capitales externos, lo cual hace preveer una disciplina
fiscal cruenta, que afectará también a las
provincias, las cuales deberán tomar medidas para reducir
su déficit.
Ciertamente un mayor orden en las finanzas
públicas mejora las expectativas de los inversores.
Pero también hay que tener en cuenta que si se afectan el
crecimiento y la estabilidad social, el atractivo del mercado
local para los inversores disminuirá. Desde este punto de
vista, el resultado final del ajuste sobre la inversión y
la actividad es, cuando menos, incierto.
A continuación se llevará a cabo un
análisis FODA respecto del
plan económico argentino en la actualidad.
FORTALEZAS
| OPORTUNIDADES
|
DEBILIDADES
| AMENAZAS
|
El plan económico implementado por el gobierno
profundiza las características del modelo que se
adoptó al comienzo de la década del '90. Esto
refleja el compromiso de adoptar las determinaciones
indispensables para asegurar su continuidad.
Resulta evidente que dentro de las medidas tomadas para
impulsar el crecimiento, el plan privilegia las exportaciones.
Uno de los mejores mecanismos para aumentar las mismas es
fomentando la apertura, sobre todo en el Mercosur, el cual
es preciso tratar de ampliar cuanto menos en el mediano plazo.
Aunque esto implique un importante esfuerzo por lograr acuerdos
que eliminen distorsiones y beneficien a ambas partes.
Además, ya que las economías mundiales en
general están viviendo una recuperación,
podrían resultar atractivas para ampliar los destinos de
las exportaciones argentinas (aunque esto no represente una tarea
fácil para los empresarios del país).
El plan para fomentar el crecimiento tendrá en
cuenta la actual situación de las PYMES y
buscará otorgar un subsidio para las mismas; de modo que
éstas puedan acceder a créditos de aproximadamente
un dígito con una tasa de interés menor (casi 3
puntos menos que la tasa actual).
Por otra parte el proyecto de
unificación de las bolsas más importantes del mundo
obviamente atraerá la atención de los mercados del
primer mundo mientras que las bolsas de los países
emergentes necesitarán buscar rápidamente otros
canales y activos de
transacción para poder
subsistir.
En cuanto a las metas pactadas ante el FMI, se puede
decir que las mismas quizás no podrán ser abarcadas
totalmente en el segundo semestre de este año. Esto debido
a que, si bien los números de la macroeconomía
muestran leves datos sobre la
reactivación, la salida del período de
recesión será extremadamente lenta. Al tiempo se
estaría corriendo el riesgo de tener que soportar
exigencias aún mayores por parte de dicho organismo
internacional.
A pesar de los mencionado anteriormente nuestro
país cuenta con un apoyo fundamental, por parte, tanto de
Estados Unidos
como las grandes empresas, las multinacionales y el mismo FMI que
brindan el consentimiento y el sostén requerido por el
poder
ejecutivo para cumplir con el objetivo planteado. Aunque por
otro lado se deban soportar las oposiciones de los sectores
económicos que están en desacuerdo con el plan y
que no se sienten beneficiados con el mismo.
Los ataques especulativos juegan en contra el plan y
provocan mayor incertidumbre en los operadores de riesgo, quienes
no se deciden totalmente a realizar sus inversiones ya que sus
percepciones del mercado aún no han alcanzado el grado
suficiente de confianza.
Es preciso reconocer que la salida planteada a la
recesión castiga más a algunos sectores de la
economía que a otros. Debido a esto es que el gobierno no
está recibiendo el apoyo social necesario que facilite el
camino de la recuperación.
Por último, cabe destacar que el gobierno, si
bien tomará en cuenta la situación actual de alto
desempleo, ya que tiene planificado poner en marcha un programa nacional
de empleo y otros
planes relacionados con la salud, alimentación y
educación;
no tuvo en consideración la evolución de la
distribución del ingreso (es decir, el
gobierno tenía conocimiento
de las consecuencias negativas del plan económico sobre la
disparidad en la distribución del ingreso, aunque
resolvió hacer silencio al respecto).
Resumen:
Este trabajo tiene como objetivo analizar la
situación macroeconómica actual y las posibles
perspectivas futuras. Se analizan las políticas
económicas del gobierno y se trata de explicar cual es el
movimiento de
las variables
macroeconómicas deseadas por el mismo. Se desarrolla un
análisis
FODA de país y del plan económico en la
actualidad.
Título: Situación macroeconómica
actual y perspectivas
Categoría: Administración de empresas y finanzas-
Economía- Contadores
Trabajo enviado y realizado por:
Arroyo, Daniel
Molinero, Daniela
Estudiantes de Administración de empresas de 5to
año