1-
2- La
Pedagogía como Ciencia
3- Algunas
consideraciones sobre las Tendencias Pedagógicas
Contemporáneas
4- Pedagogía Tradicional: algunas
esencialidades
5- Escuela Nueva:
algunas esencialidades
6- Tecnología Educativa: algunas
esencialidades
7- Sistema de
Instrucción Personalizada: algunas
esencialidades
8- Pedagogía Autogestionaria:
algunas esencialidades
9- Enfoque personalista en la
Psicología y su Influencia en la Pedagogía no
Directiva
10- La Pedagogía
Liberadora: algunas esencialidades
11- La Perspectiva Cognoscitiva:
algunas esencialidades
12- La Pedagogía
Operatoria: algunas esencialidades
13- El
Modelo de Investigación para la acción: algunas
esencialidades
14- La
Teoría Crítica de la enseñanza: algunas
esencialidades
15- El
Enfoque Histórico-Cultural: algunas
esencialidades
16- Conclusiones
17- Bibliografía
El quehacer científico es patrimonial del ser
humano. Tiene como objetivo
fundamental, y subyace en su esencia, el descubrimiento, conocimiento y
aplicación consecuente y creadora de las leyes y
regularidades que rigen el desarrollo de
los fenómenos, o lo que es lo mismo, los cambios o
transformaciones condicionadores del movimiento
evolutivo de la Naturaleza, tanto
en el componente no vivo o inanimado de la misma como en el vivo
o biológico y social de ésta.
El conocimiento
científico, a su vez, es el reflejo fenoménico
en la conciencia del
hombre del
ordenamiento espacio temporal del mundo material y de la sociedad, en su
devenir evolutivo e histórico, que conlleva
implícitamente, de manera esencial, la renovación
constante del mismo.
El HOMBRE llega a
conocer su entorno material y social, del cual es parte o
elemento inseparable, mediante un complejo proceso de
aprendizaje el
cual lo educa y capacita, que equivale a decir, lo faculta para
interactuar con ellos de manera lógica
y dialéctica, sustentadora de su necesario desarrollo
sostenido y sostenible.
2- La Pedagogía como Ciencia
Considerada primero como el ARTE DE
ENSEÑAR, la Pedagogía se la tiene en la actualidad como
una ciencia
particular, social o del hombre, que tiene por objeto el
descubrimiento, apropiación cognoscitiva y
aplicación adecuada y correcta de las leyes y
regularidades que rigen y condicionan los procesos de
aprendizaje,
conocimiento,
educación
y capacitación. Se ocupa, en su esencia, del
ordenamiento en el tiempo y en el
espacio de las acciones,
imprescindibles y necesarias que han de realizarse para que tales
procesos
resulten a la postre eficiente y eficaces, tanto para el educando
como para el educador.
El sustrato metodológico de la Pedagogía
como ciencia es
materialista y dialéctico. Es una parte importante en el
contexto de la concepción sistémica de la Ciencia, de
aquí que en su avance y perfeccionamiento intervengan el
de otros campos que abordan diferentes aspectos de la realidad
material y social, de manera concatenada y unitaria.
En el desenvolvimiento de su praxis, la Pedagogía
toma en consideración las direcciones que se
han de seguir para que, en el decursar del proceso de
enseñanza, se logre el mayor grado posible
de aprendizaje, con un esfuerzo mínimo y una eficiencia
máxima, premisas si se quiere del conocimiento
imprescindible que, en base de una relación costo-beneficio
aceptable de todo tipo, garantice una educación y capacitación en correspondencia con las
necesidades reales de su sujeto-objeto de trabajo.
3- Algunas
consideraciones sobre las Tendencias Pedagógicas
Contemporáneas
En su devenir evolutivo, histórico y concreto, la
Pedagogía ha estado
influida por condiciones económicas, políticas,
culturales y sociales, las cuales han intervenido, con mayor o
menor fuerza, en el
desarrollo del nuevo conocimiento pedagógico, o lo que es
igual, en el surgimiento y aplicación de los procedimientos
dirigidos a favorecer el hecho de la apropiación, por
parte del hombre, de la información requerida para el
enfrentamiento exitoso de las situaciones cambiantes de su
entorno material y social, en consecuencia con sus propios
intereses y en correspondencia con el beneficio de los
demás.
Las tendencias pedagógicas, desde el punto de
vista de sus aplicaciones en la práctica, han de
favorecer, en la misma medida en que éstas sean correctas,
la apropiación, con la mayor aproximación posible,
del conocimiento verdadero, objetivo, en
definitiva, del conocimiento
científico el cual se sustenta en las teorías-núcleos, teorías, leyes, tendencias y regularidades
determinantes de los cambios y transformaciones, continuos e
indetenibles, del mundo material, la sociedad y del
propio ser humano, como personalidad,
espiritualidad e individualidad.
Las tendencias pedagógicas, de ser
lógicas, deben recorrer el camino conducente a la toma de
una plena conciencia de la
relación obligada entre la unidad didáctica y la interacción del
contenido de la ciencia con
las condiciones sociales, económicas, culturales,
históricas y de los factores personales, sobre los cuales
ejerce su influencia determinante la práctica
histórico-social en el desarrollo de tal
relación.
La Pedagogía como ciencia y sus tendencias
están en relación dialéctica con otras
ciencias
particulares de la contemporaneidad entre las cuales se
encuentra, de manera particularmente
importante, la Psicología,
relacionada esta última directamente con la percepción, por el individuo, del reflejo
del mundo material y social en su cerebro y del
propio Yo subjetivo, decir, lo
pedagógico habrá de alcanzar sus objetivos en
la misma medida en que lo subyacente psicológico lo
posibiliten y viceversa, y sobre esta base se está
obligado a trabajar en el camino hacia una educación y
capacitación mejorada o de excelencia.
En las tendencias pedagógicas están
contenidas y ellas en si mismas, expresan las concepciones e
ideas que en, correspondencia con acciones
adecuadas, por su sistematización, determinan, con sus
múltiples variantes y alternativas de organización, que el proceso de
enseñanza resulte más efectivo y, por ende
facilitan el proceso de aprendizaje.
En las tendencias pedagógicas se plantean, y son
objeto de análisis, sus bases filosóficas y
psicológicas, se normalizan las formas del trabajo que se
ha de desarrollar en el proceso de enseñanza facilitador
de un aprendizaje eficiente, el papel que se
le asigna tanto al educando como al educador y se plantean
así mismo las repercusiones que éstas hayan podido
tener en la práctica pedagógica desde el mismo
momento en que fueron presentados hasta los momentos actuales. En
ellas, consideradas como sistema, se
encuentran las esencialidades prácticas necesarias para la
superación de las deficiencias conocidas y catalogadas, de
la pedagogía tradicional conformada desde el siglo XIX, y
que ha transcendido hasta nuestros días. Así se
resaltan el carácter
activo del sujeto en la apropiación del conocimiento
acerca de la realidad objetiva del entorno material y social en
el cual se mueve, espacio temporalmente, de manera existencial;
la importancia transcendental que tienen la práctica de la
individualización y del grupo en
la
educación; el empleo
consecuente, en cantidad y calidad de los
medios de
enseñanza en las diferentes posibilidades que brindan; el
papel,
también con alto grado de transcendencia, del complicado
pero necesario, proceso de la autogestión en la
consecución de una educación integral, plena y
eficiente; la importancia categórica de la investigación y la concientización
del papel transformador que tiene, de manera obligada, el propio
sujeto en el proceso de aprendizaje.
4- Pedagogía Tradicional: algunas
esencialidades
El pensamiento
pedagógico puede decirse que comenzó su desarrollo
desde los propios albores de
la humanidad. Él si mismo no es más que
una consecuencia de su devenir histórico, en
correspondencia con la necesidad del ser humano de transmitir con
eficiencia y
eficacia a sus
congéneres las experiencias adquiridas y la información obtenida en su enfrentamiento
cotidiano con su medio natural y social.
Así se encuentra el pensamiento
pedagógico, expresándose de manera concreta a
través de acciones
de una educación incipiente, ejerciendo su
influencia en el proceso de transformación de la llamada
comunidad
primitiva en una sociedad dividida en clases; sirve aquí
de instrumento y arma para luchar contra las tradiciones y las
ideas movilizadoras para la acción de las entonces
comunidades tribales. Las ideas pedagógicas abogan en ese
momento crucial de la historia del ser humano como
ente social por la separación en lo que respecta a la
formación intelectual y el desarrollo de las habilidades y
las capacidades que habrían de lograrse en aquellos
hombres en que sus tareas principales no fueran las del pensar,
sino las requeridas para el esfuerzo físico productivo
tales ideas pedagógicas debían entonces insistir lo
suficiente para lograr en la práctica que la
mayoría o la totalidad de "la gran masa laboriosa"
aceptara esa condición de desigualdad. Con estas
concepciones es que surgen las denominadas escuelas para la
enseñanza de los conocimientos que se poseían hasta
ese momento para el usufructo exclusivo de las clases
sociales selectas asignándoseles a las emergentes
clases explotadas, como única salida de sobrevivencia, el
papel protagónico de la realización del trabajo
físico.
Tales concepciones e ideas pedagógicas,
conjuntamente con las cualidades que deben poseer tanto el alumno
como el maestro, aparecen en manuscritos muy antiguos de China, la
India y el
Egipto.
El desarrollo de un pensamiento pedagógico
semejante tiene lugar en Grecia y
Roma con figuras
tan sobresalientes como Democrito, Quintiliano, Sócrates,
Aristóteles y Platón.
Este último aparece en la Historia como el pensador
que llegó a poseer una verdadera filosofía de la
educación, con una caracterización de los campos de
la acción educativa, a qué exigencias debía
responder la misma y en que condiciones tales acciones resultaban
posibles.
No obstante ello, el pensamiento pedagógico
emerge con un contenido y una estructura que
le permite alcanzar un cuerpo teórico verdadero, de una
disciplina
cognoscitiva con personalidad
propia, en el renacimiento,
etapa en la cual ya la humanidad ha alcanzado determinado grado
de
desarrollo científico capaz de sustentar y
promocionar el desarrollo
social, situación esta que obliga a la nueva clase
social, progresista por entonces, la burguesía a valorar
con toda fuerza y en su
real dimensión e importancia lo relativo al progreso
científico y técnico con vistas a su
perpetuación en el poder
garantizando al mismo tiempo su
progreso económico sostenido. Aquí la
Pedagogía adquiere por primera vez un carácter de
disciplina
independiente, emerge como la posibilidad tangible de
solución a la necesidad que tiene la sociedad de contar
con una base teórica fuerte sobre la cual sustentar, de
manera fundamental, la enseñanza en la misma.
En este último período la figura
más representativa de la ya Pedagogía como ciencia
independiente
es Juan Amos Comenius quien, en esencia,
estableció los fundamentos de la enseñanza general,
al tiempo que elaboró todo un sistema educativo
integral y unitario con una fundamentación lógica
de la estructuración del proceso docente en sí que
debía desarrollarse en la escuela con el
objetivo principal de contribuir y lograr un aprendizaje
satisfactorio, capaz de proyectarse en la práctica
de
manera resolutiva respecto a la realidad enfrentada con
vistas a su transformación en aras del beneficio propio y
de los demás. Amos Comenius fue un gran revelador de los
principios
básicos sobre los cuales se sustenta la enseñanza,
de aquí se le considere el padre de la Didáctica y el primero en plantear la
importancia de la necesidad de vincular la teoría
con la práctica como procedimiento
facilitador, incluso, del ulterior aprendizaje.
Entre 1548 y 1762 surge y se desarrolla la
Pedagogía Eclesiástica, principalmente la de los
Jesuitas, fundada por Ignacio Loyola y que más tarde, en
1832, sus esencialidades son retomadas para llegar a convertirse
en el antecedente de mayor influencia en la Pedagogía
Tradicional.
Tal Pedagogía Eclesiástica tiene como
centro la disciplina, de manera férrea e indiscutible, que
persigue, en última instancia, afianzar, cada vez
más, el poder del
Papa, en un intento de fortalecer la Iglesia ya
amenazada por la Reforma Protestante y a la cual le resultaba
necesario el poder disponer de hombres que les respondieran sin
vacilación alguna, en base de una conducta formada
en la rigidez y el orden absoluto. Al margen de algunos de los
antecedentes planteados, puede decirse que la Pedagogía
Tradicional comienza a fraguarse en el siglo XVIII, que emerge en
ese momento del desarrollo social
de la humanidad, con la aparición de las llamadas Escuelas
Públicas, tanto en Europa como en la
América
Latina, reflejos a la postre de los grandes cambios
precipitados por las revoluciones republicanas de los siglos
XVIII y XIX, animadas por la doctrina política y social del
liberalismo.
Es en el siglo XIX, que la Pedagogía Tradicional,
como práctica pedagógica ya ampliamente extendida
alcanza su mayor grado de esplendor, convirtiéndose
entonces en la primera institución social del estado
nacionalista que le concede a la escuela el
valor
insustituible de ser la primera institución social,
responsabilizada con la educación de todas las capas
sociales.
Es precisamente a partir de este momento en que surge la
concepción de la escuela como la institución
básica, primaria e insustituible, que educa al hombre para
la lucha consciente por alcanzar los objetivos que
persigue el Estado, lo
que determina que la Pedagogía Tradicional adquiera un
verdadero e importante carácter de Tendencia
Pedagógica, en cuyo modelo
estructural los objetivos se presentan de manera tan solo
descriptiva y declarativa más dirigidos a la tarea que el
profesor debe realizar que a las acciones que el alumno debe
ejecutar sin establecimiento o especificación de las
habilidades que se deben desarrollar en los educandos,
otorgándoles a éstos últimos el papel de
entes pasivos en el proceso de enseñanza al cual se le
exige la memorización de la información a él
transmitida, llevándolo a reflejar la realidad objetiva
como algo estático, detenida en el tiempo y en el espacio,
como si no contara de manera alguna la experiencia existencial de
quienes aprenden como si los contenidos que se ofrecen estuvieran
desvinculados, en parte o en su totalidad de la mencionada
realidad objetiva, constituyendo un conjunto de conocimientos y
valores
sociales acumulados por las generaciones precedentes y que se
transmiten como si fueran verdades acabadas, disociados del
entorno material y social del educando.
La Tendencia Pedagógica Tradicional no profundiza
en el
conocimiento de los mecanismos mediante los cuales se
desarrolla el proceso de aprendizaje. Ella modela los
conocimientos y habilidades que se habrán de alcanzar, de
manera empírica en el estudiante, por lo que su
pensamiento teórico nunca alcanza un adecuado desarrollo.
La información la recibe el alumno en forma de discurso y la
carga de trabajo práctico es mínima sin control del
desarrollo de los procesos que subyacen en la adquisición
del conocimiento, cualquiera que sea la naturaleza de
éste, lo que determina que ese componente tan importante
de la medición del aprendizaje que es la evaluación
este dirigido a poner en evidencia el resultado alcanzado
mediante ejercicios evaluativos meramente reproductivos, que no
enfatizan, o lo hacen a escala menor, en
el análisis y en el razonamiento.
En la relación alumno-profesor predomina
plenamente la autoridad del
segundo, con un aspecto cognoscitivo paternalista: lo que dice el
profesor es respetado y cumplido por el alumno, con principios
educativos poco flexibles, impositivos y cohercitivos.
La Tendencia Pedagógica Tradicional tiene, desde
el punto de vista curricular un carácter racionalista
académico en el cual se plantea que el objetivo esencial
de la capacitación del hombre es que el mismo adquiera los
instrumentos necesarios que le permitan tan solo intervenir en la
tradición cultural de la sociedad; no obstante ello esta
tendencia se mantiene bastante generalizada en la actualidad con
la incorporación de algunos avances e influencias del
modelo
psicológico del conductismo
que surge y se desarrolla en el siglo XX.
En resumen, la Tendencia Tradicional resulta
insuficiente y deficiente en el plano teórico cognitivo y
de la praxis del ser humano por cuanto ve en éste
último a un simple receptor de información,
sin
preocuparse de forma profunda y esencial de los procesos
que intervienen en la asimilación del conocimiento como
reflejo más o menos acabado de la realidad objetiva, sin
prestarle la debida importancia al papel, ciertamente decisivo de
los aspectos internos que mueven la determinación de la
conducta social
del individuo y las influencias, favorecedoras o no, que
éstas puedan tener sobre el aprendizaje
del mismo: la retención de la información se
alcanza en base de una repetición mecánica de ejercicios sistemáticos
y recapitulados, de manera esquemática y
enciclopedista.
5- Escuela Nueva:
algunas esencialidades
La Tendencia pedagógica conocida con el nombre de
la Escuela Nueva, puede decirse que surgió con el
filósofo y pedagogo norteamericano John Dewey (1859-1952),
quien planteó desde un principio que el propósito
principal de la educación, condicionador de las distintas
tareas o aspectos del proceso de enseñanza-aprendizaje
debía estar dado por los intereses de los propios alumnos,
es decir, por las fuerzas interiores que llevan a estos a la
búsqueda de la información educativa y al
desarrollo de las habilidades capacitivas. En esta tendencia
pedagógica alcanzan un mayor auge los intentos por dirigir
a los educandos más hacia las acciones prácticas
concretas, que hacia los ejercicios teóricos,
situación esta que ya se había iniciado hacia
finales del siglo XIX con una mayor propagación en las
primeras décadas de este siglo y en cuya esencia todo se
dirigía, a una crítica profunda de los procedimientos
autoritarios e inflexibles condicionados por la Tendencia
Pedagógica Tradicional, en contra del enciclopedismo
pasivo asignado al alumno.
La Escuela Nueva, como Tendencia Pedagógica que
es, enfatiza la importancia que tiene que el educando asuma un
papel activo, consciente de lo que desea aprender, en
consecuencia con sus posibilidades e intereses, lo que trae
aparejado un cambio
importante de las funciones que
entonces debe realizar el profesor en el desarrollo del proceso
enseñanza-aprendizaje que posibilite alcanzar realmente,
de forma medible, los objetivos
propuestos..
La Escuela Nueva persigue, en sus concepciones
teóricas y proyecciones prácticas, garantizar el
logro de una mayor participación con un grado más
elevado de compromiso de todo ciudadano con el sistema
económico-social imperante, en base de la
consideración, no del todo correcta, de que la
satisfacción de las aspiraciones del ser humano, como
individuo y como ser social, contribuiría de manera
sustancial a lograr cierto tipo de equilibrio en
la sociedad, a punto de partida, sobre todo de la
suavización o eliminación de las contradicciones
entre las clases y dentro de las clases mismas.
En las ideas de Dewey aflora con meridiana claridad que
la escuela es una real institución social en la cual se
deben concentrar todos los medios
disponibles que contribuyan y posibiliten que el individuo
exprese, con la mayor fuerza y alcance, las potencialidades
biológicas y cognitivas que posee, o lo que es lo mismo,
que el individuo llegue a desarrollar al máximo sus
capacidades para luego proyectarlas en la sociedad de manera tal
que contribuya a su desarrollo ulterior y al suyo propio.
"El hombre se
forma para vivir dentro de su medio social" decía este
filósofo y pedagogo norteamericano, "como si la escuela
fuera en la práctica una comunidad en
miniatura, con un fuerte sentido democrático favorecedor
de la colaboración y ayuda mutua entre los ciudadanos; a
ella resulta necesario llevar el avance industrial de todo tipo
alcanzado hasta ese momento para poner así en contacto al
individuo con lo ya logrado y promover en él la necesidad
de alcanzar otros nuevos y superiores".
La divisa de la Escuela Nueva como tendencia
pedagógica es aprenderlo todo, haciéndolo, en un
intento de subordinar a la experiencia práctica concreta
los aspectos teóricos contenidos en los libros.
En resumen, a la Tendencia Pedagógica
desarrollada y que se sustenta esencialmente en las ideas de
Dewey se le puede considerar como una pedagogía que
además de tener una esencia genética
resulta, al mismo tiempo, funcional y social. Lo genético
está en correspondencia con el hecho de que la
educación no es más que la apariencia
fenoménica de la expresión de determinadas
potencialidades biológicas determinantes a su vez de
capacidades cognitivas en el individuo. Es también
funcional porque en definitiva persigue desarrollar las referidas
potencialidades biológicas cognitivas en el camino de la
búsqueda y consecución de los procesos mentales que
resulten útiles tanto para la acción presente como
para la futura, es decir, considera a los procesos y actividades
de naturaleza psíquica. Como los instrumentos capaces de
proporcionarle al individuo el mantenimiento
de su propia vida. El aspecto social se basa en la
concepción de que siendo el ser humano una parte o
elemento necesario de la sociedad es imprescindible educarlo de
manera tal que en su práctica resulte útil para la
misma y contribuya a su desarrollo progresivo.
6- Tecnología Educativa: algunas
esencialidades
Otra de las Tendencias Pedagógicas
contemporáneas es la denominada Tecnología Educativa,
precisamente, ha logrado un desarrollo importante y una
difusión notable en la actualidad como consecuencia de las
ventajas inmediatas que brinda, debido, sobre todo, al lenguaje
técnico y aseverativo que utiliza.
En las investigaciones
teóricas de las ciencias cuyo
objeto de estudio lo constituyen aquellos aspectos relacionados,
de manera más o menos directa con el proceso de la
transferencia de la información y, por ende, con la
enseñanza-aprendizaje, la educación y la
capacitación, pone en evidencia lo útil que resulta
elaborar y ejecutar en la práctica las llamadas
tecnologías de la instrucción, en correspondencia
con el concepto de
tecnología
de la producción material de aquí, que
cuando se procede en tal sentido la atención y los procedimientos a ejecutar se
dirigen en lo fundamental, a los métodos y
medios utilizados en la imprescindible transferencia informativa
sin la cual lo educativo-capacitivo resultaría, en
definitiva, una falacia o distaría mucho de lo que
ciertamente se desea alcanzar.
La creación de la Tecnología
Educativa se atribuye a Skinner,
profesor de la Universidad de
Harvard, en el año 1954.
En el contexto de esta tendencia pedagógica
el aprendizaje
deviene o resulta, en su esencia, una consecuencia de la
fijación de secuencias de estímulos o
señales portadoras de información provenientes del
entorno donde el sujeto que aprende se encuentra, así como
las respuestas asociadas o conectadas con tales repertorios. Es,
simplemente, un esquema tipo estímulo-respuesta, donde se
encuentra, aunque no se mencione de manera explícita, un
elemento de naturaleza material biológica dado por lo
neuronal del Subsistema Nervioso Central del ser humano. La
huella dejada sobre tal sustrato material del citado repertorio
de estímulos provenientes del entorno, inmediatamente
después, y por asociación, condiciona una respuesta
específica, característica, propia de los trenes de
estimulación referidos.
Si bien la Ciencia Pedagógica establece y define
las particularidades y peculiaridades de los métodos y
medios que se habrán de utilizar en el proceso de
enseñanza-aprendizaje con el propósito de lograr,
en el menor tiempo con un mínimo de esfuerzos, una
educación y capacitación adecuados, los mismos
pueden resultar, a la postre más eficientes y eficaces
siempre y cuando se utilice para ello el recurso que proporcionan
medios tecnológicos apropiados. En este caso se
favorecerá de manera significativamente importante el
aprendizaje, con respuestas producidas por estímulos
neutrales asociados a un estímulo efectivo. Tal presupuesto
permitió también a Skinner
plantear lo que pudiera denominarse una segunda variante
de su tecnología educativa, caracterizada por un
condicionamiento operante o instrumental: la respuesta que se
procura precisa o requiere de la presencia previa o anticipada de
un estímulo, donde el operante no es más que una
conexión respecto a la cual el estímulo aparece o
se produce después de la respuesta.
En el contexto de esta tendencia pedagógica
resulta evidente que el aprendizaje se realiza mediante un
proceso de ensayo y
error, caracterizado por el hecho de que el sujeto genera
conductas más o menos diferentes hasta que alcanza la
más adecuada, la cual sirve para fijar la conexión
entre el estímulo proveniente del medio, y la respuesta en
cuestión.
La Pedagogía como Ciencia de la Educación
se preocupa por el carácter práctico que se
materializa en la metodología y en los medios utilizados con
tal propósito. Así mismo, en correspondencia
consecuente con la existencia del llamado pronóstico
pedagógico científico, en el cual tiene su
más viva expresión las leyes que rigen el
desarrollo y obtención del conocimiento verdadero de la
realidad objetiva, la tecnología educativa, siempre y
cuando se la utilice de manera racional y lógica puede
favorecer, la apropiación del mismo.
En la Tecnología Educativa contemporánea
intervienen de manera decisiva "la
televisión, el cine, los
retroproyectores, las computadoras y
demás elementos de material y de programación, aunque realmente el sentido
de tal tendencia se puede ampliar aún más, con el
propósito de que en el mismo no solo queden comprendidos
tales medios y materiales,
sino que al mismo tiempo sea considerada, con un enfoque
sistémico, los aspectos referentes a la concepción,
aplicación y evaluación, en su conjunto, de todos
aquellos factores que intervienen y deciden, en mayor o menor
grado, la eficiencia del proceso educativo, en correspondencia
siempre con objetivos previamente trazados de manera precisa y
que se sustentan en resultados alcanzados en investigaciones
relacionadas con los diferentes factores que intervienen en la
instrucción y en el complejo fenómeno de la
comunicación humana, para condicionar y determinar, en
su conjunto, los medios humanos y materiales,
una educación realmente eficaz.
En resumen, la Tecnología Educativa, como
tendencia pedagógica, en un marco de contemporaneidad, no
es más que la consecuencia de la búsqueda incesante
por encontrarle al proceso de la enseñanza-aprendizaje una
base de sustentación más científica que
posibilite a punto de partida de la utilización de
recursos
técnico materiales idóneos el aprendizaje, en
relación con el cual siempre se encuentra, de manera
subyacente ese elemento de naturaleza biológica,
caracterizado por el Subsistema Nervioso Central del ser humano,
con el cual los referidos recursos
pueden interactuar y dejar una huella, favorecedora o
caracterizadora del conocimiento nuevo adquirido de la forma
más eficiente posible.
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