Mucho se ha escrito acerca de la ansiedad en
anticipación a los exámenes y, aunque se hayan
creado múltiples recursos para
combatirla, nadie todavía ha logrado su
eliminación.
Historia
clínica
Hoy, comenzaremos con un caso específico que
ilustra el problema y los aspectos que condujeron a su
resolución.
El paciente fue referido por su papá, un
psicoanalista con residencia en Chicago. La razón para
referir al hijo fue porque este último estaba paralizado
confrontando sus exámenes del primer año de carrera
médica en Washington University en Saint
Louis.
Ron, así lo llamaremos, era un hombre joven,
atlético, que aparentaba ser mayor que sus veinte
años recién cumplidos.
Vestía de manera conservadora y se expresaba con
voz tan queda que su fonación era casi
imperceptible.
Era el verano y la oficina estaba
enfriada por un aire
acondicionado que la hacía muy confortable. Aún
así, Ron respiraba de manera profusa y decidió
elegir un asiento cerca de la puerta, ya que temía quedar
atrapado en "caso de fuego o de un temblor de tierra".
Me comunicó desde el principio de la
sesión, que se sentía muy ansioso e
inquieto.
Permanecí silente.
Preocupado, me pregunta: "¿Usted me escucha,
usted me entiende… sabe que tengo miedo… miedo de
todo, de estar aquí, de fallar en mis exámenes y de
desencantar a mis padres?".
Le respondo con otra pregunta: "¿Por qué
tienes dudas de mí?".
Me responde, "porque apenas lo conocí
hoy".
Continuó expresando que estaba muy inquieto y que
deseaba poder moverse
dentro de la oficina.
Le dije que estaba permitido. Pero sugerí que lo
hiciera como una actividad conjunta en colaboración
conmigo.
"Tú te mueves en la oficina y yo te dirijo de
dónde a dónde vas."
Comenzamos, y en un instante, se desploma
riéndose en la butaca, diciéndome: "¡Esto es
ridículo!".
Le respondo que sí que es verdad y que en algunos
casos la ansiedad se resuelve si se confronta
comportándose de una manera distinta a la acostumbrada.
(Véase, Strategies of Psychotherapy por Jay
Haley).
Entonces, proseguí a explicarle las técnicas
de "inundación" desarrolladas en Londres por el psiquiatra
Isaac Marks y las de relajación progresiva de
Jacobson.
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