8. Lectura de
Gino Germani: Movilidad Social En La Sociedad
Industrial
La movilidad social durante la época de la inmigración masiva
Para analizar la movilidad en sociedades, es
necesario recordar la distinción entre diferentes factores
de movilidad, factores que se vinculan con las modificaciones en
la proporción de categorías o posiciones
ocupacionales disponibles, de aquellos otros que originan
movilidad en virtud del hecho de que, cierra parte de los
individuos dejan las posiciones que ocupaban en un momento dado,
se vuelven disponibles para que otros las ocupen. La movilidad
originada en modificaciones en el tamaño relativo de las
categorías, suele recibir el nombre de movilidad
estructural, la que depende del intercambio de personas o
familias podría denominarse movilidad de
circulación o por remplazo. Una movilidad en los
países en transición es la menor fertilidad de las
familias ubicadas en determinadas posiciones por lo cual la
población allí ubicada no logra
reproducirse en cantidad suficiente para cubrir todas las plazas
disponibles.
En la medida en que la presencia de una fuerte movilidad
estructural o demográfica tiende a incrementar de manera
muy intensa la tasa de movilidad general modificando
sustancialmente las chances de los individuos de ascender o
descender es muy posible que se verifiquen efectos psicosociales
de importancia.
Otro tipo de movilidad que, aunque cae dentro de la
definición ya formulada como movilidad por remplazo, esta
originada en las modificaciones masivas del personal
directivo o calificado de las organizaciones
que dependen del Estado o que
pueden estar afectadas por decisiones de los lideres
políticos y del gobierno.
Entre los anos 1860-1870 y 1910-1920 la Argentina
experimentó un crecimiento extraordinario de su población, éste ocurrió en
virtud del aporte inmigratorio por medio del cual se pobló
el país. Si se tiene en cuenta la concentración
geográfica de la inmigración en las zonas centrales, se
revela un predominio numérico de los inmigrantes de
ultramar precisamente en los grupos más
significativos desde el punto de vista político y
económico: los varones adultos.
En el período que se examina mas detalladamente:
1870 a 1920, aproximadamente, la Argentina
creció casi cinco veces.
No parece haber duda de que en menos de una
generación surgió un amplio sector medio y que
necesariamente sus ocupantes debieron reclutarse en los estratos
populares urbanos y rurales. La movilidad social resultante
favoreció a los hijos de individuos de niveles inferiores
que se ubicaron en posiciones mas favorecidas que sus padres. La
expansión de oportunidades se tradujo en una movilidad
intergeneracional y se produjo una grado muy intenso de movilidad
intrageneracional entre los extranjeros.
Para comprender la transformación de la estructura de
la estratificación es necesario poner en evidencia que el
cambio que se
produjo fue consecuencia de una expresión de otras
modificaciones sustanciales de la sociedad
argentina. Los dos cambios más importantes se
dieron:
- En lo económico, con la modernización de
la producción agrícola-ganadera, y el
desarrollo
de la industria
que fue una fuente importante de la renta nacional y
contribuyó poderosamente a transformar la estructura
ocupacional del país. - El otro factor fue el crecimiento urbano, las ciudades
crecieron vertiginosamente y el período de más
intensa urbanización en la Argentina se produjo entre
1869 y 1914.
La transformación urbana, la aparición una
estructura ocupacional predominantemente "no agrícola" de
la población activa, y el surgimiento de una clase media
que alcanza casi una tercera parte de la población , se
ubica en las tres décadas comprendidas entre 1870 y
comienzos del presente siglo.
En cuanto a los extranjeros, su distribución en niveles socio-ocupacionales
resultó ser tal que en los estratos medios urbanos
el elemento extranjero era mayoritario.
Por obra de la expansión de las posiciones medias,
dos tercios de éstas tuvieron que ser cubiertas con
personas de origen popular, y en el caso de los extranjeros los
mismos inmigrantes, obreros, jornaleros, campesinos que se
transformaban en comerciantes, industriales, empleados,
etc.
La proporción de personas extranjeras que
ascendieron fue mucho mayor que la de argentinos.
Los cambios estructurales se concentraron casi
exclusivamente en la zona del litoral y en Bs. As., la
ampliación de los estratos medios fue
mucho mayor en dichas áreas centrales.
El proceso de
expansión de los estratos medios en la Argentina
siguió durante el período de 1914 a 1947, pues
estos pasaron del 30,4 % en la primer fecha a 40,2% en el
último ano nombrado. El incremento anual mayor se dio en
el primer período intracensal (1869-1895).
Debemos referirnos al hecho esencial de que a partir de
1930 la inmigración externa cesa de desempeñar un
papel e la
Argentina a la vez que aparece la migración
interna que aunque con ciertas diferencias vino a sustituirlas.
En la misma época en que se interrumpió la
inmigración masiva, desde mediados de la década que
parte del ano 1930 se inicia un movimiento
migratorio interno de gran intensidad. Estas dos migraciones
(interna y externa) desempeñan un gran papel en la
movilidad social, pero en sentido algo distinto. Las dos
migraciones ejercieron el mismo impacto en cuanto a la
urbanización, el crecimiento urbano siguió a pesar
de la eliminación de las inmigraciones
extranjeras.
En la época de la inmigración masiva los
inmigrantes extranjeros de origen popular contribuyeron a
constituir los estratos medios, alcanzando en ellos un predominio
cuantitativo, en la época posterior parecería que
los inmigrantes se ubicaron sobre todo en los estratos inferiores
empujando a los nacidos en la ciudad hacia las posiciones
medias.
La movilidad social que se dio en esta época fue
distinta a la que se dio en la época de la
inmigración masiva, él más significativo
indico es la difusión de la enseñanza superior y media en la
población que aumentó.
La movilidad social que se dio tanto para los sectores
inferiores de los estratos medios y para cierta parte de los
estratos populares, se da sobre todo en dos sentidos:
- Como síntoma del nivel de
aspiración. - Como cambio
efectivo en la composición de la población activa
ya que aumenta la proporción de aquéllos que
alcanzan algún estudio del nivel secundario o
universitario.
A pesar de que después del extraordinario ritmo de
crecimiento que caracterizó la época de la
inmigración masiva, la sociedad disminuyó
considerablemente su desarrollo
económico, hasta el punto que en la década del
50 entró en una fase de estancamiento, la
transformación industrial, la acentuación de la
urbanización y otros factores contribuyeron a mantener una
tasa de movilidad presumiblemente no inferior a la que se dio en
la etapa anterior. Las personas más movibles fueron los
argentinos nativos, se trató de una movilidad
intergeneracional. La mayor expansión se dio en las
categorías de los estratos medios dependientes, es decir
los empleados.
La movilidad social en Buenos Aires
En Bs. As. la población asciende a 7.000.000 de
personas, una tercera parte del país. Para el análisis de la movilidad social se realiza
una clasificación en siete niveles socio-ocupacionales. La
escala de nivel
ocupacional constituye un buen indicador de la posición
económico-social de los sujetos.
Nivel 1 y 2 manuales:
comprende
Nivel 1: personal de
servicio
doméstico privado, y en activ. comerciales, ind., etc.,
obreros no calificados, peones, vendedores ambulantes y
similares.
Nivel 2: obreros calificados, asalariados o por cuenta
propia, capataces y otro personal de supervisión manual.
Nivel 3 a 6 no manuales:
comprende
Nivel 3: empleados subalternos, y de rutina de baja
calificación, pequeños empresarios de comercio,
industria,
servicios.
Nivel 4: empleados subalternos de mayor
calificación, personal de formación técnica,
empresarios de comercio,
industria, servicio,
medio inferiores (1 a 5 dependientes)
Nivel 5: personal de formación intelectual,
técnica y universitaria, jefes administración
pública y privada.
Nivel 6: empresarios de nivel medio-superior ( 6 a 49
dependientes), jefe medio-superior administración pública y privada,
profesionales libres.
Nivel 7: grandes empresarios (50 o más
dependientes), altos jefes de la administración
pública i privada.
El nivel con mayor cantidad de frecuencia es el 2 con el
34.5% , luego sigue el nivel 3 con el 20.3% y el de menor
frecuencia es le nivel 7 con solo el 1.8%, estos datos son solo
para el área de Bs.As.
Se confirma la existencia de una alta movilidad desde los
niveles populares, pues un 36.5% de las personas cuyo origen
está en los niveles 1 y 2 han pasado a niveles medios y
altos.
En cuanto a la movilidad que tiene lugar entre los hijos de
padres pertenecientes a niveles medios o altos, la movilidad
ascendente a través de la línea popular-media, casi
los dos tercios de los que nacieron en los niveles medios y altos
lograron mantenerse en los mismos. Entre un 50% y un 70% de los
que tuvieron padres profesionales o empresario medio o grande han
descendido a los niveles intermedios.
En la época de la inmigración masiva se
estimó que los estratos medios incluían un 50% de
personas o más de origen popular. Ninguna persona de origen
popular alcanzó el nivel 7, aunque más de la mitad
de los que lo componen tienen origen medio.
La población e Bs. As. está integrada en una
proporción muy elevada por inmigrantes internos y
externos. En Bs. As. la inmigración interna ha ido a
ubicarse en estratos inferiores, mientras que los nativos de la
zona urbana se han visto comparativamente favorecidos,
ascendiendo a posiciones mas altas. Los nacidos en Bs.As.
ascendieron en general. Además de haber nacido en la misma
zona, el otro elemento que favorece el ascenso es el origen
extranjero de uno de los padres o ambos.
Lo que puede verse es la disminución de la movilidad
descendente entre las personas de origen medio o alto, el aumento
de la movilidad ascendente desde los niveles populares, hasta la
década iniciada en 1912 a partir de la cual ya no hay
aumento a este respecto.
Un aspecto importante de la movilidad social ascendente que
se da en Bs. As. entre 1960 y 1961 es el de la educación, y las
chances de alcanzar un nivel dado de educación
están desigualmente distribuidas. El nivel ocupacional del
padre aparece como una factor preponderante en la educación que
alcanzará el hijo.
La movilidad con relación a las elites
Los estratos medios fueron constituidos en una gran
proporción por personas de origen popular, en muchos casos
ascendidos personalmente desde ocupaciones obreras o manuales, la
penetración de elementos populares en los estratos altos,
en particular en la clase que durante muchos anos monopolizaba el
poder
político fue menor
La proporción de los propietarios de tierra nacidos
fuera del país solo alcanzaba el 10%. Esta elite aunque se
la pueda denominar tradicional para distinguirla de otros
sectores de formación mas recientes, de ningún modo
permaneció inmune al llamado aluvión migratorio.
Dentro de este grupo se
hallan las familias más antiguas, pero no puede decirse de
ningún modo que todo el grupo sea tal.
La mitad de todo el grupo tenía antepasados argentinos por
cuatro generaciones o más. Es difícil poder apreciar
todavía cuál es el peso de la elite tradicional en
el país. Se trata de un grupo que ha perdido gran parte de
su poder político y que ha visto su significado relativo
en la economía fuertemente disminuido por el
crecimiento de los sectores industriales y de servicios, su
influencia puede ir todavía mas allá de su peso
real en la estructura social del país.
En el sector de la elite empresaria, no agropecuaria,
según desde el punto de vista de su origen el 45.5% era
extranjero. Una parte de ellos ascendieron a esa posición
por movilidad socia y no por herencia. Existe
un reclutamiento
bastante importante de lideres empresarios en los estratos
medios, inferiores y populares, donde la educación
universitaria es muy poco frecuente.
Lo que se destaca es la preponderancia de las familias
tradicionales en 1936 que corresponde a los efectos de la
revolución
militar de 1930 que implicó un regreso a la democracia
limitada y al predominio de la oligarquía.
En la esfera de las fuerzas armadas hallamos la
proporción de hijos de inmigrantes en este importante
sector de la vida política
argentina.
En un tercer sector, la iglesia, el
reclutamiento
en los estratos medios y populares resulta extraordinariamente
elevado.
De los tres grupos tomados en
cuenta, grandes empresarios, altos dirigentes privados y
públicos, civiles, militares y profesionales, la
categoría de los grandes empresarios revela la mayor
proporción media superior y alta, lo que puede deberse al
hecho de que el mismo incluye las tres ramas de actividad,
también algunos terratenientes. Una parte de las elites
(con excepción de las familias tradicionales) se recluta
en una proporción presumiblemente no inferior a la mitad
en los estratos medios, medio-inferior y popular.
La consecuencia de la movilidad: efectos
políticos
El hecho fundamental que afectó la movilidad en la
Argentina fue el crecimiento muy rápido de la
proporción de los estratos medios los que se incrementaron
a razón del 0.56% anual entre 1869 y1895 y entre 0.27 y
0.29% anual en las épocas posteriores hasta 1947.
Entre las áreas centrales e las áreas
periféricas del país, todo hace presumir que la
movilidad en las primeras fue considerablemente mas
elevada.
El proceso
descrito ocurrido en la Argentina, es análogo al que se ha
verificado en los países industriales. Con la
industrialización se produce una expansión de los
estratos medios y a su vez este proceso produce una aumento de la
movilidad.
En la Argentina desde la época de inmigración
masiva y presumiblemente con igual o mayor intensidad
después, se produjo un grado de movilidad que puede
calificarse de elevado cuando se toma en cuenta lo ocurrido en
otros países.
El nivel de vida de la Argentina, por los menos, para los
dos tercios de la población que se concentran en el
litoral y Bs. As., fue relativamente elevado, la expansión
de las oportunidades educacionales fue en extremo pronunciado,
por lo menos alcanzan a ingresar en la universidad.
Por el efecto acumulado de la movilidad intergeneracional e
intrageneracional, tanto de ascenso como de descenso disminuye la
homogeneidad de los diferentes estratos en tanto éstos
resultan compuestos por personas que ya sea por origen familiar,
han pertenecido a niveles sociales muy diferentes. La
mayoría de los hombres que asciende a clase media se
vuelven políticamente mas conservadores, mientras que los
individuos de origen medio que descienden al nivel obrero
mantienen su posición más conservadora. Las
personas móviles tienden a ser más apáticas
y menos activas políticamente.
Este intercambio entre los estratos sociales, la
heterogeneidad de orígenes, tiene un papel de importancia
en el hecho de que en la Argentina, a pesar de la alta
concentración de obreros industriales en pocos centros
urbanos, no se hayan desarrollado partidos de masa, de
orientación similar a la que se observó en Europa.
El peronismo fue un
movimiento que
expresó a la inmigración interna, compuesta de
personas que por primera vez se hallaban en contacto real con la
sociedad nacional, fue el medio a través del cual se
canalizó la participación política de esta masa
recién urbanizada y recién introducida al trabajo
industrial y que los partidos existentes fueron incapaces de
expresar. En esa adhesión había anhelo de reformas,
mas bien que de cambios sustanciales de la estructura
social.
Desde 1930 hasta comienzos de 1950, las clases populares
experimentaron no solo una tasa elevada de movilidad individual,
sino también considerables mejoras en su nivel de vida. Si
la expansión de los estratos medios favorecía a
hijos de los antiguos inmigrantes extranjeros, la migración
a la ciudad significó también una mejora para los
inmigrantes internos. Ese período de crecimiento
económico fue favorecido por la guerra y
aprovechado por el peronismo, con su
más favorable distribución del rédito nacional.
Poco importa que el crecimiento careciese de fundamentos y que la
estructura económica estuviese profundamente
desequilibrada, se trató de un proceso de
participación creciente tanto en lo económico como
en otras esferas y esta participación reforzó el
carácter conservador del movimiento
político.
A-b)
El autor plantea que la movilidad tuvo lugar debido a que
se produjeron dos cambios sustanciales en la Argentina:
- Modernización de la producción agrícola-ganadera y el
desarrrollo de la industria que fue una importante fuente de la
renta nacional. - Crecimiento urbano.
Sostiene que la mayor parte de los elementos de los
estratos medios, eran extranjeros para 1914. Fue mucho mayor la
proporción de personas extranjeras que ascendieron, sobre
el total de la población de origen popular, que loa
argentinos.
Los cambios estructurales se concentraron casi
exclusivamente en el litoral y Bs.As. y los estratos medios
fueron ampliados en las mencionadas áreas centrales. Pero
no se dio en el modelo de
sustitución el mayor crecimiento de los estratos medios
sino en el agroexportador, consecuencia de las masivas
inmigraciones extranjeras.
Plantea que en el modelo de
sustitución la inmigración externa fue reemplazada,
por migraciones internas y permitió que continuara el
crecimiento urbano.
A pesar de que después del crecimiento que se
produjo en al época de inmigración masiva,
disminuyó el crecimiento
económico, hasta la década del 50 entró
en una fase de estancamiento, pero debido a la
transformación industrial, la acentuación de la
urbanización y otros factores permitieron mantener la tasa
de movilidad que no fue inferior a la de la etapa anterior. Un
factor determinante para la movilidad ascendente fue la
educación secundaria y terciaria.
Con respecto a la inmigración interna sostiene que
se ubicaron en estratos inferiores, mientras que los nativos
nacidos en zonas urbanas se favorecieron con posiciones mas altas
y otro factor que influyó en el ascenso, es el origen
extranjero de uno de los padres, o ambos.
Para el autor desde 1930 a 1950 las clases populares
además de experimentar una elevada tasa movilidad,
mejoraron sus niveles de vida.
Pero a pesar de la expansión que se dio durante
estos anos, ya sea por la inmigración masiva proveniente
del exterior, o la migración interna que contribuyeron al
crecimiento urbano, carecía de fundamentos y la estructura
económica estaba profundamente desequilibrada.
El autor sostiene que debido a la heterogeneidad de la
composición en los diferentes estratos, contribuyó
a que no se desarrollaran partidos
políticos en masa.
9. Lectura de
Persello "El Radicalismo en Crisis"
Crisis del 30 y partidos
políticos.
La apelación a la noción de crisis para
reflexionar en argentina, se ha constituido casi en un lugar
común. No por ello es menos válido el intento de
aportar elementos a la comprensión de la inestabilidad
crónica, la alternancia gobiernos civiles- gobiernos
militares, la debilidad de sistemas
partidarios, el peso de las corporaciones, de su particular
morfología
y funcionamiento.
Los años 80, la salida del autoritarismo, y la
emergencia de la democracia
como horizonte posible, iniciaron el debate en
torno a temas
nuevos o a viejas cuestiones desde perspectivas diferentes. La
cuestión partidos políticos justificó y
justifica análisis variados en el campo de la
sociología política. Buena parte de
las preguntas que orientan la reflexión actual conducen a
mirar el pasado en busca de explicaciones de un presente.
Partidos y contexto.
Existía una debilidad del sistema de
partidos político y como contra cara el peso de lo
corporativo.
El fracaso de los partidos políticos como canales de
mediación entre sociedad y Estado, y como
agregadores de demandas, suele atribuirse al modelo corporativo
de ordenamiento de la sociedad; los partidos son débiles
porque los grupos de representación de intereses
sectoriales son fuertes.
La formación de políticas
públicas y en los procesos de
toma de
decisiones, otros elementos, como el fuerte presidencialismo
y las arraigadas formas clientelísticas en las relaciones
políticas, se incorporan a la idea de
partidos superados por las corporaciones.
Se modifican las teorías
que abordan la problemática de lo político
tendiendo a superar los postulados más fuertemente
reduccionistas, tanto económicos como políticos o
culturales, en un contexto de crisis de los paradigmas
totalizantes.
Los partidos son producto y
parte de la sociedad en la que surgen y se desarrollan, y por
otro lado no son monolíticos y siempre iguales a sí
mismos, sino que suponen su propia historicidad, en
relación con los cambios que se operan en el contexto en
el que actúan.
Carlos strasser: nos ofrece la posibilidad de pensar a los
partidos políticos como instancias cambiantes y
dinámicas, históricas, en una dialéctica,
que implica rearticulaciones, reorganizaciones y cambios
discursivos.
No hay una preocupación por establecer relaciones entre
modalidades del sistema de
partidos y las crisis políticas recurrentes.
Natalio botana: ve al problema de partidos políticos
como una crisis de legitimidad.
Los partidos son incapaces de sostenerla dado que no existe
solidaridad entre
el personal político y el valor acordado
al régimen democrático, con lo que colabora la
presencia de las fuerzas armadas que ponen en acto la posibilidad
de utilizar canales alternativos de acceso al poder.
Liliana de Riz: sostiene que es la trama institucional del
régimen político la que define el espacio de
constitución y el movimiento de los
partidos y que su significado debe buscarse en la relación
sociedad- partidos- Estado.
Los tres autores tienen en común el presupuesto de
que es impensable la cuestión partidos desde la ausencia
de un entramado que les dé sentido, aunque la
visión de sus mediaciones, implicancias y determinaciones
sean distintas.
Strasser: " el grado de desarrollo y
la diferencia clasista subsumen las otras variables
explicativas".
Botana: " adquiere mayor centralidad el régimen
político".
De Riz: " indagar en los modos de relación entre
el Estado y la
sociedad" lo que lleva a afirmar la ausencia de un sistema de
partidos para el caso argentino.
Es la inserción de los partidos políticos en el
interior de un sistema político pautado por la
inestabilidad y por la imposibilidad para establecer un
régimen político democrático, pluralista y
competitivo.
Maria Grossi: " Más que la ausencia de un sistema de
partidos políticos habría que pensar que algunos
sistemas
partidarios son funcionales a la democracia y otros no.
Partidos y cultura
políticas:
Cultura política: se asocia a los valores,
actitudes y
creencias vinculadas al funcionamiento del sistema
político.
Vicente Palermo: acude a la noción de movimiento
hegemónico para caracterizar uno de los rasgos fuertes de
la tradición política cultural argentina
(subcompetitividad del sistema partidario). El conflicto es
atribuido a un enemigo minoritario y opuesto; implica la
exclusión y/o la subordinación del otro. Así
se da:
El que no es peronista es enemigo del pueblo.
El que no es radical esta con los enemigos de la
democracia.
Existe una ausencia de reconocimiento recíproco,
de legitimación del otro.
Coincide con De Riz cuando dice que las luchas
políticas del siglo XX, se modelaron apelando a la
integración nacional, antes que a los
intereses de fuerzas sociales.
Según botana, la emergencia del peronismo parte
aguas. Es desde allí que la noción de movimiento
reemplaza en la conciencia
popular a la de partido y se disputan la preeminencia, la vieja
república y el movimiento. La república
habría constituido la única posibilidad de
configurar un sistema de partidos distintos. La noción de
partido predominaba en la historia hasta que el
peronismo logra erradicar, al menos en sus seguidores esta
noción.
Para Grossi existe una dualidad en el comportamiento
partidario que refleja modalidades distintas de hacer
política:
Democracia política y ciudadanía:
definiría el accionar del radicalismo que se
orientaría hacia la representación.
Democracia social y tendencia a la participación:
quedarían orientadas a la imagen del
peronismo.
Grossi y Botana minimizan la intención del
radicalismo de representar a la nación.
Consideran que su imagen esta
asociada a la batalla por las libertades políticas y su
identidad
queda así vinculada a la democracia.
El partido como método de
investigación.
Estas perspectivas distintas, apartan de los temas
apartan d los temas la dinámica y los procesos
internos de los partidos (liderazgo,
organización y cambios discursivos
internos).
De la sumatoria de trabajos sobre partidos en particular
no se puede construir una idea acabada sobre el funcionamiento
del sistema partidario en su conjunto.
Debería ubicarse a los partidos en el interior de
la trama societaria en la que actúan y de la cual son
parte constitutiva.
Un partido no es siempre igual a sí mismo, entre
discursos
políticos y cambios sociales existe una relación
que no es lineal. un partido político no constituye
necesariamente una unidad, existen tensiones y conflictos que
coexisten en el interior del radicalismo.
Partidos y crisis.
Los años 30 son indagados modificando visiones
que encerraban a la coyuntura en expresiones como
restauración oligárquica, década infame,
época oscura.
Esto fue así porque gran parte de la historia
argentina asumió al peronismo como momento
fundacional, como ruptura de un orden y emergencia de otro
totalmente nuevo y diferente.
El peronismo no es el punto de llegada predeterminado e
inevitable después de los fracasos por articular un nuevo
modo de desarrollo a una nueva forma de
hegemonía.
De la crisis no parece emerger ningún grupo que
tenga la fuerza
necesaria para imponer su interés
particular y crear a partir de allí un interés
general.
Del golpe ( por el cual se rompe la normativa
constitucional en cuanto a las reglas de transferencia del
gobierno y se
descree de la democracia como principio organizador del orden
político), no surge ningún actor político
capaz de interpretar una sociedad que se transforma
aceleradamente.
Ninguna propuesta se transforma en
hegemónica.
La década del 30 es una época de
desencuentros trágicos, de discursos
construidos alrededor de un mundo de ficción. Nadie
llegó a comprender el sentido de estas mutaciones
geológicas.
La crisis de legitimidad del régimen y la
dislocación d entidades colectivas, supone alteraciones en
la forma del sistema político, entendido como lugar de los
pactos y los enfrentamientos como fuerzas sociales.
Funciones de los partidos
políticos.
Estas funciones son
seleccionar, agregar y articular intereses traduciéndolos
en demandas; representar al pueblo al expresar sus exigencias.
Estas demandas no solo deben ser transmitidas sino también
respaldadas por una presión.
Los partidos políticos de los años 30, no
parecen cumplir este enunciado de funciones, son
incapaces de percibir los cambios de una sociedad que se esta
industrializando.
Junto con la democracia, el sistema de partidos es
puesto en discusión para valorizar otras formas de
representación y de legitimidad.
El lugar de la política ocupa nuevos espacios si
bien no llega a reemplazar a los partidos.
En esos años varios sectores aparecen como
subrrepresentados (obreros, sectores pequeños y medianos
de la industria y el agro). Liderazgo de
los sectores económicos tradicionales.
Después del golpe de septiembre el mapa
partidario esta conformado por el partido demócrata
nacional, fuerza
política heterogénea y estructura
débil.
La exclusión/ abstracción del radicalismo
en las elecciones permite al partido socialista y al
demócrata progresista, crecer en términos de
representación en el gobierno.
El fraude impide la
posibilidad de competencia, pero
además, el radicalismo( principal partido opositor) pasa
de no aceptar las reglas del juego a
involucrarse en él, sin que medien cambios importantes en
el funcionamiento del sistema (no logra encontrar su lugar). A
mediados de la década dejó de ser el partido
mayoritario, y con el tiempo su
predominio pasa al peronismo.
El triunfo de Ortiz en las elecciones presidenciales
inducen al radicalismo a una postura expectante que lo acerca al
gobierno.
La crisis económica y política agudiza la
debilidad parlamentaria.
En los años 30, el radicalismo padecía la
imposibilidad de unificar y representar a los sectores populares
en torno a una
propuesta que sintetice a una sociedad que esta
cambiando.
Crisis en los partidos.
El futuro de la democracia depende de los cambios
internos de los partidos, afectados por dos crisis: de la
eficacia de
los postulados que sostienen y de su organización interna (procedimientos y
tácticas).
Los partidos transitan por una crisis de identidad y
una ausencia de organicidad.
Gana terreno la idea de reglamentar los partidos
políticos. Uriburu en 1931 dicta un decreto para
reglamentar la constitución de partidos políticos,
la cual rige hasta 1949.
Organización y dinámica.
La organización se da entre personas que
sustentan la misma ideología, pero un partido político
surge de la arena política y siendo paulatinamente
reemplazado por la
organización.
Parecería ser que para el radicalismo de los
años 30 el fin último era conquistar el poder
político, pero en el momento en que esta se ve amenazada,
se privilegia la unidad por sobre la identidad.
El radicalismo se reunifica y mantiene la unidad durante
toda la década, poniendo en juego la
definición de su identidad; aunque continúan las
disputas internas por los espacios de poder. Cada una de las
tendencias internas que conviven en el partido se
planteará como la poseedora de la receta para superar la
crisis societal y esto provocará enfrentamientos y
desestabilizaciones de los anteriores equilibrios de poder que
asumirán la forma de propuestas de cambio de las reglas de
juego interpartidarias, pautadas en la carta
orgánica.
Reunificación y reorganización.
Entre fines de 1930 y principios de
1931, se da la yuxtaposición caótica de intentos de
unificación, acompañado con propuestas
reorganizadoras que tienen distinto origen. El radicalismo
intenta una reestructuración interna a través de
una renovación de dirigentes.
En abril de 1931 llega Alvear a Bs. As. Y dispone une
reorganización sin exclusiones, para lo cual se constituye
una junta pro- reorganización (Junta del City).
La reorganización se desdobla quedando afuera el
radicalismo entrerriano.
La junta finalmente anuncia la reforma de la carta
orgánica y la sanción de un programa; nombra
comisiones para que elaboren ambos anteproyectos.
La carta
orgánica mantiene en lo esencial la estructura
organizativa de 1892; la novedad reside en que establece el
propio voto directo, secreto y obligatorio; concede
representación a las minorías y reglamenta las
incompatibilidades de los cargos partidarios con los empleados
públicos y de los cargos electivos con los
partidarios.
Los cambios introducidos suponen la decisión de
democratizar las practicas internas (organizarlo e
institucionalizarlo).
Abstención o concurrencia.
Entre 1931 y 1935 el partido radical no concurrió
a los comicios. La estrategia
abstencionista mereció juicios disímiles en el
interior del partido. Para quienes la avalaron, la
abstención e intransigencia, aparecen como términos
complementarios e inseparables. La decisión de levantarla
a partir de 1935 se explica a partir de la incapacidad de la
dirección alvearista, para luchar
intransigente y frontalmente contra el régimen
fraudulento, y da inicio a la etapa colaboracionista.
El triunfo del concurrencialismo hace que retornen al
partidos algunos de los núcleos que habían quedado
fuera de la reunificación de 1931 y cuyos dirigentes
estaban ocupando posiciones públicas en el gobierno de
Justo. Estas incorporaciones producen malestar en el sector
intransigente del partido.
En 1935 se realiza la Asamblea de la Fuerza de
Orientación Radical (F.O.R.J.A.), grupo de intelectuales
que cuestionan a la dirección del partido y se proponen "
salvar" la identidad partidaria amenazada.
Colaboración e intransigencia.
El levantamiento de la abstención amplia las
opciones del partido. Este levantamiento mantuvo inalterable el
régimen de arbitrariedad e ilegalidad
imperante.
Se cuestiona la " colaboración ", pero no desde
la intransigencia a la que define como " un estado de
espíritu puramente subjetivo y sentimental", diferente de
una línea política determinada por un conjunto de
enunciados doctrinarios.
Desde la intransigencia también se condena la
labor parlamentaria del partido y los argumentos no difieren
demasiado. El partido transigió con los gobiernos
fraudulentos.
Se comprimió la acción legislativa a
términos inofensivos; se abandonó la
organización de la reacción del pueblo ante los
atentados cometidos contra sus intereses materiales o
sus tradiciones espirituales… Actuandoce con intensidad
únicamente en los procesos electorales.
El cuestionamiento es que el partido dejo de
diferenciarse del gobierno poniendo en juego su propia
identidad.
Unidad y programa.
El programa de uniformidad a la acción
parlamentaria, circunscribe a la actividad de sus adherentes
dentro de un campo ideológico prefijado; promueve y
estimula el estudio de los problemas
sociales y de su solución, con arreglo al criterio del
partido; orienta la opinión popular.
Alvearismo e intransigencia.
Los sectores intransigentes del partido, que irán
nucleandose y organizandoce a lo largo de la década, se
constituyen hacia fines de 1942 en un movimiento nacional a
partir de grupos provinciales. Los une la crítica a la
dirección del partido. El alvearismo comprometió la
tradición histórica del partido, su identidad. La
propuesta es democratizarlo internamente, reemplazar la
máquina por el debate de
ideas.
La consigna de los sectores que al finalizar la
década se unen al movimiento intransigente, es obedecer a
las altas autoridades, "trabajando dentro del partido por la
depuración de las practicas.
Finalmente será la posición frentista
adoptada por el radicalismo en 1942, la que lleve a la
intransigencia a unificarse, constituyendo una fuerza a nivel
nacional.
El cambio propuesto por la intransigencia esta pensado
como un medio para alterar la distribución de los recursos de poder
en el interior de la organización. La tendencia de la
dirección del partido es resistirlo.
10. Crisis del 30 y
partidos políticos.
La apelación a la noción de crisis para
reflexionar en argentina, se ha constituido casi en un lugar
común. No por ello es menos válido el intento de
aportar elementos a la comprensión de la inestabilidad
crónica, la alternancia gobiernos civiles- gobiernos
militares, la debilidad de sistemas partidarios, el peso de las
corporaciones, de su particular morfología y
funcionamiento.
Los años 80, la salida del autoritarismo, y la
emergencia de la democracia como horizonte posible, iniciaron el
debate en torno a temas nuevos o a viejas cuestiones desde
perspectivas diferentes. La cuestión partidos
políticos justificó y justifica análisis
variados en el campo de la sociología política. Buena parte de
las preguntas que orientan la reflexión actual conducen a
mirar el pasado en busca de explicaciones de un
presente.
Partidos y contexto.
Existía una debilidad del sistema de partidos
político y como contra cara el peso de lo
corporativo.
El fracaso de los partidos políticos como canales
de mediación entre sociedad y Estado, y como agregadores
de demandas, suele atribuirse al modelo corporativo de
ordenamiento de la sociedad.
Se modifican las teorías
que abordan la problemática de lo político
tendiendo a superar los postulados más fuertemente
reduccionistas, tanto económicos como políticos o
culturales, en un contexto de crisis de los paragmas
totalizantes.
Los partidos son producto y
parte de la sociedad en la que surgen y se desarrollan; los
cuales no son monolíticos y siempre iguales a sí
mismos, sino que suponen su propia historicidad, en
relación con los cambios que se operan en el contexto en
el que actúan.
Carlos Strasser: nos ofrece la posibilidad de pensar a
los partidos políticos como instancias cambiantes y
dinámicas, históricas, en una dialéctica,
que implica rearticulaciones, reorganizaciones y cambios
discursivos.
No hay una preocupación por establecer relaciones
entre modalidades del sistema de partidos y las crisis
políticas recurrentes.
Natalio Botana: ve al problema de partidos
políticos como una crisis de legitimidad.
Los partidos son incapaces de sostenerla dado que no
existe solidaridad entre
el personal político y el valor acordado
al régimen democrático, con lo que colabora la
presencia de las fuerzas armadas que ponen en acto la posibilidad
de utilizar canales alternativos de acceso al poder.
Liliana de Riz: sostiene que es la trama institucional
del régimen político la que define el espacio de
constitución y el movimiento de los partidos y que su
significado debe buscarse en la relación sociedad-
partidos- Estado.
Los tres autores tienen en común el presupuesto de
que es impensable la cuestión partidos desde la ausencia
de un entramado que les de sentido, aunque la visión de
sus mediaciones, implicancias y determinaciones sean
distintas.
Strasser: " el grado de desarrollo y la diferencia
clasista subsumen las otras variables
explicativas".
Botana: " adquiere mayor centralidad el régimen
político".
De Riz: " indagar en los modos de relación entre
el Estado y la
sociedad" lo que lleva a afirmar la ausencia de un sistema de
partidos para el caso argentino.
Es la inserción de los partidos en el interior de
un sistema político pautado por la inestabilidad y por la
imposibilidad para establecer un régimen político
democrático, pluralista y competitivo.
Maria Grossi: " Más que la ausencia de un sistema
de partidos políticos habría que pensar que algunos
sistemas partidarios son funcionales a la democracia y otros
no".
Partidos y cultura
políticas:
Cultura política: se asocia a los valores,
actitudes y
creencias vinculadas al funcionamiento del sistema
político.
Vicente Palermo: acude a la noción de movimiento
hegemónico para caracterizar uno de los rasgos fuertes de
la tradición política cultural argentina (
subcompetitividad del sistema partidario). El conflicto es
atribuído a un enemigo minoritario y opuesto; implica la
exclusión y/o la subordinación del otro. Así
se da:
El que no es peronista es enemigo del pueblo.
El que no es radical esta con los enemigos de la
democracia.
Existe una ausencia de reconocimiento recíproco,
de legitimación del otro.
Coincide con De Riz cuando dice que las luchas
políticas del siglo XX, se modelaron apelando a la
integración nacional, antes que a los
intereses de fuerzas sociales.
Según Botana, la emergencia del peronismo parte
aguas. Es desde allí que la noción de movimiento
reemplaza en la conciencia
popular a la de partido y se disputan la preeminencia, la vieja
república y el movimiento. La noción de partido
predominaba en la historia hasta que el
peronismo logra erradicar, al menos en sus seguidores esta
noción.
Para Grossi existe una dualidad en el comportamiento
partidario que refleja modalidades distintas de hacer
política:
Democracia política y ciudadanía:
definiría el accionar del radicalismo que se
orientaría hacia la representación.
Democracia social y tendencia a la participación:
quedarían orientadas a la imagen del
peronismo.
Grossi y Botana minimizan la intención del
radicalismo de representar a la nación. Consideran que su
imagen esta asociada a la batalla por las libertades
políticas y su identidad queda así vinculada a la
democracia.
El partido como método de
investigación.
Estas perspectivas distintas, apartan de los temas
apartan d los temas la dinámica y los procesos internos de
los partidos (liderazgo, organización y cambios
discursivos internos).
De la sumatoria de trabajos sobre partidos en particular
no se puede construir una idea acabada sobre el funcionamiento
del sistema partidario en su conjunto.
Debería ubicarse a los partidos en el interior de
la trama societaria en la que actúan y de la cual son
parte constitutiva.
Un partido no es siempre igual a sí mismo, entre
discursos políticos y cambios sociales existe una
relación que no es lineal.un partido político no
constituye necesariamente una unidad, existen tensiones y
conflictos que
coexisten en el interior del radicalismo.
Partidos y crisis.
Los años 30 son indagados modificando visiones
que encerraban a la coyuntura en expresiones como
restauración oligárquica, década infame,
época oscura.
Esto fue así porque gran parte de la historia
argentina asumió al peronismo como momento
fundacional, como ruptura de un orden y emergencia de otro
totalmente nuevo y diferente.
El peronismo no es el punto de llegada predeterminado e
inevitable después de los fracasos por articular un nuevo
modo de desarrollo a una nueva forma de
hegemonía.
De la crisis no parece emerger ningún grupo que
tenga la fuerza necesaria para imponer su interés
particular y crear a partir de allí un interés
general.
Del golpe ( por el cual se rompe la normativa
constitucional en cuanto a las reglas de transferencia del
gobierno y se descree de la democracia como principio organizador
del orden político), no surge ningún actor
político capaz de interpretar una sociedad que se
transforma aceleradamente.
La década del 30 es una época de
desencuentros trágicos, de discursos construidos alrededor
de un mundo de ficción. Nadie llegó a comprender el
sentido de estas mutaciones geológicas.
La crisis de legitimidad del régimen y la
dislocación d entidades colectivas, supone alteraciones en
la forma del sistema político, entendido como lugar de los
pactos y los enfrentamientos como fuerzas sociales.
Funciones de los partidos políticos.
Estas funciones son seleccionar, agregar y articular
intereses traduciéndolos en demandas; representar al
pueblo al expresar sus exigencias. Estas demandas no solo deben
ser transmitidas sino también respaldadas por una
presión.
Los partidos políticos de los años 30, no
parecen cumplir este enunciado de funciones, son incapaces de
percibir los cambios de una sociedad que se esta
industrializando.
Junto con la democracia, el sistema de partidos es
puesto en discusión para valorizar otras formas de
representación y de legitimidad.
El lugar de la política ocupa nuevos espacios si
bien no llega a reemplazar a los partidos.
En esos años varios sectores aparecen como
subrrepresentados (obreros, sectores pequeños y medianos
de la industria y el agro). Liderazgo de los sectores
económicos tradicionales.
Después del golpe de septiembre el mapa
partidario esta conformado por el partido demócrata
nacional, fuerza política heterogénea y estructura
débil.
La exclusión/ abstracción del radicalismo
en las elecciones permite al partido socialista y al
demócrata progresista, crecer en términos de
representación en el gobierno.
El fraude impide la
posibilidad de competencia, pero
además, el radicalismo (principal partido opositor) pasa
de no aceptar las reglas del juego a involucrarse en él,
sin que medien cambios importantes en el funcionamiento del
sistema (no logra encontrar su lugar). A mediados de la
década dejó de ser el partido mayoritario, y con el
tiempo su
predominio pasa al peronismo.
El triunfo de Ortiz en las elecciones presidenciales
inducen al radicalismo a una postura expectante que lo acerca al
gobierno.
La crisis económica y política agudiza la
debilidad parlamentaria.
En los años 30, el radicalismo padecía la
imposibilidad de unificar y representar a los sectores populares
en torno a una propuesta que sintetice a una sociedad que esta
cambiando.
Crisis en los partidos.
El futuro de la democracia depende de los cambios
internos de los partidos, afectados por dos crisis: de la
eficacia de
los postulados que sostienen y de su organización interna
(procedimientos y
tácticas).
Los partidos transitan por una crisis de identidad y una
ausencia de organicidad.
Gana terreno la idea de reglamentar los partidos
políticos. Uriburu en 1931 dicta un decreto para
reglamentar la constitución de partidos políticos,
la cual rige hasta 1949.
Organización y dinámica.
La organización se da entre personas que
sustentan la misma ideología, pero un partido
político surge de la arena política y siendo
paulatinamente reemplazado por la organización.
Parecería ser que para el radicalismo de los
años 30 el fin último era conquistar el poder
político, pero en el momento en que esta se ve amenazada,
se privilegia la unidad por sobre la identidad.
El radicalismo se reunifica y mantiene la unidad durante
toda la década, poniendo en juego la definición de
su identidad; aunque continúan las disputas internas por
los espacios de poder. Cada una de las tendencias internas que
conviven en el partido se planteará como la poseedora de
la receta para superar la crisis societal y esto provocará
enfrentamientos y desestabilizaciones de los anteriores
equilibrios de poder que asumirán la forma de propuestas
de cambio de las reglas de juego interpartidarias, pautadas en
la carta
orgánica.
Reunificación y reorganización.
Entre fines de 1930 y principios de
1931, se da la yuxtaposición caótica de intentos de
unificación, acompañado con propuestas
reorganizadoras que tienen distinto origen. El radicalismo
intenta una reestructuración interna a través de
una renovación de dirigentes.
En abril de 1931 llega Alvear a Bs. As. Y dispone une
reorganización sin exclusiones, para lo cual se constituye
una junta pro- reorganización (Junta del City).
La reorganización se desdobla quedando afuera el
radicalismo ertrerriano.
La junta finalmente anuncia la reforma de la carta
orgánica y la sanción de un programa; nombra
comisiones para que elaboren ambos anteproyectos.
La carta orgánica mantiene en lo esencial la
estructura organizativa de 1892; la novedad reside en que
establece el propio voto directo, secreto y obligatorio; concede
representación a las minorías y reglamenta las
incompatibilidades de los cargos partidarios con los empleados
públicos y de los cargos electivos con los
partidarios.
Los cambios introducidos suponen la decisión de
democratizar las practicas internas (organizarlo e
institucionalizarlo).
Abstención o concurrencia.
Entre 1931 y 1935 el partido radical no concurrió
a los comicios. La estrategia
abstencionista mereció juicios disímiles en el
interior del partido. Para quienes la avalaron, la
abstención e intransigencia, aparecen como términos
complementarios e inseparables. La decisión de levantarla
a partir de 1935 se explica a partir de la incapacidad de la
dirección alvearista, para luchar intransigente y
frontalmente contra el régimen fraudulento, y da inicio a
la etapa colaboracionista.
El triunfo del concurrencialismo hacen que retornen al
partidos algunos de los núcleos que habían quedado
fuera de la reunificación de 1931 y cuyos dirigentes
estaban ocupando posiciones públicas en el gobierno de
Justo. Estas incorporaciones producen malestar en el sector
intransigente del partido.
En 1935 se realiza la Asamblea de la Fuerza de
Orientación Radical (F.O.R.J.A.), grupo de intelectuales
que cuestionan a la dirección del partido y se proponen "
salvar" la identidad partidaria amenazada.
Colaboración e intransigencia.
El levantamiento de la abstención amplia las
opciones del partido. Este levantamiento mantuvo inalterable el
régimen de arbitrariedad e ilegalidad
imperante.
Se cuestiona la " colaboración ", pero no desde
la intransigencia a la que define como " un estado de
espíritu puramente subjetivo y sentimental", diferente de
una línea política determinada por un conjunto de
enunciados doctrinarios.
Desde la intransigencia también se condena la
labor parlamentaria del partido y los argumentos no difieren
demasiado. El partido transigió con los gobiernos
fraudulentos.
Se comprimió la acción legislativa a
términos inofensivos; se abandonó la
organización de la reacción del pueblo ante los
atentados cometidos contra sus intereses materiales o
sus tradiciones espirituales… Actuandoce con intensidad
únicamente en los procesos electorales.
El cuestionamiento es que el partido dejo de
diferenciarse del gobierno poniendo en juego su propia
identidad.
Unidad y programa.
El programa de uniformidad a la acción
parlamentaria, circunscribe a la actividad de sus adherentes
dentro de un campo ideológico prefijado; promueve y
estimula el estudio de los problemas
sociales y de su solución, con arreglo al criterio del
partido; orienta la opinión popular.
Alvearismo e intransigencia.
Los sectores intransigentes del partido, que irán
nucleandose y organizandoce a lo largo de la década, se
constituyen hacia fines de 1942 en un movimiento nacional a
partir de grupos provinciales. Los une la crítica a la
dirección del partido. El alvearismo comprometió la
tradición histórica del partido, su identidad. La
propuesta es democratizarlo internamente, reemplazar la
máquina por el debate de ideas.
La consigna de los sectores que al finalizar la
década se unen al movimiento intransigente, es obedecer a
las altas autoridades, " trabajando dentro del partido por la
depuración de las practicas.
Finalmente será la posición frentista
adoptada por el radicalismo en 1942, la que lleve a la
intransigencia a unificarse, constituyendo una fuerza a nivel
nacional.
El cambio propuesto por la intransigencia esta pensado
como un medio para alterar la distribución de los recursos de poder
en el interior de la organización. La tendencia de la
dirección del partido es resistirlo.
11. Modelo de desarrollo:
renovación o reproducción.
Entre los años 30 y los 40 asistimos a un
transito del "estado liberal de derecho" al estado social",
pasaje que puede ser leído de manera lineal sino que
implica continuidades y rupturas en el ámbito del
desarrollo y en el de la hegemonía.
Existía un debate en el interior del partido
radical en torno a un modelo económico posible para una
Argentina en crisis. ¿cuánto de nuevo y
cuánto de viejo, de reproducción de la Argentina
agroexportadora aparece en el discurso
partidario de los años 30?… nos encontramos con una
heterogeneidad atravesada por propuestas que lo alejan de los
postulados demoliberales en sentido estricto.
Antilatifundismo: "reforma
agraria".
El primer problema a resolver es que Argentina es un
país agrario y que el estado debe actuar como
interventor.
Algunos de los puntos de vista compartidos por los
radicales de todas las tendencias son:
- La tierra no es
una mercancía, es un medio de producción que
tiene que estar en manos de quien la trabaja. - Las superficies en manos de los propietarios deben
ser limitadas, y el estado debe limitar la
concentración. - Debe ser explotada racional y convenientemente,
en6tregandola a quien la haga producir y/ o gravándola
impositivamente.
El mantenimiento
del latifundio implica la pervivencia del "feudalismo
económico". Es el enemigo de la unificación
territorial, económica y cultural del país. Por lo
cual la idea que predomina es limitarla en su extensión y
subordinarla al interés colectivo, en tanto debe cumplir
una "función
social"; no se trata de quitarles tierras a los que tienen para
dárselas a los que no tienen, sino que se ubican en una
tercera posición entre la socialización y la tierra y la
propiedad
privada absoluta.
Lo importante es tener en cuenta al factor hombre, y la
intervención del estado como regulador. La propiedad
implica la obligación para con la comunidad de su
cultivo y de su explotación
Se presentaron varias propuestas de reforma
agraria, entre ellas:
Barcos: la reforma agraria compatible con el
régimen político, la historia y la economía nacionales,
es el arrendamiento del estado.
Massone: apunta a la solución del problema del
monopolio de
la tierra y
del arrendatario; y agrega que la colonización oficial no
puede ser ya aceptada, debe ser un instrumento accesorio a planes
más generales y estar sujeta a determinadas
condiciones.
Sabattini: durante su gobierno se sancionó una
ley que
establece el impuesto al
ausentismo y la herencia.
En general, las propuestas tendientes a resolver el
problema de la concentración de la tierra van
acompañadas por otras que pretenden solucionar los
problemas que
afectan al productor rural.
12. Comercialización de la producción
agropecuaria.
Los radicales esgrimen críticas a la
monopolización y a la extranjerización del comercio
y, además opiniones negativas del accionar del gobierno de
la década en cuanto a las medidas tomadas en ese aspecto,
para palear la crisis. No critican la intervención estatal
sino el sesgo que esta tomó hacia un determinado grupo de
intereses: los latifundistas, los grandes ganaderos, los
monopolios.
Algunos puntos de los principales argumentos
fueron:
- Las industrias
clásicas de la economía
argentina, están sometidas a los capitales
extranjeros. - El accionar de los monopolios extranjeros esta
vinculado a los gobiernos oligárquicos, en tanto exige
garantías y condiciones propicias que solo puede
concederle el régimen imperante. - La monopolización lleva a la
degradación de productores y consumidores, a su
creciente pauperización. - Una economía monopolizada y entregada a los
capitales extranjeros conllevan necesariamente la
deformación antidemocrática del orden
institucional. - Las inversiones
de capitales extranjeros deben ser estimuladas en tanto
constituyen un factor de progreso pero a condición de
que no les otorguen privilegios que socavan la economía
nacional
El estado debe intervenir para frenar la
monopolización de la economía y para controlar a
los capitales extranjeros.
La salida para los países productores de materia prima
es el control estatal
de la economía. El estado es el único que tiene el
deber y la capacidad jurídica para hacerlo.
De lo que se trata es de no matar la libre iniciativa
del capital
privado creando una" dictadura
económica del estado", pero, sin embargo, allí
donde el capital
monopolista sea más fuerte que el propio estado, no hay
otra solución que establecer el monopolio
estatal, o nacionalizar la rama productiva absorbida por el
capital trustificado (asociación de productores para
abaratar costos).
En función de estas premisas elabora un plan de
emergencia para conjurar la crisis que incluye nacionalizaciones,
estancos y un estado intermediario.
Con respecto al plan Pinedo, la
evaluación que hace el partido es que de
instaurarse significaría una dictadura
económico-financiera. Sostiene una opinión
favorable al objetivo, pero
cuestiona el procedimiento de
financiación a implementarse.
Agro vs. Industria.
La cuestión agraria ocupa un lugar central en los
textos radicales, pero no sucede así con el tema del
desarrollo industrial, que no solo no es central sino que el
espacio que se le dedica es mínimo.
En el partido predomina una visión de país
agrario y exportador lo cuál no nos autoriza a decir que
se sostenga una postura anti-industrialista, pero si que la
industria no forma parte de sus preocupaciones
inmediatas.
Hay consenso de que la agricultura y
la ganadería
deben ser protegidas y subsidiadas por el estado, pero no aparece
un planteo semejante cuando se trata de la industria
manufacturera. Esto se hace evidente al discutirse el Plan
Pinedo.
En realidad, la actitud
política del partido radical consiste en la
no-discusión del Plan en el Parlamento en función
de haber decretado lo que se llamó "intransigencia
parlamentaria": no participar en las sesiones hasta tanto no se
intervengan las provincias donde se habían llevado a cabo
elecciones fraudulentas.
La consigna era un desarrollo industrial siempre que no
afecte al desarrollo agrario y que no necesite apoyo o
intervención estatal. Se mantiene una visión de la
industria como actividad competitiva del desarrollo agrario, sus
intereses se piensan como opuestos y en pugna por la
distribución del excedente.
Defensa del consumidor.
Las primeras víctimas de la acción
monopolista son los consumidores, son quienes deben soportar la
carga de la pretendida reconstrucción económica.
Plantean que, si la producción, frente a las restricciones
del comercio
internacional y la retracción de los mercados, impuso
un rompimiento de las normas del
liberalismo
económico, resulta también indispensable que se
establezcan normas para la
fijación de precios
internos o algún mecanismo que evite la carestía de
la vida
Enumeran una serie de medidas que surgen a raíz
de la carestía de la vida, y que deberían ser
tomadas en cuenta para elaborar la legislación
pertinente:
- Fiscalización de los precios de
venta al por
mayor y menor. - Revisión del todo el sistema aduanero vigente
con supresión de las trabas impuestas al comercio de
importación. - Supresión del control de
cambios y creación de un fondo de estabilización
de los cambios. - Reajuste de los sueldos y
salarios de las industrias,
comercios, empresas de SS.
Públicos, y empresas
monopolizadoras.
En la cámara de diputados, Zara también se
hace eco del problema y lleva adelante una interpelación
al ministro de agricultura,
en el año 1941. Considera dos caminos posibles: impedir la
exportación o al menos restringirla y fijar
precios máximos en las tres etapas de comercialización.
Indudablemente, en la versión del radicalismo la
defensa del consumidor exige
la intervención estatal para controlar precios y salarios o para
otorgar subsidios. Estas medidas, junto con el levantamiento o la
reducción de los aranceles a
los productos de
importación reactivarían el mercado interno y
posibilitarían una mayor justicia
retributiva.
El radicalismo no articula un discurso
"nuevo" que de cuenta de la profundidad de las mutaciones
sociales.
La centralidad productiva que iba adquiriendo la
industria, y en consecuencia, la clase obrera, parece no haber
sido percibida, no solo por los radicales, sino por buena parte
de los actores políticos de la década.
Postura del autor:
A M.Persello: tiene una postura crítica con
respecto a la actuación del radicalismo en esa
época; pero no deja de considerar que es un partido en
crisis y que se desenvuelve dentro de una sociedad en iguales
condiciones. Resalta la debilidad de los sistemas partidarios,
incapaces de percibir los cambios de una sociedad que se esta
industrializando y que esta dominada por un movimiento
hegemónico y de ilegitimidad de los partidos.
Con respecto al peronismo, la autora considera que solo
emerge como una opción en la discusión de la
sociedad Argentina y no como funciona en el imaginario colectivo,
que lo considera un " mito
fundacional" de la nueva articulación entre desarrollo y
hegemonía.
Aspecto económico
Modelo Agroexportador | Modelo Sustitución de |
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Aspecto Político
Modelo Agroexportador | Modelo Sustitución de |
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Aspecto social
Modelo Agroexportador | Modelo Sustitución de |
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Trabajo enviado y realizado por:
Cominneti, Luciano
Polacco, María
Rodriguez, Pablo
Torres, Yanina
Villoria, Sebastián
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